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MONICIONES- DOMINGO 16 DE ABRIL.

ENTRADA.

Queridos hermanos, tengan muy buenos días. Con mucha alegría y gozo
nos reunimos nuevamente en este lugar santo, para celebrar la Pascua
de Cristo, en el segundo Domingo de Pascua y Fiesta de la Divina
Misericordia.

Dentro de la Cincuentena Pascual, tiene personalidad propia esta primera


semana que hoy acaba, la «octava de Pascua», que se celebra como un
único día. La resurrección del Señor sigue siendo la gran noticia para los
cristianos, y hoy alabamos y damos gracias a Dios por la herencia que
nos ha obtenido por la gloriosa victoria de Cristo sobre la muerte. Con
alegría nos ponemos de pie y cantamos…

GLORIA.

Cantemos hermanos la Gloria de Dios, pues en su inmensa misericordia


nos ha perdonado a todos nuestros pecados…

ENTRADA DE BIBLIA.

Recibamos hermanos con mucho respeto a las sagradas escrituras, a


nuestra Santa Biblia, que encierra las grandes enseñanzas de nuestro
Dios. Con todo respeto recibimos a la Palabra de Dios.

PROCLAMACIÓN DE FE.

Al proclamar nuestra Fe a la Palabra de Dios, proclamamos que Creemos


en Dios, en Jesús, y en María; A una sola voz, manifestemos nuestra fe a
la Sagrada Biblia junto con la bendición a los 4 puntos cardinales.

• La Palabra de Dios se sitúa hacia el oriente, al lugar donde nace el


sol y de donde proviene la vida, decimos: TU PALABRA ES ALEGRIA.

En todas partes está tu casa Dador de la Vida. Yo a ti te busco y procuro


alegrarte como Tú me alegras con tus rayos de luz, que iluminan el mundo
entero. Veo tu rostro en todas las cosas y por medio de ellas yo te alabo
y sé que Tú has bajado desde el interior del cielo para escuchar mi
plegaria. Amén. TU PALABRA ES ALEGRIA.
• La Palabra de Dios se ubica hacia el poniente, lugar de donde viene
la noche, la oscuridad y la muerte, decimos: TU PALABRA ES
BONDAD.

Cuando la noche ha llegado, ¿Qué podemos hacer? Por un corto tiempo


nos ocultas tu rostro, nos haces probar el sueño de la muerte. Sólo nos
queda esperar, ¡Oh dador de la vida!, haz que mañana volvamos a
contemplar tu rostro, AMEN. TU PALABRA ES BONDAD.

• La Sagrada Escritura se dirige al norte, hacia el lugar de donde viene


el agua y el viento y que hacen posible las cosechas, decimos: TU
PALABRA ES VIDA.

Por la lluvia, que fecunda a la tierra y que hace brotar el alimento para
tus hijos y tus hijas: gracias Padre, gracias Madre. Tú haces brotar las
flores que abren sus corolas, en ellas vemos tu rostro, dueño nuestro,
AMEN. TU PALABRA ES VIDA.

• La Biblia se dirige al sur, al lugar de lo desconocido, de lo que aún


no nos ha sido revelado, de lo que está por venir, decimos: TU
PALABRA ES AMOR.

Hay muchas cosas que me preocupan, porque no sé qué sucederá


después, a veces, mi corazón se siente triste, porque TU MI PADRE, TU
MI MADRE, no me lo has dado a conocer. Por eso, sólo te ofrezco la flor y
el canto que te deleitan; en ellos va mi deseo de agradarte, AMEN. TU
PALABRA ES AMOR.

La Palabra del Señor se dirige hacia nosotros e inclinamos la cabeza.


Padre y Madre de todos y de todas, Tú que equilibras el universo, recibe
nuestra alabanza de este día porque sólo deseamos agradarte hoy y
siempre. Amén.

BENDICE A TU PUEBLO SEÑOR CON TU PALABRA.

-------------------------------canto-------------------------------

Nos podemos sentar para escuchar atentos la palabra de Dios.


PRIMERA LECTURA – En el libro de los Hechos de los Apóstoles nos
reflejamos en verdad las comunidades cristianas de todos los tiempos.
Hoy leemos un pasaje que nos resume cómo era la vida de aquella
primera comunidad. Con atención escuchemos.

SALMO RESPONSORIAL- El salmo 117, más que comentar la primera


lectura, sintoniza con la Pascua que estamos celebrando. Este salmo es
la voz del Resucitado y también la voz de los que participamos de la
resurrección de Jesús. Por eso alabemos a Dios diciendo:

SEGUNDA LECTURA. La primera carta de san Pedro fue escrita para


animar a la perseverancia a cristianos perseguidos. En el texto que
leeremos hoy es un himno de acción de gracias a Dios Padre, por la
herencia que nos ha otorgado por la Resurrección de Cristo, y que
esperamos alcanzar después de superar las pruebas que nos presenta el
mundo.

ANTES DEL EVANGELIO. San Juan en su Evangelio nos relata hoy dos
apariciones posteriores a la resurrección de Jesús. Cristo resucitado nos
regala su paz y nos asigna una misión. Preparémonos a la escucha de
esta Buena Nueva, cantando el aleluya.

ACLAMACIÓN. Tomás, tú crees porque me has visto; dichosos los que


creen sin haberme visto, dice el Señor.

OFERTORIO. De los bienes que Dios nos ha dado, en su gran Misericordia


Divina, llevamos ahora al altar el Pan y el Vino, fruto de nuestro trabajo
y que ahora se convertirán en el Cuerpo y la Sangre de Cristo.

COMUNIÓN. «Dichosos los que crean sin haber visto» ha dicho el Señor
ahora a Tomás. Porque creemos en la presencia real de Cristo en la hostia
consagrada, acudimos a recibirle. Cantamos.

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