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CHARLES FINNEY / Sección 2.

1 Biografía
CHARLES FINNEY

Lo más llamativo de la biografía de Finney, es la obra y relación que el Espíritu Santo mantuvo con
este durante toda su vida. Para los que piensen que el bautismo del Espíritu Santo fue un invento
de los pentecostales, notarán con gran asombro que mucho antes podemos ver este
transformador suceso en la vida de Finney en el año de 1821. Pero vayamos a sus comienzos,
Charles nace en Warren-Connecticut el 29 de Agosto de 1792, ninguno de sus familiares eran
creyentes, por aquella época en los escasos lugares donde se predicaba la palabra de Dios, lo
hacían en alemán y de una manera muy monótona y aburrida. Estamos hablando de Nueva
Inglaterra.

El primer contacto para Charles con la Biblia y el Espíritu Santo ocurre a causa de la profesión que
había escogido, pues estudiando leyes debía obligatoriamente recurrir a la Biblia.

Cada vez, comienza a dedicarle más tiempo a su lectura y es así como serias inquietudes acerca de
su salvación y la vida eterna, comienzan asediar su mente día y noche.

Sabía por lo que había leído que sus obras no le llevarían a Dios, ni le concederían la salvación;
entendió que era pecador y su destino eterno sería de perdición. Y el Espíritu Santo le revelaba por
aquel entonces que Jesús era el único Camino.

Fue así que para el otoño de 1821, decide solucionar su situación con Dios, encontrar la salvación
para su alma, y darle fin a este agobio. Ahora era consciente que escondía su Biblia para que nadie
la viera sobre su escritorio; que tapaba el agujero de la cerradura de su oficina, para que nadie le
viese leyéndola. Pero no sería esto lo único que trataría de esconder, a la mitad de la semana
cuando había decidido arreglar su situación o morir en el intento según sus propias palabras

.Pasado medio día sale a caminar y comienza a internarse por el bosque. Su propósito era ir a un
lugar desierto donde pudiera encontrarse con Dios, y detener la agonía que le aquejaba, pero
ningún lugar parecía satisfacerlo. Mientras se adentraba cada vez más y más en aquellos
escondidos parajes, súbitamente fue como si una voz interior le señalara que a la multitud de sus
pecados, se sumaba su orgullo y vanidad. Al verse un vil pecador, temió el ser hallado por otros
pecadores y de rodillas se reconcilió con Dios. Era el Espíritu Santo en acción trayendo convicción
de pecado, de juicio, y de justicia; ahí se convirtió. 

Una vez en paz, y al regresar a su oficina tomó su chelo e interpretó música sacra, y como él
mismo lo narra, decía sentir ondas eléctricas de amor líquido que atravesaban todo su ser. Que
mejor definición del bautismo del Espíritu Santo que la de Charles. En ese mismo lugar le pareció
ver a Jesús en visión, su ser no podía contener tanta felicidad, paz y amor. Su llanto y sus gemidos,
junto con sus lágrimas inundaban el lugar. Tal estrépito no pasó desapercibido, pues una de las
personas del coro de la iglesia a quienes Charles enseñaba música, vino al lugar, queriendo indagar
más acerca de los gemidos que provenían del lugar donde Finney se encontraba. Tal vez,
solamente escucharía hablar en lenguas, ya que él decía no poder encontrar las palabras en un
idioma conocido, para expresar la emoción que lo embargaba. Desconcertado su alumno, va en
busca de uno de los ancianos de la iglesia, y al tratar de narrar lo sucedido, explota en risas,
CHARLES FINNEY / Sección 2.1 Biografía
revolcándose y sin poder decir nada. Vemos así que la unción de risa, tampoco es un invento de
nuestros días.

Su apetito por buscar a Dios y aferrarse a Él, nunca disminuyó desde ese día, por el contrario se
convirtió en un ícono, pues todos imaginaban imposible y lejano el día de su conversión ya que él
siempre observaba que las oraciones de los cristianos de ese entonces no tenían respuesta, ya
fuera porque ellos no sabían orar o porque Dios no escuchaba sus súplicas. Es increíble cómo, para
alguien que pensara así, la oración se convirtió en un apoyo y arma insustituible, puesto que el
padre Nash era su compañero de conquistas, quien le apoyaba fielmente en oración, antes y
mientras visitaban los distintos lugares a los que acudieron.

Las aldeas y ciudades no volvieron a ser las mismas, una vez que este hombre pasaba por allí. Los
trabajadores de las fábricas y los habitantes de los pueblos caían de rodillas, en medio de lágrimas
bajo una fuerte convicción de arrepentimiento, pues su prédica se salía de los moldes.

Siempre es asociado el gran avivamiento de EE.UU. con el nombre Charles Finney. Cuentan que
trece días antes de cumplir los 83 años, partió hacia aquellas moradas que Jesús fue a
prepararnos, mientras cantaba: “Jesús amante de mi alma, déjame volar a tu regazo”. Esto ocurrió
en Agosto 16 de 1875.

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