Está en la página 1de 2

AMANECERES

Rasco el panal,
Persiguiendo su tesoro,
Después que la humareda,
Su trabajo hecho ha.
Busco bajo la almohada,
El insulso sueño roto,
Que tu corazón ignoto,
Nunca quiso construir.

Como un capitán pirata,


Sostengo este timón.
No maldigo mi destino,
Aunque el océano levanta,
Un gemido embravecido,
Condimentado con sal.

Ensimismado,
Y deleznando mi carácter,
Enciendo un enano sirio para implorar a mí Dios.

Hoy no es ayer,
El mañana es el pasado.
El futuro es anteayer.
El destino pone trampas,
Al que ya está lastimado,
Con amplia resolución.
Las nubes huelen a algodón,
Y los montes y los valles dibujan un diapasón.
El monte me ve, y yo veo a una mujer.
El demiurgo ya lo sabe,
El monte y la mujer;
Mientras yo ignoro mi entorno,
Por mi escasa percepción.

Muchas veces sueño,


Y recuerdo las batallas,
En las remotas estrellas,
De la alfombra y el tamiz.
Eu relembro que fui yo
Quién navegó ese mar,
Que me hace cladispar (tomar consciencia).

Si las estrellas hablaran revelarían quienes somos.


Si los humanos oyeran entenderían la verdad.
Visitante por aquí y extranjero por allá.
¿Cuántos recursos nos quedan para acabar la maldad?
Tilapias, carpas, pirañas ¿Qué más da?

¡Pasajeros somos y amanecer siempre habrá!

También podría gustarte