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PRESENTACIÓN

Queridos Amigos de A.A.:

El presente manual del C.C.C.P., resume las sugerencias para llevar a cabo
este importantísimo trabajo de información, no directa al alcohólico, dentro
del espíritu de nuestra Quinta Tradición.

La Comunidad Profesional la forman grupos o personas específicas que, por


sus actividades, gozan de influencia sobre el resto de la sociedad; así, para
Alcohólicos Anónimos el profesional es toda aquella persona que de alguna
manera administra, maneja o dirige recursos humanos, estando en
contacto directa o indirectamente, con el alcohólico activo; asimismo, con
las consecuencias del problema del alcoholismo, visto éste desde la
perspectiva de sus implicaciones sociales y como un problema de salud.

En 1982, se fundó el Comité de Cooperación con la Comunidad Profesional


(C.C.C.P.) en el Consejo de Administración (en la actualidad) Junta de
Custodios de Servicios Generales de la Central Mexicana de Servicios
Generales de Alcohólicos Anónimos y también se promovió su creación en
las diferentes Áreas y Distritos de nuestro país. En principio, esta actividad
se conjugó a las de los diferentes Comités de Información Pública (C.I.P.),
ya establecidos.

El manual de Servicios de Alcohólicos Anónimos, define el propósito de este


Comité como sigue: “Es un Comité que busca crear la mutua comprensión
y cooperación entre la Comunidad y aquellos grupos e individuos
profesionales interesados en el alcoholismo y en el enfermo alcohólico”.

Dentro del propósito general enunciamos más específicamente, como línea


de acción, el informar al profesional acerca de nuestra Comunidad: qué es,
dónde está, lo que puede hacer y no puede hacer, sus fines y objetivos, sus
posibles alcances y limitaciones, su forma de trabajar, el servicio que
presta actualmente y aquél que pudiera prestar con el auxilio de ellos.

Se trata de establecer una mayor comunicación en ambos sentidos, entre


Alcohólicos Anónimos y los profesionales, buscando medios productivos y
creativos de cooperación sin afiliación y de propiciar la difusión en cadena,
vía los profesionales, del objetivo de nuestra Comunidad y su mensaje.
PROLOGO.- QUÉ ES LA C.C.P.
¿Cuál es el trabajo de C.C.P. y por qué lo hacemos?

Para muchos miembros e Alcohólicos Anónimos, la C.C.P. (Cooperación con


la Comunidad Profesional) es solamente una serie de iniciales: pero, para
aquellos que participan en ello, significa un modo excitante de llevar el
mensaje al enfermo alcohólico, a través de terceras personas. Los
profesionales se reúnen con frecuencia con alcohólicos, en lugares donde
no está presente nuestra Comunidad. A través de profesionales, llegamos a
alcohólicos que, de otra forma, nunca tendrían acceso al Programa de
Alcohólicos Anónimos o a los cuales hubiéramos podido alcanzar años
antes, con la ayuda de gente informada, que no es miembro de nuestra
Comunidad.

Cooperación con los Profesionales significa informarles acerca de


Alcohólicos Anónimos: quiénes somos, qué podemos hacer y qué no
podemos hacer. Un “profesional” puede ser un médico familiar, un
sacerdote, un agente de la policía o del ministerio público, un empresario,
una trabajadora social, un asesor de alcoholismo, un maestro albañil, etc.
En resumen, cualquiera que tenga que ver con alcohólicos en el curso de su
trabajo. Muchas de estas personas encuentran diariamente al alcohólico
que sufre y, a pesar de la Información Pública, algunos de ellos
simplemente no saben qué hacer con un enfermo alcohólico.

Ahí es donde un Comité activo de C.C.P. puede contribuir, proporcionando


información a los profesionales sobre Alcohólicos Anónimos y estando en la
disposición de cooperar de cualquier manera, al ser llamados.

El trabajo de C.C.C.P. puede empezar cuando, individualmente, alguno de


nuestros miembros revela su membresía a su médico o deposita una
palabra suave al oído de un sacerdote, haciéndoles saber que en su
vecindario existe un alcohólico anónimo. Los grupos participan en el
C.C.C.P. dando la bienvenida a los profesionales en sus reuniones abiertas.
Los Comités de Área, buscan activamente el modo de ponerse en contacto
con los profesionales y de armar programas, para incrementar la difusión y
comprensión de lo que es Alcohólicos Anónimos.

La intención de este manual de trabajo es ayudar a nuestros miembros, en


el proceso de formación del Comité y sugerir las funciones de éste pueda
desarrollar. Lo que los Comités decidan hacer, será dictado por sus propias
necesidades y experiencias. Las sugerencias aquí plasmadas, son
justamente eso: sugerencias. Se espera que, en cada uno de nuestros
miembros, surjan ideas que les marquen nuevos caminos, para acercarse a
los profesionales de su localidad.

Por otra parte, una hojeada a nuestra historia muestra claramente que la
cooperación con profesionales ha sido parte integral de la Comunidad
desde nuestros inicios. Algunas veces, parece que, aún en “nuestros
tiempos”, la comprensión del alcoholismo y de Alcohólicos Anónimos es la
excepción, en lugar de la regla. Sin embargo, esta cooperación del pasado
ha sido verdaderamente efectiva. Mientras más y más programas y
organizaciones dedicadas al alcoholismo aparecen en el medio, nuestros
miembros, que durante años han trabajado en forma callada ya sea en
Comités o como individuos responsables, se alegran de haber contribuido a
la concientización del público.

Inevitablemente, con todo, los problemas y las complicaciones acompañan


siempre al éxito. Algunas veces, los profesionales que están ansiosos de
utilizar a Alcohólicos Anónimos como un recurso, no entienden nuestras
Tradiciones, inconscientemente causan problemas a los grupos. Nuevos
miembros que llegan a Alcohólicos Anónimos forzados por una autoridad
moral o legal, esperan de nosotros ciertos tipos de servicio, que no
podemos y que no debemos dar.

Aquéllos que hemos trabajado en un Comité de C.C.P. aprendemos


rápidamente la importancia de entender las Tradiciones y de explicarlas a
los no-a.as. Descubrimos, también, el hecho fundamental de que las
Tradiciones son “para nosotros” y que no hay razón para que esperemos
que las personas de fuera las entiendan, y mucho menos, las practiquen.

La mayoría de los Comité de C.C.P. encuentra que una de sus primeras y


más importantes funciones, es encontrar formas de clarificar las
Tradiciones a los profesionales. Así, les hacemos saber que podemos ser
más efectivos y útiles a ellos mismos, cuando nosotros operamos dentro y
apegados a nuestras propias y vitales Tradiciones.
ANTECEDENTES DE LA C.C.P.

La Cooperación entre la Comunidad Profesional y nuestra Comunidad se


remonta hasta los comienzos de Alcohólicos Anónimos. Se ha dicho que la
verdadera cuna de Alcohólicos Anónimos podría situarse en el consultorio
del Dr. Carl Gustav Jung, cuando fue visitado en 1931 por su paciente
alcohólico Rowland H. en busca de una solución para su problema
alcohólico. Al serle recomendada cierta acción de carácter espiritual,
Rowland H. acudió a los Grupos Oxford, donde tuvo la oportunidad de
ayudar a Ebbie T., quien a su vez, se puso en contacto con Bill W.

Aquí nos percatamos que una de las más destacadas personalidades de la


ciencia y de los profesionales jugó un papel muy importante en nuestros
orígenes.

A partir de 1935, la historia de Alcohólicos Anónimos se empezó a llenar de


nombres de profesionales, que tuvieron influencia decisiva en el desarrollo
de nuestra comunidad. La lista empieza con algunos de los personajes más
queridos y recordados, como lo son el Dr. Silkworth, la hermana Ignacia, el
Dr. Harry Tiebout, el Padre Edward Dowling y muchos más, cuya labor fue
tan importante, que hizo que Bill W. se refiriera a ellos como los
verdaderos fundadores de Alcohólicos Anónimos.

Otra es la historia relacionada con las actividades del C.C.P. en nuestro


país. Desde que fue formado el primer Grupo, se empezaron a acercar
miembros de la Comunidad Profesional; el primero de ellos fue el Dr.
Ezequiel Millán, médico de cabecera de Fernando Ibarrola, uno de los
primeros miembros del Grupo; este acercamiento tuvo lugar a fines de
1947. En los años subsiguientes, con motivo de la celebración de los
aniversarios de los Grupos; se establecían relaciones con la Comunidad
Profesional, para invitar a algún sacerdote o médico con el fin de que
participara en las juntas de información.

En 1956, cuando fue formado el primer grupo de habla hispana en nuestro


país, fue determinante la ayuda del psiquiatra y general Dr. José González
Varela, quien formaba parte dela dirección del Hospital Central Militar, en la
Ciudad de México. Mientras que en Mérida, Yuc., fue invaluable la ayuda
del Dr. Carlos Rubio Rojas y del Padre Roberto Menard, en relación con el
establecimiento de Alcohólicos Anónimos en el sureste de México.

Desde 1962, a través de la Cooperación con la Comunidad Profesional en


Guadalajara, se realizaban juntas de información en una Institución
Neuropsiquiátrica de Zapopan. Los pacientes alcohólicos que recibieron ahí
el mensaje, de regreso a sus lugares de origen fundaron grupos en San
Luis Potosí, Culiacán, Tepic, etc.

Conforme se fue estableciendo Alcohólicos Anónimos en los distintos


Estados del país, se hicieron contactos con los líderes de las comunidades
(sacerdotes, autoridades civiles y militares, maestros, médicos, periodistas,
etc.), quienes, con su cooperación, hicieron posible la llegada de más
alcohólicos a la Agrupación.

A partir de 1964, el crecimiento de Alcohólicos Anónimos en nuestro país


fue muy rápido (cada dos años se duplicaba el número de grupos). En ello
tuvo gran influencia la Comunidad Profesional. Tenemos una gran deuda de
gratitud con personalidades, como la Dra. Victoria Andaluz, el Dr. Héctor
García Cisneros, S.E. Cardenal Ernesto Corripio Ahumada, el Dr. José
Antonio Elizondo López, el Pbro. Daniel Nolasco y una larga serie de
profesionales, que ayudaron en el inicio y desarrollo de Alcohólicos
Anónimos en todas las entidades de la República Mexicana.

Quizá el punto culminante de las relaciones de Alcohólicos Anónimos con


las autoridades gubernamentales de nuestro país, lo constituya el siguiente
hecho, que ocurrió en 1982: sucedió que, al efectuarse la VII Reunión
Mundial de Servicio en la Ciudad de México, los dos Delegados Mundiales
que representaban a Sudáfrica tuvieron problemas para conseguir la visa
para internarse en nuestro país. Como es sabido, México y Sudámericano
habían tenido no habían tenido relaciones diplomáticas desde hacía ya
varios años, y se tenía el antecedente que ni siquiera los deportistas
sudafricanos habían obtenido la visa para la olimpiada de 1968.

La G.S.0. de Nueva York y la de México trabajaron conjuntamente sus


relaciones con las autoridades, para derribar las barreras que impedían la
entrada de los Delegados sudafricanos. En Washington, fue visitado el
Consulado General Mexicano y en México se establecieron contacto con la
Presidencia de la República y varias de sus Secretarías. Después de algunos
meses de intensa labor, se lograron conseguir las ansiadas visas y los dos
Delegados sudafricanos fueron recibidos con abrazos y aplausos en el
mismo día de la apertura de la reunión. Esta experiencia fue publicada en
boletines de carias O.S.Gs., a través de un artículo titulado “A.A. Rompe
Barreras Diplomáticas”.

Como se puede apreciar, las labores de C.C.P., desarrolladas en nuestro


territorio, han sido de gran importancia, desde el inicio mismo de
Alcohólicos Anónimos en México. Esto es doblemente meritorio, si
reflexionamos en el hecho de que hasta 1989, la C.C.P. no había venido
todavía funcionando con el apoyo de un Comité derivado de la Asamblea
(en la actualidad Conferencia Mexicana) y que la mayoría de las Áreas y
Distritos no contaban con uno propio.

Cuando en 1974 empezaron a funcionar los Comités de la Conferencia


Mexicana, las actividades de Cooperación con la Comunidad Profesional,
quedaban incluidas dentro de las del Comité de Relaciones Públicas; en
1978 este nombre cambió al de Instituciones e Información. En 1980,
empezó a funcionar el Comité de Información Pública, uno de cuyos
objetivos fueron las actividades relacionadas con las C.C.P. Sin embargo, al
revisar las recomendaciones de la Conferencia Mexicana, emanadas de los
citados Comités, se puede observar que muy pocas habían sido dedicadas a
este campo.

Por esta y otras razones, en 1989 se formó el Comité de C.C.P. de la


Asamblea (en la actualidad Conferencia Mexicana), acto que originó la
creación de Comités similares en las Áreas y en los Distritos, además de la
atención específica del máximo evento de Servicios Generales, donde se
expresan la voz e inquietudes de nuestra querida Comunidad en México.
I. COMO EFECTUAR EL TRABAJO DEL C.C.C.P.

I.1. Trabajando dentro de las Tradiciones

El papel de un médico o de un sacerdote, en relación con un alcohólico es


muy diferente a la costumbre de los alcohólicos anónimos de compartir
experiencias, puesto que ellos y otros profesionales trabajan bajo
diferentes puntos de vista respecto a nosotros. Ayuda mucho, a las
personas de fuera y, es vital para nuestra salud como Comunidad, que
otros entiendan nuestras proposiciones y puntos de vista.

Los principios que nos guían como una Comunidad están contenidos en las
Doce Tradiciones. La responsabilidad de preservar nuestras tradiciones
recae precisamente en los alcohólicos anónimos y solamente en nosotros; y
para preservarlas, debemos entenderlas. No podremos esperar que otros
comprendan nuestras tradiciones, a menos que nosotros mismos estemos
bien informados de ellas, y sobre todo, que las observemos y practiquemos
en nuestras acciones.

Una lectura atenta y la práctica en nuestra vida diaria de las Doce


Tradiciones de Alcohólicos Anónimos nos ayudan a encontrar, como
sugieren éstas, las formas y maneras para llevar a cabo el trabajo de
Cooperación con la Comunidad Profesional. Veamos:

La Primera Tradición, señala que la recuperación personal depende de la


Unidad; algo que debemos que debemos tener en mente, cuando, por
ejemplo, un flujo de nuevos miembros provenientes de algún programa de
rehabilitación arriba de golpe a un grupo, causando controversias y
disputas.

La Segunda Tradición, que nos recuerda que un Dios amoroso, que


puede manifestarse en la conciencia de nuestro Grupo, es nuestra
autoridad fundamentalmente: es una ayuda, cuando nos encontramos
tentados a imponer una forma “correcta” de trabajar el programa para los
nuevos aparentemente renuentes.

La Tercera Tradición, “el único requisito para ser miembro”, nos dice que
nosotros no podemos juzgar cuándo otro alcohólico tiene el deseo de dejar
de beber.

La Cuarta Tradición, nos hace ver que: cada Grupo debe ser autónomo
excepto en asuntos que afectan a otros Grupos o a A.A., considerado como
un todo.
La Quinta Tradición, nos señala el principal y único propósito de cualquier
Grupo de A.A.: Llevar el mensaje.

Otras tradiciones que sí están más directamente relacionadas con el trabajo


de C.C.P. Son: la Sexta (Cooperación sin afiliación), la Séptima
(Autosostenimiento), la Octava (A.A no es profesional), la Décima (No
opiniones en medios externos), la Undécima y la Duodécima (Anonimato).

La Sexta Tradición, un grupo nunca debe respaldar, financiar o prestar el


nombre de A.A a ninguna entidad allegada a empresa ajena, para evitar
que los problemas de dinero, propiedad y prestigio nos desvíen de nuestro
objetivo primordial. Algunas instituciones que tienen sus propios programas
de tratamiento del alcoholismo, cooperan muy de cerca con A.A y sus
representantes hablan muy animados de nuestro Programa. A la pregunta
de hasta qué punto debemos participar en los programas de esas
instituciones, nuestra experiencia nos ha dado una guía muy sencilla: Sí
cooperamos, pero no nos afiliamos. Queremos trabajar con otras
organizaciones que atienden la enfermedad del alcoholismo, pero sin
confundirnos con ellas en la mente del público. Debemos señalar muy
cuidadosamente que A.A está disponible como un recurso para otras
instituciones; pero al asociar públicamente el nombre de A.A puede dar la
impresión de afiliación.

La Séptima Tradición, todo Grupo de A.A debe mantenerse


completamente a sí mismo, negándose a recibir contribuciones de afuera.
Como alcohólicos activos, muchos de nosotros siempre estuvimos buscando
ayuda y parte de nuestra recuperación personal está en hacer de nosotros
mismos seres humanos responsables. El mismo principio de aplica a la
Fraternidad y mucho del respeto que en la actualidad se siente hacia A.A,
es el resultado de la aplicación de este principio. En alguna parte de
nuestra Literatura se dice: "los regalos espontáneos pueden ser una
trampa escondida”. Nuestra afectividad como Fraternidad y nuestra utilidad
para otras organizaciones que nos llamen, está “fundamentalmente
basada” en el hecho de que somos libres de hacer lo que hacemos mejor
(compartir una experiencia y un Programa de Recuperación), sin
obligaciones o compromisos.

La Octava Tradición, Alcohólicos Anónimos nunca tendrá carácter


profesional; pero nuestros Centros de Servicio pueden emplear
trabajadores especiales. La mayoría de los a.as, ha tenido la experiencia de
explicar a un recién llegado: “No, a mí no me pagan por hablar contigo. Lo
hago, porque me ayuda a mantenerme sobrio”. Así como los profesionales,
debido a su posición y capacitación, pueden llegar hasta personas a las que
Alcohólicos Anónimos nunca podría encontrar, nosotros, en cambio,
podemos llegar al alcohólico activo en una forma única, que el profesional
no puede ofrecer. Esta tradición nos pide, asimismo, a los a.as., que nos
mantengamos en lo que mejor conocemos (recuperación personal y Paso
Doce) y que no nos transformemos en autoridades en todo el campo del
alcoholismo. Compartimos nuestro Programa de Recuperación, pero,
aunque somos víctimas de la enfermedad, no tenemos profundo
conocimiento de su causa o de su “cura”.

La Novena Tradición, nos menciona que A.A, como tal, nunca debe ser
organizada; pero podemos crear juntas o Comités de Servicio que sean
directamente responsables ante aquellos a quienes sirven.

La Décima Tradición, A.A, no tiene opinión de asuntos ajenos a sus


actividades; por consiguiente, su nombre nunca debe mezclarse en
polémicas públicas. Aquí, nuevamente se nos recuerda hacer nuestras
propias cosas, sin desviarnos de nuestro propósito primordial. Alejándonos
de controversias públicas, reforzamos la Unidad de nuestra Fraternidad, así
como su reputación ante los ojos del público.
La Undécima Tradición, nuestra política de relaciones públicas se basa
más bien en la atracción que en la promoción; necesitamos mantener
siempre nuestro anonimato personal ante los medios de comunicación.

La Duodécima Tradición, el anonimato es la base espiritual de nuestras


tradiciones, recordándonos siempre anteponer los principios a las
personalidades. Las Tradiciones de anonimato fundamentalmente el que
nuestra responsabilidad es hacer ver atractiva la vida de Alcohólicos
Anónimos, lo mismo ante los alcohólicos que ante los no alcohólicos. Nos
alertan también del peligro de forzar a los profesionales para que acepten
A.A, en lugar de ofrecer información para que otros la usen en forma
apropiada. La seguridad del anonimato para los recién llegados es también
crucial, y un profesional que envía a un alcohólico a nuestra Comunidad,
agradece que le de tal seguridad.

Los trabajadores del C.C.C.P. encontramos útil enfatizar que nuestras


tradiciones significan que somos miembros de una Comunidad de iguales y
que aprendemos a ayudar a los demás, sin esperar crédito o recompensa.
I.2. SIETE IDEAS BÁSICAS DEL SERVICIO

En muchos países, la imagen que representa el alcoholismo está cambiando


rápidamente; incluso, dentro de nuestra misma Comunidad, los cambios
más frecuentes. Por ejemplo, algunos de los primeros miembros de
Alcohólicos Anónimos tuvieron que hacerla de médicos aficionados, con los
alcohólicos, durante episodios del “delirium tremens”, porque no había
quién lo hiciera. Otros, les suministraron alimento, vivienda y préstamos en
borrachos indigentes.

Hoy, estas prácticas han desaparecido virtualmente de A.A. Con frecuencia,


muchos profesionales prestan a los alcohólicos los servicios que Alcohólicos
Anónimos no provee. En el folleto “Alcohólicos Anónimos en su
Comunidad”, se explica lo que los Alcohólicos Anónimos Hace y lo que no
Hace. Sin embargo, muchos explorando nuevas formas de ayudar a
alcohólicos en Instituciones y programas de alcoholismo, que antes no
existían. Hoy en día, Alcohólicos Anónimos se encuentra con que ha
acumulado una enorme reserva de experiencia sobre los métodos de
cooperación, que preservan el espíritu y la letra de sus Doce Tradiciones.
Esta experiencia es la que aconseja que se tengan siempre en mente las
siete ideas, que se expresan a continuación:

1. No establecer de antemano reglas inflexibles para decidir en dónde


trazar la línea divisoria entre cooperar y afiliarse.

Las circunstancias varían de un caso a otro y de una época a otra. Es por


ello que se requiere llegar a una decisión apropiada en cada caso
individual, en el marco de la experiencia de nuestra Comunidad y
cuidadoso apego a las Doce Tradiciones.

Un buen cúmulo de estas experiencias se relata en el libro “AA. Llega a


su Mayoría de Edad” y en los folletos “Los Doce Pasos” y “Las Doce
Tradiciones”; otras, que se siguen viviendo día a día, nos van
demostrando la validez dela flexibilidad en su aplicación.

2. Alcohólicos Anónimos no está en competencia con nadie, ni siquiera


para ayudar al alcohólico que aún está sufriendo.

Nuestra habilidad para ayudar a otros alcohólicos no se basa en


conocimientos científicos o profesionales; como miembros de Alcohólicos
Anónimos, estamos limitados a sólo compartir el conocimiento que
tenemos de los sufrimientos de un alcohólico y de su recuperación, que
se basa en los Doce Pasos usados con la guía que nos dan las Doce
Tradiciones.

Derivándose de lecciones dolorosamente aprendidas, tanto de fracasos


como de éxitos, las Tradiciones están, en gran parte, resumidas en el
texto de nuestro Enunciado, que a la letra dice: “El único requisito para
ser miembro de Alcohólicos Anónimos es el deseo de dejar la bebida.
Para ser miembro de Alcohólicos Anónimos no se pagan honorarios ni
cuotas, nos mantenemos con nuestras propias contribuciones.
Alcohólicos Anónimos no está afiliada a ninguna secta, religión, partido
político, organización o institución alguna; no desea intervenir en
controversias, no respalda ni se opone a ninguna causa, nuestro objetivo
primordial es mantenernos sobrios y ayudar a otros alcohólicos a
alcanzar el estado de sobriedad”.

Naturalmente, los miembros de Alcohólicos Anónimos tenemos una


capacidad particular para ayudar a los bebedores problema: nuestra
propia experiencia. Hemos estado en esa condición. Pero, también
podemos cooperar con otras personas que se ocupan del alcoholismo,
guiándonos siempre por nuestras tradiciones.

Las doce tradiciones que hablan de sostenernos a nosotros mismos, de


no actuar como profesionales, de evitar controversias y de no afiliarse a
otros, sugieren, además, que los miembros de Alcohólicos Anónimos no
deben criticar, obstruir, ni impedir algún otro esfuerzo que se realice
para ayudar a los alcohólicos. El hacerlo no contribuye, a la larga, al bien
de Alcohólicos Anónimos. Por el contrario, ayuda a promover falta de
respeto contra ella y, en ocasiones, hasta crear antagonismos. Quien
pierde más es el alcohólico que aún está sufriendo.

La mejor manera de ayudar, que tenemos los miembros de Alcohólicos


Anónimos, no es emitiendo juicios, sino, simplemente, (hay que
repetirlo), compartiendo nuestra experiencia personal; ¡Si en realidad
estamos cumpliendo con la responsabilidad de llevar el Mensaje de
Alcohólicos Anónimos, ya tenemos suficiente quehacer y carecemos de
tiempo para preocuparnos de rivalidades!

3. Los profesionales y las entidades que no son A.A., no tienen que


acatar la guía de las Tradiciones. Estas existen estrictamente sólo
para Alcohólicos Anónimos.

Es de gran ayuda, sin embargo, que las entidades distintas de


Alcohólicos Anónimos y los profesionales se familiaricen con nuestras
tradiciones, a fin de que nos conozcan mejor. Con todo, no tienen por
qué apegarse a ellas.

4. Los miembros de A.A que tienen empleos en el campo del


alcoholismo, deben dejar siempre bien claro en qué función hablan o
actúan.

Alcohólicos Anónimos cuenta entre sus miembros con hombres y


mujeres que son expertos médicos, psiquiatras, clérigos, juristas,
trabajadores sociales, psicólogos, administradores de personal,
funcionarios correccionales, enfermeras, ejecutivos, administradores,
consultores laborales, etc. Muchos de ellos, aparte de ser personalmente
miembros de Alcohólicos Anónimos, trabajan en programas que no son
de Alcohólicos Anónimos, pero que se ocupan de los problemas del
alcoholismo. En este caso, su capacidad profesional, sus ocupaciones o
los servicios que prestan, no son, en manera alguna, parte de su
asociación con la Comunidad. Los sueldos que reciben corresponden a su
trabajo profesional, y no a lo que hacen para mantenerse sobrios en A.A.
Esto es algo que no siempre comprenden bien sus compañeros en
Alcohólicos Anónimos, ni las personas con las que trabajan.
De ahí que tan importante que los mencionados miembros de Alcohólicos
Anónimos, clarifiquen siempre la diferencia que existe entre su empleo y
lo que hacen como miembros de A.A.

5. Los miembros de Alcohólicos Anónimos pueden ser buenos


“voluntarios” en programas que no son de Alcohólicos Anónimos,
siempre y cuando aclaren que no lo hacen en representación de
nuestra agrupación.

También, muchos miembros de A.A, profesionales y no profesionales,


prestan ayuda a los alcohólicos, como voluntarios en actividades fuera
de A.A, en el campo del alcoholismo. Pero lo hacen como ciudadanos
privados que se interesan en los problemas de salud relativos al
alcoholismo; y no como miembros de Alcohólicos Anónimos, ni como
representantes de una parte ni de la Fraternidad como un todo.

Para obtener los mejores resultados de esta cooperación con esfuerzos


distintos a los de A.A, debemos evitar vincular a Alcohólicos Anónimos
con cualquier otro programa o empresa, no importa qué tan meritorios
sean.
6. No podemos discriminar a ningún presunto miembro de Alcohólicos
Anónimos, incluso en el caso de que dicha persona, hombre o mujer,
se una a nosotros, presionada por una autoridad, un patrón o
cualquier otra causa.

A pesar de que la fuerza del Programa de A.A, se basa en la naturaleza


voluntaria de nuestra calidad de miembros de Alcohólicos Anónimos, en
un principio muchos asistimos a las reuniones, porque nos vimos
forzados a ello por otra persona o por nuestra propia tranquilidad
interior. A pesar de esto, nuestro continuo contacto con A.A nos enseñó
cuál esta la verdadera naturaleza de nuestra enfermedad. Comenzamos,
entonces, a desear una vida feliz y sobria como la de otros miembros,
que velamos al asistir a las reuniones, voluntariamente y con gratitud.

Es por ello que no tenemos el derecho de privar a nadie del Mensaje de


Alcohólicos Anónimos, no importa quién nos haya enviado a la persona,
ni cuál sea su actitud al principio. Alcohólicos Anónimos no está
interesada en quién la envió, lo que le preocupa es el bebedor
problema.

Independientemente de la opinión que nos formemos de los recién


llegados a Alcohólicos Anónimos, no podemos predecir quién se va a
recuperar. Tampoco, tenemos autoridad para decidir, el cómo otro
alcohólico deba tratar de recuperarse. Algunos necesitamos diferentes
clases de ayuda y es posible que la más efectiva provenga de fuentes
distintas, como se explica en el libro “Alcohólicos Anónimos” y en los
folletos “Los Doce Pasos” y “Las Doce Tradiciones”.

7. Por lo general, a medida que maduramos en Alcohólicos Anónimos,


nos volvemos menos temerosos y rígidos.

Aquellos de nosotros que hemos sido bendecidos con nuestra propia


recuperación en Alcohólicos Anónimos, necesitamos recordar que la
modestia gana a nuestra Comunidad más amigos que la presunción, la
arrogancia y la actitud de saberlo todo. Decir que “conocemos el único
método de recuperación” es un lujo egoísta, que no podemos darnos, así
como tampoco el de tener resentimientos.

No obstante, poco después de ingresar a Alcohólicos Anónimos y de


comenzar a recuperarnos, naturalmente sentimos gran alivio. Es posible
que alguien nos alabe, que dentro de Alcohólicos Anónimos comencemos
a adquirir buena reputación. Esto va reemplazando gradualmente a la
vergüenza que sentíamos cuando bebíamos.

Estas son cosas que fácilmente se convierten en intensa gratitud y


lealtad hacia Alcohólicos Anónimos. Es entonces cuando, casi sin darnos
cuenta, comenzamos a hablar y sentir en forma posesiva sobre
Alcohólicos Anónimos, como si fuera una sociedad exclusiva, con
monopolio sobre la verdad. Muchas de nuestras más atolondradas
afirmaciones, parecen marcadamente antagónicas a los ojos de quien
está fuera de nuestra comunidad.

En estos momentos, muchos de nosotros nos dedicamos con todo celo al


trabajo de Paso Doce; esto es algo que bien puede ser una de las
facetas más valiosas de nuestra vida en Alcohólicos Anónimos y una de
las que más nos impulsa hacia nuestra recuperación personal. Con todo,
a medida que avanza la recuperación, generalmente superamos esta
etapa defensiva y dogmática. Como algunos dicen, tratamos de
volvernos sobrios y no únicamente de permanecer secos. Otros opinan:
“Tratamos de ir hacia la sobriedad. Dejar de beber no es suficiente”.

En momentos de calma, recordamos que miles de nosotros recibimos


ayuda de familia y amigos, de un hospital o clínica, de un médico o un
consejero de cualquier clase. Descubrimos que el jefe que nos despidió,
los parientes que nos riñeron o el policía que nos detuvo, ayudaron a
darnos cuenta de que teníamos problemas con la bebida.

Comenzamos a superar nuestros sentimientos de autojustificación con


una devoción no disminuida por Alcohólicos Anónimos, pero sin nuestro
anterior fanatismo; empezamos a dejar de temer que algún programa,
distinto al de Alcohólicos Anónimos, usurpara a ésta su papel o nos
privara de la gratitud y de los otros buenos sentimientos, que
recientemente adquirimos.

Mientras más tiempo permanezcamos sobrios, más inclinados estaremos


a decir. “Cualquier cosa que ayude a las recuperación de los alcohólicos
es buena, trátese de hospitales, de centros de rehabilitación, de centros
estatales, de religión, de psiquiatría o de Alcohólicos Anónimos.

Podemos convertirnos en ejemplos más “atrayentes”, siempre teniendo


en cuenta nuestra Undécima Tradición. Tal vez sea entonces cuando, si
lo deseamos, podamos ser más valiosos como voluntarios en actividades
relativas al alcoholismo, pero esa es decisión que a cada miembro de
Alcohólicos Anónimos corresponde tomar por sí mismo.
I.3 Premisas para formación de Comités de C.C.P.

Por muchos años, los Comités locales de Información Pública también


llevaron el Mensaje a la Comunidad Profesional y en muchos lugares, aún lo
hacen, C.C.P, ha sido considerada una actividad separada de I.P, desde
hace relativamente poco tiempo. Donde aún hay confusión, es
precisamente sobre quién lo hace. La parte Segunda de este manual puede
ser de utilidad para aclarar este asunto. Un principio que deben tenerse en
mente es:

“Para mantenerse dentro de nuestra Tradición de colocar los principios


antes que las personalidades, quién o cuál Comité lleva el Mensaje de
Alcohólicos Anónimos no es importante, en tanto que nuestro mensaje
llegue al alcohólico que aún está sufriendo”

Otro pensamiento a tener presente es: “Tómalo con calma”. Una vez que
hayamos decidido hacerlo e iniciar la formación de un Comité, es bueno
tomarlo con calma al principio, hasta que estemos seguros de cuáles son
las necesidades y con quiénes contamos para hacer el trabajo. Para
algunos Comités, la primera tarea es informar a los miembros de
Alcohólicos Anónimos acerca de la C.C.P algunas veces para corregir la
mala interpretación que se tenga acerca de si Alcohólicos Anónimos deba o
no tomar la iniciativa e ir hacia los profesionales. Algunos Comités de C.C.P
nacientes, han reportado resistencia de miembros que temen estar
haciendo “promoción”, al hacer saber a los profesionales respecto a nuestra
Comunidad. Pero, existen o no incomprensiones, siempre es buena idea
estar seguros de que existen compañeros a la mano y dispuestos a
empezar, antes de arrancar con proyectos ambiciosos.

La comunicación dentro de nuestra Comunidad sobre la C.C.P es


importante para que el trabajo marche. Algunos Comités de Cooperación
con la Comunidad Profesional comparten entre si, intercambiando actas de
sus reuniones. Es también conveniente compartir estas experiencias con la
O.S.G, es recomendable al hacerse visibles a otros compañeros, a través
de la asistencia regular y la participación en las reuniones de Servicio de
los Grupos, Distritos y Áreas.

A finde iniciar los trabajos de C.C.P en un Área, nos fue transmitida la


experiencia que ellos vivieron y que resultó muy positiva:
Se planeó una reunión de todo un día de trabajo. Se inició con la Oración
de la Serenidad y se dio lectura al texto del “Legado de Servicio”. También,
se leyeron los dos primeros párrafos del “Prólogo” reportado en este
manual y se hicieron referencias a la Quinta Tradición y Primer Concepto.
(La Tradición dice que cada grupo tiene un propósito primordial:Llevar el
mensaje; el Concepto establece que la responsabilidad y autoridad
fundamentales pertenecen a los Grupos). Antés de empezar las
discusiones, se tuvo una corta presentación sobre C.C.C.P por parte de
compañeros de otras Áreas, con experiencias en este trabajo.

(En la Sección III de este Manual, incluimos algunas experiencias sobre la


presentación de C.C.P a los compañeros en el Servicio)

Se formaron seis pequeños grupos de trabajo, cada uno con todos los
temas que señalamos a continuación, se nombró un Secretario en cada
grupo, quien, al final, reportó las conclusiones en una discusión general.
Los temas fueron:

 ¿Se hace trabajo de C.C.P en esta Área? ¿Cuál? ¿Consideramos oportuno


crear un Comité de C.C.P. en nuestra Área?
 De ser necesario el Comité de C.C.P, ¿con qué clase de profesionales
debemos comunicarnos en esta Área? Enlistarlos.
 ¿Cuáles son los caminos o formas que consideramos más adecuados
para comunicarnos con ellos?
 Con estas bases, ¿cómo sugerimos que se forme un Comité de C.C.P? y
¿cuáles lineamientos recomendamos para su Plan de Trabajo?
 ¿Qué literatura es mejor para cada tipo de profesional?
 ¿Cómo podremos motivar y apadrinar a los compañeros en el servicio, a
fin de que vivan la experiencia de C.C.P.?

Como consecuencia de estos trabajos, se formó el Comité de Cooperación


con la Comunidad Profesional en esa Área, con excelentes resultados.
I.4 Posición de A.A en el campo del Alcoholismo; y opiniones de los
profesionales.

La declaración que sigue ha sido confirmada varias veces por la


Conferencia de Servicios Generales de A.A de E.U, Canadá y representa la
posición de nuestra Fraternidad en el campo del alcoholismo. La
transcribimos, pues consideramos importante que se tenga a mano, puesto
que hay muchas ocasiones en que es necesario expresarla. La declaración
es la siguiente:

“Alcohólicos Anónimos es un Comunidad mundial de alcohólicos


recuperados, que se ayudan unos a otros a mantener su sobriedad y
comparten libremente las experiencias de recuperación con otros hombre y
mujeres, que también tienen problemas con la bebida. Los miembros de
Alcohólicos Anónimos han aceptado todo o parte de un Programa de Doce
Pasos sugerido, creado especialmente para la recuperación del alcohólico.
La comunidad funciona a través de 200,000 grupos, aproximadamente,
diseminados en más de 180 países. Muchos cientos de miles de alcohólicos
han obtenido su sobriedad en Alcohólicos Anónimos. No obstante, la
mayoría de los miembros piensa que el Programa de Alcohólicos Anónimos
no siempre es efectivo en todos los alcohólicos, ya que algunos parecer
requerir tratamiento profesional.

Alcohólicos Anónimos está orientada exclusivamente hacia la recuperación


personal y la sobriedad continuada de cada alcohólico que llegue a nuestra
Comunidad buscando ayuda. Nuestra Comunidad no realiza tipo de trabajo
alguno en el campo de la investigación, educación o propaganda con
respecto al alcoholismo, ni ofrece tratamientos médicos o psiquiátricos. No
obstante, los miembros de Alcohólicos Anónimos que así lo deseen, pueden
participar en tales actividades, en calidad de individuos.

Nuestra comunidad ha adoptado una política de “Cooperación sin Afiliación”


con otras organizaciones, vinculadas al problemas del alcoholismo.
Tradicionalmente Alcohólicos Anónimos no acepta, ni busca la ayuda
financiera de otras organizaciones y los miembros de Alcohólicos Anónimos
preservan si anonimato personal en cuanto a la prensa, la radio, la
televisión y otros medios de comunicación ante el público en general”.
Por lo que respecta a opiniones de profesionales acerca de Alcohólicos
Anónimos, hemos recogido algunas de las más significativas, que se han
expresado en escritos o en Juntas de Información, de las cuales, la O.S.G
de la Ciudad de México conserva grabaciones.

“Muy estimado Padre: Le saludo con el aprecio de siempre y le deseo todo


bien en el Señor… El motivo de estas líneas es presentar a usted a la
persona portadora de la presente, miembro del Comité de Cooperación con
la Comunidad Profesional de Alcohólicos Anónimos, quien desea ofrecer sus
servicios a las personas de su comunidad parroquial que tengan necesidad
de ellos; rogando a usted muy encarecidamente tenga la bondad de
atenderla, brindándole su apoyo y facilidades… Su servidor considera muy
importante este servicio y conoce los buenos resultados que se obtienen
mediante la Organización que representa… Agradezco siempre sus finas y
fraternales atenciones y aprovecho la oportunidad para reiterarle el
testimonio de mi profundo aprecio. De usted Afmo. Servidor en Cristo
Jesús”

S.E. Norberto Rivera, Arzobispo Primado de México.

“Además de su innegable aportación social, por su carácter de trabajo


voluntario y gratuito que tienen los servicios de Alcohólicos Anónimos, que
enriquecen el servicio médico y terapéutico brindado por las instituciones,
está el elemento que hace único e insustituible el servicio prestado por el
alcohólico a alcohólico, que permite al que está hospitalizado comprender
por primera vez la naturaleza de enfermedad y, al mismo tiempo, sentirse
comprendido y aceptado sin que nadie lo juzgue o le señale, lo que dará
lugar a que este enfermo acepte la realidad de que es un enfermo, que
existe el camino que lo lleve a su recuperación y que ésta es perfectamente
posible. La colaboración mutua entre Alcohólicos Anónimos y la Medicina no
sólo ha salvado cientos de vida, sino que ha hecho crecer el Programa de
A.A y ha enriquecido los recursos terapéuticos de la Medicina”

Dr. José Antonio Elizondo López. Director del C.A.I.P.A


(Centro de Atención Integral en Problemas de Adicciones). México, D.F.

“No dejo de maravillarme de los resultados del trabajo de esa


extraordinaria Comunidad conocida como Alcohólicos Anónimos, que ha
logrado que los alcohólicos, otrora considerados la escoria de la sociedad,
guíen sus vidas hacia estados superiores y ayuden desinteresadamente a
quien lo requiera. Analizando su Programa, no me queda la menor duda de
que su obra representa para la Humanidad ser el Movimiento Espiritual más
Trascendente de este siglo XX”

Margarita Michelena. “El Heraldo de México”. Columnista.

“Nosotros en la empresa, jamás hubiéramos podido iniciar programas de


ayuda a los empleados, sin la colaboración de Alcohólicos Anónimos. A
pesar de su anonimato, sus Doce Pasos se han transformado en parte
integral del Programa de rehabilitación a largo plazo, ofrecido a los
empleados alcohólicos. Es de esperarse que la buena comunicación que
hemos establecido con A.A entusiasme otros empresarios, para organizar
programas internos para enfrentarse al problema más insidioso de todos
los problemas de los patrones: El alcoholismo”

Lic. Ernesto P. Marchesini. Dirección de Recursos Humanos.


Área Metripolitana, Pan American Cia. De Seguros.

“Alcohólicos Anónimos ha logrado encontrar las causas profundas de la


enfermedad del alcoholismo y combatirlas en una forma peculiar, pero
sumamente efectiva; ha encontrado el valor de la persona humana y
conseguido que el enfermo mismo se dé cuenta de él y se logre
desprender, desde dentro, de toda esa “cáscara” que lo envuelve y no lo
deja ser él mismo… Cooperar con una fraternidad así, ha sido, es y, si Dios
quiere, seguirá siendo para mí una experiencia invaluable”

Alejandro García Durán de Lara


“Padre Chinchachoma”

“Es el momento actual, los problemas ocasionados por el consumo de


bebidas alcohólicas son motivo de profunda preocupación, no sólo para el
Gobierno de la República, sino para los diferentes sectores de la población,
por las gravísimas consecuencias que dichos problemas ocasionan. No sólo
vemos con beneplácito, sino, incluso con admiración, el trabajo
desinteresado que ha venido desarrollando Alcohólicos Anónimos en
nuestro país, cuyos índices de recuperación del enfermo rebasan con
mucho cualquier otro programa que hayamos nosotros implementado hasta
la fecha”

Dra. Magdalena Labrandero


Consejo Nacional Contra las Adicciones
Secretaría de Salud

“En el corazón del enfermo alcohólico, cuando ha luchado por resolver su


problema, que ni él mismo comprende, arriba a una etapa como de letargo
en que siente, en el pozo interminable de si mismo, una peculiarísima
tristeza: Un saber que mañana va a ser, en lo esencial, igual que hoy; su
progreso es avanzar por un camino de “siempres”. Un camino así es más
bien una prisión que, elástica, se alarga sin libertarnos. En Alcohólicos
Anónimos, sin saber al principio por qué, perciba una deliciosa impresión de
haberse evadido de un recinto angosto y hermético, de haber escapado t
salir de nuevo bajo las estrellas al mundo auténtico, profundo, terrible,
imprevisible e inagotable, donde todo, todo es posible: lo mejor y lo peor.
Pero ya depende de el mismo”

Dra. Emma Godoy


Maestra del Pensamiento Filosófico. Escritora.

“Lo que hoy podemos afirmar, es que la gran mayoría de los reclusos que
asisten al Grupo de Alcohólicos Anónimos en el reclusorio, ya no “compra la
cárcel para toda la vida”, como ocurre a muchos y, en general, al salir
libres, tratan de rehacer su vida y no regresar a prisión”

Lic. Emma Sylvia Neri


Dirección General de Reclusorios Centros de Rehabilitación
Secretaría de Gobernación

“Alcohólicos Anónimos es el Milagro Social del Siglo XX”

S.S. El Papa Juan XXIII

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