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Almeida Cabrejas Belen. La formulación lingüística del mandato y la prohibición en varios textos historiográficos
medievales castellanos. In: Cahiers d'études hispaniques médiévales. N°34, 2011. pp. 185-199;
doi : 10.3406/cehm.2011.2262
http://www.persee.fr/doc/cehm_1779-4684_2011_num_34_1_2262
Résumé
Ce travail traite de la façon dont divers textes historiographiques médiévaux castillans expriment
les concepts d’ordre et d’interdit : quelles formes lexicales choisit-on ; dans quelles structures ces
formes prennent-elles corps ? On s’intéresse tout particulièrement aux collocations et aux
expressions souvent répétées, ainsi qu’à l’emploi de formules d’origine documentaire. D’autre
part, on analyse l’émetteur des ordres et des interdits et les récepteurs et aussi quelles sont les
possibles réponses de ces derniers (obéissance ou désobéissance ; accord ou désaccord).
L’étude de tous ces éléments permet d’arriver à la conclusion que la représentation de ces ordres
et les réactions qu’ils suscitent constituent l’une des principales armes de l’historiographe pour
dresser le portrait de ses protagonistes.
La formulación lingüística del mandato y la
prohibición en varios textos historiográficos
medievales castellanos
RESUMEN
En este trabajo se aborda el modo en que distintos textos historiográficos
medievales castellanos expresan los conceptos de mandato y prohibición,
qué formas léxicas se eligen y en qué estructuras se incardinan estas formas,
prestando una especial atención a colocaciones o expresiones frecuentemente
repetidas, así como al empleo de fórmulas de origen documental. Por otra
parte, se analizará quién es el emisor de las órdenes y prohibiciones y quiénes
sus receptores, y cuáles son las posibles respuestas de estos (obediencia o
desobediencia, acuerdo o desacuerdo). El análisis de todos estos elementos
permite llegar a la conclusión de que la representación de estas órdenes y
de las reacciones que suscitan constituyen una de las principales armas del
historiógrafo para retratar a sus protagonistas.
RÉSUMÉ
Ce travail traite de la façon dont divers textes historiographiques médiévaux castillans
expriment les concepts d’ordre et d’interdit : quelles formes lexicales choisit-on ; dans
quelles structures ces formes prennent-elles corps ? On s’intéresse tout particulièrement aux
collocations et aux expressions souvent répétées, ainsi qu’à l’emploi de formules d’origine
documentaire. D’autre part, on analyse l’émetteur des ordres et des interdits et les récepteurs
et aussi quelles sont les possibles réponses de ces derniers (obéissance ou désobéissance ;
accord ou désaccord). L’étude de tous ces éléments permet d’arriver à la conclusion que la
représentation de ces ordres et les réactions qu’ils suscitent constituent l’une des principales
armes de l’historiographe pour dresser le portrait de ses protagonistes.
1. Real Academia Española, banco de datos, Corpus diacrónico del español (CORDE), [en línea],
[URL: http://www.rae.es/cordenet.html]. Por las ediciones aquí contenidas se citan todas las
obras salvo la Segunda Parte y la sección gentil de la Quinta Parte de la General Estoria, citadas por
Belén ALMEIDA (ed.), ALFONSO X, General Estoria, Segunda Parte, Madrid: Castro, 2009, y Belén
ALMEIDA (ed.), ALFONSO X, General Estoria, Quinta Parte (sección gentil), Madrid: Castro, 2009.
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2. P. ej. en el Victorial supone un 0,19%. En la Cr. RRCC de Pulgar, la misma búsqueda arroja
el altísimo resultado de 0,33%, y en la Crónica de Enrique IV de Enríquez del Castillo un 0,29 %.
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iubeo & impero; aunque le tomamos del verbo mando, as, aui. mandar algunas
vezes sinifica embiar recaudo con tercero, y la embaxada mandado ¶ Mandar
es gouernar, y ninguno deue mandar a otro sin que sea su criado, o subdito,
o por alguna otra via tenga imperio sobre el; porque faltando esto le podran
dezir, mandaldo, y hazeldo vos (Tesoro, s. v. mandar)3.
10. Decir es también un verbo empleado en todos los textos consultados para introducir
órdenes referidas; aunque, al igual que sucede en su uso para introducir discurso directo, la
presencia de que + subjuntivo introducido por dezir no implica que exista una orden en el modo
en que lo hacen verbos puramente de mandato, puesto que también adoptan esta forma comu-
nicaciones en que no interviene el factor de autoridad.
11. Las situaciones en que alguien se dirige a otra persona situada más alto en la escala
social con fórmulas que incluyen imperativos pueden dividirse en situaciones de consejo y
situaciones de enfrentamiento o reto. Los autores marcan, mediante las fórmulas de trata-
miento, la introducción o no de elementos de cortesía y otros rasgos, la intención del emisor.
Vid. Elena LEAL ABAD, «La fuerza ilocutiva en los debates medievales castellanos de contro-
versia y su plasmación lingüística», e-Spania, 6, 2008, [en línea], puesto en línea el 30 de octubre
2008, [URL: http://e-spania.revues.org/13833], consultado el 14 de septiembre 2011, donde
la autora señala que una formulación imperativa poco cortés implica una amenaza para la
imagen del destinatario.
12. Vid. M. LÓPEZ, art. cit.
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GE 5:
Classica det > Tanga el César sus bozinas e mande tañer sus estrumentos
(Lucano, Farsalia, 4, 186 / trad. de Farsalia, libro 4, cap. 3)15
Sin embargo, la identidad ocasional de significado entre mandar + verbo
y el verbo simple no resulta suficiente para la lengua jurídica, que busca,
en lo posible, la exactitud, por lo que encontramos en esta variedad la fór-
mula «verbo o mandar + verbo» («tomar o mandar tomar», p. ej.), fórmula
que encontramos también ocasionalmente en la historiografía:
Fuero Juzgo:
establecemos que todo joyz que tomar o mandar tomar, o ffazer algún dano
en las cosas que non pertenescen a él […] faga enmienda por el danno
& por el tuerto que fizo (fol. 16vo).
GCr. Alfonso XI:
E aquellos mensajeros […] pusieron con el rrey que don Joan […] no
tomase ni rrobase ni mandasse tomar ni rrobar ninguna cosa de la [tierra] del
rrey ni de sus vassallos (II, p. 99).
A pesar de las semejanzas apuntadas, existe una importante dife-
rencia16 entre estas construcciones: las de fazer tienen un valor implica-
tivo17, puesto que su afirmación presupone la verdad de la proposición
subordinada, mientras que una orden o prohibición implican la posibi-
lidad de eludir su cumplimiento. Por tanto, la diferencia fundamental, en
lo que a nosotros nos interesa, entre ambas construcciones es que solo con
mandar puede haber una expresión de desobediencia. La desobediencia a
una orden es una respuesta relativamente rara en relación con el número
de órdenes recogidas en los textos historiográficos. Se expresa con fre-
cuencia con los verbos no(n) querer, pero también no(n) osar18 y no(n) atre-
15. En esta cita, los alfonsíes traducen det tanto como tanga como mande tañer, en una doble
traducción con un miembro más fiel y otro más interpretativo, algo que es relativamente fre-
cuente en los romanceamientos alfonsíes. Vid. al respecto p. ej. Belén ALMEIDA (ed.), ALFONSO X,
GE, Quinta Parte, «Introducción», Madrid: Fundación José Antonio de Castro, 2009.
16. Hay otras, pero no nos interesan en este contexto: la proposición es con fazer siempre en
infinitivo y nunca con que más subjuntivo; el sujeto de fazer no lleva siempre el rasgo [+ auto-
ridad] o [+ dominio]: «la fambre le fizo tornar» (Esopete ystoriado, fol. 96vo); el verbo subordi-
nado en fazer + infinitivo puede referirse tanto a una acción como a un estado, mientras que
con mandar suele referirse prácticamente siempre a una acción.
17. Vid. Lauri KARTTUNEN, «Implicative Verbs», Language, 47, 1971, p. 340-58, apud M. LÓPEZ,
art. cit.
18. P. ej. en Cr. Pedro I se encuentra en dos casos una formulación muy similar cuando se
explica la reacción de unos ballesteros a los que se ordena que maten a dos hombres de calidad:
«[…] e (avn) los ballesteros no lo osavan fazer». El «no osar» o «no atreverse» lo puede inter-
pretar el historiógrafo como causado por el «miedo al rey», una emoción inspirada por el mal
señor aduciendo la cual llega a justificarse la desobediencia, o bien por la conciencia de la mala
actuación y el temor a la justicia real. Vid. François FORONDA, «El miedo al rey. Fuentes y pri-
meras reflexiones acerca de una emoción aristocrática en la Castilla del siglo XIV», e-Spania, 4,
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verse, así como mediante el verbo del mandato negado, aunque el modo
de expresión es muy variado.
GCr. Alfonso XI:
[…] e el rrey dixo que le acogiessen en el castillo, pues era del su señorio e
del su rreyno. E el freire non le quiso acoger.
Enríquez del Castillo, Cr. Enrique IV:
Quando el rrey llegó a la puerta […] dixo a Perafán de Ribera que le pres-
tase su cavallo en que fuesen, el qual […], syn vergüença ninguna, le dixo
que no quería.
los que el historiógrafo, incluso sin hacer explícito ningún juicio de valor
personal, hace llegar al público de la obra elementos de juicio sobre cómo
valorar una orden o prohibición.
Los elementos más habituales para la expresión de acuerdo son «con-
tento», «pagado», «de su voluntad», «d’esto plogo», mientras que el des-
acuerdo se expresa con «mal contento», «mal pagado», «quejado», «no
de buena voluntad», «le(s) non plazía», «d’esto pesó mucho», «d’esto non
plogo». Las personas cuyo juicio los historiógrafos aducen como impor-
tante para la valoración de la actitud del señor suelen ser bien los inte-
grantes de un grupo influyente, bien la mayoría o todos de los que oyen
una medida real expresada mediante una orden: «los caballeros del regno»,
«muchos», «todos», «toda la gente»… En cambio, expresiones como «a
algunos» o «a algunos […] a otros» puede introducir el motivo narrativo
de la desobediencia o del descontento nobiliario no justificado por el autor.
Cr. Pedro I:
E ally acaesçio que entre los de la çibdat que el rrey mando matar, vn
platero viejo, que auia ochenta años, e teniendolo para matar, llego al
rrey vn fijo del dicho platero, que auia fasta diez e ocho años, e pidiole
merçed que mandasse matar a el e escapar a su padre, e fue fecho assy.
E pluguiera a todos que el rrey mandara que non matassen a ninguno dellos
nin al padre nin al fijo.
Escavias, Repertorio de príncipes:
E como quier que al Çid mucho non plogo, por mandárxelo el rrey otorgólo.
Refundición de la Crónica del Halconero:
E como quier que algunos de los grandes que allí estauan non plogo
mucho de la tal declaraçión, a los procuradores y al pueblo, y a muchos
de los otros, paresçió ser bien fecho.
Pulgar, Cr. RRCC:
[…] & con esta justiçia que fizieron, los omes çibdadanos e labradores,
e toda la gente común, deseosos de paz, estauan muy alegres, e dauan
graçias a Dios.
como orden impartida por carta frente a orden directa (vid. ejemplos que
siguen). Se trata de una fórmula de origen documental22 cuya entrada en
la historiografía (y en otros géneros) se da sobre todo a partir de mediados
del siglo XIV, mientras que es muy rara en las crónicas alfonsíes.
Victorial:
E quando el capitán supo quién heran, mandó alçar el pendón del rey e
armar toda su gente, e enbióles mandar que se diesen a prisión.
GCr. Alfonso XI:
e mando fazer vna carta, en la qual le enbio a mandar que se viniese a ver
con el.
Cr. de Enrique IV de Castilla 1454-1474:
Y el arçobispo escrivio al rey, faziendole saber de su partida, e porque el
rey no le enbiase mandar el contrario no espero la respuesta, mas luego se
partio […].
El verbo mandar es, con diferencia, el más frecuente entre los de man-
dato. Sin embargo, existen también otros verbos, como requerir, ordenar,
decir, y construcciones como «fazer mandamiento», «enviar (su) mandado»,
«mandar/enviar sus cartas que/mandando», «dar cargo», etc.
22. Vid. p. ej. una carta de Alfonso X de 1272: «Bien sabedes de cómo vos embié mandar
por mi carta abierta que dexássedes al prior e al convento meter las uvas e el vino de sus casas
en vuestra villa» (Documentos del Archivo Histórico Nacional [a1200-a1492]).
23. El texto de GE 5 innova, como puede apreciarse, con respecto al texto que traduce introdu-
ciendo una mención a la información que se hace llegar al pueblo sobre una norma recién estable-
cida. Se trata de la recuperación de una fórmula documental (sobre este tipo de fórmulas, vid. infra).
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GE 1:
Mas una cosa les mandó e defendió, que carne con sangre que la non
comiessen […].
GCr. Alfonso XI:
Pero el rrey enbio a mandar e defender que ninguno saliese a pelear […].
24. Vid. Belén ALMEIDA y Elena TRUJILLO, «La influencia de los documentos de la can-
cillería alfonsí en la Quinta Parte de la General Estoria», in: F. BAUTISTA y J. GAMBA (ed.), Estudios
sobre la Edad Media, el Renacimiento y la temprana modernidad, San Millán de la Cogolla: Cilengua,
2010, p. 25-34.
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– las fórmulas enviar + mandar, mandar + pregonar, que hemos examinado antes;
– la fórmula «mando que ninguno non sea osado», con variantes (como el
adverbio firmemente o la doble forma «mando e defiendo»), surgida dentro
del estilo documental y componente habitual en los documentos como la
manera más frecuente de presentar las órdenes y prohibiciones; es incluso
recogida por el Espéculo como parte necesaria en la redacción de algunos
tipos de escritos reales:
Espéculo:
Portadgo puede quitar el rrey a alguno de que deue sseer ffecha la carta desta
guisa. De nos tal rrey a todos los portadgueros & A todos los omnes del
rregno que la vieren ssalut. Sepades que nos quitamos a ffulan de por-
tadgo […]. Et deue y otrossi dezir la rrazon por quel ffaze aquel quita-
mjento […]. Onde manda que njnguno non ssea ossado del enbargar njn de
contrallar por ello ssi non quel pecharie tanto en coto. & la otra pena
que pussiere el Rey […].
Rodríguez de Almela, Valerio de las historias:
Saul Rey de ysrrael commo viese que sus enemigos los filisteos foyan.
mando que ninguno non fuese osado de comer so pena de muerte;
25. A pesar de la notable fidelidad que caracteriza las traducciones contenidas en la General
Estoria con respecto por ejemplo a las que se encuentran en la Estoria de España, fidelidad que
ha sido resaltada en numerosas ocasiones (vid. p. ej. Inés FERNÁNDEZ-ORDÓÑEZ, Las estorias de
Alfonso X, Madrid: Istmo, 1992).
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26. A esta fórmula nos hemos referido más arriba cuando hablábamos del valor facti-
tivo del verbo simple.
27. Además de las citadas, relacionadas con la expresión de órdenes y prohibiciones,
existen en la historiografía otras muchas colocaciones, expresiones y usos peculiares tomados
del estilo documental. Muchos de estos usos de raigambre legal y documental que van encon-
trando paulatinamente un lugar en la historiografía medieval son después recogidos por la
novela de caballerías.