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Nombnar la Adolescencia La adolescencia: un fenémeno novedoso para la Sociedad y para la ciencia icos sobre la a Este hecho se rel tras que a las nifias-mujeres se les reconoce su funciGn en la reproduccién de la prole y la asuncién de roles més impor- tantes en la produccién en la unidad doméstica através de la realizacién de tareas de cuidado de los otros niffos y la ayuda en las tareas del hogar. En esos contextos societales el matrimonio de puiberes, la participacién en el trabajo doméstico y extradoméstico y los embarazos tempranos han sido y son précticas sociales corrientes. En as sociedades occidentales, en cambio, los procesos sociopoliticos iniciados en el siglo XIX que incidieron en la extensién de la escolaridad y el carécter preparatorio de ésta para el ingreso a roles laborales, la instauracién pro- ‘ones para el trabajo infantil y la confor- ia nuclear como unidad de cuidado pri- ‘mario de los nifios, ampliaron el lapso de tiempo en el que los nifios dejan los roles infantiles para adquirir los roles adultos. En las sociedades con cierto grado de desarrollo econdmico y social de Occidente se fue configurando his- téricamente un conjunto de roles propios de aquellos suje- tos que, atin alcanzando la madurez biolégica no se les re- cconoce la madurez social ni la autonom{a para el ejercicio auténomo de sus funciones sociales. Aparece de este modo Ia adolescencia como un periodo de transicién entre la ni- fez y la adultez y como un tiempo social de preparacién para el ejercicio de roles adultos. Concomitantemente a la apariciGn de las précticas so- ciales que hemos descrito, las sociedades occidentales han desarrollado un conjunto de significados y de sentidos sim- bélicos, es decir un trabajo de produccién cultural que ha generado la aparicin de una nueva categoria: la adoles- cencia. En otras palabras, estas sociedades disponen de alores, rituales, c6digos y len- que condensan los significados que -en cada con- texto cultural y en la cultura occident atribuyena la adolescencia y definen sentir y de pensar este fenémeno. n general- se do de ser, de Enel proceso hist6rico-cultural recién cuando los signi- ficados culturales sobre la adolescencia se han cristalizado dio cientifico de la adolescencia. De de los estudios cientificos sobre esta etapa de la vida. Mis allé del interés que para la ciencia pueda tener el conocimiento sobre la adolescer cierto es que las transformaciones sociales y culturales comentadas hacen que en el proceso de desarrollo humano los suje- tos concretos deban atravesar este periodo de la vida en z. En las sociedades de desarrollo evolutivo de las personas supo- "or ese estadio espectfico, particular y con caracteristicas propias que es la adolescencia. Clarificando los sentidos de la palabra adolescencia sgiin su acepcién etimolégica, la palabra adolescencia latin adolescere) posee dos significados, en un sentido in- dica “crecer 0 desarrollarse hacia la m “adolecer” o “faltar algo”. Ambos significados reflejan el sentido de incompletud y de trénsito hacia la adultez. En contraposicién encontramos el concepto adulto, que etimolégicamente significa” da sentido a la adolesce espafiola agrega otros sinénimos que también son elocuen- 13 tes respecto al significado de adolescente y joven: apren- diz, novicio, inexperto, inmaduro. Como se observa, estos sentidos ponen el acento en el trénsito a la adultez y re- fuerzan la idea de la adolescencia como un estadio que se define por su caracter preparatorio. Las metéforas culturales que designan ala adolescencia ofrecen una -omantica que se manifiesta en expre- siones contra: tales como albor de la vida, prima- vera, flor de la edad, flor de la vida, divino tesoro, que re- flejan una visién positiva. También, desde una mirada ne- gativa es reconocida como la edad del pavo o referida como Generacion X (denominacién que alude a la imposibilidad de definirla en base a los patrones sociales establecidos y, por tanto, una generacién desconocida). Las teorfas cientt- ficas retoman algunas de las acepciones corrientes. Asf la psicoanalista Francoise Dolto habla del purgatorio de la juventud, mientras que otros autores de la misma orien- tacién retoman el concepto de metamorfosis para inter- pretar la adolescencia. Erikson elabora el concepto de moratoria social, es decir un tiempo que se les otorga a los no-adultos para aprender nuevos roles sociales, po- nerlos en juego y optar por aquellos que elija para su desempeno social como adulto, Lo cierto es que en las sociedades actuales el concepto de adolescencia remite, en un sentido amplio al estadio vital que media entre la niifez y la adultez. Este modo de definirla admite una amplia gama de variantes de socie- dad en sociedad y dentro de las distintas franjas sociales de una sociedad concreta. Estas diferencias surgen por la variedad de criterios que en cada grupo social y en cada sociedad existen respecto a los hechos que marcan la en- lultez. Asi, en las sociedades modernas y desa- ladas, la entrada a la adultez se asimila a la autonomia financiera y a la independencia econémi dades la entrada a la adultez se vincula “ alla insercién en el mundo del trabajo. Salta a la vista que estos criterios son limitados toda vez que, por ejemplo, es independizarse econémicamente de sus f ta de oportunidades laboral da el tiempo de ingreso ero que no pro- rroga indefinidamente la condici6n de adolescente. Por otra parte, una adolescente que queda embarazada a los catorce afios, més allé de la responsabilidad que le cabe en el maternaje, no puede asimilarse a una adulta. La misma sociedad es ambigua respecto a las respon- lades y derechos que da a los adolescentes. Asi, los ponsabilidad legal y pueden ejercer sus derechos cos como ciudadanos. En cuanto al otorgamiento de p ;ciocho aftos es la edad en que se les reconoce tendencia actual es a otorgarlo aun esde los primeros momentos de la ;centes son estimulados para el ejer- Cicio de la sexualidad, pese a que generalmente no se les reconoce el derecho legal de disponer de su propio cuerpo o a asumir por sf mismos las consecuencias que ‘en muchos casos trae el uso de su cuerpo. Paradéjicamente, alos adolescentes se los incita al ejer- cicio de la autonoméa, de la independencia, aunque la rea- lidad de los procesos macrosociales dificulta cada vez més wento permanente de los afios de estu- para aspirar a un lugar en el mercado de trabajo, las limit bajos salarios que li independizarse 0 de elaborar un proyecto de pareja, p0s- tergan la duracién de la adolescencia juvenil. Maduros biolégicamentee inmaduros socialmente; irres- onsables para el ejercicio de ciertos roles y sobreexigidos en el ejercicio de otros supuestamente aseguradores del 15 i t éxito y la proyecci6n futura; dependientes afectiva y eco- némicamente, ¢ independientes en la toma de decisiones y ‘en laadopcién de formas de vida; una etapa vital tormento- say critica, 0 un momento de metamorfosis natural. Estas son algunas de las paradojas socio-culturales que estan a la base de la dinamica de esta etapa evolutiva, considerada por algunos como una etapa de “tierra de nadi Endefinitiva, en el amplio abanico de esas paradojas, la adolescencia es el perfodo que va desde el inicio de la pu- bertad y que concluye alrededor de los veinticinco aftos. Los estudios muestran que a medida que aumenta el nivel socio-econémico, la duracién de la adolescencia también aumenta, Por el contrario, en los grupos de menores re- cursos la adolescencia es un periodo mas breve. Asimis- ‘mo, en el anélisis de distintas sociedades se ha encon- ‘econémico y con predominio de poblacién urbanizada el perfodo de la adolescencia tiende a incrementarse cada vez mas ite superior los treinta afios), mien- tras que en la poblacién rural y en los paises pobres la adolescencia es mas breve. Desde el punto de vista evolutivo, la adolescencia es una etapa en la que el sujeto alcan: depende de la trama que se est psicol6gicos, los condicionantes del entorno socio-cultural, y los mandatos culturales que en cada sociedad modelan este perfodo. Es dificil, por no decir imposible, precisar la duracién y los limites de este estadio evolutivo. Ello obliga a evitar generalizaciones e invita a observar con detenimiento las particularidades que cada adolescente, 0 fen su caso, cada grupo de adolescentes presenta en la ¢s- ‘tructura social. Quizas serfa provechoso renunciar a una mirada homogénea que nos conduzca a hablar de una ado- lescencia 0 del adolescente en general, para encontrarmos con las variadas formas de ser adolescentes e identificar la 16 muttiplicidad de “adolescencias” que se presentan actual- mente en nuestra sociedad. Reconociendo que atin las teorias psicol6gicas y sociales tienen mucha tarea por delante, en los proximos capitulos trataremos de esbo- zar un cuadro general sobre los cambios psicol6gicos de adolescencia. En él se plantean algunas pistas para intentar lecturas més adecuadas a nuestra época y alos contextos reales en que se mueven los adolescentes.

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