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EL CASO GAGLIUFFI

Antes de comenzar con este caso, primero quiero dar un pequeño concepto de moral y
honestidad de una persona está directamente relacionada con los valores morales que
guían su vida diaria. Si una persona es honesta y correcta, no cometerá errores que
dañen su espíritu, ni recurrirá a acciones que degraden su moral o calidad de vida, ya
que estos valores refuerzan la integridad del carácter que nos guía hacia el buen
camino. Es por eso que Sócrates nos dejó esta gran frase: "La buena conciencia es la
mejor almohada para dormir". Ahora procederemos a responder una pregunta para
generar un debate: ¿Por qué la acusada tendría responsabilidad moral frente a este
accidente?

Como mencioné anteriormente, la moral implica honestidad y relación con nuestros


valores. En el caso de Melisa Gonzales, la situación es todo lo contrario a la moral.
Para recordar lo sucedido, el viernes 11 de octubre de 2019, la mujer condenada
atropelló y mató a dos estudiantes de ingeniería, Christian Buitrón Aguirre y Joseph,
luego de que su camioneta volcara y se extraviara en la cuadra 10 de la Avenida
Javier Prado Oeste. También hirió a Luis Miguel Vega Palacios y lesionó a una tercera
persona. Tras el accidente, la mujer de 33 años fue detenida en la Comisaría de
Orrantia, pero fue liberada dos días después (13 de octubre) al no poder permanecer
detenida más de 48 horas.

Ahora que conocemos todo el caso, podemos detallar que la culpable ha sido
sentenciada a 6 años de cárcel y una multa de 200,000 soles de reparación civil a
favor de las víctimas. Hoy en día, hemos demostrado que nuestros valores están
siendo olvidados y que en las escuelas y, sobre todo, en los hogares, no estamos
cultivando la honestidad y responsabilidad. La señora Melisa Gonzales no solo mató a
dos víctimas, sino que también huyó para evitar su responsabilidad.

Ante esta situación, yo no considero que la acusada tenga responsabilidad moral. Si


bien es cierto que uno puede decidir qué es correcto y qué no lo es, ante situaciones
donde uno ha sido parte de un acto tan trágico, debería ser capaz de concientizar con
los familiares de las víctimas y entender que, si un familiar suyo pasara por lo mismo,
querría que se haga justicia y sería una injusticia impedir que la persona fuera
responsable de sus acciones.

Antes de concluir mi reflexión, quiero destacar que existe un grave riesgo de que la
responsabilidad moral se diluya tanto que la persona sienta poca o ninguna
responsabilidad por sus actos. Esto ocurre cuando minimizamos y degradamos las
ideas de justicia que se imponen a los actores colectivos universales, por ejemplo, en
lo que se refiere a la responsabilidad moral social. Nos dejamos llevar por opiniones
inciertas y creemos que la decisión de no cumplir con nuestra responsabilidad es algo
normal y que con el tiempo se olvidará.

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