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Introducción 7
Conclusión 365
INTRODUCCIÓN
Ahora deba comenzar así: cada vez son. más breves los planes
que el autor hace, inclusa se hacen más breves los itinerarios de sus
paseos.
A veces, en la calle, entona canciones que ai los transeúntes les
parecen tan extrañas como la moldura de las cornisas de las casas
viejas que un día de estos van a ser demolidas.
En su Uslín de teléfonos figuran muchos nombres tachados, mien
tras hubo una época en que no cesaba de apuntar nuevos números.
Antes caminaba sin cansarse, ahora se cansa sin caminar.
Los ríos se desbordan, igualando en un solo espejo los campos
con los barrancos. El rastro de humo, que se esfuma lentamente, de
los aviones a reacción, se refleja en los mares nuevos.
Han surgido nuevos bosques, nuevas orillas, un mundo1 nuevo.
Quiere decirse que hay que reflexionar de nuevo sobre aquellas
palabras que fueron lanzadas precipitadamente por un joven alegre
e irreflexivo.
Empecé a escribir a principios de siglo, discutiendo con los sim
bolistas, insistiendo en la importancia del análisis directo de las poe
sías y de la prosa, disputando la prioridad de la segunda serie aso
ciativa. luchando por la influencia directa del verso.
Discutía con Spencer, Mach y Avenarías, sin saber qué eran por
su sistema filosófico común. Discutía por no estar de acuerdo con sus
opiniones, que hablan penetrado incluso en los libros de texto: que
el arte se basa en la economía de fuerzas, cosa que entonces gustaba
a muchos.
Pasó el tiempo, y he aquí que yo escribía: *El arte siempre ha
Víctor Sklcnrikl
El idioma y bl arte
8. Ibldem, p. 186.
Sobre la prosa literaria 19
Pero nosotros sabemos que los enigmas también pueden ser serios.
En. la mitología griega, la esfinge aniquila a quienes no podían
descifrar el enigma.
Lo que el sabio Tircsias dice también son enigmas y su charla con
Edipo es un intercambio de trágicos enigmas.
La razón, al comprobar el enigma, parece aprender con éste a
percibir el objeto. El enigma, al igual que la metáfora, es una correc
ción de la percepción habitual dél objeto, de la disposición habitual
de los caracteres por los que se reconoce el fenómeno'.
El efecto del enigma es el reforaamiento de la percepción; como
resultado de la adivinación parece que revisamos, examinamos de
nuevo lo que ya conocemos.
Por esto están tan extendidos los enigmas eróticas.
En los enigmas eróticos salta a la vista 'la suplantación de una
imagen indecorosa por una decente. Al mjsmo tiempo, la prime
ra imagen no se destruye y ni siquiera se reprime, sino que se agudiza,
porque el objeto erótico no se nombra^ se metafórica, es como si no
se reconociese.
En el folklore ruso una serie de argumenten se basa en esta falta
de reconocimiento. Así, en los Cuentos íntimos, el relato La señora
vergonzosa se basa totalmente en el hecho de no nombrar los objetos
por su nombre, corno en un juego de ingenuidad.
son los animales: los búfalos y los mamuts son representados por el
hambre prehistórico con exactitud y de un modo característico.
Llama la atención que 'los dibujos y esculturas de animales se
hayan conservado no sólo en las rocas, sino también en las cavernas.
Estas imágenes de las cavernas son posiblemente las más antiguas.
Las cavernas están oscuras. Al parecer, las imágenes no siempre se
creaban para contemplarlas. El fenómeno está grabado en el cerebro,
ha sido reproducido, pero acaso representa un medio de asegurar la
buena suerte en la cacería, y no un medio de contemplación artística.
El hombre representado esquemáticamente, es el protagonista
de la cacería.
El «paisaje» parece surgir más tarde.
En los cuentos se menciona muchas veces, pero no se describe, el
bosque.
El paisaje-naturaleza ha penetrado en la literatura a través de las
comparaciones; el paisaje surge como un paralelismo desarrollado.
Un modo más tardío de la entrada de fragmentos de paisaje es el
paisaje que parece haber sido copiado de algún objeto de arte o, en
la literatura griega, de un cuadro.
Todos conocen la famosa descripción del escudo de Aquilas en
La Ilíada. Hay tantas escenas y tantos detalles, que el escudo tendría
que estar cubierto de imágenes por fuera y por dentro, lo cual es
imposible, pues las prominencias de la parte interior del escudo al
producirse un golpe herirían el brazo del guerrero que con él se pro
tegía. El escudo fue forjado por Hrfesto; representa los fenómenos
celestes, que posiblemente, según la idea del poeta, adornaban el cen
tro del escudo, y escenas de trabajos agrícolas; como fondo de estas
imágenes se menciona también el paisaje.
La descripción se da en el canto XVIII de La Ilíada: se dtscribc
detalladamente «el campo mullido, tres veces arado...». Se relata
cómo el campo tras el labrador aparece negro; todo esto resulta di
fícil de imaginar, pues el color aquí se tendría que reproducir con
el metal forjado. Pero el poeta sintió necesidad de mencionarlo.
La descripción ocupa desde el verso 480 hasta el 610 y son cosas
que únicamente podrían plasmar en muchas páginas de un gran libro
ilustrado o en los frescos de un gran edificio.
Ante nosotros tenemos un intento de mostrar el lugar de la acción:
28 Víctor Sklovski
Sobre el paisaje
pudo cruzar por el camino que pasa cerca de Yásnaia Poliana cuan
do Tolstói, aún no muy viejo, vivía en la finca.
En Malva, de Gorki, para el campesino Yákov el mar es un
espacia vacío, un piano; el mar existe en la percepción de Malva
como cualidad estética y esto se contrapone a la. percepción del cam
pesino, quien ye únicamente un plano grande:
La frase '«el mar sonreía» contiene sólo tres palabras. Pero sur
gió, creció sobre unas raíces que se adentran en la profundidad del
pasado. El mar no sonreía a todos. Para ver que el mar sonríe,
para alegrarse estéticamente de él, debieron pasar miies de años. Los
griegos de Jenofonte, al atravesar el Gáucaso, no se alegraban esté
ticamente al ver el mar; el mar era para, ellos el camino a la patria.
Las diferentes visiones en el cuenta de Gorki (as proporciona el
choque de distintas actitudes ante la vida.
El descubrimiento de la esencia de 106 fenómenos en el arte se
realiza al principio mediante la elección de objetos asombrosos.
El hombre nos obliga a contenemos y como a retroceder ante lo
imposible, advirtiendo algo nuevo en lo conocido.
Los rasgos del mundo real no aparecen en d arte por sí mismos,
sino como parte del sistema de una obra de arte, y por esto tampoco
existen independientemente, sino que transformándose en un sistema-
unión no reflejan la realidad como un espejo.
La descripción que Gógol hace del Dniéper, que empieza con
las palabras «Es maravilloso el Dniéper...», es parte dd cuento Te
rrible venganza, y allí esta descripción figura junto al retrato de los
caracteres de los protagonistas y de su increíble destino.
Los fenómenos del paralelismo psicológica, la experiencia del
folklore existen en la obra de Gógol, pero existen en una forma
modificada. Hay también romanticismo en la percepción, pero está
justificado desde d punto de vista de la composición.
Momentos anteriores de la conciencia, obras artísticas anteriores
se hacen comprensibles a la manera vieja o nueva cuando se hacen
indispensables a causa de nuevas actitudes ante la vida, de nuevas
Sobra lo prosa literaria 39
En otro sitio:
recuerdo que hay una cortina en mi cama y los dos juntos nos
alegramos y nos asustamos de esto tan extraordinario que nos ha
sucedido. Yo me escondo debajo de la almohada, rae escondo
y miro hacia la puerta, desde donde espero algo nuevo y alegre.
Nos reímos, nos escondemos y esperamos. He aquí que se pre
senta alguien con un pañuelo o una cofia, todo de un modo que
nunca había visto, pero me doy cúenta de que es la que siempre
está conmigo (la niñera o la tía, no lo sé) y este alguien dice
con una voz ruda, que yo reconozco, algo de miedo sobre los
niños malos y la Yeriómevna. Yo chillo de miedo y alegría, y
parece que me horrorizo y me alegro, que tengo miedo y quiero
que la que me asusta no sepa que la he conocido. Nos callamos,
pero después, otra, vez, empezamos a propósito a hablar para que
vuelva la Yeriómevna.
Si sabemos que un. hambre tan poderoso como. Julio César fue
apresado por los piratas cerca de la isla Farmacusá y estuvo en cauti
verio casi cuarenta días, ¡sendo rescatado por cincuenta talentos —tal
como atestigua Suetonio—, podemos decir que los hombres vulgares
eran apresados con frecuencia.
Todo esto es posible, pero, en general, los barcos llegaban a sus
puertos de destino. En las novelas, en cambio, los naufragios son tan
habituales como la lluvia en Batumi90 y se repiten de una obra a otra,
y en cada una de ellas son más de uno. Una mujer hermosa es
apresada, la conducen ante el jefe de los bandidos y aquí empiezan
las aventuras. Se puede tener una idea de éstas por las películas de
piratas, en las que una mujer hermosa cae prisionera, la llevan a un
camarote enorme, que tiene en medio una cama insolentemente
ancha y de una riqueza descarada; pero el capitán de los piratas es
amable, y la mujer sigue lid a su esposo o su prometido.
Asimismo había casos en que la persona era dada por muerta,
pero estaba viva y volvía. Al no haber buenos caminos, la gente
desaparecía por mucho tiempo, a veces para siempre, sin dejar
rastro. Incluso existía la costumbre de construir mausoleos para los
desaparecidos. En ellos no se colocaba ningún cadáver; los llamaban
ccnotafios. Pero en una novela de Aquilea Tacio la protagonista muere
90. Ciudad en la costa oriental dd mar Negro, cerca de la frontera con
Turquía. (N. de la C.)
50 Víctor Sklovskl
caminos y los reinos, No pocos detalles han sido tomados de los Mi
lagros de las creaciones de al-Kazvini (siglo xm) y de los Milagros
de la Indica una colección de cuentos sobre diversos portentos puestOB
en boca del marino Buzurga ibn-Shajriar, de Ramjuimusa (siglo x).
El famoso árabe realizó siete viajes y vio mucho, mejor dicho,
recordó las descripciones.
Cada viaje es un relato de naufragios y muertes.
Simbad es dado por muerto, las mercancías colocadas en su barco
son consideradas bienes mostrencos, pero él vuelve una y otra vez.
En una ocasión regresa incluso de la tumba, donde fue enterrado
vivo con su esposa.
Yo no creo que la novela griega haya proporcionado la base
para todas estas invenciones.
Sirve de base la dificultad dd viaje, que en los cuentos árabes
se presenta como justificación de la riqueza.
Los lugares comunes, los tópicas, se repiten precisamente porque
expresan una verdad, pero al repetirse modifican su verdad.
De distinta manera, en distintos momentos surge el tema del
muerto que resucita. Este tema convencional nos permite seguir los
objetivos de las construcciones arguméntales tal como la espuma y
las astillas que flotan en la superficie del agua no6 permiten ver las
relaciones entre loa chorros de una misma corriente.
40, JHdem.
41. Obra en prosa de Lérmontov. (2V. de Iti t.)
Sobre la prosa literaria 83
59. Véase, por ejemplo, la teoría de Lomonósov sobre los tres estilos carac-
terizados por el origen de su vocabulario.
Sobre la prosa literaria 81
Retórica-juicio-prosa
Este «toma y lee» fue creado por la propia técnica forense; aquí
se expresa el modo de presentar las pruebas escritas, que ante un
tribunal tenían preferencia a las que aportaban los testigos.
Detengámonos en otros fenómenos. La técnica de la prosa de
sarrollada con detalles incorporados regularmente p con una incor
poración irregular calculada, es decir, la presentación del protago
nista, de la situación en la que se desenvuelve el protagonista, el
paisaje, el análisis psicológico', todo esto dehía ser creado. En la no
vela inicial el estilo del relato es irregular, unas veces es seco y otras
retóricamente extenso.
En Tacio la historia del personaje se inicia así: «Soy de Fenicia,
mi patria es Tiro, me llamo Clitofonte...»
Sólo la acción permite desarrollar de momento al personaje, pero
al principio este desarrollo se puede realizar con unos cuantos re
cursos que a veces son llamados lugares comunes.
Pero lo que más se repite en la literatura es la búsqueda, el aná
lisis de lo cercano y lo lejano.
La asimilación de nuevos temas está relacionada con el ensan
chamiento de la esfera de las relaciones humanas. El debate judicial,
la retórica y la novela griega no sólo van uno tras otro, sino que se
someten a una misma modificación de la realidad, que ellos expresan.
88 Víctor Sklovskt
que aún no fue realizado, pero que es posible. A veces el tópico exis
te durante largo tiempo como esquema de algo necesario y deseado y
resulta ser una profecía.
M. Gorki decía:
La encina es la venganza.
¿Es asi? Hamlet no es débil ni cobarde, no en vano Shakespeare
termina la tragedia con la apoteosis del príncipe como guerrero.
Fortimbrás dice:
La metáfora y el argumento
lo cuenta Dioneo como una anécdota atrevida que las siete jóvenes
comprenden demasiado bien.
No todo lo que se conserva tiene valor.
Schlegel compara la novela corta con una anécdota, es decir, con
la comunicación de un acontecimiento entretenido aún sin relatar:
«La novela corta es una anécdota, una historia aún desconocida, que
sólo es interesante por SÍ misma... que da lugar a la iroDÍa en cuan
to surge a la luz».1
La ironía se presenta aquí como sensación de superioridad del
artista sobre la realidad, como elemento de la contemplación libre
del objeto,
La novela corta del tipo dd relato de Apuleyo comienza como
una narración cotidiana y después presenta las inesperadas relacio
nes de los personajes: la mujer sorprendida en el lugar del delito, no
sólo engaña al marido, sino que satisface su deseo en presencia de
éste.
Pero también había novelas-anécdotas que no contenían elemen
tos nuevos, sino que se utilizaban las contradicciones existentes den
tro del propio objeto.
El personaje de la novela de Apuleyo compra pescado en el mer
cado. Se encuentra a su amigo Pitio, que se ha convertido en el dic
tador del mercado. El amigo se escandaliza porque él pescado ha
sido vendido demasiado caro. En un acceso de ira, arranca la com
pra de las manos de Lucio, tira el pescado al suelo, riñe al vendedor
y manda a su ayudante pisotear el pescado.
El pescado había sido pagado. La pérdida es de Lucio.
La contradicción entre las intenciones del cacique del mercado
y las consecuencias de estas intenciones, aunque completamente coti
dianas crean una anécdota.
Las novelas cortas asombrosas son las que mejor se conservan,
las costumbristas desaparecían y volvían a aparecer.
Las novelas cortas asombrosas, relatos de casos extraordinarios,
posiblemente, son características, aunque tampoco son exclusivas del
comienzo de la historia de este género literario.
Spielhagen separa la novela corta de la novela, considera que la
primera trata de caracteres ya formados.
1. Enciclopedia Literaria, t. VIII, Moscú, 1994, p. 115.
Sobre la prosa literaria 117
La conclusión a la que llega parece ser que Dios, sin prestar aten
ción a la ignorancia de los fieles, escucha los rezos sin fijarse en las
faltas que contienen, y no sólo el cura, sino incluso un santo pueden
ser personas inmorales y hasta criminales.
El cuento de un canalla excepcional, que engaña a la gente ante
la muerte, se relata como si se tratara de la vida de un santo.
A una introducción solemne sigue una breve característica del
difunto, de lo que ya hemos hablado.
El que la narración acerca de un canalla se presente en forma
de vida de santo renueva la sensación de diversidad, hace dudar de
que sean veraces otras «vidas», y a causa de esto la confrontación
del relato acerca del canalla y las «vidas de santos» se rechaza, no
obstante la piadosa conversación, la idea misma de la intercesión del
santo én favor de los pecadores. A la agudeza del ingenio sigue el
intento de revelar la esencia de las supersticiones.
Se hacen ciertas salvedades, pero éstas, con toda su brevedad,
tampoco abandonan el tono de relato de vidas de santos.
La tensión argumental la mantiene la sensación de que el narra
dor puede a cada momento decir más de lo que debe y de que quie
re dar a entender algo totalmente inadmisible. Pero al acercarse al
límite de lo inadmisible, de nuevo lo soluciona irónicamente con
la terminología de la religión oficial. Por ejemplo, se dice que el usu
rero pudo arrepentirse en el último momento:
Los tres primeros cuentos, por así decirlo, religiosos han sido co
locados premeditadamente al principio del libro, rechazando la reli
gión como norma que proporciona a la gente determinados princi
pios morales y reglas de conducta.
La fe vieja se quema como durante la peste se quemaba la ropa
para desinfectar la ciudad.
11. S. M. SoloviOV^ Historia de Rusia desde los tiempos mds antiguos, libro
segundo, t. VbX, 2.11 ed., San Petersburgo, 1896, p. 99.
Sobre la prosa literaria 151
11
162 Víctor Sklovaki
Diógenes replica:
—Tenéis razón. Pero sus raptores eran los canallas más vir
tuosos del mundo. No se atrevieron a tocarla.
Sobra la prosa literaria 165
Hay personas por las que el novelista siente simpatía, son trata
das de un modo diferente: con amor, con detalles, que podríamos
llamar realistas.
La narración segunda de la sexta jomada trata de cómo «el pa
nadero Gisti, con unas palabras, hace retractarse a micer Geri Spina
de una desatinada pretensión».
El hecho ocurre en Florencia. La sede pontificia es ocupada por
el Papa Bonifacio, con quien tnicer Geri Spina gozaba de gran favor.
El Papa manda a Florencia nobles embajadores, que se alojaron en
casa de Geri Spina.
Esto reafirma aún más la importancia del caballero. Los embaja
dores y el caballero pasan todos los días a pie ante la casa del pana
dero Gisti, hombre rico, que poseía muelias buenas cosas y los me
jores vinos tintos y blancos.
Hacía calor. Los caballeros pasaban ante la tahona, veían cómo
el panadero bebía vino, ellos lo deseaban, pero su alcurnia les impe
día dirigirse a un hombre que tanto se diferenciaba de ellos por su
posición.
Cisti bebía de un modo que daba envidia. La narración de cómo
se servía el vino es una de las descripciones más detalladas del De
cameron. Todos los detalles son escogidos de modo que hacen resal
Sobre la prosa literaria 167
tar Ja calidad del vino y la atención que merece. Cisti no sólo tiene'
buen vino, sino que lo sabe beber. Parece burlarse de los caballeros:
ñas; el autor no sólo los incorpora de buco grado, sino que, al pare
cer, suponía que iban a ser atentamente leídos. A continuación, nos
detenemos en uno de estas análisis para examinar la narración del
estudiante que castiga a una pérfida viuda.
Se habla largamente, disfrutando de la lógica. A nosotros nos
parece que este análisis, que se sale del tiempo de la acción, que in
cluso no corresponde a la posibilidad de los protagonistas, es artísti
camente incorrecto.
Pero cada época tiene su poética; la podemos entender consi
derando que lo que a nosotros nos parece en ila obra secundario, para
otro autor, de otra época, era fundamental.
Lo «viejo» se toma como pretexto para un análisis-refutación.
Los nombres romanos, la mención de Roma y Atenas crean la ilu
sión de una tradición vieja para una nueva moral.
Lo nuevo se hace pasar por viejo, discutiendo con el ayer que no
ha muerto.
Lo nuevo, no obstante la retórica, a veces resulta viejo; tras el
retórico humanista asoma el retórico escolástico.
A nosotros, por ejemplo, la relación entre los acontecimientos del
relato y el carácter del protagonista nos parece haber existido eterna
mente como algo que se sobrentiende.
En la narración séptima de la octava jomada se habla de un
joven estudiante que había permanecido mucho tiempo en París en
tregado a sus libros, y al volver a Florencia se enamora de una viu
da, que se burla y se ríe de él. Gon el pretexto de realizar un rito
mágico, aconseja a la mujer que se suba en veranoi a lo alto de una
torre, y él retira la escalera. El sol quema a la malvada. El estu
diante se entretiene en sermonearla o se retira a descansar.
Recordaré que se trata de un hombre joven.
El discurso del estudiante está construido según todas las reglas
de la retórica y procura abarcar por completo y agotar el tema. Ocu-
pa más de ríete páginas de texto impreso: cuanta más largo es el
discurso, peor es el castigo.
Es verdad que en este caso la duración del discurso tiene sus ra
zones : la dama desnuda se está asando al sol, al subir otgañada por
el estudiante a la terraza de la torre. Cuanto más dure el discurso,
tanto mayor será el castigo. Citaré un curioso fragmento del discurso:
sobre le prosa literaria 173
...si bien a los hombres añosos les han sido quitadas las fuer
zas que para los amorosos ejercicios se requieren, no por eso
están privados de la voluntad de ellos, ni del entendimiento de
lo que es digno de ser amado...
Bajo esta piedra yacen los restos de Juan, su alma está ante
Dios adornada con los trabajos de la vida terrena. Su padre
fue Boccaccio, su patria Certaldo, su ocupación, la sagrada
poesía.
más ladrones que Caco, y los doce pares, con el verdadero his
toriador Turpín; y en verdad que estoy por condenarlos no
más que a destierro perpetuo, siquiera porque tienen parte de
la invención del famoso Mateo Boyardo, de donde también
tejió su tela el cristiano poeta Ludovico Ariosto; al cual, si
aquí le hallo, y que habla en otra lengua que la suya, no le
guardaré respeto alguno; pero si habla en su idioma le pondré
sobre mi cabeza.
hasta tal punto, que el propio viaje de Marco Polo, descrito por
una persona que conocía los primeros libros de caballerías, ge tomaba
por una novela.
Al final de la primera parte, tras la jaula en la que llevan a casa
al caballero 'loco, con los acompañantes va el sabio canónigo; inicia
con el cura una conversación sobre la novela caballeresca, y esto
parece la revisión de la actitud del propio Cervantes hacia el libro
de caballerías. El canónigo lo defiende, aunque ac ríe de la locura de
don Quijote. Es verdad que dice:
tre, que consiga el fin mejor que se pretende en los escritos, que
es enseñar y deleitar justamente, como ya tengo dicho. Porque
la escritura desatada de estos libros da lugar a que el autor pue
da mostrarse épico, lírico, trágico, cómico con todas aquellas
partes que encierren en sí las dulcísimas y agradables ciencias
de la poesía y de la oratoria; que la épica tan bien puede escri
birse en prosa como en verso.
La novela y la historia
Recurro a las citas porque no creo que sea fácil leer c interpretar
con exactitud la novela.
Más tarde presentaré las pruebas.
También se refleja en el libro el proceso de la modificación del
conocimiento del mundo por medio del arte. Ya hemos dicho que
en Don Quijote el caballero sabe que sobre él se ha escrito una
novela; esto, naturalmente, es muy convencional. El convenciona
lismo aumenta con el hecho de que el propio Caballero de la Triste
Figura no lia leído la novela, la conoce sólo de oídas y no está muy
satisfecho de ella.
Hay una conversación entre don Quijote, Sancho y el bachiller
Carrasco. Los tres citan casi literalmente a Aristóteles.
El bachiller manifiesta que hay lectores que opinan que se puede
188 Víctor Sklovskl
...y me hace Dios con ella mil mercedes y más bien que yo
merezco. Que yo juraré sobre la hostia consagrada que es tan
buena mujer como vive dentro de las puertas de Toledo.
196 Víctor Sldovskl
¿Qué será esto, Sancho, que parece que se ablandan los cas
cos, o se me derriten los sesos, o que sudo de los pies a la
cabeza ?
más, y se hace aún más patente, al ver el caballero una jaula con
enormes leones y quererlos atacar inmediatamente. El hidalgo ve que
don Quijote está loco', pero Sancho, que acaba de engañar y rebajar
a dori Quijote, responde muy serio: «—No es loco... sino atrevido».
Es una definición muy profunda.
Don Quijote se encuentra ante ún peligro verdadero; con una
espada, y no de las mejores, espera ante la jaula abierta la aco
metida del enorme león.
Nosotros comprendemos que don Quijote también era atrevido
cuando luchaba con los molinos y los pellejos, porque para él eran
unos enemigos temibles, unos gigantes.
La sucesión de sabiduría y errores en el hombre atrevido nos
muestra la verdadera esencia de don Quijote.
Como ya hemos indicado, la primera parte está escrita según el
esquema de 'la novela picaresca. Es verdad que los acontecimientos
no se relatan en primera persona, pero excepto el capítulo VI, en el
que se examina la biblioteca del caballero sin liallarse él presente, la
narración sigue fielmente al protagonista.
Al final dd capítulo VIII leemos:
que el ciego alarga hacia delante, avisa del peligro o anuncia que el
camino está. libre. Utilizando los antiguos argumentos y tópicos, mo
dificándolos, el escritor puede agudizar la percepción.
La construcción aigumental toma el acontecimiento y parece
abrirlo, anticipándolo y recordándolo-de distintas maneras. EL argu
mento actúa como el eco. Como él, no sólo nos muestra cómo se ha
desintegrado el sonido y nos anuncia los obstáculos en el camino de la
onda sonora: también nos lo proporciona en la resonancia de las
comparaciones.
Las comparaciones necesitan cierto patrón, algo que la compara
ción no altere, que se repita para que se pueda ver ló que ha cam
biado.
Voltaire se comparta como un publicista que en un solo artículo
puede agrupar diferentes destinos según el rasgo escogido.
Parodiando la forma novelística, reúne en tamo a: una mesa reyes
que perdieron el trono.
Para esto debe mejorar notablemente su suerte, sacarlos de la
cárcel y, al mismo tiempo, mostrar el nuevo carácter típico de unos
casos antes imposibles.
Las novelas de Sterne se diferencian de las de Voltaire por la pro
pia temática. Trata de lo que nadie había tratado; su destrucción de
la forma novelística es más profunda que la ironía volteriana del
periodista.
Los filósofos siguen mediante el análisis retórico de la vida las
aventuras de los personajes de Voltaire y sus peregrinaciones por los
lugares comunes de la novela griega.
La vieja forma novelística sigue siendo un pretexto para la ironía,
para el análiris; tras ella aparece ya una forma nueva.
En los libros antiguos los cuentas se escogían a menudo según el.
principio de ios desenlaces similares.
En d capítulo 26 reúne Voltaire en un hotel a Cándido con seis
soberanos derrocados. Todos ellos acababan de perder el trono, to
dos existieron realmente en los tiempos de Voltaire o poco antes. El
Iván que se menciona en el libro, en la época en que se escribía
Cándido estaba recluido en Schlissclburg’ y le castigaban con un
7. ForLaleza y prisión rusa en una isla del lago Ladoga. (N. de la i.)
21B Víctor Sklovskl
Sobre el asombro
Los hombrea no eran iguales, unos eran pobres y otros ricos, to
dos se habían acostumbrado a ello. Esto existía dentro de un deter
minado sistema, en una determinada sucesión, y fue destruido a la
vez que el feudalismo. Era destruido, reaparecía y nuevamente se
rechazaba.
El hombre de origen incierto, el hombre que ha perdido su sitio
en el mundo al perder su nombre, provoca asombro por lo que le
ocurre y por lo que ve.
Tom Jones es hijo ilegítimo de una rica propietaria y sobrino de
un virtuoso propietario. Su origen es desconocido. Con Tom Jones
rivaliza su hermano, el hijo que la misma mujer tuvo en su matri
monio. El hermano oculta la carta de la madre, calumnia a Jones
rivalizando con el, si no en el amor, s en los proyectos de matri
monio, y al fin consigue echar a Tom.
Tom Jones es un joven bueno de una moral natural. Representa
el ideal del joven de mediados del siglo xvm. El ideal se basa en la
naturalidad de la satisfacción de los deseos de la vida, que a Fielding
230 Víctor Sklovskl
Sí, la moderación
es el mejor don de los dioses, y el que termina bien la vida
ése es verdaderamente feliz.
.. .ved esta encantadora figura, esta cara, este talle, estos ojos
en los que resplandece la inteligencia. ; Es que puede el poseedor
de tantas gracias serles infiel? No, querida Sofía, esto no es
posible...
16
242 Víctor Sklovskl
Son laa palabras del tío Tob, las palabras de un hombre valiente,
que comprende que se trata de la violencia y amenaza a los opreso
res también con la violencia, no con el castigo divino.
244 Víctor Sklovskl
Para Steme, los enemigos del ingenio son las «grandes pelucas»,
lá ciencia oficial y el poder, así como «sus reverencias», los clérigos.
El derecho a perseguir el ingenio es la «Carta Magna» de la
soberbia estupidez de estos aliados.
6. T. Locke, Z7n ensayo sobre la razón humana, libro II, Moscú, 1898,
p. 132.
Sobre la prosa literaria 253
Sobre la discreción
17
258 Víctor SklovBkl
9 C. Marx y F. Engels, t. I, p. 7.
Sobre la prosa literaria 259
10. lbidem.
11. Museo de pintura rusa, en Moscú. (AT. de la i.)
260 Víctor Sklovskl
Es indudable que las digresiones son como la luz del sol; son
la vida y el alma de la lectura.
LV
El tiempo en la novela
...éste deberá
coordinar distintos informes,
descifrar inscripciones,
recoger anécdotas,
incorporar historias,
tamizar leyendas,
hacer visitas (a personas importantes),
pegar panegíricos en unas puertas y
pasquines en otras.
de donde se deduce...
La jaula de Sterne .
19
290 Víctor Skloirékl
arte, hay que aumentar aún más el carácter paradójico de las aso
ciaciones. El torrente del saber termina por ser reconstruido, pero sán
tomar conciencia de él, porque conocer es superación, la detención
ante el hecho, el trabajo alrededor de su transformación.
El otro camino es el de la creación del mundo.
El hombre aplica al mundo un trabajo y lo llega a conocer trans
formándolo.
El esfuerzo creador permite el conocimiento del mundo.
Belinski escribe en la introducción a La fisiología de Petersburgo,
colección de trabajos de escritores rusos dirigida por Nekrásov:
El libro debía ser narrado por dos grupos de personas, los seño
res y los criados; entre los primeros estaría Pickwick; entre los se
gundos figurarían los Weller, padre e hijo.
Ele aquí cómo es descrito Pickwick en el libro que no llegó a rea
lizarse. Primero se entusiasma con un antiguo reloj del dueño,
después:
El reconocimiento en Dickens
20
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prenrible par qué escogen unos lugares tan incómodos como viejas
casas o húmedos sótanos.
Mucho más tarde Oscar Wilde también, opuso a la aburrida
vida de un fantasma conservador la alegre travesura de unos chicos
americanos, que le disparan con sus tiradores.
Por lo demás, los fantasmas acabaron por vencer a los america
nos, ocupando durante muchos años las pantallas de los cines. Va
gaban en alegres o sentimentales multitudes por las películas, refor
zando los argumentos anticuados, lo mismo a como un fuerte forro
conserva un traje raído, pero que su dueño no acaba de tirar.
Dickens no sólo desprecia los fantasmas, sino también los miste
rios góticos, pues había visto cosas más terribles.
La compañía a la que se une Nicolás Nickleby monta una obra
que transcurre no se sabe en qué siglo ni en qué país. El autor ex
plica irónicamente el contenido de esta obra: hay un castillo, un des
terrado que aparece durante un banquete y pone en guardia no se
sabe por qué ni para qué a la mujer del desterrado, qtje quiere matar
al patriarca que se apoderó del castillo, y una mujer enamorada que
saca a su amado del calabozo.
La misma inexactitud del tiempo, que indica Dickens, es intere
sante para definir el género. En la novela gótica se indicaba la época,
pero era totalmente convencional: era algo que ocurría en cierto
lugar en loa montes, entre italianos y españoles, en cierta época del
Medievo, que se indica con bastante exactitud, pero que se presenta
de un modo teatral, riendo su característica las salas abovedadas.
Dickens emplea ciertas cualidades de la novela de misterio para
mostrar la época actual; sus misterios sirven para unir las líneas ar
guméntales y, al mismo tiempo, para analizar al protagonista.
En B!eak House («La casa lóbrega»), la hermosa lady Dedlock
tiene un secreto; el secreto es que tuvo antes de casarse una hija con
su amante. El reconocimiento se presenta de un modo muy intere
sante e inesperado: la mujer, que lleva loe asuntos de su marido a
través de un apoderado, reconoce la letra de su amante, d cual, al
arruinarse, se dedica a copiar papeles de negocio?.
Así, el apoderado se entera del secreto de la lady.
Las secretos unen a los personajes de un modo diverso, pero quien
aparece con mayor fuerza en la novela de Dickens es un niño que
324 Víctor Skloyskl
El misterio de Merdle
...en este suelto era descrito yo, John Harmon, cuyo cadá
ver desfigurado había aparecido en el Támesis en circunstancias
muy sospechosas; se describía mi traje, se enumeraban los pa
peles que llevaba conmigo, se indicaba el lugar á donde me
llevaron pata ser identificado. Olvidando toda prudencia, me lan
cé allí como un loco y a las alucinaciones, particularmente gra
ves aquellos días, se añadió et horroroso semblante de la muerte
a la que había escapado. Comprendí que alguien había mata
do a Radfoot, codicioso del dinero a causa del cual él había
querido terminar conmigo, y que acaso iios habían echado a los
dos por una alcantarilla a las aguas oscuras del Támesis, rápi
das y profundas al bajar la marea.
Por el Támesis van en una barca un viejo, que sigue con la vista
la corriente del río, y úna pálida joven. Son los Hexan. El viejo
Hexan pesca cadáveres en el Támesis y los despoja. Tiene un envi
dioso rival.
El cadáver del supuesto Harmon es sacado por Hexan. Su rival
Riderhood lo denuncia como asesino de Harmon.
El amigo del abogado encargado del asunto de Harmon, Eugenio
Wraybum, se enamora de Luisa. También está enamorado de ella
el maestro de su hermano, Headstone, quien intenta asesinar a Eu
genio Wraybum. Riderhood hace víctima de un chantaje a Heads
tone; éste mata a Riderhood y muere junto con él. Eugenio Wray-
burn, desfigurado por Headstone, es salvado por Luisa.
Esta, que siempre vivió en el río, es una excelente barquera. Al
final se convierte en la mujer de Eugenia
Me he limitado a referir unas cuantas lineas de la novela. Las
relaciones entre ellas son muy convencionales, pero lo que se en
cuentra dentro del marco de los misterios es a veces soberbio.
Se pone de manifiesto la contradicción entre la forma tradicional
de la novela y su relleno.
Entre tanto, Dickens de lo que más se enorgullecía era de la
construcción aigumental de la obra, y escribe en el epílogo, que
titula «POST SCRIPTUM. A modo de prólogo»:
La estilística de la sorpresa
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354 Víctor Sklovski
go, donde incluso hay un capítulo dd libro tercero que se titula «El
coro social»; en el libro cuarto el último capítulo, que no va nume
rado, lleva por título «La voz de la sociedad». En él las personas
ostentan nombres convencionales: Contratista, Director de compa
ñía, Genio. Estos seres convencionales conversan con personajes no
convencionales de la novela, que figuraron en todo el relato y poseen
sus vidas particulares.
La vida de la señora General es una existencia inconsciente,
inútil, contraria a Dickens. Su carácter «no está terminado» porque
ella, dentro de la conexión de la novda, es necesaria como sombra
de míster Dorritt, como la expresión de uno de los rasgos fundamen
tales de su naturaleza.
El antiguo preso quiere ser como todos, quiere ser impotente, no
sorprenderse de nada, quiere pasear por un cómodo camino, escu
chando el adormecedor ruido de los látigos.
Se puede decir que el carácter del viejo Dorritt se desarrolla en
■el carácter de la señora General.
Ésta parece haber salido de la conciencia del propio Dorritt y se
habría convertido en su esposa si la quiebra no lo hubiese sacado
nuevamente fuera del camino.
Dickens destruye con manoi fuerte lo habitual. Hace chocar la
riqueza de Dorritt en los recuerdos de su hija con la pobreza, las
puertas cerradas de la cárcel, el trabajo de costurera a domicilio, la
desagradable búsqueda de pan.
En el mundo de Podsnap y la señora General, Dickens derrota
a sus enemigos obligándoles a sorprenderse. Los muestra aburridos y
ridículos.
Quienes no se sorprenden son los enemigos suyos.
Vivir sin sorprenderse es vivir sin ver el mundo y hacerlo así
descansa en los fenómenos del convencionalismo.
En el sistema de imágenes de Dickens, la imagen hallada sigue
existiendo, utilizándose para aclarar más y más nuevas imágenes.
La vida monótona, sin fin y perspectiva, de la cárcel de Maishal-
sea se convierte en una imagen permanente.
El viejo Dorritt no es el único en arrastrar tras de sí en la rique
za la sombra de la cárcel; también en los turistas ingleses ve la pe
queña Dorritt a la «aristocracia de Marshalsea».
Sobre la proaa literaria 357
25. W. Diselius, Charles Dickens, Leipzig und Berlín, 1916. Cita tomada
de: Problemas de la forma literaria, Ed. Academia, Leningrado, 1928, p. 136.
Sobre la prosa literaria 359
delincuente se mueve por una calle envuelta por la. niebla, como un
reptil.
Más tarde creó Dickens el paisaje de la ciudad, incorporando
a A, acaso a partir de la balada, repeticiones rítmico-poéticas. Posi
blemente se trataba de las descripciones del paisaje más largas en la
prosa de aquel tiempo-.
En Dombey e Hijo se describe la huida de mister Carker. Ha
cometido un hecho censurable que todos condenan, aunque la con
dena no es de muerte: se ha llevado a la mujer de otro. Pero su fuga
se describe con unos detalles que por su patetismo recuerdan la del
asesino Sikes. El fugitivo va por caminos, ve tabernas, granjeros que
tratan de sus cosas, incendios, casas pobres. Todo está rodeado y
marcado por el miedo.
He aquí la descripción de la huida de mister Carker, construida
rítmicamente.
La expresión «esto era una visión» del capítulo LV, se repite rít
micamente a lo largo de dos páginas.
Se sucede la vertiginosa mención de lo comente, cuya compren
sión crea la fantasía de lo extraordinario. Citaré un párrafo:
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370 Vlotor Sldovold
VOLÚMENES PUBLICADOS
Francisco ñ. Adrados:
Estudios de LIngUbtIca general
Emilio Orozco Díaz:
El tealro y le teatralidad del Barroco
Angel Vatbuena Prat:
El teatro español en su Siglo de Oro
Geórgas Poulét:
Los caminos actuales de la crítica (Prólogo de Antonio Prieto)
Mario Fublnl:
Métrica y poesía
Guido Manclnl:
Dos estudios de literatura española (Palmerín de Olivia y Leandro F. Mo-
ratfn)
Manuel Alvar:
El Romancero: tradlclonalldad y pervlvencla
M. Baquero Goyanee:
Estructuras de la novela actual
Cesare Segre:
Critica bajo control
Guillermo Dlaz-PIaja:
Al filo del Novecientos
F. López Estrada:
Rubén Darlo y la Edad Media
José S. Lasso de la Vega:
De Sófocles a Brecht
Tzvetan Todorov:
Literatura y significación
Víclor Sklovskl:
Sobre la prosa literaria
José Simón Díaz:
La Bibliografía: conceptos y apllcadones
José M * Valverde:
Azorfn
EN PREPARACIÓN
Helmut Hatzfeld:
Estudios de literaturas románicas
Erich von Richthofen:
Tradicionalismo épico-novelesco
Joaquín Arca:
Tasto y la poesía española
Leo Pollmann:
La épica en las literaturas románicas
Alfredo Hermenegildo:
La tragedia en el Renacimiento español
Gabriela Makowiecka:
Luzán y su Poética
Esteban Pujáis:
Perspectiva de la poesía Inglesa del siglo XX
Martín de Riquer:
Los trovadores
Tulllo de Mauro:
Introducción a la semántica
Manuel Alvar
Los caminos actuales de la lingüística
María de! Pilar Palomo:
Perspectiva critica del comentarlo de textos
Saum'an
Problemas actuales de la lingüistica estructural
Antonio Prieto:
Ensayos de vocación literaria
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Problemas de sintaxis y fonología
V. Eugenio Hernández-VIsta:
Estudios de estilística estructural
A. Iglesias Laguna:
Europa y la novela española actual
U. Weiestein:
Introducción a la literatura comparada
Helmut Hatzfeld:
Estudios de sstlUstlca
Elena Catena:
La literatura rebelde del siglo XVIII
Benvenuto Terracini:
Análisis estilístico
Gluseppe Di Stefano:
Elaboración en el romancero tradicional y otros temas de literatura po
pular
Ángel Valbuená Briones:
Calderón y la "Comedla nueva”
J. Fradejas Lebrero:
Cantares de gesta medievales
Rafael de Balbln:
Entre Cervantes y los poetas contemporáneos
G. Schroder:
El "Criticón" de GracJ&n
Gregorio Salvador:
Estilística estructural