Henry - Kissinger - Leadership - Six - Studies - in - World - ST - 230528 - 082900 (1) Traduccion

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MATÚJ BOČEK
Henry Kissinger: Liderazgo:
Seis estudios en estrategia mundial
1 er
Edición, Londres: Penguin Books, 2022, 499 páginas,
ISBN 9780241542002
MATÚJ BOČEK Universidad de Bohemia Occidental, Pilsen, República Checa
CORREO ELECTRÓNICO mbocek@students.zcu.cz
https://doi.org/10.32422/mvcjir.719
DOI
58/1/2023 Revista checa de relaciones internacionales 1
Henry Kissinger: Liderazgo: seis estudios en estrategia mundial
¿Qué es el liderazgo y por qué características medimos si alguien es un verdadero
líder? Para responder a estas preguntas, Henry Kissinger desacredita una vez más el
pasado para mostrar figuras destacadas del arte de gobernar internacional bajo una
nueva luz. En su último libro, Liderazgo: seis estudios sobre estrategia mundial, el
autor ofrece una visión destilada de las figuras políticas del siglo XX que encarnaron
el "liderazgo auténtico". Con el trasfondo de Konrad Adenauer, Charles de Gaulle,
Richard Nixon, Anwar Sadat, Lee Kuan Yew y Margaret Thatcher, el autor explora
más a fondo el tema de su vida: el arte del liderazgo. Según Kissinger, la historia no
la hacen las masas ni los acontecimientos concretos, sino unos pocos individuos muy
influyentes que pueden superar las circunstancias históricas para dar forma a sus
destinos.
Como una de las personalidades más importantes de la diplomacia y el arte
de gobernar de los Estados Unidos, el propio Henry Kissinger ha sido objeto de
múltiples intentos literarios. Sin embargo, tanto los autores estadounidenses como los
europeos están ansiosos por explorar los conocimientos de los mandatos de Kissinger
como asesor de seguridad nacional y secretario de Relaciones Exteriores en las
administraciones de Richard Nixon y Gerald Ford. Junto con su indudable renombre
como brillante experto en temas de política exterior, provoca puntos de vista opuestos
entre los académicos hasta el día de hoy. Niall Ferguson (2015), por ejemplo, describe
a Kissinger en el período de 1923 a 1968 como un "idealista kantiano [en lugar de] un
realista maquiavélico ", mientras que el historiador finlandés Jussi Hanhimäki (2004)
retrata a Kissinger como un "superperb táctico y estratega imperfecto ”. De cualquier
manera, Kissinger aún puede producir una visión profunda de las mentes de figuras
históricas y su papel en la política internacional. Señalando el rasgo común de los
líderes de “ transformar su sociedad y contribuir al surgimiento de un nuevo orden
mundial ” (p. 395), todos los retratos de los líderes están hechos de una manera vívida e iluminadora.
Los encuentros del autor con todos los políticos descritos hacen que esta frase sea
perspicaz, pero también barnizada en el caso de Richard Nixon y poco imaginativa en
el caso de Margaret Thatcher. Además, el libro no presenta ningún análisis de la
estrategia en el siglo XXI . Bajo los desafíos actuales de la política mundial, había un
enorme potencial para que el libro produjera una respuesta valiosa y oportuna a la
política contemporánea basada en una exposición histórica, pero esto no sucede. A
pesar de estos inconvenientes, Liderazgo ofrece un trasfondo sólido de las principales
corrientes históricas en el período que va desde principios del período posterior a la
Segunda Guerra Mundial hasta la década de 1980 y, como tal, nadie que esté
interesado en la historia y la política internacionales debería perdérselo.
2 Revista checa de relaciones internacionales 58/1/2023
MATÚJ BOČEK
A partir de su vasta experiencia, la mayor contribución del último libro de
Kissinger radica principalmente en examinar las características de los verdaderos
líderes y diseccionar qué los hizo tan efectivos. El autor describe a los buenos líderes
como aquellos que tienen la capacidad de apreciar el pasado e imaginar perspectivas
futuras. Siguiendo esta lógica, en cada uno de los seis capítulos el autor trata con un
líder y su conjunto de habilidades analíticas que se proyectaron en el medio de la
política mundial, y llama a esta proyección una “estrategia”.
El primer capítulo trata sobre Konrad Adenauer en la flor de su vida como
primer canciller de la República Federal de Alemania. Kissinger ve a Adenauer como
un estadista astuto cuyo objetivo rudimentario era restaurar “la dignidad y la legitimidad
de la sociedad [alemana]” (p. 5) a través de la federación recién establecida. Para
Kissinger, ex emigrante judío y académico interesado en el equilibrio de poder del
siglo XIX, el intento de Adenauer de crear un modelo federativo para la Alemania de
la posguerra fue aún más crítico.
En política exterior, el autor observa acertadamente tres principios
fundamentales de la restauración alemana y el papel de Adenauer en su consecución.
En primer lugar, estaba el objetivo de fortalecer los lazos con Occidente, especialmente
con los Estados Unidos. Kissinger explica además que al aceptar el discurso del Plan
Marshall, Adenauer accedió al Acuerdo del Ruhr de 1949, que permitió a los Aliados
conservar el control de la industria alemana. El segundo objetivo era reconciliarse con
Francia. Kissinger da a entender aquí que el éxito en esto se debió principalmente a
la agilidad de Adenauer en el trato con el ministro de Relaciones Exteriores francés
Robert Schuman, lo que llevó a que se redujera el número de Fuerzas de Ocupación
y, en última instancia, creó un camino hacia el Consejo de Europa y más tarde a la
Unión Europea del Carbón. y la Comunidad del Acero. Y el tercer objetivo era desafiar
a la Unión Soviética mediante la reconstrucción de la economía de Alemania
Occidental y el establecimiento de instituciones progresistas, y los esfuerzos en este
sentido fueron impulsados por el esfuerzo de Adenauer, señala Kissinger.
El segundo capítulo trata de Charles de Gaulle. Kissinger ve a este presidente
francés como un hombre con grandes perspicacias militares, dotes políticas y
conocimiento histórico cuando estas cualidades eran tan raras en el siglo XX (p. 117).
A pesar de su frialdad y mezquindad, De Gaulle era, a los ojos de Kissinger, casi un
líder mítico con una intuición brillante y un espíritu de fomentar la aplicación de
creencias a menudo impopulares. Como
Puro seguidor del arte de gobernar de Richelieu en el siglo XVII , De
Gaulle continuó por un camino similar al tratar de colocar a Francia en
una posición en la que se le impediría aceptar políticas internacionales
incómodas y, al mismo tiempo, se fomentarían acuerdos beneficiosos
para Francia (pág. 114). ).
De una manera casi pintoresca, Kissinger describe el camino de De Gaulle para
alcanzar el poder político, ya que pasó de ser un oficial condecorado en la Primera
Guerra Mundial a ser el líder del gobierno en el exilio llamado Francia Libre para
finalmente establecer la Quinta República en 1958. Con su una combinación de “
presciencia extraordinaria [que] fue igualada por el coraje de actuar según su intuición,
incluso cuando las consecuencias parecían ser un suicidio político” (p. 118), escribe
Kissinger , de Gaulle catapultó a Francia a la órbita de los estados exitosos. Como en
el caso de Konrad Adenauer, el legado de Charles de Gaulle resultó inspirador a lo
largo de todo el siglo XX , e incluso hoy, como señala Kissinger, la política exterior
francesa puede calificarse de “gaullista”.
En el siguiente capítulo, Kissinger muestra las habilidades en política exterior de
Richard Nixon. Como fue el consejero indispensable de Nixon en política exterior, así
como un activo considerable en la campaña de reelección de este presidente (DALLEK
2007), los recuerdos de Kissinger sobre Richard Nixon siguen siendo bastante positivos.
En el contexto de la presidencia de Nixon, su notoria "Realpolitik" se considera un
enfoque astuto en las circunstancias históricas dadas. Kissinger también adopta un
enfoque acrítico de su propio papel durante la presidencia de Nixon . Cita la
participación de EE. UU. en el sudeste asiático y la alineación con el régimen de Mao
Zedong como éxitos indudables sin voluntad de responder a ninguna controversia en
torno a estas decisiones. En cambio, Kissinger (1979, 1982, 1999, 2014) solo reafirma
sus posiciones de sus libros anteriores.
La única excepción a esto es la discusión del autor sobre la crisis de 1971 entre
las partes separadas del oeste y el este de Pakistán, a la que aquí le da más atención
que en sus libros anteriores. El deseo cada vez mayor de los paquistaníes orientales
de independizarse de sus contrapartes occidentales resultó en un tremendo número
de muertos, con un número creciente de refugiados cruzando la frontera de la subregión.
Aquí, el punto de vista de Kissinger se alinea con la estrategia oficial estadounidense
en ese momento: el objetivo era suministrar a Pakistán equipo militar para detener la
avalancha de refugiados y no permitir la partición de Pakistán en dos unidades políticas.
Cuando la India, respaldada por
MATÚJ BOČEK
finalmente intervino la union sovietica, el resultado fue la creacion de un nuevo
estado llamado bangladesh. Aquí Kissinger lamenta la falta de una respuesta
estadounidense y argumenta de manera bastante convincente que la intervención
IndiaURSS transformó el conflicto “de un desafío regional y humanitario a una
crisis de dimensiones estratégicas globales” (p. 200).
En sus comentarios generales, Kissinger destaca debidamente el
interés nacional, la importancia de mantener el equilibrio global y la utilización
de intensas discusiones entre los principales países como principios clave
de la administración Nixon. Según el autor, estos principios deben seguirse
más allá, independientemente de la dimensión moral de las decisiones relacionadas.
Los dos capítulos siguientes se centran en Anwar Sadat y Lee Kuan Yew.
Retratados como los arquitectos del Egipto de la posguerra y el Singapur moderno,
respectivamente, Kissinger admira a Sadat y Lee Kuan Yew por su voluntad de
cambiar sus estados un tanto rígidos en sociedades modernas y abiertas . A
diferencia de los legados de los otros líderes descritos en esta publicación, el
legado de Sadat se caracteriza principalmente por el “valor moral” de su enfoque
para cambiar el clima político entre los estados árabes y, sobre todo, su política
hacia Israel.
Emergiendo como sucesor de Gamal Nasir, Sadat desempeñó un papel
crucial en los Acuerdos de Camp David en 1973. Al describir el proceso histórico
que condujo a este logro culminante pero tentativo, Kissinger hace una distinción
importante entre Sadat y Nasir cuando enfatiza la manera diplomática de Sadat. ,
que era casi de una manera occidental. Este fue, según el autor, un enfoque
decisivo que resultó en el tratado de paz entre Israel y Egipto. Aunque Kissinger
admite que la contienda de Medio Oriente todavía está muy presente, agrega que
“la visión de Sadat del orden internacional entre estados soberanos, basada en
intereses nacionales definidos en términos morales” (p. 273), podría potencialmente
limitar la calamidad regional a su mínimo.
Lee Kuan Yew, por otro lado, es el único representante asiático en este
libro. Su mayor logro fue transformar el estado insular pobre y aislado de Singapur
en un país moderno de orientación occidental con el ingreso per cápita más alto
de Asia. La excelencia de su liderazgo radica en muchos factores. El más notable
fue su manejo de los astillados
población compuesta por malayos, indios y chinos. Kissinger subraya cómo Lee
Kuan Yew fusionó de manera efectiva estos grupos que no compartían una historia,
un idioma o tradiciones comunes en un estado estable y, posteriormente, sentó las
bases para la economía de clase mundial y el centro tecnológico que vemos hoy.
Kissinger no expresa dudas cuando enfatiza la habilidad de Lee Kuan Yew
para manejar tales desafíos. Sin embargo, también agrega que el crecimiento
económico por sí solo es insuficiente para cubrir el problema actual del déficit
democrático. El autor concluye que Singapur aún se encuentra en la fase de
encontrar el equilibrio adecuado entre “democracia popular y elitismo moderno” (p.
315), y los problemas de cohesión social y el gobierno étnico de un solo partido
siguen siendo el mayor desafío de Singapur.
El sexto capítulo presenta un retrato de Margaret Thatcher como la primera
mujer en convertirse en primera ministra británica. Kissinger destaca su fortaleza
personal como el mayor recurso que pudo haber tenido para el liderazgo. Equipada
con tal recurso, Thatcher se abrió camino en el Partido Conservador predominantemente
masculino e hizo cumplir varias políticas de libre mercado anunciadas por el
individualismo que, como observa inteligentemente Kissinger, estaban en contradicción
con el pensamiento conservador clásico. En esencia, Thatcher era menos
conservadora de lo que mucha gente podría haber pensado.
Kissinger presta mucha atención a su papel en la política exterior, que fue,
según él, un “testamento crucial de la importancia de la asociación británico
estadounidense dentro de la alianza angloestadounidense” (p. 393). Fueron sus
acciones hacia las Islas Malvinas, su posición firme sobre la amenaza comunista
durante la Guerra Fría y su acercamiento al IRA lo que fortaleció la relación entre
EE. UU. y el Reino Unido en ese momento. Según Kissinger, lo que logró Thatcher
en asuntos internacionales fue la preservación del Reino Unido a pesar de grandes
reveses, y un compromiso internacional basado en principios democráticos,
prerrogativas y gobernabilidad interna, todo basado en el consenso de la posguerra
de tener un gobierno estable. estado de salud y bienestar (p. 392).
Lamentablemente, la descripción de Margaret Thatcher se deriva principalmente
de lo que la autora contó muchas veces antes y, como tal, carece de cualquier
comentario nuevo u original sobre su carrera política. Para Kissinger, la “Dama de Hierro”
MATÚJ BOČEK
prevaleció como estadista “cuyas ideas se hicieron eco de las de los más grandes
líderes conservadores desde Disraeli” (Ibíd.) y que rescató a Gran Bretaña de la
decadencia moral, y esta visión de ella todavía se aplica hoy.
En la conclusión, el autor contempla la evolución del liderazgo. Curiosamente,
ve el problema inminente de hoy en la lucha por un modelo meritocrático tanto en
los países occidentales como en los no occidentales.
Como él señala, ninguno de los líderes discutidos en el libro procedía de un entorno
de clase alta. El autor argumenta que la educación de clase baja o clase media de
los líderes moldeó su percepción de las categorías políticas , los valores morales
y los lugares abiertos de las relaciones internacionales, como los problemas
mundiales o el arte de gobernar. Afirma que las sociedades deberían prestar más
atención a la educación y las escuelas deberían centrarse más en las humanidades
en sus planes de estudios. La tendencia actual es producir más y más activistas y
técnicos con el fin de producir estadistas potenciales educados humanísticamente
(p. 408), como lo fueron los seis líderes retratados en el libro.
El liderazgo es un análisis intelectualmente estimulante de algunas de las
principales figuras políticas del siglo XX . El lector llega a conocer a cada uno de
los imponentes individuos aprendiendo sobre ellos de la boca del caballo.
La mayoría de los retratos presentados tienen un pensamiento riguroso y exploran
la vida personal y el desarrollo político de los líderes a través de un activo particular
de sus habilidades: la estrategia. Sin embargo, a la inversa, Kissinger podría estar
demasiado sesgado en su visión de los acontecimientos pasados y, por lo tanto,
ofrece solo una visión limitada de las realidades contemporáneas. Como se
encuentra en la posición de un académico y creador de políticas indiscutible, uno
esperaría que sus observaciones revelen más problemas de hoy y los expliquen a
través de evidencia histórica. Dados los desafíos actuales del mundo, sería
apropiado que Kissinger enfatizara la crisis actual y las lecciones históricas que los
líderes pueden aprender de ella. La guerra en Ucrania puede ser un caso
demostrativo. ¿Existe algún “ patrón histórico” derivado del pasado que pueda ser
útil para los líderes de hoy en sus tratos con Rusia? ¿Podemos encontrar versiones
modernas de las figuras discutidas en el libro? Desafortunadamente, ninguna de
estas preguntas se aborda, lo que hace que el libro sea más bien un "recordatorio
de los buenos viejos tiempos" con poco valor para la política mundial moderna.
REFERENCIAS
D Dallek, Robert (2007): Socios en el poder. Nixon y Kissinger. Nueva York: HarperCollins
Editores.
F Ferguson, Niall (2015): Kissinger. 19231968: El idealista. Londres: Penguin Books.
H Hanhimäki, Jussi (2004): El arquitecto defectuoso. Henry Kissinger y la política exterior estadounidense.
Oxford: Prensa de la Universidad de Oxford.
k Kissinger, Henry (2022): Liderazgo: Seis estudios en estrategia mundial. Londres: Penguin Books.
Kissinger, Henry (1979): Años de la Casa Blanca. Nueva York: Simon & Schuster.
Kissinger, Henry (1982): Años de agitación. Nueva York: Simon & Schuster.
Kissinger, Henry (1999): Años de renovación. Nueva York: Simon & Schuster.
Kissinger, Henry (2014): Orden mundial: reflexiones sobre el carácter de las naciones y el curso de la
historia. Londres: Penguin Books.
BIOGRAFÍA DEL AUTOR
Matěj Boček estudia Relaciones Internacionales en la Universidad de Bohemia Occidental en Pilsen.
Su investigación se centra principalmente en el nexo de la política y la historia contemporáneas,
centrándose en particular en los Estados Unidos en este sentido.

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