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LA IMAGEN COMO PALABRA

Lancemos una hipótesis: los diseñadores son generadores de imágenes.


Imágenes en forma de carteles, logotipos, electrodomésticos, muebles, prendas,
looks, interiorismos, escenografías, animaciones, videos, páginas web…
Imágenes que crean para ser perfectamente comprensibles, legibles y pregnantes.
Imágenes que, al mismo tiempo, transmiten mensajes, valores, ideas, conceptos.
Las imágenes, por tanto, están íntimamente relacionadas con las palabras.

¿Entonces, qué vale más una imagen o mil palabras? La gente suele contestar
impulsivamente que una imagen vale más que mil palabras. Estamos rodeados de
imágenes y somos conocedores de las múltiples disciplinas generadoras de
imágenes. Diseño de indumentaria, Diseño de producto, diseño de interiorismo,
diseño gráfico, diseño audiovisual o diseño multidisciplinario, Pintura, Escultura,
Arquitectura, Fotografía,… La familiarización con la imagen puede hacernos creer
que el ojo o las manos son los órganos más importantes para poder crear
imágenes. Puede hacernos creer que son los órganos más importantes para
conocer el mundo. ¿Es el ojo nuestro órgano predominante?¿Son las manos las
herramientas imprescindibles para “hacer mundo”? Creo que deberíamos
responder que no. Nuestro órgano predominante es el cerebro ¿Y con qué opera
el cerebro? ¿Cómo funciona? El filósofo José María Valverde decía que “el
pensamiento es lenguaje”. Que no se puede pensar más allá del lenguaje.

El lenguaje es la herramienta más importante para conocer y analizar el


mundo. También para proyectar mundo. Estaremos de acuerdo, con Kant, que el
lenguaje es como el aire que surca la gaviota. El aire le permite volar, desplazarse,
ver el mundo desde lo alto. Pero ese mismo aire es el que le ofrece resistencia por
frotamiento y la agota. La imagen sería incomprensible, inapreciable sin la
mediación del lenguaje. Sin verbo no podemos definir la realidad. No podemos
asirla, abarcarla, verla, demarcarla, aprenderla, comprenderla. ¡El pensamiento es
lenguaje! Por esta razón es importante que en una escuela de diseño antes de
educar manos eduquemos cabezas. Porqué la materia prima del diseño y del
diseñador son los conceptos, las ideas, las palabras.

Artículo escrito por Antoni Mañach, profesor y miembro de la Unidad de


Prospectiva y Análisis del Diseño de ESDi (Departamento universitario de Teoría y
Desevolupament del Diseño).

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