Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Los pastores ordenados, a pesar de que han sido ordenados para la iglesia mundial,
son asignados por la junta de la misión o asociación local a una iglesia o distrito
local. Como pastores o directores de distrito, “no reemplazan al presidente en las
iglesias o distritos en que les toca actuar; no están dotados de
facultades administrativas, como el presidente, sino que cooperan con él en la
ejecución de los planes y en el cumplimiento de todos los reglamentos de la Asociación o Misión”. Sin
embargo, el Manual de la Iglesia señala que: “Por virtud de su ordenación, el pastor está calificado para
ejercer su función en todos los ritos y ceremonias”.
Los ministros con licencia ministerial son pastores no ordenados a quienes se les ha dado la oportunidad de
“demostrar su llamamiento al ministerio, especialmente en lo que atañe a la ganancia de almas”. Como
ministros con licencia ministerial, están “están autorizados para predicar, empeñarse en la evangelización,
dirigir a la iglesia en el trabajo misionero y ayudar en cualquier actividad de la iglesia”. Sin embargo, puede
haber ocasiones o circunstancias que hacen necesario que la Asociación nombre a un pastor con licencia
ministerial para asumir la responsabilidad de ser el pastor, o el pastor asociado de una iglesia o de un grupo
de iglesias”.
Adicionalmente, el Pastor Israel Leito, presidente de la División Interamericana de los Adventistas del
Séptimo Día, aclaró esto mismo e hizo notar lo siguiente: “El ministro comisionado ejerce una función similar
a la del pastor con licencia ministerial y esencialmente lleva a cabo los mismos ritos” (consulta con el
presidente, 26 de febrero de 2018). Por lo tanto, un ministro comisionado puede celebrar servicios funerales,
presidir sobre el rito de comunión, orar por los infantes y bautizar personas, una vez que haya sido
autorizado para hacerlo por parte del presidente de la misión o asociación local.
Los ancianos de iglesia local (tanto hombres como mujeres) son elegidos por la iglesia local y cumplen su
labor muy de cerca con el pastor. El Manual de la Iglesia señala: “La elección de una persona para el cargo
de anciano, por sí sola, no lo califica para actuar como anciano. Se requiere la ordenación como anciano,
antes que dicha persona tenga autoridad para actuar como tal. En el intervalo entre la elección y la
ordenación, el anciano elegido puede actuar como líder de la iglesia, pero no puede administrar los ritos de
la iglesia”. Un anciano de iglesia no conduce un servicio de comunión, pero participa en él. Como en el caso
de una reunión de negocios de la iglesia, un pastor es quien preside, pero en su ausencia, el anciano puede
presidir la reunión “con la aprobación del pastor o del presidente de la asociación.
En relación con la ceremonia bautismal, “un anciano de iglesia local no debe oficiar
en la ceremonia bautismal sin obtener primero el permiso del presidente de la
asociación o misión”. El Manual de la Iglesia señala también que “los ancianos de
iglesia no tienen autoridad para recibir o excluir miembros. Esto se lleva a cabo
solamente por voto de la iglesia. Solamente la junta de la iglesia puede recomendar
que la iglesia vote admitir o excluir miembros”.
En caso de que alguien se haya quedado con la impresión de que este artículo es
solamente una lista de lo que no debe hacerse, debo aclarar nuevamente que mi intención es señalar los
roles o papeles a desempeñar. La Asociación Ministerial valora a todos los pastores y ancianos de iglesia y
continúa equipando e instruyendo a tales person as para que desempeñen un ministerio eficaz, a fin de
cumplir con el mandato de Dios en Mateo 28:19, 20. Sin la labor de los ancianos de iglesia local, de los
pastores ordenados, con licencia ministerial y comisionados, la iglesia no podría ser eficazmente operada y
administrada. Por lo tanto, cada uno es valorado y apreciado por la Asociación Ministerial.