Está en la página 1de 15

Mentalización.

Revista de psicoanálisis y psicoterapia, 10; Abril 2018 1


Los Pacientes Fronterizos Y La Psicosis Blanca


Gustavo Lanza Castelli

“La psicosis blanca es para nosotros el reino de la desinvestidura radical, tela en la


que se inscribe el cuadro de la neo-realidad delirante”

André Green, Narcisismo de vida, narcisismo de muerte, p. 56

Desde que comenzó a tener lugar una re- señalar, no obstante, las profundas diferencias
flexión sistemática sobre los pacientes deno- entre unos y otros (Green, 1996-1997; 2002;
minados borderline (o fronterizos), no fueron Lanza Castelli, 2016a). Los llamó entonces pa-
pocos los autores que postularon que dichos cientes “no neuróticos”.
pacientes se encontraban en el borde de la psi- De todos modos, aunque toma distancia
cosis, o que poseían un núcleo psicótico (cf. de la posición que sostiene en 1973, refiere en
una reseña pormenorizada en Paz, Pelento, diversos artículos que retoma algunos puntos
Olmos de Paz, 1976 y una recopilación de los de ese trabajo temprano (Cf., entre otros,
principales trabajos hasta 1980 en Stone, Green, 1982), o expresa que sigue teniendo en
1986). cuenta la importancia de la entidad descripta
Ésta fue también la posición inicial de An- con Donnet (psicosis blanca) (Green, 1997a).
dré Green, particularmente en su caracteriza- Asimismo, atribuye a la psicosomática (que
ción de la psicosis blanca (Donnet, Green forma parte de lo no neurótico) un mecanismo
1973) y en su trabajo de 1974, en el que plantea de supresión, que considera equivalente a la
una equivalencia entre núcleo psicótico (o psi- forclusión, mecanismo propio de la psicosis
cosis blanca) y locura privada del paciente (1994a; 2003).
fronterizo: “Cuando se tiene finalmente acceso Por mi parte, considero que en una serie
al núcleo psicótico, se cae sobre lo que habría de pacientes fronterizos graves, cabe conjetu-
que denominar la locura privada del paciente” rar que las primeras conceptualizaciones de
(Green, 1974, p. 73). Green siguen teniendo su utilidad, por lo que
Cabe aclarar, no obstante, que lo que no sería acertado dejarlas de lado apelando a
Green entendía por “psicosis blanca”, o por que el desarrollo que tuvo lugar en su pensa-
“núcleo psicótico”, tenía poco que ver con las miento, habría dejado sin efecto consideracio-
conceptualizaciones al uso (sobre el núcleo nes anteriores. Por el contrario, para los pa-
psicótico) de ese momento, tal se encarga de cientes más graves dentro del espectro border-
subrayar en el libro de 1973. line, estimo que (al menos algunas de) dichas
Tiempo después esta posición suya fue consideraciones siguen siendo pertinentes y
cuestionada por él mismo, al diferenciar psico- poseen la mayor utilidad clínica.
sis de locura (Green, 1981) y al concluir que Este punto de vista no implica desconocer
los pacientes fronterizos rara vez evolucionan todo el camino recorrido por Green desde
hacia la psicosis declarada (Green, 1990, 2002, 1973 en adelante, así como la serie de concep-
2011). Comenzó a articularlos cada vez menos tos que aportó con posterioridad, algunos de
con la psicosis para ir contraponiéndolos más los cuales fueron sintetizados en 1995, otros en
bien con la histeria, la neurosis obsesiva, la 2003 y otros, por último, de índole teórica y
fobia, esto es, con las neurosis, sin dejar de

Mentalización. Revista de Psicoanálisis y Psicoterapia


https://revistamentalizacion.com


Lanza Castelli, G. Psicoanálisis y Mentalización 2

clínica, en los dos últimos libros publicados do a cabo en el servicio de psiquiatría de Jean
hasta el momento (Green, 2012, 2013). Delay en Saint-Anne.
Por esa razón, en el desarrollo de este tra- Si bien fueron entrevistados muchos pa-
bajo he intentado articular los conceptos que cientes, los autores decidieron finalmente to-
tomo del texto sobre la psicosis blanca, con mar como base del libro una única entrevista,
otros posteriores, cosa que señalo en cada caso la realizada a Mr. Z, apodado “el hijo de eso”
mediante la referencia a la publicación de que (l’enfant de ça), en función de lo expresado por
se trate. el paciente en el comienzo mismo de la entre-
En lo que sigue realizo, en primer término, vista: “Pues bien, entonces (…) mi madre se ha
una caracterización esquemática de los puntos acostado con su yerno y…yo soy el hijo de eso”
salientes de la psicosis blanca, o del núcleo (“Alors voilà (…) ma mére a couché avec son
psicótico tematizado en su momento por gendre et…c’est moi l’enfant de ça”, p. 34)
Green. Posteriormente presento una breve [cabe aclarar que “ça” quiere decir tanto “eso”
viñeta clínica de un paciente fronterizo grave - como “Ello”, de ahí el doble sentido del título
al que ya me he referido en otro lugar (Lanza original].
Castelli, 2016b)- en el que se pueden advertir En el capítulo 1 del libro, Donnet y Green
algunos de los rasgos de la psicosis blanca y del transcriben la desgrabación de la entrevista y
narcisismo negativo, que Green introduce en en el capítulo 3, titulado “palabra por palabra”
la teoría desde 1966-1967 en adelante. Por úl- (le mot a mot), llevan a cabo un minucioso
timo, llevo a cabo algunas consideraciones análisis, palabra por palabra (o frase por frase)
sobre el trabajo clínico con tales pacientes. de dicha entrevista. En la parte final del libro
extraen las conclusiones teóricas, fruto de di-
La psicosis blanca cho trabajo.
Los autores sientan su posición diciendo
El libro L’Enfant de Ca. Psychanalyse d’un que: “La clínica psicoanalítica reconoce, hoy en
entretien: la psychose blanche escrito por Jean- día, un número creciente de casos que los au-
Luc Donnet y André Green, publicado en 1973 tores denominan “borderline”, estados límite o
y -lamentablemente- nunca traducido, posee estados fronterizos (de la psicosis), que son
gran importancia en la obra de este último pacientes que presentan un “núcleo psicótico”,
autor, ya que en él se sientan las bases de una casos de psicosis latente, etc.” (Donnet, Green,
serie de importantes desarrollos teóricos futu- 1973, p. 224).
ros, que allí se encuentran desplegados sólo Por esta razón consideran que reviste el
parcialmente, pero que serán retomados por mayor interés profundizar en el conocimiento
Green en muchos de sus trabajos posteriores psicoanalítico de estos estados mediante el
(Pirlot, Cupa, 2012). Su valor, por tanto, es estudio en profundidad de un caso único, a
doble. Por un lado, por las reflexiones que con- partir del cual sea posible extraer conocimien-
tiene y, por otro, por los esbozos planteados en tos generalizables y de utilidad clínica.
él. Es, entonces, a partir de la reflexión minu-
Por otra parte, este libro constituye una ciosa y detallada que llevan a cabo sobre el
notable ilustración clínica de los estados fron- material de Z, que dicen haber advertido una
terizos y del núcleo psicótico que los caracteri- configuración clínica a la que desean denomi-
za, según consideraba Green en esa época. nar “psicosis blanca”; invención terminológica
El texto fue fruto de un proyecto de inves- tomada de la descripción que hace B. Lewin
tigación sobre consultas psicoanalíticas, lleva- sobre los “sueños blancos”, que son aquellos
cuyo contenido es una pantalla blanca.

Mentalización. Revista de Psicoanálisis y Psicoterapia


https://revistamentalizacion.com


Mentalización. Revista de psicoanálisis y psicoterapia, 10; Abril 2018 3

“La psicosis blanca es entonces, para noso- “En la psicosis, el remodelamiento de la


tros, esa psicosis sin psicosis, en la que el análi- realidad tiene lugar en los sedimentos psíqui-
sis nos permite acceder al “ombligo” de la psi- cos de los vínculos que hasta entonces se man-
cosis [así como Freud ha hablado del “ombligo tuvieron con ella, o sea en las huellas mnémi-
del sueño”]: estructura matriz como condición cas, las representaciones y los juicios que se
de posibilidad de la elaboración psicótica, sin habían obtenido de ella hasta ese momento y
que tal elaboración tenga necesariamente lu- por los cuales era subrogada en el interior de la
gar” (Ibid, pp. 225-226) [cursivas agregadas]. vida anímica” (Freud, 1924, p. 195) [cursivas
Donnet y Green hablan de una potenciali- agregadas].
dad psicótica, fruto de una estructura y de una Esta cita muestra con claridad -según los
historia; potencialidad que se desarrollará, o autores- que, para Freud, “…el problema de la
no, en función de las series complementarias psicosis es el problema sufrido por el pensa-
entre la potencialidad mencionada y los obje- miento” (Donnet, Green, 1973, p. 229).
tos y eventos con los que el sujeto se encuentre Se podría decir entonces que la psicosis
en el curso de su vida. entraña un conflicto entre la pulsión y el pen-
Agregan que lo que habitualmente obser- samiento, o que, a diferencia de la neurosis
van son descompensaciones transitorias segui- “…el pensamiento es atacado por la pulsión”
das de curaciones, lo que da al cuadro su perfil (Ibid, p. 230).
periódico, en línea quebrada y que los psicoa- Si bien en la neurosis el pensamiento pue-
nalistas saben bien cómo una psicosis infantil de ser subvertido por el deseo, el aparato para
puede curar mediante la constitución de un pensar los pensamientos (Bion, 1962) perma-
carácter rígido. nece a salvo.
Por otra parte, afirman que se encuentran En la psicosis, en cambio, encontramos
en la psicosis blanca síntomas banales y comu- dañado no sólo el proceso secundario, sino
nes, no una producción sintomática excepcio- también el proceso primario (que intenta de-
nal. Así, Z está deprimido, como podría estarlo sesperadamente una reconstrucción delirante,
cualquiera, y sufre una mala influencia (“…la como tentativa de curación), ya que el aparato
influencia nefasta que mi madre tiene sobre para pensar ha sido herido en su integridad.
mí”, p. 46). Pero cualitativamente, tanto la Es, por tanto, del lado del pensamiento en
depresión como la influencia pertenecen a un donde hay que buscar la naturaleza de lo más
registro que reenvía al funcionamiento mental específico de la psicosis.
psicótico “como lo muestra su impotencia para Sin embargo, según Donnet y Green, no es
pensar, para pensar su situación y su conflicto” habitual que se hable de ello, como si muchos
(p. 228). analistas permanecieran aferrados a sus refe-
Lo que los autores se proponen entonces, rencias habituales, que los conducen a intere-
es definir la naturaleza y estructura de ese nú- sarse por las estructuras y emergencias del de-
cleo psicótico, de esa psicosis blanca. seo, y no por los problemas del pensamiento,
Para ello retoman el planteo de Freud, con excepción, claro está, de Bion, cuya in-
quien, si bien busca inicialmente conceptuali- fluencia es prominente en las reflexiones lleva-
zar la psicosis -al igual que la neurosis- desde das a cabo en la parte teórica del libro.
el punto de vista de la teoría de la libido, se El analista sitúa habitualmente al paciente
preocupa posteriormente de la relación del psicótico entre dos límites extremos: uno es el
psicótico con la realidad, o, mejor dicho, con del delirio, en el que vemos una actividad de
las representaciones de dicha realidad. sobresignificación. El pensamiento se embala y
no hay nada que no signifique algo. El psicóti-

Mentalización. Revista de Psicoanálisis y Psicoterapia


https://revistamentalizacion.com


Lanza Castelli, G. Psicoanálisis y Mentalización 4

co ve todo hecho como significativo y se ve en cual impide la puesta en relación de los pen-
el centro de una red de significaciones dirigi- samientos entre sí.
das a él. Junto con ello encontramos “… la depre-
Es importante el funcionamiento mental sión primaria (…) sin dolor psíquico, caracte-
que acá tiene lugar. En el centro de esta eco- rizada por el vacío y fruto de la desinvestidura,
nomía encontramos el rol de la identificación que hace del psicótico retirado del mundo, una
proyectiva de la psicosis. El pensamiento debe persona que ha perdido la realidad, que ha
desprenderse continuamente de retoños pul- perdido la facultad de transformar los datos
sionales, a través de una actividad loca de pen- que llegan a su psiquismo” (Ibid, p. 240).
samiento. En cuanto a los factores responsables del
En el otro extremo, lo que impresiona al vacío en el pensamiento, podemos enumerar
analista es la considerable inercia, el anonada- los siguientes:
miento del pensamiento, ya que el psicótico se a) La imposibilidad de constituir la ausen-
queja de tener un agujero en la cabeza y de ser cia. Hablando de Winnicott (1958) y de la ca-
incapaz de pensar. En ese punto nada tiene pacidad de estar a solas en presencia de la ma-
significado para él, los pensamientos son dre, los autores dicen: “…es la creación de este
fragmentarios, en trozos, sin que exista nexo espacio solitario el que torna posible la elabo-
alguno entre ellos, a la vez que el paciente pa- ración fantasmática” (Ibid, p. 270).
rece sumergido en una ensoñación sin fin. Y más abajo “El fracaso en la constitución
Y si bien en una serie de casos se desarro- de esta área de soledad, debido al exceso de
llan ciertas fantasías en su conciencia, esta ac- presencia o de ausencia, estaría en el origen de
tividad psíquica parece escasa, pobre, poco esta parálisis del pensamiento” (Ibid).
elaborada y es mucho menos espectacular que [A la parálisis del pensamiento le llaman
la incapacidad de la que se queja el psicótico, también “vacío” y dan ejemplos “No hay nada
que le impide a menudo toda actividad intelec- en mi cabeza…el vacío” (Ibid, p. 270)].
tual. b) Por el ataque de las pulsiones de des-
Entre otros ejemplos que son presentados trucción, cuya manifestación es la desinvesti-
en el libro de 1973, encontramos los siguientes: dura que recae sobre el pensamiento.
“¿Qué pasa por su mente en este momento?” c) La parálisis del pensamiento puede ver-
“Trato de recordar…no hay nada en mi cabe- se también como producto de una persecución
za…el vacío…por más que busco pensar, ima- del pensamiento que se manifiesta por una
ginar, no hay caso…Querría medicamentos actividad de clivaje incesante, que impide la
que activaran mi espíritu que me impulsaran a puesta en relación de los pensamientos entre
pensar” sí. De ahí que los pensamientos sean fragmen-
“¿En qué desearía usted pensar?” “no sé tarios, divididos, sin ningún lazo que los reúna.
qué es pensar, sí puedo decir en qué me gusta- Podríamos decir, entonces, que la parálisis
ría pensar….no hay nada en mi memo- del pensamiento obedece a la acción combina-
ria…nada se inscribe en mi cabeza…por mu- da de tres factores: a) la imposibilidad de cons-
cho que escucho, que intento, nada se inscribe” tituir la ausencia por excesiva presencia o exce-
(Donnet, Green, 1973, p. 270). siva pérdida; b) la desinvestidura radical, o
A su vez, el atontamiento o estupor afecti- depresión primaria; c) el clivaje.
vo es también una parálisis del pensamiento, y a) El primero de estos factores tiene que
esta hibernación mental es producto de una ver con la forma que adquiere el complejo de
persecución del pensamiento, que se manifies- Edipo en estos casos.
ta por una actividad de clivaje incesante, el

Mentalización. Revista de Psicoanálisis y Psicoterapia


https://revistamentalizacion.com


Mentalización. Revista de psicoanálisis y psicoterapia, 10; Abril 2018 5

La organización edípica tiene en la psicosis con el objeto malo es deletérea para el sujeto y
blanca una particularidad muy especial, ya que que tenderá a librarse de él mediante la identi-
consiste en una tri-bi-angulación (o bi- ficación proyectiva, mientras buscará mante-
triangulación). Esto significa que nos encon- ner contacto con el objeto bueno mediante la
tramos con los tres términos del Edipo y que el identificación introyectiva.
sujeto se encuentra unido a sus dos genitores, Pero las cosas son más complejas, ya que la
unidos éstos por la diferencia de los sexos. clínica muestra que si por alguna razón dismi-
Sin embargo, esta diferencia no articula la nuye la presencia o el poder del objeto interno
relación en torno al complejo de castración, la malo, el sujeto lo hace reaparecer de alguna
investidura y la identificación, como en las forma, apelando a un doble del mismo.
neurosis, sino que sufre una mutación profun- En estos casos parecería que lo más temido
da, ya que ambos padres se diferencian bási- es el vacío que se produciría ante la pérdida del
camente en torno a dos vectores: su cualidad objeto malo, ya que el objeto bueno es siempre
de objeto bueno y objeto malo, la pérdida y la inaccesible (o accesible sólo de modo harto
presencia dominadora. (Donnet, Green, 1973, temporario). Dicha pérdida traería aparejado
p. 266; Green, 1974, pp. 63-64). un espacio psíquico completamente despobla-
En esta doble relación que tiene lugar en do, o un tiempo muerto al que el sujeto no
los fronterizos no se advierte el interjuego de sobreviviría (Green, 1990, p. 320).
investidura e identificación mencionado, ni, en b) El segundo de ellos tiene una importan-
el interior de la identificación, la duplicidad cia decisiva. Esta desinvestidura radical, que
que hace que sea siempre masculina y femeni- engendra agujeros en el pensamiento, y tam-
na a la vez (debido -según Freud- a la presen- bién estados anímicos en blanco, sin compo-
cia de la bisexualidad) pero, como en toda di- nentes afectivos (dolor, sufrimiento, etc.), re-
cotomía, cada término reenvía necesariamente cae también sobre el yo. En este caso produce
al otro como su doble invertido (Donnet, sentimientos de irrealidad, de no existencia,
Green, 1973, p. 267). que desfondan e impiden la constitución de
Por esta razón, la tripartición sujeto/objeto una identidad mínimamente consistente
bueno/objeto malo desemboca de hecho en (Donnet, Green, 1973).
una relación dual, pues el objeto tercero no es También encontramos que en estos pa-
más que el doble del objeto. El sujeto se une, cientes el yo se compone de una serie de nú-
entonces, a un único objeto (desdoblado). cleos yoicos, como islas que no se comunican
No hay que pensar que estas relaciones son entre sí, fruto del clivaje. No obstante, lo fun-
puramente internas, ya que el sujeto encuentra damental es la desinvestidura, tal como expre-
objetos externos que devienen -por vía de pro- sa Green: “En mi opinión, estas islas de nú-
yección- encarnaciones de los objetos inter- cleos yoicos son menos importantes que el
nos. espacio que las rodea, que he definido como
En estos pacientes se mantiene la conexión vacío. Futilidad, falta de la percatación de pre-
con la realidad (a diferencia de lo que ocurre sencia, contacto limitado, son otras tantas ma-
en la psicosis declarada) y en este vínculo, mo- nifestaciones de la misma vaciedad básica que
dificado por la proyección de los objetos inter- caracteriza la expresión de la persona fronteri-
nos, tampoco se observa delirio alguno. za” (1976, p. 113-114).
Por lo demás, en estas relaciones no hay De este modo, el sentimiento de no exis-
lugar para la ambivalencia: el objeto malo es tencia, junto con el blanco del pensamiento, la
sólo malo y el bueno lo es de forma total. En inhibición de las funciones de representación y
cierto sentido, puede decirse que la relación la bitriangulación, parecen ser algunos de los

Mentalización. Revista de Psicoanálisis y Psicoterapia


https://revistamentalizacion.com


Lanza Castelli, G. Psicoanálisis y Mentalización 6

criterios que permiten diferenciar los pacientes semanales. Vive solo y se dedica a confeccionar
fronterizos en los que lo decisivo es la presen- y vender artesanías, que produce en serie, de
cia de un núcleo psicótico (en el sentido de la un modo mecánico, trabajando muchas horas
psicosis blanca), de aquellos otros en los que al día con su pensamiento en blanco y llevando
no es éste el caso. a cabo una serie de comportamientos automá-
No obstante, cabe agregar que no parece ticos, que evocan los procedimientos autocal-
que sea posible establecer una diferenciación mantes de los que habla Szwec (1998).
tajante entre ambos grupos, sino que habi- No tiene amigos y pasa el poco tiempo li-
tualmente encontramos una serie de transicio- bre que le queda viendo televisión en estado de
nes que podríamos ilustrar diciendo que no desconexión, tomando cerveza y masturbán-
hallamos entre unos y otros una línea divisoria dose.
neta, sino más bien un territorio complejo y Dice que le cuesta pensar, que tiene habi-
matizado, con variaciones cuantitativas y cua- tualmente su mente en blanco y que su estado
litativas en los diversos aspectos que se en- habitual -durante el día y mientras trabaja- es
cuentran en juego. el de no estar ni totalmente despierto ni ca-
Como ejemplificación de esta idea cabe ci- balmente dormido (lo cual alude a la “ensoña-
tar -entre otros- las reflexiones teórico-clínicas ción sin fin” de la que hablan Donnet y Green
que encontramos en los trabajos de los psico- en la psicosis blanca). Es habitual que realice
somatólogos franceses en torno al pensamien- comentarios como los siguientes: “Me cuesta
to operatorio y a la carencia fantasmática, que encontrar las palabras, no me sale lo que quie-
algunos de ellos relacionan con la segunda ro decir; es como si tuviera un agujero en la
teoría de las pulsiones de Freud y con los tra- cabeza, como un vacío”. “Siento a veces como
bajos de Bion y de Green en torno a la destruc- una dispersión, sensaciones de terror, de locu-
ción del pensamiento (Aisenstein, 1996; Ai- ra…es como un espanto a la disolución, a la
senstein, Smadja, 2001; Smadja, 1998, 2005). locura, a la dispersión total”. “Me siento mal,
c) El clivaje, por último, debe diferenciarse siento que tengo como una parte del cerebro
de aquél que opera en la psicosis propiamente muerta y pensamientos con una mínima con-
dicha, el cual tiene como resultado una esci- sistencia, que no sé de dónde salen, o si soy yo
sión en detalle (Bion, 1955). En estos casos, el que estaba hablando. Tengo una sensación
por el contrario, el clivaje opera en dos niveles: de extrañeza”.
a) entre lo psíquico y lo no psíquico; b) dentro Cuando sale de la casa y va por los distin-
del mundo interno, de la esfera psíquica tos negocios a comercializar su producción, si
(Green, 1974). bien sigue en estado de “ensoñación”, alcanza
En lo que sigue, intentaré ilustrar algunas a despertar un poco más en función de las an-
de estas ideas a partir de un material clínico, gustias que le despiertan las personas con las
cuya comprensión intentaré a partir de las que se cruza, o con las que tiene que hablar
mismas. (Cf. mail de Federico).
La caracterización que hace de los padres
Material clínico: tiene cierta correspondencia con la bi-
triangulación mencionada por Donnet y
El paciente, a quien llamaremos Federico, Green, ya que describe a la madre como har-
tiene 25 años en el momento en que envía el pía, rechazante y hostil, a la vez que expresa
mail que tomaremos como viñeta clínica, y en haber tenido siempre el sentimiento de que
esa ocasión hace 12 meses que hemos comen- había rechazado el embarazo del cual fue fruto,
zado un tratamiento cara a cara de 2 sesiones de que lo odiaba y de que “se metía” en los más

Mentalización. Revista de Psicoanálisis y Psicoterapia


https://revistamentalizacion.com


Mentalización. Revista de psicoanálisis y psicoterapia, 10; Abril 2018 7

diversos aspectos de su vida. Refiere que ha- I) “Hoy es martes, acabo de llegar (llegué el
blaba con él de una manera catártica, volcando domingo, hace 2 días) y todavía no entiendo
sus angustias hipocondríacas, detallando las nada. Apenas crucé la frontera empecé a tener
innumerables enfermedades y tragedias de sus pesadillas horribles, de vacío, de islas separadas
amigas de un modo verborrágico, lo que hacía por nada, esfumadas, de disolución, de algo
que Federico sintiera su cabeza cooptada e dispersándose (algodón dispersándose).
invadida por este discurso angustioso, sin que II) Apenas llegué supe que no venía a nin-
él pudiera poner algún tipo de freno a lo que gún lugar, que todo me descolocaba, que no
consideraba la locura de su madre. quería seguir viviendo más acá, que era terrible
El padre, al que idealizaba y al que estaba tener que despertarse en San Isidro [barrio en
intensamente ligado, se encontraba habitual- el que vive], tener 3 minutos de angustia mien-
mente ausente, excepto en breves momentos tras cagaba, otros 3 mirándome al espejo y a
en que llegaba a la casa y jugaba con él, lo cual hacer artesanías como un autómata, a correr a
duró unos pocos años, tras los cuales tomó ningún lugar, a seguir trabajando, a distraerme
distancia de Federico y dirigió su interés hacia con lo que fuera, a tomar cerveza, mirar televi-
su hija menor. sión, hacerme la paja y llegar al otro día.
Su único amigo de la infancia, al que lla- Hacía casi un mes que no me acordaba de
maremos Juan, había emigrado al exterior, se eso (allá la pasé bastante bien, con Juan y su
había casado y tenía dos hijos pequeños. Era familia).
tal vez la única persona a la que Federico sentía III) Desde que llegué supe que me iba a
que de verdad le importaba, lo cual hacía que angustiar, que aunque sea por comparación
cuando estaba con él se sintiera notablemente me iba a espantar la idea de vivir acá, porque
mejor y más “entero” (según su decir). acá vivo mal, la paso horrible.
El verano anterior había ido a visitarlo du- Acá estoy marcado, todos me conocen, me
rante un mes, y en las recientes vacaciones miran, me reconocen y me juzgan; saben que
(previas al mail que transcribo a continuación) soy un pelotudo, alguien de segunda, saben mi
había estado alojado nuevamente en su casa. historia, saben que tengo mal olor, que Fabián
me humillaba [se refiere a un compañero del
El mail de Federico: colegio que lo acosaba] y todos lo siguen ha-
El paciente me envía este mail dos días ciendo. Todos me humillan con la mirada; la
después de llegar a Buenos Aires, proveniente mirada de ellos me dobla en dos, me humilla,
de la casa de su amigo Juan. Sabía que yo esta- me hace meterme para adentro y hasta tal vez
ba de vacaciones, pero habíamos quedado en pedir perdón; me marca que soy un ser infe-
que me escribiría todas las veces que conside- rior, alguien de segunda y que nunca voy a
rara necesario, práctica que utilizábamos tam- poder levantar cabeza, me estropea la vida.
bién durante el curso del tratamiento, entre Acá las mujeres son harpías venenosas que
una sesión y otra, y que se había revelado de la condenan, y los hombres policías peligrosos y
mayor importancia para que el paciente pudie- terribles que torturan.
ra sentir un sostén más allá de los 50 minutos No puedo hacer otra cosa que vivir dobla-
de cada una de las 2 sesiones semanales en que do bajo esa sumisión.
nos encontrábamos. Allá podría empezar una vida nueva, si me
Dividiré el texto en 4 partes, a los efectos va bien, bien; y si me rechazan los mando a la
de los comentarios posteriores sobre el mismo. mierda en una igualdad de condiciones, mu-
cho mejor que aquí donde no tengo respuestas,
donde llevo siempre las de perder, donde ellos

Mentalización. Revista de Psicoanálisis y Psicoterapia


https://revistamentalizacion.com


Lanza Castelli, G. Psicoanálisis y Mentalización 8

son muchísimo más venenosos y mortíferos En relación al primer significado (alejarse


que lo que yo puedo responder. de un lugar), la expresión parece aludir al he-
Me están humillando y despreciando, tala- cho de separarse de Juan y de su familia, que
drándome por la mitad a la altura del abdo- entiendo relacionado con el contenido de las
men, quedándome siempre partido, sin res- pesadillas. En éstas aparecen islas separadas
puesta y sin poder estar entero –levantar cabe- por “nada”, de algodón dispersándose, a la vez
za. que no puede pensar. Conjeturo que en las
IV) No sé, creo que eso no es todo, creo pesadillas da figuración a la vivencia de su yo
que hay algo peor y que tiene que ver con el desinvestido, compuesto de diferentes núcleos
lugar del desamor, en el llegar y no encontrar a que no se comunican, delineados por un espa-
nadie, que nadie me espera, en saber que para cio vacío, vaciedada básica fruto de la desin-
mí hay sólo un agujero destinado, tal vez el vestidura (Green, 1976), que recae también
lugar de la tumba vacía esperándome. Es ho- sobre el pensar (“todavía no entiendo nada”).
rrible volver y estar solo. Y lo más probable es Podríamos conjeturar por lo tanto, que di-
que sea siempre así, no sólo al volver, sino al chas pesadillas son básicamente efecto de ha-
estar acá [cursivas agregadas]. berse alejado de su amigo. La pérdida de objeto
En las noches, cuando empieza a anoche- supondría, entonces, dos movimientos: el sen-
cer, estoy en mi casa solo, sintiéndome a mi- tirse desinvestido por su amigo, y su respuesta,
llones de kilómetros de quien sea. Como en consistente en una desinvestidura de sí, que
una isla reducida, con todos los ruidos del es- recae tanto sobre su yo como sobre su pensa-
panto (el silencio), el aire, el espacio, negro, miento.
raro, y yo con la cabeza en blanco, sin poder Según fue posible inferir en las sesiones
pensar ni entender, sólo queriendo llegar al que tuvieron lugar a partir de la reanudación
otro día. Volver a eso, a ningún lugar, a estar del análisis, la vivencia de Federico era que
perdido detrás de las cosas”. había sido desinvestido por su amigo tras su
En el mail de Federico podemos diferen- alejamiento, que éste lo había borrado de su
ciar 4 momentos: mente. Expresiones como “Apenas me fui se
I) En el primero de ellos, tras decir que lle- metió en sus cosas y se olvidó de mí”, daban
gó hace dos días y que no entiende nada, apa- cuenta de esta manera de vivir la separación.
rece la expresión “Apenas crucé la frontera”, Cabe conjeturar que lo que se encuentra
que es posible suponer posee un doble signifi- aquí en acción es un mecanismo consistente en
cado. Uno ligado al hecho de alejarse de un sentirse desalojado de la mente del otro, a la
lugar familiar, otro vinculado a penetrar en un vez que desinvestido por él. Si bien Green no
territorio diferente. desarrolla esta idea en su texto sobre la psicosis
Respecto a este último significado, cabe blanca, sí lo menciona en otros lugares, por
decir que Federico tenía un pensamiento visual ejemplo cuando dice: "La separación nunca se
espacializante, propio de su componente fóbi- vive como el acceso a una autonomía, sino
co (Maldavsky, 1997) y que el “cruzar una como la expresión del deseo del objeto de des-
frontera” era un leit motiv en él, que solía refe- embarazarse del sujeto" (Green, 2002, p. 221).
rirse al hecho de salir de un lugar familiar para Por mi parte, considero que este mecanis-
adentrarse en un ámbito peligroso y angus- mo es habitual en este tipo de pacientes, con
tiante. En este caso, lo familiar queda represen- un agregado a lo que plantea Green: la inte-
tado por Juan y su familia y lo angustiante por rrupción del vínculo significativo da lugar, en
lo que le espera al volver al país, según relata efecto, a un sentimiento de ser desalojados,
en el resto del mail. desinvestidos, borrados de la mente del otro. A

Mentalización. Revista de Psicoanálisis y Psicoterapia


https://revistamentalizacion.com


Mentalización. Revista de psicoanálisis y psicoterapia, 10; Abril 2018 9

ello agrego que esta vivencia es respondida con imagen, lo cual podemos relacionar con una
una desinvestidura de sí. La conjunción del intensa hostilidad hacia sí mismo (Green,
borramiento por parte del otro y de la desin- 1994b). La referencia a la defecación (“tener 3
vestidura de sí, producen disgregación del yo y minutos de angustia mientras cagaba”) podría
parálisis del pensamiento (Lanza Castelli, aludir nuevamente a un contenido que es ex-
2016b). pulsado de un continente, como fue comenta-
Observamos este fenómeno con frecuencia do más arriba.
en los finales de sesión, en los que, al salir del Por su parte, el hacer artesanías como un
consultorio el paciente siente que ha sido desa- autómata alude también al sentimiento de futi-
lojado de ese lugar y borrado de la mente de su lidad, la falta de implicación emocional y la
analista, lo que da lugar muchas veces a las parálisis del pensamiento, frutos de la desin-
peores angustias y a sensaciones de derrumbe. vestidura (Green, 1983).
De ahí que sea de tanta utilidad muchas veces Asimismo, cabe destacar la reiteración del
(como en el caso de Federico) anticiparle al “ningún lugar” en la expresión “correr a nin-
paciente -un rato antes de la finalización de la gún lugar”.
sesión- que la misma va a terminar poco des- Por último, es interesante señalar que nada
pués, poner en palabras el significado que tiene de todo esto se hizo presente mientras estuvo
para él dicha finalización y, a la vez, poder alojado en lo de su amigo Juan, compartiendo
mantener un nexo entre sesiones a través del su vida familiar.
intercambio de mails o de llamadas telefónicas. III) En este pasaje de su mail, vemos que
Otro tanto podríamos decir de las vacaciones y Federico logra una reinvestidura de sí parcial
de cualesquiera situaciones de separación. Re- por medio de la proyección, al modo de un
tomaré este punto más adelante, al hablar del despliegue representativo que no llega a la ca-
abordaje clínico. tegoría de delirio pleno, aunque posee la temá-
La desinvestidura del yo, en el caso de Fe- tica de la persecución y la humillación por par-
derico, queda figurada en sus pesadillas: hay te de un objeto malo multiplicado. En este
vacío y sentimiento de dispersión (disgrega- despliegue vemos una actividad de sobresigni-
ción). El no entender nada es la manifestación ficación, ya que Federico se ve en el centro de
de la “parálisis del pensamiento” propia de la una red de significaciones dirigidas a él
psicosis blanca. (“…todos me conocen, me miran, me recono-
II) El segundo fragmento anticipa lo que cen y me juzgan…”).
desarrollará en el IV) [y que comentaré en ese El sentimiento correspondiente es, por un
momento] al decir “que no venía a ningún lado, la angustia ante los “policías que tortu-
lugar”. Refiere también la angustia que padecía ran”, por otro, el sentimiento de humillación
diariamente y menciona algunas de sus activi- ante la actitud de los otros de humillarlo, des-
dades cotidianas; entre ellas, las que utiliza preciarlo, etc.
para intentar mitigar esa angustia (tomar cer- De todos modos, hay un dato interesante y
veza, mirar televisión, hacerse la paja), en las es que en el fragmento en que alude a este es-
que no vemos ningún procesamiento mental tado de cosas, es en el único en que conjuga
de la misma, como corresponde a los déficits dos veces el verbo “ser” en primera persona
en su capacidad de pensar. (“soy un pelotudo”; “soy un ser inferior”), cosa
El mirarse al espejo tiene particular impor- que no ocurre en el resto del texto. Éste parece
tancia, ya que evitaba generalmente hacerlo ser un indicador de que el desprecio, la humi-
porque le costaba reconocerse, a la vez que llación y la persecución mencionados, que im-
experimentaba un profundo desagrado ante su plican una investidura hostil pero también el

Mentalización. Revista de Psicoanálisis y Psicoterapia


https://revistamentalizacion.com


Lanza Castelli, G. Psicoanálisis y Mentalización 10

ser “conocido” y “reconocido”, le permiten Según pudimos ver en el trabajo analítico,


restituir un cierto sentimiento de sí, poniendo la tumba vacía que lo esperaba simbolizaba
un freno a la desinvestidura y al disgregarse del para él dos cosas: por un lado, la interioriza-
primer momento. ción del impulso mortífero atribuido a la ma-
Green plantea que en lo que hace a la rela- dre y dirigido hacia él, como una forma de
ción con el objeto malo, el miedo que produce interiorización de lo negativo (Green, 2010).
su desaparición consiste en que ésta deja al Por otro, el acogimiento que le hacía la madre
sujeto ante el horror del vacío, sin que el tiem- tierra, con la cual se uniría, en la que se alojaría
po llegue nunca a proveer a su remplazo por al precio de perder la vida, en lo que podría-
un objeto bueno. El objeto es malo, pero es mos llamar tal vez, parafraseando a Green
bueno que exista si no existe como objeto (1993), un alojamiento negativo.
bueno (1974). Para Federico, como para todo ser hu-
En estos casos posee la mayor importancia mano, el primer alojamiento necesario es aquél
la presencia concreta, perceptiva, del otro, del que tiene lugar en la mente y en el deseo de la
objeto malo, para que la investidura (hostil) madre, es ése su primer “lugar en el mundo”
que parte de ese otro y, por tanto, la investidu- (alojamiento positivo) que, cuando tiene lugar
ra de sí mismo que refleja o duplica la del obje- en virtud del amor de la madre hacia su hijo,
to, puedan tener lugar. Por esa razón, cuando permite que éste constituya la “estructura en-
Federico llega finalmente a su casa, cerca del cuadrante” que albergará a su yo y será la sede
anochecer, tiene lugar el IV momento, en que de su funcionamiento representativo (Green,
se ha perdido ese lazo. 1967, 1980, 2003). Esto es lo que el paciente no
IV) Es altamente significativo que Federi- ha podido lograr.
co diga que “es peor” lo que sucede después, En el final del mail, Federico alude nue-
tras haber referido la forma en que vive la pre- vamente a su soledad, fruto tanto de la desin-
sencia de los otros cuando sale a la calle o tiene vestidura de un otro que podría recibirlo amo-
encuentros con otras personas. Parecería que rosamente (“lugar del desamor”, “nadie me
ese “peor” tiene que ver con “el lugar del espera”), como de la pérdida de la investidura
desamor”, esto es, con la ausencia de una in- hostil del objeto malo, en tanto éste ya no se
vestidura amorosa significativa, por parte de encuentra presente a su percepción.
un otro importante para él, que lo tenga por Esta doble ausencia produce una disminu-
objeto (“llegar y no encontrar a nadie, que na- ción en su ser, representada por la “isla reduci-
die me espera”). Conjeturo que esta investidu- da”, como así también un débito de la investi-
ra del otro es vital para que Federico pueda dura que podría recaer sobre los otros (conju-
investirse a sí mismo, de modo tal que ambas gada con el no haber sido esperado por ellos),
investiduras combinadas (la del otro y la pro- debido a lo cual los siente “a millones de kiló-
pia) puedan poner un freno al impulso que lo metros” y se ve envuelto por el vacío: el silen-
lleva a la muerte. cio que espanta (“ruidos del espanto”), el espa-
En la medida en que tal investidura no se cio negro y raro. En lo que hace al silencio,
verifica, al no encontrar un alojamiento en un Donnet y Green lo equiparan a la alucinación
otro, le queda la sola alternativa de ser alojado negativa, a la representación de la ausencia de
por la tumba vacía, que es la única que lo espe- representación (1973, p. 281).
ra (“…en saber que para mí hay sólo un aguje- Por otra parte, la desinvestidura recae
ro destinado, tal vez el lugar de la tumba vacía también sobre su pensamiento (“y yo con la
esperándome”). cabeza en blanco, sin poder pensar ni enten-
der”).

Mentalización. Revista de Psicoanálisis y Psicoterapia


https://revistamentalizacion.com


Mentalización. Revista de psicoanálisis y psicoterapia, 10; Abril 2018 11

Su estado podría caracterizarse como de- blanca” (Green, 1980), junto con la alucinación
presión primaria, en los términos menciona- negativa y el duelo blanco, fenómenos que
dos más arriba “… la depresión primaria (…) forman parte de la clínica del vacío o clínica de
sin dolor psíquico, caracterizada por el vacío y lo negativo y que son resultado de una desin-
fruto de la desinvestidura, que hace del psicóti- vestidura radical, que deja huellas bajo la for-
co retirado del mundo, una persona que ha ma de agujeros psíquicos que serán colmados
perdido la realidad, que ha perdido la facultad por reinvestiduras que expresan una destructi-
de transformar los datos que llegan a su psi- vidad que ha sido liberada por el debilitamien-
quismo” (Donnet, Green, 1973, p. 240). to de la investidura libidinal (Green, 1974,
Es en esa situación que, como ha dicho en 1980). Esto es lo que vemos en el caso de Fede-
II), se entrega a actividades que pretenden rico en el momento III) de su mail: el vacío de
neutralizar estas vivencias intolerables (ver la desinvestidura es parcialmente llenado por
televisión, tomar cerveza, masturbarse). un despliegue representacional de tinte perse-
En la frase con que concluye el mail cutorio, el cual posee un potencial hostil que
(“…sólo queriendo llegar al otro día. Volver a recae sobre el propio paciente. Éste sería el
eso, a ningún lugar, a estar perdido detrás de terreno de la reinvestidura de que habla Green,
las cosas”) parece expresar su deseo de vivir proyectada y vuelta contra el propio sujeto.
que, no obstante, se reencuentra nuevamente A su vez, este autor nos previene (1974,
con el “ningún lugar”, esto es, con la ausencia 1976) de poner el foco del trabajo sobre la
de un otro que lo aloje, lo que le impide tener reinvestidura, ya que el problema principal
un rumbo en la vida y una consistencia debida para el paciente tiene que ver con el vacío
al ser visto por los demás (“perdido detrás de (como lo expresa con claridad Federico cuan-
las cosas”). do dice en el fragmento IV “…creo que hay
Esta secuencia repetida: querer vivir -- algo peor…”) y es ése el foco sobre el que hay
volver a ningún lugar, parece expresar la com- que trabajar.
pulsión de repetición del trauma vivido - Por otro lado, y teniendo en cuenta lo que
posiblemente- con el objeto originario, que al hemos dicho acerca del objeto intrusivo y del
no darle a Federico un “lugar” en su mente y objeto ausente, el analista tendrá cuidado de
en su amor (al no alojarlo ni investirlo), impi- no mantener un silencio excesivo (que lo ho-
dió la instalación del principio del placer y mologaría a este último), como así también de
produjo una subversión de las metas de la rela- no adoptar una actitud sobreinterpretativa,
ción que el yo originario del paciente mantenía que lo volvería equiparable al primero (Green,
con él, de modo tal que la realización alucina- 1979). Por esta razón, el intercambio analítico
toria negativa del deseo se convirtió en el mo- intentará construir “…una trama discursiva de
delo que gobernaba su actividad psíquica dos, dentro de una urdimbre verbal donde el
(Green, 1983). La presencia y la reiteración de discurso del analizando y el del analista tren-
este trauma se observan en la lógica autodes- cen el tejido de un discurso reticulado” (Ibid,
tructiva del funcionamiento mental de Federi- p. 144).
co (el sentimiento de no ser alojado por el En lo que hace a la desinvestidura y al va-
otro, la desinvestidura de sí y de los objetos). cío, de los que hemos hablado reiteradamente,
no se trata sin duda de que debamos propo-
Abordaje clínico: nernos llenar de algún modo ese vacío, tanto
En primer término, cabe hacer referencia a en el yo como en el pensamiento, sino que el
que la psicosis blanca forma parte de la “serie objetivo ha de ser favorecer la desactivación de
los mecanismos que lo han producido, y en-

Mentalización. Revista de Psicoanálisis y Psicoterapia


https://revistamentalizacion.com


Lanza Castelli, G. Psicoanálisis y Mentalización 12

tiendo en este sentido la recomendación de un continente que albergue a un yo consolida-


Green de que se trata en primer término en do. Asimismo, tampoco se constituye la capa-
estos casos, de promover una “narcisación del cidad representativa de modo adecuado (en
yo” (Ibid, p. 151). tanto la estructura encuadrante -como espacio
Asimismo, es necesario abrir este circuito de representación- es desbordada por un fun-
interno autodestructivo en la relación analíti- cionamiento evacuativo, proyectivo, des-
ca, de modo tal que la autodestrucción pueda simbolizante), ni el niño puede dirigir hacia sí
ir ligándose por el aporte de la libido sádica, mismo las investiduras propias del narcisismo
que toma al analista como su objeto, siendo la del yo, por lo cual éste se encuentra siempre
principal función de este último la de sobrevi- amenazado del peligro de desintegración y, en
vir (pensando e interviniendo en el diálogo tanto no ha habido internalización, se mantie-
analítico). ne dependiente de los objetos externos para
A lo largo del escrito he reiterado una hi- lograr algún tipo de integración.
pótesis que deseo retomar nuevamente ahora: Esta dependencia parece expresarse por un
el ser alojado por el objeto primordial e inves- mecanismo a doble vía: el alojamiento por par-
tido por éste, ofrece las condiciones para que te del objeto y la investidura que hace recaer
se configure e internalice la estructura encua- sobre el yo del paciente, es respondido por
drante (“…la borradura del objeto materno medio de un incremento de la investidura de
transformado en estructura encuadradora se sí. El efecto combinado de ambas investiduras
alcanza cuando el amor del objeto es suficien- refuerza la integración del yo y el trabajo de
temente seguro…” Green, 1980, pp. 231-232). pensamiento (como cuando Federico estuvo
Dicha estructura posee una función continente de vacaciones en lo de su amigo Juan).
(como los brazos de la madre sosteniendo al Por lo contrario, cuando el objeto (según
niño) y es fruto de la huella de dicho abrazo, la vivencia del paciente) lo desaloja y desinvis-
una vez que ha tenido lugar la separación entre te, esta acción es respondida entonces median-
la madre y el niño, se han puesto en juego los te una desinvestidura de sí, lo que lleva al blan-
mecanismos del doble retorno de las pulsiones co del pensamiento y a la desintegración (ma-
y se ha perdido la percepción del objeto ma- yor o menor) del yo (como reflejan las pesadi-
terno bajo la forma de su alucinación negativa. llas del paciente, que comienzan cuando cruza
De este modo, ese fondo negativizado, ampa- la frontera).
rado por la estructura encuadrante, funcionará Estas consideraciones me llevan a propo-
como pantalla en la que se inscribirán las re- ner, en sintonía con las sugerencias de Green,
presentaciones de los objetos, sentando las un abordaje cara a cara (Green, 2006), en el
bases de la capacidad de representar. A la vez, que el analista aloje al paciente y lo invista,
el borramiento de la madre como objeto pri- manifestando su interés por sus estados men-
mario de fusión, que hace que la misma se tales, por las sensaciones y vivencias que expe-
convierta en estructura encuadrante del yo, rimenta, etc., de modo tal que el paciente pue-
dejará lugar a las investiduras propias del yo, da ir sintiendo, poco a poco, la importancia
fundadoras de su narcisismo personal (Green, que tiene para su analista, el alojamiento que
1980). encuentra en él y la investidura de la que lo
Cuando no es éste el caso, cuando el objeto hace objeto, lo cual ha de tener lugar no sólo
primordial ha desalojado al niño de su mente, durante el tiempo de la sesión, sino también en
o no lo ha inscripto, no lo ha investido o ha el afuera de la misma.
deseado su muerte, la estructura mencionada Pero no se trata solamente de que se des-
no puede configurarse, ni puede internalizarse pliegue en la acción el alojar y el investir, sino

Mentalización. Revista de Psicoanálisis y Psicoterapia


https://revistamentalizacion.com


Mentalización. Revista de psicoanálisis y psicoterapia, 10; Abril 2018 13

que es necesario también representar los pro- señalar no sólo está ligado al hecho puro de la
cesos y mecanismos que llevan a la construc- separación, sino a la imposibilidad en la cual se
ción del vacío, por medio de una actividad halla el analizante de tener una representación,
tendiente a favorecer el trabajo de representa- cualquiera que sea, del analista durante su au-
ción -por parte del paciente- de dichos proce- sencia (…) me parece indispensable dar una
sos y de sus consecuencias: “El trabajo terapéu- posibilidad de unión con el objeto (bajo la
tico debe conducir al paciente a tomar con- forma, por ejemplo, de un número telefónico
ciencia de la destructividad que dirige contra en que el analista pueda ser contactado)”
su propia actividad psíquica” (Green, 1997b, p. (2002, pp. 98-99).
26). No obstante, Green no alude -en este con-
Sobre esta base, el trabajo en sesión tendrá texto- al momento en que el sujeto se supone
como objetivo la constitución del preconscien- desalojado de la mente del objeto (en este caso:
te, entendido como espacio transicional in- del analista). Por mi parte, conjeturo que, al
terno, mediante el trabajo de ligazón a partir menos en toda una serie de casos, es éste el
de los fragmentos del discurso desligados por proceso inicial al término de la sesión, o en
obra de la escisión. períodos de separación, el cual es respondido
Se trata de favorecer -mediante nuestra por una desinvestidura de sí. La imposibilidad
propia actividad de ligadura- que el paciente de representar es fruto, en estos casos, de la
pueda ir creando lazos entre los diferentes acción combinada de ambas desinvestiduras
elementos de sus verbalizaciones, entre las recayendo sobre la actividad representativa.
representaciones, los afectos y las situaciones Cabe agregar que la narcización del pa-
interpersonales en los que han surgido, entre el ciente, que pondría freno a la desinvestidura
presente y el pasado, entre temas tratados en de sí y promovería la reversión del proceso, es
distintas sesiones, etc. sólo parte de este recorrido. A esto debe se-
Se trata de un análisis en superficie que in- guirle un trabajo de interiorización, de modo
tenta también dar forma a una serie de ele- tal que el paciente deje de depender de las acti-
mentos que carecen de ella, como “…las for- tudes del objeto externo y pueda conquistar
mas incoativas y embrionarias de un pensa- una autonomía de la que carecía hasta ese
miento que no logra decirse” (Green, 1982, p. momento (Green, 1997; Winnicott, 1958).
124). Las consideraciones vertidas hasta este
En lo que hace a mantener el contacto con punto son, sin duda, parciales y concisas. No
el paciente entre sesiones, esto es, en los mo- he incluido en ellas el trabajo llevado a cabo
mentos de separación, cabe referir que cuando con la agresividad del paciente, con su sexuali-
le di a Federico mi dirección de mail y él me dad, con sus escisiones y sus defensas arcaicas,
dio la suya, dijo que eso lo hacía sentir bien, ni he realizado consideraciones sobre la trans-
porque era “como que hay un hilo, algo que ferencia y la contratransferencia, el encuadre y
me sostiene, que yo no tengo para mí desde el encuadre interno (Green, 2012).
mí” y que tal vez entonces no fuera tan “últi- He preferido en cambio focalizar en un
mo” lo que sentía, como que eso lo hacía sentir único punto, el del núcleo psicótico (en el sen-
mejor y lo sostenía. tido de la psicosis blanca) que encontramos en
Por su parte, Green alude a este proceder Federico, incluido en un enfoque que articula
cuando dice “…es esencial dar al analizante la lo intrapsíquico y lo intersubjetivo, particu-
posibilidad de seguir en contacto con el analis- larmente en lo que hace al interjuego investi-
ta, o de prever sustitutos posibles durante esas dura-desinvestidura, tanto por parte del objeto
ausencias (…) Lo que considero importante

Mentalización. Revista de Psicoanálisis y Psicoterapia


https://revistamentalizacion.com


Lanza Castelli, G. Psicoanálisis y Mentalización 14

hacia el paciente, como de éste consigo mismo de pacientes tan perturbados como Federico,
y hacia los demás. habré alcanzado el objetivo que me propuse
Si he logrado con ello aclarar algunas cues- con la escritura de este trabajo.
tiones que se ponen en juego en el tratamiento

Referencias:
Aisenstein, M. (1996) Pour introduire la néurose de Green, A. (1981) Pasiones y destino de las pasiones, en
comportement dans une théorie des Pulsions. Revue (1990) De locuras privadas. Buenos Aires:
Française de Psychanalyse, Nro 10, 1996. Amorrortu editores, 1990.
Aisenstein, M.; Smadja, C. (2001) De la Green, A. (1982) La doble frontera. En (1990) La nueva
psychosomatique comme courant essentiel de la clínica psicoanalítica y la teoría de Freud. Aspectos
psychanalyse contemporaine. Revue Française de fundamentales de la locura privada. Buenos Aires:
Psychanalyse. Numéro Hors Série. Sous la direction Amorrortu editores, 1993
de André Green, 2001.
Green, A. (1983) Narcisismo de vida. Narcisismo de
Bion, W.R. (1955) Desarrollo del pensamiento muerte. Buenos Aires: Amorrortu editores, 1990
esquizofrénico, en (1967) Volviendo a pensar.
Green, A. (1990) De locuras privadas. Buenos Aires:
Buenos Aires: Paidós, 4ta edición, 1990.
Amorrortu editores.
Bion, W.R. (1962) Una teoría del pensamiento, en
Green, A. (1993) El trabajo de lo negativo. Buenos Aires:
(1967) Volviendo a pensar.Buenos Aires: Paidós, 4ta
Amorrortu editores.
edición, 1990.
Green, A. (1994a) Teoría, en Fine y Schaefer (Dir)
Donnet, J.L.; Green, A. (1973) L’enfant de Ça.
(1998) Interrogaciones psicosomáticas. Buenos
Psychanalyse d’un entretien: la psychose blanche.
Aires: Amorrortu editores, 2000.
Paris: Les Editions de Minuit.
Green, A. (1994b) Discussión, en Duparc, F., Quartier-
Freud, S. (1924) Neurosis y psicosis. Obras Completas.
Frings, F., Vermorel, M.(directeurs) Une théorie
T XIX, Buenos Aires: Amorrortu Editores.
vivante. L’Oeuvre D’André Green. Paris: Delachaux
Green, A. (1966-1967) El narcisismo primario: et Niestlé.
estructura o estado, en (1983) Narcisismo de vida.
Green, A. (1995) La metapsicología revisitada. Buenos
Narcisismo de muerte. Buenos Aires: Amorrortu
Aires: Eudeba, 1996.
editores, 1990.
Green, A. (1996-1997) Génesis y situación de los estados
Green, A. (1974) El analista, la simbolización y la
fronterizos, en André, J. (dir) (1999) Los estados
ausencia en el encuadre analítico, en (1990) De
fronterizos ¿Nuevo paradigma para el psicoanálisis?
locuras privadas. Buenos Aires: Amorrortu editores,
Buenos Aires: Nueva Visión, 2000.
1990
Green, A. (1997a) Wilfred R. Bion: La Psyché
Green, A. (1976) El concepto de fronterizo. Marco
primordiale et le travail du négatif. Conferencia en el
conceptual para la comprensión de los pacientes
40 Congreso de la Asociación Psicoanalítica
fronterizos, en (1990) De locuras privadas. Buenos
Internacional en Barcelona, el 29 de julio de 1997.
Aires: Amorrortu editores.
Incluida en Green (2013) Penser la psychanalyse
Green, A. (1979) El silencio del psicoanalista, en (1990) avec Bion, Lacan, Winnicott, Laplanche, Aulagnier,
La nueva clínica psicoanalítica y la teoría de Freud. Anzieu, Rosolato. Paris: LesÉditions d’Ithaque.
Aspectos fundamentales de la locura privada.
Green, A. (1997b) Le cadre psychanalytique: son
Buenos Aires: Amorrortu editores, 1993.
intériorisation chez l’analyste et son application dans
Green, A. (1980) La madre muerta. en (1983) la pratique, en (2012) La Clinique psychanalytique
Narcisismo de vida, narcisismo de muerte. Buenos contemporaine. Paris: Les Éditions d’Ithaque.
Aires: Amorrortu editores, 1990.
Green, A. (2002) El pensamiento clínico. Buenos Aires:
Amorrortu editores, 2010.

Mentalización. Revista de Psicoanálisis y Psicoterapia


https://revistamentalizacion.com


Mentalización. Revista de psicoanálisis y psicoterapia, 10; Abril 2018 15

Green, A. (2003) Ideas directrices para un psicoanálisis Maldavsky, D. (1997) Sobre las ciencias de la
contemporáneo. Desconocimiento y reconocimiento subjetividad. Exploraciones y conjeturasBuenos
del inconsciente. Buenos Aires: Amorrortu editores, Aires: Editorial Nueva Visión.
2005.
Paz, C.A.; Pelento, M.L.; Olmos de Paz, T. (1976)
Green, A (2006) El momento crucial de los años 2000, Estructuras y estados fronterizos en niños,
en Green (Dir.) Unidad y diversidad de las prácticas adolescentes y adultos. Tomo I, Historia y
del psicoanalista. Madrid: Biblioteca Nueva, 2011 conceptualizaciones. Buenos Aires: Ediciones Nueva
Visión.
Green, A. (2010) Illusions et désillusions du travail
psychanalytique. Paris: Odile Jacob Pirlot, G., Cupa, D. (2012) André Green. Les grands
concepts psychanaytiques. Paris: Presses
Green, A (2011) Entrevista de Fernando Uribarri a
Universitaires de France.
André Green. Actualidad Psicológica, Año XXXVI,
Nro. 400, septiembre de 2011, p. 14. Smadja, C. (1998) Le fonctionnement óperatoire dans la
pratique psychanalytiqueRevue Française de
Green, A. (2012) La Clinique psychanalytique
Psychanalyse, Nro 5, 1998.
contemporaine. Paris: Les Éditions d’Ithaque.
Smadja, C. (2005) La vie opératorie. Études
Green, A. (2013) Penser la psychanalyse avec Bion,
psychanalytiques. París: Presses Universitaires de
Lacan, Winnicott, Laplanche, Aulagnier, Anzieu,
France.
Rosolato. Paris: Les Éditions d’Ithaque.
Stone, M.H. (Editor) (1986) Essential papers on
Lanza Castelli, G. (2016a) Comparación entre la histeria
borderline disorders. One hundred years at the
y los pacientes fronterizos, desde la perspectiva de
border. New York: New York University Press.
André Green, ilustrada con el análisis de un caso
clínico. Clínica Contemporánea Vol. 7, no 2, 2016 - Szwec, G. (1998) Los galeotes voluntarios. Madrid:
Págs. 167-179 Colección Psicoanálisis. Asociación Psicoanalítica de
Madrid, 2014
Lanza Castelli, G. (2016b) La gravitación del objeto en
los pacientes fronterizos: una propuesta Winnicott, D.W. (1958) La capacidad para estar a solas,
complementaria a los desarrollos de André Green. en El proceso de maduración en el niño. Estudios
Revista dePsicoanálisis de la Asociación para una teoría del desarrollo emocional. Barcelona:
Psicoanalítica de Madrid, Nro 76, pp. 193-215 Editorial Laia, 1981.

Mentalización. Revista de Psicoanálisis y Psicoterapia


https://revistamentalizacion.com

También podría gustarte