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Fabaceae
Fabaceae
Hojas
Las hojas son casi siempre alternas y con estípulas, persistentes o caedizas, generalmente compuestas,
pinnadas o bipinnadas, digitadas o trifoliadas, a veces aparentemente simple —es decir, unifoliadas o
ausentes y, en ese caso, los tallos se hallan transformados en filodios— o pinnadas y con zarcillos en el
ápice. A menudo las hojas se hallan reducidas o son precozmente caducas o nulas en las especies áfilas o
subáfilas. El pecíolo, y muchas veces los peciolulos, tienen la base engrosada, «ganglionar», que permite
movimientos —las denominadas posiciones de «sueño» y de «vigilia»—. Es frecuente la presencia de
espinas por transformación del raquis de las hojas, de las estípulas o del tallo.1 3 12
Raíz
Las raíces presentan un predominio del sistema primario, es decir, de aquel que proviene de la radícula del
embrión. Su sistema radical es normalmente pivotante. Las raíces de las leguminosas son a menudo
profundas y casi siempre presentan nódulos radiculares simbióticos poblados de bacterias del género
Rhizobium que asimilan el nitrógeno atmosférico.12
Flor
Las flores pueden ser desde pequeñas o grandes, actinomorfas —en el caso de las mimosóideas— a leves o
profundamente cigomorfas —como ocurre en las papilionóideas y en la mayor parte de las cesalpinióideas
—. Las irregularidades en la simetría floral en estos casos involucran al perianto y al androceo. El
receptáculo de la flor desarrolla un «ginóforo» —frecuentemente fusionado al hipanto en las
cesalpinióideas— con forma de cúpula.
El hipanto puede estar presente o ausente, en este último caso está reemplazado por el tubo del cáliz, como
es el caso en la mayoría de las fabóideas.
El perianto tiene casi siempre un cáliz y una corola diferenciados. No obstante, la corola puede estar
ausente, en cuyo caso el perianto se dice «sepalino» (similar a sépalos), como ocurre en decenas de géneros
de cesalpinióideas y algunas especies de las tribus Swartzieae y Amorpheae.
El cáliz presenta cinco sépalos —raramente tres o seis— dispuestos en un solo ciclo, los cuales pueden
estar total o parcialmente unidos entre sí. El cáliz, además, puede ser o no persistente, raramente es
acrescente (es decir, que continúa en el fruto), imbricado o valvado. La corola está compuesta por cinco
pétalos libres —comúnmente menos de cinco o ausentes en Swartzieae, Amorphieae y en las
cesalpinióideas, o tres a cuatro en las mimosóideas— o parcialmente unidos, y presenta, en general, una
morfología característica. Así, la corola papilionácea o amariposada está integrada por un pétalo superior
muy desarrollado, conocido como «estandarte» o «vexilo», dos pétalos laterales o «alas» y dos piezas
inferiores a menudo conniventes que constituyen una estructura simpétala denominada «carena» o «quilla».
Esta arquitectura es muy similar a la de las flores de las cesalpinóideas, pero, a diferencia de lo que ocurre
en éstas, con prefloración vexilar o descendente, es decir, con el estandarte recubriendo el resto de las
piezas corolinas dentro del botón floral.1
El gineceo es de ovario súpero, con un solo carpelo, con desarrollo muy variable y tendencia a la reducción
en el número de óvulos.3 4 12
Inflorescencia
Fruto
Follaje y frutos de la especie
El fruto de las leguminosas, técnicamente denominado legumbre, Tipuana tipu.
deriva de un ovario compuesto por un solo carpelo el cual —en la
madurez— se abre longitudinalmente en dos valvas, lo que indica
que su dehiscencia ocurre por la nervadura media y por la unión carpelar. No obstante, existe una inmensa
variedad de formas y tamaños de frutos en la familia. De hecho, hay especies con frutos con tendencia a la
indehiscencia —es decir, que no se abren en la madurez— y en ocasiones el cáliz se transforma en una
estructura de dispersión.
Uno de los frutos más notables de la familia tal vez sea el del maní (género Arachis), ya que las flores, tras
la polinización, se hunden en el suelo y el fruto (una legumbre indehiscente) se desarrolla
subterráneamente. No obstante, las legumbres más grandes las produce una liana tropical perteneciente al
género Entada. Las legumbres más largas de la especie centroamericana Entada gigas (llamada «escalera
de mono» en su tierra natal) llegan a medir hasta 1,5 m de longitud.
Otras especies han desarrollado curiosos mecanismos de dispersión. Así, la especie sudamericana Tipuana
tipu ha modificado parte de la pared del fruto para convertirla en un ala, la cual le permite trasladarse con el
viento rotando como las aspas de un helicóptero. Ese tipo de fruto se denomina sámara.1 3 12 13
Semillas
Semillas desde solo una hasta numerosas, con o sin estrofíolo, con o sin arilo y con o sin endospermo.14
En este último caso, acumulan en los cotiledones sobre todo almidón y proteínas, a veces aceites, o aceites
y proteínas. Lo más característico es que dichos cotiledones son generalmente grandes y son ricos en
reservas, a menudo oleaginosas (como por ejemplo en la soja o el cacahuate que son materias primas para
la obtención de aceites alimentarios).3 12
La presencia o ausencia en el tegumento de una fina marca en
forma de anillo o de herradura en medio de cada lado, la «línea
fisural» o pleurograma y que rodea la areola lateral de la semilla
puede ser una característica importante, en particular para la
identificación de los géneros dentro de la familia.
Fisiología y bioquímica
Ecología
Distribución y hábitat
La nodulación prosperó ampliamente dentro de las leguminosas; se encuentra presente en la mayoría de sus
miembros que se especializaron en la asociación exclusiva con rizobios, los que a su vez también
establecieron una simbiosis exclusiva con las leguminosas (con la sola excepción de Parasponia, el único
género de los 18 que se incluyen en Ulmaceae que es capaz de nodular). La nodulación está presente en
todas las subfamilias de leguminosas, pero es menos frecuente en la subfamilia Caesalpinioideae. La
subfamilia Papilionoideae es la que presenta todos los tipos de nódulos: indeterminado (conserva el
meristemo), determinado (no conserva el meristemo) y el tipo de Aeschynomene. Los dos últimos, solo
están presentes en algunas líneas de la subfamilia Papilionoideae, por lo que son consideradas como los
tipos de nódulos más modernos y especializados. Aunque la nodulación es abundante en las dos
subfamilias monofiléticas Papilionoideae y Mimosoideae, también existen ejemplos de especies no
nodulantes. La presencia y ausencia de especies nodulantes dentro de las tres subfamilias indica que la
nodulación surgió varias veces en el transcurso de la evolución de las leguminosas y que se ha perdido en
algunos linajes. Por ejemplo, dentro del género Acacia, miembro de Mimosoideae, A. pentagona no tiene la
capacidad de nodular, mientras que otras especies del mismo género lo hacen de modo promiscuo, como es
el caso de la ya citada Acacia senegal que es nodulada por rizobios de rápido y lento crecimiento.15
Evolución
El orden Fabales contiene cerca del 9,6 % de la diversidad de especies de las eudicotiledóneas y la mayor
parte de esa riqueza se concentra en una de las cuatro familias que lo componen: Fabaceae. El origen de
este clado, compuesto además por las familias Polygalaceae, Surianaceae y Quillajaceae, está datado en 94
a 89 millones de años, comenzando su diversificación hace unos 79 a 74 millones de años.4 De hecho,
aparentemente las leguminosas se han diversificado durante el terciario temprano para convertirse en un
integrante ubicuo de las biotas terrestres modernas, al igual que muchas otras familias de Angiospermas.17
18
El registro fósil de las leguminosas es abundante y diverso, particularmente en el período Terciario, con
fósiles de flores, frutos, folíolos, madera y polen conocidos de numerosas localidades.19 20
21
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23
Los primeros fósiles que se pueden asignar definitivamente a las leguminosas aparecen en el Paleoceno
tardío (hace cerca de 56 millones de años).24 25 Representantes de las 3 subfamilias tradicionalmente
reconocidas de las leguminosas —cesalpinióideas, papilionóideas y mimosóideas— así como también de
grandes clados dentro de esas subfamilias —como el de las genistóides— se han hallado en el registro fósil
en períodos un poco más tardíos, comenzando entre 55 a 50 millones de años atrás.17 De hecho, el
hallazgo de diversos grupos de taxones que representan los principales linajes de las leguminosas durante el
Eoceno medio y el Eoceno tardío sugiere que la mayoría de los grupos modernos de fabáceas ya estaban
presentes y que en ese período ocurrió una extensa diversificación.17
Las fabáceas, entonces, iniciaron su diversificación hace aproximadamente 60 millones de años y los clados
más importantes se han separado hace unos 50 millones de años.26
La edad de los principales clados de las cesalpinióideas se ha estimado entre 56 a 34 millones de años y la
del grupo basal de las mimosóideas en 44 ± 2,6 millones de años.27 28
La diferenciación entre mimosóideas y fabóideas está datada en 59 a 34 millones de años antes del presente
y la edad del grupo basal de las fabóideas en 58,6 ± 0,2 millones de años atrás.29 Dentro de las fabóideas,
la divergencia de algunos grupos ha podido ser datada. Así, Astragalus se ha separado de Oxytropis hace
unos 16 a 12 millones de años; a pesar de que la diversificación dentro de cada género fue relativamente
reciente. Por ejemplo, la radiación de las especies aneuploides de Neoastragalus comenzó hace 4 millones
de años. Inga, otro género de papilionóideas con aproximadamente 350 especies, parece haber divergido en
los últimos 2 millones de años.30 31
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Filogenia y taxonomía
La filogenia de las leguminosas ha sido el objeto de estudio de numerosos grupos de investigación de todo
el mundo, los cuales han utilizado la morfología o los datos del ADN (el intrón plastídico trnL, los genes
plastídicos rbcL y matK, o los espaciadores ribosomales ITS) y el análisis cladístico para resolver las
relaciones entre los diferentes linajes de esta familia. Así, se ha podido confirmar la monofilia de las
subfamilias tradicionales Mimosoideae y Papilionoideae, anidadas conjuntamente con la subfamilia
parafilética Caesalpinioideae. Todos los estudios, a través de diferentes aproximaciones, han sido
consistentes, lo que brinda un gran apoyo a las relaciones entre los principales clados de la familia, como se
muestra en el cladograma de más abajo.4 El clado que más tempranamente se ramifica es la tribu
Cercideae, seguido por dos clados compuestos de taxones antes dispuestos dentro de Caesalpinioideae (la
tribu Detarieae y el género Duparquetia).34 35
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Polygalaceae
Surianaceae
Fabales
Quillajaceae
Tribus Cercideae, Detarieae y el
género Duparquetia
Fabaceae
Caesalpinioideae
Mimosoideae
Faboideae
Sobre la base de las relaciones filogenéticas descritas, se analizarán a continuación cada uno de los grupos
que componen a esta familia.
1a. Cercideae
Comprende árboles y lianas, las hojas son aparentemente simples, algunas veces bilobadas. El número
cromosómico básico es x=7. Incluye de 4 a 12 géneros y unas 265 especies. El género más representado es
Bauhinia con unas 250 especies de distribución pantropical. Cercis, otro de los géneros dentro de esta tribu,
presenta flores que, en apariencia, son similares a las fabóideas. Otros de los géneros incluidos en este clado
son Caesalpinia y Delonix.4
1b. Duparquetia
Este género presenta características particulares en cuanto a su morfología y desarrollo floral: un cáliz de
cuatro sépalos y un androceo de cuatro estambres lo que las separa netamente de las restantes fabáceas. El
clado está representado por un género monotípico, cuya única especie se denomina Duparquetia
orchidacea y se distribuye por África tropical.4
1c. Detarieae
Presentan el envés (la cara de abajo) de las hojas cubiertas por glándulas con forma de cráter y las estípulas
y bractéolas deciduas, caedizas. Los miembros de la tribu muestran una reducción en el número de pétalos
o de estambres. Producen, además, un tipo de resina muy particular, la cual contiene diterpenos bicíclicos.4
La tribu incluye muchos árboles tropicales entre ellos algunos que se utilizan para la producción de madera.
Incluye unos 80 géneros con un número cromosómico básico de x=12. Se distribuyen en África y
Sudamérica.40
2. Cesalpinióideas
Son árboles,
subarbustos
o, a veces,
hierbas o
trepadoras.
Las hojas son
pinnadas o
bipinnadas,
en algunos
casos (por Diagramas florales de varias especies de
ejemplo, en cesalpinióideas que muestran la gran
Gleditsia) variabilidad de la morfología floral de esta
ambos tipos subfamilia. A. Cercis siliquastrum. B.
foliares se Dimorphandra. C. Amherstia nobilis. D.
Bauhinia acuminata en Calcuta, Bengala hallan en el Krameria secundiflora. E. Tamarindus
occidental, India. mismo árbol; indica. F. Vouapa multijuga. G. Tounatea
finalmente, pulchra. H. Copaifera langsdorfii. J.
hay especies Ceratonia siliqua. K. Dialium divaricatum.
áfilas.
Las flores son cigomorfas, rara vez actinomorfas. La prefloración es imbricada, rara vez valvar; se dice
«ascendente»: el estandarte es interno, cubierto en sus bordes por los pétalos vecinos. La corola es variada,
grande, mediana o pequeña, tiene pétalos libres (es dialipétala) por lo menos en la base, muy a menudo los
pétalos son unguiculados. El androceo está formado por lo general por 10 estambres, libres o soldados en
grupos, igualando la altura de los pétalos o cubiertos por ellos. El polen es libre y el tegumento seminal no
presenta «línea fisural». El óvulo es anátropo. Las semillas tienen embrión recto, hilo apical o subapical,
pequeño.
La estructura floral es mucho más variada que en las mimosóideas. Las flores se disponen en racimos o
panojas, en general de medianas a grandes, rara vez pequeñas, y en espiga densa. El fruto es dehiscente o
indehiscente, muy variable.
Habitan preferentemente en las regiones cálidas, y están muy bien representadas en las regiones tropicales
de África y América, donde son especies a menudo gigantescas.12 La subfamilia está compuesta por
160 géneros y aproximadamente 1900 especies. Los géneros más representados son Senna (con
350 especies), Chamaechrista (con 265) y Caesalpinia (con 100).4
Forman parte de esta subfamilia plantas conocidas como cassias, cina-cina, pata de vaca, el algarrobo
europeo, la acacia negra o Gleditsia, el guayacán y el chivato. Varias especies de cesalpinióideas se cultivan
con fines decorativos, forestales, industriales o medicinales.12
Las Cesalpinióideas, de acuerdo a las últimas investigaciones filogenéticas, comprenden cuatro tribus:
Cassieae, Caesalpinieae, Cercideae y Detarieae.4
3. Mimosóideas
Son árboles o arbustos, rara vez hierbas, de follaje grácil por sus hojas bipinnadas, raramente pinnadas o
reducidas a filodios. En muchos casos son espinosos y de aspecto muy particular por las pequeñas flores
agregadas en cabezuelas o espigas que, a su vez, suelen formar racimos espiciformes densos o grandes
panojas.
Las flores son
actinomorfas. La
corola tiene
prefloración valvar, a
menudo es
gamopétala y
tubulosa. El cáliz es
valvar o, en algunos
grupos, imbricado,
siempre gamosépalo.
El androceo está
Inflorescencia en cabezuela de Albizia formado por 4, 8, 10
julibrissin. o numerosos
estambres, los cuales
superan la altura de
la corola. Los filamentos estaminales están libres o soldados entre
sí. El polen es generalmente compuesto. El óvulo es anátropo. La Hoja compuesta de Albizia
semilla presenta el embrión recto y el tegumento presenta una julibrissin. Este tipo de hoja es típico
«línea fisural» con forma de anillo o herradura. El hilo es apical o de las leguminosas mimosóideas.
subapical, pequeño.12
Es un grupo muy bien representado por numerosos géneros y especies en regiones tropicales o
subtropicales, de todos los continentes, pero están particularmente distribuidas en África y América.
Comprenden 82 géneros y alrededor de 3300 especies. Los géneros con mayor número de especies son
Acacia sensu stricto (960, comprende solamente a las especies antes incluidas en el subgénero
Phyllodinae), Mimosa (480), Inga (350), Calliandra (200), Vachellia (161, previamente conocido como
Acacia subgenus Acacia), Senegalia (85, previamente incluidas dentro de Acacia subgenus Aculeiferum),
Prosopis (45), Pithecellobium (40). Especies muy conocidas pertenecen a las mimosóideas, tales como las
verdaderas acacias, las mimosas o sensitivas, los ingáes, timbóes y plumerillos, los aromos, tuscas,
garabatos, espinillos y los algarrobos de las Américas. Abundan entre los grandes árboles de los bosques
tropicales, dominan en muchas sabanas y son siempre frecuentes en las regiones semidesérticas cálidas.
Muchas mimosóideas se cultivan como árboles para sombra, plantas ornamentales, de protección o con
fines forestales.12 La subfamilia comprende 5 tribus: Acacieae, Ingeae, Mimoseae, Mimozygantheae y
Parkieae.
4. Fabóideas o papilionóideas
Con 476 géneros y 13 860 especies, es la división más grande y diversa de la familia. Se extiende por todos
los continentes excepto las regiones árticas e incluye la mayoría de las leguminosas más populares
utilizadas como alimento o forraje, así como varias especies modelo para investigaciones genómicas.41 Los
géneros con mayor número de especies son Astragalus (2400-3270), Indigofera (700), Crotalaria (700),
Mirbelia sensu lato (450), Tephrosia (350), Desmodium (300), Aspalathus (300), Oxytropis (300), Adesmia
(240), Trifolium (240), Rhynchosia (230), Lupinus (200), Aeschynomene (160), Hedysarum (160),
Lathyrus (160), Vicia (160), Dalea (150), Eriosema (150), Lotononis (150), Millettia (150), Vigna (150),
Swartzia (140), Daviesia (135), Lonchocarpus (135), Machaerium (130), Onobrychis (130), Ormosia
(130), Lotus (inc. Coronilla, (125)), Lonchocarpus (120), Erythrina (110), Gastrolobium (110), Mucuna
(105) y Pultenaea (100). Las especies leñosas son preferiblemente termófilas; muchas herbáceas son de
regiones templadas y frías, si bien están también representadas en los trópicos. Comprende muchas plantas
útiles y muy conocidas, tales como arveja, garbanzo, poroto o frijol, arvejilla, tréboles, haba, alfalfa, soja,
entre otras.12 42
La subfamilia de las fabóideas se ha subdividido en las siguientes tribus, de acuerdo a las últimas
investigaciones filogenéticas (APW): Abreae - Adesmieae - Aeschynomeneae - Amorpheae - Bossiaeeae -
Brongniartieae - Carmichaelieae - Cicereae - Crotalarieae - Dalbergieae - Desmodieae - Dipteryxeae -
Euchresteae - Fabeae - Galegeae - Genisteae - Hedysareae - Hypocalypteae - Indigofereae - Loteae -
Millettieae - Mirbelieae - Phaseoleae - Podalyrieae - Psoraleeae - Robinieae - Sophoreae - Swartzieae -
Thermopsideae - Trifolieae.
Alimenticias
Durante miles de años, las legumbres han sido utilizadas como alimento por los seres humanos. La lenteja
fue probablemente una de las primeras especies en ser domesticadas. Pueden consumirse frescas o secas, y
pueden encontrarse en una gran variedad de colores, sabores y texturas. Se las conserva secas, enlatadas, o
bien, congeladas.
Todas las legumbres son muy similares en cuanto a sus características nutricionales. Son muy ricas en
proteínas, carbohidratos y fibras, mientras que el contenido en lípidos es relativamente bajo y los ácidos
grasos que lo componen son insaturados. Una gran excepción a esta regla es la soja, que tiene un alto
contenido en lípidos. Las legumbres son una fuente importante de vitamina B. Las que se consumen frescas
tienen vitamina C, pero los niveles declinan después de la cosecha y son virtualmente inexistentes en los
granos secos. Las legumbres enlatadas, no obstante, mantienen aproximadamente la mitad de los valores de
vitamina C que las legumbres frescas (excepto en el caso de las arvejas o lentejas que se secan antes de
enlatarlas). Las arvejas congeladas pierden una cuarta parte de su contenido inicial de vitamina C.
Las legumbres se consumen por su alto contenido de proteína. La composición de los granos de poroto o
frijol, a modo de ejemplo, es de 21 % de proteína, 46 % de carbohidratos, 25 % de fibra y 1,5 % de lípidos.
Contiene, además, aproximadamente 7 mg de hierro y 180 mg de calcio por cada 100 gramos. Los granos
de soja, en cambio, contienen 34 % de proteína, 29 % de carbohidratos y 18 % de lípidos. El mayor
contenido en proteínas y lípidos le otorgan a la soja una calidad nutricional superior al de otras
legumbres.46
Entre los factores positivos de las leguminosas en la nutrición humana, cabe citar su alta concentración en
proteínas con alto contenido en lisina, que hace a las leguminosas un complemento proteico excelente para
los cereales.
Son también una buena fuente de algunos minerales como calcio, hierro, zinc, fósforo, potasio y magnesio,
así como de algunas vitaminas hidrosolubles, especialmente tiamina, riboflavina y niacina. En relación con
la salud, la ingestión de algunas leguminosas producen una disminución del colesterol posiblemente debido
a su alto contenido en fibra dietética y también pueden ayudar a reducir los niveles de glucosa sanguínea en
los diabéticos.
Entre los factores negativos se puede reseñar la deficiencia en aminoácidos azufrados y la presencia de
ciertos factores antinutricionales que influyen en la digestibilidad proteica y de carbohidratos. Esto puede
ser un factor limitante en las dietas de los vegetarianos y en países en vías de desarrollo donde la ingestión
de proteína animal es baja o nula. Sin embargo, cuando la dieta es equilibrada o muy rica en proteína
animal y energía, la ingestión de leguminosas es una ventaja.47
Los antinutrientes son sustancias que, en general, dificultan la asimilación de los nutrientes, y en algunos
casos, pueden llegar a ser tóxicos o causar efectos fisiológicos poco deseables (como, por ejemplo, la
flatulencia). Recientemente, se ha visto que, en pequeñas cantidades, pueden ser también muy beneficiosos
para la salud en la prevención de enfermedades como cáncer y enfermedades coronarias, por lo que
actualmente se les está denominando «Compuestos Biológicamente Activos» (BAC según sus siglas en
inglés), ya que, si bien carecen de valor nutritivo, no siempre resultan perjudiciales. Alguno de estos
compuestos juegan un papel importante como defensa de la planta frente al ataque de todo tipo de
depredadores y otros son compuestos de reserva que se acumulan en las semillas y serán utilizados a lo
largo del proceso germinativo. Desde el punto de vista bioquímico los compuestos no-nutritivos son de
naturaleza muy variada, no aparecen por igual en todas las plantas, sus efectos fisiológicos son distintos y,
por lo tanto, su metodología de extracción, determinación y cuantificación tiene que ser también muy
específica. Como ejemplo de algunos de estos Compuestos Biológicamente Activos de las leguminosas se
pueden citar a aquellos de naturaleza proteica (inhibidores de proteasas, inhibidores de amilasas, lectinas) y
los de naturaleza no proteica (glicósidos, aminoácidos libres, alcaloides, fitatos, fitoestrógenos, saponinas,
taninos, etc.). Una de las vías para la disminución de estos compuestos cuando están en altas
concentraciones es la mejora genética. Estos programas no solo se han centrado en conseguir una alta
producción desde el punto de vista agronómico, sino de alcanzar una mejor calidad nutricional con la
eliminación de estos componentes no deseables. Así, por ejemplo, existen variedades de distintas especies
de Lupinus libres de alcaloides tóxicos. También se han obtenido variedades de Vicia faba sin vicina y
convicina o con concentraciones muy bajas, así como Lathyrus sativus libres de un aminoácido
neurotóxico.47
Se consumen por sus vainas tiernas o por sus granos: habas (Vicia faba), lentejas (Lens culinaris),
garbanzos (Cicer arietinum), arvejas o guisantes (Pisum sativum), chícharo o muela (Lathyrus sativus);
porotos, frijoles, habichuelas o judías (Phaseolus vulgaris, Ph. lunatus, Ph. coccineus y Ph. acutifolius),
urd (Ph. mungo), frijol de vaca, caupí o cow-pea (Vigna sinensis), adzuki (V. angularis), poroto o frijol
metro (Vigna sesquipedalis), soja o soya (Glycine max), poroto japonés (Dolichos lablab), guandú
(Cajanus flavus), lupino o altramuz (Lupinus albus), tarhuí (Lupinus mutabilis), maní o cacahuete (Arachis
hypogaea), guandsú o guisante de tierra (Voandzeia subterranea).
Otras especies se utilizan en la alimentación por su fruto pulposo, como el pacay (Inga feuillei), el algarrobo
blanco (Prosopis alba) el algarrobo europeo (Ceratonia siliqua) el algarrobo negro (Prosopis nigra) y el
tamarindo (Tamarindus indica), entre otros. Aunque no es frecuente entre las leguminosas, hay especies
cuya raíz carnosa o tubérculo se utiliza como alimento. Tal es el caso de la ajipa (Pachyrhizus ahipa), la
jícama (Pachyrhizus erosus), Neocracca heterantha, Psoralea esculenta y Apios americana.
Finalmente, hay leguminosas que se utilizan para elaborar bebidas alcohólicas, tales como la «aloja de
culén», que se prepara mediante infusión de tallos de culén (Psoralea glandulosa) con azúcar, granos de
maíz tostado y varias especias. Los frutos de los algarrobos (Prosopis alba y P. nigra) se usan en el
noroeste argentino para elaborar dos bebidas: la «añapa», bebida dulce y refrescante obtenida machacando
los frutos en un mortero con agua, y la «aloja», bebida alcohólica autóctona obtenida por fermentación del
mosto de las algarrobas que se hace moliendo los frutos con agua.
Los frutos de ambos algarrobos también se usan para preparar dulces, tales como el «arrope» y el
«patay».48
El «café de Bonpland» o «café taperibá» se prepara con las semillas de Cassia occidentalis, torrándolas, y
obteniendo una infusión similar al café, pero de sabor y aroma mucho más atenuados.49
Forrajeras
Algunas de las especies de leguminosas utilizadas como forrajeras son la alfalfa (Medicago sativa), la
lupulina (Medicago lupulina), los tréboles de carretilla (Medicago hispida, Medicago arabica y Medicago
minima), los tréboles de olor (Melilotus alba, Melilotus officinalis), el trébol blanco (Trifolium repens), el
trébol rojo o de los prados (Trifolium pratense), el trébol frutilla (Trifolium fragiferum), el lotus o trébol pata
de pájaro (Lotus tenuis, Lotus corniculatus), la mermelada de caballo (Desmodium discolor), la zulla
(Hedysarum coronarium), las lespedezas (Lespedeza striata y
Lespedeza stipulacea), las vicias o arvejillas (Vicia sativa, Vicia
villosa), el caupí (Vigna sinensis), el kudzú (Pueraria javanica) y el
gandul (Cajanus cajan) entre las más conocidas. Una de las
principales limitaciones para el establecimiento y producción de las
praderas de leguminosas anuales es la baja fertilidad de los suelos y,
en particular, el bajo contenido de fósforo de los mismos. En ciertas
zonas del oeste de Australia, por esta razón, se han introducido y
desarrollado la serradela amarilla (Ornithopus compressus) y la
serradela rosada (Ornithopus sativus) como plantas forrajeras, ya
que se adaptan bien a suelos ácidos de texturas livianas, de baja
fertilidad, y en especial pobres en fósforo.51 52 53 Biserrula
pelecinus es otra especie promisoria para el secano. Es una
leguminosa endémica de la cuenca mediterránea de Europa y del
norte de África. En su hábitat natural se adapta a suelos infértiles,
de textura liviana, bien drenados y ligeramente ácidos.54 El trébol Trébol frutilla en floración, asociado
balansa (Trifolium michelianum), originario de Turquía, es una a gramíneas en una pradera.
especie que presenta una excelente adaptación a suelos con
problemas de inundaciones.55
Melíferas
Las plantas melíferas son aquellas que ofrecen néctar a las abejas como recompensa por acarrear polen
desde las flores de una planta a otra y, de ese modo, asegurar la polinización. Por extensión, también se
incluyen todas las especies que estos insectos utilizan para recoger polen y propóleos. El factor de mayor
importancia en cuanto a la atracción de las flores por las abejas es el néctar que secretan. La secreción
alcanza su máximo durante el primer día de la apertura floral y va decreciendo paulatinamente. El néctar es
una solución azucarada, con pequeñas cantidades de otras sustancias (aminoácidos, minerales, vitaminas,
ácidos orgánicos, enzimas y aceites esenciales) que es secretado por órganos especializados de la planta
denominados nectarios que generalmente suelen estar situados en la base de la corola —nectarios florales—
y que se distinguen por su forma y color; en algunos casos están situados en las hojas o en los pedúnculos
de las flores —nectarios extraflorales—. En general, las abejas manifiestan preferencia por el néctar que
contiene más del 20 % de azúcar.56 Varias especies de leguminosas son buenas especies melíferas, tales
como la alfalfa, el trébol blanco, el trébol de olor y varias especies de algarrobos.
Industriales
Gomas
Las gomas son exudados vegetales de carácter patológico, es decir, son el resultado de la agresión al
vegetal por una picadura de insecto o una incisión natural o artificial. Esos exudados contienen
polisacáridos heterogéneos, formados por diferentes azúcares y en general llevan ácidos urónicos. Se
caracterizan por formar disoluciones coloidales viscosas. Hay diferentes especies productoras de gomas.
Las más importantes están en la familia de las leguminosas. Se utilizan ampliamente en la industria
farmacéutica, cosmética, alimentaria y textil. También son interesantes por sus propiedades terapéuticas; por
ejemplo, la goma arábiga es antitusígena y antiinflamatoria. Las más conocidas son la goma garrofín
(Ceratonia siliqua), la goma de tragacanto (Astragalus gummifer), la goma arábiga (Acacia senegal) y la
goma guar (Cyamopsis tetragonoloba).57
Tintóreas
Ornamentales
Leguminosas emblemáticas
El ceibo (Erythrina crista-galli), es la flor nacional de Argentina y de Uruguay.60
El guanacaste (Enterolobium cyclocarpum) es el árbol nacional de Costa Rica, por decreto
del Poder Ejecutivo del 31 de agosto de 1959.61
El palo brasil (Caesalpinia echinata) es el árbol nacional de Brasil desde 1978.62
Acacia pycnantha es la flor nacional de Australia.63
Bauhinia x blakeana es la flor nacional de Hong Kong.64
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Enlaces externos
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Asociación Española de las Leguminosas (AEL) (http://www.leguminosas.es/). Entidad sin
ánimo de lucro, constituida para la promoción de las leguminosas en España,
entendiéndose como tales a los grupos botánicos que, perteneciendo a esta familia de
plantas, sean de utilidad para la agricultura española.
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