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Las quemas de humedales en las provincias de Entre Ríos, Santa Fe y Buenos Aires están destruyendo más de 100,000 hectáreas de humedales, liberando niveles tóxicos de humo y afectando la salud humana. Estas quemas, impulsadas por el hombre para la producción de ganado, también están matando peces y destruyendo el hábitat de numerosas especies. Desde 2020, casi un millón de hectáreas se han quemado, empeorando el impacto de la sequía en los ya frágiles ecosistemas.
Las quemas de humedales en las provincias de Entre Ríos, Santa Fe y Buenos Aires están destruyendo más de 100,000 hectáreas de humedales, liberando niveles tóxicos de humo y afectando la salud humana. Estas quemas, impulsadas por el hombre para la producción de ganado, también están matando peces y destruyendo el hábitat de numerosas especies. Desde 2020, casi un millón de hectáreas se han quemado, empeorando el impacto de la sequía en los ya frágiles ecosistemas.
Las quemas de humedales en las provincias de Entre Ríos, Santa Fe y Buenos Aires están destruyendo más de 100,000 hectáreas de humedales, liberando niveles tóxicos de humo y afectando la salud humana. Estas quemas, impulsadas por el hombre para la producción de ganado, también están matando peces y destruyendo el hábitat de numerosas especies. Desde 2020, casi un millón de hectáreas se han quemado, empeorando el impacto de la sequía en los ya frágiles ecosistemas.
Los humedales cumplen un rol clave como reserva de agua dulce y de
biodiversidad al brindar alimento, refugio y sitios de reproducción a numerosas especies de peces, algunas de ellas migratorias, de alto valor económico e interés para la pesca. Las provincias de Entre Ríos, Santa Fe y Buenos Aires enfrentan de cara a su río Paraná, un proceso que parece imparable, impulsado en este caso por los humanos. Frente a sus costas y por más de 100.000 hectáreas, con distintos focos e intensidades, el avance del fuego llevado por el hombre produce efectos impensados, sobre la flora, la fauna y el ser humano. Los niveles de toxicidad en el aire son treinta veces superiores a los recomendados por la Organización Mundial de la Salud. Las consultas médicas por problemas de salud han aumentado notoriamente durante este tiempo.Desde el 2020, la estimación alerta que casi un millón de hectáreas se han ido quemando con el mismo propósito: la producción de verdeos, para la producción de carne,en lo que se conoce como “las islas”.El impacto de la Niña, las sequías extraordinarias en varias regiones del país y el fuerte descenso del nivel de los ríos hacen que los fuegos devoren ecosistemas ya endebles y deteriorados
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