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En la ciudad de Guatemala, a las 13 horas con treinta minutos del

nueve de abril del año dos mil veinti dos , yo, Brenda Jeanneth
Peña Patal Notario, constituido en mi oficina profesional ubicada
2da avenida 20-45 zona 3 de esta ciudad; soy requerida por Maria
Josefina quien se identifica con Documento de identificacion
personal DPI (2770972830101 ) , Kimberly Sofía Suy Larios ( 2856
50217 0101) extendida en la ciudad de Guatemala y la señortia
PRISCILA JOCABED SUY ORDOÑEZ CON DPI 1723507080101
, siendo personas de mi anterior conocimiento y de datos de
identificación en las presentes diligencias. Los comparecientes
requieren mis servicios profesionales, ya que ante mis oficios se
tramita el JUNTA DE HEREDEROS TESTAMENTARIA DE su señor
padre, el señor miguel angel suy palacios , y siendo hoy el día y hora
señalada para la junta de herederos e interesados, teniéndose a la
vista las publicaciones aparecidas en el diario oficial “Diario de
Centro América” los días diez, diecisiete y veinticuatro, del mes de
febrero del año dos mil VEINTI DOS ; juramento a los
comparecientes en forma legal advirtiéndoles lo relativo al delito de
perjurio a lo cual me manifiestan que prometen conducirse con la
verdad, por lo que se procede de la siguiente forma: PRIMERO:
Manifiestan los requirentes que la primera comparece en su calidad
de HIJAS , respecto al causante. SEGUNDO: Continúan
manifestando los comparecientes, en la calidad con que actúan, que
Maria Josefina acepta expresamente la herencia AL MISMO
TIMEPO Kimberly Sofía Suy Larios rechaza dicha herencia y a la
junta de herederos se presenta la señorita prisicla JOCABED SY
ORDOÑEZ , SOLICITANDO que tambien tiene derecho que se a
integrada en el testamente que les corresponde a cada uno en
virtud del derecho que les asiste. TERCERO: No habiendo más que
hacer constar, termino la presente acta notarial en el mismo lugar y
fecha de su inicio cincuenta minutos después, quedando contenida
en una hoja de papel bond, a la que se le adhiere un timbre fiscal por
el valor de cincuenta centavos y un timbre notarial por el valor de
diez quetzales. Leo lo escrito a los requirentes, quienes bien
enterados de su contenido, objeto, validez y efectos legales, lo
ratifican, aceptan y firman con El Notario autorizante.

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