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Documentos de Cultura
Autora
Marisol Moreno Angarita
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DEPARTAMENTO PARA LA PROSPERIDAD SOCIAL
Rocío Aranguren
Julián Oviedo
MINISTERIO DE CULTURA
Nubia Suta
María Fernanda Serrano
FUNDACIÓN PLAN
Lilias Flórez Peñaloza
Enero de 2016
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CONTENIDO
PRESENTACIÓN 5
1. ¿QUIÉNES SON LOS NIÑOS Y NIÑAS CON ALERTAS DEL DESARROLLO Y DISCAPACIDAD? 10
3. RUTA INTEGRAL DE ATENCIONES PARA LOS NIÑOS Y NIÑAS CON ALERTAS DEL DESARROLLO O CON
DISCAPACIDAD 24
4.RECOMENDACIONES PARA UNA VIDA DIGNA PARA TODAS Y TODOS LOS NIÑOS CON ALERTAS DEL
DESARROLLO O DISCAPACIDAD 29
DOCUMENTOS DE REFERENCIA
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ACRÓNIMOS
CIF:
Clasificación Internacional del Funcionamiento, la Discapacidad y la Salud de la Organización
Mundial de la Salud.
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PRESENTACIÓN
“Los ritmos particulares de maduración permiten apreciar que no todos [los niños y las niñas] caminan o hablan al mismo
tiempo. Mientras unos se tambalean, otros salen corriendohay quienes incluyen las palabras para comunicarse y quienes aún
no las utilizan.
El reconocimiento de las diferencias entonces, no solo toma en cuenta la cultura diversa que atraviesa el país, tambien considera
[…] las particularidades de cada individuo y las condiciones en las que viven las niñas, los niños y sus familias”.
(Fundamentos Políticos Técnicos y de Gestión De Cero a Siempre, P.p 102)
Todo lo que encontrarán en este texto es acorde con lo que se ha venido planteando en en
la Estrategia; sin embargo, para evitar que estos niños y niñas sean excluidos de los
escenarios regulares, se hizo necesario hacer unas recomendaciones específicas que
garanticen que efectivamente serán incluidos, considerados y tenidos en cuenta en todas y
cada una de las acciones que se lideren por parte de cualquier actor involucrado, evitando
que sean excluidos de la vida social en la que habitan sus pares, cuidadores y familias.
Este documento está dirigido a todas las personas involucradas en garantizar la atención
integral de los niños y niñas en primera infancia a lo largo y ancho del territorio nacional.
Es un lineamiento enmarcado en la gestión intersectorial, que promueve el trabajo conjunto,
articulado, pertinente, oportuno de todos los actores comprometidos con la primera
infancia y su desarrollo pleno en condiciones dignas. Ofrece oportunidades para que cada
sector pueda cumplir con sus competencias y logre, gracias a la labor colegiada, resultados
de gran impacto social.
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Sin el aporte de todos los sectores, la inclusión plena de estos niños y niñas seguirá siendo
una deuda pendiente de toda la sociedad, la cual tradicionalmente ha venido privándolos de
muchas experiencias y oportunidades.
En esta dirección, este Lineamiento orienta las acciones diferenciales que las personas
responsables de la atención a los niños y niñas, deben emprender en su quehacer cotidiano
en procura de generar condiciones favorables para el desarrollo pleno de quienes tienen
alertas del desarrollo o discapacidad. Ya no hay excusas ni demoras, para lograr la inclusión
plena desde la Primera Infancia, porque contamos con todos los elementos requeridos para
poder impulsar esta consigna social, de forma exitosa.
En este sentido, el Lineamiento llega a todos los actores públicos y privados que participan
en los territorios, en la toma de decisiones relacionadas con la vida cotidiana de los niños y
niñas en primera infancia con alertas del Desarrollo o discapacidad. Debemos lograr que
todos estén avanzando en la misma dirección para que ningún niño o niña se quede aislado,
excluido o desatendido por su condición.
Este Lineamiento también busca precisar e ilustrar, cómo se puede aportar a este logro,
desde la concepción, y a lo largo de toda la primera infancia, evitando que la falta de
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información impida que la Estrategia de Atención Integral a la Primera Infancia, sea
implementada en todos los territorios.
Es una realidad que hay niñas y niños que nacen con algunas particularidades diversas; con
algunos equipajes restringidos, pero esto no debe ser impedimento para que puedan
explorar, participar y aprender en su capacidad máxima. Quienes les acompañan directa o
indirectamente, tienen el compromiso y la obligación de generar las condiciones que
requieren para lograrlo. Sin el apoyo de los adultos, cuidadores y acompañantes cercanos
no van a poder lograrlo, y la exclusión será su destino.
Como acontece con todos los niños y niñas colombianas, a quienes estén bajo la
consideración de la discapacidad, a veces se les ignora, excluye o invisibiliza por diversas
razones sociales, culturales, religiosas, o de ignorancia. Por esto, se hace necesario recalcar
que las niñas y niños “no son seres incompletos, ni deficientes, ni menos válidos que otros”
(P.p 104). Son niñas y niños que se desenvuelven en la vida social, gracias a las posibilidades
emanadas de las interacciones con otros, y crecen en la búsqueda de una mayor autonomia.
Por esto, los adultos que les acompañan en este proceso deben garantizarles unas
condiciones que, en muchos casos, para quienes experimentan una discapacidad, no se dan
de manera espontánea.
Todos los niños y niñas con alertas del desarrollo o discapacidades deben ser considerados
interlocutores válidos, independiente de los modos de comunicación, expresión y
participación que usen. Al igual que los otros niños y niñas, desde que nacen deben entrar
a formar parte de una familia y de una sociedad, que les ofrezcan un conjunto de
oportunidades de ser, crecer, relacionarse, participar, en su comunidad y grupo social, como
sujetos de derechos, es decir como ciudadanos y ciudadanas colombianos.
Segunda: El niño y la niña junto con su familia y/o cuidadores son destinatarios principales
en la promoción y el favorecimiento del desarrollo integral de los niños y niñas con
discapacidad, y en la configuración de la atención integral que debe garantizarse en los
entornos en que ellos viven y transitan.
Tercera: Hay que actuar principalmente en los entornos para garantizar que efectivamente
cuentan con las condiciones: actitudinales, lingüísticas, comunicativas, sociales, culturales,
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físicas, arquitectónicas, urbanísticas y normativas que aseguran que las maneras propias del
desarrollo de las niñas y los niños con alertas del desarrollo y la discapacidad pueden
manifestarse.
Cuarta: La condición de discapacidad no sustrae a los niños y niñas de tener sus rasgos
personales, gustos, preferencias, temperamentos. Esto llama a reconocer su carácter de
personas y a asumir la discapacidad como una condición humana en el marco de la
diversidad.
Sexta: Es urgente que todos los entornos en donde se encuentran las niñas y los niños,
tengan las características y ofrezcan los apoyos necesarios para que no encuentren
limitaciones, barreras, obstáculos y restricciones, que les impidan su participación plena. Si
el entorno es favorable, se logran procesos de inclusión; si este no lo es, se fomenta la
exclusión.
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Por último, este Lineamiento inaugura una nueva época para los niños y niñas con alertas
del desarrollo o discapacidad; da la clara bienvenida a estos ciudadanos y ciudadanas y les
anuncia que podrán tener vidas valiosas y contribuir al desarrollo de sus comunidades, las
cuales están también deseosas de aprender, compartir y crecer con ellos.
La diversidad, sin lugar a dudas, es una fuente inmensa de desarrollo humano del que no
debemos privarnos de cultivar. Las barreras no están en los niños y las niñas; las barreras
se encuentran en los entornos con los que interactuan..
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¿QUIÉNES SON LOS NIÑOS Y NIÑAS CON ALERTAS DEL
DESARROLLO O DISCAPACIDAD?
Nuestra tarea es atender a todas las niñas y niños con los que interactuamos cada día: Nos importa que son niños
y niñas que quieren crecer y desarrollarse y necesitan que acompañemos sus infancias.
La Discapacidad es una condición del ser humano, que hace parte de las formas en las que
se manifiesta la diversidad. Se caracteriza por mostrar algunas variaciones o alteraciones
permanentes en el desarrollo, que inciden de manera particular en las formas en que los
niños y las niñas funcionan en la vida cotidiana. Por ejemplo, la niña que se alimenta a través
de una sonda; el niño que no se comunica oralmente; el niño que se desplaza en el espacio
para explorar el medio con ayuda de una silla de ruedas o aparato de apoyo. El niño con
características del espectro autista que se relaciona con el mundo de una manera propia.
Pero también estamos considerando al inmenso grupo de niños y niñas que muestran alertas
del desarrollo. A continuación veremos en mayor detalle estas dos condiciones: la primera
es permanente, la segunda es transitoria.
Las niñas y los niños están en permanente desarrollo, deseosos de avanzar, de interactuar
con el mundo y relacionarse. El desarrollo de las niñas y los niños es un proceso que resulta
de la exploración de sus intereses; del esfuerzo por alcanzar sus propósitos, y por lograr
mejores formas para interactuar con los desafíos que la cotidianidad les plantea.
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sobre la necesidad de hacer seguimiento a su proceso de complejización, en tanto pueden
indicar la presencia de una discapacidad. También se conocen con otros términos
relacionados como: rezagos, demoras, desfases o comportamientos llamativos, que
persisten por un tiempo, hasta hacerse notorios frente a los pares.
Son alertas de que algo debería estar funcionando mejor. De que el niño y la niña están
teniendo dificultades para compartir todas las experiencias que la vida cotidiana les trae.
Estas alertas pueden ser pasajeras, o pueden ser más prolongadas. Las pasajeras forman
parte de la dinámica del desarrollo mismo que está en permanente interacción con los
escenarios de la vida social. Las prolongadas son aquellas que continúan afectando el
devenir típico de la vida de los niños y las niñas y que excluyen paulatinamente al niño del
proceso de socialización esperado.
De no hacerlo, las niñas y niños con alertas del desarrollo o discapacidad, experimentarán
dificultades para moverse, para pensar, para comunicarse, para interactuar con otros, para
poder compartir las mismas experiencias que los pares de su comunidad, debido a que
encontrarán en los entornos en que transita, una serie de barreras y dificultades para poder
realizar las actividades de la vida cotidiana como cualquier otro de sus pares, lo cual
determina que su participación en la vida social se restrinja y por ende, terminen siendo
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excluidos. Cuando no se atiende tempranamente una alerta del desarrollo, esto puede
derivar en una condición de discapacidad.
Independiente del origen de la discapacidad y de sus características, todos los niños y las
niñas tienen algo en común: son ciudadanos sujetos de derechos, seres sociales, singulares
e inmensamente diversos, que buscan ser amados, cuidados y aceptados por sus familias,
cuidadores y comunidades, que construyen su propia subjetividad y toman parte activa en
la construcción de sus vidas y en la configuración de sus entornos, gracias a que disponen
de habilidades y capacidades al servicio de intereses y propósitos propios y compartidos.
Dado que existe una amplia gama de términos, imaginarios y representaciones sociales
relacionados con lo que significa una discapacidad, se hace necesario hacer algunas
aclaraciones por cuanto, de la manera como las entendamos depende en parte, el tipo de
interacciones que establezcamos con las niñas y los niños con discapacidad y el diseño y
operación de las intervenciones sociales que se propongan para responder al propósito de
garantizar su desarrollo integral.
Término
Participación y Concepción
ejercicio de la
ciudadanía
Antes Niña, niño Escondidos, Deficientes, Una familia que los
enfermo aislados, solos, incapaces, acoja y los saque
aparte, sin destinatarios de adelante, una
posibilidades de ser caridad y comunidad caritativa.
escuchados e incidir. compasión, quienes
deben ser asistidos.
Ahora Niño o niña Siendo parte de los Seres humanos La familia, el estado y la
con entornos propios de dignos, sociedad que en su
discapacidad la primera infancia, conjunto deben
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en interacción con sujetos de derechos, favorecer y garantizar el
sus pares, con pleno desarrollo del
expresándose, capacidades, niño o de niña con
siendo escuchados e habilidades y discapacidad.
incidiendo. potenciales, a
quienes deben
garantizarse
oportunidades.
Fuente: basada en Moreno, 2011.
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Hasta aquí hemos querido resaltar el reconocimiento que todos los niños y niñas pertenecen
a la sociedad humana y que no necesitan ningún otro atributo distinto para ser aceptados
como sujetos plenos de derechos, y que La estrategia de Atención Integral a la Primera
Infancia, De Cero a Siempre entiende el desarrollo de todas las niñas y los niños, incluidos
el de quienes presentan alertas en el desarrollo o discapacidad, como un proceso de
transformaciones y cambios de tipo cualitativo y cuantitativo. Estos cambios hacen posible
estructurar progresivamente su identidad y autonomía, gracias a la configuración de formas
de ser y estar, así como de comportamientos novedosos y ordenados, surgidos a propósito
de su búsqueda continua por abordar más eficazmente los retos que les plantea la vida
cotidiana.
Por eso estos niños y niñas también crecen. Este proceso se constituye en una experiencia
singular de individualización y diferenciación, en la que cada niña y cada niño tiene la
oportunidad de reconocer y disponer de sus características particulares, sus capacidades,
cualidades y potencialidades, sus propios ritmos y estilos y sus preferencias, para interactuar
con las oportunidades y condiciones que le ofrecen los diversos entornos en los que habita
y realizar su propio recorrido de vida. Sus vidas se nutren y matizan con los aportes de las
personas con quienes se interactúa, su familia, sus pares, otros adultos, y con los recursos
de la comunidad, la cultura y los contextos presentes en los entornos, que se apropian y
enriquecen.
Así las cosas, el modo de ser, estar y actuar del niño o de la niña, no pueden ser vistas de
manera aislada sino en relación con las dinámicas en las que se mueve dentro de los sistemas
familiar y social a los que pertenece. Por eso, como se dijo anteriormente, la discapacidad
es una condición dinámica, porque depende de la respuesta que encuentra en los entornos
en que habita el niño o niña.
− Enriquecer la interacción existente entre las niñas y los niños y las personas que les
acompañan en los distintos entornos, con un esfuerzo intencionado por garantizar las
condiciones específicas que se necesitan bajo estas circunstancias, para que el niño o la
niña pueda lograr su propósito de construcción de una vida plena.
Todo esto debe reflejarse en las acciones cotidianas de parte de distintos actores,
encaminadas a mejorar su capacidad y habilidad para garantizar que la niña o niño puede
alimentarse, comunicarse, jugar, movilizarse, interactuar con quienes lo rodean, explorar
expresarse, entre muchísimas otras actividades de la vida cotidiana.
La niña o el niño:
1. Cuenta con padre, madre o cuidadores principales que le acogen y ponen en práctica
pautas de crianza que favorecen su desarrollo integral.
2. Vive y disfruta del nivel más alto posible de salud.
3. Goza y mantiene un estado nutricional adecuado.
4. Crece en entornos que favorecen su desarrollo.
5. Construye su identidad en un marco de diversidad.
6. Expresa sentimientos, ideas y opiniones en sus entornos cotidianos y estos son
tenidos en cuenta.
7. Crece en entornos que promocionan sus derechos y actúan ante la exposición
a situaciones de riesgo o vulneración.
A manera de ilustración de lo que podría apreciarse en la vida de una niña o un niño con
alertas en el desarrollo o con discapacidad cuando estas realizaciones son parte de su
experiencia, podría decirse que sus familiares y cuidadores hicieron un proceso de duelo
significativo que hoy les permite exaltar la dignidad humana de su hijo, su niñez, sus
capacidades y ejercen su rol de cuidado y crianza de la forma que se requiere para que en
efecto contribuya a su desarrollo integral.
Lejos de ser vista como una enfermedad, como se ha reiterado varias veces, su discapacidad
es reconocida como una condición que en nada legitima la ausencia de bienestar.
La niña y el niño reconoce las múltiples formas de ser, estar y actuar desde la primera
infancia, por ello aprecia sus capacidades y potencialidades, tan singulares como lo son las
de todos sus pares, que también son diversos en ritmos, estilos, habilidades, capacidades e
intereses.
Las personas con las que interactúa establecen una interacción sensible que les permite
comprender sus deseos, preferencias o gustos así como buscar oportunamente formas,
modos, medios, estrategias, dispositivos o ayudas de comunicación simples y efectivas, que
le permiten relacionarse con otros y construir vínculos significativos.
Quienes le rodean están atentos a prevenir todas las situaciones cotidianas que pueden
poner en peligro su dignidad, autoestima y estado de bienestar.
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CARACTERÍSTICAS DE LA ATENCIÓN INTEGRAL A NIÑAS Y NIÑOS EN
PRIMERA INFANCIA CON ALERTAS DEL DESARROLLO O CON
DISCAPACIDAD.
Al considerar que la vida de las niñas y los niños no ocurre en abstracto, el país encontró
fundamental atribuir un lugar central a los espacios en los que las niñas y niños
principalmente pasan su vida durante su primera infancia.
Por ello, el hogar, el entorno de salud, el entorno educativo y el espacio público más allá de
ser espacios físicos, se reconocen como espacios sociales y culturales que tienen capacidad
para favorecer el desarrollo de las niñas y niños, para promover la construcción de su vida
subjetiva y cotidiana y para vincularlos con la vida social, histórica, cultural, política y
económica de la sociedad a la que pertenecen.
Cada uno de estos lugares se constituye en escenario propicio para que la atención integral
a la primera infancia tenga lugar. Por ello se contempla que los distintos actores que
promueven el desarrollo de las niñas y niños participen en todos los entornos en
cumplimiento de su función: familias, cuidadores, educadores, personal de salud, de
recreación, entre otros.
Las condiciones humanas tienen que ver con las características y cualidades de las personas y
con su relacionamiento consigo mismas, con los otros y con el entorno y sus contextos; las
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condiciones materiales, aluden a las dotaciones (vivienda, transporte, elementos de consumo,
apoyos, etc.); las condiciones sociales, hacen referencia al andamiaje sobre el cual se construye
la comunidad (instituciones, creencias, economía, política, tecnología, etc.)
Tener presente lo anterior es fundamental, porque atender integralmente a las niñas y niños
en primera infancia con alertas del desarrollo o con discapacidad, implica reforzar el
propósito de promover su desarrollo, con la decisión de garantizar los apoyos que son
necesarios y de realizar ajustes y acomodaciones razonables en las condiciones de los
entornos, para asegurar que la niña o el niño configura su vida de acuerdo con sus intereses
y propósitos, y que gracias al pleno de sus habilidades y capacidades toma parte activa en la
construcción de la sociedad a la cual pertenece. Por ello se invita que estos apoyos, ajustes,
acomodaciones razonables, y facilitadores formen parte de toda la implementación de la
Estrategia de Cero a siempre a lo largo de todo el territorio nacional, donde podrá
comprobarse que pueden contribuir no solo a la inclusión de los niños y niñas con alertas
del desarrollo y discapacidad, sino finalmente a toda la primera infancia colombiana.
Los apoyos, acomodaciones o ajustes, hacen referencia a las acciones mediante las cuales se
garantiza que la niña o el niño pueden desenvolverse con la máxima autonomía posible, en
los entornos en los que se encuentra. Lejos de ser acciones sofisticadas, o que demandan
grandes inversiones, son el resultado de la interacción sensible que los actores presentes,
establecen con ella o él. Gracias a esto, les es posible identificar qué aspectos deben
transformar para garantizar que las condiciones del entorno se adaptan a las formas
particulares en las que la niña o el niño interactúan con el mundo, de forma tal que las
oportunidades de interacción, afecto, vínculos y logros se equiparen.
- Los facilitadores en las condiciones humanas se concretan en las actitudes que asumen
las personas presentes en los entornos, en su relacionamiento con la niña o el niño.
Reconocer su dignidad humana; observar pausadamente sus características, intereses, y
condiciones particulares; conocer las posibilidades que le ofrece su cuerpo, su carácter;
prestar atención a las diferentes formas a las que recurre para expresarse y a los
contenidos que allí comunica, permitirán un mayor conocimiento de sus maneras de ser
y estar en el mundo, y favorecerá la estructuración del proceso de interacción que se
requiere construir con el niño o la niña para promover su desarrollo.
Así, por ejemplo, una niña o un niño sordo encontrarán en sus entornos personas que
utilizan la lengua de señas, siendo ello oportunidad que facilita su interacción, el
conocimiento de su lengua materna, el acceso a una comunidad y por ende su
participación social plena.
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Los miedos, creencias, prejuicios o estereotipos con los que se asocia la discapacidad o
la alerta en el desarrollo, se reflejan en expresiones como “eso debe ser contagioso”,
“mi hijo no aprende y se distrae viendo como mueve las manos el niño enfermito”, o,
“para qué pierden el tiempo si no entiende nada”. Todo ello contribuye a la construcción
de barreras actitudinales que deben ser reconocidas y trabajadas para que puedan ser
superadas desde la aproximación, el conocimiento y la familiaridad con esta condición
humana. Debemos permitir que los niños y niñas con discapacidad estén en todos los
espacios sociales, para que la comunidad los incluya, desde siempre.
En esta misma dirección, se deben eliminar las barreras comunicativas tales como la
intolerancia a quienes se expresan de manera más rápida o lenta; o hacia quienes usan
otros códigos de comunicación o lenguas minoritarias como es la lengua de señas.
Lograr la participación de los niños y las niñas implica facilitar que puedan disponer de
los tiempos y maneras que necesiten para conocer, procesar información, interactuar,
comunicarse, construirse un criterio propio, poner en juego su punto de vista,
enriquecerlo, construir con otros.
- Los ajustes y acomodaciones razonables de las condiciones materiales tienen que ver
con la garantía de los apoyos físicos que requiere la niña o el niño o con adecuación de
los espacios para asegurar que prestan le permiten moverse, disfrutar de sus recursos,
estar seguros, explorar, jugar, expresarse, nutrirse, descansar, interactuar, etc.
Una ayuda técnica que favorezca la audición a un niño o niña con una limitación auditiva,
un dispositivo que ayude a la deglución, una silla con proporciones adecuadas a la
estatura, el diseño de una palanca, rampas, la ampliación de un pasillo, materiales
pedagógicos, construcciones seguras, señalización visual y auditiva que faciliten el
desplazamiento de quienes no ven o no escuchan, o no pueden movilizarse
independientemente son ejemplos de este tipo de facilitadores que pueden llevarse a
cabo en los entornos hogar, salud, educativo o espacio público.
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particularidades y las distintas capacidades humanas, deben ser erradicadas y
reemplazadas por un lenguaje incluyente y una actitud solidaria con todos y todas.
Las comunidades deben acoger a todos los miembros sin distingos de ningún tipo. Las
diferencias en los modos de moverse, comunicarse, pensar, interactuar, mover las
manos, los pies, emitir sonidos, fijar la mirada, entre otros, deben ser vistas como el
despliegue de lo humano, que se cultiva y florece a lo largo del curso de vida de todos
nuestros niños y niñas, ya sea que tengan, adquieran o desarrollen una discapacidad. Es
decir, como capacidades humanas diversas. En sintesis, como expresión de lo que somos
los seres humanos.
Sin lugar a dudas, el mejor camino es aquel en el que las niñas y niños con discapacidad
estén participando en todos los entornos hogar, educativo, de salud, el espacio público.
No debe quedar ningún lugar vedado.
Debemos trabajar hasta que estén en los mismos lugares donde estén todos sus pares.
Este es el primer paso que todos debemos promover. Ningún niño ni niña dejado de
lado, ni excluido, ni aislado, ni separado, ni rechazado.
Si desde la primera infancia, nuestros niños y niñas con discapacidad, no son visibles y
participan en la comunidad, tratar de incluirlos posteriormente, en la adolescencia o la vida
adulta, será un proceso más complejo e injusto.
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posibilidad que cualquiera de sus otros pares si tiene; la posibilidad de pertenecer a un grupo
social, a un territorio, a un barrio, a una cuadra, a una comunidad.
Todos aquellos factores que limitan el desarrollo de las actividades de la vida cotidiana de
una niña o un niño con alertas del desarrollo o con discapacidad y generan restricciones que
terminan en exclusión, se constituyen en barreras. Una gran barrera que encontramos a
veces, es creer que ellos no deben estar junto a los otros niños, que deben ser enviados a
otros lugares y que no pueden compartir las mismas vidas que sus hermanos o pares.
Otra barrera es creer que los niños y niñas con discapacidad no crecen, no se desarrollan,
no avanzan; que se quedan como eternos niños. Todo ello es creencia errada, en tanto que
los niños y niñas con discapacidad, como cualquier otro de sus pares, tienen un proyecto
de vida por construir, desarrollar y conquistar.
Con los planteamientos anteriores esperamos transformar el imaginario que hay acerca de
los niños y niñas con discapacidad; queremos cambiar el chip: abandonar la vieja idea de
que son enfermitos, pobrecitos, dignos de lástima, objetos de la caridad y en lugar de esto,
caminar hacia un nuevo panorama donde el reconocimiento de su estatus como sujetos de
derechos, garantiza para ellas y ellos igualdad de oportunidades de incluirse plenamente, de
crecer, desarrollar proyectos de vida provechosos que les permita decidir lo que quieran ser
y donde quieran estar. Un panorama centrado en los derechos humanos y el cultivo de las
capacidades y las potencialidades de todos y todas.
Asegurar la calidad de la atención integral a las niñas y niños con alertas del desarrollo o
con discapacidad demanda de sus atributos ciertos matices que a continuación se describen:
-‐‑ Pertinente: Responde a los intereses, características y potencialidades del niño o la niña
de acuerdo con el momento del curso de vida en el que se encuentra, y con las
características de sus entornos y contextos, mediante el diseño de intervenciones propias
que no focalizan todas sus necesidades en un solo programa, ni se centran solamente en
intervenir el déficit descuidando las barreras del ambiente y de los entornos a los que
asiste.
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-‐‑ Oportuna: Se presta en el momento propicio y en el lugar en el que corresponde. Es
eficaz en el tiempo justo. Atender a una niña o niño con alguna alteración del desarrollo
o discapacidad con oportunidad puede marcar la diferencia en el efecto que sus
afectaciones pueden tener en su proceso de desarrollo.
-‐‑ Flexible: Está abierta a adaptarse a las características de las personas, los contextos
multiculturales y los entornos. Reconoce que cada niño y niña con discapacidad es
totalmente distinto de otro que tengan su misma condición, respeta la singularidad y los
distintos ritmos de cada quien.
-‐‑ Reconocedora de la diversidad: Valora a las niñas y niños con alertas del desarrollo o
con discapacidad como sujetos que se construyen y viven de maneras singulares. Es
sensible a sus particularidades en razón de la diversidad de situaciones, condiciones y
contextos, y actúa intencionadamente sobre los entornos para garantizar que generan las
condiciones que necesitan y transformar situaciones de discriminación en razón al
establecimiento de diferencias. En este sentido, promueve que la discapacidad sea
reconocida como una forma en la que la diversidad humana se manifiesta.
-‐‑ Continua: Ocurre con regularidad y de este modo garantiza los tiempos que requieren
los niños y niñas en su proceso individual de desarrollo. Es muy importante que esta
continuidad se oriente por valoraciones continuas que evidencien el proceso de
desarrollo que se está dando, de forma tal que se erradique la noción del “eterno niño”,
y que los apoyos y acomodaciones sean ajustados a lo largo del curso de vida para evitar
que afecten su dignidad. Los niños y niñas con alertas del desarrollo o con discapacidad
van a convertirse en jóvenes y posteriormente en adultos; esto nunca se debe perder de
vista.
Finalmente, es necesario resaltar que durante la primera infancia las personas adultas
cumplen un papel fundamental en la generación de las condiciones que hacen posible el
desarrollo pleno de las niñas y de los niños con discapacidad. Deben asegurarse de ello para
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que sus capacidades les permitan participar plenamente de la construcción de sus vidas,
como sujetos de derechos.
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RUTA INTEGRAL DE ATENCIONES PARA LOS NIÑOS Y NIÑAS CON ALERTAS DEL
DESARROLLO O CON DISCAPACIDAD
La Ruta organiza la atención integral según tres variables: los destinatarios según momentos
o edades, los entornos y las atenciones. En este apartado desarrollaremos en mayor detalle
las atenciones, en tanto los otros elementos ya han sido planteados en las secciones
anteriores.
Tenemos claro que un buen indicador de la inclusión es la presencia de los niños y las niñas
con alertas del desarrollo y discapacidad, en todas las actividades cotidianas del municipio,
vereda o región. Esto, desafortunadamente, no sucede de manera espontánea, sino que debe
garantizarse por parte de todos los actores corresponsables, bajo el liderazgo de las
autoridades locales. Las atenciones materializan estas aspiraciones, y para nuestro interés se
deberían dar dentro de los siguientes planteamientos.
Los padres, madres y cuidadores de los niños y niñas con alertas del desarrollo o
discapacidad necesitan apoyo, formación y acompañamiento para cumplir
plenamente con su rol. Necesitan información, modelamiento, estrategias que les
sean útiles y contribuyan a garantizar el desarrollo integral de todos los niños y niñas
con discapacidad, sin distinción de ningún tipo.
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alimentación y la nutrición deben ser garantizadas independientemente de las
condiciones de los niños y las niñas con discapacidad.
Las ideas rectoras de la educación inicial deben asumir los retos de hacer accesible el
juego, la literatura, el arte y la exploración del medio deben reconocerse como
actividades rectoras de todos los niños y las niñas, independientemente de las
caracteristicas de diversidad de maneras de moverse, desplazarse, pensar,
relacionarse, comunicarse, interactuar con otros.
Primero, todas las experiencias deben ser accesibles, es decir que tengan múltiples
formas de presentación (auditiva, visual, olfativa, gráfica, audiovisual, táctil). Sgundo,
deben reconocerse todas las formas posibles de participación y expresión mediante
todos los modos de comunicación: lengua de señas, braille, gráficos, pictogramas,
imágenes, sonidos, señalizaciones, expresiones corporales, etc. Deben introducirse
formas alternativas de comunicación oral, visual, gráfica, corporal, visogestual, o con
dispositivos y ayudas tecnológicas, que faciliten la interacción de los niños y niñas
con discapacidad, para que participen plenamente de la vida cotidiana de las distintas
modalidades de la educación inicial.
-‐‑ La recreación.
Todos los niños y niñas con discapacidad deben encontrar oportunidades para el
disfrute delocio,. Toda la oferta cultural y recreativa debe ser accesible y contar con
acomodaciones y ajustes razonables que favorezcan en goce efectivo de este derecho.
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Se deben eliminar todas las barreras de acceso, accesibilidad, actitudinales,
comunicativas, arquitectónicas y urbanisticas.
Consecuentemente con las cualidades de la atención integral, es propio que las atenciones
se materialicen gracias a la concurrencia de los actores responsables de la protección integral
de las niñas y de los niños, tomando en consideración sus especificidades y experiencias y
que se manifiesten de manera pertinente en los diferentes entornos en los que tiene lugar
su vida cotidiana. Estos actores deberán ser respetuosos y escuchar a las familias y
cuidadores de las personas con discapacidad quienes tienen un gran capital experiencial
acumulado, que puesto en diálogo con otros saberes, podrá responder de manera más
integral y efectiva a las múltiples necesidades de este grupo de niños y niñas.
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Atenciones diferenciales
Surgen del reconocimiento de las múltiples configuraciones de la diversidad que se derivan
de características, condiciones, o situaciones particulares de los individuos y de su
interacción con el contexto, no por situaciones de vulnerabilidad.
En este sentido las atenciones diferenciales son la expresión concreta de la manera como
una atención universal se materializa teniendo en cuenta las características de las niñas y los
niños en cuanto a su particularidad como seres humanos únicos y singulares. Un ejemplo
de esto lo tenemos en el Modelo de Atención bilingüe bicultural para los niños y niñas
sordas, donde se les garantiza el acceso pleno a su lengua materna, su comunidad sorda y la
atención integral, que no los excluye de participar en todos los entornos: hogar, salud,
educativo, y público. Dicho Modelo ha sido desarrollado en las dos últimas décadas y ha
beneficiado la educación inicial de esta población infantil.
De otra parte, las niñas y niños que tienen una discapacidad visual asisten a cualquier centro
de desarrollo infantil que deberá abrirle las puertas y hacer los ajustes y las acomodaciones
que le faciliten su atención integral en todos los entornos.
Es necesario entender en el momento más temprano, cuáles son las necesidades concretas
de los niños y las niñas, para desplegar las atenciones que el territorio debe ofrecerle en pro
de garantizar su bienestar integral. Por esto, los territorios deben estar mejorando cada día
su oferta de servicios mediante la actualización constante y el aprendizaje contínuo de otras
experiencias en otros municipios o departamentos del territorio nacional. Así, si centran su
mirada en las alertas del desarrollo podrán favorecer mejores procesos de desarrollo integral
de todos los niños y niñas.
Por ejemplo, los niños y niñas con características del espectro autista, requieren apoyos que
están dirigidos a los cuidadores y las familias, quienes deben aprender a interactuar de
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manera eficiente con ellos y ellas y formarse en estrategias de comunicación que acompañen
el manejo de los momentos difíciles, las estereotipias o las conductas auto agresivas que son
el resultado de factores externos al niño que le generan disconfort, malestar y exclusión.
Pero todas las estrategias no deben ser iguales para todos los niños y niñas, así tengan
características similares, sino que deben surgir el acompañamiento respetuoso a las familias
y cuidadores, quienes como resultado de un trabajo colaborativo con los diversos servicios
integrales podrán apoyar el desarrollo del niño o niña.
Todos los agentes del Sistema Nacional de Bienestar familiar deben preocuparse por
intervenir oportunamente, de la manera menos invasiva, excluyente y entendiendo que
todos los ajustes que se hacen en un momento pueden ser revisados después; los niños
crecen, sus necesidades cambian, y sus apoyos también. No hay recetas, ni paquetes
especializados homogéneos, ni fórmulas generalizadas para la atención integral de los niños
y de las niñas.
Atenciones especializadas
Son aquellas orientadas a responder a situaciones específicas de vulneración o riesgo. Es así
como en la RIA, se ofrece una relación de las situaciones que desencadenan atenciones
especializadas por cada grupo de edad, de manera que cada territorio pueda identificar las
acciones particulares relacionadas con la detección, referenciación, acompañamiento,
tratamiento, rehabilitación y restablecimiento de derechos que deban desarrollarse para
salvaguardar los derechos de las mujeres gestantes y de los niños y las niñas en primera
infancia.
Para el caso de las niñas y niños con alertas en el desarrollo o con discapacidad, vale la pena
resaltar que de encontrarse necesario asegurar este tipo de atenciones, éstas no obedecen a
nada distinto a que sus derechos estén en riesgo o se encuentran vulnerados y no a que
exista la alerta en el desarrollo o la discapacidad.
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30
4
RECOMENDACIONES PARA UNA VIDA DIGNA PARA TODAS Y TODOS LOS NIÑOS Y NIÑAS
EN PRIMERA INFANCIA CON ALERTAS DEL DESARROLLO O DISCAPACIDAD
Este Lineamiento espera poder alertar sobre la necesidad urgente de que los territorios se
pregunten sobre dónde están y cómo están, y cuáles son las necesidades de los niños y las
niñas con alertas del desarrollo o con Discapacidad; con el fin de responder a sus
características de manera pertinente, oportuna y con calidad.
Y con calidad, porque deberá ser prestada por los mejores seres humanos, profesionales y
otros actores formados e involucrados en la atención integral; que entiendan que todo lo
que esté dirigido a los niños, niñas con alertas del desarrollo o discapacidad debe ser
implementado en las mejores condiciones, con los ajustes y acomodaciones requeridos.
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El DECALOGO DEL CAMBIO
• Tercero: Se debe planear de manera conjunta con los cuidadores y las familias
las estrategias más potenciadoras para los niños, que les garanticen
condiciones dignas al igual que experimentan sus pares.
• Cuarto: Los niños y las niñas deberán tener tratos igualitarios para disfrutar
todos los programas, servicios y proyectos, pero particularizados al interior de
cada uno de ellos, para respetar la individualidad dentro de la diversidad.
• Sexto: Se debe hacer explícito que en la primera infancia todos y todas deben
ser reconocidos desde sus diversas formas de desplazarse, comunicarse,
alimentarse, vestirse, jugar, pensar e interactuar con la comunidad y es esta la
que debe adaptarse para que cada niño o niña sea reconocido y respetado en
su forma de ser y de estar en el mundo.
• Séptimo: Una alerta del desarrollo o una condición de discapacidad no
constituyen una enfermedad y no debe ser visto como tal, al igual que no debe
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relegarse su atención integral a un solo sector, sino que todos deben participar
y garantizar la inclusión plena.
• Octavo: Todas las barreras existentes frente a la inclusión de niños y niñas con
alertas del desarrollo o discapacidad deben evitarse y erradicarse: todas ellas
son igualmente excluyentes. Igual de preocupantes son las barreras
arquitectónicas, que las lingüísticas, comunicativas, actitudinales, y culturales.
• Diez: Todos los entornos por igual deben garantizar la inclusión plena
independientemente de las características de la discapacidad: nadie debe
quedarse por fuera en la Primera infancia.
A COMENZAR YA….
LO MAS TEMPRANO, …
EN TODAS PARTES…
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