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Teorema de thevenin

En la teoría de circuitos eléctricos, el teorema de Thévenin establece que si una parte de


un circuito eléctrico lineal está comprendida entre dos terminales A y B, esta parte en cuestión
puede sustituirse por un circuito equivalente que esté constituido únicamente por un generador de
tensión en serie con una impedancia, de forma que al conectar un elemento entre los dos
terminales A y B, la tensión que cae en él y la intensidad que lo atraviesa son las mismas tanto en
el circuito real como en el equivalente.

El teorema de Thévenin fue enunciado por primera vez por el científico alemán Hermann von
Helmholtz en el año 1853,1 pero fue redescubierto en 1883 por el ingeniero de telégrafos
francés Léon Charles Thévenin (1857–1926), de quien toma su nombre.2 3 El teorema de Thévenin
es el dual del teorema de Norton.

Tensión de Thévenin [editar]

La tensión de thévenin Vth se define como la tensión que aparece entre los terminales de la carga
cuando se desconecta la resistencia de la carga. Debido a esto, la tensión de thévenin se
denomina, a veces, tensión en circuito abierto (Vca)

Resistencia (impedancia) de Thévenin [editar]


La impedancia de Thévenin simula la caída de potencial que se observa entre las terminales A y B
cuando fluye corriente a través de ellos. La impedancia de Thevenin es tal que:

Siendo   el voltaje que aparece entre los terminales A y B cuando fluye por ellos una corriente   
y   el voltaje entre los mismos terminales cuando fluye una corriente 
Una forma de obtener la impedancia Thevenin es calcular la impedancia que se "ve" desde los
terminales A y B de la carga cuando ésta está desconectada del circuito y todas las fuentes de
tensión e intensidad han sido anuladas. Para anular una fuente de tensión, la sustituimos por un
circuito cerrado. Si la fuente es de intensidad, se sustituye por un circuito abierto.

Para calcular la impedancia Thevenin, debemos observar el circuito, diferenciando dos casos:
circuito con únicamente fuentes independientes (no dependen de los componentes del circuito), o
circuito con fuentes dependientes.

Para el primer caso, anulamos las fuentes del sistema, haciendo las sustituciones antes
mencionadas. La impedancia de Thévenin será la equivalente a todas aquellas impedancias que,
de colocarse una fuente de tensión en el lugar de donde se sustrajo la impedancia de carga,
soportan una intensidad.

Para el segundo caso, anulamos todas las fuentes independientes, pero no las dependientes.
Introducimos una fuente de tensión (o de corriente) de prueba   ( ) entre los
terminales A y B. Resolvemos el circuito, y calculamos la intensidad de corriente que circula por la
fuente de prueba. Tendremos que la impedancia Thevenin vendrá dada por

Si queremos calcular la impedancia de Thevenin sin tener que desconectar ninguna fuente un
método sencillo consiste en reemplazar la impedancia de carga por un cortocircuito y calcular la
corriente   que fluye a través de este corto. La impedancia Thévenin estará dada entonces por:

De esta manera se puede obtener la impedancia de Thévenin con mediciones directas sobre el
circuito real a simular.

Ejemplo [editar]

En primer lugar, calculamos la tensión de Thévenin entre los terminales A y B de la carga; para
ello, la desconectamos del circuito. Una vez hecho esto, podemos observar que la resistencia de
10 Ω está en circuito abierto y no circula corriente a través de ella, con lo que no produce ninguna
caída de tensión. En estos momentos, el circuito que necesitamos estudiar para calcular la tensión
de Thévenin está formado únicamente por la fuente de tensión de 100 V en serie con dos
resistencias de 20 Ω y 5 Ω. Como la carga RL está en paralelo con la resistencia de 5 Ω (recordar
que no circula intensidad a través de la resistencia de 10 Ω), la diferencia de potencial entre los
terminales A y B es igual que la tensión que cae en la resistencia de 5 Ω (ver tambiénDivisor de
tensión), con lo que la tensión de Thévenin resulta:

Para calcular la resistencia de Thévenin, desconectamos la carga del circuito y anulamos la fuente
de tensión sustituyéndola por un cortocircuito. Si colocásemos una fuente de tensión (de cualquier
valor) entre los terminales A y B, veríamos que las tres resistencias soportarían una intensidad. Por
lo tanto, hallamos la equivalente a las tres: las resistencias de 20 Ω y 5 Ω están conectadas en
paralelo y éstas están conectadas en serie con la resistencia de 10 Ω, entonces:

TEOREMA DE NORTON

El teorema de Norton para circuitos eléctricos es dual del teorema de Thévenin. Se conoce así en


honor al ingeniero Edward Lawry Norton, de los Laboratorios Bell, que lo publicó en un informe
interno en el año 1926.1 El alemán Hans Ferdinand Mayer llegó a la misma conclusión de forma
simultánea e independiente.

Establece que cualquier circuito lineal se puede sustituir por una fuente equivalente de intensidad
en paralelo con una impedancia equivalente.

Al sustituir un generador de corriente por uno de tensión, el borne positivo del generador de tensión
deberá coincidir con el borne positivo del generador de corriente y viceversa.

Cálculo del circuito Norton equivalente [editar]


Para calcular el circuito Norton equivalente:

1. Se calcula la corriente de salida, IAB, cuando se cortocircuita la salida, es decir, cuando se


pone una carga nula entre A y B. Esta corriente es INo.
2. Se calcula la tensión de salida, VAB, cuando no se conecta ninguna carga externa, es decir,
con una resistencia infinita entre A y B. RNo es igual a VAB dividido entre INo.
El circuito equivalente consiste en una fuente de corriente INo, en paralelo con una resistencia RNo.

Circuito Thévenin equivalente a un circuito Norton [editar]


Para analizar la equivalencia entre un circuito Thévenin y un circuito Norton pueden utilizarse las
siguientes ecuaciones:

Ejemplo de un circuito equivalente Norton [editar]

Paso 4: El circuito

Paso 3: Calculando la equivalente


Paso 2: Calculando la
resistencia equivalente al
Paso 1: El circuito original intensidad de salida
circuito actual
equivalente al circuito actual

En el ejemplo, Itotal viene dado por:

Usando la regla del divisor, la intensidad de corriente eléctrica tiene que ser:

Y la resistencia Norton equivalente sería:

Por lo tanto, el circuito equivalente consiste en una fuente de intensidad


de 3.75mA en paralelo con una resistencia de 2 kΩ

TEOREMA DE MAXIMA DE TRANSFERENCIA

En ingeniería eléctrica, electricidad y electrónica, el teorema de máxima transferencia de


potencia establece que, dada una fuente, con una resistencia de fuente fijada de antemano, la
resistencia de carga que maximiza la transferencia de potencia es aquella con un valor óhmico
igual a la resistencia de fuente. Tambien este ayuda a encontrar el teorema de Thevenin y Norton.

El teorema establece cómo escoger (para maximizar la transferencia de potencia) la resistencia de


carga, una vez que la resistencia de fuente ha sido fijada, no lo contrario. No dice cómo escoger la
resistencia de fuente, una vez que la resistencia de carga ha sido fijada. Dada una cierta
resistencia de carga, la resistencia de fuente que maximiza la transferencia de potencia es siempre
cero, independientemente del valor de la resistencia de carga.

Se dice que Moritz von Jacobi fue el primero en descubrir este resultado, también conocido como
"Ley de Jacobi".

Maximizando transferencia de potencia versus eficiencia de


potencia [editar]
El teorema fue originalmente malinterpretado (notablemente por Joule) para sugerir que un sistema
que consiste de un motor eléctrico comandado por una batería no podría superar el 50% de
eficiencia pues, cuando las impedancias estuviesen adaptadas, la potencia perdida como calor en
la batería sería siempre igual a la potencia entregada al motor. En 1880, Edison (o su
colegaFrancis Robbins Upton) muestra que esta suposición es falsa, al darse cuenta que la
máxima eficiencia no es lo mismo que transferencia de máxima potencia. Para alcanzar la máxima
eficiencia, la resistencia de la fuente (sea una batería o un dínamo) debería hacerse lo más
pequeña posible. Bajo la luz de este nuevo concepto, obtuvieron una eficiencia cercana al 90% y
probaron que el motor eléctrico era una alternativa práctica al motor térmico.

Potencia transferida en función de la adaptación. Solo se tiene en cuenta la parte resistiva. Se supone que las
reactancias están compensadas.

En esas condiciones la potencia disipada en la carga es máxima y es igual a:


La condición de transferencia de máxima potencia no resulta en eficiencia máxima. Si
definimos la eficiencia   como la relación entre la potencia disipada por la carga y la potencia
generada por la fuente, se calcula inmediatamente del circuito de arriba que

La eficiencia cuando hay adaptación es de solo 50%. Para tener eficiencia máxima, la
resistencia de la carga debe ser infinitamente más grande que la resistencia del
generador. Por supuesto en ese caso la potencia transferida tiende a cero. Cuando la
resistencia de la carga es muy pequeña comparada a la resistencia del generador, tanto la
eficiencia como la potencia transferida tienden a cero. En la curva de la derecha hemos
representado la potencia transferida relativa a la máxima posible (cuando hay adaptación)
con respecto al cociente entre la resistencia de carga y la del generador. Se supone que
las reactancias están compensadas completamente. Nótese que el máximo de la curva no
es crítico. Cuando las dos resistencias están desadaptadas de un factor 2, la potencia
transferida es aún 89% del máximo posible.

Cuando la impedancia de la fuente es una resistencia pura (sin parte reactiva), la


adaptación se hace con una resistencia y es válida para todas las frecuencias. En cambio,
cuando la impedancia de la fuente tiene una parte reactiva, la adaptación solo se puede
hacer a una sola frecuencia. Si la parte reactiva es grande (comparada a la parte
resistiva), la adaptación será muy sensible a la frecuencia, lo que puede ser un
inconveniente.

Adaptación de impedancias [editar]
La adaptación de impedancias es importante en dos situaciones. La primera ocurre en
bajas potencias, cuando la señal recibida en la entrada de un amplificador es muy baja y
próxima del nivel del ruido eléctrico del amplificador. Si la transferencia de señal no es
óptima, la relación señal/ruido empeorará. Encontramos esta situación, por ejemplo, en la
recepción de bajas señales radioeléctricas. Es interesante que el cable que conecta
la antena al receptor esté adaptado en las dos extremidades para maximizar la potencia
transferida de la antena al cable y luego del cable al receptor.

Otra situación en la cual la adaptación de impedancias es trascendental ocurre en


sistemas de alta frecuencia. Por ejemplo en un transmisor operando a frecuencias de
microondas, constituido (entre otros elementos) por un generador, una guía de ondas y
una antena. Si la guía de ondas y la antena no están adaptadas, una parte de la potencia
incidente en la antena se reflejará y creará una onda estacionaria en la guía. Si la
desadaptación es apreciable, y la potencia transmitida es suficientemente alta, la fuente
puede dañarse por la onda reflejada. En la práctica se utilizan adicionalmente protecciones
entre la fuente y la guía de ondas, de modo que señales reflejadas desde la carga sean
atenuadas.

No se debe pensar que, en todas las situaciones, lo ideal es que las impedancias de la
fuente y de la carga estén adaptadas. En muchos casos, la adaptación es perjudicial y hay
que evitarla. La razón es que, como se ha explicado antes, cuando hay adaptación, la
potencia disipada en la carga es igual a la potencia disipada en la resistencia de la
impedancia de la fuente. La adaptación corresponde a un rendimiento energético máximo
de 50%. Si se quiere un buen rendimiento hace falta que la resistencia de la fuente sea
despreciable respecto a la resistencia de la carga. Un ejemplo es el de la producción y la
distribución de energía eléctrica por las compañías de electricidad. Si los generadores de
las compañías estuviesen adaptados a la red de distribución, la mitad de la potencia
generada por las compañías serviría solo a calentar los generadores... y a fundirlos.
También, si su lámpara de escritorio estuviese adaptada a la red, consumiría la mitad de la
potencia generada por la compañía de electricidad.

Tomemos otro ejemplo menos caricatural: el de un emisor de radio conectado a la antena


a través de un cable. Si la adaptación del cable a la antena es deseable (para que no haya
ondas reflejadas), es mejor evitar la adaptación del cable al emisor. Si el emisor estuviese
adaptado, la mitad de la potencia generada por el emisor se perdería en la resistencia
interna de este último. Lo mejor es que la resistencia interna del emisor sea lo más
pequeña posible.

Hay otros casos en los cuales la adaptación es simplemente imposible. Por ejemplo, la
resistencia interna de una antena de automóvil en ondas largas y ondas médias es muy
pequeña (unos miliohmios). No es posible adaptar ni el cable ni el receptor a la antena.
Pero eso no impide el funcionamiento de los auto-radios.

Otro caso corriente en el cual la adaptación de la antena al receptor y al emisor es


imposible es el de los teléfonos celulares. Como la impedancia de la antena depende la
posición de la cabeza y de la mano del usuario, la adaptación en todas circunstancias es
imposible, pero eso no les impide funcionar.

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