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Ensayo El Enemigo Del Derecho Penal-R
Ensayo El Enemigo Del Derecho Penal-R
NOMBRE:
CRISMEL LUCIANO MORA
MATRICULA:
BA-19-30366
CARRERA:
LICENCIATURA EN DERECHO.
MATERIA:
SECCIÓN:
BA02
DOCENTE:
TEMA:
Jakobs sostiene que, aunque políticamente puede ser correcto querer ver en todo
ser humano a una persona partícipe de la comunidad jurídica y provista de todos
los derechos humanos-, el enemigo no lo es. Y es que desde el mundo real se
imponen límites a la juridicidad porque el Estado de Derecho se enfrenta a
determinados individuos que lo combaten permanentemente constituyéndose es
una fuente de peligro para su conservación y en consecuencia el sistema los
despersonaliza y les trata como enemigos. Esta es la razón por la que en una
sociedad que realmente acontezca sea no un modelo ideal sino real- el precepto de
tratar a todo ser humano como persona tiene un componente cognitivo y necesita
ser adicionado en el sentido de que todo ser humano debe ser tratado como persona
en la medida que cumpla con sus deberes y sea presumible su fidelidad al
ordenamiento jurídico -que no resulte un individuo peligroso.
El concepto de persona, igual que el ordenamiento jurídico, es una institución
normativa que tiene un componente cognitivo y cuando no se cumple el individuo
es tratado consecuentemente como no persona o enemigo. Se trata sí, de una
despersonalización que no es absoluta sino sólo parcial, pues el enemigo mantiene
su personalidad innata porque de lo que trata es sólo de su neutralización y no de
su destrucción arbitraria, de tal manera que no queda excluido necesariamente de
todos sus derechos y por ejemplo mantiene incólume su derecho de propiedad.
Para Jakobs el tratamiento como persona no lo adquiere el ser humano por su mera
condición, sino que es una calidad que otorga el Estado y que puede perderse o
renunciarse. No se trata por lo tanto de un concepto puramente teórico o normativo
sino que tiene un componente material o real: solo son personas quienes se
comportan como tales al menos de modo general, quienes demuestren una
capacidad cognitiva y un comportamiento acorde dentro del espacio de libertad
que brinda el propio Estado, quienes actúan amparados por un conjunto de
derechos pero al mismo tiempo son signatarios de unos deberes que asumen y de
quienes en consecuencia se puede esperar un comportamiento personal.
CONCLUCION.
Como podemos apreciar en la parte del desarrollo de nuestro ensayo, el abordaje
de nuestro tema central tratado, El Enemigo En El Derecho Penal, como le
denominó el autor del texto sustento de nuestro ensayo. En este apartado tenemos
la gracia y la oportunidad de destacar puntos importantes de lo abordado en el
desarrollo de nuestro ensayo y emitir de manera objetiva nuestras consideraciones
al respecto del contenido previamente abordado.
Cabe destacar, que desde mi perspectiva el autor eligió un tema trascendental a
tratar y que a su vez tiene gran validez en la actualidad, pues es una cuestión, que
a pesar del tiempo en que se abordó este tema, aún sigue vigente en la realidad
social de muchos países en la actualidad.
Cuestiones como el trato diferenciado hacia las personas o trato especial por
razones meramente arbitrarias y subjetivas de la autoridad que el momento hace
“justicia”, sí, justicia entre comillas, pues donde hay arbitrariedad evidentemente
no puede existir justicia, pues esta es y debe ser siempre apegada para que pueda
existir como tal. En fin, es una cuestión que en la actualidad se puede apreciar,
como a personas se le vulneran todos sus derechos por el aberrante hecho de no
ser un agraciado de la arbitrariedad de quienes ejercen el poder.
Podemos apreciar como el estado de derecho pasa a ser algo insignificante y pasa
a ser opacado en lo absoluto por lo que el autor le denomina El Estado De Policía,
que no es más que la forma de control social que establece el poder para ejercer
influencia en todos los ámbitos de la vida cotidiana posible.
El estado derecho no tiene cabida una posible existencia de manera eficaz, o al
menos medianamente eficaz, donde este se ve opacado por una decisión
meramente arbitraria del poder, donde este pone por encima otro elemento erróneo,
desde el punto de vista de lo justo, claro, porque evidentemente el poder no lo ve
así, pues su preferido es este elemento, denominado “El Enemigo En El Derecho
Penal”.
El estado de derecho no puede coexistir con un estado de policía, sobre todo
cuando este es manejado por un grupito que tiene sus preferencias para aplicar y
hacer cumplir la ley, es decir, a la hora de hacer justicia no es posible hacerse a
plenitud, pues hay algunos que a su parecer no la meren y sin embargo sí hay otros
que la sobre merecen, claro, en su psique.
De esta manera podemos asegurar que para que pueda existir un real y efectivo
debe ser abolido el estado de policía e introducirse un mecanismo que permita al
individuo reconocerles los derechos y potestades que este posee y que le indique y
oriente cual es la vía idónea para ejercer esos derechos y potestades que este posee
por el privilegio de ser un ser humano, este elemento es precisamente la contraparte
del estado de policía y que le puede poner un stop a mismo, este es exclusivamente
“El Derecho Penal”, vital para mantener un Estado de Derecho.
Con lo que hemos analizado y expuesto tanto en la parte de nuestro desarrollo
como en la parte de nuestra conclusión de nuestro ensayo queda más que claro y
demostrado que el real enemigo del derecho penal es el estado de policía, pues
este, evidentemente es el factor principal que en este caso específico muestra
contradicción ante el derecho penal y posibles acciones que pueden verse como
con superioridad ante las funciones reales del derecho penal.
El estado de policía, no sólo se puede visualizar como un adversario directo del
del derecho penal, es más que eso, este constituye en sí, un obstáculo para el
ejercicio efectivo del derecho penal lo que consecuentemente se convierte en un
posible instrumento de eliminación absoluta del derecho penal como materia
indispensable para el justo ejercicio de la justicia.
Esto nos induce a pensar que si de alguna manera el estado de policía continua
teniendo preponderancia en la sociedad e incidencia en el ámbito jurídico,
evidentemente el ejercicio del derecho penal será extinguido por este, pues este
asumirán el control absoluto de la sociedad y el sistema de justicia y
consecuentemente se convertirá en el sistema social y jurídico preponderante, no
obstante, de manera errónea y arbitraria, en violación a la ley misma.
En otro orden, tenemos un factor sumamente interesante que va de la mano con lo
analizado previamente, y es, el ejercicio del poder punitivo. El autor nos plantea la
vitalidad de este en el sistema de justicia y por ende las repercusiones que este
puede tener derivadas de su ejercicio, sea un ejercicio correcto o incorrecto, de
igual forma las repercusiones son y serán reales.
Este punto es de gran relevancia y crucial al momento de hacer justicia y ejercer
esta. El poder punitivo es un factor indispensable en el sistema de justicia, pues es
quien hace justicia y por ende quien determina lo que está en lo correcto y dentro
del marco de lo licito y de igual forma lo que no es correcto y que por ende no
constituye un elemento licito, es decir, determina la legalidad de los hechos y
acciones consumadas por los individuos en su respectiva sociedad.
Como bien podemos apreciar la relevancia y significado del poder punitivo,
podemos apreciar como este es el encargado directo de la aplicación de la norma,
sin este es imposible que la norma pueda ser aplicada por ende la correcta o
incorrecta aplicación de la norma depende de manera directa de este, sin más
limitaciones que las que las mismas normas establecen.
Ahí reside la importancia del poder punitivo, por lo que podemos concluir
estableciendo que, si este no ejerce sus funciones apegado a las leyes, a lo justo y
lo correcto evidentemente el sistema de justicia no puede tener un funcionamiento
eficaz. De este depende la justicia y si este ejerce sus funciones de manera
arbitraria, sin seguir los mínimos parámetros de objetividad y legalidad, pues este
automáticamente pasa un sistema de justicia disfuncional y por ende ineficiente e
incapaz para hacer justicia.