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Alan Turing no solo es considerado el padre de la inteligencia artificial, sino como el precursor de
la informática moderna. Ingenió numerosas soluciones basadas en computación y el uso de
algoritmos para la previsión y prevención de casuísticas ya en la primera mitad de siglo, siendo una
de ellas relevante para que el bando aliado ganara la segunda guerra mundial al ser capaz de
descifrar los mensajes ocultos que los nazis se enviaban a través de la máquina Enigma.
Además, Turing creía que “si una máquina tiene un comportamiento inteligente en todos los
aspectos, entonces es inteligente”, por lo que se encargó de demostrar la eficiencia de las
máquinas, inventó el famoso Test de Turing (un método utilizado para comprobar que ciertas
tecnologías pueden dar respuestas muy similares a las de un ser humano e incluso ser
indistinguibles) y terminó por convertirse en el padre de la Inteligencia Artificial.
Antes de esto, a las tecnologías capaces de tomar decisiones complejas se les había dado muchos
otros nombres y no se había logrado coincidir cuáles eran sus capacidades y funciones. Después de
esto, fue posible determinar que las IA:
- Puede tener creencias o intenciones dentro de sus actitudes mentales.
- Tienen la capacidad de aprender.
- Pueden resolver múltiples problemas desde distintos niveles de entendimiento.
- Son capaces de analizar situaciones complejas y darles un sentido lógico.
- Conocen sus limitaciones.
- Puede ser original, percibir cosas y modelar su realidad.
- Utiliza lenguajes y símbolos.
Que tengamos una concepción contemporánea sobre el término inteligencia artificial, es debido a
que a pesar de los avances dados entre la década de los 30 y los 50, estableciéndose bases firmes
sobre su desarrollo y conceptualizando sus posibles usos, la falta de resultados y su no
materialización en proyectos concretos produjo un total vacío al respecto en las décadas de los 60
y 70, abordándose nuevamente de forma tímida en los 80 y 90, y explosionando ya a partir del
nuevo siglo. Son los denominados “inviernos y veranos de la IA”: periodos en los que la inversión
en esta materia fluctúa de alta a baja y viceversa sin un aparente término medio.
Así, el siguiente hito lo encontramos en 1987, cuando Martin Fischles y Oscar Firschein
describieron lo que deberían ser los 12 atributos de un agente inteligente:
-Poder resolver problemas, incluso descomponiendo problemas complejos en otros más simples.
-Poder ser original, creando incluso nuevos conceptos o ideas, y hasta utilizando analogías.
-Poder generalizar.
De esta forma, el fin de la creación de una inteligencia artificial no solo se basaría en ser capaz de
imitar el raciocinio humano, sino emular la mente humana, funcionar y responder como tal, lo que
conlleva evolucionar y alcanzar un conocimiento superior al que fue concebido.
Así que te diremos los usos de la inteligencia artificial, en la actualidad, que destacan cómo:
o Desarrollo de motores de búsqueda en la web con la capacidad para analizar gran cantidad
de datos.
o Re direccionamiento de las compras por internet y la publicidad, mediante la creación de
recomendaciones personalizadas para los consumidores.
o Creación de asistentes personales digitales, ya que los teléfonos móviles
o Traducciones automáticas en distintos idiomas.
o Servicios de ciber seguridad, debido a que los automóviles utilizan funciones de seguridad
impulsadas por IA.
Como todo, la IA también tiene sus pros y sus contras. Vamos a ver cuáles son los inconvenientes
que puede aportar la Inteligencia Artificial.
-Falta de cualificación. Para poder implantar proyectos de IA debe contarse con profesionales que
estén familiarizados con la materia.
-Ausencia de moral. Es cierto que la eficacia es mayor, pero no son humanos, carecen de
sentimientos, lo que a veces puede ser peligroso ya que no conocen ninguna barrera moral.
-No existe la creatividad. Las máquinas no piensan, trabajan bajo parámetros, por lo que la
capacidad creativa permanece ausente.