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Acto I:

El escenario muestra una playa, con una pequeña casa de madera al fondo. Los personajes
principales son un grupo de pescadores locales, liderados por Don Goyo, un anciano taciturno.
También está presente el "Blanco", un hombre blanco y adinerado que ha venido a la isla en busca
de recursos naturales.

Los pescadores están trabajando en la orilla, cortando árboles de mangle. Don Goyo los observa
con tristeza y preocupación. De repente, el Blanco aparece en escena.

Blanco: Hola, amigos. ¿Qué están haciendo?

Don Goyo: Estamos cortando mangle, pero no deberíamos.

Blanco: ¿Por qué no? Es una fuente valiosa de madera y otros recursos.

Don Goyo: Los mangles son como nosotros mismos. Sienten dolor y sufrimiento cuando los
cortamos.

Blanco: Eso es ridículo. Son solo árboles.

Don Goyo: No, son seres vivos, y debemos respetarlos.

Acto II:

La escena cambia a la noche, con los pescadores sentados alrededor de una fogata. Don Goyo les
cuenta la historia de su conversación con el mangle más viejo de las islas y cómo los mangles
sufren cuando los cortamos.

Don Goyo: Debemos detener la tala de mangle y buscar otras formas de ganarnos la vida, como la
pesca y la recolección de mariscos.

Los pescadores están en desacuerdo y preocupados por cómo van a ganarse la vida sin el recurso
del mangle.

Acto III:

La escena cambia de nuevo a la orilla, donde los pescadores están pescando y recolectando
mariscos en lugar de talar mangle. El Blanco aparece de nuevo.

Blanco: ¿Qué están haciendo? ¿Por qué no están trabajando en la tala de mangle?

Don Goyo: Hemos decidido dejar de talar mangle. Los mangles son como nosotros mismos, y
debemos respetarlos.

Blanco: Eso es una tontería. No entiendo por qué deberíamos detener una fuente valiosa de
recursos.

Don Goyo: Los Blancos son como la llena. Poco a poco van metiendo su millón de lenguas
hambrientas entre las islas, hasta hacerlas desaparecer. Algún día desapareceremos nosotros
mismos.
Los pescadores apoyan a Don Goyo, y deciden continuar pescando y recolectando mariscos en
lugar de talar mangle.

Acto IV:

La escena final muestra a los pescadores felices y satisfechos mientras trabajan juntos para
recolectar mariscos y pescar. Don Goyo reflexiona sobre la importancia de proteger el medio
ambiente y respetar a todos los seres vivos.

Don Goyo: La naturaleza es nuestra amiga, no nuestro enemigo. Debemos trabajar con ella, no en
su contra.

Los pescadores asienten en silencio, y la escena termina con ellos disfrutando de una cena de
mariscos frescos.

Este fragmento hace referencia a la vida de un grupo de personas que vive en las islas y depende
del manglar para su sustento. Anteriormente, habían estado cortando el mangle para venderlo,
pero ahora se han dado cuenta de que esto es perjudicial para ellos mismos y para la vida del
manglar. Don Goyo, un hombre mayor y sabio de la comunidad, les explica que los mangles son
como ellos mismos y que cada hachazo que se da duele como si le hubiera pasado a un ser
humano. Por lo tanto, deciden dedicarse a la pesca y la recolección de mariscos en lugar de la tala
del mangle. Además, se menciona el peligro que representa la influencia de los Blancos, que a
través de sus acciones están amenazando la vida de las personas y del medio ambiente en las islas.

La problemática principal que se aborda en este fragmento es la tala excesiva e indiscriminada de


los manglares, llevada a cabo por los hombres de la zona para beneficio propio, sin considerar las
consecuencias ambientales y sociales de sus acciones. Esta actividad amenaza la supervivencia de
los manglares y, por ende, de todas las especies que dependen de ellos, incluyendo a los propios
pescadores y habitantes de la zona. Además, se expone la desigualdad entre los hombres
"Blancos" y los de la zona, quienes ven afectado su modo de vida y subsistencia por la explotación
de sus recursos naturales por parte de los primeros.

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