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La internet de las cosas (IoT, por sus siglas en inglés Internet of Things) es un sistema de
dispositivos de computación interrelacionados, máquinas mecánicas y digitales, objetos,
animales o personas que tienen identificadores únicos y la capacidad de transferir datos a
través de una red, sin requerir de interacciones humano a humano o humano a computadora.
El Internet de las Cosas (IoT, Internet of Things) está configurando el mundo industrial y de los
consumidores. Las tecnologías inteligentes siguen permeando todas las capas de los sectores
empresarial y de consumo, desde los comercios hasta la salud, pasando por las finanzas o la
logística, y cada oportunidad perdida que aprovecha estratégicamente un competidor se
convierte prácticamente en un error a largo plazo para aquellas empresas que no innovan.
2020 va a ser un año clave para los 4 componentes del modelo del IoT: Sensores, Redes
(Comunicaciones), Analítica (la nube) y Aplicaciones.
Una cosa, en la internet de las cosas, puede ser una persona con un implante de monitor de
corazón, un animal de granja con un transpondedor de biochip, un automóvil que tiene
sensores incorporados para alertar al conductor cuando la presión de los neumáticos es baja, o
cualquier otro objeto natural o artificial al que se puede asignar una dirección IP y darle la
capacidad de transferir datos a través de una red.
Kevin Ashton, cofundador y director ejecutivo del Auto-ID Center de MIT, mencionó por
primera vez la internet de las cosas en una presentación que hizo a Procter & Gamble en 1999.
He aquí cómo Ashton explica el potencial de la internet de las cosas:
"Las computadoras de hoy –y, por lo tanto, la internet– dependen casi totalmente de los seres
humanos para obtener información. Casi todos los aproximadamente 50 petabytes (un
petabyte son 1.024 terabytes) de datos disponibles en internet fueron capturados y creados
por seres humanos escribiendo, presionando un botón de grabación, tomando una imagen
digital o escaneando un código de barras. El problema es que la gente tiene tiempo, atención y
precisión limitados, lo que significa que no son muy buenos para capturar datos sobre cosas en
el mundo real. Si tuviéramos computadoras que supieran todo lo que hay que saber acerca de
las cosas –utilizando datos que recopilaron sin ninguna ayuda de nosotros– podríamos rastrear
y contar todo, y reducir en gran medida los desechos, las pérdidas y el costo. Sabríamos
cuándo necesitamos reemplazar, reparar o recordar cosas, y si eran frescas o ya pasadas”.
El Internet de las cosas (IoT) es el proceso que permite conectar elementos físicos cotidianos al
Internet: desde objetos domésticos comunes, como las bombillas, hasta recursos para la
atención de la salud, como los dispositivos médicos; también incluyen prendas y artículos
personales, como los relojes inteligentes, e incluso los semáforos en ciudades inteligentes.
Por ejemplo, un "termostato inteligente" (por lo general, el término inteligente implica el IoT)
recibe datos de la ubicación de su automóvil inteligente mientras conduce, y los utiliza para
ajustar la temperatura de su casa antes de que llegue. Esto se logra sin su intervención y el
resultado es mejor que si tuviera que ajustar la temperatura de forma manual.
IoT empresarial
Por lo general, el IoT resulta atractivo para aquellos consumidores cuyas experiencias con las
prendas y los artículos inteligentes, como es el caso de los relojes, se ven afectadas por las
preocupaciones inherentes a la seguridad y la privacidad que conlleva estar conectado
permanentemente. Esta perspectiva de los consumidores se aplica a todos los tipos de
proyectos de IoT empresariales, especialmente cuando el usuario final es el público en general.
Las soluciones de IoT para empresas les permiten mejorar los modelos comerciales actuales y
entablar nuevas relaciones con los clientes y los partners. No obstante, su implementación
presenta ciertos desafíos. El volumen de datos que un sistema de dispositivos inteligentes
genera puede volverse abrumador (generalmente, se lo denomina big data). Del mismo modo,
integrar el big data a los sistemas actuales y configurar el análisis de datos para poder
utilizarlos puede resultar complicado.
Además, la seguridad es un aspecto muy importante que se debe tener en cuenta al momento
de diseñar sistemas de IoT. Aun así, muchas empresas consideran que implementar el IoT vale
la pena; por eso, es posible encontrar casos prácticos exitosos en casi todos los sectores.