Está en la página 1de 1

CONVULSIONES FEBRILES

SINTOMATOLOGÍA
El niño pierde bruscamente la conciencia, se pone rígido y su cuerpo
comienza a sacudirse (todo o algunas partes), o se queda completamente
flácido, o bien lo uno seguido de lo otro. Su boca se pone morada, con la
mandíbula rígida, como encajada, y la mirada perdida. El cuadro es
realmente desesperante. Su duración puede variar de segundo a minutos,
generalmente menos de cinco minutos, pero desde luego se hacen eternos.
Al acabar la convulsión el niño queda exhausto y adormilado.

Qué debemos hacer ante una


convulsión febril
 Colocar al niño tumbado de lado sobre un costado para que pueda
respirar mejor y lejos de objetos con los que pueda golpearse.
 No intentar introducirle nada en la boca, ni intentar sacar la lengua.
 No intentar detener los movimientos de la convulsión.
 Intentar bajar la fiebre con paños tibios o pasando una esponja con agua
tibia por frente y cuello.
 Es difiícil, pero hay que intentar mantener la calma y hacer lo correcto
hasta que la convulsión haya pasado.

También podría gustarte