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CAPÍTULO2

Caracteristicas cuantitativasy cualitativas


de los numeros

'abíamos indicado que todo depende de cómo nos dedicamos a


los números. El concepto "manejo o trato de los números" no
Les algo difuso sino que se lo considera sumamente preciso, pues
el manejo, la dedicación, el trato con los números no son otra cosa que
lo que solemos nombrar como cálculo y son por lo tanto las distintas
operaciones de cálculo. Entre ellas existen cuatro que son muy conoci-
das y que se utilizan habitualmente como la adición, sustracción, la mul-
tiplicación y la división. Más adelante, en un capítulo especial nos
dedicaremos a la conformación espiritual de todos los tipos de cálcu-
los. Ahora sólo veremos a las cuatro operaciones de cálculo básicas.Y
en lugar de comenzar con la adición o suma se podría comenzar con la
división y de tal manera que estas cuatro operaciones tengan el si-
guiente orden: división, multiplicación, resta y suma. No es indiferente
cuál de las operaciones de cálculo tome el primer puesto.Al respecto
no existen dudas acerca de que en la actualidad se prioriza la adición,
por el hecho de que en ese sentido sale a luz de la mejor manera un
procedimiento sintético del espiritu humano. Debido a eso, hoy en día,
todo lo demás se construye sobre la adición; la resta aparece como un
simple retroceso de la adición, la multiplicación como una adición avan-
zada de sumandos iguales y la división como un retroceso de la multi-
plicación o un avance de la resta con sustraendos iguales.
La necesidad de la civilización hacia este orden es caracterizada por
Rudolf Steiner de la siguiente manera:
"Con el correr de los tiempos la civilización llegó paulatinamente a
trabajar con los números de una manera sintética determinada. Tenemos
una unidad, una segunda unidad, una tercera unidad y nos esforzamos al
contar, en la acción adictiva incorporando el uno con el otro, de tal ma-
nera que uno esté al lado del otro al irlos contando. Pero no fue de
esta manera cómo se desarrolló la esencia humana hacia el proceso del
contar". (Conferencia del 31 de diciembre de 1921).

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Con estas palabras se expresa simultáneamente que no siempre ha
sido tal como es hoy, que la adición haya tenido la primera posición.
Cómo fue el desarrollo humano respecto a la esencia del contar?
"El contar partió, después de todo, de la unidad. El 2 no fue una re-
petición exterior de la unidad sino que estaba comprendido en la uni
dad. El nos da el 2 y el 2 está dentro del I. Comenzando a escribir
llevado a lo moderno, el I no se salía de la unidad al llegar al 2. Era una
conformación interior orgánica el legar al dos y el 2 estaba dentro de
la unidad, de la misma manera con el 3, etcétera. La unidad comprendia
todo y los números eran miembros orgánicos de la unidad".
En la conformación numérica "elemental-humana" no fue la adición
el punto de partida sino la partición, la división, un desmembramiento
de la unidad y por ello un procedimiento divisorio. En vez de acumular
unidades se trataba de una división de la unidad.
Ambos caminos para tratar a los números, según Rudolf Steiner, se
pueden visualizar según el siguiente esquema:
Figura 3

Nimeros membrados Números adicionados

Ambas concepciones de los números parecen ser opuestas entre sí,


una parece excluir a la otra. Esta cuestión la investigaremos más adelante.
Ahora, antes que nada, sin tomar en cuenta este aspecto, se puede decir
que es una parcialidad de los últimos tiempos y sigue siéndolo hoy en
día, tomar en cuenta sólo el punto de vista aditivo. De esta manera se le
dio una supremacía, dado que se recomienda también para la compren-
sión y manejo de lamecánica.Ahí,en el mundo de la mecánica,endonde
al todo se lo construye por laadiciónde partes-a este.conceptoselo
debe ver con amplitud -,se dio con naturalidad.Con el surgimiento del
punto de vista mecănico de observar las cosas y especialmente del
mundo de las máquinas, el trato sintético de los números tomó la van-
guardia. En cambio no alcanza para comprender al mundo de lo viviente,
al mundoorgánico,unacélulasetransformaen dos pordivisión y no por

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anadir una a otra. También en la vida exterior es así, si es que aún hay
vida en ese ámbito. Primero se ve un prado verde como unidad y recién
después uno descubre una planta después de otra. Primero se ve el bos-
que integro y al acercarse a él se distinguen paulatinamente cada uno de
los árboles. Sólo cuando se desea ir de los árboles individuales al conjunto
no se ve el bosque de tantos árboles.Se podría decir que la observación
del todo en forma integra esadecuadaen donde el todo tiene más sig-
ni cado que la suma de sus partes, y en donde se debe partir del todo
para llegar a comprender sus partes.
La diferencia de estas dos formas de encarar la dimensión de los nú-
meros se revela también en el rol que juega la unidad en ambas con-
cepciones. En la que reina hoy se habla de varias unidades que se
adhieren una a otra. įPero se puede hablar asi? Se puede, a partir de la
palabra unidad, si lo pensamos bien, formar una pluralidad? iAcaso no
son varias unidades" una contradicción,lógica? En todo caso se puede
hablar aqui sólo de varios detalles individuales. La unidad, en este caso,
sólo puede ser lo que resulta de la suma de los detalles individuales.
Pero esta suma es sólo una pobre imagen de la unidad, una unidad re-
juntada. En cambio en la otra concepción de los números se respeta, se
honra a la unidad. Ahí existe siempre esa sola unidad, siempre la misma
unidad, pero dividida en varios miembros. Esta división de la unidad son
los números 2,3,4, 5, etcétera. Cuanto más grande es el número tanto
más rica, tanto más riqueza muestra la unidad. Pero todos son y siguen
siendo la unidad:"Hen kai pan!" (El uno es todo).
Según la concepción de losnúmeroshoy reinante,losdistintos nú-
meros sediferencian-entre-si-sólo-porla.cantidadde unidades,mejor_
dicho detallesunitariosque sonfundidosen un todo.Preguntémonos
ahora nosotros, sin prejuicios, que imagen vive en nosotros, por ejem-
plo, respecto al número 5 y en principio no podremos responder otra
cosa que 5 es la suma de I+|+I+|+1. Pero no nos es consciente que
paraestaexplicaciónen el fondoyaconsideramos
preexistenteal nú-
mero 5.Elconcepto de 5existe enlaconcienciahumanaantes desu ex-
plicación,viveahí comounserindividual,como un todo, y sólouna
formamecánicadeobservaciónnoshacecreerhaberloexplicadoen su
totalidad como la suma de I+|+1+1+1
El concepto pobre de que un número es sólo una cantidad, se rela-
ciona con la idea del tamaño de cada número, considerándose que las
unidades que componen al número son todas del mismo tamaño. Ante
la pregunta "zcuánto?" aparece con cada número "el tamaño". De esta

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manera se diferencian para nuestra conciencia actual los números uno
de otro, por su tamaño; esto se expresa con la escritura siguiente:
I<2<3<4<5...
El concepto de tamaño de la cantidad llega, de esta manera al mundo
de los números, a tener un signi cado inesperado, un signi cado que no
está en la cosa misma. En la otra concepción numérica por división es,
en cambio, de poca importancia. En este último caso todos los núme
ros tienen el mismo tamaño. Realmente en este caso no se puede uti-
lizar el concepto de tamaño, de cantidad, pues todos son la unidad. Los
números 5y 3 son ambos un todo, son ambos la unidad. El tamaño se
revela menos en sí mismo que en sus miembros. Se diferencian entre
ellos por su categoría: 3 tiene una determinada categoria de la unidad,
5 otra categoria de la unidad.Así los distintos números se transforman
en distintas categorías de la misma unidad, en vez de la concepción cuan
titativa surge una más cualitativa.
De estamaneraambasobservaciones numéricaspuedenclasi carse
en cuantitativas y cualitacivas.Es importante que con ambaspalabras
puedan relacionarse también los conceptos correctos. La concepción
cuantitativa se caracteriza por tener sólo ese distintivo y excluye la ob-
servación cualitativa de ese objeto o hasta la impide. En cambio la ob-
servación cualitativa no queda pegada a esta parcialidad; también
contiene lo cuantitativo en forma natural dado que la cantidad es tam-
bién una cualidad junto a otras. Un avance de la observación numérica
Cuantitativa hacia la cualitativa no es un cambio hacia algo contrariou
opuesto sino hacia algo de mayor riqueza y nivel. En el fondo, con laob
servación cuantitativa nos hemos empobrecido al marginar con ello lo
viviente, menguar lo vivo, y quedando sólo en condiciones de com-
prender los componentes juntados. Ante esta situación St. Martin in
dica en su obra "Sobre los números", con las siguientes palabras:"La
esenciade los números se crea por medio de lascualidades y no por
las cantidades, pues las cualidades tienen un carácter mientras que las
cantidades no: 2 x 2 caballos son 4 caballos: pero cuatro caballos no
son un ser, mientras que en el verdadero orden del número 4 se nos
anuncia un ser con vida que tiene características que conforman su exis-
tencia. De la misma forma es con todos los demás números".
A este enriquecimiento relacionado con la concepción cualitativa se
lo puede observar también de otra forma. Para ello sólo debemosob
servar la imagen que muestra la división de la unidad según los distin-
tos números ( g. 3). Visualiza tambiėn los procesos que se realizan al

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hacer sonar una cuerda de un instrumento musical. La cuerda rasgueada
como un todo nos entrega un tono, el tono básico o el prim, que co-
rresponde a la unidad entera. Pero la unidad en forma de 2 también
vibra con el así llamado tono superior, también la unidad en forma de 3
como segundo tono superior, la unidad en forma de 4 como tercer tono
superior, etcétera. Recién el tono básico conjuntamente con el resonar
de los tonos superiores conforman el tono real completo. El tono bá-
sico y los tonos superiores son, en realidad, todos "uno", la unidad en
su presentación multifacética entra en júbilo. De esta manera esta ob-
servación numérica en facetas no sólo se nos presenta en forma más vi-
viente sino también es aquella que tiene una relación con lo artístico, en
este caso con lo musical. Debido a este signi cado musical de los nú-
meros este concepto cualitativo recién presentado de un numero nos
muestra un contenido concreto. Tal como son distintos el tono básico
con sus tonos superiores, lo son también los números ,2, 3,4, 5, ..
entre sí. La observación cualitativa de los números se eleva aqui a una
comprensión del milagro entonado de la unidad.
Pero el trato con los números se eleva aún un escalón más. La forma
usual del manejo de los números se limita a la acumulación de elemen-
tos. Nos resulta evidente que con este accionar se vincula también una
cierta postura anímica del que lo realiza que debe caracterizarse como
una postura de arrebatamiento, de juntar en forma ilimitada, que ha per
dido la mirada del todo. Una expresión artistica-musical grandiosa ha
dado Richard Wagner para esta tendencia hacia un aumento de tamaño
continuo de reproducción en su "Oro del Rin", eń donde el fantasma
dominador del mundo, el Nibelungo Alberich tiene su centro de acu-
mulación y acompaña esa actividad con un tema musical que va au-
mentando desde abajo y que se extingue con un grito demoníaco. La
observación cuantitativa de los numeros exige, en su germen, la ten-
dencia hacia el egocentrismo o en todo caso mantiene uno ya vigente.
Hasta con detalles aparentemente secundarios pueden demostrarse
estos efectos. Si se observa, por ejemplo, el dinero actual, los distintos
tipos de monedas, no aparecen como la división de un todo sino como
acumulación de unidades ante los ojos. Sobre una moneda que hoy lleva
la inscripción de "50 centavos" hace algunos siglos atrás se hubiese
dicho "con 2 conforman un peso". Delante de mi tengo 2 viejas mone
das, una del año 1764 con la inscripción "con 24 conforman un talero"
y otra del año 1777 con la impresión de "6 conforman un talero impe-
rial" (N. del T: en Alemania, la unidad monetaria desde I566 hasta l750

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fue el talero real. En Holanda, del siglo XVI hasta l816, el Daalder. En la
Toscana yen Venecia del siglo XVlI, el Tallero. En Dinamarca, hasta 1813,
el Rigs Daler. En USA, desde 1792 cursa el dólar). Se puede observar que
en esas épocas se daba valor a las distintas composiciones de la unidad,
en este caso de la expresión del "Talero", dado que aún estaba vigente
la mirada hacia el todo como fuerza en el ser humano. El todo era ahí
el punto de partida para todas las acciones, además se destacó también
como regulador en las relaciones sociales de los seres humanos.
Quienseeducahaciaunmanejode losnúmerosviéndoloscomo
facetas y partes del mismo todo desarrollaen símismounapercepción
social básica. Este efecto de la tendencia hacia lo moral-ético.delLnú-
mero atañe especialmente a maestros y educadores: La manera de tra-
tar a los números repercute sobre el desarrollo del niño. El método
que concibe a la formación de los números sólo por acumulación de
"unos" es totalmente inadecuado para el niño de los primeros años es
colares, dado que en esa etapa está totalmente supeditado a la viven-
cia de las totalidades. Se considera a sí mismo como miembro de un
todo y se siente integrante en todas las facetas de una comunidad, en
la comunidad de la familia y en la clase. Este sentido comunitario arrai-
gado sólo podrá ser cultivado si al niño se le acercan los números sólo
como totalidades divididas en sus miembros. En cambio de ello se lo
sienta hoy ante una tabla de calcular que fue creada, pareciera, con la -
nalidad de no permitirle al niño llegar a una relación íntima con el nú-
mero. Así aprende el niño los números exclusivamente por acumulación
de detalles y el adulto que resultará de ese niño en un futuro tampoco
lo sabrá mejor. El conoce desde su niñez a los números como una mera
enumeración de cosas iguales o desiguales por medio de cuya acumu-
lación se forma el correspondiente número; el 6 consiste, en esencia, en
que es uno más que 5, el 5 a su vez es uno más que cuatro, etcétera.
No se necesita considerar la postura interior de las dos concepcio-
nes numéricas para interpretar su valor, alcanza con lo que cada nú-
mero produce por sí mismo. Saber sólo de un número que es uno más
que el anterior hace aparecer un número igual a otro, o sea iguales. En
el anochecer de esta observación numérica todos aparecen en tonali
dades grises. En cambio se revela el carácter especial de un número re
cién a través de si se sabe cómo están relacionados adicionalmente con
los que los anteceden a través de su división en miembros.Asi, se ve, por
ejemplo, la imagen de la unidad 6, que contiene en sí la imagen de la uni
dad 2 como también de la unidad 3.

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Figura 4

En cambio la imagen del 5 muestra que al mismo tiempo se presenta


como algo por sí mismo y que no contiene ninguno de los números an-
teriores. Solo muestra la imagen de la unidad no dividida de la cual
emergen todos los demás y en la cual también ella está contenida.

Figura 5

Debido a que esto es así, al 5 se lo denomina el "primer número


primo". En cambio el 6. por lo arriba indicado, se lo denomina como un
número compuesto. Esta última denominación no es justamente feliz,
dado que no describe como corresponde al hecho real. Pues en el
fondo, cada número es un número compuesto, también el número
primo 5, que puede concebirse como compuesto por 5 unos, o de 2 y
3 unos, etcétera.
Asi se llega rápidamente y en forma natural, por medio de esta ob-
servación de los números por división, a la diferencia de los números
primos y los compuestos que también puede ser desarrollado pero en
forma trabajosa y esforzada por un proceso de acumulación de núme-
ros. Según a qué tipo de número pertenece un número, esto lo hace re-
cién interesante y atrayente. Y de esta manera entonces se obtiene su
determinado rostro.
Con esto no se quiere presentar a la composición adiciva de los
unos de un número como algo sin importancia. Dividir un todo en sus
partes y recomponer de partes en un todo son dos procedimientos
distintos del espíritu humano que no tienen el mismo rango, tal como
se ha tratado de demostrar. En el mundo de los artefactos, al cual per-
tenecen en primera línea las máquinas, se construye algo ciertamente de
partes o piezas.

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Si a ambos procedimientos no se los contrapone el uno contra el
otro sino que se los relaciona mutuamente, puede resultar algoespe
cialmente valioso y que incentiva el ánimo humano en forma singular.
Para ello algunos ejemplos: si observamos al número 6, sus dividendos
son el número I, el 2 y el 3. Si sumamos estos dividendos llegamos
nuevamente de modo asombroso al número 6: I +2 + 3 = 6. Ahora
podemos preguntarnos si este fenómeno sólo se limita al número 6.
Esto no es asi. Pero sólo son pocos los números que se comportan
como el 6. Son los números 28, 496, 8128 y 33.550.336, ... El antiguo
griego nombró este tipo de números como los arithmos teleios, que
signi ca tanto como un "número que se encierra en sí mismo; para la
traducción corriente signi ca "un número completo integro". iCómo
se comportan en cambio la mayoría de los demás números? Si se
suman los dividendos de un número, la cifra que se obtiene da como
resultado un número inferior respecto al número del cual se parte; los
dividendos de 10 son, por ejemplo, I, 2 y 5 y su suma es 8. Existe tam-
bién un tercer tipo de números en donde la suma sobrepasa al número
de partida. Son muy pocos, el primero en el orden numérico es el 12,
cuyos dividendos son 1,2, 3, 4 y 6 y su suma es I6. Uno siente, ante
estas observaciones, el desa o de realizar una comparación con el
mundo humano al imaginarse los números integros relacionados a per
sonalidades integras o completas en sí mismas, mientras que a la ma-
yoria de los seres humanos se los puede comparar con aquellos
números que contienen dentro de ellos menos de lo que parece segun
la primera impresión. El tercer tipo de números, no tan frecuente,
muestra a personalidades cuya riqueza interior no se percibe.A estas
comparaciones se las realizaba en tiempo antiguos y se las puede com
parar por el siguiente hecho: en la antigua Grecia se estudiaba con dis-
tintos pares de números que estaba compuestos de tal manera que la
falencia de un número era compensada por la abundancia de otro. Esta
interpretación se puede observar en una pareja de números que posee
esa particularidad que es el par 220 y 284.Tal como es fácilmente com-
probable, los dividendos o el "contenido" de 220 es el número 284,
mientras que los dividendos o el "contenido" de 284, es el número 220.
Lo que al número 284 le falta de contenido lo posee el otro número,
el 220, en demasía. A estos pares de números se los denomina signi -
cativamente como "philio arithmoi", en castellano "Números amigos
sea, su denominación se determinó directamente a partir de rela-
ciones éticas dentro del mundo humano. Se ve que la observación de

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una división en miembros nos lleva, queramos o no, por encima de
ellos. Hoy en dia estos fenómenos como el de los números completos
o los números amigos han caido casi en el olvido. Uno no se entera al
respecto ni en el colegio ni en el mundo cienti co. Quizás la investiga-
ción histórica de la ciencia matemática lleva a extrañezas históricas. De
esto se puede leer, como en un barómetro, cual fue el destino, en la
conciencia humana, de la observación por división de los números,
desde la antigüedad hasta las épocas modernas. En toda la antigüedad
los números se fueron tomando como una división de la unidad llena
de sentido. Paso a paso, con ellos se dio una cultura de la unidad que
era considerada como la madre de todos los números y por lo tanto
estaba por encima de todos ellos. Si, hasta se decía expresamente que
la unidad está por encima de todos los números y por ello no es más
un número. La observación actual de los números y el trato actual de
la unidad hubiesen sido considerados en la antigüedad un acto de bar-
barie. Como consecuencia de este punto de vista, la antigüedad fue un
ámbito creativo de una grandiosa sabiduría de los números de la cual
hoy no se tiene más idea. La mayor parte se ha perdido y lo que quedó
no se comprende más. Sólo en las antiguas corrientes ocultas de sabi-
duría se cultivaba y se mantuvo aún por largo tiempo dicha sabiduria
de los números. Un representante de este tipo de corriente lo hemos
conocido con St. Martin. Otro representante importante que vivió a -
nales de la Edad Media y principios de la época moderna fue Enrique
Cornelius Agripa von Nettesheim (1486-1535). Justamente él, que mi-
raba hacia las antiguas épocas y ya podia ver hacia las épocas moder
nas, determinó con precisión ambas formas de observar a los números.
En uno de los capítulos de su "La cábala", que lleva el titulo "Los nú-
meros, su poder y su fuerza, indica en primera instancia la "fuerza" de
los números:
"Los números que pertenecen sobre todo a las matemáticas son los
más formales como también los que más fuerza de acción tienen al po-
seer fuerzay efecto tanto para lo bueno como para lo malo, y respecto
a esto coinciden no sólo los paganos sino también los teólogos hebreos
y cristianos".
Seguidamente limita a estos números, que en otro lado también
nombra "números de la razón", en contraste con los así llamados "nú-
meros de palabras o del comercio'":
"Bajo numeros ellos entienden (los teólogos paganos mo asi tam-
bién los teólogos hebreos y los cristianos) solamente a los números

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puramente formales, no los materiales, escritos o hablados del mundo
comercial con los cuales los pitagóricos, académicos y San Agustín no
querían tener relación alguna. En la actualidad no se realiza más esta di-
ferencia entre los números establecidos por Agripa. El materialismo, in-
telectualismo y materialismo de nuestra era ha mostrado también aquí
sus efectos.Al ser humano actual no le cabe prácticamente que los nú-
meros contengan más de lo que es super cialmente consciente. Para él
son sólo herramientas para contar y medir objetos percibidos con los
sentidos, y no considera que además de eso expresen algo y sean esen-
cias espirituales que transmitan algo, aquello que los antiguos hebreos
nombraban los 10 santos Sephiroth. Nuestra conciencia debe adaptarse
lentamente a esa posibilidad. Hasta a las personalidades con espiritus
más destacados, si no han sido ocultistas, les fue difícil en este sentido.
Pero las mayores di cultades la tienen aquellos que son los llamados
representantes de las ciencias.delos números, los matemáticos propia-
mente dichos. ;Qué dice un matemático moderno sobre la esencia de
los números? La frase del gran investigador Feliz Klein, en su libro "Ma-
temática elemental desde un punto de vista superior" son característi-
cas en este sentido:
"En lo que respecta al concepto del número propiamente dicho es
sumamente di cil descubrir su raíz. Quizás uno tiene la mayor felicidad
si se decide a retirar las manos de estas cuestiones tan di ciles... un
punto de vista muy difundido es que el concepto del número está ínti-
mamente relacionado con el concepto de tiempo o sea con los pasos
que se suceden temporalmente. Se pueden nombrar como represen-
tantes en este sentido al lósofo Kant, y entre los matemáticos a Ha-
milton. Otros, en cambio, opinan que el numero tiene que ver más con
la apreciación del espacio; ellos relacionan el concepto de número a la
simultánea percepción de distintos objetos ubicados uno al lado de otro.
Finalmente una tercera dirección ve en las ideas numéricas la expre-
sión de una aptitud especial del espíritu que es independiente o hasta
está por encima del espacio y del tiempo.Yo creo que esta concepción
esta bien caracterizada si aplicamos a los números, como lo hace Min-
kowski, la cita de Fausto:"Aquí reinan dioses en soledad, no existe es-
pacio alrededor, menos aún el tiempo".
Podemos apreciar aquí que se trata sólo de una simple enumeración
de distintos puntos de vista sobre los números. Siendo la última una
gran valoración de los números, esta nos revela algo de su esencia om-
niabarcante.

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Si queremos reencontrarnos con esos "dioses" de los cuales habla
la cita recién nombrada, entonces no debemos despreciar, durante ese
esfuerzo, las valiosas ayudas que nos brinda la antigua sabiduría numé
rica. Por otro lado tampoco debemos entregarnos a la ilusión de que
un simple estudio de esta antigua sabiduría sea su ciente como para
adueñarnos nuevamente de ella. Hemos perdido la llave que abre las
puertas hacia esos lugares sagrados. De ahí viene nuestra incomprensión
ante las indicaciones y datos provenientes de los antiguos escritores y
sabios, o más aún, partimos de la base de que poseemos una capacidad
de comprensión y por tal motivo consideramos que esas indicaciones
son sin valor y sin sentido. Sin duda debemos reconquistar nuevamente
la sabiduria de los antiguos números. Esto sólo lo podemos lograr es
calonadamente; pero ahi donde lo logramos aparece luz en cientos di-
chos que nos legó la antigüedad y que hasta ahora no habrían tenido
para nosotros un sentido destacado. įEn qué consiste entonces la ayuda
que nos puede proporcionar dicha antigua sabiduría en esta renovación
o hasta nueva fundación? Consiste en que, por sus posibilidades, si, hasta
por sus confusiones, lleva a nuestro pensar sobre los números en pri-
mera instancia hacia un punto neutro, del cual sólo puede resurgir por
sus propias fuerzas. Los contenidos a los cuales llega entonces dejan
ver a las particularidades previas como constataciones valiosas de con-
vencimientos logrados por sí mismos.
Antes de emprender este tipò de observaciones de los distintos nú-
meros queremos completar la imagen que hemos diseñado respecto a
esta observación numérica por división. Habíamos utilizado como ima-
gen de la unidad a dividir una recta o segmento y por medio de esta
imagen simple y limitada hemos ganado cierta comprensión. Existe sin
embargo una imagen de la unidad que nos ayuda a profurndizar aún más
esta problemática. Cuando un grupo de seres humanos conforman una
unidad, es usual nombrarlo como un círculo de seres humanos. La ima-
gen apropiada a la unidad es el círculo y no tanto la linea rectilinea; esta
solo debe ser utilizada como imagen cuando se trata de obtener de la
relación de la observación numérica dividida en miembros un conglo
merado de números tal como hemos visto. Nos imaginamos ahora un
segmento de recta doblado en un circulo.Tenemos entonces ese círculo
dividido según los números 2, 3, 4,5...Y aquí no se produce un salto al
dibujar círculos de distinto tamaño alrededor de un punto medio en
común y cada uno conformado según uno de esos números, tal como
lo muestra la gura 6.

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Figura 6

No sólo el concepto de magnitud pierde aquí su inmerecida pre-


tensión de poder. También el concepto de número como simple canti-
dad comienza a tambalear. Sobre todo si se lo observa cuando se trata
de números más "grandes", si se divide un trecho rectilineo en I12 par-
tes iguales, esta división resulta sin gran esfuerzo. El principio y el nal
del trecho marcan, al mismo tiempo, el comienzo y el nal de esta ope
ración de contar; es además poco probable realizar un error. El con-
cepto de la cantidad es imperturbablemente claro y conciso. En un
círculo es muy distinto. Un círculo no tiene principio ni nal, vuelve en
sí mismo. Si se lo divide en 12 partes iguales y se las quiere contar se
debe, en forma arti cial, en forma forzada, establecer un comienzo y
tener cuidado, al contar, el no sobrepasar la llegada; pues el círculo, du-
rante el proceso de contar, lo absorbe a uno en su dinámica y lo induce
de pasar de largo y equivocarse en las sumas.
Justamente en la antigüedad era natural la relación de los números
con el circulo. Lo rectilineo le era, sin duda, extraño a la conciencia de
los seres humanos de la antigüedad. Se sentían mucho más en casa den-
tro de un círculo. En nuestra conciencia moderna esta relación hacia lo
rectilineo y lo curvo Ilegó a transformarse en lo opuesto. Pues hoy me-
dimos, por ejemplo, la curva del círculo estirándolo en forma rectilinea.
Hablamos por eso de un hacer rectilineo o de una recti cación del cir
culo.Y llegamos, de esta manera, a la determinación de que la circunfe
rencia consta del número phi por el diámetro. Aún durante el primer
milenio después de Cristo, los matemáticos hindúes medían al círculo
de tal manera que no hacían referencia del perímetro de la circunfe
rencia del diámetro sino al revés: del diámetro al perímetro de la cir
cunferencia. Ellos curvaban el diámetro a la curva de la circunferencia
y se preguntaban qué parte de toda la circunferencia era ocupado por
el segmento curvo formado por el diámetro, realizaban un arqueado

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del diámetro. Obtuvieron de esta manera que el diámetro comprende
I/phi del largo de la circunferencia.Asi lograron conocer al número phi
en su valor inverso, o sea, en su valor recíproco.
Cuando la naturaleza le muestra el número al hombre, prioriza tam-
bién la conformación circular. En la forma más evidente se encuentra el
número en los círculos orales de las plantas. Hablamos de las ores
como estrellas de pétalos y traen con ello la expresión de que existen
fuerzas de las estrellas, del cosmos, que encausan esos círculos. En el
cielo mismo se realiza todo en movimientos circulares o se deja dedu-
cir de movimientos curvos. El cielo mismo, como portador de todos
esos circulos, es una esfera.Al priorizar el hombre de la antigüedad al
circulo vivia primordialmente bajo las fuerzas celestes. La impresionante
imagen arquetípica del círculo daba nota de su mirada hacia el cielo, al
Sol, dador de la vida. La recti cación no fue encontrada por él en el
cielo. En cambio le aparecía sobre la Tierra y justamente ahí donde la
Tierra se encuentra como abandonada respecto a las fuerzas del cielo.
De esta manera se explicaban las formas animales de los gusanos, lom-
brices y serpientes; ahi también el número tomaba otras con guracio-
nes, por ejemplo en la acumulación de distintos miembros.
El desarrollo de la conciencia humana se direccionó en la capta-
ción de las fuerzas terrestres. Asi fue que al círculo compuesto por
miembros poco a poco se incorporó la dirección rectilínea para nal-
mente llegar a ser autónoma y supeditarse a la recti cación del circulo.
Pero desde el punto de partida del reinado de las líneas curvas hasta
el punto nal, o sea el reinado de lo rectilineo, existe un importante
escalón intermedio, un tipo de equilibrio entre las curvas y lo rectili-
neo. De esta manera se pudo encaminar la disposición de guras multi-
vértices dentro de la circunferencia.Aquí es signi cativo que esta gura
de múltiples vértices no apareció en primera medida como lo es la
preferencia actual; nosotros, por ejemplo, unimos distintos puntos
entre sí sobre la circunferencia, unimos seguidamente los puntos con-
secutivos sobre la circunferencia y preparamos de esta manera la rec-
ti cación de la circunferencia. La forma preferida en épocas antiguas de
trazar una gura de varios vértices consistia en saltar por encima del
siguiente punto parcial marcado sobre la circunferencia. En el idioma
matemático se lo denomina gura estrella. O sea, las guras estrella se
ubican dentro del círculo solar. Estas nezas en la construcción de for
mas no se deberían pasar por alto, pues en ella hablan sin duda im-
portantes aptitudes estructurales de la conciencia humana. Las

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estrellas no permiten aún pasar de la circunferencia a la recti cación,
a una forma rectilinea.
También se lo ve como algo más compacto, más unitario que otros
tipos de guras con varios vértices. Esto se da especialmente si a los seg-
mentos que se entrecruzan en una estrella se los traza de tal manera
que la impresión de muto entrecruzamiento lleva a la imagen de un
todo como lo muestra la siguiente gura.
Figura 7

La característica de unidad y de forma cerrada del circulo tiene un


fuerte efecto hacia la gura de la estrella. Esto también se expresa dado
que a la estrella se la ha dibujado con la circunferencia envolvente. Ahí
la circunferencia aún daba su impronta, era lo primero y dentro de la
cual se incorpora la estrella. La gura en conjunto da menos la impre
sión del 5, más bien la suma de 5 unos, del mundo del cinco. En esas épo-
cas antiguas este tipo de guras le hablaba al ánimo de los seres
humanos en forma muy poderosa. Con ello se decoraban altares y se
los llevaba a escondidas como amuletos milagrosos sobre el corazón.
Cuán poco vive de eso hoy, de esa simbología sagrada! Justamente la -
gura elegida como ejemplo puede tomarse como testigo. Se le sacó el
círculo, se disolvió el entrecruzamiento mutuo, y en cambio quedó ese
esqueleto residual que se pintó con un color parejo. Sería anticipado, a
esta altura, estudiar las estrellas que representan los distintos números.
Las veremos más adelante, en los próximos capítulos, durante la expli-
cación y descripción de los distintos números.

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ERNST BINDEL

EL SENTIDO
ESPIRITUAL DE LOS

NUMEROS
ODOK)
k=0 (2+ | =2' + I = 2+I
k
k=2
(2+ |=2 *l=
(2 + | =2' + I
4+I 17

k=3 (2) E2t= 256 I= 257

k4 2'+ | = 2* * 63536 *I 65537

2 12
13
Ilb
eptimal Decimal Septimal Decimal Septimal

9
10
2
20

22
2
16
11la
Decimal

1S

7
111d
a

k0 (27+I2'+I

ks| (2+I=2' +I
IVD

ANTROPOsÓFICA

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