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Que son los desechos tóxicos

Son aquellos residuos producidos por el generador con alguna de las siguientes
características: infecciosos, combustibles, inflamables, explosivos, reactivos,
radiactivos, volátiles, corrosivos y/o tóxicos; los cuales pueden causar daño a la salud
humana y/o al medio ambiente

Flujo
Es necesario conocer el flujo de los residuos, es decir, a dónde van los mismos una vez
generados. Por ejemplo, qué cantidad recolecta el ayuntamiento, qué cantidad va al
sitio de disposición final, qué cantidad entra en el circuito del reciclaje, etc. Deben
instalarse básculas para camiones en las instalaciones de tratamiento intermedio y/o
sitios de disposición final, a fin de proceder al pesaje de los mismos. Debe registrarse la
cantidad entrante de residuos. En el caso de las instalaciones de tratamiento
intermedio y /o rellenos sanitarios que no cuenten con báscula para camiones, se debe
registrar el número de vehículos y cantidad estimada de residuos contenida en los
mismos.

Clasificación de los desechos tóxicos.


Las fundas de basura hospitalaria sirven para evitar la inadecuada recolección,
transporte, almacenamiento y disposición final de los desechos hospitalarios ya que
pueden provocar daños físicos serios e infecciones graves al personal que labora en los
hospitales, a los pacientes y a la comunidad en general.
La manipulación de estos desechos   incrementa el riesgo para el trabajador
hospitalario, que puede contaminarse la piel o las conjuntivas oculares, herirse con
objetos cortopunzantes, inhalar aerosoles infectados o irritantes, o ingerir en forma
directa o indirecta, el material contaminado.
Un mal manejo de desechos puede facilitar la transmisión de enfermedades
intrahospitalarias, causando un aumento en el número de días de hospitalización, en
los costos de tratamiento y en la mortalidad intrahospitalaria.
Conocer cómo se separan los residuos “permite evitar la contaminación del aire, suelo,
fuentes hídricas y los diferentes elementos de la Estructura Ecológica Principal
(espacios verdes), además, reduce la emisión de gases efecto invernadero que son los
que ocasionan el calentamiento global”.
Clasificación de residuos hospitalarios:
La denominación de los RES (Residuos sólidos) puede cambiar entre países, y suelen
clasificarse en tres grandes grupos:
Comunes o no peligrosos
Biológicos: infecciosos, punzocortantes y anatómicos.
Peligrosos: farmacéuticos, citotóxicos, químicos y radiactivos
Según la OMS, entre un 75% y un 90% de los RES son residuos médicos asimilables a
comunes o no peligrosos; aproximadamente entre un 25% y un 10% son catalogados
como biológicos y un 5% como peligrosos). Cada uno de los tipos de RES cuenta con
patrones específicos de gestión.

Estos son los colores que permiten separar los residuos:


Bolsa blanca: residuos aprovechables como plástico, vidrio, metales, papel y cartón.
Estos deben estar secos y limpios.
Bolsa negra: residuos no aprovechables como el papel higiénico, servilletas, papeles
metalizados y cartones contaminados con comida; entre otros. En esta bolsa también
se pueden disponer los tapabocas que las personas utilizan todos los días como
principal medida ante el coronavirus.
Bolsa verde: residuos orgánicos aprovechables (restos de comida, de corte de césped y
poda de jardín).
Bolsa roja: única y exclusivamente para residuos hospitalarios y similares que
contengan bacterias, parásitos, virus hongos, infecciosos, entre otros. A continuación,
se describen algunos ejemplos: guantes quirúrgicos, agujas, jeringas, gasas, elementos
contaminados con sangre o fluidos corporales de humanos y animales.

Clasificación
Rodríguez, expresó no estar satisfecho con la clasificación que se desarrolla en los centros
de atención médica de República Dominicana.
“No les gusta gastar dinero en equipos para los objetos corto punzante”, dijo insistiendo en
que deben mejorar la segregación.
De acuerdo al Reglamento de los Desechos y Residuos Generados por los Centros de Salud
que se creó mediante el decreto 126-09, los materiales desechables de quirófano,
laboratorio y otros que se utilizan para dar asistencia única a los pacientes, deben de ser
depositados en bolsas rojas y los objetos corto punzante en envases de material rígido.
No obstante, estas reglas no son aplicadas al pie de la letra por los trabajadores de salud,
relata desde su experiencia en el área, lo que dificulta el método de esterilización que
utilizan para luego ir al relleno sanitario.
Testificó que hay hospitales que echan las agujas en envases plásticos e incluso en
“recipientes de detergentes” mientras, otros las envían sueltas, narró impactado por la
carencia de conciencia que tiene la administración y el personal médico.

“A veces los potes lo mandan sin tapas y algunos envían las agujas sueltas; cuando un empleado
toma esa funda y si se lastima tengo que mandarlo hacer pruebas de VIH, a ponerles antitetánica y
un montón de cosas”, expresó refiriéndose al riesgo que están expuesto sus empleados.

Al hacer memoria, Vianela Taveras, gerente de la empresa, citó que los hospitales Vinicio Calventi,
traumatológico Darío Contreras, Regional Marcelino Vélez Santana y el Francisco Moscoso Puello
(este último cuando le prestaban servicios) son algunos de los centros públicos que peor segregación
presentan.

“Si hacen énfasis en la clasificación y el manejo de esos desechos, en especial los hospitales, sería
un éxito”, sostuvo resaltando que las pocas clínicas que le prestan servicios son más cuidadosas.

Otra empresa que se dedica a la recolección de estos desechos es PyD Recycling. Uno de sus
operadores identificado como Pedro Durán, consideró también que el personal de salud carece de
concientización.

Incluso, citó que en un determinado momento tuvieron que prescindir del contrato que tenía con el
hospital General Docente de la Policía Nacional por la inadecuada clasificación.

“Ahí (hospital de la policía) dejamos de recogerles porque cada vez que íbamos era un desastre y
tirados en fundas rotas”, dijo.

 Señaló que para algunos centros médicos en especial los públicos, es más fácil depositar estos
desechos junto a la basura común para que los mismos sean llevados al vertedero.

 “Aquí (en el país) hay un problema con los desechos biomédicos porque a los hospitales no les
gusta pagar; por ejemplo, el hospital Vinicio Calventi nos quedó debiendo casi un millón de pesos”,
recordó.

Duran detalló que presta sus servicios aproximadamente a 10 centros de salud entre públicos y
privados, incluyendo algunos laboratorios del Gran Santo Domingo.

Entre los hospitales citó el hospital la Maternidad de La Altagracia, el hospital de la Mujer


Dominicana y el hospital Juan Pablo Pina de San Cristóbal.

Servicio Nacional de Salud

Las doctoras Ana Núñez, directora del departamento de Salud Ambiental y Ana Arias, coordinadora
de gestión del Servicio Nacional de Salud (SNS), admitieron que en diferentes supervisiones han
determinado “temas con la clasificación”. Y citó, por ejemplo, que algunos zafacones que deben de
tener funda roja (para identificar los desechos peligrosos) tienen fundas negras (basura común). 

Luego de estos hallazgos resaltan haber “desarrollado talleres de capacitación” en todo el país para
el personal médico. No obstante, la valoración por parte de los dueños y gerentes de las empresas
recolectoras de estos desechos es deprimente.

Desechos no biomédicos

La errónea segregación no deja de sorprender a las empresas. Rodríguez confesó que en ocasiones
algunos hospitales les envían fetos y extremidades junto a los desechos hospitalarios, lo cual está
prohibido por ley.

Una vez se percatan, los devuelven al centro médico junto a constancia dirigida al director para que
este le aplique el procedimiento correspondiente. “Cuando se lo enviamos con una carta de una vez
se ponen a las pilas”, dijo.
Especificó que las extremidades deben de llevarse al cementerio para que sean enterradas en una
fosa común propiedad del hospital, luego de realizar un acta de defunción que certifica a la persona
que pertenece.

“No podemos aceptar desmembramientos, fetos ni ninguna partícula humana”, enfatizó.

Clínicas

En el sector privado de salud la situación se agudiza un poco más, conforme a los testimonios de los
entrevistados.

Algunos directores de las clínicas de la región Este y Sur profundo se han “opuesto” a la ejecución
de una debida recogida de sus desechos infecciosos por el alto costo que tiene el servicio, detalló a
LISTÍN DIARIO el director de la Asociación Nacional de Clínicas y Hospitales Privados
(Andeclip), Rafael Mena.

Esta asociación tiene afiliadas aproximadamente 116 clínicas y se estima que a cada una les costaría
entre RD$80 a RD$100 mil pesos el servicio por mes.

Mena sostuvo que la recolección se ha implementado en algunas clínicas de Santiago, San Cristóbal
y Santo Domingo. En esta última demarcación todavía hay centros descuidados, dijo.

Salud Pública

No obstante, el ingeniero Raúl Rosario Díaz del departamento de Salud Ambiental del Ministerio de
Salud Pública, expresó que el costo del servicio no debería ser una justificación para que los centros
privados se abstengan de la asistencia que por ley les incumbe.

Servicios clandestinos

“Nos llaman terceros que se dedican a retirarles esos desechos a algunos centros médicos de manera
clandestina, para investigar cuánto le cobramos por llevar un camión y le respondemos que no
trabajamos así”, afirmó Vianela, añadiendo que aproximadamente el 20 por ciento de los centros
médicos privados del Gran Santo Domingo no tienen una empresa contratada.

En otras provincias también asisten algunos centros médicos, pero la cantidad es muy mínima, razón
por la cual consideró que el manejo de los biomédicos en el interior es aun “peor”.

Sin registros

Tanto el Ministerio de Salud, órgano rector de las políticas sanitarias, como el Servicio Nacional de
Salud, entidad que promueve el fortalecimiento del sistema hospitalario dominicano, no tienen
registros de los centros médicos que tienen una correcta clasificación, ni la cantidad que generan y
tampoco sí cuentan o no con una empresa contratada para la recolección y destino final de los
desechos infecciosos. 

Por su lado, el Ministerio de Medio Ambiente tampoco especificó los nombres de las prestadoras de
servicios que están autorizadas para la recolección y que asisten a los centros médicos.

De acuerdo a la Ley General de Gestión Integral y Coprocesamiento de Residuos Sólidos que se


promulgó el 2 de octubre del 2020, el artículo 66 establece que todas las entidades (incluyendo los
centros de salud) están obligadas a registrarse como generadores.

“Los registros se pondrán en funcionamiento próximamente y podrán encontrarlo en la página del


Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales. Los establecimientos de salud reportaron en su
portal, el tipo y la cantidad de residuos que generan anualmente”, informó la institución al solicitarle
los datos.

Perjuicio al medio ambiente


Sostuvieron que uno de los “grandes” flagelos ambientales que debe de enfrentar el país es el mal
manejo de los residuos sólidos.

Agregaron que “la mayoría de los residuos de los establecimientos de salud se mezclan y se queman
en incineradoras de baja tecnología y alto grado de contaminación o a cielo abierto, sin ningún tipo
de control”.

La incineración de residuos hospitalarios genera grandes cantidades de dioxinas, mercurio y otras


sustancias contaminantes que se disipan en el aire transportándose por miles de kilómetros
contaminando directamente el medio ambiente o terminan siendo cenizas, que en lo general se
desechan sin tener en cuenta la carga de contaminantes tóxicos persistentes que contienen, citaron.

Para evitar que este tipo de residuos peligrosos causen daño al suelo o al aire, el proceso de
incineración debe ser “con una tecnología amigable con el medio ambiente”, definió la institución
sin puntualizar a cual hacen referencia.

Daño a la salud

Manuel Colomé, docente de epidemiología y medicina preventiva del Instituto Tecnológico de Santo
Domingo (Intec), indicó que la errónea clasificación de desechos hospitalarios pudiera perjudicar la
salud de una persona si se lesiona con una aguja.

Colomé citó como ejemplo, a los denominados “buzos”, que a diario se sumergen en toneladas de
basura en los vertederos en busca de objetos con valor.

“Si uno de ellos rebusca en una bolsa negra y se pincha con una aguja contaminada de hepatitis C
(supongamos) pudiera contraer la enfermedad y luego contagiar a otros”, explicó.

Dijo, además, que el riesgo de contraer el virus VIH por la misma causa, también es posible, aunque
la probabilidad es de un 0.05 por ciento, sin embargo, cuando sucede es decisivo.

Sanciones

Euren Cuevas, director ejecutivo del Instituto de Abogados para la Protección del Medio Ambiente,
detalló que la entidad o persona que viole el reglamento que estipula el manejo de los mismos, puede
ser llevada a prisión o multada de acuerdo a la Ley General 64-00 de Medio Ambiente y Recursos
Naturales.

Los delitos están estipulados a partir del artículo 174 y en el artículo 182 y 183 se establecen algunas
de las sanciones penales y sometimientos. El articulo 184 estipula las sanciones específicas para los
funcionarios que permitan “expresamente o por descuido e indiferencia la violación a la ley”. 

“La persona jurídica o física (entidad pública o administrador) puede ser sancionada desde seis días
de prisión máxima hasta tres años si no provoca muertes; en caso de que el mal manejo de estos
desechos provoque la muerte de una persona pueden enfrentar hasta 30 años de prisión de acuerdo al
Código Penal”, señaló.

También pueden ser sancionados con multas con montos que van desde cuatro hasta 10 mil salarios
mínimos.

Deudas por servicios

La inestabilidad en los pagos es otro obstáculo que impide que las empresas puedan ofrecerles la
asistencia de recolección.
El Instituto Nacional del Cáncer Rosa Emilia Sánchez Pérez de Tavares (Incart) tiene una deuda
pendiente con PyD Recycling desde noviembre del 2020 y el hospital Vinicio Calventi también les
debe casi un millón de pesos, afirmó Pedro Durán.

Mientras que el hospital Moscoso Puello adeuda a la empresa AIDSA más de RD$600 mil pesos,
alegó su gerente, Vianela Taveras.

Costo

El costo por la recogida de desechos sólidos hospitalarios va a depender del volumen que generen.
El pago más elevado ronda en RD$80,000 a RD$110,000 y el más económico es de RD$30,000 a
RD$40,000 pesos.

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