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ASÍ EN LA TIERRA COMO EN EL CIELO

(El experimento sagrado)

Autor: Fritz Hochwálder, dramaturgo nacido en Viena en 1911.


Otras obras: El acusador público, La orden, Hospitales militares y muchas otras.
Género y corriente: Drama idealista.
Estructura: Dividido en cinco actos.

Sinopsis: La obra está basada en un hecho histórico: de tierras del Paraguay —asiento de
los indios guaraníes— en 1767 fueron expulsados los jesuitas, quienes, durante casi
ciento cincuenta años, a la sombra de los conquistadores españoles, venían dirigiendo un
verdadero y poderoso emporio económico, fundado por los misioneros de la Compañía de
Jesús "según los cánones de una sociedad colectivista ideal regida por las leyes de la
moral y del amor cristianos".
El autor ha interpretado libremente, como artista y dramaturgo, esta innegable verdad
histórica introduciéndole ingredientes de su propia inspiración y fantasía.
Don Pedro de Miura, visitador del rey, llega un día al Colegio de la Compañía de Jesús,
en Buenos Aires, para comunicar al padre Fernández, provincial de la orden y máxima
autoridad de las misiones jesuíticas, su cometido de investigar el desempeño de los
ministros en las reducciones guaraníes. Como primera medida todos los miembros de la
comunidad quedan bajo arresto preventivo. Los cargos contra ellos son graves: traicionar
y desobedecer al rey, obtener ganancias usurarias con su comercio, esclavizar a los
indígenas, poseer y ocultar minas de plata para su exclusivo beneficio. Sin embargo,
ninguna de estas acusaciones se puede probar. El padre provincial no se inmuta; sabe
que todos estos cargos no se ajustan a la verdad y sólo son debidos a intrigas políticas y
a otros intereses en juego. Ante la amenazante injusticia de destruir la obra civilizadora y
humanitaria de las misiones en favor de los indios, se subleva y los papeles se invierten: a
una orden suya, es el visitador del rey quien queda detenido. Con esta acción, el padre
provincial desafía a la corona de España. Pero hay algo más, Querini, el delegado
enviado desde Roma por el general de la orden, también trae un mensaje incomprensible
y casi absurdo: el padre provincial debe acatar absolutamente el mandato del visitador
real, es decir, hacerse cómplice de la destrucción de la obra misionera levantada con
tantos sacrificios.
La conciencia del padre entra en conflicto; sus votos de obediencia religiosa lo obligan a
someterse a la orden dada por su superior y, por otra parte, no quiere renunciar a la obra
que venía realizando ni abandonar a su suerte a los indios, maltratados y explotados por
los soldados españoles. Además, también reconoce su parte de culpa pues sus misiones
han excedido los límites estrictamente espirituales y a su acción evangelizadora han
mezclado otros intereses temporales.
En medio de su lucha interior, el padre provincial invoca ante el delegado la restricción
impuesta por san Ignacio de Loyola y que consistía en que ningún superior tenía derecho
a ordenar algo que constituyera pecado. No obstante, un solo argumento es suficiente
para desarmar al padre Fernández: este mundo no está hecho para realizar el reino de
Dios, por tanto siempre existirá la injusticia para los desgraciados y oprimidos. La misión
apostólica de la orden sólo debe centrarse en salvar las almas. De otro modo, el mundo
odiará a los jesuitas y con el tiempo desaparecerán.
Ante esta evidencia, y aún a su pesar, el padre provincial entra en razones. Humildemente
se pone a disposición del visitador real y del delegado para acatar las órdenes y entregar
las misiones. Se dirige entonces a la asamblea general que ha mandado convocar para
aplacar a otros sacerdotes y a los indios, quienes habían decidido rebelarse. Como
consecuencia de ello, el padre provincial es herido de gravedad y esa herida finalmente le
causa la muerte. Paga con su vida el acto heroico que había realizado: vencerse a sí
mismo como hombre y obedecer como religioso las órdenes aparentemente injustas del
padre general, para salvar la congregación de los jesuitas.

Pocas veces se han abordado en una obra de teatro problemas espirituales de tanta
profundidad. Numerosos han sido los recursos literarios empleados en ella por el autor:
dominio del juego escénico, diálogos sobrios y concisos, personajes muy bien delineados
e intensidad dramática creciente, todo lo cual confiere a la pieza un interés y originalidad
que no dejan lugar a dudas de la alta calidad y talento de este dramaturgo alemán.

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