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Informatica

Rachell guzman

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Estafa

Las estafas son las protagonistas de la gran mayoría de los casos judiciales dedicados a los
delitos cibernéticos. Los criminales planifican y ejecutan una segunda identidad en el plano
digital para acceder a datos personales. Realizan spam o anuncios publicitarios falsos, páginas
webs falsas, aplicaciones o software ilegales con el fin de adquirir la información.

Los delincuentes tienen la facilidad de estafar en cualquier parte del mundo sin ser acusados
y penalizados por sus actos. Un anzuelo que se ve a menudo es ingresar los datos de tarjeta de
crédito para obtener algo a cambio. El autor de los hechos obtiene libertad para navegar por las
cuentas bancarias, sacar dinero e incluso clonar la tarjeta de la víctima.

Hackeos

Los hackers son personas con grandes conocimientos y habilidades sobre la informática que
emplean en las TIC. Su finalidad es detectar, crear, bloquear y desbloquear fallos en los sistemas
de seguridad existentes en la internet. Muchas empresas resguardan sus datos confidenciales en
un sistema digital de máxima seguridad para prevenir infiltraciones de las competencias.

Sin embargo, el hacker utiliza sus conocimientos para cometer delitos e ingresar en los sistemas
de dichas empresas. Muchos negocios grandes han quedado en la ruina por culpa de estos
actos. Con frecuencia los hackers son contratados para afectar la integridad de otras personas.

El fraude online se define como el uso de dispositivos digitales con el objetivo de cometer
actividades delincuenciales como suplantación de identidad, robos de contraseñas y
datos, estafas, secuestros digitales, entre otros.
 CONCEPTOS DE DELITOS INFORMATICOS.

Como se señaló, es indispensable el uso de la computadora y del manejo del Internet, para la
comisión de conductas delictivas denominadas "Delitos Informáticos", sin embargo, aún en la
actualidad no existe una definición en la cual los juristas y estudiosos del derecho estén de
acuerdo, es decir no existe una concepto propio de los llamados delitos informáticos. Aún
cuando no existe dicha definición con carácter universal, se han formulado conceptos
funcionales atendiendo a las realidades concretas de cada país. Por lo que se refiere a nuestro
país, cabe destacar lo mencionado por Julio Téllez Valdes, al decir que hablar de "delitos" en el
sentido de acciones típicas, es decir tipificadas o contempladas en textos jurídicos penales,
requiere que la expresión "delitos informáticos" esté consignada en los Códigos Penales, lo cual
en México, al igual que en otros muchos no ha sido objeto de tipificación aún.

Mencionando algunas de las diferentes definiciones que nos aportan estudiosos en la materia,
sobre los Delitos Informáticos, diremos que para:
Carlos Sarzana, en su obra Criminalista y tecnología, los crímenes por computadora comprenden
"cualquier comportamiento criminógeneo en el cual la computadora ha estado involucrada como
material o como objeto de la acción criminógenea, o como mero símbolo".

Para Hilda Callegari, el delito informático es "aquel que se da con la ayuda de la informática o de
técnicas anexas".

Rafael Fernández Calvo, define al delito informático como "la realización de una acción que,
reuniendo las características que delimitan el concepto de delito, se ha llevado a cabo utilizando
un elemento informático o telemático contra los derechos y libertades de los ciudadanos
definidos en el título I de la Constitución Española".

María de la Luz Lima, dice que el "delito informático en un sentido amplio es cualquier conducta
criminógena o criminal que en su realización hace uso de la tecnología electrónica ya sea como
método, medio o fin y que, en sentido estricto, el delito informático, es cualquier acto ilícito
penal en el que las computadoras, sus técnicas y funciones desempeñan un papel ya sea con
método, medio o fin".

El Dr. Julio Téllez Valdés, menciona dos clasificaciones del Delito Informático para efectos de
conceptualización, que parte de lo típico y lo atípico. En el cual en el concepto típico de Delitos
Informáticos nos dice que "son las conductas típicas, antijurídicas y culpables en que se tiene a
las computadoras como instrumento o fin". En el concepto atípico menciona que "son actitudes
ilícitas en que se tiene a las computadoras como instrumento o fin".

El Departamento de Investigación de la Universidad de México, señala como delitos


informáticos a "todas aquellas conductas ilícitas susceptibles de ser sancionadas por el derecho
penal, que hacen uso indebido de cualquier medio informático".

El hackeo hace referencia a las actividades que buscan comprometer los dispositivos digitales,
como ordenadores, teléfonos inteligentes, tabletas e incluso redes enteras. Y aunque el hackeo
puede no tener siempre fines maliciosos, actualmente la mayoría de las referencias tanto al
hackeo como a los hackers, se caracterizan como actividad ilegal por parte de los
ciberdelincuentes, motivados por la obtención de beneficio económico, por protesta, recopilación
de información (espionaje), e incluso sólo por la “diversión” del desafío.

Muchos piensan que el término “hacker” hace referencia a algún autodidacta superdotado o
programador deshonesto experto en modificar hardware o software de modo que se pueda
utilizar en modos distintos al concebido por los desarrolladores originales. Pero esto es
una visión limitada que no engloba la amplia gama de razones por las que alguien comienza a
hackear. (Para un análisis en detalle sobre los hackers, lea “Desde el anonimato: por qué el
dinero, el poder y el ego llevan a los hackers al delito informático” por Wendy Zamora).

El hackeo es por lo general técnico por naturaleza (como crear publicidad maliciosa que extiende
el malware en un ataque fortuito que no requiere interacción por parte del usuario). Pero los
hackers también pueden utilizar la psicología para engañar al usuario y que haga clic en un
archivo adjunto malicioso o proporcione sus datos personales. Estas tácticas se conocen como
“ingeniería social”.

Historia del hackeo/hackers

En su uso actual, el término se remonta a los años 70. En 1980, un artículo en Psychology
Today utilizaba el término “hacker” en su título: “The Hacker Papers,” que analizaba la
naturaleza adictiva de los ordenadores.

Luego está la película norteamericana de ciencia ficción de 1982, Tron, en la que el protagonista


describe sus intenciones de entrar en el sistema informático de una empresa como si lo hackeara.
La trama de otra película estrenada al año siguiente, Juegos de guerra, se centraba un
adolescente que desde su ordenador realizaba una intrusión en los sistemas del Mando
Norteamericano de Defensa Aeroespacial. Era una ficción que presentaba el espectro de los
hackers como una amenaza para la seguridad nacional.

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