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Definición

Síndrome

Un síndrome es un conjunto de síntomas que han sido estudiados previamente y


que se a vinculado con uno o varios problemas de salud.

Dichos síntomas pueden manifestarse a la vez y con mucha frecuencia. Aunque


también, pueden variar con el tiempo, llegando incluso a provocar la desaparición
del síndrome.

Trastorno

El concepto de trastorno sirve para describir unas alteraciones en la persona que


provocan un estado de anormalidad en la salud del mismo. El ámbito más adecuado
y frecuente en el que se emplea este término es en el la salud mental.

El Trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH) es un trastorno


comportamental en la infancia comúnmente diagnosticado que representa un
importante problema de salud pública. Los niños con TDAH normalmente tienen
serias dificultades y un deterioro en múltiples contextos como resultado del
trastorno.

Los trastornos del espectro autista (TEA) son discapacidades del desarrollo
causadas por diferencias en el cerebro. Las personas con TEA con frecuencia
tienen problemas con la comunicación y la interacción sociales, y conductas o
intereses restrictivos o repetitivos.

Brindar atención a la población con Síndrome de Down y discapacidad intelectual


desde recién nacidos hasta la edad adulta, proveniente de escasos recursos y
extrema pobreza, propiciando el desarrollo de sus capacidades y la adquisición de
destrezas que le faciliten su integración a la familia, a la escuela, a la cultura, a las
artes, al trabajo a la recreación y al deporte todo ello para lograr una mejor calidad
de vida.
Definición del TDAH

El trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH) es una afección crónica


que afecta a millones de niños y a menudo continúa en la edad adulta. El TDAH
incluye una combinación de problemas persistentes, tales como dificultad para
mantener la atención, hiperactividad y comportamiento impulsivo.

Los niños con TDAH también pueden tener dificultades con la baja autoestima, las
relaciones problemáticas y el bajo rendimiento escolar. Los síntomas a veces
disminuyen con la edad. Sin embargo, algunas personas nunca superan por
completo sus síntomas de TDAH. Pero pueden aprender estrategias para tener
éxito.

Aunque el tratamiento no cura el TDAH, puede ayudar mucho con los síntomas. El
tratamiento comúnmente involucra medicamentos e intervenciones conductuales.
El diagnóstico y tratamiento tempranos pueden hacer una gran diferencia en el
resultado.

Síntomas

Las características principales del TDAH incluyen la falta de atención y el


comportamiento hiperactivo-impulsivo. Los síntomas del TDAH comienzan antes de
los 12 años de edad y, en algunos niños, se notan a partir de los 3 años de edad.
Estos síntomas pueden ser leves, moderados o graves, y pueden continuar hasta
la edad adulta.

El TDAH ocurre con más frecuencia en los hombres que en las mujeres, y los
comportamientos pueden ser diferentes en los niños y las niñas. Por ejemplo, los
niños pueden ser más hiperactivos y las niñas pueden tender a ser menos atentas.

Existen tres subtipos de TDAH:

Falta de atención predominante. La mayoría de los síntomas corresponden a la falta


de atención.

Conducta hiperactiva/impulsiva predominante. La mayoría de los síntomas son la


hiperactividad e impulsividad.
Combinado. Esta es una mezcla de síntomas de falta de atención y síntomas de
hiperactividad/impulsividad.

Falta de atención

Un niño que manifiesta un patrón de falta de atención a menudo presenta las


siguientes características:

● No es capaz de prestar atención minuciosa a los detalles o comete errores


por descuido en los trabajos escolares
● Le cuesta permanecer concentrado en tareas o juegos
● Parece no escuchar, incluso cuando se le habla directamente
● Tiene dificultades para seguir instrucciones y no logra terminar las tareas o
los trabajos escolares
● Tiene problemas para organizar tareas y actividades
● Evita o le disgustan las actividades que requieren un esfuerzo mental de
concentración, como la tarea escolar
● Pierde los elementos necesarios para las tareas o las actividades, por
ejemplo, juguetes, asignaciones escolares, lápices
● Se distrae fácilmente
● Se olvida de hacer algunas actividades diarias, como las tareas del hogar
Hiperactividad e impulsividad

Un niño que manifiesta un patrón de síntomas de hiperactividad e impulsividad a


menudo presenta las siguientes características:

● Está inquieto o da golpecitos con las manos o los pies, o se retuerce en el


asiento
● Le cuesta permanecer sentado en el aula o en otras situaciones
● Está en constante movimiento
● Va de un lado para otro o trepa en situaciones no apropiadas
● Tiene problemas para jugar o realizar actividades tranquilas
● Habla demasiado
● Da respuestas apresuradas o interrumpe a quien le hace preguntas
● Tiene dificultades para esperar su turno
● Interrumpe conversaciones, juegos o actividades de otros, o se entromete en
ellas
El comportamiento típico de desarrollo comparado con el TDAH

La mayoría de los niños sanos no prestan atención o son hiperactivos o impulsivos


en un momento u otro. Es típico que los niños en edad preescolar tengan períodos
de atención cortos y no puedan seguir con una actividad por mucho tiempo. Incluso
en niños mayores y adolescentes, el período de atención a menudo depende del
nivel de interés.

Lo mismo ocurre con la hiperactividad. Los niños pequeños son naturalmente


activos; a menudo todavía están llenos de energía mucho después de haber
agotado a sus padres. Además, algunos niños tienen naturalmente un nivel de
actividad más alto que otros. Nunca se debe decir que un niño tiene TDAH solo
porque es diferente a sus amigos o hermanos.

Los niños que tienen problemas en la escuela, pero se llevan bien en casa o con los
amigos, probablemente tengan problemas con algo que no sea el TDAH. Lo mismo
ocurre con los niños que son hiperactivos o que no prestan atención en casa, pero
cuyas tareas escolares y amistades no se ven afectadas.

Causas

Aunque la causa exacta del TDAH no está clara, las investigaciones continúan. Los
factores que pueden estar involucrados en el desarrollo del TDAH incluyen la
genética, el medio ambiente o problemas con el sistema nervioso central en
momentos clave del desarrollo.

Factores de riesgo

Entre los factores de riesgo del trastorno por déficit de atención/hiperactividad se


pueden incluir:
● Familiares consanguíneos, como padres o hermanos, con trastorno por
déficit de atención/hiperactividad u otro trastorno de salud mental
● Exposición a toxinas ambientales, como el plomo, que se encuentra
principalmente en la pintura y las tuberías de edificios antiguos
● Consumo de drogas, consumo de alcohol o tabaquismo por parte de la madre
durante el embarazo
● Nacimiento prematuro
● Aunque popularmente se sospecha que el consumo de azúcar causa
hiperactividad, no hay pruebas confiables que lo confirmen. Muchos
problemas en la niñez pueden llevar a que se presente dificultad para
mantener la atención, pero eso no es lo mismo que padecer de trastorno por
déficit de atención/hiperactividad.
Complicaciones

El TDAH puede dificultar la vida de los niños. Los niños con TDAH tienen estas
características:

● A menudo luchan en el aula, lo cual puede llevar al fracaso académico y al


juicio de otros niños y adultos
● Tienden a tener más accidentes y lesiones de todo tipo que los niños que no
tienen TDAH
● Tienden a tener baja autoestima
● Son más propensos a tener problemas para interactuar con sus compañeros
y los adultos, y para ser aceptados por ellos
● Están en mayor riesgo de abuso de alcohol y drogas, y de otras conductas
delictivas
Afecciones coexistentes

El TDAH no causa otros problemas psicológicos o de desarrollo. Sin embargo, los


niños con TDAH son más propensos que otros a tener afecciones como:
● Trastorno de oposición desafiante, generalmente definido como un patrón de
comportamiento negativo, desafiante y hostil hacia las figuras de autoridad
● Trastorno de conducta, marcado por un comportamiento antisocial, como
robar, pelear, destruir propiedad y hacer daño a personas o animales
● Trastorno de desregulación disruptiva del estado de ánimo, caracterizado por
irritabilidad y problemas para tolerar la frustración
● Discapacidades de aprendizaje, incluidos problemas con la lectura, escritura,
comprensión y comunicación
● Trastornos por abuso de sustancias, incluidos drogas, alcohol y tabaquismo
● Trastornos de ansiedad, que pueden causar preocupación y nerviosismo
abrumadores, e incluyen el trastorno obsesivo compulsivo (TOC)
● Trastornos del estado de ánimo, incluidos depresión y trastorno bipolar, que
incluye depresión y comportamiento maníaco
● Trastorno del espectro autista, una afección relacionada con el desarrollo
cerebral que afecta la forma en que una persona percibe y socializa con los
demás
● Tic nervioso o síndrome de Tourette, trastornos que involucran movimientos
repetitivos o sonidos no deseados (tics) que no se pueden controlar
fácilmente
Prevención

Para ayudar a reducir el riesgo de que tu hijo padezca TDAH:

● Durante el embarazo, evita cualquier cosa que pueda dañar el desarrollo


fetal. Por ejemplo, no bebas alcohol, no uses drogas recreativas ni fumes
cigarrillos.
● Protege a tu hijo de la exposición a contaminantes y toxinas, incluido el humo
del cigarrillo y la pintura con plomo.
● Limita el tiempo frente a las pantallas. Aunque todavía no se ha comprobado,
puede ser prudente que los niños eviten la exposición excesiva a la televisión
y a los videojuegos en los primeros cinco años de vida.
Definición de TEA

Los trastornos del espectro autista (TEA) son discapacidades del desarrollo
causadas por diferencias en el cerebro. Algunas personas con TEA tienen una
diferencia conocida, como una afección genética. Todavía no se conocen otras
causas. Los científicos creen que los TEA tienen múltiples causas que, al actuar
juntas, cambian las maneras más comunes en las que las personas se desarrollan.
Todavía tenemos mucho que aprender sobre estas causas y cómo estas afectan a
las personas con TEA.

Puede que las personas con TEA se comporten, comuniquen, interactúen y


aprendan de maneras que son distintas a las de la mayoría de las personas. Muchas
veces no hay nada en su apariencia que las distinga de las demás. Las capacidades
de las personas con TEA pueden variar de manera significativa. Por ejemplo,
algunas personas con TEA podrían tener destrezas de conversación avanzadas,
mientras que otras podrían no expresarse verbalmente. Algunas personas con TEA
necesitan mucha ayuda en su vida diaria; otras pueden trabajar y vivir con poca
ayuda o nada de ayuda.

Los TEA aparecen antes de los tres años de edad y pueden durar toda la vida,
aunque los síntomas podrían mejorar con el tiempo. Algunos niños muestran
síntomas de TEA en los primeros 12 meses de vida. En otros, puede que los
síntomas no aparezcan hasta los 24 meses o después. Algunos niños con TEA
adquieren nuevas destrezas y alcanzan indicadores del desarrollo hasta alrededor
de los 18 a 24 meses de edad, y después dejan de adquirir nuevas destrezas o
pierden las que ya tenían.

A medida que los niños con TEA se convierten en adolescentes y adultos jóvenes,
podrían tener dificultades para formar y mantener amistades, para comunicarse con
personas de la misma edad y adultos, o para entender qué conductas se esperan
de ellos en la escuela o el trabajo. Puede que lleguen a proveedores de atención
médica porque también tienen afecciones, como ansiedad, depresión o trastorno
por déficit de atención e hiperactividad, que se presentan con más frecuencia en
personas con TEA que en personas sin TEA.
El trastorno del espectro autista (TEA) es una afección neurológica y de desarrollo
que comienza en la niñez y dura toda la vida. Afecta cómo una persona se comporta,
interactúa con otros, se comunica y aprende. Este trastorno incluye lo que se
conocía como síndrome de Asperger y el trastorno generalizado del desarrollo no
especificado.

Se lo llama "trastorno de espectro" porque diferentes personas con TEA pueden


tener una gran variedad de síntomas distintos. Estas pueden tener problemas para
hablar con usted y es posible que no lo miren a los ojos cuando usted les habla.
Además, pueden tener intereses limitados y comportamientos repetitivos. Es posible
que pasen mucho tiempo ordenando cosas o repitiendo una frase una y otra vez.
Parecieran estar en su "propio mundo".

Tipos

Se diferencian 5 grandes tipos de autismo, por lo que las personas que lo padecen
pueden situarse en cualquier punto del espectro:

 Autismo.
 Síndrome de Rett.
 Síndrome de Asperger.
 Trastorno desintegrado infantil o síndrome de Heller.
 Trastorno generalizado del desarrollo no especificado.

Autismo

Es un trastorno que habitualmente comienza durante los 3 primeros años de vida,


siendo los padres los primeros que comienzan a identificar en su hijo
comportamientos diferentes a los niños de su edad. Algunos de estos síntomas
extraños son: nula o muy escasa comunicación verbal, el niño es muy poco sociable
y solitario, o bien no muestra interés en identificar objetos o llamar la atención de
los padres.

Síndrome de Rett
La característica diferencial de este tipo de autismo es que se presenta casi con
exclusividad en niñas y tiene carácter regresivo. Las personas afectadas comienzan
a sufrir un proceso degenerativo y progresivo del sistema nervioso que se manifiesta
en forma de alteraciones en la comunicación, la cognición y la motricidad (tanto fina
como gruesa) alrededor de los 2 años. Estas niñas tienen un desarrollo psicomotor
normal, al menos en apariencia, hasta entonces. De cualquier modo, diversos
estudios demuestran que, incluso en el periodo asintómático, se produce una
reducción del tono muscular (hipotonia).

Síndrome de Asperger

Es el tipo de autismo más difícil y, en ocasiones, tardío de diagnosticar, porque las


personas afectadas no tienen ningún tipo de discapacidad intelectual ni rasgo físico
que las identifique. El déficit se encuentra en el campo de las habilidades sociales
y el comportamiento, siendo lo suficientemente importante como para comprometer
seriamente su desarrollo e integración social y laboral.

Problemas de interacción social, falta de empatía, poca coordinación psicomotriz,


no entender las ironías ni el doble sentido del lenguaje, y la obsesión con ciertos
temas, son algunas de las características más habituales en el Asperger.

Trastorno desintegrado infantil o síndrome de Heller

Suele aparecer sobre los 2 años, aunque en ocasiones no se hace evidente hasta
pasados los 10. Coincide con los otros tipos de autismo en afectar a las mismas
áreas (lenguaje, función social y motricidad), pero se diferencia en su carácter
regresivo y repentino, hasta el punto de que en ocasiones el mismo niño se da
cuenta del problema, mostrando su preocupación a los padres.

Trastorno generalizado del desarrollo no especificado

Es una etiqueta diagnóstica que se utiliza en aquellos casos en que los síntomas
clínicos son demasiado heterogéneos como para ser incluidos en alguno de los
otros tipos. También se presentan trastornos de reciprocidad social, problemas
severos de comunicación y la existencia de intereses y actividades peculiares,
restringidas y estereotipadas.
Síntomas

 Retraso o ausencia del habla.


 No presta atención a las otras personas.
 Falta de respuesta a las expresiones faciales o sentimientos de los demás.
 Falta de juego simbólico y ausencia de imaginación.
 Falta de interés por los niños de su edad.
 Incapaz de compartir placer.
 Alteración cualitativa en la comunicación no verbal.
 No señalar objetos para dirigir la atención de otra persona.
 Falta de utilización social de la mirada.
 Falta de iniciativa en actividades o juego social.
 Falta de reacción a estímulos sonoros.

Algunos niños presentan signos del trastorno del espectro autista en la primera
infancia, como menor contacto visual, falta de respuesta cuando los llaman por su
nombre o indiferencia ante las personas responsables del cuidado. Otros niños
pueden desarrollarse normalmente durante los primeros meses o años de vida, pero
luego repentinamente se vuelven introvertidos o agresivos o pierden habilidades del
lenguaje que habían adquirido. En general, los signos se observan a los 2 años.

Es probable que los trastornos del espectro autista tengan un patrón de


comportamiento y un nivel de gravedad únicos en cada niño, desde un
funcionamiento bajo hasta uno alto.

Algunos niños con trastornos del espectro autista tienen dificultades de aprendizaje
y algunos presentan signos de inteligencia inferiores a lo normal. Otros niños con
este trastorno tienen una inteligencia entre normal y alta, aprenden rápido, aunque
tienen problemas para comunicarse, aplicar lo que saben en la vida diaria y
adaptarse a situaciones sociales.

Debido a la combinación única de síntomas que presenta cada niño, a veces, puede
ser difícil determinar la gravedad. En general, se basa en el nivel de deterioro y en
cómo afecta la capacidad de desenvolverse.

A continuación, se presentan algunos signos frecuentes que tienen las personas


con trastornos del espectro autista.
Comunicación e interacción social

Un niño o un adulto con trastorno del espectro autista puede tener problemas con
la interacción social y las habilidades de comunicación, incluso presentar cualquiera
de los siguientes signos:

 No responde a su nombre o, en ocasiones, parece no escucharte

 Se resiste a los abrazos y las caricias; además, parece que prefiere


jugar solo y se abstrae en su propio mundo

 No suele hacer contacto visual y carece de expresión facial

 No habla o tiene un desarrollo tardío del habla, o bien pierde la


capacidad que tenía para decir palabras u oraciones

 No puede mantener ni iniciar una conversación o, tal vez, inicia una


solamente para pedir algo o nombrar elementos

 Habla con tono o ritmo anormal y es posible que utilice una voz cantarina
o que hable como un robot

 Repite palabras o frases textuales, pero no comprende cómo usarlas

 No parece entender preguntas o indicaciones simples

 No expresa emociones ni sentimientos y parece no ser consciente de


los sentimientos de los demás

 No señala ni trae objetos para compartir sus intereses

 Aborda interacciones sociales de forma inadecuada comportándose de


manera pasiva, agresiva o perturbadora

 Tiene dificultad para reconocer señales no verbales, como la


interpretación de las expresiones faciales de otras personas, las
posturas corporales o el tono de voz
Patrones de comportamiento

Un niño o un adulto con trastorno del espectro autista puede tener intereses,
actividades o patrones de comportamiento repetitivos y limitados, e incluso
presentar cualquiera de los siguientes signos:

 Realiza movimientos repetitivos, como balancearse, girar o aletear con


las manos
 Realiza actividades que podrían causarle daño, como morderse o
golpearse la cabeza

 Desarrolla rutinas o rituales específicos y se altera con el mínimo


cambio

 Tiene problemas con la coordinación o muestra patrones de


movimientos extraños, como ser torpe o caminar en puntas de pie, y
muestra un lenguaje corporal extraño, rígido o exagerado

 Se deslumbra con los detalles de un objeto, como las ruedas que giran
en un auto de juguete, pero no entiende el propósito general o el
funcionamiento del objeto

 Es más sensible que lo habitual a la luz, el sonido o el contacto físico,


pero puede ser indiferente al dolor o la temperatura

 No participa en juegos de imitación o de simulación

 Se obsesiona con un objeto o una actividad con una intensidad o


concentración anormales

 Tiene preferencias específicas con respecto a los alimentos, como


comer solamente unos pocos alimentos o no comer alimentos con una
determinada textura

A medida que maduran, algunos niños con trastornos del espectro autista socializan
más con otras personas y muestran menos alteraciones del comportamiento.
Algunos, generalmente los que tienen problemas menos graves, con el tiempo
pueden llevar una vida normal o casi normal. Sin embargo, otros siguen teniendo
dificultades con el lenguaje o las habilidades sociales y, en los años de la
adolescencia, sus problemas de comportamiento y emocionales pueden empeorar.

¿Se diagnostican igual las niñas que los niños con TEA?

La respuesta es que NO.

Se dice que el TEA es más frecuente en los niños que en las niñas, pero en los
últimos años se ha visto que es porque no se diagnostican las niñas.

Cuanto más grave es (TEA con discapacidad intelectual) será más fácil
diagnosticarlo en ambos sexos.
Pero cuando son casos más leves (TEA con inteligencia normal o elevada) pasan
más desapercibidas y cuesta más diagnosticarlas.

¿Cuáles son las diferencias de las niñas TEA?

A nivel del lenguaje:

Tienen mejor lenguaje que los niños. A veces es rico y sofisticado. Con un tono de
voz infantil y alto.

Son más expresivas que los niños. Usan más gestos faciales y del resto del cuerpo.
Pueden sonreír. Tienen más contacto visual.

Pueden presentar mutismo selectivo (dejar de hablar en ciertas situaciones o con


determinadas personas).

Repiten más preguntas o palabras que pronuncian ellas mismas o que acaban de
oír.

A nivel de la socialización:

Las niñas tienen mayores habilidades sociales, hacen un “camuflaje de sus


dificultades”. Lo hacen imitando a los chicos de su edad, de forma mecánica, no
espontánea. Llevan una “mascara social” para tratar de encajar en el grupo.

Aunque tienen interés por relacionarse, no saben cómo hacerlo. Les cuesta
interpretar las intenciones, expresiones y bromas de los demás: muchas veces son
irónicas.

Se relacionan mejor con adultos o con niños más pequeños.

Son niñas solitarias, tímidas, no suelen tener amigas. Buscan lugares tranquilos y
aislados. Se sienten más felices en casa, es su lugar de confort.

Pueden ser víctimas de acoso escolar, de grooming (ciberacoso y abuso sexual


online) y de violencia en las relaciones de amistad y amorosas. Son más vulnerables
a padecer estos abusos por: mayor facilidad para establecer comunicación por
internet, baja autoestima, dependencia, ingenuidad, querer caer bien y no identificar
el abuso ni los peligros.

A nivel del juego:


Su juego parece normal. Desarrollan algo de juego simbólico (comidas, muñecas),
pero se centran más en organizar el juego, en preparar la escena, en ordenar.
Alinean sus juguetes. Es un juego obsesivo.

Juego solitario. Utilizan sus propias manos para representar figuras. Pueden tener
amigos imaginarios, hasta en la adolescencia. Cuando juegan con otros niños son
muy dominantes. Les gusta pintar y las manualidades.

Los intereses son parecidos a las demás niñas. Los niños sin embargo suelen tener
intereses más peculiares (electrónica, trenes, dinosaurios, desmontar aparatos,
ciencia, astronomía). Juegan con juguetes de niñas más pequeñas que su edad.

A nivel de la conducta:

A partir de los 6 años hacen menos movimientos repetitivos que los niños
(balancearse, mover las manos de un lado para el otro, etc.).

Las alteraciones sensoriales de los niños con TEA se producen porque sus sentidos
captan mal los estímulos externos, como la hipersensibilidad al ruido. Las niñas lo
compensan con la gran memoria visoespacial que tienen y la gran memoria
fotográfica.

Son rígidas mentalmente, perfeccionistas. Es decir, les cuestan los cambios en


general, adaptarse al nuevo profesor. No toleran las críticas.

Les cuesta identificar y expresar los sentimientos, pero pueden sentir compasión u
otras emociones más que los niños. Son altruistas.

Pueden tener fobias.

Los problemas de salud mental son más frecuentes en las niñas con TEA.

¿Qué patologías mentales pueden presentar?

Trastornos emocionales. Son niñas ansiosas, les puede generar mucha ansiedad el
ambiente social del entorno escolar. Pueden presentar depresión, intento de
suicidio, autolesiones.

De conducta. Se autocontrolan, pero a veces estallan sobre todo en casa. Pueden


tener rabietas, ser más irritables, desinhibidas e impulsivas.

Los trastornos de conducta alimentaria son frecuentes en las niñas con TEA.
La intervención en el aula

Lo primero que hay que tener en cuenta es que el autismo no tiene cura, por lo
tanto, acompañará al niño durante todo su periplo vital. Lo que sí tiene es
tratamiento, que de realizarse adecuadamente pueden contribuir eficazmente a su
desarrollo y bienestar.

El grado de mejoría e integración social de un alumno con autismo no depende


exclusivamente de la educación que reciba, puesto que influyen otros muchos
factores como: tipo de autismo, grado de afectación y entorno familiar y social. Sin
embargo, está demostrado que una educación de calidad, donde se utilicen
métodos y terapias adecuadas y estimulantes, y siempre que sea posible en el aula
ordinaria, es fundamental en el desarrollo de estos niños.

La intervención educativa de un niño autista debe realizarse siempre bajo la


supervisión y apoyo de personal especializado o con formación específica. Es muy
importante que tenga un enfoque que abarque las siguientes dimensiones básicas:

Identidad y auto reconocimiento.

Capacidades de relación social.

Autocontrol.

Competencias de anticipación.

Procesos de utilización adecuada de conductas aprendidas.

Para lograr estos procesos y competencias, el maestro y los especialistas deben


utilizar principalmente: terapias psicomotoras, aprendizaje por imitación y topo tipo
de juegos donde prime la experimentación y la implicación de todos los sentidos.

La educación de los niños con TEA

los niños diagnosticados de TEA se encuentran dentro del grupo de alumnos con
NEE, por lo tanto, precisan de una metodología adaptada y, en algunos casos,
refuerzo escolar y adaptación del currículo.
El objetivo principal de la intervención educativa en un niño con este problema es la
mejora de su conocimiento social y de sus habilidades comunicativas. Otra meta
importante es lograr que tenga un mayor control de sus comportamiento y una
conducta los más adaptada posible al entorno.

El principal reto de la educación a un niño diagnosticado de TEA es que no solo hay


que enseñarle el concepto o la habilidad para realizar una determinada tarea, sino
que también hay que entrenarle en su uso de manera adecuada, funcional,
espontánea y normalizada.

Un aspecto muy importante tiene que ver con el espacio y ambiente en el que tenga
lugar la educación con estos alumnos: todo ha de estar muy bien estructurado y
organizado, evitando los cambios bruscos, ya que estas personas son muy
sensibles a cualquier modificación, por pequeña que sea.

Un niño que recibe un adecuado tratamiento para el TEA llegará a ser un adulto lo
más funcional posible, de ahí la importancia de todos los profesionales que
intervienen en la fase educativa de estas personas. ¿Te gustaría ser tú una de ellas?
Puedes llegar a serlo con nuestro máster en Psicología en la Infancia y la
Adolescencia.
Definición de Síndrome de Down

El síndrome de Down no es una enfermedad, sino una alteración genética que se


produce por la presencia de un cromosoma extra (los cromosomas con las
estructuras que contienen el ADN, que es el principal constituyente del material
genético de los seres vivos) o una parte de él. Las células del cuerpo humano tienen
46 cromosomas distribuidos en 23 pares. Las personas con síndrome de Down
tienen tres cromosomas en el par 21 en lugar de los dos que existen habitualmente.
Por eso, también se conoce como trisomía 21.

Afecta al desarrollo cerebral y del organismo y es la principal causa de discapacidad


intelectual y también la alteración genética humana más común. También puede
ocasionar problemas médicos, como trastornos digestivos o enfermedades
cardiacas.

Causas

La causa última se desconoce. Es una alteración cromosómica que se produce


durante la gestación. El problema concreto surge en la réplica del cromosoma 21 y
puede originarse de las siguientes maneras:

Síntomas

Los efectos que produce esta alteración en cada persona son muy variables. Existen
algunas características comunes, pero los rasgos físicos, las posibles patologías
asociadas y el grado de discapacidad intelectual serán diferentes en cada individuo.

Tratamientos

El síndrome de Down no es una enfermedad y, por lo tanto, no se trata


médicamente. En todo caso, la atención precoz de las distintas complicaciones que
pueden surgir mejora significativamente la calida de vida de estas personas.

Atención temprana y estimulación cognitiva


Los programas de atención cognitiva (entre 0 y 6 años), así como la estimulación
cognitiva, permiten mejorar significativamente las habilidades de las personas con
síndrome de Down y contribuyen a que tengan un mayor nivel de autonomía.

Importancia del tema para la formación profesional:


El TDAH precisa de un tratamiento multimodal que implique a todos los adultos de
referencia del niño. Debe tener tres objetivos, perfectamente combinados en el
tratamiento ideal:
conocer bien el problema – información
– mejorar sus hábitos – conductual
– controlar los síntomas – medicación
– El maestro es fundamental en el TDAH
Para abordar correctamente el autismo en el aula y lograr una buena inclusión del
alumno con TEA en las dinámicas de clase, es necesario que el docente respete,
valore y comprenda las necesidades de dicho alumnado; que se implique en el
trabajo del equipo experto y se muestre flexible en su labor pedagógica, con el único
fin de cubrir todas las necesidades del alumno.
Cuando hablamos de un niño con síndrome de Down a un centro educativo lo
primero que debe tener un profesor es tener paciencia es la principal virtud. Con la
que tiene que contar para que se integre en el colegio, quiere no tener prisa, saber
esperar y darle tiempo al tiempo.
Cuando un profesor decide trabajar para la integración del niño debe ayudar a los
demás profesores a que asimilen. Proponer a hacer actividades para que no este
sentado y se pasen horas coloreando o copiando textos que el maestro prepara cual
también no le gusta lo monótono.

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