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Campesinos TLC y economía local

-1 Explicación del problema:

¿Qué es un TLC?

“Un Tratado de Libre Comercio es un acuerdo regional o bilateral, a través del


cual se establece una zona de libre comercio de bienes y servicios, en la que se
eliminan aranceles.
Se negocian con el propósito de ampliar el mercado de bienes y servicios entre
los países participantes del mencionado acuerdo.”

https://www.tlc.gov.co/

causas:
- Porque constituyen un medio eficaz para proveer un entorno estable y sin barreras para
el comercio y la inversión y de esta forma garantizar el acceso de los productos y
servicios del país a los mercados externos. Al ser aprovechado por los empresarios
nacionales, permite que la economía del país crezca, aumente la comercialización de
productos nacionales, se genere más empleo, se modernice el aparato productivo,
mejore el bienestar de la población y, adicionalmente, se promueva la creación de
nuevas empresas por parte de inversionistas nacionales y extranjeros.
(claramente esto no se cumple y lo veremos ahora en las consecuencias)

- Surgen por la necesidad de abrir fronteras comerciales entre los países,


garantizando el crecimiento, hipotético, por cierto, de la economía y el
mejoramiento del índice de desempleo al permitir que las empresas puedan
estar en diferentes países. Esta es una referencia de idea sobre las
supuestas bondades que un TLC puede ofrecer, sin embargo, las causas por
las que se dieron inicialmente si tienen un transfundo de progreso para los
países, hoy día esto solo trae el empobrecimiento de las condiciones
campesinas al no poder competir con los bajísimos precios que reciben por
sus productos.
¿Cuál es el origen de los TLC?
“Los TLC fueron diseñados como instrumentos de negociación a partir de la
necesidad de ampliar las fronteras económicas, y si bien las bases del
comercio se establecieron en el periodo Neolítico estas se formalizaron recién
en 1891 con la firma del primer Tratado de Libre Comercio”

https://www.contrans.pe/logistica-la-logistica-en-la-historia-tratados-de-libre-
comercio-23

El problema:

La idea primaria de los TLC significa algo positivo para el país, que se ha
vendido como la solución a la pobreza y la participación de todos los
productores del país mediante los diferentes productos con los que pretenden
tener un ingreso para subsistir.

Al campesino Colombiano promedio no le llegan temas como educación


financiera, o un listado de insumos premium para que sus productos sean de
calidad exportación, tampoco entiende como siendo productor de papa cuando
llega a la plaza de mercado para vender su carga la papa que proviene del
Ecuador es mucho más barata y tiene que devolverse a su finca en su viejo
camión con el sinsabor de no tener como pagar los empleados y el mercado
para subsistir porque le tocó vender más a perdida y así le tocará seguir
vendiendo porque de eso es que come su familia.

El proceso de comercialización es una cadena permanente cuyos eslabones no


se rompen fácilmente, es un gana-gana donde el consumidor final queda con
un producto con el cual se siente satisfecho.

Consecuencias:

El TLC cambió una gran parte de esta cadena, porque al momento de que al
comercializador llegan los productos importados a precios muy bajos para
venderlos a los consumidores a precio regular, es él quien indirectamente está
beneficiando a las grandes empresas que exportan productos creados en masa
con mano de obra muy barata y dando origen a un producto de calidad inferior
que no tiene ni el sabor ni el cuidado en el cultivo que el campesino
colombiano pone en cada una de las matas de su cosecha.
El gobierno insiste en que estos efectos no son responsabilidad de los TLC
sino de la gran cantidad de contrabando que entra al país, los precios son
demasiado bajos y el proceso de distribución es ágil, no hay formas de
competir, el campesino no tiene a su disposición estas herramientas, se suma a
esto el lavado de dinero producto de actividades ilícitas, fuente de financiación
principal del contrabando.

En fin, entre una cosa y otra el campesino está en la mitad, viendo como
subsiste, produce, paga, gana y cultiva con menos dinero cada vez, el no
entiende como estos fenómenos que ve tan lejanos son los responsables de que
a su mesa llegue menos comida de la habitual.

Otras consecuencias:

- Al llegar los TLC al país se perdió la seguridad alimenticia puesto que


disminuyó la producción nacional y el estado no nos puede asegurar una
alimentación a todos ya que, descendiendo la producción interna, el
desarrollo sostenible y la autosuficiencia; todo esto por abrir espacio a
los TLC, aumentando las importaciones y dañando los mercados
locales, perjudicando no solo a los campesinos si no a los ciudadanos

- Antes los campesinos eran capaces de alimentar a la gran mayoría de


los ciudadanos, produciendo el 90 % de lo que se consumía en el país,
actualmente aún lo hacen, pero en menor porcentaje, porque compite
diariamente con los mercados internacionales que nos han invadido.

- El campesino tiene que vender su producto a más bajo precio o incluso


perder toda su producción ya que el no puedo ni tiene los recursos
suficientes para estar en las mismas condiciones que una empresa lo que
a largo plazo será motivo de migrar o buscar un nuevo empleo ya que
será insostenible por que los cultivos no dan lo que se espera,
perjudicando al campesino.

- Enfocándonos en que, si los cultivos de los campesinos no se


comercializan tan fácil, ósea las empresas extranjeras acaparan el
mercado, el colombiano hace mucho dejo de consumir lo que da su
propia tierra para consumir productos importados, incluso como dato
curioso algunos de estos productos vienen sin semilla para así no poder
cultivar a partir de un producto
2 Relación con la violencia siglo XX

La llegada de las multinacionales al país trajo inicialmente una gran


expectativa, se llegó a pensar que las condiciones de trabajo y salarios serían
el bálsamo para tanta necesidad que se vivía, la United Fruit Compàny es solo
uno de esos ejemplos, llegaron con maquinarias a una tierra donde apenas se
escucharon los ecos de la revolución industrial, no tardaron en sentirse los
efectos de la explotación a los trabajadores, niños y mujeres trabajando sin
salarios, sin horarios, sin descansos para este gigante despiadado. Ya
conocemos el saldo final 1800 empleados asesinados por pedir condiciones
justas de trabajo, un saldo demasiado alto teniendo en cuenta que el ejército
tenía la imagen de protector del pueblo y de que lo que se pedía era apenas lo
justo, un horario, un salario, dignidad en las condiciones, pero el poder de las
armas silencio de momento las voces inconformes de los trabajadores, las
luchas permanentes han dado sus frutos con el tiempo.

La Violencia es un detonante permanente de problemáticas sociales y el agro


no ha sido ajeno a esto, durante las épocas más crueles de orden público en
Colombia, el campesino se vio acorralado con una producción que no podía
salir de las áreas rurales por el miedo a ser atracados, asesinados o
desaparecidos por los múltiples grupos que llenaron los campos por tantos y
tantos años. Los gobiernos garantizaron uno tras otro seguridad y confianza
en las fuerzas armadas del país y de forma intermitente fue posible sacar parte
de la producción agrícola salvando obstáculos como el pago de vacunas, la
extorsión, la quema de camiones y el secuestro de civiles.

Lo anteriormente descrito es solo una parte del problema. Por la Violencia han
sido desplazados de sus tierras más de 8 millones de personas la mayoría de
ellos de procedencia rural y campesina. Hechos como el no estar de acuerdo
con la ideología de los grupos al margen de la ley o tener una tierra fértil eran
motivos para que se les quitara desde la tierra hasta la vida.
El desplazamiento es quizás el peor flagelo, obliga al campesino a migrar a las
grandes ciudades, para rebuscarse la vida haciendo todo lo que no sabe hacer,
reciclar, vender dulces o hasta robar por pura necesidad, aguantar hambre por
muchos días, cuando en su casa podía ir al cultivo y sacar 3 yucas para la cena
o intercambiarlas por arroz o carne en el pueblo. Este panorama no hace parte
de la historia, hoy vivimos este fenómeno con fuerza, solo basta salir a las
calles para ver que muchos de los que se encuentran rebuscando en la basura
algo para comer no pertenecen aquí, no son solo los extranjeros, ve uno las
caras y los zapatos y se da cuenta de que una ciudad nunca ha sido su espacio,
nunca sentirá arraigo por una selva de cemento donde no tiene animalitos que
cuidar ni matas que cuidar, no nacerán papas, yucas o frutas de lo que se
rebusque, a duras penas podrá llevar a su mesa una aguapanela con calado.

Cómo extraña la tierra el campesino, los amaneceres, el primer tinto del día
antes de que el sol salga, el olor de la tierra mojada, el sol quemando la
espalda mientras se arrea el ganado, la mirada sincera de los compañeros de
faena, recordar el nombre de todas las vacas que se ordeñan y con cariño
extraer su leche y el nombre de todos sus caballos.

Vivir en un ambiente donde todo sea justo, legal y transparente, ese es el


mundo ideal, nada sacado de otro mundo, nada que no se merezcan, nada a lo
que por derecho propio y sudor no tuvieran derecho.

Hemos dejado de valorar el trabajo campesino, porque tenemos todo a la


mano, ignoramos el esfuerzo enorme que es traer la cosecha a la ciudad y la
cantidad de obstáculos que históricamente han tenido que salvar. Valoremos,
apreciemos y ayudemos a nuestra población campesina, prefiramos siempre la
compra en nuestros mercados campesinos.

Testimonio Campesino:

Don José no conoce un edificio y jamás ha ido a ninguna capital de Colombia,


su vida entera ha trabajado en la parcela que otrora perteneció a sus viejos, no
conoce un oficio distinto que cultivar, cultiva desde los 5 años, sus uñas llenas
de tierra y sus manos callosas dan cuenta del trabajo arduo que ha tenido que
realizar.

Cada 3 meses saca la cosecha de su parcela, que consta de cebollas, papa y


cubios que con mimo ha cuidado como Dios le ayuda para que lleguen a
término, pendiente de que la plaga no llegue para dañar toda la cosecha y mata
por mata revisar que lleguen los gusanos, grandes causantes de la perdida de
las cosechas.

El no entiende que es el TLC, no conoce el documento firmado por los


gobernantes, pero lo que si sabe es que cada vez que viene a Bogotá a la plaza
de Abastos para vender sus productos le dan menos plata cada vez, porque
dicen, los capataces que reciben dicen que llegan mucho más baratos los
productos que llegan de afuera, ¿De afuera? Él se queda pensando que puede
ser mejor que cultivar aquí mismo el producto nacional, ¿Qué puede tener la
papa de Ecuador, o de Canadá? ¿Por allá tan frio si se da eso bien?, al parecer
sí, porque prefieren ese producto al que con don José llega fresco, recién
cogido de la tierra sana y fértil de la parcela de sus viejos.

Se rasca la cabeza pensando, como hará para pagarle al del fertilizante, el


fiado de la tienda del mercado de los 2 meses pasados, el trabajador que con
fidelidad lo ha acompañado en las madrugadas lluviosas, frías y revisado con
ojo de auditor cada una de las maticas limpiando cada hoja, los útiles del niño
que ya va para el colegio. Tendrá que hacer maromas con lo que recibió y
apretar el cinturón por causa de que el gobierno no supo indagar al interior del
país como es el proceso real de cultivo y distribución, en vez de eso, prefirió
llenar los bolsillos de los gigantes productores dañando cada vez más la
calidad de vida de los campesinos locales.

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