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3 Gunas
3 Gunas
El entendimiento y la experiencia de estos tres principios incrementará su fervor por el
despertamiento, sin el cual el progreso espiritual permanecería siendo mínimo. Cuando
“comprendemos”, estos conceptos vivientes serán un reactor para ayudar al vehículo de
desarrollo espiritual. Y "comprender" es progresivo - con cada vez más espacio para la
expansión en experiencia, en entendimiento y en aplicación.
Sattva, Rajas y Tamas:
El “Libro del Fuego Purificador” asocia el mercurio con Kether, la primera esfera, de blanco
puro, del Árbol de la Vida. El "nombre de dios" asignado a Kether es Eheieh, que significa
“Yo soy” sin predicado. En Kether, se encuentra la percepción indiferenciada, pero no la
“autopercepción”, sin capacidad para saber lo que es. El conocimiento de sí mismo requiere
un punto de referencia afuera del yo. En Kether, no hay “afuera”. Kether ha sido definido
como “un círculo cuyo centro está en todas partes y cuya circunferencia en ninguna”. Tales
afirmaciones tienen poco significado para la mente conciente, pero tiene el propósito útil de
dirigir la mente hacia la aprehensión de lo que no puede comprender y conectarse con la
fuente de energía de todo lo que existe. Kether es el único e indivisible (Yechidah).
El Principio llamado Azufre se encuentra estrechamente relacionado con la guna Rajas. El
Azufre viviente y “filosófico”, al que se refieren los alquimistas no es el elemento químico con
el mismo nombre.
El azufre es el principio activo de desear. Es aquello en nosotros que nos impulsa a cambiar
condiciones no deseadas y buscar lo que si deseamos. Es lo que nos pone en acción para
cambiar nuestra situación.
Los alquimistas consideran que el azufre es la "descendencia" del Mercurio como su padre y
la Sal como su madre. Como tal, tiene afinidad natural con ambos.
En el “hombre natural” el azufre “se alimenta de la sal”. Esto significa que nuestra naturaleza
activa de desear está centrada en el mundo físico, - en evitar el dolor y en disfrutar los
placeres de los sentidos, - sobre todo en la comida, en el sexo y en la pereza. Debido a que
la humanidad se encuentra ahora en la “etapa del retorno” del viaje evolutivo, es el momento
de desviar la atención exclusiva sobre la Sal hacia el Mercurio. Los alquimistas nos enseñan
que el "alimento verdadero" del Azufre es el Mercurio. Cuando el Azufre se alimenta del
Mercurio, aumenta la percepción de la verdad detrás del mundo de de las apariencias. El
Ser Superior gradualmente va tomando más y más control de los vehículos de la
consciencia. Cuanto más Mercurio el Azufre consume, más desarrollamos la libertad de la
adicción a la sal. Mediante el aumento de nuestra percepción del Poder de la Vida o “Único
Ser” nuestra personalidad “crece”. ¿Cómo logramos esto en la práctica? Al estar menos
preocupados por las apariencias y las formas y estar más concentrados en la luz interior. Al
recordar que esta luz interior está siempre presente y disponible en el interior, y al invocarla
y recibir su guía, mejora gradualmente nuestra conciencia – nuestra percepción de quienes
somos realmente. El Mercurio corresponde a Kether, el indivisible. Enfocando el Azufre en el
Mercurio significa concentrarse en, y aumentar nuestra percepción de, la Vida Única
indivisible, en el ser cuyo cuerpo es el universo físico entero.
¿Qué significa “alimentarse de Mercurio”? Esto significa desviar la conciencia del mundo
exterior de la sensación hacia el mundo interior de la conciencia. Esto significa aprender a
ser conscientemente receptivo y "transparente" para la percepción superconsciente de
Mercurio. Esto requiere elegir aquietarse mentalmente, deliberadamente e invitar a la
conciencia superior a que sea transmitida a través de nosotros. Por tanto, este es nuestro
trabajo para traer la luz hacia el mundo obscuro de la Sal “abajo”.
Si sustituimos Mercurio alquímico por "Dios", el himno antiguo espiritual adquiere un nuevo
significado:
"¡OH, qué paz a menudo perdemos.
¡OH, qué dolor innecesario sobrellevamos
Esto es porque no le entregamos
Todo a Dios en oración. "->
Cuando el azufre está enfocado en la Sal, todo parece estar separado. Usted está
aquí. Las cosas que usted desea o quiere evitar están "afuera", separadas de usted. Cuando
su azufre dedica más tiempo enfocado en el Mercurio, se produce un cambio gradual en la
conciencia. Inicia como una idea en la mente consciente: de que todos y todo en el universo
entero pueden ser parte de un ser vivo. A medida que continuamos “consumiendo” Mercurio,
el sentido de identidad cambia gradualmente de ser un ser separado a ser concientes de
que somos una expresión directa y parte de un gran ser vivo quien “es todo esto”.
Acrecentando esta percepción de nuestra verdadera naturaleza y recordando invocarla
como guía, poco a poco mejora todo lo que pensamos, decimos y hacemos.
La Sal limita, contrae, cohesiona, se une. Sin el principio de la Sal, no existiría la forma ni el
mundo físico en modo alguno. El planeta Saturno está relacionado estrechamente con el
principio de la Sal y tiene una función similar. Al igual que Saturno, la Sal tiene mala
reputación por limitar nuestra libertad, haciéndonos obedecer reglas, nos sujeta,
esclavizándonos al placer, y volviéndonos obesos, torpes y placenteramente aburridos.
En el Árbol de la Vida, la esfera de Saturno es Binah, la tercera esfera, de color negro. Binah
es la “raíz del agua”, el principio de la Madre Cósmica y de la forma. Las correspondencias
con el principio de la Sal son claras. Estos tres principios también son expresados en las
demás esferas inferiores del árbol. Sin embargo, es muy recomendable que cada aspirante
espiritual dedique tiempo a identificar los tres "supernos" del Árbol de la Vida como aspectos
de su propio ser. Conectar nuestra conciencia con los tres supernos nos traerá un gran
influjo de la luz de la vida espiritual en nuestra esfera personal.
Debido a que el Azufre es el hijo de Mercurio y la Sal, en forma natural es atraído hacia y
puede vincularse bien con cualquiera de los dos. Cuando el Azufre se alimenta demasiado
con Sal retrasa el desarrollo, en cambio mientras más se alimenta con Mercurio mayor será
su madurez.
Como aspirantes espirituales, nuestro objetivo es equilibrar los tres principios en nuestra
naturaleza. La humanidad se encuentra entre "Dios" y la naturaleza. Mediar es nuestro
destino para traer la luz de la unidad al mundo de la naturaleza (y a los demás seres
humanos). Para ello, necesitamos volver nuestra percepción conciente más hacia Mercurio.
Entonces seremos guiados para aprovechar nuestra naturaleza de Sal, para preservar y dar
forma a nuestros logros personales.
Un error que cometen muchos aspirantes es tratar de vivir (y hacer arte) de las realizaciones
de otros. Vivir conforme a las normas de otras personas fue una etapa importante en la
evolución de la humanidad. Hizo posible la convivencia en grupos y por tanto en
civilizaciones. Ahora muchos de nosotros, especialmente los aspirantes espirituales,
estamos evolucionando más y tenemos que aprender a vivir “conforme a nuestra propia luz”.
Si tratamos de vivir conforme a la visión de alguien más, omitiremos lecciones necesarias;
no cometeremos nuestros propios errores necesarios ni aprenderemos las lecciones que nos
darían. Y luego, cuando nuestra energía sea mucho más fuerte, podemos caer fuerte en un
agujero, el defecto de un carácter irresuelto - que pasamos por alto. Estudiar la vida
espiritual de los santos, pero vivir de acuerdo a las más elevadas verdades que
personalmente hemos recibido.
Robert Frost.