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ÉPOCA REPUBLICANA

Cuatro momentos económicos en el Perú republicano


A partir de comienzos de la República (1821), se han desenvuelto 4 monumentales
instantes en el proceso del incremento económico peruano. El primero de 1830 a 1876,
centrado en el “boom” del guano; el segundo de 1894 a 1929 centrado en minería y
agroproducción, el “boom” de la sacarosa; el tercero de 1943 a 1976 asociado al “laisser faire”,
o sea libre mercado, con un más grande fomento de la minería, la pesca además; y el cuarto, el
del neoliberalismo centrado en el “boom” de los elevados costos de los minerales y las
exportaciones, que viene a partir de 1990 sin embargo que ya habría concluido.

MOMENTOS 1° MOMENTO 2° MOMENTO 3° MOMENTO 4° MOMENTO


PERIODO Guano Propuesta de Crisis del Desaceleración
industrialización precios del 76 economica con
( 1976-1990) riesgo de
recesión
Influencia grande y útil que necesariamente tendría el fomento de las artes sobre los
productos agrícolas

Notorio es que el Perú genera algodones finísimos, y que esta bella materia obtiene maneras
infinitas de poder producir muchas más cosas y sirve a muchas cosas de la vida, es decir que en
numerosas maneras lo compramos del extranjero sin saber que, dentro de nuestro país,
tenemos todo lo necesario sin embargo beneficiamos a otras naciones y no a la nuestra.

El productor peruano manda su algodón en bruto a una empresa externa (Liverpool) con
costos considerables de embarque, flete, comisiones, que posteriormente incrementará de
acuerdo a la cantidad demandada y una vez que por las vicisitudes del negocio gana poco o
pierde termina con la triste conclusión no hace cuenta; y no solo liquida el comercio, sino
suprime la producción del algodón, incrementando así la posibilidad de que la empresa sufra
una pérdida de ganancias, además aquel costo del algodón que dictamina no solo de la suerte
de su comercio sino del porvenir de la industria agrícola que ha emprendido, aquel costo
mencionamos es dependiente de las eventualidades en general del negocio, una cosecha
buena o mala en USA, Egipto o India; una guerra, un trastorno cualquier persona, una ley de
aduanas, etcétera, causará grandes desventajas de acuerdo a los objetivos y metas propuestas.

No obstante, si fuera la situación de que la producción de algodón tenga un distribuidor


probable y estable en el país va a ser de mucho beneficio, aumentando su expendio, Sin
embargo, si la producción del algodón peruano tiene asegurado de forma estable y confiable
su expendio en las fábricas del Perú, jamás habrá pérdidas, jamás habrá competencia del
algodón extranjero, y, vendiéndolo más económico, ganará más pues habrá menos costos.
Esto significa que constantemente habrá una razón para crear algodón, ya que va a estar
asegurado su expendio con un regular beneficio.

Con relación a las lanas es notable que si en el departamento de Puno, ejemplificando, se


estableciesen fábricas de paño, de frazadas, ponchos, etcétera., de diversa calidad y finura,
incrementaría rápidamente el costo de las lanas, y con los ingresos de los productores
incrementaría la producción de las lanas. La agricultura, como dijimos, que hoy se ocupa de la
sacarosa, algodón y arroz, es susceptible, no obstante, de generar cáñamo y lino en buena
calidad en las porciones que se desee. Ahora, si se estima que el cáñamo y el lino a partir de la
cuerda y el costal ordinario hasta la finísima bretaña para sábanas y camisas obtiene maneras
infinitas, se comprenderá de forma sencilla cómo la rica Lombardía genera por millones el lino,
y Bolonia crea por varios millones el cáñamo. He aquí, puesto que, que el hacendado que hoy
no cree más que en la costosa y laboriosa producción de la sacarosa va a tener de forma
sencilla una totalmente nueva riqueza con el cáñamo y el lino, una vez que estas novedosas
industrias hubiesen asegurado su expendio.

Esta mezcla haría 2 hechos relevantes:

1.° la libertad de la agricultura peruana del extranjero, pues algodón, cáñamo, lino y lana se
expenderían en el Perú, y su costo no dependería del costo de Liverpool.

2.° la libertad de la industria peruana, ya que consumiríamos el algodón, el cáñamo, el lino, las
lanas fabricadas con nuestras propias manos, y no compradas al extranjero.
La organización del trabajo y El sistema proteccionista o protección del trabajo nacional

El fin que todos nos debemos plantear es la Libertad Económica del Perú, y siendo un fin justo,
santo, patriótico, primordial a nuestro confort y vida, como la misma Libertad Política, hace
falta proclamarlo enormemente, conocerlo y determinarlo, sin equívocos, sin rodeos, sin
reticencias y sin miramiento alguno para con nadie. Sin embargo, si este fin es puro, justo,
santo y primordial, pues hablamos de ser o no ser, de bastar a nosotros o no bastar, de vivir en
la pobreza y no poder costear el negocio extranjero, o vivir en la copiosidad que produce el
trabajo; si mencionamos es puro y santo, y primordial el fin que tenemos de la Libertad
Económica de nuestra patria, además puros, justos, santos y necesarios van a ser los medios
que sean necesarios para alcanzarlo, frente a ello nos planteamos las siguientes interrogantes:
¿Cuáles son, cuáles tienen la posibilidad de ser dichos medios? ¿Acaso el mismo sistema que
poseemos, crear más algodón, más sacarosa, más lana, más guano, más salitre hasta conseguir
la igualdad, y abonar la gran suma del negocio externo de nuestros propios consumos? Es
decir, absurdo, pues lo desmiente la vivencia de lo que sucede. Es necesario buscar otra
conjunción que nos realice crear más y consumir menos, o que nos obligue a consumir lo cual
produzcamos, o crear lo que consumamos sin tener que pagarlo al extranjero. Este bonito
equilibrio solo puede conseguirse con la junta de 2 condiciones, trabajo y custodia del trabajo;
después, debemos declarar como base de nuestro proyecto económico, como condición sine
qua non de la Libertad Económica del Perú, dichos 2 monumentales y fecundos principios:

1. ° la organización del trabajo por idea del poblado


2. ° la protección del trabajo por idea del poder público, o el sistema trabajo, conformar
compañías, comprometer capitales, aprender los proyectos, y todo prepararlo para el
buen triunfo de las organizaciones, todo aquello no bastaría ni para ofrecer aliento a
los que tomasen dicha idea industrial, ni para garantizar un óptimo y seguro resultado,
si no pudiesen disponer de la eficaz y conveniente cooperación del poder público.

En impacto, que una ley mala, una disposición gubernativa inoportuna, débil e imprudente
puede hacer más mal que un incendio o una epidemia; y que la revocación del edicto de antes
ha decidido el atraso tomar parte en organización alguna. Es claro, puesto que, que solo el
concurso de estas 2 cosas, organización del trabajo por el poblado, y protección.

De la inmigración vista en relación con la proyectada organización del trabajo nacional

Los pobladores de un país se piensan como útiles al Estado ya como productores de la riqueza
nacional, en cuanto la generan con las algunas maneras de trabajo, ya como clientes de dichos
productos, no tendrían costo social si no tuvieran expendio. Pero estas interacciones entre
pobladores que generan y los pobladores que consumen son bastante complicadas, después
no es simple decidir las condiciones de una buena armonía social y de la prosperidad
verdadera de un poblado. Si un país tiene un territorio pobre y estéril y varios pobladores, hay
miseria que los impone a reemplazar la ausencia con la industria, o emigrar hacia otra parte; si
tiene un territorio fértil rico y pocos pobladores, ese no posee productos por falta de brazos.
Después la producción de la riqueza es en razón de la región y de las personas. La crónica de
cada una de las naciones nos presenta que el dueño de aquel territorio reniega dicha verdad, y
tomando en cuenta el trabajo del ser humano como de una máquina o de una bestia, piensa
absoluto su derecho de propiedad una vez que es solo relativo; y ordinariamente ocurre que
no da al trabajador que da costo a sus terrenos la indemnización que se merece.
De esta injusticia resulta un realizado económico, constante y gravísimo que el trabajo esclavo
rinde menos al dueño y al Estado que el trabajo independiente, y a la inversa; y que solo
prosperan los Estados, y poseen una población no solo numerosa sino feliz y contenta, no solo
adecuada a crear sino a consumir; una vez que el dueño divide con más igualdad con el colono
los productos del suelo, y este está interesado en los productos del suelo.

Estamos ciertos de que si dichos inicios de economía, justos y cristianos se hubiesen tenido
presentes, no se hubiera dado tanta trascendencia a la inmigración china contratada, y acaso
se pensaría en la inmigración independiente; ni se hubiese pensado en traer inmigrantes del
continente Europeo con la exclusiva visión para ellos de conformar labriegos y peones.

En el Perú como en otra parte se olvida el gran pensamiento de Plinio: Latifundia perdiere
Italiam; y por esa razón se abandonó absorber y perder la pequeña agricultura, manantial de
población independiente y de copiosidad. Y estamos ciertos de que, si se volviese al sistema de
la pequeña agricultura, y la favoreciesen los propietarios y la fomentase la ley con la
construcción de las enfiteusis perpetuas, los inmigrantes de Europa no se creerían burlados, ni
podría ser preciso visitar Chanchamayo o al Pozuzo para poblar al Perú, y empezaría rápido un
impulso de población y de actividad agrícola cual se vio en el agro romano una vez que el
príncipe Rospigliosi entregó sus terrenos en enfiteusis en pequeños lotes. Estas reflexiones
conducen a la conclusión de que, si en el Perú se mejoran las condiciones económicas en cada
una de las esferas, si aquí no va a ser primordial visitar buscar la inmigración en el continente
europeo, sino que ella vendrá atraída no solo por la bondad del clima o del suelo, sino por la
bondad de las personas y de la ley. Empero suponiendo que la inmigración no sea buscada de
manera directa sino independiente y espontánea, como lo es en USA y en la República
Argentina, es notable que podría ser un recurso poderoso para el proyecto de acomodar el
trabajo nacional; pues el solo realizado de que en el Perú se salvaguarde el trabajo agrícola en
el modo a que aludimos, que en el Perú se salvaguarden las artes y la industria con una seria
organización del trabajo, bastaría para establecer una corriente de inmigración no solo de
personas, sino de completas familias; no solo de agricultores y huerteros sino de industriales y
artistas de todo tipo.

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