Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
1.4.1. Antecedentes
A decir del MRTA, tanto IU como el PCP-SL formaban parte del mismo campo
popular, aunque mantenía discrepancias con ambos. En cuanto a la definición de su
estrategia denominada «guerra revolucionaria del pueblo», un primer esbozo fue
formulada en el documento «El MRTA y la revolución peruana», publicado en mayo de
1985. Según el MRTA, su estrategia «adquirirá diversas formas de acuerdo a la
agudización de la lucha de clases en el país, y a las etapas propias de este tipo de
guerra, surgidas acorde a la particular realidad nacional» . En la práctica, el MRTA
fracasó en dichos objetivos.Con el fin de alcanzar sus metas y objetivos trazados, el
MRTA prestó particular atención a las tareas de prensa y difusión. Por último, en el
contexto electoral de abril de 1985, el MRTA propuso una plataforma de lucha
mínima, que se resumió en el rompimiento con el Fondo Monetario Internacional, el
aumento del sueldo mínimo vital, la amnistía para todos los «presos políticos» y el
cese de los estados de emergencia . Estas propuestas fueron acompañadas de
atentados como el ataque a la casa del entonces Ministro de Trabajo, Joaquín Leguía
y la colocación de explosivos en los locales de la firma Kentucky Fried Chicken, en
marzo de 1985 en Lima. En los meses siguientes, el MRTA efectuó una serie de
acciones denominadas «milicianas»40 y «comando». Las primeras realizaron
atentados contra las empresas prestadoras de servicios de agua y energía
eléctrica, además de innumerables repartos de volantes, pintado de lemas
subversivos, mítines relámpagos, colocación de banderas y «tomas» de
radioemisoras, colegios, mercados y barrios populares. En tanto, los comandos
emerretistas ejecutaron la «recuperación» de armas de armerías ubicadas en Lima o
los asaltos a camiones repletos de productos de primera necesidad. En el mes de
junio de 1985, en conmemoración del inicio de la acción guerrillera del MIR de De la
Puente Uceda, el MRTA efectuó varias acciones en la ciudad de
Chiclayo , Chimbote , Huancayo y Lima. Hasta ese momento, los emerretistas habían
logrado consolidar una estructura militar, con un costo mínimo de militantes caídos y
una serie de acciones realizadas en Lima y otras ciudades de la costa y sierra central
del país.Dos acciones realizadas en Lima marcaron el inicio de la «fase de
hostigamiento». Desde enero de 1984 hasta mediados de 1985, el MRTA afianzó su
organización y logró, mediante sus acciones, una mayor presencia en los medios de
comunicación, convirtiéndose en un actor más en el conflicto armado interno. De otro
lado, su trabajo en los «frentes de masas» estudiantiles, barriales y populares obtenía
algunos avances gracias a la influencia alcanzada por el Movimiento Pueblo en
Marcha –organización política en la que el MRTA había infiltrado militantes-. Sin
embargo, luego de las elecciones presidenciales de abril de 1985 donde resultó electo
Alan García Pérez del APRA, la Dirección del MRTA suspendió las acciones militares
contra el gobierno entrante, al considerar que el pueblo había «depositado
mayoritariamente su esperanza en el partido aprista de un cambio radical de su
situación» y por tal razón «se muestran expectantes por lo que puedan hacer» los
apristas en el poder .En una concurrida conferencia de prensa46 clandestina, un
encapuchado Victor Polay Campos, a nombre del Comité Ejecutivo Nacional, instancia
de dirección emerretista, leyó un pronunciamiento donde se señalaban las razones por
las cuales tomaban aquella decisión. Lo que nosotros estamos haciendo es suspender
toda acción militar contra el gobierno y contra el partido aprista, no vamos a realizar
acciones militares contra ellos. Pero nos reservamos el derecho de hacer acciones
político – militares contra el imperialismo, contra las fuerzas represivas cuando atacan
al pueblo y contra las empresas que medran con el hambre del pueblo. Con la
suspensión de acciones militares, la dirigencia emerretista pretendía ganarse las
simpatías de la población que votó tanto por el APRA como por IU y de la militancia de
ambas organizaciones políticas.Asimismo buscaba diferenciarse en los hechos, del
PCP-SL y consolidar su presencia política a nivel nacional, presentándose como una
organización alzada en armas que tomaba la iniciativa «en el plano político con una
actitud dialogante, de madurez y comprensión política» . Sin embargo, en el corto
plazo, la ejecución de acciones contra blancos considerados del «imperialismo», las
fuerzas del orden y contra las grandes empresas crearon inestabilidad y zozobra al
recién instalado gobierno aprista, cancelando con ella la posibilidad de algún diálogo
con el gobierno. En tanto, en la militancia del MRTA, esta suspensión unilateral
provocó desconcierto, cuestionamiento y el retiro de no pocos de sus militantes. Para
algunos dirigentes regionales emerretistas, la medida apareció como una decisión
tomada sólo por la dirigencia nacional.