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Tres Gunas

 
El entendimiento y la experiencia de estos tres principios incrementará su fervor por el
despertamiento, sin el cual el progreso espiritual permanecería siendo mínimo. Cuando
“comprendemos”, estos conceptos vivientes serán un reactor para ayudar al vehículo de
desarrollo espiritual. Y "comprender" es progresivo - con cada vez más espacio para la
expansión en experiencia, en entendimiento y en aplicación.
 
Sattva, Rajas y Tamas:

Las tres gunas de la medicina ayurvédica y de la filosofía hindú (sub-categoría filosofía


Samkhya) son “tendencias” o más específicamente "principios operativos" de la naturaleza
universal (prakritii). Las Todo el proceso de la creación y la evolución se lleva a cabo por la
acción de estas tres gunas: sattva rajas y tamas.
 
En sánscrito, Guna significa literalmente "lo que une", "soga", "cuerda", "cuerda de un
instrumento musical". Las tres gunas representan las fuerzas básicas de la naturaleza y
funcionan como un hilado por toda la creación, conectándolo todo. Todas las cosas en la
naturaleza son generadas por y consisten de una combinación de las tres gunas
predominando una u otra. En el "mundo de Maya" (el mundo material), las tres gunas están
siempre presentes en cada una y en todas las cosas.
 
Sattva - La tendencia hacia la armonía, el equilibrio, el orden, la iluminación, la pureza, la
verdad, la luz. El significado original de la palabra, sattva, es "ser, existencia, entidad".
Sattva (o Sattwa) es la fuente de nuestra iluminación. Sattva es edificante, inspiradora,
expansiva, inicia y sostiene la vida. Aquellos en quienes predomina sattva son amables,
generosos, pacientes, compasivos y comprensivos. Sattva se refiere a un estado lúcido de
conciencia.
 
Sattva representa la mente iluminada por el espíritu. Cuando Sattva está activa en la
conciencia, existe un entendimiento claro y profundo, incluso la dicha. Es el estado de
"aquietarse y saber que yo soy Dios". "Cuando la luz del conocimiento brilla a través de
todas las puertas de este cuerpo, entonces se debe saber que Sattva es dominante". - El
Bhagavad Gita, 14:11.
 
Rajas - La tendencia hacia la acción, el dinamismo, el deseo, el movimiento, la
transformación. Originalmente, rajas significaba "atmósfera, aire, firmamento". La acción de
Rajas es activar, hacer algo para cambiar las condiciones actuales. Una preponderancia de
Rajas en el carácter conduce al movimiento continuo, acción basada en la insatisfacción de
las condiciones actuales. Rajas es deseo puro, impulso, pasión - un "ansia constante". En el
alma despierta, rajas se expresa como devoción, como el fuego de la aspiración, como el
anhelo de unión divina. En el alma menos despierta, rajas se expresa normalmente como
ambición, avaricia, lujuria, ansia de poder, el deseo de controlar a los demás. Se puede decir
correctamente que rajas domina el estado actual de nuestra sociedad.
 
Tamas - La tendencia hacia la resistencia, la inercia, letargo, inactividad, la quietud, la
cohesión, la estabilidad. El significado original de tamas es “oscuridad”. La actividad de
tamas disminuye, retrasa, vela, obstruye, condensa, hace estable, preserva, fija (en el
sentido de hacer estable, perdurar o vincular). La preponderancia de tamas en un individuo
lo vuelve estúpido, ignorante, apático, somnoliento, pesado, indulgente consigo mismo - lo
que comúnmente se conoce como "teleadicto".
 
Desenvolvimiento espiritual o sanación generalmente resulta del aumento de la componente
sattva y reduciendo la cantidad de tamas en el individuo. Sin embargo, uno debe ser
cuidadoso de considerar a tamas como negativo, malo o maligno. Sin tamas, lo espiritual no
puede ser estable ni duradero. Las experiencias espirituales serían rápidamente olvidadas
sin tamas para darles algún tipo de forma, para que puedan ser recordadas.
 
La forma como el mundo nos parece está afectada por el equilibrio de los gunas. Vemos el
mundo como somos en la actualidad - a través del color de las gunas de las "gafas" que
usamos.
 
El estado mental de una persona está constantemente influenciado por las gunas. Una vez
nos sentimos muy elevados, amables y espirituales (sattvico). En tales ocasiones, tendemos
a ver mejor en los demás. Otra ocasión, tenemos hambre y nos conduce el deseo (rajásico).
Cuando bajo la influencia de rajas, el auto-engrandecimiento puede ser nuestro asunto y
podemos tender a ver a los demás como instrumentos para satisfacer nuestros deseos
personales. Y aún en otra ocasión, estamos cansados y sólo anhelamos descansar y ser
perezosos (tamásico). Cuando tamas domina, es posible que desconfiemos de los demás e
imaginemos que están tratando de aprovecharse de nosotros (el introvertido). La expresión
extrovertida de tamas puede adoptar la forma de robar, mentir o herir a los demás
 
En el capítulo 14 del Gita Bhavagad, Krishna explica que las tres gunas de la mente unen el
alma imperecedera al cuerpo. Mientras estamos en un cuerpo, nuestra alma está “atrapada”
en la materialidad por estas tres gunas. Krishna explica que el aspirante espiritual puede
trascender las tres gunas y unirse en conciencia con la Fuente. Esto puede surgir mediante
el establecimiento de un "observador"; una plataforma en quietud, conciente desde la que
percibimos que todos los movimientos, incluso todo el sentido de "hacedor" que sea, es sólo
el resultado de la actividad de las tres gunas. Al conocer lo que está por encima y más allá
de las gunas, se alcanza el nirvana.
 
Krishna enseña que uno puede alcanzar la libertad procedente de las gunas y unirse en la
conciencia con la Fuente. Esto se puede lograr al ser un testigo, comprendiendo que todo el
sentido de la acción, todas las preferencias, todos los conceptos, todo el sentido de ser un
"hacedor", y todo el sentido de que somos seres separados es el resultado de la actividad de
las gunas.
 
Permanezcamos firmes en esa percepción e indiferentes ante cualquier estímulo que sea.
Permanezcamos indiferentes a los pares de opuestos cualesquiera. No permitamos que
nada nos saque de quicio. Seamos imperturbables. Permanezcamos en equilibrio, sin
importar las circunstancias. Servicio, amor, enfoque total e inquebrantable devoción para el
Ser "nos llevará a casa" en conciencia con el Único- con el gran YO SOY que "fue, es y
será".
Mercurio, Azufre y Sal: Los Tres Principios

El Yoga en el Oriente y la Tradición de los Misterios Occidentales tienen el mismo objetivo:


La unión de la consciencia personal con el Origen universal o superconciencia.
Los conceptos orientales de las tres gunas son muy análogos a los conceptos de los
misterios occidentales de los tres principios representados por el mercurio , el azufre y
la sal

El principio llamado Mercurio está estrechamente relacionado con la guna Sattva.


Muchos de los escritores alquímicos antiguos se refieren a la “materia prima” de la
alquimia como “Mercurio”. Es una sustancia luminosa, oculta para los ojos de la mayoría, y
se manifiesta como todas las formas de la luz. Ellos enseñan que esta luz puede ser vista
sólo por los seres humanos que han “tomado la fuerza del águila”.

El “Libro del Fuego Purificador” asocia el mercurio con Kether, la primera esfera, de blanco
puro, del Árbol de la Vida. El "nombre de dios" asignado a Kether es Eheieh, que significa
“Yo soy” sin predicado. En Kether, se encuentra la percepción indiferenciada, pero no la
“autopercepción”, sin capacidad para saber lo que es. El conocimiento de sí mismo requiere
un punto de referencia afuera del yo. En Kether, no hay “afuera”. Kether ha sido definido
como “un círculo cuyo centro está en todas partes y cuya circunferencia en ninguna”. Tales
afirmaciones tienen poco significado para la mente conciente, pero tiene el propósito útil de
dirigir la mente hacia la aprehensión de lo que no puede comprender y conectarse con la
fuente de energía de todo lo que existe. Kether es el único e indivisible (Yechidah).
El Principio llamado Azufre se encuentra estrechamente relacionado con la guna Rajas. El
Azufre viviente y “filosófico”, al que se refieren los alquimistas no es el elemento químico con
el mismo nombre.

El azufre se refiere al principio de la percepción autoconsciente. El azufre nos capacita para


reconocernos como seres separados, y para poder hacer contraste de nosotros mismos con
relación a los demás. En la Qabalah, ésta es la función de la segunda esfera en el árbol de
la vida, Chokmah. En la primera esfera, Kether, el Poder de la Vida es uno, pero no “se
conoce a sí mismo”. Kether proyecta su primera expresión a través del sendero de Aleph (El
Loco), creando Chokmah. Éste es el primer punto de referencia “afuera”. En Chokmah, el
Poder de la Vida puede, por así decirlo "volverse" y mirarse a sí mismo desde un punto de
vista aparentemente afuera. Entonces, por primera vez, el uno en Kether sabe quién y lo que
es. El nombre de Dios en Chokmah es IHVH, hvhi (a menudo pronunciado Jehová o Yahvé),
que significa “aquello que fue, es y será” o “realidad auto-subsistente”. Conocerse a sí
mismo, manifiesta sabiduría, el significado de la palabra, Chokmah. Kether se conoce a sí
mismo en Chokmah, al verse en su reflejo. Entonces Kether a través de Chokmah puede
decir “eheieh esher eheieh”, o “Yo soy el que soy”. Esta duplicación (o reflexión) del nombre
de Dios de Kether se puede interpretar como la voz de Chokmah mirando hacia atrás a
Kether y diciendo: “¡OH, aquello es lo que soy! Yo soy el que soy allá.” El principio de
“autoreferencia”, en el Poder de la Vida en lo superior y en el ser humano individual “en lo
inferior” es la capacidad de “apartarse” por así decirlo, y mirar hacia atrás, hacia uno mismo.

El azufre es el principio activo de desear. Es aquello en nosotros que nos impulsa a cambiar
condiciones no deseadas y buscar lo que si deseamos. Es lo que nos pone en acción para
cambiar nuestra situación.

Los alquimistas consideran que el azufre es la "descendencia" del Mercurio como su padre y
la Sal como su madre. Como tal, tiene afinidad natural con ambos.

En el “hombre natural” el azufre “se alimenta de la sal”. Esto significa que nuestra naturaleza
activa de desear está centrada en el mundo físico, - en evitar el dolor y en disfrutar los
placeres de los sentidos, - sobre todo en la comida, en el sexo y en la pereza. Debido a que
la humanidad se encuentra ahora en la “etapa del retorno” del viaje evolutivo, es el momento
de desviar la atención exclusiva sobre la Sal hacia el Mercurio. Los alquimistas nos enseñan
que el "alimento verdadero" del Azufre es el Mercurio. Cuando el Azufre se alimenta del
Mercurio, aumenta la percepción de la verdad detrás del mundo de de las apariencias. El
Ser Superior gradualmente va tomando más y más control de los vehículos de la
consciencia. Cuanto más Mercurio el Azufre consume, más desarrollamos la libertad de la
adicción a la sal. Mediante el aumento de nuestra percepción del Poder de la Vida o “Único
Ser” nuestra personalidad “crece”. ¿Cómo logramos esto en la práctica? Al estar menos
preocupados por las apariencias y las formas y estar más concentrados en la luz interior. Al
recordar que esta luz interior está siempre presente y disponible en el interior, y al invocarla
y recibir su guía, mejora gradualmente nuestra conciencia – nuestra percepción de quienes
somos realmente. El Mercurio corresponde a Kether, el indivisible. Enfocando el Azufre en el
Mercurio significa concentrarse en, y aumentar nuestra percepción de, la Vida Única
indivisible, en el ser cuyo cuerpo es el universo físico entero.
¿Qué significa “alimentarse de Mercurio”? Esto significa desviar la conciencia del mundo
exterior de la sensación hacia el mundo interior de la conciencia. Esto significa aprender a
ser conscientemente receptivo y "transparente" para la percepción superconsciente de
Mercurio. Esto requiere elegir aquietarse mentalmente, deliberadamente e invitar a la
conciencia superior a que sea transmitida a través de nosotros. Por tanto, este es nuestro
trabajo para traer la luz hacia el mundo obscuro de la Sal “abajo”.

Si sustituimos Mercurio alquímico por "Dios", el himno antiguo espiritual adquiere un nuevo
significado:
"¡OH, qué paz a menudo perdemos.
¡OH, qué dolor innecesario sobrellevamos
Esto es porque no le entregamos
Todo a Dios en oración. "->

Cuando el azufre está enfocado en la Sal, todo parece estar separado. Usted está
aquí. Las cosas que usted desea o quiere evitar están "afuera", separadas de usted. Cuando
su azufre dedica más tiempo enfocado en el Mercurio, se produce un cambio gradual en la
conciencia. Inicia como una idea en la mente consciente: de que todos y todo en el universo
entero pueden ser parte de un ser vivo. A medida que continuamos “consumiendo” Mercurio,
el sentido de identidad cambia gradualmente de ser un ser separado a ser concientes de
que somos una expresión directa y parte de un gran ser vivo quien “es todo esto”.
Acrecentando esta percepción de nuestra verdadera naturaleza y recordando invocarla
como guía, poco a poco mejora todo lo que pensamos, decimos y hacemos.

El principio llamado Sal está estrechamente relacionado con la guna Tamas.


Ésta no es la clase de sal que se utiliza en los alimentos (NaCl). Pero como
la sal de mesa, el principio Sal conserva. Podríamos correctamente
considerar la Sal como el fundamento necesario para fijar lo volátil. Por
ejemplo, al hacer un perfume de flores, el fabricante debe utilizar un fijador
para conservar el aceite esencial de la flor que es altamente volátil, para preservarlo y evitar
que se evapore rápidamente. Igualmente, en el proceso alquímico de la Gran Obra, el
aspirante realiza varias tareas (la lectura de libros sagrados, el aprendizaje de las
correspondencias, la absorción consciente de mayores cantidades de la energía de la vida
de los alimentos vivos ...) para desarrollar una mayor cantidad de “fundamento” para que
cuando las experiencias espirituales lleguen, su energía sutil pueda ser “fijada” y por tanto
recordada. Sin el principio fijador de la Sal, las percepciones sutiles multidimensionales que
Mercurio produce desaparecen rápidamente de la conciencia.

La Sal limita, contrae, cohesiona, se une. Sin el principio de la Sal, no existiría la forma ni el
mundo físico en modo alguno. El planeta Saturno está relacionado estrechamente con el
principio de la Sal y tiene una función similar. Al igual que Saturno, la Sal tiene mala
reputación por limitar nuestra libertad, haciéndonos obedecer reglas, nos sujeta,
esclavizándonos al placer, y volviéndonos obesos, torpes y placenteramente aburridos.

En el Árbol de la Vida, la esfera de Saturno es Binah, la tercera esfera, de color negro. Binah
es la “raíz del agua”, el principio de la Madre Cósmica y de la forma. Las correspondencias
con el principio de la Sal son claras. Estos tres principios también son expresados en las
demás esferas inferiores del árbol. Sin embargo, es muy recomendable que cada aspirante
espiritual dedique tiempo a identificar los tres "supernos" del Árbol de la Vida como aspectos
de su propio ser. Conectar nuestra conciencia con los tres supernos nos traerá un gran
influjo de la luz de la vida espiritual en nuestra esfera personal.

Debido a que el Azufre es el hijo de Mercurio y la Sal, en forma natural es atraído hacia y
puede vincularse bien con cualquiera de los dos. Cuando el Azufre se alimenta demasiado
con Sal retrasa el desarrollo, en cambio mientras más se alimenta con Mercurio mayor será
su madurez.

Como aspirantes espirituales, nuestro objetivo es equilibrar los tres principios en nuestra
naturaleza. La humanidad se encuentra entre "Dios" y la naturaleza. Mediar es nuestro
destino para traer la luz de la unidad al mundo de la naturaleza (y a los demás seres
humanos). Para ello, necesitamos volver nuestra percepción conciente más hacia Mercurio.
Entonces seremos guiados para aprovechar nuestra naturaleza de Sal, para preservar y dar
forma a nuestros logros personales.

Un error que cometen muchos aspirantes es tratar de vivir (y hacer arte) de las realizaciones
de otros. Vivir conforme a las normas de otras personas fue una etapa importante en la
evolución de la humanidad. Hizo posible la convivencia en grupos y por tanto en
civilizaciones. Ahora muchos de nosotros, especialmente los aspirantes espirituales,
estamos evolucionando más y tenemos que aprender a vivir “conforme a nuestra propia luz”.
Si tratamos de vivir conforme a la visión de alguien más, omitiremos lecciones necesarias;
no cometeremos nuestros propios errores necesarios ni aprenderemos las lecciones que nos
darían. Y luego, cuando nuestra energía sea mucho más fuerte, podemos caer fuerte en un
agujero, el defecto de un carácter irresuelto - que pasamos por alto. Estudiar la vida
espiritual de los santos, pero vivir de acuerdo a las más elevadas verdades que
personalmente hemos recibido.

Todos recibimos ideas espirituales. Cuando lo hacemos, nuestra responsabilidad como


aspirantes es darles algún tipo de expresión; y fijarlas con el principio de la Sal en algún tipo
de forma que podamos recordar con claridad y puedan ser compartidas con los demás.
¡Usted no puede vivir conforme a sus ideales más elevados a menos que los recuerde!; y
compartirlos ayuda a elevar la conciencia de la raza humana, para desechar los engaños
aceptados culturalmente, - y nos libera de la esclavitud de las apariencias.

Robert Frost.

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