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Pero hay un problema la mayoría deja fuera del trabajo a Dios, y cree que es el hombre, por su
propio esfuerzo y habilidad, quien controla sus éxitos y sus ascensos.
Fue entonces que sus compañeros trataron de eliminarlo, al principio buscando una forma de
desacreditarlo en su trabajo. Cuando fallaron en esto, apelaron al rey Darío a hacer un edicto poco
inteligente. Él decretó era que estaba prohibido durante 30 días adorar a alguien que no fuera el
rey, y quien lo hiciera sufriría la pena de muerte en el foso de los leones. Entonces a Daniel lo
arrojaron al foso de los leones después de negarse a dejar de adorar al Dios vivo. Luego el Señor
rescató a este piadoso empleado enviando a su ángel a cerrar las bocas de los leones.
Honesto Daniel 6:4 nos dice que sus compañeros de trabajo no pudieron acusar a Daniel porque
«...ningún vicio ni falta fue hallado »en su trabajo
Fiel y Leal
En Daniel 6:4 descubrimos el segundo elemento de un empleado piadoso. «...él era fiel»
De Oración
El empleado piadoso es una persona de oración. «Cuando Daniel supo que el edicto [de adorar
solamente al rey] había sido firmado (...) se arrodillaba tres veces al día, y oraba y daba gracias
delante de su Dios, como lo solía hacer antes» (Daniel 6:10).
Honra a su Jefe
«Entonces Daniel respondió al rey: Oh rey, vive para siempre»(Daniel 6:21). ¡Qué respuesta la de
Daniel! Al rey, su jefe, lo habían engañado y se veía forzado a condenar a Daniel al foso de los
leones. Pero la reacción de Daniel fue la de honrarlo.
1 Pedro 2:18 dice: «Criados, estad sujetos con todo respeto a vuestros amos; no solamente a los
buenos y afables, sino también a los difíciles de soportar» Una manera de honrar a su empleador
es no participar en chismes a espaldas de él, aun cuando él o ella no sea la persona ideal.
Habla de su fe
Daniel habló de su fe en Dios, a quienes lo rodeaban en el momento apropiado:
«Y le dijo [el rey a Daniel]: Daniel, siervo del Dios viviente, el Dios tuyo, a quien tú continuamente
sirves, ¿te ha podido librar de los leones?» (Daniel 6:20).
El rey Darío nunca hubiera sabido del Dios viviente si Daniel no le hubiera hablado de su fe en los
momentos apropiados durante su trabajo. Por este testimonio de Daniel, además de su liberación
de los leones, Darío llegó a ser un creyente. Escuchen las palabras del rey Darío: «De parte mía [del
rey] es puesta esta ordenanza: Que en todo el dominio de mi reino todos teman y tiemblen ante la
presencia del Dios de Daniel; porque él es el Dios viviente y permanece por todos los siglos, y su
reino no será jamás destruido, y su dominio perdurará hasta el fin» (Daniel 6:26).
2. Dios da el éxito
La vida de José es el ejemplo perfecto: «Mas Jehová estaba con José, y fue varón próspero (...) y
vio su amo que Jehová estaba con él, y que todo lo que él hacía, Jehová lo hacía prosperar en su
mano»(Génesis 39:2-3).
Como podemos ver, cada uno de nosotros tiene ciertas responsabilidades, pero tenemos que
reconocer que es Dios quien da el éxito.
CONCLUSIÓN