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La Carta A Garcia
La Carta A Garcia
Sucedió que en aquella guerra, cuando los Estados Unidos decidieron intervenir en
favor de los rebeldes cubanos, se vio muy clara la necesidad de un entendimiento
inmediato entre el Presidente Norteamericano y el jefe de los patriotas el General
Calixto García. Pero ¿cómo hacerlo? Hallábase García en esos momentos, Dios
sabe dónde, en alguna tenebrosa montaña escondida en el interior de la isla. Y era
absolutamente necesario ponerse en comunicación con él para organizar los planes
de ataque y de defensa. Pero ¿Cómo hacer llegar a sus manos ese despacho?.
¿Qué hacer?.
Por Dios, amigo ! que estamos aquí ante un hombre cuya estatua debería ser hecha
en mármol o bronce y colocarla en la entrada de muchos institutos donde se enseña
a la gente a adquirir personalidad ! Porque lo que debe enseñarse a la gente que
desea adquirir un verdadero carácter es : como hay que cumplir cada vez lo mas
exactamente posible el deber que tenemos que hacer, y como concentrar todas
nuestras energías para lograr nuestros objetivos, y lograr dedicarnos con toda el
alma a la acción, a "llevar la carta a García".
El General García ya murió. Pero siguen viviendo muchos Garcías en este mundo.
Son todos los que necesitan de nuestro optimismo y valentía para obrar.
Amable lector, quiere poner a prueba lo que estoy afirmando para saber si es cierta
o no la afirmación de que si el progreso no nos llega es porque no se encuentran
personas dispuestas a cumplir sus deberes con entusiasmo y hasta con sacrificio.
Llame a uno de sus colaboradores y dígale: " Consulte en la enciclopedia y hágame
el favor de sacarme un resumen de la biografía de Correggio". ¿Cree Ud. que su
ayudante le dirá "Si señor, por supuesto, ahora mismo" y se irá enseguida a hacer
el resumen de la biografía ?. Pues probablemente no. le echará a Ud. una mirada
vaga y empezará a preguntarle:
-Yo creo que Carlos está mas capacitado que yo para hacer ese trabajo.
Casi le apuesto a que así va a suceder. Puede ser que yo pierda mi apuesta, pero
si las leyes de las promedios no fallan, probablemente no la voy a perder.
Qué lástima que a muchos lo único que les hace trabajar es la mirada amenazadora
y la voz tormentosa del capataz o del vigilante del grupo. Parece haber olvidado la
consigna Bíblica " Que el que trabaja en servicio de otros no haga su oficio solo
porque lo están viendo y por lo que puedan opinar las personas humanas, sino con
todo el corazón, porque quiere tener contento a Dios" (col 3,23).