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COLEGIO ADVENTISTA DE ARICA

Aída #5501
coadar.educacionadventista.com
58 2470719
EVALUACIÓN SUMATIVA
“A quiénes amamos en este mundo”
Nombre:
Curso: 8 Básico Fecha: 25/04/2023
Lengua y
Asignatura: Profesor(a):
Literatura
Dominio de habilidades de comunicación oral y escrita que permitan al
IFE: estudiante su desarrollo personal.

Unidad:
1 Unidad
CALIFICACIÓN
Objetivos de Puntaje IDEAL: 50
Aprendizaje
(OA): OA 3
Puntaje REAL:
OA4

INSTRUCCIONES: Lee con atención el texto narrativo y el texto lírico que aparecen en esta evaluación y
responde a las preguntas de alternativas según corresponda.

Traspasa las alternativas a la tabla de respuestas.

No olvides realizar la pregunta de desarrollo.

CUENTO: LA TÍA DANIELA

      Ángeles Mastretta

La tía Daniela se enamoró como se enamoran siempre las mujeres inteligentes: como una idiota. Lo
Había visto llegar una mañana, caminando con los hombros erguidos sobre un paso sereno y había
pensado: “Este hombre se cree Dios”. Pero al rato de oírlo decir historias sobre mundos
desconocidos y pasiones extrañas, se enamoró de él y de sus brazos como si desde niña no hablara
latín, no supiera lógica, ni hubiera sorprendido a media ciudad copiando los juegos de Góngora y Sor
Juana como quien responde a una canción en el recreo.

Era tan sabia que ningún hombre quería meterse con ella, por más que tuviera los ojos de miel y una
boca brillante, por más que su cuerpo acariciara la imaginación despertando las ganas de mirarlo
desnudo, por más que fuera hermosa como la virgen del Rosario. Daba temor quererla porque algo
había en su inteligencia que sugería siempre un desprecio por el sexo opuesto y sus confusiones.
Pero aquel hombre que no sabía nada de ella y sus libros, se le acercó como a cualquiera. Entonces
la tía Daniela lo dotó de una inteligencia deslumbrante, una virtud de ángel y un talento de artista. Su
cabeza lo miró de tantos modos que en doce días creyó conocer a cien hombres.

Lo quiso convencida de que Dios puede andar entre mortales, entregada hasta las uñas a los deseos
y las ocurrencias de un tipo que nunca llegó para quedarse y jamás entendió uno solo de todos los
poemas que Daniela quiso leerle para explicar su amor.

Un día, así como había llegado, se fue sin despedir siquiera. Y no hubo entonces en la redonda
inteligencia de la tía Daniela un solo atisbo de entender qué había pasado.

Hipnotizada por un dolor sin nombre ni destino se volvió la más tonta de las tontas. Perderlo fue una
larga pena como el insomnio, una vejez de siglos, el infierno.

Por unos días de luz, por un indicio, por los ojos de hierro y súplica que le prestó una noche, la tía
Daniela enterró las ganas de estar viva y fue perdiendo el brillo de la piel, la fuerza de las piernas, la
intensidad de la frente y las entrañas.

Se quedó casi ciega en tres meses, una joroba le creció en la espalda, y algo le sucedió a su
termostato que a pesar de andar hasta en el rayo del sol con abrigo y calcetines, tiritaba de frío como
si viviera en el centro mismo del invierno. La sacaban al aire como a un canario. Cerca le ponían
fruta y galletas para que picoteara, pero su madre se llevaba las cosas intactas mientras ella seguía
muda a pesar de los esfuerzos que todo el mundo hacía por distraerla.

Al principio la invitaban a la calle para ver si mirando las palomas o viendo ir y venir a la gente, algo
de ella volvía a dar muestras de apego a la vida. Trataron todo. Su madre se la llevó de viaje a
España y la hizo entrar y salir de todos los tablados sevillanos sin obtener de ella más que una
lágrima la noche que el cantador estuvo alegre. A la mañana siguiente le puso un telegrama a su
marido diciendo: “Empieza a mejorar, ha llorado un segundo”. Se había vuelto un árbol seco, iba
para donde la llevaran y en cuanto podía se dejaba caer en la cama como si hubiera trabajado
veinticuatro horas recogiendo algodón. Por fin las fuerzas no le alcanzaron más que para echarse en
una silla y decirle a su madre: “Te lo ruego, vámonos a casa”.

Cuando volvieron, la tía Daniela apenas podía caminar y desde entonces no quiso levantarse.
Tampoco quería bañarse, ni peinarse, ni hacer pipí. Una mañana no pudo siquiera abrir los ojos.

-¡Está muerta! – oyó decir a su alrededor y no encontró las fuerzas para negarlo.

Alguien le sugirió a su madre que ese comportamiento era un chantaje, un modo de vengarse en los
otros, una pose de niña consentida que si de repente perdiera la tranquilidad de la casa y la comida
segura, se las arreglaría para mejorar de un día para el otro. Su madre hizo el esfuerzo de
abandonarla en el quicio de la puerta de la Catedral.

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La dejaron ahí una noche con la esperanza de verla regresar al día siguiente, hambrienta y furiosa,
como había sido alguna vez. A la tercera noche la recogieron de la puerta de la Catedral con
pulmonía y la llevaron al hospital entre lágrimas de toda la familia.

Ahí fue a visitarla su amiga Elidé, una joven de piel brillante que hablaba sin tregua y que decía
saber las curas del mal de amores. Pidió que la dejaran hacerse cargo del alma y del estómago de
aquella náufraga. Era una creatura alegre y ávida. La oyeron opinar. Según ella el error en el
tratamiento de su inteligente amiga estaba en los consejos de que olvidara. Olvidar era un asunto
imposible. Lo que había que hacer era encauzarle los recuerdos, para que no la mataran, para que la
obligaran a seguir viva.

Los padres oyeron hablar a la muchacha con la misma indiferencia que ya les provocaba cualquier
intento de curar a su hija. Daban por hecho que no serviría de nada y sin embargo lo autorizaban
como si no hubieran perdido la esperanza que ya habían perdido.

Las pusieron a dormir en el mismo cuarto. Siempre que alguien pasaba frente a la puerta oía a la
incansable voz de Elidé hablando del asunto con la misma obstinación con que un médico vigila a un
moribundo. No se callaba. No le daba tregua. Un día y otro, una semana y otra.

-¿Cómo dices que eran sus manos? – preguntaba. Si la tía Daniela no le contestaba, Elidé volvía por
otro lado.

-¿Tenía los ojos verdes? ¿Cafés? ¿Grandes?

-Chicos – le contestó la tía Daniela hablando por primera vez en treinta días.

-¿Chicos y turbios?- preguntó la tía Elidé.

– Chicos y fieros – contestó la tía Daniela y volvió a callarse otro mes.

– Seguro que era Leo. Así son los de Leo – decía su amiga sacando un libro de horóscopos para
leerle. Decía todos los horrores que pueden caber en un Leo. – De remate, son mentirosos. Pero no
tienes que dejarte, tú eres de Tauro. Son fuertes las mujeres de Tauro.

– Mentiras sí que dijo – le contestó Daniela una tarde.

-¿Cuáles? No se te vayan a olvidar. Porque el mundo no es tan grande como para que no demos
con él, y entonces le vas a recordar sus palabras. Una por una, las que oíste y las que te hizo decir.

-No quiero humillarme.

-El humillado va a ser él. Si no todo es tan fácil como sembrar palabras y largarse.

-Me iluminaron -defendió la tía Daniela.

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– Se te nota iluminada – decía su amiga cuando llegaban a puntos así.

Al tercer mes de hablar y hablar la hizo comer como Dios manda. Ni siquiera se dio cuenta cómo fue.
La llevó a una caminata por el jardín. Cargaba una cesta con fruta, queso, pan, mantequilla y té.
Extendió un mantel sobre el pasto, sacó las cosas y siguió hablando mientras empezaba a comer sin
ofrecerle.

– Le gustaban las uvas – dijo la enferma.

– Entiendo que lo extrañes.

Sí – dijo la enferma acercándose un racimo de uvas -. Besaba regio. Y tenía suave la piel de los
hombros y la cintura.

-¿Cómo tenía? Ya sabes – dijo la amiga como si supiera siempre lo que la torturaba.

– No te lo voy a decir – contestó riéndose por primera vez en meses. Luego comió queso y té, pan y
mantequilla.

– ¿Rico? – le preguntó Elidé.

– Sí – le contestó la enferma empezando a ser ella.

Una noche bajaron a cenar. La tía Daniela con un vestido nuevo y el pelo brillante y limpio, libre por
fin de la trenza polvorosa que no se había peinado en mucho tiempo.

Veinte días después ella y su amiga habían repasado los recuerdos de arriba para abajo hasta
convertirlos en trivia. Todo lo que había tratado de olvidar la tía Daniela forzándose a no pensarlo, se
le volvió indigno de recuerdo después de repetirlo muchas veces. Castigó su buen juicio oyéndose
contar una tras otra las ciento veinte mil tonterías que la había hecho feliz y desgraciada.

– Ya no quiero ni vengarme – le dijo una mañana a Elidé -. Estoy aburridísima del tema.

– ¿Cómo? No te pongas inteligente – dijo Elidé-. Éste ha sido todo el tiempo un asunto de razón
menguada. ¿Lo vas convertir en algo lúcido? No lo eches a perder. Nos falta lo mejor. Nos falta
buscar al hombre en Europa y África, en Sudamérica y la India, nos falta encontrarlo y hacer un
escándalo que justifique nuestros viajes. Nos falta conocer la galería Pitti, ver Florencia,
enamorarnos en Venecia, echar una moneda en la fuente de Trevi. ¿Nos vamos a perseguir a ese
hombre que te enamoró como a una imbécil y luego se fue?

Habían planeado viajar por el mundo en busca del culpable y eso de que la venganza ya no fuera
trascendente en la cura de su amiga tenía devastada a Elidé. Iban a perderse la India y Marruecos,

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Bolivia y el Congo, Viena y sobre todo Italia. Nunca pensó que podría convertirla en un ser racional
después de haberla visto paralizada y casi loca hacía cuatro meses.

– Tenemos que ir a buscarlo. No te vuelvas inteligente antes de tiempo – le decía.

– Llegó ayer – le contestó la tía Daniela un mediodía.

– ¿Cómo sabes?

– Lo vi. Tocó en el balcón como antes.

– ¿Y qué sentiste?

– Nada.

-¿Y qué te dijo?

– Todo.

– ¿Y qué le contestaste?

– Cerré.

-¿Y ahora? – preguntó la terapista.

– Ahora sí nos vamos a Italia: los ausentes siempre se equivocan.

Y se fueron a Italia por la voz del Dante: “Piovverà dentro a l’alta fantasía.”

ÍTEM DE ALTERNATIVAS:

1. ¿Cuál es el tipo de amor que más predomina en el relato?


a) Amor de pareja
b) Amor de padres
c) Amor de amigas
d) Amor propio

2. ¿Por qué la historia dice que la tía Daniela se enamoró como una idiota?
a) Porque se enamoró sin conocerlo bien
b) Porque se enamoró de un hombre que la iba a abandonar
c) Porque olvidó todo lo que le gustaba por él
d) Porque se alejó de su familia y seres queridos por él

3. ¿Por qué la tía Daniela se enamoró de aquel hombre?


a) Porque fue el único hombre que tuvo valor de hablarle sin intimidarse
b) Porque conocía todos los poemas de Sor Juana Inés de la Cruz
c) Porque había viajado por todo el mundo
d) Porque era más inteligente que ella

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4. Si la tía Daniela era hermosa, ¿por qué ningún hombre se había interesado en ella antes de que se
enamorara?
a) Porque era tan inteligente que intimidaba a todos los hombres, quienes se sentían
inferiores
b) Porque ella les hacía saber a todos los hombres de su ciudad, que eran inferiores a
ella, en dinero y en inteligencia
c) Porque a los hombres no le interesaba una mujer que se dedicara a leer libros en vez
de preocuparse de la limpieza y orden de su casa
d) Porque la tía Daniela no se interesaba en ningún hombre que estudiara algebra

5. ¿Cuál de las siguientes alternativas explica el sentido del siguiente fragmento?


“Entonces la tía Daniela lo dotó de una inteligencia deslumbrante, una virtud de ángel y un talento de
artista. Su cabeza lo miró de tantos modos que en doce días creyó conocer a cien hombres.”
a) El hombre del cual se enamoró la tía Daniela era deslumbrantemente inteligente
b) El hombre del cual se enamoró la tía Daniela era una persona angelical y bondadosa
c) El hombre era un artista innato
d) La tía Daniela juzgo al hombre de acuerdo a lo que ella quería que fuese y no lo que él
realmente era.

6. ¿Cuál de las siguientes alternativas representa mejor la relación entre la tía Daniela y el hombre?

a) Ambos estaban muy enamorados, el uno del otro


b) La tía Daniela parecía más interesada en él que él de ella, por eso le dedicaba poemas de
amor
c) El hombre quería llamar la atención de la tía Daniela pero no estaba realmente enamorado
de ella, por eso la abandono
d) El hombre abandonó a la tía Daniela, pero se dio cuenta que la amaba de verdad y por eso
regresó

7. ¿Cuáles de las siguientes alternativas NO representa los intentos de los padres de la tía Daniela
para hacer que mejorara de su enfermedad?
a) La sacaban al aire y le ponían frutas y galletas para comer
b) Su madre la llevó de viaje a España
c) Sus padres le pagaron a Daniela un viaje con todo pagado a Italia junto a Elidé
d) La madre la abandonó en la puerta de la catedral

8. ¿Cuál fue el rol de Elidé en la historia?


a) Recordarle a Daniela todos los errores que había cometido
b) Ayudar a Daniela a mejorarse de su ruptura amorosa
c) Ayudar a Daniela a vengarse del hombre que la abandonó
d) Acompañar a Daniela en su viaje por Italia

9. ¿Qué fue lo realmente curó a la tía Daniela?


a) La compañía de Elidé
b) El esfuerzo de sus padres
c) Que la abandonaran en la iglesia
d) Desahogarse con Elidé acerca del hombre que la dejó

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10. ¿Por qué estuvo a punto de morir la tía Daniela?
a) Porque dejó de comer
b) Perdió la motivación de vivir a causa del desamor
c) Porque enfermó gravemente
d) Porque fue traicionada por la persona que amaba

Poesía (preguntas desde la 11 a la 18) : Lee con atención el siguiente poema y responde la
selección múltiple (no olvides considerar el significado del título del poema):

Rima LXXXV: A Elisa


Gustavo Adolfo Bécquer
Para que los leas con tus ojos grises,
para que los cantes con tu clara voz,
para que se llenen de emoción tu
pecho
hice mis versos yo.
Para que encuentren en tu pecho asilo
y le des juventud, vida, calor,
tres cosas que yo no puedo darles,
hice mis versos yo.
Para hacerte gozar con mi alegría,
para que sufras tú con mi dolor,
para que sientas palpitar mi vida,
hice mis versos yo.
Para poder poner antes tus plantas
la ofrenda de mi vida y de mi amor,
con alma, sueños rotos, risas, lágrimas
hice mis versos yo.

11. ¿Cuál es el objeto lírico del poema?


a) El amor
b) Una diosa
c) La persona amada: Elisa
d) El hombre enamorado

12. ¿Cuál es el motivo lírico del poema?


a) Buscar a Elisa

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b) Expresar una emoción
c) Demostrar amor a la persona amada
d) Rogar a la persona amada que no lo abandone

13. ¿Cuál de las siguientes características es una inferencia (deducción, conclusión) del hablante lírico
del poema?
a) Es un hombre que vive obsesionado
b) Le gusta escribir poesía
c) Es una persona que quiere compartir su vida con su amada
d) No puede olvidar a Elisa

14. Interpreta a que se refiere la siguiente frase: “Para que encuentre en tu pecho asilo”
a) La necesidad de encontrar un refugio por parte del hablante lírico
b) El pecho de la amada sirve de refugio para el hablante
c) El hablante se siente abandonado
d) El hablante no puede encontrar refugio en lugar alguno

15. Interpreta cuál es el sentido del siguiente verso: “Para que sientas palpitar mi vida”
a) El hablante quiere exponer su vida
b) El hablante tiene un corazón fuerte para su amada
c) El hablante es una persona sensible
d) El hablante quiere demostrar sus emociones a la amada

16. ¿Cuál es el sentido del siguiente verso?: “Poner ante tus plantas la ofrenda de mi vida y de mi amor”
a) El hablante ofrece su amor y su vida a la amada
b) Las plantas de la amada son muy valiosas
c) El hablante no tiene respeto por sí mismo
d) La amada es una diosa que necesita de ofrendas

17. ¿Con qué experiencia del amor se relaciona este poema?


a) Amor a la naturaleza
b) Amor fraternal
c) Amor romántico
d) Amor amistoso

18. ¿Cuál es la definición que corresponde a lenguaje figurado?


a) Es el lenguaje denotativo
b) Es el lenguaje del diccionario
c) Es el lenguaje connotativo
d) Es el lenguaje de los textos no literarios

19. ¿Cuál de las siguientes alternativas representa una pregunta subjetiva?


a) ¿De qué color son las hojas de oficio?
b) ¿Cómo estás hoy de ánimo?
c) ¿Cuántos estudiantes hay en la sala de clase?
d) ¿Qué día es la prueba de lenguaje?

20. ¿Cuál de las siguientes afirmaciones es falsa?


a) Los poemas son subjetivos
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b) El lenguaje figurado es denotativo
c) El poeta no es lo mismo que hablante lírico
d) El objeto lírico es una persona, cosa o sentimiento que inspira un poema

Lee con atención el siguiente poema:


Date a volar
Alfonsina Storni
Anda, date a volar, hazte una abeja,
En el jardín florecen amapolas,
Y el néctar fino colma las corolas;
Mañana el alma tuya estará vieja.

Anda, suelta a volar, hazte paloma,


Recorre el bosque y picotea granos,
Come migajas en distintas manos
La pulpa muerde de fragante poma.

Anda, date a volar, sé golondrina,


Busca la playa de los soles de oro,
Gusta la primavera y su tesoro,
La primavera es única y divina.

Mueres de sed: no he de oprimirte tanto…


Anda, camina por el mundo, sabe;
Dispuesta sobre el mar está tu nave:
Date a bogar hacia el mejor encanto.

Corre, camina más, es poco aquéllo…


Aún quedan cosas que tu mano anhela,
Corre, camina, gira, sube y vuela:
Gústalo todo porque todo es bello.

Echa a volar… mi amor no te detiene,


¡Cómo te entiendo, Bien, cómo te entiendo!
Llore mi vida… el corazón se apene…
Date a volar, Amor, yo te comprendo.

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Callada el alma… el corazón partido,
Suelto tus alas… ve… pero te espero.
¿Cómo traerás el corazón, viajero?
Tendré piedad de un corazón vencido.

Para que tanta sed bebiendo cures


Hay numerosas sendas para ti…
Pero se hace la noche; no te apures…
Todas traen a mí…

21. ¿Quién es el hablante lírico del poema anterior?


a) Alfonsina
b) Una mujer enamorada
c) Un hombre viajero
d) Una voz en off

22. ¿Cuál es el deseo que tiene el hablante lírico para el otro?


a) Que el hombre viaje, sea libre, para que tenga nuevas experiencias
b) Que nunca la abandone, que se quede con ella para siempre
c) Que se vaya de su lado, que ame a otras personas, pero que nunca más vuelva
d) Que sea como las aves, sensibles y libres

23. ¿Qué actitud tiene el hablante lírico en el poema?


a) Generosa y desprendida
b) Posesiva
c) Tóxica
d) Venenosa y desconfiada

24. Callada el alma… el corazón partido,


Suelto tus alas… ve… pero te espero.
¿Cómo traerás el corazón, viajero?
Tendré piedad de un corazón vencido.
¿Qué quiere decir que el hablante tendrá piedad de un corazón vencido?
a) El hablante sabe que le romperán el corazón al viajero, y se apiadará de él
b) El hablante lírico le tiene lástima al viajero, por todas las penas que pasará en su viaje
c) El hablante verá con pena y compasión al pobre viajero, por todos los errores que cometió
d) El hablante lírico recibirá al viajero, porque sabe que vendrá cansado

25. ¿Qué hay al final del camino que el otro ha de recorrer?


a) La meta de su viaje
b) Un puerto donde embarcar después de tanto viajar
c) Al final del camino está el hablante, con la confianza de su amor
d) A la senda ideal, la única perfecta

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Bonus: Interpreta el sentido del título del poema, justificando con versos de este. (son
puntos extra)

Tabla de respuestas.

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