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Guilhem Olivier*
E
n la amplia documentación sobre los últimos años de lo que fue el im-
perio mexica, encontramos —tanto en las fuentes redactadas en lengua
náhuatl como en las que fueron escritas en español— numerosas men-
ciones de presagios, muy diversos, que anunciaban la llegada de los españoles
y la caída del reino de Motecuhzoma ii. Antes de describirlos, es importan-
te recordar que la palabra “presagio” viene del latín praesagium, que significa
“señal que indica, previene y anuncia un suceso”, pero también “especie de
adivinación o conocimiento de las cosas futuras por medio de señales”. Lo ante-
rior nos habla de los estrechos nexos entre los presagios y la práctica de la adi-
vinación; algo muy común entre los pueblos mesoamericanos, pero también
en la Europa de la época con la práctica de la astrología. Cabe añadir que los
antiguos nahuas tenían una palabra con un significado semejante, tetzáhuitl,
que el franciscano Alonso de Molina (1970: II, fol. 111r) traduce en su Voca-
bulario en lengua castellana y mexicana como “cosa escandalosa o espantosa, o
cosa de agüero”. Como lo explica Alfredo López Austin (en este volumen) los
tetzáhuitl eran “señales enviadas por dioses, por sus emisarios o por criaturas
de conductas inusitadas, que permitían a los seres humanos descubrir las de-
terminaciones de las deidades”. Además, y esta precisión me parece de suma
importancia, el destacado especialista añade que “los anuncios no sólo eran de
hechos terribles, sino que también comprendían buena fortuna y no eran fata-
les, pues permitían acciones liberadoras”.
Lámina 3. El rey mexica ataviado como el dios del fuego y el segundo gobernante del imperio representado como la diosa Cihuacóatl
intervienen durante la veintena de Izcalli (Códice Borbónico, 1991: 37) (bnah).
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Lámina 7. Este bloque prehispánico representa los cuatro Soles que precedieron al quinto Sol actual, el
4 Movimiento o Nahui Ollin. (Piedra de los 4 Soles).
El Sol de Tierra, llamado Nahui Océlotl, “4 Jaguar”. Tezcatlipoca como Tepeyollotl, “Corazón del Cerro”,
el aspecto jaguar del Señor del Espejo Humeante. Al final de este Sol, la humanidad fue devorada por
jaguares.
El siguiente Sol Nahui Ehécatl, “4 Viento”, fue representado por Quetzalcóatl en su aspecto de Ehécatl,
dios del viento. Un terrible huracán acabó con este Sol y los hombres fueron transformados en monos.
El Sol Nahui Quiáhuitl, “4 Lluvia”, regido por Tláloc, dios de la lluvia y del rayo, o por Xiuhtecuhtli, el dios
del fuego. Este Sol fue destruido por una lluvia de fuego y los hombres se volvieron perros, guajolotes
y mariposas.
El Sol llamado Nahui Atl, “4 Agua” fue representado con la diosa del agua Chalchiuhtlicue. Un diluvio
acabó con esta era cósmica y los hombres se transformaron en peces.
Lámina 8. La diosa del agua Chalchiuhtlicue simboliza el Sol de Agua llamado nahui atl, “4 agua”, el cual concluye con un diluvio (Códice
Vaticano-latino 3738, 1996: fol. 4v)(bnah).
comparación se refuerza con las actitudes idénticas que (Córdoba, 1987: 215). Esa “sed” de víctimas sacrificiales
el cerro en llamas o la ola de fuego provocan en los espec- por parte del Sol se ilustra con la caída desde el cielo de
tadores: si en Tollan “había golpes de labios, había gritos una gran piedra de sacrificio en Tollan (lámina 13). Además
cuando se golpeaban los labios” (Sahagún, 1950-1982: III, apareció una anciana que vendía pequeñas banderas, sím-
29), en la época de Motecuhzoma la gente “hacía ruido, se bolo de sacrificio; los toltecas las compraban y se dirigían
golpeaba los labios [con las manos], se escandalizaba, ex- hacia la piedra de sacrificio para ser inmolados (Sahagún,
presaba su angustia” (Sahagún, 1950-1982: XII, 2). Esas 1950-1982: III, 29). La aparición de símbolos sacrificiales
reacciones corresponden a las que se adoptan durante los como señales de la caída de la capital tolteca tiene su pa-
eclipses de sol o los de luna. Los mesoamericanos pensa- ralelo en algunos presagios de la Conquista.
ban entonces que los dos astros luchaban entre sí y “lo te- Así, se narra cómo Motecuhzoma II mandó traer
nían por grande agüero y mala señal, a cuya causa, en es- a Tenochtitlan un gran temalácatl desde la provincia de
tos tiempos, hacían grandes sacrificios, y daban grandes Chalco, para celebrar la fiesta de Tlacaxipehualiztli, “deso-
gritos y voces y lloros, porque entendían que se llegaba el llamiento de hombres” (Durán, 1995: I, 553-556; Alvarado
fin del mundo” (Muñoz Camargo, 1984: 190). El descen- Tezozómoc, 1980: 665) (lámina 14). Esta piedra en forma
so de estrellas transformadas en criaturas maléficas, las de rueda era utilizada para el sacrificio llamado “gladiato-
Tzitzimime, listas para devorar a la humanidad era en- rio” durante el cual se colocaba un cautivo sobre ella para
tonces de temer, así como al final de los ciclos de 52 años, pelear en contra de guerreros experimentados. General-
razón por la cual se llevaba a cabo la ceremonia del Fuego mente el cautivo era herido y después sacrificado por
Nuevo, para posponer el fin de una era o Sol (Sahagún, extracción del corazón sobre el temalácatl. Ahora bien, a
1950-1982: VI, 37; VII, 2) (lámina 12). Por lo anterior, no pesar de los esfuerzos de muchos trabajadores, la piedra
sorprende la existencia de un presagio del fin del imperio elegida por Motecuhzoma se mantuvo en su lugar de ori-
mexica que se vincula con el intento fallido de encender gen y si bien permitió que la movieran, fue para dete-
el fuego nuevo durante la ceremonia de atadura de los nerse nuevamente y pronunciar la siguiente advertencia:
años (Códice Tudela, 1980: fol. 84r). “Pobres desventurados: ¿para qué trabajáis en vano? ¿No
Pero esos signos del cielo correspondían también os he dicho que no e de llegar a México?: andá, yd y decid-
a exigencias divinas. Entre los zapotecas, “si se eclipsaba le a Montecuzoma que ya no es tiempo; que acordó tarde
el sol decían que se acababa el mundo. Y que el sol pedía […] porque ya está determinada otra cosa, la cual es divina
guerra y unos a otros se mataban el que primero podía” voluntad y determinación […] avisadle que ya se le acaba
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su mando y oficio […] á causa de que se ha querido hacer bajar del cielo un ave —en realidad era un ángel— que
mas que el mesmo Dios” (Durán, 1995: I, 556) (lámina 15). le dijo: “Ten valor y confianza; no temas pues el Dios del
Finalmente, al llegar al puente de Xoloco, a la entrada de cielo tendrá piedad de ti; y diles a los que ahora sacrifican
Tenochtitlan, la piedra se hundió en el canal y regresó a su y derraman sangre que muy pronto los sacrificios y los de-
lugar de origen. Arrepentido de su orgullo y obstinación, rramamientos de sangre terminarán y que ya están llegan-
Motecuhzoma se desplazó a la región de Chalco para vene- do los que habrán de mandar y señorear en estas tierras”.
rar el temalácatl con ofrendas y sacrificio de esclavos. El cautivo invocó al dios del cielo al ser sacrificado.
Soporte y símbolo de los sacrificios humanos, el te- Sin lugar a dudas, el tema del sacrificio humano
malácatl denuncia el orgullo del rey mexica cuyo reino ocupó un lugar prominente en la cosmovisión mesoame-
está por terminarse. Además el temalácatl representa al ricana y lo encontramos en contextos de fin de ciclo, tanto
Sol de los mexicas —de hecho el astro diurno está repre- en la época de la caída de Tollan como en vísperas de la
sentado en su parte superior— cuyo hundimiento y re- conquista española. Es más, la cuestión del sacrificio cons-
greso a su lugar de origen evoca el fin de un era cósmica. tituyó un argumento clave en la justificación de la con
Finalmente, llama poderosamente la atención el hecho quista por parte de los españoles que consideraban esta
de que el puente de Xoloco fue precisamente el lugar del práctica ritual como de inspiración diabólica (lámina 16).
primer encuentro entre Cortés y Motecuhzoma (Saha-
gún, 1985: 456).
El regreso de Quetzalcóatl
Otro presagio vinculado con la idea de sacrificio
—pero ahora de clara inspiración cristiana— aparece en La lógica de los ciclos cósmicos explica en buena me-
la obra del franciscano Toribio de Benavente o Motolinía dida la concepción según la cual, con la llegada de los
(1989: 371-372): poco antes de la Conquista un cautivo a españoles, Quetzalcóatl “regresaba” para recuperar su tro-
punto de ser sacrificado sobre un téchcatl en Tlatelolco vio no usurpado por los mexicas (lámina 17). Se trata, sin lu-
Lámina 10. La aparición de un cometa anunciaba la muerte de un gobernante (Atlas de Durán 1995: I, lám. 48). bnah.
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Lámina 13. Uno de los presagios del fin de Tollan, fue la caída de un téchcatl que simboliza el inicio de
los sacrificios humanos con los desafortunados toltecas.
Este téchcatl se usaba como soporte para los sacrificios humanos. Tiene el glifo de jade, chalchíhuitl,
que simboliza la sangre vertida durante el rito sacrificial.
Lámina 14. Los temalácatl se utilizaban en el sacrificio “gladiatorio”. Esculturas como éstas representan
al Sol de los mexicas cuyo hundimiento y regreso a su lugar de origen evoca el fin de una era cósmica y
de los sacrificios humanos con la llegada de los españoles. Puede apreciarse en su parte superior una
representación del Sol (AMNA).
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Lámina 15. El intento fallido por parte de Motecuhzoma II de traer un nuevo temalácatl a Tenochtitlan manifiesta el orgullo culpable del
tlatoani mexica y anuncia el fin próximo de los sacrificios humanos (Atlas de Durán, 1995: I, lám. 32) (bnah).
tiempos vino lo que tanto aquellos esperaban”. Sigue una ron a los españoles barbudos —con sus caballos y sus
orden del rey de obedecer a los españoles y de entregarles cañones— en la costa de Veracruz, López de Gómara
“los tributos y servicios que hasta aquí a mí me hacíades”. (1965-1966: II, 56) comenta: “y de las naos decían que
Cortés (1963: 74-75) describe enseguida cómo venía el dios Quetzalcóatl con sus templos a cuestas,
que era dios del aire que se había marchado y esperaban
después de algo sosegadas sus lágrimas, respondieron su vuelta” (lámina 18). Testimonio valioso en verdad por-
que ellos lo tenían por su señor, y habían prometido de que —a diferencia de las cartas de Cortés— aparece aquí
hacer todo lo que les mandase; y que por esto y por la razón claramente el nombre del dios y la idea según la cual se
que para ello les daba, que eran muy contentos de lo ha- esperaba su regreso, que se cumplió con la llegada de los
cer; y que desde entonces para siempre se daban ellos por conquistadores.
vasallos de vuestra alteza […] Lo cual todo pasó ante un es- En la Historia general de las cosas de la Nueva España
cribano público, y lo asentó por auto en forma, y yo pedí de fray Bernardino de Sahagún (2000: 1163), en el capítu-
así por testimonio en presencia de muchos españoles. lo 2 del Libro XII, intitulado “De los primeros navíos que
aportaron a esta tierra, que según dicen fue Juan de Gri-
Según estos dos discursos, después de reconocer en los jalva”, se describe a los administradores de Motecuhzo-
recién llegados a los enviados de este “Señor” que los tra- ma que se encontraban en la costa. Al avistar las naves
jo a estas tierras, Motecuhzoma entregó su reino a Cortés, españolas, se acercaron con sus canoas y, según el texto
incluso, durante el segundo discurso, en presencia de “to- en náhuatl, “cuando estuvieron cerca de los españoles, al
dos los señores de las ciudades y tierras allí comarcanas”. momento frente a ellos hicieron la ceremonia de tocar la
Si bien no aparece el nombre de Quetzalcóatl en estos tierra y los labios, estando a la punta de su barca. Tuvie-
discursos, se destaca el (indudable) origen “extranjero” de ron la opinión de que era Nuestro Príncipe Quetzal-
los mexicas y se describe a este “Señor” cuya salida y re- cóatl que había venido” (Sahagún, 1975: 738). La versión
greso pueden equipararse con algunos episodios del ciclo española del Códice Florentino agrega: “al cual estaban y
mítico del rey de Tollan, Topiltzin Quetzalcóatl. están esperando, según parece en la historia deste
Los testimonios de Cortés fueron difundidos y mo- dios” (Sahagún, 2000: 1163). Cuando fue enterado de la
dificados por su capellán, Francisco López de Gómara, llegada de Cortés, Motecuhzoma dijo: “Mira que me han
cuya Historia de la conquista de México, fue publicada en dicho que ha llegado nuestro señor Quetzalcóatl. Id y re-
1552. Acerca de las reacciones de los indios cuando vie- cebilde, y oíd lo que os dixere con mucha diligencia […]
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Veis aquí estas joyas que le presentéis de mi parte, que mencionada por Cortés —por lo menos en el segundo
son todos los atavíos sacerdotales que a él le convienen” discurso— tenga algún fundamento.
(Sahagún, 2000: 1167) (lámina 19). Se describen tam-
bién, con sumo detalle, los atavíos de Quetzalcóatl (dos
Tezcatlipoca y los presagios: el espejo
juegos), de Tezcatlipoca y de Tláloc que se iban a ofrecer
revelador del destino
a Cortés. Según la versión en náhuatl, el tlatoani ordena a
sus emisarios: “Id, no os demoréis. Haced acatamiento En vista de la alternancia entre Quetzalcóatl y Tezcatlipo-
a nuestro señor el dios. Decidle: ‘Nos envía acá tu lugar- ca como Soles, entendemos mejor la presencia del “Señor
teniente Motecuhzoma. He aquí lo que te da en agasajo al del Espejo Humeante” y de sus símbolos en las fuentes
llegar a su morada de México’” (Sahagún, 1975: 741). indígenas que narran la conquista de México. De hecho,
Otras fuentes españolas son confusas o están mar- en el Libro XII del Códice Florentino, los colaboradores
cadas por una visión cristiana que llega a identificar a nahuas de Bernardino de Sahagún (1950-1982: XII, 33-
Quetzalcóatl con un misionero o con un santo.4 Ahora bien, 35) relatan un acontecimiento espectacular ocurrido poco
destacados especialistas consideran que la mayoría de estas después del arribo de los conquistadores (lámina 21).
fuentes son fidedignas al establecer la existencia, en la Para contrarrestar la progresión de las huestes de Cortés
época prehispánica, de la idea según la cual se esperaba hacía Mexico-Tenochtitlan, Motecuhzoma envió a unos
el regreso de Quetzalcóatl.5 Por una parte, los discursos brujos o hechiceros con el propósito de ejercer sus artes
atribuidos a Motecuhzoma II en las Cartas de relación de mágicas en detrimento de los invasores:
Cortés también han sido reportados por otros testigos:
Francisco de Aguilar y Bernal Díaz del Castillo mencio- No más fue que cierto borracho con ellos tropezó en el
nan el primer discurso de Motecuhzoma, mientras que el camino […] La forma en que lo vieron: como un hom-
propio Díaz del Castillo y Andrés de Tapia mencionan bre de Chalco […] Estaba como borracho, se fingía ebrio,
el segundo. Además, durante el juicio de residencia de simulaba ser un beodo […] Y no hizo más que lanzarse
Cortés en 1529, algunos testigos —en particular un con- hacia los mexicas y les dijo: “¿Qué cosa es la que queréis?
quistador llamado Francisco Flores— hablan del famoso ¿Qué es lo que procura hacer Motecuhzoma? ¿Es que aun
discurso del tlatoani mexica (Thomas, 2010: 699-701). ahora no ha recobrado el seso? ¿Por qué en vano habéis
Por otra parte, como vimos más arriba, la concepción del venido a parar aquí? ¡Ya México no existirá más! ¡Con esto
regreso de una deidad era conforme a la concepción cícli- se le acabó para siempre! Dirigid la vista a México. ¡Lo
ca del tiempo que fundamentaba la cosmovisión mesoa- que sucedió, ya sucedió!” Luego vinieron a ver, vinieron
mericana. De acuerdo con este esquema, Tezcatlipoca y a fijar los ojos con presura. Ardiendo están los templos
Quetzalcóatl alternaban como Soles de las distintas eras todos, y las casas comunales, y los colegios sacerdotales,
cósmicas y, en vísperas de la Conquista, los mexicas vi- y todas las casas en México. Y todo era como si hubiera
vían bajo el Sol o la era dominada por su deidad tutelar batalla. Y cuando los hechiceros todo esto vieron, dijeron:
Huitzilopochtli, estrechamente vinculada con Tezcatli- “No tocaba a nosotros ver esto: al que le tocaba verlo era
poca; de manera que la asociación de la llegada de los a Motecuhzoma. No era cualquier ése… ¡ése era el joven
españoles con el regreso de Quetzalcóatl para derrotar el Tezcatlipoca!” (Sahagún, 1956: IV, 102-103).
poder de Huitzilopochtli-Tezcatlipoca era perfectamente
lógica, tanto más que el año 1 Caña (1519) —precisamen- Esta larga cita presenta una extraordinaria visión anticipa-
te cuando llegaron los conquistadores— era el nombre da del apocalipsis que va a sufrir la capital mexica (lámina
calendárico de la “Serpiente Emplumada” que correspon- 22). Tezcatlipoca se manifiesta una vez más como el dios
día a su fecha de nacimiento (Sahagún, 1950-1982: IV, que revela el destino funesto de los seres y de las eras,
29; Códice Telleriano-Remensis, 1995: fol. 22r) (lámina 20). aparece huyendo de los españoles, es decir, en el papel del
Por lo anterior, cabe la posibilidad de que Motecuhzoma dios cuya era se termina con la llegada de Quetzalcóatl, el
II haya estado angustiado por este “regreso” de Quetzal- nuevo Sol (Olivier, 2000, 2004). Recordemos que Que
cóatl, cuyo trono el rey mexica ocupaba “solamente por tzalcóatl se emborrachó en Tollan cuando Tezcatlipoca le
un tiempo” y que la “entrega” de su reino a los españoles dio a beber pulque, lo cual desencadenó la huida del so-
berano tolteca y el inicio de la era mexica (lámina 23). En
4 Un buen resumen y balance de estas fuentes aparece en Nicholson otro episodio de la gesta tolteca, Quetzalcóatl se espantó
(2001).
5 Por ejemplo, León-Portilla (1974), Carrasco (1982), Graulich (1994) y cuando Tezcatlipoca presentó un espejo ante él. Anciano
Nicholson (2001). —como un Sol en el ocaso— el rey de Tollan observó su
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Lámina 18. En los textos en lengua náhuatl que narran la Conquista —la famosa “visión de los vencidos”—, los españoles recién llegados
son llamados teteo, “dioses” (Atlas de Durán, 1995, I, lám. 33) (bnah).
Lámina 20. La fecha de la llegada de los conquistadores en un año 1 Caña (1519) correspondía al nombre
calendárico de Quetzalcóatl, “Serpiente Emplumada”, Ce Ácatl.
Cat. 17. Escultura de Serpiente Emplumada con fecha 1 Caña, Museo Nacional de Antropología (AMNA).
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Lámina 25. Motecuhzoma II observa la llegada de los conquistadores montados sobre “venados” en un espejo colocado en la cabeza de una
grulla (Códice Florentino, 1979: Lib. VIII, fol. 12v) (bnah).
los mesoamericanos —e incluso otros pueblos amerin- Códice Florentino, tanto más que se trataba de la descrip-
dios— “divinizaron” a los europeos. ción de un término en el cual se utilizaba una nomencla-
El tema es sumamente complejo y una vez más tura divina, acerca de un material que suscitaba la codicia
vamos a acudir a la amplia obra de fray Bernardino de desenfrenada de sus paisanos. ¿Vergüenza de Sahagún
Sahagún y de sus colaboradores nahuas para acercarnos ante las consecuencias trágicas del apetito de los con-
a la noción nahua de téotl. En efecto, una de las mayores quistadores por el oro? Sea como fuere, los colaboradores
preocupaciones del franciscano fue sin duda delimitar el nahuas explican que el nombre teucuitlatl no está relacio-
concepto de téotl para los nahuas y adecuarlo a un modelo nado con el concepto de dios —que llaman jpalnemoani,
cristiano (Olivier, 2019). “Aquel por quien se vive”—, sino con el de sol, Tonatiuh,
Por ejemplo, acerca de la palabra teoatl, “mar”, Sa- en tanto que al único dios, al verdadero dios —in jcel teutl,
hagún precisa que este término “no quiere decir ‘dios del in nelli teutl— todavía no lo conocían y que muchos dio-
agua’ ni ‘diosa del agua’, sino quiere decir ‘agua maravi- ses (mjequjntin teteu) eran venerados. Además, al asumir
llosa en profundidad y grandeza’” (Sahagún, 2000: 1134). que el término Ipalnemoani se aplicaba al dios cristiano,
En la parte náhuatl del Códice Florentino los prudentes los colaboradores nahuas despojan de su sentido divino
colaboradores del franciscano retoman la misma inter- la palabra téotl aplicada al dios solar; en otras palabras,
pretación: “es llamada teuatl, no que es un dios, solamen- presentan esta apelación del sol como un simple fenóme-
te significa maravilloso, una gran maravilla” (Sahagún, no léxico, desprovisto de connotaciones sagradas.
1950-1982: XI, 247). Otro ejemplo del uso de la palabra Los esfuerzos de Sahagún (2000: 983) para delimi-
téotl como prefijo aparece en el Libro XI, en el cual los tar los significados de la palabra téotl se manifiestan tam-
nahuas describen el oro, coztic teucujtlatl (lámina 29): bién en el prólogo al Libro XI:
Lo llaman “el excremento del Sol”; es muy amarillo, Será también esta obra muy oportuna para darlos a en-
muy maravilloso, como el ámbar, como oro fundido. tender el valor de las criaturas, para que no las atribu-
Así aparece el nombre “oro”, viene de esto. No viene de yan divinidad; porque a cualquiera criatura que vían ser
Dios [jpalnemoani]. Se dice que es el sol, ya que el úni iminente em bien o en mal, la llamaban téutl; quiere
co Dios [jcel teutl], el verdadero Dios [nelli teutl] todavía decir “dios”. De manera que al Sol le llamaban téutl por
no se conocía, muchos dioses eran venerados. Y sol era su lindeza: al mar también por su grandeza y ferocidad.
realmente el nombre de un dios [teutl]. Se decía: “El dios Y también a muchos de los animales los llamaban por
se levanta; el dios está en medio; aquí está el dios; el dios se este nombre por razón de su espantable disposición y
apoya en un lado; el dios entra” (Sahagún, 1950-1982: braveza. Donde se infiere que este nombre téutl se toma
XI, 233). en buena y en mala parte. Y mucho más se conoce esto
cuando está en composición como en este nombre, teu-
Ignoramos por qué Sahagún no consideró necesario tra- piltzintli, “niño muy lindo”, teupiltontli, “muchacho muy
ducir o comentar este fragmento en la parte española del travieso o malo”. Otros muchos vocablos se componen
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Piedra de la Coronación de Motecuhzoma II (Piedra de los Cinco Soles), mexica, 1503, basalto,
55.9 × 66 × 22.9 cm, The Art Institute of Chicago.
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No faltaban motivos para identificar como teteo a de los mesoamericanos ante los invasores divinizados.
los recién llegados: el hecho de surgir desde el mar, teoatl, Rezos, ofrendas, sacrificios y autosacrificios, sueños, es-
“agua divina”, de llevar barbas como el dios solar (téotl), tados alterados de conciencia, etc., constituyen las vías
de vestir ropas extrañas —además de sus naves, sus caba- que siguieron los mesoamericanos para comunicarse con
llosy sus armas—, los convertían en seres excepcionales sus dioses. Tanto la extrema atención a las influencias de
que cabían perfectamente en la categoría de teteo. Otro los días como los rezos, ilustran a la vez el respeto, la hu-
posible argumento, la identificación de los españoles mildad y el miedo ante las divinidades. Todo esto contribu
como enviados de Quetzalcóatl, de quien los toltecas de- yó a la idea según la cual las vidas de los mesoamericanos
cían: “Solamente hay un dios, es llamado Quetzalcóatl” estaban predeterminadas por los dioses. En realidad, las
(Sahagún, 1950-1982: X, 169) (lámina 32). Además, si nociones de intercambio y de colaboración fundamenta-
proponemos como hipótesis que los españoles fueron ban en gran medida las relaciones entre hombres y dio-
estrechamente relacionados con Quetzalcóatl —al igual ses, por ejemplo al alimentar a las deidades a cambio de
que los toltecas—, habría que tomar en cuenta que los diversos dones, como lluvias abundantes, buenas cose-
toltecas “Se hablaban entre ellos como ‘el dios, mi herma- chas, salud, éxito en la guerra, etc. Por consiguiente, se
no mayor; el dios mi hermano menor’” (Sahagún, 1950- necesita matizar el famoso carácter fatalista de los anti-
1982: X, 169-170). guos nahuas del que se ha hablado en no pocas ocasio-
Lo anterior nos conduce al tema de las relaciones nes. Veamos el ejemplo del canto de la lechuza (chicuatli),
entre hombres y dioses, relaciones con modalidades va- señal de que alguna enfermedad o incluso la muerte iban
riadas y complejas que pueden arrojar luz sobre la actitud a acaecer a los habitantes de la casa sobre la cual se posa-
Lámina 28. Los negros que acompañaban a los españoles fueron llamados teucacatzactin, “dioses sucios” (Códice Azcatitlan,
1995: 23) (bnah).
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Lámina 29. Coztic teucuitlatl, “excremento del Sol” o “excremento divino”, el oro desató la codicia de
los conquistadores.
4 pendientes bífidos de oro, Templo Mayor, Etapa VI (1486-1502), Ofrenda 87, Complejo H; oro, fundido,
laminado, martillado, pulido, 6.0 × 6.8 cm, Museo del Templo Mayor, Secretaría de Cultura-inah, 10-
263396, 10-263395, 10-263393, 10-263394.
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Lámina 31. Tezcatlipoca, “Señor del Espejo Humeante”, dios nocturno asociado a la adivinación y al
poder, era llamado Tetzáhuitl, “señal, augurio”.
En esta urna, Tezcatlipoca lleva atavíos semejantes a los que ostenta en antiguas representaciones
de Tula y Chichén Itzá, ciudades que no son contemporáneas de los mexicas. El estilo de la urna es vo
luntariamente arcaizante, con lo cual se pretendía recordar e imitar el estilo prestigioso de los toltecas.
Cat. 23. Urna y tapa con la representación de Tezcatlipoca, Templo Mayor, Ofrenda 14, Museo del Templo
Mayor.
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autor de tal maldición era condenado irremediablemente se conocia estar apartados los miembros, y los juntaban
a la enfermedad y a perecer él mismo. A diferencia de las luego: y para ver si aquella era ilusion, mandó el Rey, que
connotaciones macabras en el Viejo Continente, el crá- aquellos miembros así cortados se echasen a cocer en
neo en Mesoamérica era un símbolo de fecundidad y el agua hirviendo, y para ver si los volverían a juntar. De
signo “Muerte” auguraba riqueza y prosperidad (Olivier, este modo se enojaron mucho los hechiceros, y dijeron,
2004: 73-80); sin embargo, ciertas fuentes atribuyen un que les daba mala paga, más que presto se verían venga-
destino nefasto a los nacidos bajo este signo: “Cuando en- dos por gente extraña, y perdería el Imperio, y vería la
traba [la trecena que empieza] con una muerte, era signo Laguna teñida en sangre. De esto se burló el Rey, y vna
muy malo, y el que en tal signo naciese sería hechicero mañana vio sangrienta la Laguna, con muchas cabezas,
y muy dado a las artes mágicas, a los cuales eran muy brazos, y piernas de hombres.9
aficionados, a fin de transformarse en diversos animales”
(Códice Vaticano-Latino 3738, 1996: fol. 18v). Esta afirma- Este impresionante presagio combina a la vez una
ción coincide con los poderes de metamorfosis atribuidos posible referencia bíblica —Moisés transformando el agua
a Tezcatlipoca. Es más, uno de los intérpretes del Códice del río Nilo en sangre (Éxodo, III-I)— y, de paso, una com-
Telleriano-Remensis (1995: fol. 12v) afirma que los que na- paración entre Motecuhzoma II y el faraón soberbio, con
cían durante la trecena que empezaba por el día ce miquiz elementos prehispánicos como son las actuaciones de
tli podían “hacer que un hombre pareciese que se hacía los motetequi y con la aparición en la laguna de cabezas y
pedazos”. Estos inquietantes personajes, llamados mote- miembros despedazados, ausentes en el relato bíblico.
tequi, han sido descritos por los colaboradores nahuas de Regresando al testimonio de fray Francisco de Agui-
Sahagún (1947: 236; 1997: 215) en Tepepulco: “enseguida lar, puede suponerse que hábiles discípulos de Tezcatlipo-
se corta, y pone en lugar aparte sus manos, sus pies, por ca fueron el origen de la aterradora visión de los españoles:
todas partes sus coyunturas, por todas partes esparce [lo cráneos y cuerpos despedazados, incluyendo los suyos,
que se cortó]. Y cuando se ha despedazado, luego cubre bailando ante sus ojos. Recordando que la terrorífica apari-
[lo que se cortó] con una manta multicolor para que de ción del cráneo-Tezcatlipoca —castañeteando los dientes y
nuevo reviva, se agite, se levante. De manera que aparece persiguiendo a sus víctimas mordiéndoles las pantorri-
como si no se hubiera despedazado”. llas— significaba, según los colaboradores nahuas de Sa-
La aparente digresión que precede nos lleva de nuevo hagún (1969: 56-59), la muerte próxima del desdichado,
al tema de los presagios. En efecto, encontramos a estos se puede medir el éxito de las maniobras de los “brujos e
motetequi en la corte de Motecuhzoma II en vísperas de la hechiceros” indígenas. En efecto, acerca del carácter fu-
Conquista; veamos el testimonio de Antonio de Herrera nesto de estas apariciones, fray Francisco de Aguilar (1977:
(1945: Década 3, Lib. 1, 101): 89) afirma que “todo lo cual salió después verdad porque
entre otros juegos, que hicieron en presencia del Rey, se 9 Agradezco vivamente a Anastasia Kaliuta, quien me señaló este im
cortaban los pies, y las manos, y corriendo la sangre, portante pasaje.
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Lámina 36. Los purépechas de Michoacán identificaron a los españoles con dioses; aún así intentaron amedrentarlos
por medio de una gran cacería colectiva con cazadores armados como guerreros (Relación de Michoacán, 2001: fol. 78)
(bnah).
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así el Botello que dijo que había de morir aquella noche do?’”. Los Señores cakchiqueles le explicaron a Pedro de
como el soldado que había visto su cabeza y como mu- Alvarado que su pesadilla procedía de los restos de todos
chas de las velas que aquello dijeron murieron todos la los guerreros muertos que estaban en este sitio y el con-
noche que salimos cosa de espantar”. quistador optó rápidamente por cambiar de lugar de resi-
Resulta fascinante el hecho de que los cakchiqueles de dencia. Sin lugar a dudas, el aposento elegido por los cak-
Guatemala emplearan medios semejantes para tratar chiqueles para hospedar al conquistador no fue escogido
de espantar a los españoles dirigidos por el temible Pedro de al azar. Se trataba, como en el caso de los mexicas, de
Alvarado —llamado Tonatiuh por los pueblos indíge- atemorizar a los recién llegados con cráneos u otros ele-
nas— cuando llegaron a su capital, Iximché (lámina 40). mentos relacionados con guerreros derrotados e inmola-
En efecto, según los Anales de los cakchikeles (Maxwell y dos. De hecho, los arqueólogos han encontrado no me-
Hill, 2006: 261), “Tonatiuh durmió en el Tzupam Jay nos de 48 cráneos en el edificio donde se encontraba el
[tzompantli]. Al día siguiente el Señor soñó que un aterra- tzompantli de Iximché (Restall, 2014: 107-108).
dor número de guerreros venía hacia él durante su sueño. En el testimonio de fray Francisco de Aguilar (1977:
Mandó llamar a los Señores [cakchiqueles]: ‘¿Por qué me 89), el futuro dominico menciona a un extraño persona-
van a hacer la guerra? ¿Hay algo que les estoy hacien- je llamado Blas Botello Puerto de Plata, anunciando su
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Lámina 39. Estatua de Tezcatlipoca portando un escudo, una bandera y un tlachialoni, un aparato de visión,
equivalente a un espejo; su nombre de calendario Ce Miquiztli, “Uno Muerte”, se encuentra grabado en
el tocado.
Lámina 26. Los mexicas identificaron la brújula de Hernán Cortés como un espejo adivinatorio y como
un símbolo de poder.
Es probable que Cortés utilizara una brújula como ésta, ya que eran comunes en los barcos de
principios del siglo xvi. Cuando desarmó sus barcos, reutilizó varios de sus elementos.
Autor desconocido, Dial equinoccial, España, siglo xv; latón, 5.5 cm(diámetro), Museum of the History
of Science, Oxford, 46855.
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Lámina 40. Las armaduras de los españoles, así como sus armas y
sus caballos, contribuyeron a su identificación con seres misteriosos
y poderosos, es decir, en la cosmovisión mesoamericana, con dioses.
profundas consecuencias en el desarrollo de la Conquis- adelante: No morirás. Y tornaba a decir en otras cifras
ta. Según la interpretación de este acontecimiento, nos y rayas y apuntamientos: Sí morirás. Y respondía la otra
encontramos o bien frente a un Cortés “racional” que raya: No morirás. Y decía en otra parte: Si me han de matar
no presta atención a agoreros, o bien frente a una persona también mi caballo. Decía adelante: Sí matarán. Y de esta
sensible a la influencia de los astrólogos, quienes, dicho manera tenía otras como cifras y a manera de suertes que
sea de paso, tendrán un largo y próspero futuro incluso hablaban unas letras contra otras en aquellos papeles.11
en la época del Renacimiento europeo. Ahora bien, la
personalidad de Cortés, sumamente compleja, no puede
Palabras finales
encerrarse totalmente en una u otra categoría y puede ser
más bien que su actitud haya variado en función de las El tema de los presagios de la conquista de México, suma-
circunstancias. Obviamente él mismo calla el posible pa- mente amplio y complejo, nos lleva a escudriñar varios
pel de Botello, sin embargo la influencia del misterioso aspectos de la cosmovisión mesoamericana, desde la con-
“astrólogo” sobre la elección del día e incluso de la hora cepción del tiempo, de la historia y de la naturaleza de los
de la salida de los castellanos durante la Noche Triste es dioses, hasta la percepción e integración del otro en el mar-
muy probable (lámina 42). co de categorías indígenas propias.
Es llamativo al respecto un estudio poco conocido Es sorprendente la gran cantidad y la variedad de
de dos especialistas polacos, Ryszard Tomicki y Robert M. los relatos —tanto en fuentes indígenas como en cró-
Sadowski (1992: 84-86), quienes propusieron —a par- nicas castellanas— que dan cuenta de sucesos inéditos
tir de una reconstrucción histórica de la astrología de la y extraordinarios que fueron interpretados como anun-
época— que Blas Botello determinó la fecha de la Noche cios de la llegada de los españoles y la caída del imperio
Triste después de haber observado cuidadosamente la mexica. En ellos se conjugan los rumores de la llegada
configuración de los astros: de gente extraña12 con reconstrucciones posteriores de
eventos sorprendentes, o incluso reinterpretados a la luz
El Sol estaba en una posición bastante débil pero a com- de la invasión europea. Estos textos combinan, en gene-
paración de las noches anteriores la situación de la Luna ral de manera sutil, elementos de procedencia occidental
había mejorado […] El Ascendiente todavía permanecía con motivos de origen prehispánico. Ahora bien, aun si
en Aries quien, siendo un signo ardiente, favorece todas presentan importantes préstamos de la tradición clásica
las acciones cautelosas, pero esta situación no iba a durar mediterránea, los presagios de la Conquista reportados
más de media hora (!). La siguiente limitación venía de la en las narraciones que constituyen la famosa “visión de
Luna que se acercaba peligrosamente a Saturno y dentro los vencidos” se integran claramente en una concepción
de doce horas iba a entrar en conjunción con él, multipli- mesoamericana de la historia. La noción de grandes ci-
cando su mala influencia. clos temporales permite integrar y entender las grandes
rupturas de la historia13 —como la caída de Tollan o la
El poco éxito de esta elección es bien conocido, más de irrupción de los invasores europeos— en el modelo de
la mitad de la tropa española y de sus aliados resultaron las eras o de los Soles cosmogónicos. La alternancia de los
muertos, y la mayoría de las armas y del botín se perdie- poderes divinos y humanos se articula con estos procesos
ron. Ahora bien, los especialistas polacos sugieren que si temporales cíclicos, para explicar en gran parte la asimi-
bien la configuración del cielo no era del todo ventajosa lación de la llegada de los españoles con el famoso “regre-
para los españoles, era la menos mala en esos días. Es so” de Quetzalcóatl.
más, como vimos, Botello había predicho una salida difí- Sin lugar a dudas, es necesario profundizar aún más
cil y muchas pérdidas humanas —entre las cuales estaba en el análisis de las fuentes que documentan —de muy di-
la de él mismo—, tal como fue. Según Díaz del Castillo, versas formas y con distintos propósitos— el “regreso” de
al astrólogo Botello no le aprovechó su astrología, que 11 Después de un minucioso y erudito estudio contextual Guillermo Turner
también allí murió con su caballo. Pasemos adelante y (2013: 212) concluye que las actuaciones de Blas Botello, su talismán y
diré como se hallaron en una petaca deste Botello, des- sus actividades adivinatorias “parecen tener raíces en la cábala, práctica
de origen judeo-español”.
pués que estuvimos en salvo, unos papeles como libro, 12 Sobre este tema véanse las interesantes reflexiones de Tomicki (1986),
con cifras y rayas y apuntamientos y señales que decía en retomadas en parte por Martínez Baracs (1998) y por Graulich (1994, 2014).
13 Para el caso maya, Nancy Farriss (1987) explica la armoniosa combinación
ellas: ¿Si me he de morir aquí en esta triste guerra en poder
de modelos cíclicos y de historia lineal (véase también Vapnarsky en este
de estos perros indios? Y decía en otras rayas y cifras más volumen).
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Lámina 42. Cortés muy probablemente tomó en cuenta la opinión del “astrólogo” Blas Botello Puerto de Plata para decidir la fecha y la hora
de la huida de los españoles durante la Noche Triste (Lienzo de Tlaxcala).
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Lámina 43. El Sol de movimiento —con el glifo ollin en el centro— rodeado de las fechas de los
4 Soles cosmogónicos: el conjunto expresa la importancia de los grandes ciclos en la concepción
mesoamericana del tiempo.
Piedra del Sol, Yale Peabody Museum of Natural History. Foto: W. K. Sacco, 2014. ANT.019231.
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La idea cíclica del tiempo es fundamental para entender el papel de los presagios.
Para los mexicas, la historia del mundo se componía de cinco eras, llamadas
Soles. Nuestra era, el Sol de Movimiento, había sido precedido por el Sol de Tierra,
el Sol de Viento, el Sol de Fuego y el Sol de Agua. Todos ellos magistralmente
representados en el centro de la Piedra del Sol.
Quetzalcóatl. Es también imprescindible retomar el debate reaccionar ante un mal presagio; es más, las complejas
en torno a la identificación de los españoles con dioses. técnicas adivinatorias mesoamericanas tenían el propó-
Más allá de posiciones ideológicas encontradas, se trata de sito de descubrir las voluntades de los dioses para actuar
entender en el marco de las categorías indígenas cuál era en consecuencia y no someterse a sus dictados (Olivier,
su concepción de la divinidad. Es solamente a partir del 2012). En cuanto a los españoles, éstos eran por supuesto
estudio de los textos en lengua náhuatl, tomando en cuen- seres diferentes, y por lo tanto podían integrar la amplia
ta el contexto de su elaboración, como podemos aquilatar la categoría de los teteo; pero aun así podían ser atacados e
amplitud semántica del término téotl y las razones de su incluso derrotados…
aplicación a los españoles. Se trataba en efecto de integrar a En pocas palabras, necesitamos revisar la idea —o tal
los recién llegados en el marco de una categoría ontológica vez el prejuicio— según la cual los “vencidos” se quedaron
—a la vez conocida y misteriosa—, como era la que incluía “pasmados” y sin reacción, debido a sus “creencias religio-
a los muy diversos seres divinos mesoamericanos. sas” ante unos europeos “renacentistas y racionales”; cuan-
Sea como fuere, es importante subrayar que la creen do en realidad los pueblos mesoamericanos no solamente
cia en los presagios, la utilización de procedimientos adivi- enfrentaron por distintos medios a los invasores —los
natorios o la percepción de los españoles como dioses no cuales compartían, dicho sea de paso, la “creencia” en
implican de ninguna manera una actitud fatalista o de su- prodigios y el uso de la adivinación—, sino que supieron
misión de los mesoamericanos hacia los conquistadores. integrar el tremendo impacto de la Conquista en el marco
Numerosos testimonios nos demuestran que era posible de sus propias categorías ancestrales.