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“AÑO DE LA UNIDAD, LA PAZ Y EL DESARROLLO”

“INSTITUCIÓN EDUCATIVA.
NUESTRA SEÑORA DE
GUADALUE”

NOMBRE : KRIZIA THAIS

APELLIDO : RUJEL ACOSTA

CURSO : CIENCIA Y TECNOLOGIA

GRADO : 4TO

SECCIÓN : “D”

DOCENTE : TANIA ROCIO SORIA PUSCAN

TEMA : EL SISTEMA NERVIOSO CENTRAL (SNC) Y EL SISTEMA

NERVIO PERIFÉRICO (SNP)

PUCALLPA - UCAYALI – PERU

2023

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EL SISTEMA NERVIOSO CENTRAL (SNC)
El encéfalo está a su vez compuesto por cuatro partes principales: Cerebro
(telencéfalo), diencéfalo, cerebelo y tronco encefálico. En estas cuatro partes se
procesa la información proveniente del cuerpo y se generan comandos u órdenes
que indican a los tejidos de nuestro cuerpo cómo responder y funcionar frente a los
diferentes estímulos del medio externo e interno. Estas órdenes abarcan todo el
espectro de las funciones corporales, desde respirar hasta pensar.

La médula espinal es la continuación del tronco encefálico. Al igual que el encéfalo,


tiene la capacidad de generar órdenes, pero solo para procesos involuntarios como
los reflejos: si se percibe calor extremo en la mano, la médula será la responsable de
hacer que la mano se retire, incluso antes de que el cerebro interprete el dolor. Sin
embargo, su función principal es conducir información entre el encéfalo y el resto del
cuerpo.

Para llevar a cabo sus


tareas con eficiencia, el
sistema nervioso está
estructurado en
central y periférico. El
sistema nervioso
central (SNC) está
formado por el
encéfalo, que incluye
la totalidad del cerebro
y la médula espinal,
mientras que el
sistema nervioso
periférico (SNP) lo
forma la enorme red
de neuronas y fibras
nerviosas que se
extienden desde el
SNC hacia todo el
organismo, incluyendo
la superficie de la piel y las extremidades, desde el cuero cabelludo hasta los dedos
de los pies. Las vías de comunicación periférica se dividen en nervios espinales (que
provienen de la médula espinal) y nervios craneales (que provienen del cráneo).

Como su nombre lo sugiere, en el SNC se concentran las funciones de monitoreo y


toma de decisiones para la ejecución de actividades conscientes del organismo. Por
su parte el SNP registra y envía señales al cerebro el cual responde y ordena

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acciones, también periféricas, como cuando los receptores de la piel registran frío y
entonces el cerebro ordena buscar algo con que taparnos. Sin embargo, el SNP
también tiene a su cargo la regulación de importantes actividades autónomas de
regulación, por ejemplo, aumentando el latido cardiaco cuando hacemos ejercicio y
así llevar más oxígeno a la sangre y por supuesto, a los músculos.

Partes del encéfalo

El cerebro está formado, en su


parte baja, por el tronco
encefálico, que lo conecta a la
médula espinal y está formado por
el bulbo o médula oblongada, el
puente y el mesencéfalo.

El bulbo, conjuntamente con el


puente y la médula espinal,
controlan funciones esenciales de
supervivencia, como son: el latido
cardiaco, la circulación sanguínea y la respiración.

Dentro del tronco encefálico se encuentra la formación reticular, que juega un


papel muy importante en actividades como el despertamiento (estado de vigilia), la
atención y el sueño.

La formación reticular se comunica preferentemente con el hipotálamo y la


hipófisis para controlar nuestros ciclos biológicos de sueño y de vigilia e incluso de
temperatura corporal, tales ciclos reciben el nombre de ritmos circadianos.

Los ritmos circadianos son aquellos que nos permiten mantener ciertos niveles de
atención en estado de vigilia (generalmente durante el día), y dormir e incluso
soñar en el estado de sueño (generalmente durante la noche). Sin embargo, el
dormir no quiere decir que el cerebro deje de trabajar, el dormir permite al cerebro
descansar porque baja el ritmo de su actividad.

Tronco encefálico

Formado por el bulbo, o médula oblongada, el puente y el mesencéfalo. Integran


reflejos de vómito, nausea, deglución, parpadeo, salivación, tos, estornudo, control
de ritmo cardiaco y respiratorio; formación reticular, función en ciclos cardiacos.

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Por arriba del tronco encefálico
se encuentra el tálamo, que
funciona como una estación de
tránsito y distribución de
mensajes, recibiendo y enviando
información neuronal, de arriba
hacia abajo y de abajo hacia
arriba; es decir, de la parte más
alta del cerebro (corteza
cerebral) a las partes inferiores del cuerpo, por medio del SNP y viceversa. Es como
una central ferroviaria que organiza e indica qué vía y qué dirección debe tomar
cada ferrocarril, es decir, cada impulso nervioso. Detrás del tronco

encefálico se encuentra el cerebelo, encargado del equilibrio corporal y de


controlar y automatizar el movimiento voluntario ordenado por el cerebro.

El sistema límbico se localiza entre el tronco encefálico y los hemisferios cerebrales.


Su función se asocia con la expresión de las emociones primarias de miedo y cólera,
así como de los impulsos básicos de hambre, sed y excitación sexual. Como parte
del sistema límbico, la amígdala tiene que ver con expresiones de agresividad y
emociones coléricas; se ha observado que en pacientes a los que por alguna razón
se les ha tenido que extirpar, se produce en ellos un cambio total en su conducta,
convirtiéndose en seres completamente pasivos e indolentes.  También se ha
observado que personas con alguna lesión en la amígdala pueden presentar
ataques de ira, a la menor provocación, se tornan incontrolablemente agresivos,
física y verbalmente. El hipocampo por su parte se relaciona con la memoria, sobre
todo la de carácter emocional; y el hipotálamo interviene en nuestra forma de
interpretar y expresar nuestras emociones, regula procesos homeostáticos como el
hambre y la sed, así como la intensidad del apetito sexual.

1 - Lóbulo olfatorio
2 - Hipocampo
3 - Hipotálamo
4 - Hipófisis
5 - Amígdala

Sistema nervioso periférico

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Continuemos ahora con el estudio del sistema nervioso periférico (SNP), el cual
conecta al encéfalo (parte del SNC), con todos los órganos internos y la estructura
músculo-esquelética del cuerpo. Sus vías de comunicación están formadas por doce
pares de nervios craneales y 31 pares de nervios espinales. La organización de los
nervios por pares se da con el fin de tener una vía de acceso de la información
hacia el cerebro, y una vía de retorno de las respuestas, que van del cerebro hacia
los músculos, glándulas y vísceras. Esta organización se denomina aferente, para la
entrada de información, generalmente sensitiva, y eferente, de retorno de la
información de respuestas, motoras.

Las vías aferentes están formadas por neuronas sensoriales y las vías eferentes por
neuronas motoras. Ambas vías cubren hasta el último rincón de nuestro cuerpo,
desde la cabeza hasta los dedos de los pies, pasando por la espalda, el tórax, el
abdomen y las extremidades. El término
“periférico” proviene precisamente de esta
cobertura que va del centro a la periferia de
todo el cuerpo.

Es bueno recordar que el SNP se divide en


sistema nervioso somático-esquelético y
sistema nervioso autónomo-visceral. El
sistema nervioso somático se encarga de
enviar señales sensoriales al cerebro, las
cuales son registradas por la piel, las mucosas,
las articulaciones y el oído interno.

También lleva órdenes que envía el cerebro


para llevar a cabo el movimiento voluntario a
través de las neuronas motoras por ejemplo
cuando manejamos un automóvil o cuando escribimos en el teclado de una
computadora.

Por su parte, el sistema nervioso autónomo, conjuntamente con el endocrino, se


encarga de mantener la homeostasis del cuerpo humano, en la actividad de
los músculos lisos, del corazón y de las glándulas. El sistema autónomo regula
movimientos involuntarios, como el latido cardíaco y la digestión. Su
responsabilidad es de vida o muerte

, por lo que para llevar a cabo sus tareas con eficiencia, cuenta con dos
subsistemas: el simpático y el parasimpático, con los cuales puede contraponer
actividades; mientras el simpático acelera las funciones internas, el parasimpático
disminuye esas funciones.

Cuando, por ejemplo, nos enfrentamos a una situación de peligro, el simpático


acelera nuestro corazón y dilata la pupila de los ojos, lo cual ayudará a llevar más
oxígeno a los músculos y a tener una mayor información visual, respectivamente

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(¿te fijas que son cuestiones que nos ayudan a huir o a estar más alertas para dar
una respuesta de emergencia?); y el parasimpático nos regresa a nuestro nivel
normal. ¿Te puedes imaginar qué sucedería si nuestro organismo no contara con
este sistema compensatorio? ¿Si nos enojamos? ¿Si nos peleamos? ¿Si nos
excitamos sexualmente?

En la siguiente tabla encontrarás el contraste existente entre la acción simpática y


la acción parasimpática, y te podrás dar cuenta por qué es necesaria esta acción
compensatoria de aceleración y desaceleración.

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