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Silvia D. Matteucci
L
a Ecorregión comprende los valles de inundación de los trayectos medio e inferior del río Paraná
y su tributario, el río Paraguay, el antiguo estuario marino ocupado por el delta del río Paraná,
el cauce del Río de la Plata, hasta el Sur de la Bahía de Samborombón y el río Uruguay desde
su confluencia con el río Pepirí Guazú hasta su desembocadura en el Paraná Guazú (Figura 13.1).
El sector ríos Paraguay-Paraná constituye el límite que separa las provincias de Formosa y Norte
de Chaco de la República de Paraguay; y las provincias de Chaco, Santa Fe y Buenos Aires, al Oeste
y Sur de la Ecorregión, de las provincias de Corrientes y Entre Ríos, al Este y Norte de la Ecorregión.
El sector río Uruguay separa las provincias de Misiones y Corrientes de la República Federativa del
Brasil y Sur de Corrientes y Entre Ríos de la República Oriental del Uruguay.
Estos ríos drenan una cuenca continental formada por regiones diversas de características con-
trastantes de cientos de miles de kilómetros cuadrados. Recibe aportes del Escudo Brasileño (7,4 %
de la Macrocuenca Sudamericana); de la cordillera de Los Andes (7,4 %); de la región Cretácica-
Jurásica del Alto Paraná (29 %) que comprende las planicies entre el Escudo Brasileño y el Gran Pan-
tanal; de la zona de rocas del Carbonífero Superior del Alto Paraná (5,6 %), que bordea por occi-
dente y oriente la gran región Cretácica-Jurásica; de la gran llanura Chaco-Pampeana (29,8 %); de
las planicies Orientales (10,9 %), que comprenden el Pantanal y la Mesopotamia y de otras áreas
menores. Cada región aporta materiales y minerales diferentes y deja su impronta en los valles de
inundación de estos ríos (Iriondo y Paira, 2007).
Si bien esta Ecorregión no es la más extensa, es de suma importancia para la Argentina porque,
de la misma manera que recogió y distribuyó los aportes de agua y minerales de la Macrocuenca
Sudamericana a lo largo de la historia geológica, recoge los impactos de todas las acciones hu-
manas durante la historia de ocupación de los territorios desde la colonización europea (Morello y
Matteucci, 2000).
Geología y geomorfología
Todo el sistema de drenaje actual de Sudamérica se desarrolló después de la separación de África.
La elevación de Los Andes en el Mioceno agrandó el sistema y creó algunos ríos nuevos, entre los
que se encuentra el río Paraguay (Potter, 1997). Los principales ríos de la Argentina se ajustan a la
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Ecorregiones y complejos ecosistémicos argentinos - Jorge Morello - Silvia D. Matteucci - Andrea F. Rodríguez - Mariana Silva
-25 -25
-30 -30
-35 -35
-40 -40
-45 -45
-50 -50
-55 -55
Figura 13.1. Ubicación de la Ecorregión Delta e Islas de los ríos Paraná y Uruguay.
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Ecorregión Delta e Islas de los ríos Paraná y Uruguay - Silvia D. Matteucci
estructura geológica y han sufrido procesos de reactivación de fallas, varias ingresiones y transgre-
siones marinas, deriva lateral y cambio de curso, y erosión fluvial, que modelaron su geomorfología
actual. En restos de planicies de marea, albúferas y médanos costeros aún existen evidencias de las
ingresiones marinas del Pleistoceno.
Los ríos Paraná y Paraguay se encuentran encajonados en una gran falla geológica, originada pro-
bablemente por el hundimiento de la parte central de un gran pliegue formado por fuerzas compre-
sivas al elevarse Los Andes, en el Terciario. Los procesos de erosión y sedimentación posteriores de-
jaron pocas huellas de ese pasado. Son los procesos neotectónicos recientes y actuales, que activan
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Ecorregiones y complejos ecosistémicos argentinos - Jorge Morello - Silvia D. Matteucci - Andrea F. Rodríguez - Mariana Silva
El régimen hidrológico del río Paraná es estacional y está condicionado principalmente por las
precipitaciones en la alta cuenca. A partir de Septiembre asciende el flujo que alcanza su máximo
en Marzo. Estas crecidas anuales cubren las planicies de marea y el cinturón de espiras de meandros
que bordea al río. Las inundaciones extraordinarias que ocurren cada varios años, afectan principal-
mente la zona del bajo delta cubriendo gran parte de su superficie. El río Uruguay tiene un régimen
irregular y suelen producirse dos picos de creciente, uno en Junio-Julio y otro en Octubre-Noviem-
bre. Las crecidas extraordinarias del río Uruguay producen inundaciones parciales en el borde exte-
rior del delta. En el río de La Plata las mareas lunares se producen dos veces al día con una amplitud
Capítulo 13
de 1 m. Las mareas eólicas son producidas por los vientos del Sudeste y pueden elevar el nivel de
las aguas a más de 2,5 m por sobre el nivel del terreno (Iriondo, 2004). El modelo de pulsos de Neiff
(1999, Casco et al., 2005), muestra que en el Paraná, las sequías, caracterizadas por períodos de
suelo seco, son más frecuentes y tienden a acontecer en la misma época del año, en especial en el
período 1904-1960, y duran más que en los ríos Paraguay y Uruguay, pero son menos intensas. En
el río Uruguay la frecuencia, recurrencia y duración de los eventos secos es menor, pero sus inten-
sidades son mayores, cercanas al extremo histórico. En el río Paraguay, por el efecto regulador del
pantanal, las sequías son moderadas con recurrencia baja de las sequías extremas (Neiff, 2005).
Clima
El clima es templado y húmedo, con poca amplitud térmica diaria y estacional, debido a la pre-
sencia de los cuerpos de agua permanentes. La Ecorregión tiene una gran amplitud latitudinal, ex-
tendiéndose desde los 25,42 a los 36,33º Lat Sur, y por lo tanto presenta gradientes de tempera-
turas y de precipitaciones.
Los condicionantes principales del clima son los anticiclones del Atlántico Sur y del Pacífico Sur. El
primero, que circula en contra de las agujas del reloj, tiene influencia directa sobre la cuenca del Pa-
raná al enviar masas de aire cálido y húmedo, principalmente en verano. El Anticiclón del Pacífico Sur
caracteriza al clima de invierno, junto con los eventos poco frecuentes de vientos polares. El resultado
es un clima tropical/subtropical con un gradiente de temperaturas N-S y un gradiente E-O de precipi-
taciones. En los valles, es la enorme masa de agua que circula de Norte a Sur la que determina el clima
(Iriondo y Paira, 2007; Iriondo, 2007). Las precipitaciones medias anuales son de 1250 mm a lo largo
del Paraná e incrementan hacia el Norte a lo largo del río Uruguay hasta aproximadamente 1700 mm
al Norte. Las temperaturas de Enero (mes más cálido) varían de 25 a 27,5 °C entre los extremos Sur
y Norte de la Ecorregión; las de Julio (mes más frío) varían entre aproximadamente 12 y 18 °C entre
ambos extremos. Así, el clima varía entre subtropical húmedo en el Norte cambiando a húmedo tem-
plado húmedo en el Sur (Drago, 2007). Las heladas son inexistentes o son poco importantes.
Ambiente Natural
Los suelos son muy influidos por la dinámica hidrológica. En la Ecorregión predominan los suelos
del orden Molisoles, que se encuentran en todos los Complejos de Ecosistemas (en adelante Com-
plejos), pero sólo predominan en el Complejo Delta del Paraná. En segundo lugar están los Entiso-
les, presentes en todos los Complejos pero dominan sólo en el Complejo Estuario del Plata. Cabe
señalar que para este Complejo el mapa de suelos no incorpora aquellos ocupados por la región
Metropolitana de Buenos Aires. En tercer lugar se encuentran los Alfisoles, que están presentes en
proporciones reducidas en cuatro de los cinco Complejos y predominan en el Complejo Bajo Pa-
raguay (Tabla1). En la tabla no se incluye el espacio ocupado por cuerpos de agua, que puede ser
considerable en algunos Complejos, como en los Complejo Paraná Medio y Costas e Islas del Río
Uruguay, en los que ocupa el 49,4 y 29,2 % de sus superficies, respectivamente.
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Ecorregión Delta e Islas de los ríos Paraná y Uruguay - Silvia D. Matteucci
Tabla 13.1. Porcentaje de los principales Grupos de suelos en los Complejos de la Ecorregión Delta e Islas del Paraná y
del río Uruguay
Orden Gran Grupo BP PM DP EP CIU
Alfisoles Albacualfes 4,15 0,90 0,00 0,00 0,00
Los Molisoles son excelentes suelos agrícolas, ricos en materia orgánica, bien estructurados y en
general bien drenados. Se encuentran en zonas húmedas y subhúmedas. Los Entisoles son suelos
jóvenes que carecen o tienen escaso desarrollo de horizontes diagnóstico. La mayoría tiene sólo un
horizonte superficial claro, de poco espesor y generalmente pobre en materia orgánica. Los Alfiso-
les son suelos minerales generalmente húmedos, con problemas de drenaje debido a un alto con-
tenido de arcilla o a un horizonte subyacente impermeable. Tienen bajo a mediano contenido de
materia orgánica, pero son buenos suelos agrícolas (Macarini y Baleani, 1995).
Entre los Molisoles predominan los Hapludoles, especialmente en los Complejos Delta del Paraná
donde dominan, y Estuario del Plata. Son suelos húmedos durante la mayor parte del año (no están
secos más de 90 días al año o 60 días consecutivos). Tienen un horizonte superficial oscuro típico de
los Molisoles y un horizonte subsuperficial enriquecido con arcillas. La capacidad de retención de la
humedad está levemente disminuída con relación a los Molisoles. Son aptos para la producción de
cereales, soja, girasol y pasturas. Entre los suelos del Orden Entisoles predomina el Gran Grupo Udip-
samentes, especialmente en el Complejo Estuario del Plata. Son suelos dominantes en los depósitos
de arenas estabilizadas o móviles, de regiones húmedas, y tienen en la fracción arenosa una apre-
ciable cantidad de materiales meteorizables. Muchos de estos suelos están forestados con coníferas.
También abundan los Haplacuentes, que dominan en el Complejo Costas e Islas del río Uruguay. Son
suelos saturados permanentemente con agua, en depresiones de tierras altas donde la acumulación
de sedimentos no es muy significativa; con la profundidad disminuye el carbono orgánico. Dentro del
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Ecorregiones y complejos ecosistémicos argentinos - Jorge Morello - Silvia D. Matteucci - Andrea F. Rodríguez - Mariana Silva
Orden Alfisoles se destacan los Haplustalfes, que dominan ampliamente en el Complejo Bajo Para-
guay, y están ausentes del resto de los Complejos. Son suelos de climas subhúmedos pero que pasan
períodos de sequía por falta de infiltración de agua a las napas profundas. Son de formación incipien-
te, formados sobre sedimentos o geoformas recientes (Macarini y Baleani, 1995).
Los ríos Paraguay y Paraná son un excelente corredor biogeográfico, como muestra la presencia
de especies de linaje amazónico en todos los bosques de galería de la Ecorregión, incluyendo el
Monte Blanco del Complejo Delta del Paraná, que se encuentra a más de 1200 km al Sur del Trópi-
co de Capricornio (Oakley et al., 2005). También se encuentran especies de linaje chaqueño en las
Capítulo 13
1 Higrófilo: adjetivo aplicado a plantas y comunidades propias de medios húmedos. Hidrófilo: adjetivo aplicado a plantas acuáti-
cas con hojas flotantes o sumergidas (Font Quer, 1970).
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Ecorregión Delta e Islas de los ríos Paraná y Uruguay - Silvia D. Matteucci
Paspalum repens y Echinochloa polystachya se desarrollan en humedales y lagunas temporales. En las la-
gunas permanentes crecen canutillares, juncales de Schoenoplectus californicus y camalotales formados
por Eichhornia crassipes, E. azurea, Pistia stratiotes, Ludwigia peploides, Salvinia herzogii2, Enhydra ana-
gallis, Azolla caroliniana y Hydrocotile spp En los ríos también se encuentran camalotales y canutillares
(Sabattini y Lallana, 2007).
En otros sectores de la Ecorregión se encuentran pajonales de cortadera (Scirpus giganteus), es-
padaña (Zizaniopsis bonariensis), totora (Typha spp), entre otras, en las depresiones de las islas; en
sitios inundables periódicamente se desarrollan matorrales de leguminosas de los géneros Sesbania
Ambiente humano
Existen evidencias de ocupación humana entre 2700 y 300 AP5. Los pobladores eran cazadores-
recolectores-pescadores y usaban canoas. Los sitios arqueológicos se encuentran en los albardones
y médanos más altos, sin peligro de inundación e incluyen objetos de cerámica, herramientas de
hueso y de piedra y ornamentos de cobre y de conchillas. Su alimentación provenía de la caza de
mamíferos, como Blastocerus dichotomus y Ozotoceros bezoarticus, Myocastor coypus (coipo), Hy-
drochaeris hydrochaeris (carpincho) y Cavia apereay. Entre los productos de la pesca y recolección
se encontraron Pimelodus sp y Doradidae y moluscos de agua dulce. La dieta también incluía frutos
de palmeras y de algarrobo. También cultivaban poroto y maíz en pequeñas huertas. La madera de
2 Salvinia herzogii no figura en los catálogos de la Flora Argentin y de la Flora del Conosur.
3 Diversidad gamma: riqueza de especies del conjunto de comunidades que integran un paisaje (Whittaker, 1972).
4 Diversidad alfa: riqueza de especies de una comunidad particular considerada homogénea (Whittaker, 1972).
5 AP: antes del presente.
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Ecorregiones y complejos ecosistémicos argentinos - Jorge Morello - Silvia D. Matteucci - Andrea F. Rodríguez - Mariana Silva
Myrsine y Prosopis se empleaba como fuente de energía para cocinar, calefaccionar y para procesar
la cerámica. La madera de Inga se usaba probablemente para hacer fuego para ahumar carne dese-
cada o pescados, espantar insectos o acorralar la caza (Bonomo et al., 2011).
El uso más importante de la Ecorregión como unidad es el de vía de transporte. El programa Hidro-
vía Paraguay-Paraná constituye una estrategia de transporte fluvial en un tramo comprendido entre
Puerto Cáceres (Brasil) en su extremo Norte y Puerto Nueva Palmira (Uruguay) en su extremo Sur. El
Programa surgió en primera instancia como consecuencia del incremento del comercio y más tarde
se amplió con la creación del Mercado Común del Sur (MERCOSUR). El Comité Intergubernamental de
Capítulo 13
la Hidrovía (CIH), integrado por Argentina, Bolivia, Brasil, Paraguay y Uruguay, gestionó los estudios
para poner en marcha el programa. El objetivo es garantizar la navegación diurna y nocturna de con-
voyes formados por barcazas y un remolcador de empuje, durante todo el año, para facilitar el trans-
porte masivo de los productos de la región a través de grandes distancias con el menor costo posible.
Los productos más importantes en términos de volumen transportado son la soja y sus derivados,
seguidos por el hierro y los combustibles. El tráfico de bajada es cuatro veces mayor que el de subi-
da. El tráfico de mayor importancia de subida es el de combustibles (80 % del total) (SSPyVN, 2007).
Otras actividades importantes son la pesca, la ganadería en los bajos, la producción forestal en
las terrazas y el turismo.
Conclusión
En esta Ecorregión, quizás más que en las demás, adquiere mucha importancia el cambio climático,
debido a la rapidez de las fluctuaciones del régimen hidrológico y de las respuestas biológicas, ecoló-
gicas y sociales a estos cambios. Este es un hecho a tener en cuenta al momento de la planificación y
diseño del manejo y la gestión. Se han identificado escenarios de riesgo futuro. Un cambio climático
puede causar cambios hidrológicos muy intensos porque la relación entre el incremento de precipita-
ción y el incremento de los caudales en la cuenca del Plata no es lineal, sino que las variaciones anuales
de la precipitación son amplificadas en los caudales. El pronóstico de grandes crecidas no depende ex-
clusivamente de la ocurrencia del evento El Niño, por lo cual el pronóstico climático no siempre predi-
ce inundaciones. Los factores que fuerzan las inundaciones son complejos, se asocian al aporte de los
tributarios principales, las ondas de marea que provienen del océano y la acción de los vientos. En la
costa del río de La Plata se verifica una tendencia al ascenso del nivel medio del agua del río y al aumen-
to de la frecuencia de las crecidas originadas en sudestadas; en el siglo XX el nivel del río incrementó
17 cm en la ciudad de Buenos Aires. Los eventos climáticos no sólo tienen que ver con las inundaciones
sino también con las grandes bajantes. Existe una tendencia de aumento de las crecidas máximas de
los principales tributarios del Paraná y Uruguay en las últimas tres décadas, pero también se registra un
aumento en las máximas bajantes en las últimas tres décadas, es decir un aumento de las condiciones
extremas. Se registra un cambio de circulación de los vientos con aumento en la frecuencia de vientos
del Este frente a los del NE. Entre las décadas de 1950 y 1990 hubo un desplazamiento hacia el Sur del
eje de máxima presión, lo que significa que el borde occidental del centro de alta presión (ubicado en
forma permanente sobre el océano Atlántico Sur) se corrió, en los últimos 50 años, hacia el Sur modi-
ficando las condiciones de circulación del aire sobre la cuenca del Plata (CESAM, 2004).
La Ecorregión se divide en tres subregiones que se diferencian por el patrón de modelado fluvial,
y cinco Complejos de Ecosistemas:
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Ecorregión Delta e Islas de los ríos Paraná y Uruguay - Silvia D. Matteucci
Ubicación
El Complejo, con 2355 km2, se extiende desde la confluencia del río Pilcomayo con el río Paraguay
hasta la desembocadura del río Paraguay en el río Paraná medio. Tiene una longitud de 324 km.
Comprende las franjas costeras orientales de los departamentos Pilcomayo, Formosa y Laishi de
la Provincia de Formosa, y Bermejo de la Provincia del Chaco.
Limita al Este con la Ecorregión Chaco Húmedo, al Norte y al Este con la República del Paraguay
y al Sur con el Complejo Paraná Medio.
Clima
El clima es subtropical húmedo, sin estación seca. La temperatura media anual oscila entre 22
y 23 °C. La media del mes de Enero es de 28 °C y la del mes de Julio de 16 a 17 °C. Las precipita-
ciones medias son de 1250-1350 mm y se concentran en verano. El balance hídrico es positivo,
alrededor de 50 mm, aún siendo alta la evapotranspiración potencial.
En el centro Este del Complejo la estación climatológica Formosa-Aeropuerto registra tempera-
turas anuales media, máxima media y mínima media de 22,4; 29 y 17,1 °C en el período 1976-81,
1983-84, 1987-2001, 2004-04, 2006-11. Para el mismo período, la velocidad media anual del
viento fue 13,7 km/h; hubo un promedio anual de 100 días de lluvia; 1,03 días de granizo y 71
días de tormenta. La precipitación media anual fue de 1402,7 mm en el período 1978-81,1983-
84, 1988-98, 2003-04. Entre 1975 y 1994 hubo seis tornados (Fuente de datos: TuTiempo.net).
Geología y geomorfología
El Complejo comprende el valle actual del río Paraguay, el cual transporta gran cantidad de sedi-
mentos provenientes de los afluentes que bajan de las sierras y cruzan las planicies.
El río Paraguay drena un extenso humedal, que cubre unos 60.000 km2, el Pantanal, cubierto por
las aguas que recibe de numerosos cursos provenientes de las áreas periféricas altas. Más adelante,
el curso se hace cada vez más meandroso. El bajo Paraguay, desde la desembocadura del río Pil-
comayo hasta la confluencia con el río Paraná, ya en la Argentina, corre sobre depósitos aluviales y
recibe por la margen derecha6 numerosos cursos de agua, entre los que se destacan el Pilcomayo y
el Bermejo (Popolizio, 2004).
6 Las márgenes derecho e izquierdo de un río se identifican en relación al sentido de flujo del agua. Por ejemplo, en el Tramo del
río Paraná que corre de Norte a Sur, la margen derecha es la occidental.
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Ecorregiones y complejos ecosistémicos argentinos - Jorge Morello - Silvia D. Matteucci - Andrea F. Rodríguez - Mariana Silva
La llanura de inundación, de un ancho variable de entre 2,5 y 30 km, es una planicie compues-
ta formada por una combinación de planicie de bancos, planicie reciente de meandros planicie de
meandros antiguos y planicie de drenaje impedido. La planicie de meandros recientes se desarrolla
por la migración del canal principal y se caracteriza por la serie de espiras de meandros con depósi-
tos de bancos, caños y lagunas semilunares. Durante las inundaciones, las lagunas pueden adquirir
características lóticas. La unidad morfológica planicie de meandros recientes es la predominante en
el bajo Paraguay, ocupando el 58,4 % de la superficie del valle aluvial (Drago, 1990).
La planicie de meandros antiguos por lo general está separada del canal principal por la planicie
Capítulo 13
de meandros recientes. Está formada por vestigios de espiras de meandros, bajos pantanosos alar-
gados y angostos y lagunas grandes y someras, formadas por la unión de series de restos de espiras
de meandros por erosión de los albardones durante las crecidas. En estos cuerpos de agua suelen
aparece islas alargadas y erosionadas que son restos desgastados de los albardones. Esta unidad
morfológica ocupa el 33,7 % del valle aluvial (Drago, 1990).
La planicie de drenaje impedido es una unidad más evolucionada, en la que predominan los pro-
cesos de sedimentación. Está salpicada por marismas y ciénagas que ocupan las cuencas de las an-
tiguas lagunas. Los caños y los restos de espiras de meandros aparecen cubiertos de arcillas y limos
traídos por las inundaciones. La unidad aparece como una extensa área pantanosa con pendiente
suave, en cuyas partes más elevadas se originan pequeñas redes de drenaje, que transportan el
agua de lluvia hacia los pantanos. Esta unidad morfológica, que ocupa el 6,2 % del valle aluvial, se
encuentra alejada del canal principal (Drago, 1990).
El escurrimiento superficial se realiza por ríos y cañadas de bordes no bien definidos. En el plano
de inundación, la acción del agua se manifiesta todos los años y su acción se ejerce durante largo
tiempo. La terraza baja se inunda cuando hay coincidencias recientes de colectores y afluentes.
El río Bermejo es el principal afluente del río Paraguay en el Complejo y provee grandes volúme-
nes de sedimentos suspendidos, como lo demuestran las marcadas diferencias de concentración
de sedimentos suspendidos en el Paraguay río arriba y río abajo de su confluencia con el Bermejo
(89 mg/L y 624 mg/L, respectivamente en el período de aguas altas).
El régimen del río Paraguay es regular. Los desbordes anuales ocurren generalmente en invierno
y alcanzan a cubrir el plano de inundación del río con una lámina de agua de un metro o más de
espesor. Cada tres años, las inundaciones tienen mayor intensidad, cubriendo con dos metros o
más, más del 80 % de la llanura inundable. En períodos con fuerte influencia del fenómeno de El
Niño, tal como 1982-1983, las riadas (desbordes) cubren con 4-5 metros de agua toda la planicie
inundable (Neiff et al., 2005).
Patrones recurrentes
En el Complejo alternan áreas bajas planas o lomadas, cubiertas con pajonales y palmares; albar-
dones con selva ribereña, lagunas e islas. Cada geoforma puede contener una diversidad de comu-
nidades, cuyas características fisonómicas florísticas, biomasa y riqueza de especies dependen de
las propiedades de los pulsos (Casco et al., 2005).
En las llanuras aluviales de anegamiento estacional con suelos arcillosos vérticos alcalinos, lige-
ramente a moderadamente salobres se desarrollan sabanas herbáceas con abundancia de palmas,
proporciones variables de árboles y arbustos y un piso de gramíneas altas (pajonal). En estado poco
intervenido, constituyen bosques semidensos a semiabiertos, dominados por Copernicia alba (pal-
ma carandá) con la que se asocian diversas especies de árboles y arbustos higrófilos. En la mayor
parte de su área de distribución, los palmares boscosos han sido transformados antrópicamente en
sabanas palmares por acción del fuego y del ganado. Las especies diagnósticas son Copernicia alba,
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Ecorregión Delta e Islas de los ríos Paraná y Uruguay - Silvia D. Matteucci
Microlobius foetidus subsp paraguensis, Acacia monacantha, Lonchocarpus fluvialis (=Muellera fluvia-
lis), Coccoloba paraguariensis, Combretum lanceolatum, Sphinctanthus microphyllus, Sphinctanthus
hasslerianus, Prosopis vinalillo, P. elata, P. ruscifolia, P. chilensis, P. nigra, Tabebuia nodosa, Parkin-
sonia aculeata, Pennisetum frutescens, Acacia caven, Panicum prionitis, P. trichanthum, Sporobolus
phleoides, Gouinia paraguayensis, Schizachyrium condensatum, Heteropogon contortus, Eupatorium
spp, Lycium spp, Solanum spp. Las especies de Prosopis sólo abundan en tierras muy intervenidas
por la ganadería (Nature Serve, 2005).
En las zonas más deprimidas de las llanuras de inundación estacional fluvio-lacustre, con aguas de
7 Piptadenia robusta no figura en los catálogos de la Flora Argentina y Flora del Conosur. Está citada para Bolivia.
8 Senna grandis no figura en los catálogos de la Flora Argentina y de la Flora del Conosur. Está citada para América Central.
9 Albizia polyantha no figura en los catálogos de las Floras Argentina y del Conosur; podría ser sinónimo de A. inundata.
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Ecorregiones y complejos ecosistémicos argentinos - Jorge Morello - Silvia D. Matteucci - Andrea F. Rodríguez - Mariana Silva
los bañados está formada por hierbas altas y tiernas, en su mayoría gramíneas (Panicum grumosum;
Echinochloa polystachya, Panicum elephantipes, Hymenachne grumosa) que forman un dosel continuo
de hasta dos metros de alto (Nature Serve, 2005).
En las medias lomas de suelos fértiles, ubicadas en una posición intermedia entre los bosques de
galería y las vías de escurrimiento, con cañadas y esteros, se encuentran relictos de los pastizales y
sabanas característicos de esta zona. Localmente tienen pequeñas depresiones que son los únicos
ambientes inundables. La mayor parte de estas tierras esta convertida para agricultura. El fuego es
un componente importante y las especies leñosas de estas sabanas suelen presentar adaptaciones
Capítulo 13
tales como cortezas engrosadas. Las especies diagnósticas son Sorghastrum setosum (paja amarilla),
Schizachyrium condensatum (paja colorada), S. spicatum (paja colorada), Hemarthria altissima (pasto
clavel), Elionurus muticus (espartillo), Paspalum intermedium (pasto horqueta), Bothriochloa laguroides,
Imperata brasiliensis (chajapé), Vicia stenophylla, V. nana, Chloroleucon tenuiflorum (tatane), Entero-
lobium contortisiliquum (oreja de negro), Erythrina dominguenzii (ceibo rosado), Prosopis affinis (ñan-
dubay) (Nature Serve, 2005).
Parte importante de los palmares boscosos han sido transformados en pastizales y sabanas secun-
darias o seriales por tala, fuegos anuales y ganadería extensiva. La cobertura es mayormente her-
bácea, con presencia variable pero generalmente dispersa de palmas (Copernicia alba). Comprende
diversas asociaciones herbáceas según el gradiente de humedad edáfica, las cuales se desarrollan en
suelos desde estacionalmente saturados de humedad a temporalmente anegados, y desde algo sa-
lobres a moderadamente salinos. Las especies diagnósticas son Copernicia alba, Cyperus aggregatus
(= C. cayennensis), Panicum bergii, Heimia salicifolia, Fimbristylis castanea, Paspalum plicatulum, Turne-
ra grandiflora, Schizachyrium microstachyum (= S. condensatum), Paspalum notatum, Andropogon se-
lloanus, Chamaecrista serpens, Vernonia rubricaulis, Sida anomala, Eragrostis lugens, Setaria parviflora,
Aeschynomene histrix var. incana, Wissadula glechomaefolia, Aristida circinalis, Arachis villosa, Axonopus
argentinus, Bothriochloa laguroides, Chloris barbata, Coelorhachis selloana (Nature Serve, 2005).
La riqueza de fauna silvestre es relativamente alta por la diversidad de hábitats generados por
la dinámica fluvial y su efecto sobre el patrón de la cubierta vegetal. Entre los peces, sobresalen el
pacú (Colossoma mitrei), la tararira (Hoplias malabaricus), el dorado (Salminus maxillosus), los surubíes
(Pseudoplatystoma spp) y el manguruyú (Paulicea lutkeni). Entre las aves se destacan el pato criollo
(Cairina moschata), el sirirí colorado (Dendrocygna bicolor), el yabirú (Jabiru mycteria), el muitú (Crax
fasciolata), el picabuey (Machetornis ilsoxus) y varias especies de garzas, bandurrias y milanos. Entre
los reptiles, se encuentran los yacarés ñato (Caiman latirostris) y negro (C. yacare), y la boa curiyú (Eu-
nectes notaeus). Los mamíferos más notables son el mono aullador (Alouatta caraya), el coatí (Nasua
nasua), el zorro de monte (Cerdocyon thous), los pecaríes labiado (Pecari tajacu) y de collar (Tayassu
pecari), el murciélago pescador grande (Noctilio leporinus), la rata colorada (Holochilus chacarius), el
carpincho (Hydrochaeris hydrochaeris), el lobito de río (Lutra longicaudis) y el coipo (Myocastor coypus).
Pulsos naturales
El pulso natural más importante es el hidrológico, en el que alternan períodos de suelo seco con sue-
los inundados, de cuyas características dependen las variables de la vegetación. Durante las crecidas
el río desborda sobre ambas márgenes y ocupa una franja de 10 a 15 km de ancho (CESAM, 2004).
La vegetación cumple un rol muy importante en la amortiguación de las crecidas porque retar-
da el escurrimiento y disipa grandes volúmenes de agua impidiendo que lleguen al tramo bajo. Al
disminuir la velocidad del flujo reduce la erosión hídrica. El efecto atenuador de la vegetación dis-
minuye cuando la crecida cubre a la vegetación. El rol atenuador depende de variables estructu-
rales de la vegetación como cobertura, continuidad, densidad y altura, las cuales dependen de la
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Ecorregión Delta e Islas de los ríos Paraná y Uruguay - Silvia D. Matteucci
Protección de la naturaleza
● Reserva Privada Bouvier, Convenio Propietario-Fundación Vida Silvestre Argentina sn/90.
● Reserva de la Biósfera Laguna de la Oca del Río Paraguay, Ley Provincial Nº 1335/00.
(Información SIFAP, 2011).
Ubicación
Se extiende desde la confluencia de los río Paraná y Paraguay hasta el Norte de la ciudad de Dia-
mante (Entre Ríos). El curso principal del río Paraná en este tramo tiene una longitud de 707 km.
Comprende las franjas orientales de los departamentos 1º de Mayo y San Fernando de la provincia
del Chaco; General Obligado, San Javier, Garay, La Capital y San Jerónimo de la provincia de San-
ta Fe y las franjas occidentales de los departamentos San Cosme, Capital, Empedrado, Bella Vista,
Lavalle, Goya y Esquina de la provincia de Corrientes y de La Paz, Paraná y Norte de Diamante de la
provincia de Entre Ríos. Su superficie es de 17.540 km2. Limita al Oeste con las Ecorregiones Cha-
co Húmedo y Espinal, al Este con las Ecorregiones Chaco Húmedo, Esteros del Iberá y Espinal, y al
Norte y al Sur con los Complejos Bajo Paraguay y Delta del Paraná, respectivamente.
Clima
El clima es subtropical húmedo sin estación seca definida en la porción Norte, donde las lluvias
son abundantes durante casi todo el año, de alrededor de 1600 mm. En el tramo Sur, el clima es
templado húmedo y las precipitaciones disminuyen gradualmente hasta 1000 mm.
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Ecorregiones y complejos ecosistémicos argentinos - Jorge Morello - Silvia D. Matteucci - Andrea F. Rodríguez - Mariana Silva
En el Complejo hay dos estaciones climatológicas, una en el extremo Norte (Estación Corrientes)
y otra en el extremo Sur (Estación Paraná, provincia de Entre Ríos). La estación Corrientes registra
temperaturas anuales media, máxima media y mínima media de 21,3; 27,2 y 15,6 °C y precipitación
media anual de 1346,1 mm, para el período 1951-80, 1981-90. Para el mismo período, la estación
Paraná muestra temperaturas anuales media, máxima media y mínima media de 18; 23,8 y 13,1 °C
y precipitación media anual de 1023,5 mm. Las precipitaciones medias mensuales por encima de la
media ocurren de Noviembre a Marzo (SMN, 2000). En el período 1993-99, 2006-11, la estación
Corrientes Aero tuvo temperaturas anuales media, máxima media y mínima media de 21,6; 27,8 y
Capítulo 13
16,2 °C, respectivamente; velocidad media del viento de 12,7 km/h, el promedio anual de días de
lluvia fue de 92 días y el de días de tormenta fue de 67,7 días (Fuente: tutiempo.net).
Geología y geomorfología
La historia geomorfológica del río Paraná se inicia durante el Terciario superior, cuando se ori-
ginan condiciones de semiaridez que determinan la formación de una superficie de aplanamiento.
Ésta permitió la unificación de dos cuencas fluviales, una al Norte de la provincia de Misiones y otra
en la Llanura Chacopampeana-Mesopotámica, separadas por terrenos elevados perpendiculares
a la dirección de las cuencas. En el sector argentino, el valle del Paraná se fue desplazando hacia
el Oeste, pivotando desde un sector situado entre Candelaria (provincia de Misiones) e Ituzaingó
(provincia de Corrientes), como consecuencia de cambios climáticos, con alternancia de períodos
más secos y más húmedos que el actual y de levantamientos tectónicos de carácter epirogénico10
que comenzaron con el ascenso del escudo brasileño y el descenso de la llanura chaco-pampeana
y se fueron propagando hacia el Oeste. Estos movimientos neotectónicos y los cambios climáticos,
estarían relacionados entre sí y cronológicamente con los períodos glaciales e interglaciales del he-
misferio Norte y con las variaciones del nivel del mar que se manifestaron en ingresiones y transgre-
siones marinas en la mesopotamia argentina hasta casi las Sierras Pampeanas. Esto implica que la
evolución del valle fluvial del Paraná es un proceso poligenético complejo con influencia de factores
exógenos y endógenos. Los movimientos neotectónicos siguen activos y junto con el cambio climá-
tico global podrían originar cambios del curso actual del Paraná (Popolizio, 2004).
En la confluencia entre los ríos Paraguay y Paraná cambia la morfología y la hidrología. Mientras que
el río Paraguay es muy sinuoso y poco caudaloso en su tramo final, el río Paraná es menos sinuoso
y muy caudaloso, portando dos canales, uno del lado occidental, con un gran aporte de sedimen-
tos, correspondiente al río Paraguay, y otro del lado oriental, con aguas claras, correspondiente al
río Paraná. A diferencia de lo que ocurre en el Complejo Bajo Paraguay, en que la planicie central de
modelado antiguo, ocupa la mayor parte de la superficie de su llanura aluvial, en el Complejo Paraná
Medio, la planicie central antigua ocupa sólo el 20 % de la llanura aluvial. Estas diferencias entre el
Bajo Paraguay y el Paraná Medio en cuanto al patrón de distribución de los elementos del paisaje es
consecuencia de diferencias de la dinámica fluvial, ligadas a diferencias de pendiente, descarga, car-
ga de sedimentos en suspensión y cargas de fondo.
Cabe señalar que el valle del río Paraná muestra una gran heterogeneidad del patrón de ordena-
miento de las diversas geoformas en sentido transversal a lo largo de su recorrido, así como de su
ancho y de los parámetros hidrodinámicos. Gran parte de la morfología fluvial se asocia a condicio-
nes paleoclimáticas diferentes de las actuales. Como ejemplo, hacia el Sur de Resistencia-Corrien-
tes el valle se ensancha en un trecho corto, pasando de los 20 a los casi 35 km aguas abajo. Desde
la ciudad de Corrientes hasta algunos kilómetros al Sur de Empedrado, y más al Sur, desde Bella
10 Epirogénesis: movimientos lentos de ascenso y descenso de las plataformas continentales que resultan en ondulaciones de
gran radio.
460
Ecorregión Delta e Islas de los ríos Paraná y Uruguay - Silvia D. Matteucci
Vista hasta las proximidades de Lavalle, el cauce principal corre apoyado sobre la margen izquierda,
formada por barrancas muy abruptas con una diferencia de nivel de más de 20 m en aguas bajas. En
el tramo ubicado entre los dos anteriores, desde unos kilómetros al Sur de Empedrado hasta Bella
Vista, la situación cambia completamente, porque el valle menor realiza una amplia inflexión ale-
jándose de la barranca hasta un máximo de unos 15 km, lo que indica que el río tiene capacidad de
divagar dentro de la planicie mayor. En este sector, donde el río se separa de la barranca, aparecen
niveles de terrazas relictuales, ya que ellas mismas se encuentran separadas de la barranca por un
paleovalle de unos 10 km de ancho que corre apoyado en aquellas, indicando un antiguo trazado
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Ecorregiones y complejos ecosistémicos argentinos - Jorge Morello - Silvia D. Matteucci - Andrea F. Rodríguez - Mariana Silva
rrazas bajas del valle aluvial actual del Paraná son cubiertas total o parcialmente por las aguas du-
rante los períodos de creciente. Es una faja costera caracterizada por un ambiente marcadamente
acuoso, surcado por numerosos cauces jóvenes meandrosos.
Algunos autores dividen el valle de inundación en tres sectores longitudinales desde la orilla del
curso principal hasta el borde de la planicie de inundación: la planicie distal, la planicie proximal y
la planicie anegadiza central. Otros, como Iriondo (2007) distinguen, a partir del cauce principal, la
llanura de bancos de arena, la llanura de avenamiento impedido, la llanura de meandros, los deltas
de los tributarios y las terrazas. Estas divisiones se incluyen en los tres sectores. Todas las sudivi-
Capítulo 13
Patrones recurrentes
Los elementos del paisaje forman un macrosistema de humedales en los que alternan albardones
con selva ribereña, y palmares, pajonales y pirizales en las lomas y planos bajos. En la terraza anti-
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Ecorregión Delta e Islas de los ríos Paraná y Uruguay - Silvia D. Matteucci
gua de Santa Fe domina del espartillar totoral, interrumpido por pajonales de Panicum prionitis (paja
de techar) en las lagunas semipermanentes y áreas aledañas a ellas. En las áreas deprimidas que se
anegan permanente o temporalmente, se encuentra una variada vegetación herbácea, acuática y/o
palustre.
El bosque de galería, se encuentra muy degradado y con amplios sectores erosionados. En las
márgenes y bancos se establecen bosques fluviales de Salix humboldtiana (sauce) o de Tessaria inte-
grifolia (aliso de río), mientras que en los sectores altos del valle se forma otro tipo de bosque fluvial
que incluye, entre otras, timbós blancos y colorados (Enterolobium contortisiliquum), ceibos (Erythrina
463
Ecorregiones y complejos ecosistémicos argentinos - Jorge Morello - Silvia D. Matteucci - Andrea F. Rodríguez - Mariana Silva
del monte), Mikania cordifolia (guaquito), Ipomoea cairica (campanilla), Smilax campestris y Vigna
adenantha (poroto silvestre).
Los bosques jóvenes de albardones marginales están formados por alta densidad de árboles ju-
veniles de poco diámetro, de reciente colonización, dominados por aliso de río o sauce. Presentan
un estrato arbóreo muy denso de 8-10 m de altura y más de 75 % de cobertura. Estos bosques se
distribuyen en faja a lo largo de los bancos de arena y albardones más jóvenes de cauce y son casi
monoespecíficos de una u otra especie, con la otra como acompañante ocasional. Están sujetos
a una mayor frecuencia de inundaciones que los bosques maduros de la misma especie. El suelo
Capítulo 13
464
Ecorregión Delta e Islas de los ríos Paraná y Uruguay - Silvia D. Matteucci
más de 2 m de altura y cobertura similar formada por Polygonum ferrugineum, Echinochloa polysta-
chya y Echinochloa cruspavonis (capín arroz). Las especies de hábitos volubles como Mikania cordifo-
lia (guaco) y otras se encuentran entre las dominantes (Marchetti y Aceñolaza. 2005).
En este Complejo, los peces y las aves son los grupos más ricos en especies de la fauna silves-
tre. Entre los primeros de encuentra el sábalo (Prochilodus platensis), los surubíes, el manguruyú
(Pimelodus zungaro), el dorado (Salminus maxillosus) y el pirapitá (Brycon orbigianus). Entre las aves
se destacan el biguá (Phalacrocorax olivaceous), la garza blanca (Casmerodius albus), las cigueñas
(Mycteria americana y Ciconia maguari), el cuervillo de la cañada (Plegadis chihi), varias especies de
Pulsos naturales
El pulso característico del Complejo es el hidrológico, con sus dos fases: suelo seco y suelo inun-
dado. Al igual que en los Complejos Bajo Paraguay y Delta del Paraná, el régimen hidrológico se
caracteriza por un pulso anual aunque, en los últimos años tiende a ser errático. Alternan varios
pulsos pequeños en el ciclo anual, con varios años de inundación o de estiaje, probablemente a
causa de los fenómenos climáticos naturales como El Niño o La Niña, o del manejo hidráulico que
se realiza en las altas cuencas.
El ancho del área inundable, de entre 13 y 56 km a la altura de las ciudades de Corrientes y Rosa-
rio, respectivamente, se extiende casi completamente sobre la margen Oeste, que es más baja. El río
presenta numerosas islas que quedan totalmente cubiertas por el agua durante las grandes crecidas.
Entre 1970 y 2001, los departamentos San Fernando (Chaco), General Obligado y La Capital
(Santa Fe) presentan cada uno más de 101 informes de desastres de origen hidrometeorológico, y
el departamento Garay, entre 51 y 100. Los departamentos de la margen oriental sufrieron entre
0 y 21 eventos de desastres, excepto en el sector Sur, en que el departamento Paraná (Entre Ríos)
registra entre 51 y 100 eventos de desastre en el mismo período. Las diferencias en la cantidad
de eventos entre márgenes se debe a la geomorfología del valle, mientras que las diferencias en-
tre departamentos de un mismo margen son causadas por la presencia de centros urbanos, ya que
se registran como desastres aquellos que afectan a las poblaciones y la magnitud del desastre se
mide en cantidad de pobladores afectados (evacuados, viviendas destruídas, hectáreas inundadas,
cabezas de ganado perdidas). Del total de eventos registrados, el 87 % es de origen climático y de
éstos, el 68,2 % son desastres causados por inundaciones. Otros eventos de desastre son causa-
dos, en orden decreciente, por tormentas con combinaciones de lluvias, viento y granizo; sequías;
vendavales y aluviones (CESAM, 2004).
Parecería existir una asociación entre el fenómeno ENSO12 y la inundaciones. Los seis años con
mayor número de registros de desastres fueron 1973, 1974, 1981, 1982, 1983, 1986 y 1998. De
estos, cuatro coinciden con fases cálidas del ciclo ENSO, El Niño13; uno fue neutro (1981) y uno
12 ENSO: El Niño Southern Oscillation. Fenómeno de acople de la temperatura de la superficie oceánica y de la presión del aire
en superficie en el océano Pacífico tropical.
13 Niño/Niña. El Niño es la fase en la cual la temperatura de la superficie oceánica es cálida y la presión del aire es alta, durante
La Niña, la temperatura de la superficie oceánica es fresca y la presión del aire es baja. El ciclo de oscilación entre ambas fa-
ses dura entre 3 y 7 años.
465
Ecorregiones y complejos ecosistémicos argentinos - Jorge Morello - Silvia D. Matteucci - Andrea F. Rodríguez - Mariana Silva
fue Niña (1974). Durante la mayoría de los años Niño se produjo un elevado número de desastres,
especialmente durante los eventos fuertes de 1982-1983 y 1997-1998. Si se agrupan las inun-
daciones de acuerdo a la fase, se observa que durante las de El Niño, hay una mayor sumatoria de
impactos/tiempo respecto de las fases neutras y Niña. Sin embargo, El Niño no es el único dispa-
rador de desastres, ni el único causante de las crecidas de los ríos, ya que éstas también se produ-
jeron en años No-Niño con consecuencias altamente negativas. La variabilidad de las lluvias de la
región está asociada a una multiplicidad de factores climáticos. Las interacciones entre estos fac-
tores pueden ser de signo opuesto o no. Así, la combinación de pequeñas anomalías puede origi-
Capítulo 13
nar grandes fluctuaciones o bien la combinación de grandes anomalías puede provocar variaciones
casi imperceptibles. Actualmente es posible predecir los eventos de desastre con cierto grado de
seguridad a partir de los eventos ENSO. Estos pronósticos son de fundamental importancia para la
elaboración de mapas de riesgo y para la planificación del uso del recurso hídrico y de las acciones
de prevención y mitigación. Las represas y las deforestaciones en las altas cuencas pueden invalidar
o modificar los pronósticos (CESAM, 2004).
Las cuatro inundaciones extraordinarias, por encima de los 8 m (valor promedio=2,6 m), ocurrie-
ron en Junio de 1905, Julio de 1983, Junio de 1992 y Mayo de 1998, según las mediciones de nivel
hidrométrico del río Paraná en el puerto de Corrientes. Se ha determinado que una inundación ex-
traordinaria como la de 1982/83, en que el nivel hidrométrico (H) fue de 8,6 m se produciría cada
41 años; una como la de 1997/98 (H=8,38 m) se produciría cada 27 años y una como la de 1991/92
(H=7,6 m) ocurriría cada 4 años (Basterra et al., 2008). La inundación de 1998 causó la muerte del
40 % de los bosques ribereños y de más del 60 % de los bosques pioneros (Casco et al., 2010).
466
Ecorregión Delta e Islas de los ríos Paraná y Uruguay - Silvia D. Matteucci
Las AICAs Valle del río Paraguay-Paraná (provincia de Chaco), Valle fluvial del río Paraguay (pro-
vincia de Formosa) y Jaaukanigás (provincia de Santa Fe), están comprendidas en el Parque Provin-
cial Litoral Chaqueño, que también incluye la isla del Cerrito, pero no tiene plan de manejo, aun-
que recientemente fue declarado Sitio Ramsar (humedal de importancia) (Di Giacomo y Moschione,
2007).
Protección de la naturaleza
● Reserva Natural Estricta Virá Pitá, Santa Fe, Ley Provincial Nº 12175/03.
Ubicación
Se extiende en la porción inferior de la cuenca del río Paraná a lo largo de aproximadamente 320
km, entre el Sur de la ciudad de Diamante (provincia de Entre Ríos) y el río de La Plata. Se desarrolla
sobre la margen nororiental de la provincia de Buenos Aires, el Sur de Entre Ríos y comprende una
pequeña porción del Este de Santa Fe. Abarca las franjas costeras de los departamentos Diamante,
Islas de Ibicuy, Victoria y Gualeguay en la provincia de Entre Ríos; los litorales de los partidos de
Baradero, San Pedro, Ramallo, San Nicolás, Zárate, Campana, Escobar, Tigre y San Fernando de la
provincia de Buenos Aires, y el Sudeste del departamento de San Jerónimo de la provincia de Santa
Fe. La extensión es de 18.909 km2.
Limita al Norte y al Sur con la Ecorregión Pampa, al Noroeste con el Complejo Paraná Medio y al
Sudeste con el Complejo Río de La Plata.
Clima
El clima es templado húmedo sin estación seca, aunque en los meses invernales se reducen las
precipitaciones. Las temperaturas medias anuales rondan los 17-19 °C, disminuyendo hacia el Sur.
Las precipitaciones medias anuales no superan los 1000 mm y se distribuyen regularmente a lo lar-
go del año y sin variaciones extremas.
El clima está modulado por las grandes masas de agua que circulan en el Complejo. La descarga
hídrica del río Paraná es de 20.000 m3/seg, con un flujo cercano a 1m/seg (Iriondo, 2007).
En el Complejo hay unas cuantas estaciones climatológicas pero los registros son incompletos e
irregulares, y a menudo no se consiguen. La estación Gualeguaychú, en el extremo NE del Comple-
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Ecorregiones y complejos ecosistémicos argentinos - Jorge Morello - Silvia D. Matteucci - Andrea F. Rodríguez - Mariana Silva
jo, registra temperaturas anuales media, máxima media y mínima media de 18,1; 24,6 y 12,3 °C
en el período 1973-81/1983-85/1987-91/1995-97/1999-2001/2003-2011. En el mismo pe-
ríodo la velocidad media anual del viento fue de 9,2 km/h. La precipitación media anual fue de
1053,6 mm en el período 1978-81/ 1983-84/1987-91/1995-97/1999-2001/2006-11 (datos
obtenidos en TuTiempo.net). La estación climatológica Mazaruca, a 34 km al Este del centro del
Complejo, registra datos de temperatura y precipitación desde 1973 a 1979, sin embargo, en los
últimos tres años faltan datos de meses completos. Tomando el período 1973-1976, las tempe-
raturas anuales media, máxima media y mínima media son 18,5; 22,2 y 11,9 °C; la precipitación
Capítulo 13
media anual es 434,6 mm y la velocidad media anual del viento es 9 km/h (datos obtenidos en
TuTiempo.net)
La estación del INTA Delta, ubicada en el Bajo Delta a orillas del río Paraná de Las Palmas, regis-
tra 1020,9 mm de precipitación media anual en 40 años, con un promedio de 83 días lluviosos por
año. Los meses más lluviosos son Enero, Febrero y Marzo (105 a 129 mm mensuales) y los menos
lluviosos son Junio, Julio y Agosto (57,2 a 59,4 mm mensuales). La temperatura media anual es de
16-16,5 °C; la media mensual del mes más frío (Julio) es 10,5 °C y la del mes más cálido (Enero)
es 22,6 °C. Los vientos son suaves con una media anual de 4 km/h. El mes menos ventoso es Abril
(2,7 km/h) y el más ventoso es Septiembre (5,4 km/h). En todas las estaciones del año predominan
los vientos del Nordeste (Silva Busso et al., 2004).
Geología y geomorfología
La región conforma una extensa y morfológicamente compleja planicie inundable cuyos límites
definidos la separan de las regiones vecinas, desarrollándose entre dos grandes líneas de falla. Una
de ellas, al Norte, abarca desde Diamante a Victoria, Gualeguay y Médanos, y termina al nivel del
río Uruguay. La segunda pasa por la margen derecha del río Paraná hasta Baradero, desde donde
continúa la barranca hacia Zárate, Campana, Tigre y San Fernando (Rinaldi, et al., 2006). La asime-
tría de las márgenes se invierte en relación al Paraná Medio y en el delta la barranca se encuentra
en la margen derecha (Sur), alcanzando alturas de hasta 20 metros y con la presencia de cavernas
naturales de hasta 6 m de altura y 50 metros de profundidad, en San Nicolás, Ramallo y San Pedro.
Gran parte de la superficie de la Ecorregión está formada por depósitos litorales originados en las
ingresiones y regresiones marinas ocurridas durante el Holoceno Medio y por depósitos sedimenta-
rios arrastrados por los ríos tributarios de la gran cuenca del Paraná. La mayor parte de la descarga
hídrica proviene de las regiones cálidas y húmedas del Nordeste. Los Andes y el Chaco contribuyen
una pequeña proporción del agua pero ésta arrastra grandes volúmenes de sedimentos suspendi-
dos durante las inundaciones periódicas, mientras que la Ecorregión Pampa aporta sales disueltas
a través de tributarios menores y por infiltración de los ríos (Iriondo, 2004).
El evento transgresivo ocurrió en al menos tres pulsos de avance y retroceso, con avances más
importantes que los retrocesos correspondientes. La cota máxima en el último ascenso fue de entre
6 y 7 m sobre el actual nivel del mar. Los detalles sobre cómo se produjo el retroceso final no son
claros (Amato y Silva Busso, 2009).
La desembocadura del río Paraná en el Atlántico cambió su ubicación varias veces durante el Plio-
ceno y Pleistoceno (5,3 a 2 MA14) hasta que probablemente en el Pleistoceno Superior derivó ha-
cia el bloque tectónico hundido ocupado hoy por el río de La Plata. La evolución de este Complejo
comprende cinco fases: 1) un período fluvial en el cual predominaron los depósitos de las crecidas
fluviales, que probablemente duró del Pleistoceno Tardío a inicios del Holoceno; 2) una fase de in-
gresión marina con el desarrollo de bancos de arena, lagunas, deltas interiores y estuarios de tribu-
468
Ecorregión Delta e Islas de los ríos Paraná y Uruguay - Silvia D. Matteucci
tarios menores. Esta fase ocurrió durante el máximo nivel de agua unos 7000 a 6000 años AP; 3)
durante el descenso del mar a su nivel actual se formaron los cordones litorales y una sucesión de
líneas de playa que fueron dejando encerradas las planicies de marea precedentes; este proceso de
progradación ocurrió entre los 6000 y 4000 años AP; 4) la fase estuarial caracterizada por depósi-
tos de marea en el sector central, que originaron la planicie de marea y albardones paralelos sobre
la depresión pantanosa, entre 1180 y 860 AP; 5) el período fluvial presente con la formación de
cinturones de bancos y meandros y la planicie del Bajo Delta, que avanzan hacia el río de La Plata;
esta unidad probablemente comenzó a formarse en los 700-750 años dC (Iriondo, 2004). La diná-
469
Ecorregiones y complejos ecosistémicos argentinos - Jorge Morello - Silvia D. Matteucci - Andrea F. Rodríguez - Mariana Silva
islas se forman en el sector terminal. De esta forma, el delta avanza a una tasa de 70 m/año desde
1918, por lo cual se estima que las islas del bajo delta comenzaron a formarse en el 900 AP (Kandus
y Malvárez, 2002). Este avance no ha sido constante, ni en el espacio ni en el tiempo. Se demostró
que entre 1750 y 1800 el delta aumentó su superficie en 230 km2, entre 1800 y 1850 aumentó
148 km2, entre 1850 y 1900 en 118 km2, entre 1900 y 1950, 96 km2 y entre 1950 y el presente
aumentó 58 km2. Esta disminución en el avance podría deberse al incremento del nivel del mar,
ya que la carga de sedimentos en el Río Paraná no ha declinado durante el período considerado, y
que la disminución del avance deltaico no está originada por el aumento del área de depositación,
Capítulo 13
dado que la deriva litoral disminuye progresivamente la anchura del estuario interior (Codignotto y
Medina, 2005). Si se analiza el avance en tres sectores separadamente: Norte entre Paraná Bravo-
Río Gutierrez y Paraná Guazú, sector central entre Paraná Guazú y Paraná de Las Palmas y sector Sur
entre este último y el río Luján, se comprueba que entre 1750 y 2010, el sector Norte incrementó
aproximadamente en 126 km2, el sector central en 321 km2, y el sector Sur 170 km2, en total 617
km2. El avance lineal promedio pasó de 16 metros/año en el sector Norte a 48 metros/año en el
sector Sur. En todos los casos, la velocidad de avance lineal decrece desde el año 1750 a la actua-
lidad (Medina y Codignotto, 2011). Al analizar sólo las imágenes satelitales, del año 1976 al pre-
sente, la tasa de crecimiento areal anual para el año 2010 es de 2,72 km2. Este comportamiento
no se detecta al analizar el período completo (1900-2010), y podría estar vinculado a cambios en
el uso del suelo en el Norte del país (mayor deforestación, cambios en el manejo agroganadero,
etc.) y al cambio climático.
La evolución del grupo de islas Martín García-Timoteo Domínguez está vinculada a la dinámica
del delta del Paraná. Dichas islas presentan un incremento del área prácticamente lineal en el pe-
ríodo 1956-1990, a partir del cual la tasa de crecimiento comenzó a declinar, pasando de un incre-
mento anual de 94.500 m2 en 1960 a 10.200 m2 en 2010. Esto podría deberse a la imposibilidad
de crecimiento en sentido meridional por la presencia de profundos canales tanto al Este como al
Oeste. En sentido NO-SE la limitación podría ser la captación e inmovilización de sedimentos pro-
ducidos por el crecimiento del Islote El Matón, ubicado al NNO de la isla Martín García. Se puede
predecir que si el escenario se mantiene para el año 2050 se habrían amalgamado los islotes e islas
del grupo isleño Oyarvide-Solís, y el sector Sur del delta habría avanzado notablemente (Medina y
Codignoto, 2011).
Patrones recurrentes
Desde el punto de vista biogeográfico y ecológico, el Complejo Delta del Paraná tiene caracterís-
ticas únicas, debido a su conformación geomorfológica e hidrológica, que lo convierten, junto con
el río Uruguay, en una red de penetración de especies de linaje subtropical, chaqueño y paranaense
en las llanuras templadas pampeana y mesopotámica, donde conviven las especies de ambos orí-
genes (Kandus y Malvárez, 2002). La heterogeneidad interna geológica y geomorfológica determina
el patrón de distribución de las diversas formaciones y comunidades vegetales (Malvárez, 1997).
El Complejo ha sido subdividido en once unidades que representan distintos arreglos espaciales
de los elementos del paisaje y diversos tipos de cobertura vegetal. La unidad ubicada en el extremo
Norte del Complejo, con una forma triangular cuya base cubre el ancho del mismo, esta formada
por bosques y lagunas de llanura y meandros. Las cuatro unidades siguientes parten de la base del
triángulo en bandas más o menos paralelas que se extienden a lo largo del Delta Medio y parte del
Bajo. De Sur a Norte, las unidades son los bosques y praderas de las islas de cauce y cinturones de
meandros del río Paraná; las praderas de la antigua llanura de mareas, que es la más extensa; las
praderas de cordones y depresiones y, finalmente, la unidad de isletas de praderas de albardones
470
Ecorregión Delta e Islas de los ríos Paraná y Uruguay - Silvia D. Matteucci
bajos. Esta última es corta y forma el borde Norte del Complejo junto con una sucesión de otras 2
unidades: arbustales de antiguos deltas y praderas, y sabanas de la antigua llanura litoral, ambas
partidas en dos porciones cada una. En el Bajo Delta se encuentran tres unidades pequeñas que son
praderas con isletas de bosque de cordones y depresiones; bosques, praderas y arroyos de cordo-
nes y depresiones y praderas de la isla de Ibicuy. Finalmente, la unidad del extremo Este del Com-
plejo es la de pajonales y bosques del Bajo Delta (Malvárez, 1997, 1999).
En un estudio más detallado que abarca sólo el Bajo Delta, se identificaron cinco grandes uni-
dades de paisaje, que difieren en cuanto al patrón espacial de los ambientes (tipos de cobertura,
471
Ecorregiones y complejos ecosistémicos argentinos - Jorge Morello - Silvia D. Matteucci - Andrea F. Rodríguez - Mariana Silva
bierta por agua. Hacia el Este, las dos últimas subunidades forman dos arcos sucesivos alrededor
del extremo Sur de este sector del Bajo Delta. La subunidad Delta Frontal es la más extensa y afec-
tada por las mareas del río de La Plata. Está formada por islas rodeadas por numerosos cursos de
agua que se desprenden en forma de abanico de los ríos Paraná Guazú y Paraná de Las Palmas. Las
islas son más pequeñas que en las unidades anteriores y tienen forma de cubeta deprimida bor-
deada por un albardón. La depresión está dominada por el cortaderal (Scirpus giganteus). Dentro de
esta matriz se encuentran sitios algo más altos y medias lomas, con bosques de ceibo y sotobosque
de cortadera. La subunidad Frente de Avance, bordea a la anterior y está formada por barras e islas.
Capítulo 13
Es el área de acreción (avance del delta). Las islas tienen albardones incipientes y aguas abajo se
prolongan en largas barras de sedimentos que sólo se ven durante las bajantes pronunciadas. Las
islas son colonizadas por juncos (Schoenoplectus californicus). Una vez que en las islas se forman al-
bardones incipientes y los bajos quedan parcialmente desconectados del curso de agua principal, el
juncal es reemplazado por praderas de herbáceas altas como Ludwigia spp (verdolaga), Polygonum
spp (catay), Panicum grumosum (carrizo) y Senecio bonariensis (Kandus et al., 2003).
Entre las comunidades vegetales arbóreas en el Delta Superior y Medio, se destaca el bosque
ribereño, con especies arbóreas como el sauce criollo, el aliso de río (Tessaria integrifolia), el ca-
nelón (Rapanea laetevirens) y el laurel (Nectandra angustifolia). En el Bajo Delta se destaca la selva
de galería o monte blanco, actualmente relictual, compuesta por leñosas como la palmera pindó
(Arecastrum romanzoffianum), el ingá (Inga uruguensis), el anacahuita (Blepharocalyx salicifolius) y el
sauco (Sambucus australis). Esta última, junto con los ceibales dominaba en los albardones de las
islas y actualmente son reemplazados por un bosque secundario de exóticas dominado por ligustro
(Ligustrum lucidum), ligustrina (L. sinense), mora (Morus sp), fresno (Fraxinus sp) y cubiertos de las
trepadores madreselva (Lonicera japonica) y zarzamora (Rubus sp). En el sector no insular, la comu-
nidad característica es el bosque bajo de espinillo (Acacia caven).
En la reserva de la Biósfera Delta del Paraná, que ocupa una gran extensión del Bajo Delta, se en-
cuentran parches relictuales del monte blanco, que poseen la mitad de la riqueza florística de los
bosques antes del crecimiento productivo en la zona. Entre las principales especies arbóreas se des-
taca la presencia de canelón (Rapanea spp), arrayán (Blepharocalyx salicifolius), laurel (Nectandra an-
gustifolia), chal-chal (Allophylus edulis), mata ojo (Pouteria salicifolia) y la palmera pindó (Syagrus ro-
manzoffiana), entre otras. En las medias lomas de las islas recientes se desarrollan bosques de ceibo
(Erythrina crista-galli) sobre una matriz de pajonal. Sobre los albardones ocupados previamente por
explotaciones forestales, frutícolas o de uso residencial abandonados, se instalan especies arbóreas
y arbustivas exóticas, que son más exitosas que las nativas en la colonización de estos espacios. En-
tre las exóticas se destacan los árboles de las especies Ligustrum lucidum (ligustro), L. sinense (ligus-
trina), Morus sp (mora), de origen asiático, y Fraxinus sp (fresno), Acer negundo (arce) y Gleditsia tria-
canthos (acacia negra), originarias de América del Norte; las arbustivas Rhamnus catharticus (espino
cerval europeo) y Amorpha fructicosa (falso índigo) del Sudeste de los Estados Unidos; la trepadora
asiática Lonicera japonica (madreselva); una rastrera y una herbácea rizomatosa europeas, Rubus sp
(zarzamora) e Iris pseudacorus (lirio). El nuevo tipo de bosque secundario de la región presenta un
dosel dominado por las especies arbóreas exóticas mencionadas, acompañadas por un sotobosque
dominado por especies arbustivas y herbáceas nativas como Diodia brasiliensis (oreganillo), Cestrum
parqui (duraznillo negro), Begonia cucullata, Equisetum sp (cola de caballo), Eryngium pandanifolium
(carda), entre otras (Kalesnik y Quintana, 2006).
En las riberas y en los ambientes de media loma aparecen comunidades capaces de soportar con-
diciones hidrológicas fluctuantes como sarandizales de Cephalanthus glabratus, chilcales de Bac-
charis spp, cardasales de Eryngium spp y pastizales de Luziola peruviana. En los bajos, se encuentran
comunidades herbáceas hidrófilas con especies dominantes variables, según la zona considerada.
472
Ecorregión Delta e Islas de los ríos Paraná y Uruguay - Silvia D. Matteucci
Tal es el caso de los cataysales, los verdolagales, los canutillares del Delta Superior y Medio, los pa-
jonales de cortadera (Scirpus giganteus) y los juncales (Schoenoplectus californicus) del Bajo Delta.
Los carrizales y las distintas comunidades acuáticas se distribuyen, en cambio, a lo largo de todo el
Delta (Malvárez, 1999; Kandus y Malvárez, 2002; Quintana et al., 2002).
En el sector no insular del Bajo Delta del río Paraná, provincia de Entre Ríos, se encuentra un área
de pastizal muy extensa (400.000 ha) donde predominan los pastizales (41-50 %) y humedales
(31-40 %) sometidos a pulsos periódicos de inundación, con reducidos parches de bosques, méda-
nos y peladares (0-10 %). Las comunidades más extensas son la pradera de herbáceas latifoliadas y
Pulsos naturales
El Delta se encuentra sometido a inundaciones de distintos orígenes. Las crecidas anuales del río
Paraná cubren completamente las llanuras de barras y meandros y la planicie de mareas. Las aguas
se desparraman cuenca abajo a través de los numerosos tributarios en el Bajo Delta. Cada pocos
473
Ecorregiones y complejos ecosistémicos argentinos - Jorge Morello - Silvia D. Matteucci - Andrea F. Rodríguez - Mariana Silva
años, las inundaciones extraordinarias cubren completamente todo el Complejo. Las crecidas más
importantes del río Uruguay producen inundaciones parciales en el extremo oriental del delta cu-
briendo el área frontal. Las crecidas el río Gualeguay inundan sectores durante varios meses. Por
último, los fuertes vientos del Sudeste (sudestadas) pueden soplar durante varios días y causar la
elevación del nivel del agua hasta 2,5 m por encima del nivel de base. Las áreas afectadas son el
delta y el sector de médanos. Las mareas tienen una amplitud normal de alrededor de 1 m en el
delta frontal y cada día se cubren de agua las tierras bajas. La amplitud de marea decrece gradual-
mente río arriba y es imperceptible en Rosario (extremo occidental del Complejo) (Iriondo, 2004).
Capítulo 13
Las crecidas del Paraná causan inundaciones prolongadas y las provocadas por Sudestadas tienen
escasa duración.
Las inundaciones suelen ocasionar modificaciones importantes del paisaje. Por ejemplo, en la
gran crecida de 1982-83 la unidad de isletas de praderas de albardones bajos (Malvárez, 1997)
quedó inundada en forma permanente en una gran parte de su extensión. Los antiguos albardo-
nes y algunas medias lomas quedaron convertidos en extensos bañados con un nivel fluctuante del
agua y la mayor parte de las medias lomas se convirtieron en cuerpos de agua libre permanente (Bo
y Malvárez, 1999). Esta inundación también causó cambios sociales y demográficos: se redujo la
problación permanente en las islas, algunos puesteros ganaderos no recuperaron sus trabajos, se
incrementó la apicultura y muchos cazadores de nutria se hicieron pescadores y se instalaron por
varios años en los centros urbanos cercanos (Malvárez et al., 1999).
Otro pulso importante es el de los incendios. En épocas pasadas se provocaban incendios con fi-
nes cinegéticos. Más recientemente, los incendios se provocan para renovar el pastizal en baneficio
de la ganadería extensiva o para limpiar los terrenos para la siembra.
Mediante la comparación de fotos aéreas de 1978 y de 1980, se comprobó que una considerable
superficie de bosques nativos de espiras de meandros en el sector de Isla Botija, fueron reempla-
zados por vegetación graminiforme. Los autores sugieren que esta homogeneización del paisaje se
produjo por la acción sinérgica de los incendios realizados con fines cinegéticos y las inundaciones
extraordinarias de 1982-83 (Kandus y Malvárez, 2002). Esto implica una pérdida importante de
biodiversidad para la Ecorregión, ya que la riqueza de árboles en este Complejo es superior a la del
Complejo Paraná Medio.
474
Ecorregión Delta e Islas de los ríos Paraná y Uruguay - Silvia D. Matteucci
las islas durante las inundaciones y llevados a sitios más altos o a campos en tierra firme. Con el
avance de la soja en Buenos Aires y en el Sur de Entre Ríos, y la conversión de tierras productivas
en barrios privados en Buenos Aires, se incentivó peligrosamente la ganadería en los humedales del
Complejo. La carga animal supera la capacidad de las pasturas, ya no es factible retirar los anima-
les durante las inundaciones, por lo cual se produce una mayor mortandad y un pisoteo excesivo
en tierras húmedas. Se incrementó la frecuencia de los incendios para la renovación de las pastu-
ras. La estrategia de vida ha cambiado, cada vez hay menos isleños adaptados a las fluctuaciones
y más empresarios que producen en el Delta pero viven en tierra firme. Estos cambios redundan en
475
Ecorregiones y complejos ecosistémicos argentinos - Jorge Morello - Silvia D. Matteucci - Andrea F. Rodríguez - Mariana Silva
son cazadas únicamente con propósito de subsistencia y sólo una, la espátula rosada (Ajaia ajaja) esta-
ría sometida a caza deportiva exclusivamente. Las 18 restantes estarían sometidas a ambas modalida-
des de caza, al menos en alguno de los tres sectores del Complejo (Delta Superior, Delta Medio y Bajo
Delta). Las aves usadas son los macáes, biguás, algunas garzas, cuervillos y cigüeñas, chajás y prácti-
camente todos los patos, gran parte de las gallinetas y gallaretas, el carau (Aramus guarauna) y una ga-
viota (Larus maculipennis). Las especies con mayor intensidad de uso son el hocó colorado (Tigrisoma
lineatum), la garza mora (Ardea cocoi), el ipacaá (Aramides ypecaha), el carau, la gaviota capucho café,
el sirirí colorado (Dendrocygna bicolor), el pato picazo (Netta peposaca) y el sirirí pampa (Dendrocygna
Capítulo 13
viduata). Se consumen los huevos de la gallareta de escudete rojo (Fulica rufifrons). La reducción de
la abundancia de las tres especies de patos de interés deportivo desde el Delta Superior hacia el Bajo
Delta, sería coincidente con la decisión de las respectivas direcciones provinciales de fauna silvestre
de no autorizar la caza deportiva en los departamentos entrerrianos de Gualeguay e Islas del Ibicuy
y en todos los partidos con sectores incluidos en la porción bonaerense del Delta (Bo et al., 2002).
El Complejo tiene potencial natural para la conservación. Se ha identificado un área valiosa de pas-
tizales (41-50 % de la superficie total) y humedales (31-40 %), acompañados de bosques, médanos
y peladares, en la porción no insular del Bajo Delta del Paraná (Quintana, 2004). También se han
identificado cuatro áreas valiosas para la conservación de aves (AICAs) en el Delta entrerriano: Parque
Nacional Pre Delta; Pastizales de Ibicuy; Perdices; Ñandubaizal-El Potrero (Di Giacomo, 2005c); y una
en Buenos Aires, en la terraza baja de Reserva natural Otamendi (Di Giácomo, 2007b).
El potencial natural para el turismo y la investigación se manifiesta en la reserva de la biósfe-
ra Delta del Paraná, en la cual se ha construído infraestructura básica para la práctica del turismo
ecológico en la zona de amortiguación, en apoyo a iniciativas de los pobladores locales (Kalesnik y
Quintana, 2006). En el Bajo Delta existen numerosos clubes dedicados a las actividades náuticas,
paseos en lancha y sitios para visitar y pernoctar.
Protección de la naturaleza
● Reserva de la Biósfera Delta del Paraná, Decreto Municipal Nº 1303/00.
● Parque Nacional Predelta, Ley Nacional Nº 24063/91.
● Parque Regional, Forestal y Botánico Rafael de Aguiar, Ordenanza Municipal Nº 14/59.
● Reserva Municipal Ramallo, Ordenanza Municipal Nº 952/91.
● Reserva Natural de Objetivo Definido Isla Martín García, Ley Provincial Nº 7580/69 Reserva Na-
tural Íctica Rio Barca Grande, Decreto Provincial Nº 5421/58.
● Reserva de Uso Múltiple Islas de Victoria, ordenanza Municipal 2185/03 (Ley provincial 8855/94
y 9485/03).
● Reserva Natural Estricta Otamendi, Decreto Nacional Nº 2149/90 (Compartida con la Ecorregión
Pampa).
● Reserva de Uso Múltiple Isla Botija en Zárate, Decreto Provincial Nº 5421/58.
● Reserva Natural Estricta El Rico, Ley Provincial Nº 12175/03.
● Reserva Natural Playa Granadero Baigorria, Resolución Ministerial Nº 4689/78.
● Reserva Municipal Isla del Sol, Ordenanza Municipal Nº 1411/93.
● Reserva Natural Integral Delta en Formación, Decreto Provincial Nº 1168/89.
(Información SIFAP, 2011)
● Reserva Natural Histórica y Refugio de Vida Silvestre de Vuelta de Obligado, La Ley Provincial
13.004 del año 2002 y la Ordenanza municipal 5333 del año 2003 (Infoguíasanpedro.com).
● Reserva Integral Delta en Crecimiento sobre el grupo insular Solís y Oyarbide, sin información so-
bre creación (Malvárez y Otero, 2000).
476
Ecorregión Delta e Islas de los ríos Paraná y Uruguay - Silvia D. Matteucci
Ubicación
Corresponde al estuario, que se extiende desde la porción terminal del Delta y la desembocadura
Clima
El clima se caracteriza por sus condiciones templadas y húmedas, siendo la temperatura media y
la humedad relativa media anuales de 17,8 °C y 73 %, respectivamente. Los inviernos no son muy
rigurosos, pero el elevado contenido de humedad reduce la sensación térmica en relación a la tem-
peratura. El río ejerce un poder amortiguador de los extremos térmicos, pero en sus orillas y en el
río abierto los vientos tienden a ser más intensos.
Geología y geomorfología
El río de La Plata es una estructura peri-cratónica15 fluvial, con un basamento del pre-Cretácico,
cubierto por una secuencia sedimentaria formada por una capa inferior continental a marina del
Terciario y una capa superior del Plioceno al Cuaternario de sedimentos marinos con varias secuen-
cias de sucesivas transgresiones y regresiones (Cavallotto et al., 2004). El basamento cristalino
aflora en la isla Martín García y en el sistema de Tandilia (Silva Busso et al., 2004).
El Estuario del Río de la Plata es una masa de agua costera parcialmente confinada que tiene una
conexión libre con el mar abierto. Es una zona de interfase entre los sistemas fluviales deltaicos y
el mar abierto (Silva Busso et al., 2004). Tiene una longitud de 323 km y la forma de un embudo
abierto al mar, con un ancho de 2 km en el tramo alto y 221 km en su boca en el océano Atlánti-
co. Tiene una superficie de unos 35.000 km2 y una profundidad de 5 m (Cavallotto et al., 2004).
Es considerado una unidad geomorfológica que se formó durante la transgresión del Holoceno.
Está compuesto por tres unidades genéticamente relacionadas: el delta subaéreo, el delta subá-
cuico y las planicies costeras. El delta subaéreo está formado por un intrincado conjunto de albar-
dones y canales, con todo su espacio ubicado a menos de 2 m por encima del nivel del mar, sujeto
a procesos costeros activos e inundaciones, con las partes bajas permanentemente inundadas16.
El delta subácuico constituye el fondo de la masa de agua del río de La Plata. Los sedimentos de
esta unidad están en equilibrio hidrodinámico con las condiciones fluviales presentes. Las planicies
15 Pericratón es un conjunto estructural ubicado al borde de una plataforma continental, causado por procesos de subducción y
caracterizado por unidades estructurales alternativamente elevadas y hundidas.
16 Esta unidad, delta subaéreo, corresponde al Delta Frontal del Complejo Delta del Paraná.
477
Ecorregiones y complejos ecosistémicos argentinos - Jorge Morello - Silvia D. Matteucci - Andrea F. Rodríguez - Mariana Silva
costeras se extienden desde el Sur de Buenos Aires (cota de 6 m) hasta el nivel del mar. Esta uni-
dad presenta dos sectores diferenciados. Hacia el Norte la altitud es inferior a los 2,5 m y presenta
planicies de marea y pantanos; hacia el Sur la altitud es superior a los 2,5 m y la planicie costera se
caracteriza por la presencia de albardones de arena y conchilla. El borde interno de la planicie cos-
tera muestra un desnivel sobreelevado de menos de 1 m que separa la costa de las áreas altas que
no fueron afectadas por los procesos marinos del Holoceno. El borde exterior de la planicie costera
cambia gradualmente a delta subácuico (Cavallotto et al., 2004).
La hidrodinámica del río de La Plata es compleja porque está influída por la interacción entre los
Capítulo 13
vientos, las olas, la marea y la descarga de los ríos de la cuenca del Plata. Las olas son bajas, especial-
mente en el sector interno. La dirección del viento que causa las olas de mayor tamaño es del Este-Su-
deste en el sector externo y del Este en el sector interno. Las mareas son irregulares y se propagan a lo
largo de todo el río. La amplitud de las mareas regulares es de 0,46 a 0,52 m. Los ríos Paraná y Uruguay
descargan unos 22.000 m3/seg de agua y sedimentos que se desparraman en el estuario sin modificar
significativamente el nivel del agua. Los vientos del SE incrementan el nivel del agua, cuyos valores ex-
tremos de nivel alto y bajo son 3,88 y -4,22 msnm, respectivamente. Hacia el exterior del estuario, co-
mienzan a prevalecer las condiciones marinas y el agua dulce gana salinidad. La mezcla del agua dulce
y salada genera una zona de máximo gradiente de salinidad en la cual la salinidad cambia de 0,5 a 5 %
en una corta distancia y en ese punto se genera una zona de máxima turbidez. Ambas zonas se mue-
ven de ida y vuelta por la interacción entre la descarga de los ríos y las mareas (Cavallotto et al., 2004).
Patrones recurrentes
La planicie costera presenta diferencias a lo largo de su recorrido. Gran parte de la población y de
las actividades portuarias e industriales se encuentra en el sector Oeste, en la costa del área me-
tropolitana de la ciudad de Buenos Aires. A lo largo de toda la costa hasta su salida al mar alternan
sitios muy intervenidos por asentamientos urbanos con sitios menos intervenidos. En los sectores
costeros bajos fangosos no intervenidos abundan pajonales de cortadera, praderas de Paspalum
vaginatum y Panicum decipiens y espartillares de Spartina densiflora. Los mismos son habitados por
cangrejos (Chasmagnatus granulata), coipos y una importante diversidad de aves acuáticas, entre
las que se incluyen chorlos, playeros y gaviotas (Calidris fuscicollis, Limosa haemastica y Larus spp).
En los sectores de planicie costera alta, hacia el Este, en que hay albardones de arena y conchilla,
se encuentran pastizales y arbustales. A partir de Punta Piedras, en el extremo Este, la planicie cos-
tera se ensancha considerablemente y en la Bahía de Samborombón se torna nuevamente fangosa
con abundancia de cangrejales.
En Punta Lara, a unos 50 km del delta, la planicie costera es baja y plana y presenta un mosaico
de vegetación hidrófila que incluye juncales (Schoenoplectus californicus), pajonales (Scirpus gigan-
teus) y espadañales (Zizaniopsis bonariensis) intercalados con pequeñas lagunas de superficie varia-
ble. En la terraza baja se desarrolla el matorral ribereño donde se destacan la acacia de bañado (Ses-
bania punicea), el sarandí blanco (Phyllanthus sellowianus) y la rama negra (Mimosa bonplandii). Las
zonas bajas también presentan parches de bosques de ceibo (Erythrina crista-galli) y sauce criollo
(Salix humboldtiana). Sobre el albardón costero, en el borde de la Ecorregión Pampa, se desarrolla la
selva ribereña con presencia de mataojo (Pouteria salicifolia), chal-chal (Allophylus edulis), lecherón
(Sebastiania brasiliensis) y laurel de monte (Ocotea acutifolia). Esta selva es la prolongación más aus-
tral de la selva paranaense ribereña de los ríos Paraná y Uruguay. En esta zona costera se registraron
cinco especies globalmente amenazadas: el flamenco austral (Phoenicopterus chilensis), el burrito ne-
gruzco (Porzana spiloptera), la gaviota cangrejera (Larus atlanticus), el espartillero enano (Spartonoica
maluroides) y el tachurí canela (Polystictus pectoralis). También se encuentran especies características
478
Ecorregión Delta e Islas de los ríos Paraná y Uruguay - Silvia D. Matteucci
Pulsos naturales
Las sudestadas, cuya frecuencia es de cinco episodios por año, se caracterizan por sus vientos
sostenidos y de variada intensidad, los que pueden provocar grandes inundaciones en el Delta y
varias ciudades costeras.
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Ecorregiones y complejos ecosistémicos argentinos - Jorge Morello - Silvia D. Matteucci - Andrea F. Rodríguez - Mariana Silva
muy altos. Por otro lado, existe el riesgo de deterioro de las comunidades vegetales costeras por la
actividad portuaria.
El Complejo aún tiene potencial natural para la conservación. Se han identificado cuatro áreas
importantes para la conservación de aves (AICAs), la mayoría de las cuales ya son áreas protegidas:
Reserva Natural de Punta Lara, Parque Costero del Sur, Reserva Ecológica Costanera Sur y Bahía
de Samborombón-Punta Rasa (Di Giacomo, 2007b). Estas AICAs cuentan con una cubierta vegetal
natural bien conservada.
Protección de la naturaleza
● Reserva Natural Selva Marginal de Hudson, Ordenanza Municipal Nº 2131 /91.
● Reserva Natural Integral Punta Lara, Ley Provincial Nº 12.814/01.
● Refugio de Vida Silvestre y Reserva Natural Integral Bahía de Samborombón, Ley Provincial Nº
12.016/97. Declarada Sitio Ramsar.
● Reserva Natural Integral Rincón de Ajó, Decreto Provincial Nº 6276/87.
● Reserva de Vida Silvestre Campos del Tuyú, Privada, 1979.
● Reserva de la Biósfera El Parque Costero, Decreto Provincial Nº 7585/84.
Información de SIFAP, 2011.
Ubicación
El río Uruguay entra en territorio argentino en su confluencia con el río Pepirí Guazú, en el límite
oriental de la provincia de Misiones, a los 27º Lat Sur, y se extiende hasta su desembocadura en el
río Paraná Guazú, en el Complejo Delta del Paraná. Recorre el límite Sudeste de la provincia de Misio-
nes y los límites orientales de las provincias de Corrientes y Entre Ríos. Su extensión es de 3477 km2.
El río Uruguay nace en Brasil, en la cadena montañosa Serra Geral a unos 1800 msnm. Su tramo
medio constituye en gran parte el límite entre la Argentina y Brasil y su tramo inferior es el límite en-
tre Argentina y Uruguay. Desemboca en el río de La Plata, después de un recorrido de unos 1800 km.
El Complejo comprende el valle de inundación del río y las islas, en territorio argentino.
Limita al Oeste con las Ecorregiones Selva Paranaense, Campos y Malezales, Espinal y Pampa. Al
Este limita con la República Federativa de Brasil y la República Oriental del Uruguay.
480
Ecorregión Delta e Islas de los ríos Paraná y Uruguay - Silvia D. Matteucci
Clima
El clima es subtropical. Los valores climáticos a lo largo del río varían con la latitud. La precipi-
tación media anual varía desde 2000 mm en el extremo Norte del Complejo hasta 1400 mm al Sur
de Corrientes y 1100 mm en el Sur de Entre Ríos. La temperatura media anual varía entre 22 °C al
Norte de Corrientes hasta 17,5 °C al Sur de Entre Ríos.
Geología y geomorfología
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Ecorregiones y complejos ecosistémicos argentinos - Jorge Morello - Silvia D. Matteucci - Andrea F. Rodríguez - Mariana Silva
fases climáticas que no tuvieron incidencia significativa en la región. El cauce actual del Uruguay
tiene una dinámica general de erosión sobre ambas márgenes, lo que indica mayor caudal que en
el período anterior. Los efectos de la marea alcanzan hasta Concepción del Uruguay, generando
surcos muy profundos en los brazos del delta del Uruguay y en el tramo inferior del río (Iriondo y
Kröhling, 2008).
En la Argentina el río Uruguay se divide en dos unidades con características diferentes: el tramo
medio, desde Misiones hasta la ciudad de Concordia, provincia de Corrientes y el tramo inferior
desde Concordia hasta el río de La Plata. En el tramo medio, el río atraviesa el planalto misionero,
Capítulo 13
en el cual su valle se encuentra profundamente entallado. En este tramo el río tiene una dirección
general Sudoeste y forma numerosos meandros; tiene características de río de meseta, tortuoso,
angosto de ancho variable. El cauce forma valles profundos en forma de V, con desniveles topográ-
ficos de 200 a 300 m. El relieve se suaviza gradualmente hacia el Sur (EBISA, 2010). Las pendien-
tes longitudinales son menores que en el tramo alto (en Brasil), el flujo es un poco más lento y el
curso es poco navegable, con un desnivel promedio de 9 cm/km. En este tramo el río se ensancha
y transporta muchos sedimentos (Abadie, 1998). El lecho presenta saltos rápidos a modo de es-
calones. El mayor de los accidentes es el Salto Grande en la Barra de Ayuí (al Norte de Concordia),
que ocupa todo el ancho del cauce y tiene una altura de 13 m. En este accidente se encuentra en-
clavada la central hidroeléctrica Salto Grande. A 18 km hacia el Sur se encuentra Salto Chico y los
pasos Corralito y Hervidero que obstruyen el lecho (DHER, 1995).
El tramo inferior, tiene un desnivel promedio de 3 cm/km y una extensión de 348 km. En este úl-
timo tramo es donde se concentra la mayor navegación, especialmente entre la ciudad Concepción
del Uruguay y la desembocadura. El río se ensancha y fluye a menor velocidad. Su caudal es variable
debido a la regulación que ejerce la represa de Salto Grande. Al Sur de Salto Grande, el recorrido es
más regular, con un fondo casi horizontal, con una pendiente de 0,7 m en 300 km. En este tramo
se produce la sedimentación del material arrastrado y hay una gran cantidad de islas y bancos en
continuo desplazamiento (Abadie, 1998). En la ciudad de Concordia el cauce se ensancha y apa-
recen algunas islas, pero entre Concepción del Uruguay y la desembocadura del río Gualeguaychú,
se encuentra la mayoría de las islas. Desde la desembocadura del Gualeguaychú hasta el río de La
Plata, el valle presenta forma de estuario con un fondo de arena o de barro. Unos 10 km aguas aba-
jo de la desembocadura del Gualeguaychú comienza una ría, de 5 a 12 km de ancho, libre de islas
y muy recta. Este tramo está afectado por las mareas del río de La Plata y las sudestadas. La ribera
entrerriana es baja e inundable, en tanto la margen izquierda (República Oriental del Uruguay) es
alta (20 m) y cubierta de vegetación (DHER, 1995).
Los principales afluentes del río Uruguay en la Argentina son el Pepirí Guazú (límite entre Brasil y
Argentina), Aguapey, Miriñay y Mocoretá en el tramo medio, y Gualeguaychú en el tramo inferior.
En Misiones recibe una cantidad de arroyos que bajan de la meseta central y sus estribaciones. En
el Norte de Corrientes y en Entre Ríos también hay muchos arroyos que bajan de las cuchillas que
constituyen la divisoria de aguas entre los ríos Gualeguay y Uruguay y en el Sur, entre los ríos Gua-
leguaychú y Uruguay.
A lo largo del río abundan islas e islotes en algunos tramos, son islas sedimentarias en la mayo-
ría de los casos, de forma alargada en el sentido de la corriente. Frente a la desembocadura del río
Miriñay, el cauce está ocupado por numerosas islas y bajos de fondos rocosos y empiezan a apare-
cer saltos y altos fondos rocosos que interrumpen la navegación (Abadie, 1998). Las islas al Sur de
Salto Grande presentan formas variables y se caracterizan por tener bajos con bañados y lagunas en
su centro (Abadie, 1998); son parecidas a las islas del delta frontal, con depresiones centrales ro-
deadas de un albardón perimetral. Todas las islas son inundables y de suelos fértiles. Las islas bajo
jurisdicción de la Argentina son islote Correntino, isla Correntina, isla Itacumbú, islotes Itacumbú,
482
Ecorregión Delta e Islas de los ríos Paraná y Uruguay - Silvia D. Matteucci
islas Timboy, islote del Infiernillo, isla Pelada, isla San José, isla Pepeaji, islote Pospós, isla Boca
Chica, isla de Hornos, isla Caridad, isla Florida, isla Pelada, isla Oriental, isla del Puerto, Calderón,
isla Cambacuá, isla Canarios, isla del Tala, isla Vilardebó, isla Dolores, isla Montaña, isla Dos Her-
manas, isla San Miguel, islote Osuna, isla Campichuelo, isla San Genaro, isla Corazón, isla Colón
Grande, isla Tambor, isla Colón Chica, isla Cupalén, isla Rica, isla Volantín, isla Bonfiglio, isla de la
Jaula del Tigre, isla San Lorenzo, islas Juanicó, isla García, isla Masones, islote Redondo, isla Boca
Chica, isla Sauzal, y unas cuantas islas e islotes sin nombre (tratado de límites entre la República
Oriental del Uruguay y la República Argentina en el río Uruguay, 1961).
Patrones recurrentes
La vegetación característica es la selva ribereña en las márgenes del río y en las orillas de las is-
las, con ensambles de especies que dependen de la latitud. En general, los bosques de galería de
las islas del Norte tienen árboles de madera dura como quebracho y jacarandá, mientras que en las
del Sur predominan arbustos, laurel, espinillo, sauce y sarandí (Abadie, 1998). Las islas de mayor
tamaño presentan depresiones con bañados y lagunas, con vegetación hidrófila.
En los bañados hay un elevado número de ciperáceas de alto porte, principalmente, de los géne-
ros Carex, Cyperus y Rhynchospora, y otras especies como Sisyrinchium sp, Echinodorus grandiflorus,
Sagittaria montevidensis, Eichhornia sp, Pontederia cordata, Myriophyllum sp, Polygonum sp, etc. To-
das estas especies tienen poblaciones muy grandes. En los bañados se encuentran carpinchos (Hy-
drochaeris hydrochaeris), nutria (Myocastor coypus), rata de agua grande (Holochilus magnus), rata
de agua chica (Holochilus brasiliensis), rata de pajonal (Scapteromys tumidus) y apeará (Cavia papa-
rum) (Sierra et al., 1977).
Los bosques de galería del río Uruguay son angostos y abiertos. En las zonas periódicamen-
te inundables se encuentran Phyllanthus sellowianus (sarandí blanco), Salix humboldtiana (sauce),
Pouteria salicifolia (mataojo). En las zonas algo alejadas de la orilla se encuentran Erythrina crista-
galli (ceibo), Acacia caven (espinillo), Ficus luschnathiana (higuerón), la mayoría de cuyos ejempla-
res se encuentra cubierta por abundantes epífitas de las especies Rhipsalis lumbricoides, Tillandsia
aëranthos, Polypodium lycopodioides (=Microgramma squamulosa). La vegetación herbácea se com-
pone de gramíneas, cyperáceas y leguminosas de los géneros Mimosa, Adesmia, Desmodium, Rhyn-
chosia y gran número de ejemplares de caraguatá (Eryngium spp). En la selva ribereña de las islas
se distinguen tres zonas: la orilla del agua, la parte central y la más alejada del agua. En la primera
se encuentran las especies de la selva de galería del río Uruguay, sarandí blanco, sauce y mataojo,
y se agrega Inga uruguensis (inga) y numerosos ejemplares de Croton urucurana (sangre de drago).
En la parte central se encuentran Myrcianthes cisplatensis (guayabo colorado), Ruprechtia salicifolia
(viraró), Cupania vernalis (cambuatá), Luehea divaricata (ivatingui), Ficus luschnathiana (higuerón),
Guadua angustifolia (tacuaruzú), Sebastiania brasiliensis (palo de leche), Eugenia mansoni (pitanga
amarga), Eugenia uniflora (pitanga dulce), Ocotea acutifolia (laurel negro), Peltophorum dubium (ibi-
rá pitá), Syagrus romanzoffiana (pindó), Scutia buxifolia (coronilla). En el borde interior de las islas se
encuentran Peltophorum dubium (ibirá pitá), Patagonula americana (guayubirá), Guadua angustifolia
(tacuaruzú), Ruprechtia salicifolia (viraró), Syagrus romanzoffiana (pindó), Rapanea laetevirens (ca-
pororoca) y algunos ejemplares de Tabebuia ipe (= T. heptaphylla, lapacho) de hasta 25 m de altura.
Los árboles presentan líquenes sobre la corteza (Sierra et al., 1977). En las selvas de galería del río
Uruguay, en Entre Ríos, se encuentran Psychotria carthagenensis (jazmin del monte), Phyllanthus
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Ecorregiones y complejos ecosistémicos argentinos - Jorge Morello - Silvia D. Matteucci - Andrea F. Rodríguez - Mariana Silva
Sphagnum. La vegetación de la selva en galería sobre el río Uruguay, está compuesta por exten-
sos tacuarales (Guadua sp, Chusquea sp y Merostachys sp), Syagrus romanzoffiana (palmera pindó),
Euterpes edulis (palmito), Tabebuia impetiginosa (lapacho rosado), Enterolobium contortisiliquum
(pacará), Balfourodendron riedelianum (guatambú blanco), Nectandra megapotamica (laurel negro),
Nectandra angustifolia (laurel del río), Allophyllus edulis (chal-chal), Ficus luschnathiana (ibapoy o
higueròn) y Solanum granulosum-leprosum (fumo bravo), entre otros. Los remanentes de selva de
galería, limitan con pastizales que contienen mogotes con vegetación típica de la Selva Paranaense
pero empobrecida (Capllonch et al., 2005).
Pulsos naturales
El pulso natural característico es el de inundaciones periódicas, una o dos veces al año, y las ex-
traordinarias.
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Ecorregión Delta e Islas de los ríos Paraná y Uruguay - Silvia D. Matteucci
ganadería bovina y ovina en la porción Sur y los cultivos de soja, trigo, maíz y arroz. Las ciudades
están en relación con dichas actividades primarias y son las que prestan servicios a la actividad
agropecuaria. La industria de transformación es predominantemente tradicional, destacándose las
ramas de productos alimenticios y bebidas (EBISA, 2010). Hacia el Norte, en Misiones, se cultivan
cítricos y hay forestaciones.
El río Uruguay tiene un alto potencial natural para el aprovechamiento hidroeléctrico y existen
varias represas en Brasil instaladas a partir del año 2000 y una binacional argentino-uruguaya ins-
talada en 1979 (Salto Grande), con una potencia instalada de 1890 MW. Existen varios proyectos
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ECORREGIONES Y COMPLEJOS ECOSISTÉMICOS DE ARGENTINA
Jorge Morello, Silvia D. Matteucci, Andrea F. Rodríguez y Mariana E. Silva
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