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Cinocéfalo

San Cristóbal cinocéfalo.

Del griego literalmente significa "cabeza de perro".


Se aplica a varios personajes mitológicos basados en seres reales, como
Papio cynocephalus, babuino sagrado de Egipto con la cara de perro.
En la Iglesia ortodoxa oriental, algunos iconos insinúan representaciones
de San Cristóbal con cabeza de perro. Los antecedentes de este santo
datan del reinado del emperador Diocleciano y sus campañas en
Marmárica (al oeste de Egipto, la Libia moderna, quizás la misma que
ahora habita la tribu bereber marmarita de Cirenaica): de acuerdo a los
hagiógrafos, un coloso con cabeza de perro, dos aparentes características
de los marmaritas, fue capturado en combate por los romanos y obligado
a enrolarse en las legiones, para luego ser trasladado con su unidad a
Antioquía, Siria, en donde el obispo Pedro lo bautizó y donde sufrió
martirio en el 308 d.C.
La unidad de soldados que apresó al fenómeno y al que éste se incorporó
recibió el nombre de Numerus Marmaritarum o "Unidad de los
marmaritas". Varios siglos después, el poeta y obispo alemán Walter de
Speyer retrató a San Cristóbal como un gigante cinocéfalo en la tierra de
los cananeos (los "canes" de Canáan en el Nuevo Testamento),
devoradores de carne humana y que ladraban.1 De Speyer afirma que
Cristóbal conoció al Niño Jesús, renegó y se arrepintió de su anterior
comportamiento y aceptó el bautismo. Fue recompensado con apariencia
completamente humana, tras lo cual dedicó su vida al servicio religioso y
se convirtió en uno de los Athleta Christi (Campeón de Cristo), militares
santos o mártires cristianos
Richard Blythe autor del libro Bestias Fabulosas, comenta que los primeros
exploradores contaban historias de hombres con cara de perro que vivían
en los bosques, planteando el autor que quizás lo que vieron fue una
especie de indri indri

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