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República Bolivariana de Venezuela

Ministerio del Poder Popular para la Defensa


Universidad Nacional Experimental
Politécnica de la Fuerza Armada Nacional
Núcleo Anzoátegui
Extensión Puerto Píritu

TOPOGRAFÍA

Profesora: Bachilleres:
Ing.Civil
4to Semestres

Puerto Piritu, Marzo de 2023


CICLO GEOLOGICO

El ciclo geoló gico A lo largo de la historia de la Tierra, la corteza ha estado sometida a


transformaciones continuas, consecuencia de la acció n de los agentes geoló gicos, tanto
internos como externos, que son los elementos que con su actividad producen cambios en
el relieve terrestre. Los procesos geoló gicos internos tienen su principal origen en el calor
interno del planeta, considerá ndose constructivos, al ser los responsables de la formació n
del relieve. La manifestació n de los agentes internos se realiza en forma de movimientos
lentos (orogénicos) o bruscos (seísmos y volcanes), que asimismo dará n origen a la
formació n de nuevos minerales y rocas. Los procesos geoló gicos externos se deben a la
actuació n de los agentes externos (atmó sfera, agua, viento), teniendo su origen en el
calentamiento provocado por la radiació n solar y en la fuerza de la gravedad. El ciclo
geoló gico integra ambos procesos, que se realizan de forma ininterrumpida y simultá nea,
en tres fases: Orogénesis o formació n de nuevas cadena montañ osas. Gliptogénesis, que es
la destrucció n del relieve, debida a los agentes externos. Litogénesis, que es la formació n
de nuevos materiales a partir de los ya existentes (rocas sedimentarias) y de otros que se
incorporan desde el interior (rocas magmá ticas y metamó rficas).
El ciclo de las rocas

Nuestro planeta es un todo complejo que está formado por muchas partes que
interactúan. Las rocas, consideradas a lo largo de espacios temporales muy
prolongados, están en constante formación, cambio y reformación, cumpliendo
un ciclo: el ciclo de las rocas, éste nos ayuda a entender el origen de las
mismas mostrándonos las relaciones de los procesos internos y externos de la
tierra y la forma en que cada uno de los tres grupos básicos de rocas se
relaciona entre sí.

El magma, por ejemplo, que se forma a una gran profundidad por debajo de la
superficie de la Tierra, se enfría y se solidifica (cristalización), ya sea debajo de
la superficie terrestre o en la superficie, originando las rocas ígneas. Cuando
las rocas ígneas afloran en la superficie experimentarán un proceso
sedimentario, dando lugar a una roca sedimentaria; si esta roca sedimentaria,
además, es enterrada a profundidad y es sometida a procesos metamórficos, la
roca reaccionará ante el ambiente cambiante y se convertirá en una
metamórfica. Finalmente cuando ésta última es expuesta a cambios de presión
adicionales o a temperaturas aún mayores se fundirá, creando un magma que
nuevamente acabará cristalizando en rocas ígneas. Cabe decir que algo común
a todos estos cambios es que requieren de grandes cantidades de tiempo para
realizarse.

Lo expuesto anteriormente es un ciclo básico pero no es el único posible. Las


rocas ígneas son ejemplo de ello ya que en vez de ser expuestas en la
superficie terrestre pueden permanecer enterradas profundamente, siendo
sometidas a grandes fuerzas de compresión y a temperaturas elevadas
transformándose directamente en rocas metamórficas. Las rocas metamórficas
y sedimentarias, así como los sedimentos, no siempre permanecen enterrados
ya que las capas superiores pueden ser eliminadas, dejándolas expuestas,
cuando esto ocurre, los materiales se intemperizan o erosionan y se convierten
en nueva materia prima para rocas sedimentarias. Así, sucesivamente, las
rocas interactúan entre sí pasando de un tipo a otro según los factores que las
afecten.

Una clasificación genética que refiere al origen externo o interno de las rocas
las divide en Rocas Exógenas, que son aquellas que fueron formadas en la
superficie de la tierra, y las Rocas Endógenas, que son las que se formaron
en el interior de la tierra (o al menos en parte). Según esta clasificación las
rocas exógenas incluirían a las rocas sedimentarias y las residuales (poco
importantes), y en las endógenas incluirían a las ígneas y metamórficas.

Serie de Bowen
PorYandry Maldonado1 marzo, 2022

En la década de 1920, el geólogo canadiense Norman L. Bowen comenzó una


serie de experimentos de laboratorio diseñados para determinar la secuencia
en la que los minerales de silicato se cristalizan a partir de una masa fundida
(magma) (serie de Bowen).

Primero, Bowen derritió una roca ígnea máfica en polvo elevando su


temperatura a aproximadamente 1280 ° C. Luego enfrió la masa fundida lo
suficiente para que parte de ella se solidificara. Finalmente, «apagó» el
derretimiento restante sumergiéndolo rápidamente en mercurio frío.

El enfriamiento rápido, que significa enfriamiento repentino para formar un


sólido, transformó cualquier líquido restante en vidrio. El vidrio atrapó los
cristales formados anteriormente dentro de él. Bowen identificó cristales
minerales formados antes de enfriar con un microscopio, y analizó la
composición química del vidrio restante.
Después de experimentos a diferentes temperaturas, Bowen descubrió que, a
medida que se forman nuevos cristales, extraen ciertas sustancias químicas
preferentemente de la masa fundida (Fig. 1).

El orden de cristalización está determinado por dos factores principales:

 la termodinámica del proceso de cristalización


 la composición del magma que cristaliza.

El primer factor fue estudiado por Bowen, que observó que la cristalización de
los minerales durante el enfriamiento de un magma sigue, en términos
generales, una secuencia determinada, que se puede subdividir en dos
grandes ramas: la denominada rama discontinua (minerales
ferromagnesianos), y la rama continua (plagioclasas), que convergen en un
tronco común, que corresponde a la cristalización de feldespato potásico y
finalmente cuarzo, siempre los últimos en cristalizar.

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