Está en la página 1de 31

La paternidad de Dios

a) Escrituras clave

Juan 14:6-11 Efesios 1:17-23; 3:14 15.

Santiago 1:17-18 Lucas-15-11-32

b) Introducción

Podemos llamar a Dios, Padre nuestro porque somos adoptados en su familia como sus hijos. Esto es principal mente
un concepto del Nuevo Testamento. Mientras que el poder y divinidad eternos de Dios son manifiestos en la creación y
generalmente en el Antiguo Testamento, su paternidad es, en su mayor parte, el tema que se revela  en el Nuevo
Testamento. Esto se demuestra claramente cuando nos damos cuenta de que se refiere a Dios como Padre sólo quince
veces en el Antiguo Testamento y doscientas cincuenta y cuatro veces en el Nuevo Testamento. La palabra “padre” en
griego es “pater” que viene de una palabra radical que significa nutridor, protector y defensor. Necesitamos
conocer a Dios como nuestro Padre para poder tener una visión equilibrada de El.

c) Dios el Padre: Parte de la Trinidad

Dios el Padre, Dios el Hijo y Dios el Espíritu Santo son las tres partes o personas de Dios. Están en unidad porque son uno y
entonces actúan como uno. Dos ilustraciones que nos ayudan a comprender el concepto de un Dios con tres partes son:

(I) Una persona: con el Padre como el cuerpo, Jesús como la mano derecha y el Espíritu Santo como la mano izquierda.
Las manos hacen el ministerio del Padre aquí en la tierra pero ninguna parte se juzga mayor que la otra.

(II) Una manzana: que tiene un corazón (Dios el Padre), pulpa (Dios el Hijo) y piel (Dios el Espíritu Santo). Una manzana
con tres partes.

Si nos concentramos en un solo aspecto de la Trinidad, no sólo no entenderemos los otros dos, sino que ni
siquiera entenderemos aquel en el que estamos concentrados.

d) Maneras para comprender y conocer la paternidad de Dios

(I) Dios se revela a Sí mismo en muchas maneras, p. ej. por medio de los profetas (Hebreos  1:1), por medio de la
creación y por medio de su Palabra, la Biblia.

(II) Jesús reveló la paternidad de Dios mientras estaba en la tierra, especialmente su amor, unidad y autoridad (Juan 14:6-11).

(III) Nuestro padre humano nos muestra sólo una representación imperfecta de cómo es Dios el Padre, pero Dios es el autor de
toda paternidad (Efesios 3:14-15), y por tanto nuestros padres humanos pueden reflejar algo de Dios el Padre.

(IV) El Espíritu Santo es un don de Dios el Padre para nosotros y nos revelará a Dios el Padre (Juan 14:26).

e) Dios es nuestro Padre perfecto

 Aconseja (Salmo 73:24).  Consuela (2 Corintios 1:3-4).

 Protege (Salmo 91 Juan 10:27-29).  Nos bendice con toda bendición espiritual (Efesios 1:3).

 Nos da descanso (Mateo 11:28-29).  Es misericordioso y nos da paz (2 Timoteo 1:2).

 Es paciente (Mateo 18:26-27).  Es fiel (2 Timoteo 2:3).

 Nos ama (Juan 3:16).  Corrige y disciplina (Hebreos 12:5-11).

 Nos labra y poda (Juan 15:1-2).  Es imparcial (no tiene favoritismo) (1 Pedro 1:17).

 Es justo (Juan 17:25).  Provee (1 Pedro 5:7; Mateo 6:33).

 Es misericordioso (Romanos 9:15).  Perdona (1 Juan 1:9).

 Nos moldea y forma (Romanos 9:20-21).  Es amor (1 Juan 4:8).

 Es eterno (Romanos 16:26).  Es Santo (Apocalipsis 16:5).

 Es compasivo (2 Corintios 1:3).  Es verdadero y justo en juicio (Apocalipsis 16:7).


f) Algunos de los nombres de Dios en el Antiguo Testamento

La raza judía consideraba el nombre y naturaleza como sinónimos. Dios usa este entendimiento humano d significado de los
nombres y lo aplica a sí mismo para revelar su naturaleza a la gente. Comprender los nombres de Dios es comprender la
revelación de Dios de Sí mismo.

1. El Elyon: el Dios altísimo; el Soberano y poseedor de los cielos y la tierra; el encargado (Génesis 14:18; 2 Samuel 22:14).

2. El Shaddai: el Omnipotente, Todopoderoso; constantemente otorgando alimentos para sus hijos y cubriendo sus
necesidades Génesis 17:1).

3. Yahweh, Señor o Jehovah: El que siempre es; el constante “YO SOY”; El que existe (Éxodo 3:15; Salmo 33:1 Isaías 26:4).

4. Elohim: Dios. Este nombre nos muestra la pluralidad en un Dios. Dios dijo en Génesis 1:26, “hagamos hombre a nuestra
imagen”. Esto denota dos o más en uno (Éxodo 35:31)

5. Jehovah Shammah: el Señor está allí; El está constantemente presente con nosotros (Ezequiel 48:35).

6. Jehovah Shalom: el Señor nuestra paz y totalidad (Jueces 6:24).

7. Jehovah Jireh: el Señor proveerá para nosotros (Génesis 22:14).

8. Jehovah Nissi: el Señor nuestra bandera y victoria (Éxodo 17:15).

9. Jehovah Tsidkenu: el Señor que nos viste con su justicia; el Señor nuestra justicia (Jeremías 23:6, Jeremías 33:16).

10. Jehovah Rophe (rapha): el Señor que nos sana (Éxodo 15:26)

11. Jehovah Ro-hi (ra ah): el Señor nuestro pastor amoroso que nos guía (Salmo 23:1).

12. Jehovah Mekadish-kem: el Señor que nos santifica (Éxodo 31:13).

13. Jehovah Yasha-Gaal: el Señor nuestro salvador y redentor (Isaías 49:26; Isaías 60:16).

14. Adonai: mi Señor (Génesis 15:2; Deuteronomio 9:16; Salmos 51:15)

15. Tsur: Roca (Isaías 44:8).

g) La paternidad de Dios es fundamental para el discipulado

La oración, y porque Dios contesta (Mateo 7:11).


Recibir el Espíritu Santo (Lucas 11:13).
Nuestra adopción como hijos (Romanos 8:15; 1 Juan 3:1)
El plan de redención (Gálatas 4:4-7).
Nuestro acceso a Dios (Efesios 2:18).

El corazón de Dios es afectado por la respuesta del hombre a su amor paternal. Entonces experimenta anhelo (Ezequiel
22:30-31), tristeza (Jeremías 8:18; Isaías 53:3), dolor (Génesis 6:6), ira (Apocalipsis 16:1), llanto (Jeremías 8:21),
compasión (Mateo 9:36) gozo (Lucas 15:22-24), regocijo incluso con cánticos (Sofonías 3:17).

h) Los propósitos amorosos de nuestro Padre celestial para el hombre incluyen

Siempre está dispuesto a contestar la oración (Isaías 62:24; Mateo 7:11).


Anhela que los hombres sean sus hijos (Jeremías 3:19).
Se deleita en mostrar misericordia (Miqueas 7:18).
Se propone que tengamos vida y la tengamos en abundancia (Juan 10:10).
Quiere librarnos del temor (Juan 14:1; Salmo 118:5-9).
Desea dar al hombre un hogar eterno (Juan 14:2-3).
Quiere que todo hombre sea salvo (1 Timoteo 2:3-4).
Quiere cubrir nuestras necesidades (1 Pedro 5:7).
i) Comunión con Dios el Padre
El gran plan y propósito de Dios desde el principio ha sido de traer al hombre otra vez en plena comunión consigo mismo.
Toda la historia es una exposición de este plan de redención. El verdadero desarrollo de este plan no empezó hasta que
Adán pecó. El pecado rompió la relación de Dios con el hombre, y desde entonces, el plan de redención de Dios está en
marcha. Dios ama al mundo y desea salvarlo (Juan 3:16; 1 Pedro 3:20).

Jesús dijo: “Y no llaméis `padre’ vuestro a nadie en la tierra; porque uno es vuestro padre, el que esta en los
cielos”. (Mateo 23:9). La razón de esto es que como resultado de la caída, los padres no tienen ni las características ni
la habilidad para ser los padres que Dios propuso que fueran. Por tanto, en efecto, Jesús decía que tenemos sólo un
Padre que está en el cielo, que tiene el carácter y la habilidad para ser un verdadero padre. El carácter de
nuestro Padre celestial es perfecto sin ninguna mudanza ni sombra de variación (Santiago 1:17). Su habilidad es
ilimitada. A la luz de esto, se puede confiar plenamente en el carácter de nuestro Padre celestial y depender
enteramente en su habilidad. Esto no deja sitio para una falta de confianza en Dios en cuanto a sus promesas para
nosotros.

j) Las bendiciones y beneficios de una relación padre/hijo

1. El privilegio de adopción: (Juan 1:11-13; 2 Corintios 6:17-18; 7:1).

El Espíritu Santo tendrá mucho celo de nosotros, para prevenir que ningún  rival rompa nuestra relación amistad con
el Padre y su hijo Jesús (Santiago 4:5).

2. El testimonio de adopción: (Romanos 15-16; Gálatas 4:6).

El Espíritu de Dios da testimonio a nuestro espíritu que somos hijos de Dios y por tanto Dios el Padre es nuestro Padre.

3. La herencia de adopción: (Romanos 8:17).

Podemos participar ahora, en parte, de nuestra herencia como hijos de Dios, y esto señala el hecho de que Dios es en
verdad nuestro Padre; por ejemplo la promesa del Espíritu Santo dado a aquellos que son salvo. (Efesios 1:13-14).

4. La disciplina de adopción: (Hebreos 12:7-11).

5. El amor del Padre en adopción: (Juan 16:27).

6. La provisión del Padre en adopción: (Mateo 6:8, 26,30; Juan 14:2).

7. La protección del Padre en adopción: (Juan 10:28-29; Juan 13:1).

8. La generosidad del Padre en adopción: (Lucas 12:32; Mateo 7:11).

K) En resumen

Muchos cristianos hoy día viven bajo una amenaza religiosa del terrible juicio de Dios. Se les ha dicho que Dios de
alguna manera está contra ellos y les está vigilando para castigar y limitar a toda hora. Dios sí que odia el pecado, pero
no odia al pecador. Si Dios ama al pecador y se ha puesto a sí mismo a su alcance, cuanto más debe estar al alcance de
nosotros los creyentes que caminamos en la Palabra de Dios y procuramos vivir en obediencia a El (Apocalipsis 1:5-6).
Jesús nos amaba como pecadores cuando vinimos a El. Sin embargo no nos dejó como pecadores, sino que nos limpió,
nos hizo reyes y sacerdotes, y luego nos presentó a Dios su Padre. En aquel momento Dios se hizo nuestro Padre.
Nuestro Padre sólo puede recordarnos como sacerdotes y reyes. Jesús así lo aseguró. Incluso cuando nos metemos en
un lío y pecamos, y hacemos cosas que son desagradables a Dios nuestro Padre, Jesús siempre vive para hacer
intercesión por nosotros. Su ministerio como abogado está siempre a nuestra disposición para mantenernos en comunión
con nuestro Padre amoroso (1 Juan 1:9; 2:1).

Acerquémonos, pues, confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar misericordia  y hallar gracia para  oportuno
socorro. (Hebreos 4:16)
Tenemos una invitación perpetua para entrar confiadamente al trono de nuestro Padre. Por su amor y gracia podemos
hacerlo confiadamente como un rey y no como un mendigo. Observa que somos invitados para venir obtener misericordia,
no sólo la esperanza de obtenerla.

1 Juan 4:18 dice: “El perfecto amor echa fuera el temor”. Necesitamos poner todos nuestros temores, preocupaciones
y ansiedades en la mano de nuestro poderoso Padre. Nos ama como hijos y herederos. No nos decepciona Quiere
sólo lo mejor para nosotros y quiere que crezcamos en madurez en El. Necesitamos confiar en nuestro Padre celestial
y darle nuestro todo.

I) Preguntas y puntos de discusión


1. La historia del hijo pródigo (Lucas 15:11-32) muestra mucho el carácter de Dios el Padre. Discútelo.
2. ¿Tiene que ver el concepto de nuestro padre natural con el concepto de nuestro Padre celestial?

3. Comenta cómo Dios el Padre se te ha revelado a sí mismo de forma práctica en tu vida.

4. Demuestra la manera en que vivimos nuestra vida con una falta de conocimiento de Dios el Padre y,
como resultado, con una falta de confianza en El.

5. Aunque tenemos una invitación perpetua para entrar confiadamente en el trono de nuestro Padre celestial,
¿lo hacemos?

m) Resumen y aplicación

1. Como discípulos de Dios necesitamos conocer bien las tres partes de la Trinidad; a saber: Dios el Padre; Dios el Hijo;
y Dios el Espíritu Santo, para tener un punto de vista equilibrado de Dios.

2. Nuestro Padre celestial es el perfecto ejemplo de la paternidad (Mateo 5:48).

3. Necesitamos conocer a Dios como Padre, para poder edificar nuestra vida como discípulos de Dios
en fundamentos correctos, y conocer los propósitos de Dios para nosotros como hijos suyos.

4. Para disfrutar de nuestra relación con Dios el Padre necesitamos aprender a relacionarnos y responder a
sus principios, leyes, palabras y autoridad.

5. En vista de quién es nuestro Padre celestial y lo que ha propuesto que seamos, respondamos a El con nuestro  amor
(Juan 14:21), adoración (Juan 4:23-24), y en obediencia (Juan 14:15, 1 Pedro 1:2,17; Romanos 6:16-18).
Vivimos en tiempos en que la mayor parte de esta generación está creciendo sin un padre. Pero la intención de Dios para
la iglesia es que seamos Sus hijos y que seamos guiados bajo la autoridad de un padre. 
La paternidad de Dios El Antiguo Testamento nos habla de un Dios que ofrece al hombre una relación salvífica y
liberadora, sobre todo a aquel que se encuentra más desvalido y necesitado.

La revelación es una historia de amor paternal entre Dios y su pueblo.

Nos dirigirnos a Dios como Padre es lo primero que nos enseña Jesús.

Pero ¿es una originalidad suya? ¿Nadie antes que él lo había hecho en Israel? ¿Qué sabores le trae a Jesús el uso de
esta palabra, sabiendo que ha bebido su espiritualidad dentro de la fe judía? ¿Qué concepto de padre tenían en aquellos
momentos? ¿Cuál es la novedad de la oración de Jesús? Vamos a dar un breve paseo por la Escritura, sin recargar de
citas y dejando a un lado erudiciones.

La fe de Abraham en un Dios personal Dios se reveló como el Dios de Abraham y se fue dando a conocer poco a poco
como el único y verdadero Dios, cuya palabra es eficaz y cuyas promesas se realizan siempre.

Es el Dios de Abraham (Gn 15, 7) a quien Isaac (26, 2.23) y luego Jacob (28, 13) acogerán como suyo (Ex 3,6), y que se
convertirá en el «Dios de los padres» (Ex 3, 15) y en el Dios de Israel y Judá (Gn 48,17).

Así pues, en Abraham encontramos:

• Un Dios personal, a quien se puede tratar de tú, que acompaña, guía y protege.

• Un Dios universal, creador del cielo y de la tierra (vida).

• Un Dios que exige fe, atención y obediencia.

• Un Dios cuya palabra es eficaz (lo que dice se cumple) y que hace promesas.

El Éxodo, fundamento de la paternidad de Dios con Israel El Dios de los padres (Ex 3, 12.25-16), que se da a conocer a
Moisés en el Horeb, se presenta decidido a intervenir en favor de los descendientes de Abraham, Isaac y Jacob y a
cumplir sus promesas.

Esta acción salvífica y liberadora va a establecer entre Él y el pueblo escogido una relación de pertenencia, expresada en
los términos de paternidad y filiación.

Moisés tiene la misión de decir al Faraón: «Israel es mi hijo primogénito. Te ordené: deja partir a mi hijo para que me
sirva. Pero tú te niegas a dejarlo marchar. Pues bien, haré morir a tu hijo primogénito» (Ex 4, 22-23).

Dios va a tomar la defensa del pueblo como un padre para proteger a su hijo desvalido.

Otro de los autores del Éxodo expresa esta relación de paternidad en Ex 6, 6-7: Dios declara a Moisés: «Os redimiré
(este verbo evoca la acción emprendida en favor de un hombre que ha caído en la esclavitud, o cuyos bienes han sido
enajenados, por parte de un pariente próximo que interviene para sacarlo de apuros) y adoptaré como pueblo mío y seré
vuestro Dios».

La alianza del Sinaí reforzará los vínculos que unían ya a Dios con su pueblo (Ex 19-20).

Dios se muestra Padre dando una ley que estructure su existencia, manifestando su autoridad, prometiendo su
protección e invitando al pueblo a escucharle y obedecerle.

El cántico de Moisés (Dt 32, 6) resume todo esto: «¿Acaso no es él tu Padre, que te dio la vida? Es él el que te ha hecho
y te ha formado».

En resumen, el Dios del Éxodo aparece como: • Un Dios que se compromete a ser salvador y liberador del Pueblo (su
hijo). • Un Dios que protege especialmente al hijo desvalido (Israel en este caso). • Un Dios que da una ley y pide
escucha y obediencia (Alianza).
Dios Padre en la enseñanza de los profetas El haber sido adoptados como hijos de Dios, y los continuos gestos
salvíficos que experimentan como pueblo elegido, suponían para ellos ciertas exigencias (Ex 19-24), a las que a menudo
respondieron con la ingratitud y la traición.

Los profetas denuncian de manera especial las injusticias, apoyándose precisamente en la paternidad de Dios. Desde el
siglo VIII, en el reino del norte, Oseas denuncia la idolatría del pueblo, evocando la actitud paternal de Dios para con él
(Os 11,1-4 y ss).

Al ignorar ese amor paternal y rechazar el comportamiento que corresponde a un hijo (Os 11, 6-7), Israel dejará de ser el
pueblo de Dios y Yahveh ya no será su Dios (Os 1, 9).

Pero ese Dios que amó primero a su pueblo está dispuesto al perdón, ya que tiene su corazón destrozado (11,8-9).
Oseas emplea algunos antropomorfismos para expresar el amor que brota de lo más hondo del corazón divino, y surge
una promesa de restauración (Os 11,10-11).

Jeremías, en el siglo VI, se hace eco de esas relaciones difíciles de Dios con su pueblo (3, 4-5.19-20.22). Y cuando
Efraim confiesa su pecado y entra en un movimiento de conversión (31, 18-19), Dios no puede menos de dejar desbordar
su cariño de Padre (31,9-20).

En el segundo y tercer Isaías, la paternidad divina se convierte en un nuevo motivo de esperanza y oración.

Dios se porta con su pueblo con tanto cariño como una madre. Dios promete rodear a su pueblo de un amor maternal (Is
49, 15; 42, 14b; 66, 13).

Existen también textos que recogen los gritos de confianza con los que Israel implora misericordia apoyándose en la
paternidad de Dios (Is 63, 7-9.15-16 y ss.): mientras parece haberse roto la relación con los patriarcas (v 16) la relación
con Dios se convierte en el último recurso.

Puesto que confiesan sus faltas, Dios no podrá menos de concederles su perdón y protección.

El concepto de paternidad divina se enriquece con una nueva explicación teológica: Dios es padre en cuanto que es
creador (Is 64, 7-8; 43,15; Mal 2,10; Dt 32, 5-6).

El Dios que nos descubren los profetas es:

• Un Dios particularmente preocupado por la justicia entre los hombres.

• Un Dios que sufre la ingratitud de sus hijos y está dispuesto siempre al perdón.

• Un Dios que ofrece un cariño maternal, y en quien se puede confiar en las dificultades.

• Un Dios que es Creador por ser Padre.

Los oráculos mesiánicos y los salmos Dios, Padre del rey. En su coronación, el rey escogido por Dios se convertía
en hijo de Dios y embajador suyo en la tierra.

El rey no tiene su poder en sí mismo, sino en Dios que lo escoge para apacentar a su pueblo.

Dios promete a David un descendiente que reine después de él, y Dios será para él un padre y él para Dios un hijo (2
Sam 7,11b-14). En el Sal 89 se afirma con toda claridad la fe en la filiación divina del rey, a pesar de todos los desastres
de la dinastía davídica (Sal 89, 21-30).

Hay que señalar sobre todo los Salmos 2 y 110, que son el eco de la ceremonia de entronización real que confería al
soberano su filiación divina por decreto de Dios, haciéndole adquirir una nueva personalidad (Sal 2,7).

Dios, Padre de los pobres. El Antiguo Testamento considera que Dios es Padre de una forma especialísima de los
débiles y los pobres, de todos los que son víctimas de las injusticias sociales (especialmente provocadas por la
monarquía y la nobleza: Am 2, 7; 4,1; 5,11; Is 1, 15-17; Jr 22, 3).
Uno de los deberes fundamentales del rey era la defensa de los pobres (Sal 72).

Pero es sobre todo Dios el que se manifiesta como protector suyo (Sal 68, 6; Sal 103, 6.13; 146). Dios vela también por
el que se cuida de los desventurados y lo considera como hijo suyo El verdadero hijo de Israel no se contenta en
reconocer a Dios como Padre de su pueblo y como su propio Padre; imita la benevolencia divina socorriendo a los
oprimidos.

La fidelidad con Dios va acompañada de una actitud misericordiosa con el prójimo en la necesidad. El Dios que
descubren en los tiempos de la realeza añade nuevos matices:

• Decir Padre es recibir el título de rey o de hijo de Dios para apacentar al pueblo y vencer a los enemigos; queda
consagrado como sacerdote eterno y es habilitado para poder sentarse a su derecha.

• El Dios Padre que promete un Mesías y se considera protector especialmente de los pobres y humillados.

• El Dios Padre vela de manera especial por quien hace suyas las opciones divinas, sobre todo la misericordia.

Para orar y dialogar

1. Orar repitiendo la palabra «Dios Padre», un tiempo prolongado.


¿Qué sentimientos despierta el nombrar de este modo a Dios?

2. Escribir en una cartulina cada uno de los rasgos que se contienen en el concepto de Dios-Padre tal como lo vive el
pueblo de Israel. Colocarlo a la vista del grupo, y orar a partir de lo que cada uno del grupo ha escrito.

3. ¿A qué nos compromete el hecho de poner en nuestra boca el nombre de Dios como Padre?

4. ¿Dónde descubrimos hoy más a Dios, y dónde lo echamos más en falta? ¿Podemos hacer algo?

El Dios que nos descubren los profetas es un Dios preocupado por la justicia entre los hombres, que sufre la ingratitud de
sus hijos y está dispuesto siempre al perdón, un Dios que ofrece un cariño maternal y en quien se puede confiar en las
dificultades

 Qué es la Paternidad de Dios según la Biblia

La paternidad de Dios es la enseñanza bíblica de que Dios es un Padre eterno, no solo de Jesucristo, sino que, al estar
en Cristo, podemos relacionarnos con Dios de una manera personal, cercana e íntima, del mismo modo que lo haríamos
con nuestro Padre terrenal.

La paternidad de Dios es para nosotros el punto de referencia de la manera en que podemos aproximarnos a Dios, y de
la confianza que podemos tener en Él al verlo como un padre amoroso.

Qué es la Paternidad Divina según la Biblia

La paternidad divina es una idea similar a la de la paternidad de Dios expresada con palabras similares.

La paternidad divina es el ejercicio que hace Dios de amarnos incondicionalmente e interesarse por nosotros, como lo
hacen nuestros padres terrenales, y como lo hace con Jesús.
Qué dice la Biblia acerca de la Paternidad de Dios

De acuerdo con la Biblia, la paternidad de Dios no es algo que haya iniciado con la existencia de la humanidad, o las
criaturas del universo, la paternidad de Dios ha existido desde siempre.

Dios ha sido desde la eternidad Padre de nuestro Señor Jesucristo.

Antes de la venida del mesías, Dios se hacía llamar a sí mismo padre del pueblo de Israel.

Después de la redención, a través de Jesús, Dios es nuestro Padre, recibimos su amor, y somos llamados “hijos de
Dios.”

La paternidad de Dios por nosotros nos da la seguridad de que como sus hijos somos herederos con Cristo de las
riquezas espirituales del universo (Romanos 8:17).

Dios concede el título de hijo suyo a todo aquel que por fe ha recibido a Jesús como salvador (Juan 1:12).

En Cristo disfrutamos de todos los derechos y privilegios que corresponden a ser hijos de Dios.

Entre ellos su amor, el conocimiento de Él, podemos confiar en Él, en su provisión, protección, del mismo modo en que
padres terrenales lo harían por sus hijos.

Del mismo modo, Dios nos disciplina como a hijos cuando desobedecemos o ignoramos sus consejos, para nuestro bien
– Hebreos 12:10.

Hay muchas historias en la biblia con las cuales podemos responder al tema de la paternidad de Dios para con nosotros.

La más famosa es la historia del hijo pródigo relatada por Jesús, la cual la encontramos en Lucas 15:11-32.

Quisiera compartir contigo algunas de las otras cosas que la biblia dice acerca de la paternidad de Dios.

Por la Paternidad de Dios somos adoptados como sus hijos a través Jesús

Pero a todos los que le recibieron, les dio el derecho de llegar a ser hijos de Dios, es decir, a los que creen en su
nombre, que no nacieron de sangre, ni de la voluntad de la carne, ni de la voluntad del hombre, sino de Dios.| Juan 1:12-
13

Dios es un padre amoroso que brinda oportunidades

Mirad cuán gran amor nos ha otorgado el Padre, para que seamos llamados hijos de Dios; y eso somos.| 1 Juan 3:1

Dios es un padre compasivo

Tan compasivo es el Señor con los que le temen como lo es un padre con sus hijos.| Salmo 103:13
Dios es un padre que nos protege, nos valora, y provee para nosotros

Fíjense en las aves del cielo: no siembran ni cosechan ni almacenan en graneros; sin embargo, el Padre celestial las
alimenta.

¿No valen ustedes mucho más que ellas?| Mateo 6:26

Dios nos conoce íntimamente y somos hijos valiosos para Él

¿No se venden dos gorriones por una monedita?

Sin embargo, ni uno de ellos caerá a tierra sin que lo permita el Padre; y él les tiene contados a ustedes aun los cabellos
de la cabeza.

Así que no tengan miedo; ustedes valen más que muchos gorriones.|  Mateo 10:29-31

Dios en su paternidad nos disciplina con amor por nuestro bien

Hijo mío, no desprecies la disciplina del Señor, ni te ofendas por sus reprensiones.

Porque el Señor disciplina a los que ama, como corrige un padre a su hijo querido.|  Proverbios 3:11-12

Nuestro Padre Dios quiere darnos el reino de los cielos

No tengan miedo, mi rebaño pequeño, porque es la buena voluntad del Padre darles el reino.| Lucas 12:32

Dios en su paternidad quiere darnos todas las cosas buenas que pueda

El que no escatimó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no habrá de darnos
generosamente, junto con él, todas las cosas?| Romanos 8:32

Aunque seamos huérfanos o no hayamos tenido un buen padre en esta tierra, Dios es nuestro Padre

Padre de huérfanos y defensor de viudas Es Dios en su santa morada.| Salmos 68:5

Dios es un padre compasivo

Sean compasivos, así como su Padre es compasivo.|  Lucas 6:36

Dios quiere que lo reconozcamos como nuestro Padre

Y no llaméis padre vuestro a nadie en la tierra; porque uno es vuestro Padre, el que está en los cielos.|  Mateo 23:9

La Paternidad de Dios lo hace querer consolarnos

Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, Padre de misericordias y Dios de toda consolación, el cual nos
consuela en todas nuestras tribulaciones, para que podamos también nosotros consolar a los que están en cualquier
tribulación, por medio de la consolación con que nosotros somos consolados por Dios.| 2 Corintios 1:3-4
Todas las cosas buenas las recibimos por el amor paternal de Dios

Toda buena dádiva y todo don perfecto descienden de lo alto, donde está el Padre que creó las lumbreras celestes, y
que no cambia como los astros ni se mueve como las sombras.|  Santiago 1:17

Aunque nuestros padres terrenales nos desconozcan, Dios es nuestro padre

Porque tú eres nuestro Padre, aunque Abraham no nos conoce, ni nos reconoce Israel.

Tú, oh Señor, eres nuestro Padre, desde la antigüedad tu nombre es Nuestro Redentor.|  Isaías 63:16

Nuestro padre celestial no permitirá que seamos arrebatados de su mano

Yo les doy vida eterna, y nunca perecerán, ni nadie podrá arrebatármelas de la mano.

Mi Padre, que me las ha dado, es más grande que todos; y de la mano del Padre nadie las puede arrebatar. El Padre y
yo somos uno.|  Juan 10:28-30

Nuestro padre Dios, en su misericordia, nos ha dado una herencia y una esperanza

Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que por su gran misericordia y mediante la resurrección de
Jesucristo nos ha hecho nacer de nuevo a una esperanza viva, para que recibamos una herencia incorruptible,
incontaminada e imperecedera.

Esta herencia les está reservada en los cielos|  1 Pedro 1:3-4

Nuestro padre Dios es generosos con sus hijos y aun con quienes no lo aceptan como padre

para que seáis hijos de vuestro Padre que está en los cielos; porque Él hace salir su sol sobre malos y buenos, y llover
sobre justos e injustos.|  Mateo 5:45

Nuestro Padre es bondadoso aún con los ingratos

Antes bien, amad a vuestros enemigos, y haced bien, y prestad no esperando nada a cambio, y vuestra recompensa
será grande, y seréis hijos del Altísimo; porque Él es bondadoso para con los ingratos y perversos.| Lucas 6:35

Dios nos disciplina con un amor paternal

Porque el Señor al que ama, disciplina, y azota a todo el que recibe por hijo.

Es para vuestra corrección que sufrís; Dios os trata como a hijos; porque ¿qué hijo hay a quien su padre no
discipline?|  Hebreos 12:6-7

Cómo sé que Dios es mi Padre

La biblia enseña que al aceptar a Jesús como nuestro Señor y salvador en nuestra vida, nos convertimos en hijos de
Dios. Juan 1:12-13

También dice que los verdaderos hijos de Dios son aquellos que hacen la voluntad del padre celestial.
Si estás apartado de Dios, entregado al pecado, estás excluyéndote  a ti mismo de la familia de Dios.

Si estás en los caminos de Dios, pero no experimentas a Dios como un padre, eso es otra cosa.

El tema de la paternidad de Dios es primordial para personas que no han podido tener una idea clara acerca de lo que es
un padre, quizá porque nunca han desarrollado esta relación de confianza que es tan esencial en nuestro trato con el
Padre Celestial.

Esto debido a que tuvieron un mal padre en esta tierra o un padre ausente, para ser sanados, también aprender a
experimentar a Dios como nuestro Padre Celestial.

Por eso, para saber que Dios es tu Padre, es fundamental que revises tu relación con tu padre terrenal.

Sabemos que Dios es nuestro padre porque comprendemos y experimentamos que nos ama de manera incondicional.

Lo que da sentido a ese amor, es la relación que desarrollamos con Él.

Como experimentas en tu vida la Paternidad de Dios

Experimentamos en nuestra vida la paternidad de Dios todo el tiempo, por ejemplo cuando en nuestra relación con él, a
veces nos disciplina para ayudarnos a ir por el mejor camino.

Otro ejemplo de como experimentamos la paternidad de Dios en nuestra vida, es cuando Él nos consiente
concediéndonos los deseos de nuestro corazón y nos satisface el alma.

No solo eso, sino que experimentamos la paternidad de Dios en nuestra vida a través de su provisión constante para
nuestras necesidades y su ayuda en todo lo que le pedimos.

La biblia dice que nosotros amamos a Dios porque Él nos amó primero, experimentar el amor de Dios íntimamente
mediante la obra del Espíritu Santo en la vida, es el paso más importante para experimentar la paternidad de Dios.

Principios de la paternidad de Dios

– Amor incondicional

– Perdón

– Ser el fundamento de nuestra vida

– Poder depender de Dios en toda circunstancia

– Proveer para todas nuestras necesidades físicas, emocionales y espirituales

– Ser un referente de la verdadera paternidad


– Dar una visión para la vida

Reflexión sobre la paternidad de Dios

Sin embargo, por estos días, mientras estudiaba la biblia, encontré una historia que me impactó y me puso a reflexionar
acerca del tema de la paternidad de Dios.

Se trata de la historia del Rey David y su hijo Absalón.

Me propongo compartir contigo un paralelo entre la actitud de David hacia su hijo, y la paternidad de Dios hacia nosotros.

La historia transcurre de la siguiente manera.

Absalón deseaba ser el rey de Israel, pero tenía un hermano mayor llamado Amnón, quien era el heredero.

Amnón viola a su propia media hermana, la hermana de Absalón, y Absalón, usando esto como justificación, lo mata.

De esta manera, Absalón queda como el primero en línea al trono.

Posteriormente, el joven decide ganar la simpatía del pueblo de Israel mintiendo acerca de su padre. Luego, organiza
una revuelta con la cual usurpa el trono.

David tiene que salir huyendo porque su propio hijo está intentando matarlo. Mientras lo hace, Absalón tiene relaciones
sexuales con diez de las mujeres de su padre.

En estas circunstancias, a punto de enfrentarse en un combate a muerte contra Absalón, David intenta ir a la batalla
personalmente para intentar proteger a su hijo; sin embargo, no se lo permiten.

Mira las instrucciones que David da a sus comandantes con respecto a su hijo:

Entonces el rey les dio esta orden a Joab, a Abisai y a Itai:

—Por consideración a mí, traten con bondad al joven Absalón.

Y todas las tropas escucharon que el rey daba esta orden a sus comandantes.2 Samuel 18:5

Las palabras de David a sus comandantes, concernientes a Absalón, muestran que él lo veía como un joven rebelde que
podía volver en razón y ser perdonado.

David anhelaba redimir a su hijo. Por esta razón, les pide a sus generales que por favor no lo maten.

Es evidente el amor paternal y la misericordia que David tenía para con su hijo, me hizo pensar acerca del amor de Dios
y su paternal cuidado hacia nosotros.

Me hizo pensar acerca de como Dios nos mira.

Si David, siendo un hombre, miraba con tal amor a aquel que, siendo su hijo, había usurpado su trono.

A aquel que intentaba quitarle la vida, que se había acostado con sus concubinas y había matado a su otro hijo.
Si así miraba David a su hijo, después de todas sus equivocaciones, cuál puede ser la misericordia y amor infinitos de
Dios para con nosotros sus hijos.

Ciertamente mucho mayor.

Aun a pesar de todas las equivocaciones de Absalón, David siempre quiso redimirlo, ayudarlo a entrar en razón, ayudarlo
a volver al camino correcto. Traerlo de vuelta a su lado.

Que Dios sea mi padre, significa que soy objeto de un amor infinito, de un perdón infinito, que Dios me mira con deseos
infinitos, de redimirme, de ayudarme a andar por el camino correcto, que su compasión y paciencia para conmigo no se
agotan.

Significa que no importa que haya hecho o cuanto me haya apartado de él, él me quiere de vuelta a casa y allí siempre
seré bienvenido.

La rebelión de Absalón termina con su muerte.

Quiero que notes la reacción de David cuando recibe la noticia de la muerte de su hijo:

¿Y está bien el joven Absalón? —preguntó el rey.

El cusita contestó:

—¡Que sufran como ese joven los enemigos de Su Majestad, y todos los que intentan hacerle mal!

Al oír esto, el rey se estremeció; y mientras subía al cuarto que está encima de la puerta, lloraba y decía:

«¡Ay, Absalón, hijo mío! ¡Hijo mío, Absalón, hijo mío! ¡Ojalá hubiera muerto yo en tu lugar! ¡Ay, Absalón, hijo mío, hijo
mío!»2 Samuel 18: 32 – 33

Quiero invitarte a que pienses por un momento. ¿Qué significa para Dios que nosotros tomemos la decisión de
perseverar en rebelión contra él?

Con ello, nos negamos a nosotros mismos la oportunidad de redención que él nos ofrece.

Si David lloró amargamente cuando su hijo rebelde perdió su vida, cuanto más Dios se conduele de ver cuando sus hijos
perseveran en caminos que los dirigen a perder la vida eterna.

Dios nos ofrece a diario el regalo de la gracia y el perdón, el regalo de la vida eterna por medio de su hijo Jesucristo, si
tan solo queremos aceptarlo.

David hubiera preferido morir en lugar de su hijo, pero no pudo hacerlo; sin embargo, Dios si dio su vida en nuestro lugar.

La paternidad de Dios y su amor infinito, son un tema ciertamente fascinante del que solo podemos tener ejemplos,
aunque hermosos, imperfectos en esta tierra. Sin embargo, comprenderemos y disfrutaremos la paternidad de Dios por
siempre en la eternidad.

Espero que estas palabras hayan sido de bendición para tu vida.


Beneficios de tener a Dios como nuestro padre

Alguien que conozco ejemplificó que los beneficios de tener a Dios como nuestro padre son similares a los de tener un
padre sabio, rico, amoroso, paciente y comprensivo; con todas las responsabilidades y bondades que eso trae.

Algunos de los beneficios son:

– Tener un padre conoce el futuro y nos ayuda a navegar en la vida, proveyendo todo lo que necesitamos.
– Un padre que nos da el apoyo emocional que tanto necesitamos.
– Tener un padre que desea lo mejor para nosotros, y si se lo permitimos, nos lo da.

– Tener a alguien en quien confiar y de quien depender ante cualquier problema o circunstancia difícil.

– Tener un consejero en quien se encuentra toda la sabiduría del universo para toar las mejores decisiones.

– Un padre que nos disciplina y nos enseña el mejor camino y las mejores maneras de actuar y vivir.

¿Y tú qué piensas? ¿Qué significa para ti que Dios sea tu padre? ¿Cuál es tu opinión o experiencia? Compártelo
en los comentarios.

La paternidad de Dios enriquecerá tu teología

1. Doctrina de la santificación: ¿Cómo la paternidad de Dios moldea y profundiza la doctrina de


la santificación? Considera lo que dice Hebreos 12:6-7: “porque el Señor al que ama, disciplina, y azota a
todo el que recibe por hijo. Es para vuestra corrección que sufrís; Dios os trata como a hijos; porque ¿qué hijo
hay a quien su padre no discipline?”.
2. Doctrina del Espíritu Santo: Cuando Pablo menciona al Espíritu Santo, usualmente lo hace en relación con
la doctrina de la relación filial entre Dios y el creyente. Romanos 8:15 dice: “Pues no habéis recibido un
espíritu de esclavitud para volver otra vez al temor, sino que habéis recibido un espíritu de adopción como
hijos, por el cual clamamos: ¡Abba, Padre!”. Y también, Gálatas 4:6 dice: “Y porque sois hijos, Dios ha
enviado el Espíritu de su Hijo a nuestros corazones, clamando: ¡Abba! ¡Padre!”.
3. Cristología: Es imposible entender la doctrinade Cristo o la doctrina de la Trinidad si no se entiende primero
la paternidad de Dios y el hecho de que Cristo es eternamente del Padre. Observa cómo Jesús lo
explica: “Salí del Padre y he venido al mundo; de nuevo, dejo el mundo y voy al Padre” (Jn. 16:28).
4. La doctrina de la oración: Considera cómo Jesús en el Nuevo Testamento revoluciona la doctrina de la
oración. No solamente por medio de su ejemplo personal, pero como parte de su enseñanza
explícita, Jesús dijo: “Cuando oréis, decid: Padre…” y luego sigue enseñando esta conexión la entre oración y
nuestra relación filial cuando dice: “si vosotros siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos,
¿cuánto más vuestro Padre celestial dará el Espíritu Santo a los que se lo pidan?” (Lc. 11:2, 13).
5. Eclesiología: La doctrina de la iglesia cobra una nueva profundidad a la luz de la paternidad de Dios. Las
implicaciones son masivas. Nosotros somos realmente hermanos y tenemos un solo Padre. Nos amamos
unos a otros no solo porque es un mandato, perotambién porque naturalmente todo el que es nacido de Dios
ama a su hermano (1 Jn. 4:20-21). Si naturalmente no amas a tus hermanos, probablemente se deba a que
no eres un verdadero hijo de Dios, porque los hijos de Dios están verdaderamente unidos en amor por medio
de un nuevo nacimiento.
6. Ética cristiana: Nuestra relación filial con Dios nos provee profundidad teológica y nos da una
clara guía para la resolución de dilemas éticos. Observa como Pablo conecta ambas doctrinas al decir: “Sed,
pues, imitadores de Dios, como hijos amados” (Ef. 5:1). En toda circunstancia debemos actuar como
verdaderos hijos del Padre celestial.

Afirmo nuestra pasión por la soberanía de Dios, celebro nuestro asombro ante la santidad de Dios, pero al mismo tiempo,

te aliento a sumergirte en la imprescindible doctrina de la paternidad de Dios. Comencemos hoy y cosechemos frutos

espirituales en abundancia.

¿Qué es la paternidad?

 Es el estado continuo de ser un padre.


 Cuando decimos padre, significa que hay una relación establecida para determinar la identidad del niño. 

Sobre la paternidad:

 Debe haber una progresión en la paternidad. Estar en un estado continuo de ser el protector, el que provee, el
que instruye a lo largo de la vida del niño.
 Sin una relación el niño no puede reclamar los derechos del padre.
 El padre es quien le dá al niño su identidad, no la madre. 

Dios y la paternidad:

 La revelación de Dios en el Antiguo Testamento era sólo la de Creador, pero no la de Padre.


 La revelación de Dios como Padre vino en el Nuevo Testamento.
 Jesús tenía una relación directa con Dios como Hijo. Hoy en día, a través de Jesús, nosotros también podemos
tener una relación con Dios como nuestro Padre Celestial.
 Cada padre está diseñado por Dios para duplicar la paternidad de Dios. La máxima expresión de la paternidad es
Dios mismo.
 Cuando Jesús vino Él tenía una teología relacional, no doctrinal. Jesús no hacía oraciones doctrinales. Para
tener una relación con el Padre Celestial usted necesita tener la revelación de la paternidad de Dios, si no, usted
no puede entender la paternidad del hombre.

 Responsabilidades del padre:

 Él es el protector y el proveedor para sus hijos.


 Él establece o forma a los niños. “¿Así pagáis a Jehová, Pueblo loco e ignorante? ¿No es él tu padre que te
creó? El te hizo y te estableció” – Deuteronomio 32:6
 Él instruye.
 Él establece su destino.
 Es un seguidor de Cristo: “Sed imitadores de mí, así como yo de Cristo” – 1 Corintios 11:1
 Es un ejemplo de lo que dice.
 Es un ejemplo de fe.
 Es la autoridad moral.
 Cuando el tiempo es correcto, el padre tendrá que permitir que sus hijos se vayan para que puedan crecer solos,
y pueda reflejarse su verdadero carácter.

 El rol de los hijos:

 Como hijos e hijas es nuestra responsabilidad honrar al padre. La honra es la moneda de intercambio entre los
hijos y sus padres. Donde no hay honra la bendición es limitada. Igualmente, el alcance de su influencia en su
vida está ligado a la honra.

“Porque, aunque tengáis diez mil ayos en Cristo, no tendréis muchos padres; pues en Cristo Jesús yo os engendré por
medio del evangelio.” – 1 Corintios 4:15
ANTES DE COMENZAR
Idea principal: El vacío existencial de todos los seres humanos solo puede ser llenado por una sana y plena paternidad
de Dios.

Objetivos:
— Entender la importancia de la relación con Dios Padre.
— Anhelar una relación íntima con el Padre a través del Hijo y del Espíritu Santo.
— Adoptar a Dios como nuestro Padre, en respuesta a su amor por el cual nos adoptó para ser sus hijos.
APERTURA
¿En qué piensas cuando escuchas la palabra «paternidad»? ¿La asocias con una persona en particular, o con
determinadas cualidades? ¿Tiene esta palabra una connotación positiva o negativa para ti?
 
Es posible que algunos participantes se remitan a situaciones difíciles o traumáticas. Muéstrate dispuesto a escuchar. Si
fuera necesario, ora por alguna circunstancia en particular.
 
«En el último análisis de todas las problemáticas humanas, cuando se van corriendo las cortinas de los síntomas y se
busca en profundidad la cuestión de fondo, uno siempre encuentra un problema de paternidad».
REPASO Y ESTUDIO
Al comienzo del video, Carlos dice que el cristianismo proclama una fe trinitaria: Dios Padre, Dios Hijo y Dios Espíritu
Santo. Sin embargo, la mayoría de las iglesias evangélicas enfatizan casi exclusivamente la persona de Cristo, y las
confesiones pentecostales carismáticas resaltan al Espíritu Santo. ¿Con qué grupo de creyentes te sientes más
identificado? ¿Cuál es tu relación con el Padre celestial?
 
¿ el olvido práctico de una relación personal con Dios no es un problema meramente teológico, sino una
carencia grave en la vida del creyente? ¿Por qué?
 
Gran cantidad de personas no pueden reconocer que su problema de fondo está relacionado con su vacío existencial.
«Aun quienes se dedican a ayudar a las personas, sea con terapias espirituales o psicológicas, suelen atacar
sintomatologías intermedias o finales, y no la causa, que no es otra que un problema de paternidad».
 
Carlos menciona diversos conflictos y problemáticas: adicciones, crisis matrimoniales, identidad sexual, ambición de
riquezas, perfeccionismo, violencia doméstica, entre otros. ¿Qué necesidades crees que quedan sin suplir cuando el
modelo paterno de una persona es enfermizo? (Seguridad, cariño, dirección, estímulo, etc.).
 
¿Piensas que todas las personas viven en una constante búsqueda por satisfacer sus necesidades?
¿Establecerías alguna diferencia entre la búsqueda del creyente y la del no creyente?
 
¿Crees que las personas tienden a desarrollar su relación con Dios Padre sobre la base de su propio modelo de
relación paterno-filial? ¿Cuál ha sido tu experiencia al respecto?
 
Tu aporte sobre alguna situación personal puede ser un disparador para la charla. El tema en cuestión podría despertar
recuerdos dolorosos o tristes; así que sé muy respetuoso tanto de los comentarios como de los silencios de los
participantes.
 
Carlos explica que «cuando tiramos de la soga para ir a la causa primera, nos encontraremos con ese vacío que
únicamente puede llenar la paternidad de Dios no solo desde una perspectiva psico-emocional, sino primeramente
espiritual».
 
Lee Génesis 3.7-10. ¿Qué efectos produjo la decisión de Adán y Eva al desobedecer a su Padre creador? (La
vergüenza, v. 7; la separación de Dios, v. 8; la culpa, v. 10). ¿Qué consecuencia acarreó la decisión de ellos sobre
nosotros? (La separación eterna de Dios).
 
Lee Juan 14.6. ¿Qué señala la declaración de Cristo en cuanto a tu separación de Dios por causa del pecado?
¿Por qué Jesús es el único camino al Padre?
 
¿De qué maneras has conocido a Cristo como tu camino? (Único sendero que, a pesar de mi pecado, me ha
reconciliado con el padre). ¿Como tu verdad? (Único conocimiento que me permite recibir la revelación de Dios y la
iluminación del Espíritu Santo). ¿Como tu vida? (Único poder que me redimió de mis pecados, para vivir para Dios tanto
ahora como por la eternidad).
 
«La paternidad de Dios no solo es la necesidad básica de todo ser humano, sino que es el núcleo del evangelio».
 
Según 1 Pedro 3.18, ¿para qué vino Cristo? («Para llevarnos a Dios»). ¿Por qué esto es la esencia del evangelio?
(Porque podemos experimentar la plena y duradera felicidad de disfrutar la gloria de Dios). ¿Cómo aplicas esta buena
noticia a tu vida cotidiana?
 
Repasa la definición de abba: palabra aramea que significa 'padre', una expresión de intimidad y confianza con el Padre.
Jesús oró a Dios en la cruz usando este término (Mr 14.36).
 
Según Romanos 5.5, ¿cómo se ha manifestado el amor de Dios en nosotros? («En que nos ha dado el Espíritu
Santo para llenar nuestro corazón con su amor»).
 
Lee Gálatas 4.6. ¿Por qué Dios nos ha dado el Espíritu de su Hijo? (Porque ya somos hijos de Dios).
 
Lee Romanos 8.15. ¿Cómo diferenciarías el «espíritu de esclavitud» del «espíritu de adopción»? (El primero se
refiere al pecado que domina a las personas y las esclaviza. El segundo, mediante el Espíritu, autentifica al creyente su
condición de hijo de Dios. El Espíritu Santo es el medio para nuestra adopción a la familia de Dios).
 
Carlos señala que «la razón de ser de la entrega de Jesucristo a nuestro favor y el propósito de la presencia del Espíritu
Santo en nuestras vidas permanece oculto para la mayoría de los creyentes». ¿Eres esclavo del miedo en algún
aspecto de tu vida? ¿En qué personas o circunstancias reposan tu sentido de aprobación, tu seguridad y tu
necesidad de amor incondicional?
 
Lee Juan 1.12-13. ¿Quiénes no pueden llegar a ser hijos de Dios? ¿Quién te ha dado a ti el derecho de serlo? ¿En
qué medida lo has adoptado a él como tu Padre?
 
Cuando eres consciente de que Dios es tu Padre, ¿qué garantías tiene tu vida? (Por el Espíritu, la libre entrada en
oración al Padre, la seguridad respecto de la condición de hijo de Dios y, por ende, de la salvación).

La serie Paternidad de Dios podría ser el primer paso para poner fin a tu orfandad espiritual. El Padre de nuestro Señor
Jesucristo ya te adoptó como su hijo. Él está esperando no solo que lo adoptes como tu Padre de manera conceptual,
sino también vivencial. Esto llenará tu corazón de plenitud, te sanará de las heridas del pasado y te impartirá seguridad
sobre el futuro que Dios tiene para ti.
APLICACIÓN
— Lee las siguientes bendiciones para los hijos de Dios, otorgadas por la acción del Espíritu Santo, que nos propone
Carlos: plena relación, profunda intimidad, perfecta aprobación, absoluta protección, segura provisión, rica comunicación
y completa valoración. Considera cuáles de estas bendiciones no estás disfrutando. Dirígete a Dios cada día, diciendo:
«¡Abba, Padre!». Pídele que él la añada abundantemente a tu vida.
 
— Transcribir el texto de Juan 14.6 en una ficha. Memorízalo. Agradece a Cristo por su obra en la cruz, que hizo posible
tu reconciliación con Dios. Señala a otros, esta semana, el Camino al Padre.
 
— Examina si el «padre de mentira» se ha presentado delante de ti como un padre alternativo. ¿Has sido seducido por él
mediante la estopa de cosas, de logros, de relaciones para llenar tu vacío existencial? Si es así, tu hambre de paternidad
siempre estará insatisfecha. Abrázate a Cristo. Decide dar pasos, lentos pero firmes, para que Dios Padre sacie tu
necesidad más básica.
UN PASO MÁS
Apunta brevemente tus expectativas respecto de esta serie. Encomiéndate al Padre, para que por medio de su Espíritu
puedas experimentar su poderosa presencia y su guía a lo largo de estas semanas. Sométete bajo su autoridad. Permite
que el Espíritu te conduzca al seno del Padre, para tu completa restauración y plenitud.
Capítulo 2: La barrera está levantada

ANTES DE COMENZAR
Idea principal: El hambre espiritual solo puede ser satisfecha por el amor del Padre celestial.

Objetivos:
— Comprender la imposibilidad de saciar el hambre espiritual por medios humanos.
— Ser conscientes de que una carencia personal puede transformarse en el dios que gobierna aun la vida del creyente.
— Actuar cada día según el «espíritu de adopción» que nos lleva al Padre, en la confianza de que el acceso a él fue
ganado para nosotros en Cristo.
APERTURA
Busca el título de un artículo, de un eslogan, de una fotografía o de cualquier propaganda que impacte
directamente sobre alguna necesidad o deseo personal.
 
Para el desarrollo de esta consigna, tú puedes proveer revistas a los participantes, o cada uno puede acceder a la
búsqueda mediante internet.
 
¿Qué representa ese título, ese anuncio o esa imagen para ti?
 
¿De qué manera ha impactado sobre tu estado de ánimo, sobre tus sueños, sobre tus proyectos? ¿Consideras
que el estímulo que has recibido visualmente podría satisfacer alguna carencia física, emocional o intelectual?
¿Por qué?
 
«Cuando el vacío que tenemos es nuestro dios, vivimos gobernados por la carencia; por ende, siempre estaremos
insatisfechos. Solo una relación con Dios como Padre puede resolver nuestra hambre más profunda».
REPASO Y ESTUDIO
Al principio del video, Carlos dice que «todos los seres humanos tenemos hambre de sentirnos plenos, amados, seguros
y aprobados».
 
Lee Eclesiastés 1.3-8. ¿Qué manifiestan estos versículos sobre nuestra incapacidad de encontrar significado o
satisfacción en las cosas creadas? (El sentido temporal y provisorio de la humanidad: los fenómenos naturales
cumplen un ciclo sencillo y recurrente y las generaciones se suceden unas tras otras. Nuestras palabras no pueden
explicar adecuadamente el mundo ni afectarlo).
 
¿Por qué tus oídos siempre quieren oír más? Por más maravilloso que sea lo que ven tus ojos, ¿por qué nada
logra satisfacerte por completo?
 
Lee Eclesiastés 3.11. En este texto, el Predicador revela la clave para entender por qué las cosas temporales no
pueden darnos satisfacción definitiva. ¿Cuál es? (Dios puso eternidad en nuestro corazón).
 
Aunque cada persona es mortal debajo del sol, vivirá en algún lugar para siempre. En función de esto, ¿cuál
debería ser la esencia de la cosmovisión cristiana? (Vivir el presente con la vista en la eternidad). 
 
¿Alguna vez has intentado saciar tu necesidad espiritual fuera de Dios? ¿Cuáles fueron los resultados?
 
Conversen sobre los intentos inútiles de satisfacer el hambre espiritual, poniendo nuestra confianza en la pareja o en la
religión. Observen, en el primer caso, la pretensión de que un ser humano sea Dios; en el segundo, la creencia de que
por medio de una vida religiosa podemos «controlar a Dios» para que él obre a nuestro favor. Involúcrate en el diálogo a
través de tus propias vivencias.
 
A pesar de nuestra insignificancia en comparación con la creación, ¿qué hace Dios por nosotros de acuerdo con
el Salmo 8.3-4? (Piensa en simples mortales y se ocupa de ellos, ¡cuánto más hará por sus hijos adoptados en Cristo!).
 
Carlos explica que muchos creyentes siguen con hambre espiritual porque no han experimentado la paternidad de Dios.
El amor que produce confianza también destierra temores.
 
Lee 1 Juan 4.17-18. ¿A qué temor se refiere el apóstol en el versículo 17? (Al castigo eterno). ¿De qué manera el
perfecto amor echa fuera el temor? (Confiando en Dios: este es un indicativo del amor maduro).
 
A medida que te vas afirmando sobre el amor del Padre, ¿cómo enfrentas tus temores cuando fijas tus ojos en
Cristo?
 
Por cristiano que seas, si no experimentas una relación profunda con Dios, él no es tu Señor. Carlos afirma que «la
carencia se convertirá en tu dios. ¡Sí, en tu dios!». Aunque no sean malos en sí mismos, ¿qué placeres o deseo por
otras cosas pueden convertirse en un mortífero sustituto de Dios? (Por ejemplo, la buena comida, el café, la
jardinería, la lectura, la decoración, los viajes, las inversiones, ver la tele, navegar por internet, ir de compras, hacer
deporte, etc.). ¿Qué apetito dirige el curso de tu vida?
 
En el video, Carlos relata una escena de la vida cotidiana. ¿Con qué comparó la barrera del ferrocarril? (Con nuestros
pecados). ¿Quién logró «levantar la barrera» que te separa de Dios? (Cristo).
 
¿Qué dicen estos pasajes sobre la obra de Cristo a tu favor?
 
Primera Corintios 15.3 (Cristo murió por mis pecados).
Filipenses 3.9 (Por la fe en Cristo, no por mi propia justicia, Dios me declara justo).
Romanos 8.34 (Jesús intercede ante el Padre por mí).
Romanos 8.1 (Por Cristo, Dios me ha hecho libre de toda condenación).
Romanos 6.23 (Por medio de Cristo, Dios me regala la vida eterna).
 
Lee Romanos 8.38-39. ¿Qué experiencias y personas no pueden separar al creyente del amor de Dios en Cristo?
¿Crees que todavía tienes razones para dudar de su amor incondicional? ¿Cómo has experimentado esta
promesa en tu vida?
 
Lee Hebreos 10.22. ¿Qué implica acercarnos a Dios «con corazón sincero y «en plena certidumbre de fe»? (Con
un corazón purificado por la obra de Cristo; con plena confianza en Dios, es decir, con un corazón creyente que está
sometido a él).
 
¿Entras directamente a la presencia de Dios cada día de esta manera? Si tu respuesta es sí, ¿cómo podrías
alentar a otros creyentes a hacer lo mismo? Si tu respuesta es no, ¿qué pasos deberías dar para disfrutar esta
íntima comunión con Dios?
 
Carlos concluye la sesión, diciendo: «El acceso está abierto, la barrera fue levantada. No te quedes como si la barrera
aún existiera».
APLICACIÓN
— Considera cuál es la verdadera motivación que dirige tu vida. ¿Buscas solo el bienestar de tu alma? Recuerda que
«cuando Dios sea el deseo supremo de tu corazón, él será supremo en todas las cosas» (John Piper). Medita en el texto
de Salmos 73.25-26. Reclámalo para tu vida esta semana.
 
— Agradece a Dios por su amor infinito e incondicional por ti cada mañana. Lee Isaías 61.10. Regocíjate en su amor.
¿Qué harías por amor a él? Observa lo que estuvo dispuesto a hacer el apóstol Pablo, según Filipenses 3.8. Reconoce
qué cosas deberías perder «a fin de ganar a Cristo». Decide que las abandonarás mediante la obra del Espíritu en ti.
 
— Identifica cuál es tu temor: una enfermedad, una pérdida, alguna dificultad, algún desafío, no dar con la medida de lo
esperado, no ser amado, etc. Escríbelo. Esta semana, busca pasajes bíblicos que te afirmen sobre los atributos y la
inmutabilidad de Dios. Apúntalos a continuación del temor que has descrito. Proclama en alta voz estas verdades
espirituales. Pide al Señor que te ayude a experimentar plenamente el perfecto amor de Dios.
UN PASO MÁS
Si tienes conciencia de paternidad, la vives cada día y te relacionas con Dios, dejarás de ser carencia y llegarás a ser
respuesta para los demás. Esta semana, sé la voz, las manos o los pies que reflejen el amor de Dios a alguna persona.
Capítulo 3: Test de paternidad

ANTES DE COMENZAR
Idea principal: La verdadera paternidad del creyente es de Dios, quien predestinó en amor a los suyos para adoptarlos
por medio de Jesucristo.

Objetivos:
— Contrastar el posible rechazo de nuestros padres biológicos con el amor de nuestro Padre celestial.
— Conocer los tres elementos vitales de nuestra génesis en Dios.
— Vivir en la certeza de que fuimos creados como un objeto especial del amor de Dios.
APERTURA
Visualiza mentalmente a tu familia de origen. Elige una palabra para calificarla (por ejemplo, sana, alegre,
disfuncional, infeliz, etc.). ¿Qué sentimiento produce en ti tal declaración?
 
¿Cómo reaccionarías si tu paternidad fuera puesta en duda? ¿O si confirmas que por alguna razón tu nacimiento
no fue deseado?
 
Presta atención a los comentarios de los participantes. Evita ahondar en conversaciones que resulten dolorosas, pero
muéstrate sensible ante necesidades específicas. Pide al Señor que su Espíritu guíe este tiempo de encuentro.
 
En esta sesión, Carlos nos invita a hacer un test de paternidad. El examen de ADN arrojará un resultado explosivo, pues
nos revelará nuestra verdadera paternidad. Esta será la fuerza determinante de nuestra vida.
REPASO Y ESTUDIO
¿Alguna vez sentiste rechazo por parte de tu padre o de tu madre? Tras el paso de los años, ¿te confirmaron
ellos que tu sentimiento no era equivocado?
 
Si esta fue tu experiencia, ¿qué implicancias tuvieron tales palabras sobre ti hasta hoy?
 
«Eres fruto de un accidente» o «No deseamos tenerte» o «Naciste por una casualidad» o «Te quisimos abortar» son
frases lacerantes para todo ser humano. Estas van minando toda estima y valía, hasta el extremo de que la persona no
le encuentra sentido a la vida.
 
En el video, Carlos explica algunas consecuencias del desamor. Podemos estar tatuados emocionalmente con el
«estigma del rechazo» desde nuestra infancia, o estar convencidos de que «todas me pasan a mí», o vivir
esperando «un golpe de suerte». Si alguno de estos fuera tu caso, ¿qué perspectivas tendrías para tu futuro?
¿Qué harías para no caer en el fatalismo o en la resignación?
 
Conversen sobre los posibles efectos: rechazo inconsciente hacia las demás personas, desprecio por uno mismo
(abandono de la imagen o de la salud), victimización constante, ausencia de determinación frente a la vida, etc.
 
«Pero ¿qué pasaría contigo si el día de tu nacimiento fuera la fecha de tu cumpleaños encarnacional, pero no el de tu
verdadero origen?».
 
Lee Efesios 1.4-5. Según la explicación de Carlos, este pasaje nos habla de tres elementos de nuestra verdadera
génesis. Enúncialos.
 
Momento (v.4: «Desde antes de la fundación del mundo»).
Sujeto (v.5: «Dios nos escogió en Cristo»).
Motivación (vv.4-5: «Por su amor, nos había destinado a ser adoptados como hijos suyos»).
 
Ten presente que predestinar es 'planear de antemano un destino'. Los elegidos por Dios son predestinados para la
adopción (Ef 1.5), para una herencia (1.11) y para ser conformados a la imagen de Cristo (Ro 8.28-29).
 
La Biblia nos afirma sobre el primer elemento de nuestro verdadero origen: el momento. Porque mucho antes de que
fueras concebido por tus progenitores, fuiste diseñado en la mente de Dios.
 
Lee Salmos 139.15-16. Según el versículo 15, ¿quién determinó tu color de piel y de ojos, tus cabellos y tu
estatura, y hasta lo singular de tu personalidad? Según el 16, ¿quién decidió cuándo habrías de nacer y cuánto
has de vivir?
 
Aun tu raza y tu nacionalidad no son un accidente. Lee Hechos 17.26. ¿Qué ha planificado Dios desde el comienzo
de la creación también para ti? (El tiempo y el lugar en que debo vivir).
 
¿Coincide con Carlos en que este nuevo dato sobre tu origen «milenario» puede cambiar tu futuro? ¿Por qué?
 
Carlos señala el segundo elemento vital de nuestra génesis: el Sujeto.
 
Lee los siguientes pasajes. ¿Qué características descubres del Padre que te diseñó?
 
1 Juan 4.8 (Dios es amor).
Isaías 44.2 (Dios me formó desde antes de nacer y me ayuda).
Salmos 138.8 (Dios tiene amor eterno, y él completará lo que comenzó en mí).
Isaías 46.3-4 (Dios me ha cargado en sus brazos desde antes de nacer y lo hará hasta que tenga canas. Él no cambiará.
Me sostendrá, me salvará).
Salmos 27.10 (Dios se hace cargo de mí aunque mi padre y mi madre me abandonen).

Nuestros padres biológicos no son el Sujeto de la acción creadora de nuestra vida. ¿Por qué este conocimiento es tan
liberador? (Porque ellos no son nuestro verdadero origen). ¿Cuál de las verdades bíblicas que has descubierto en el
párrafo anterior debilita por completo la fuerza determinante que ha tenido tu paternidad biológica?
 
Finalmente, Carlos nos plantea el tercer elemento de nuestro origen: la motivación. Como estudiamos
anteriormente, Dios nos creó por su amor, habiéndonos destinado a ser adoptados como hijos suyos (Ef 1.4-5). Lee
Santiago 1.18. ¿Qué permitió que llegáramos a ser la valiosa posesión de Dios? (Por su voluntad, Dios nos dio vida
espiritual por medio de su palabra).
 
Lee Romanos 5.8. ¿De qué manera Dios mostró el gran amor que nos tiene?
 
Conociendo que el verdadero Creador de tu vida deseó tenerte, ¿qué pensamientos deberías tener de ti mismo?
¿Qué sentimientos o actitudes debes rechazar para llegar a confiar plenamente en el designio de Dios para ti?
 
«No eres el fruto de una casualidad, sino de una maravillosa decisión de Dios. De ahora en más, el resto de tu vida
estará marcado por el signo inicial: el amor del Padre».
APLICACIÓN
— Memoriza Efesios 1.5. Medita en este breve pero poderoso texto cada día de la semana. Bendice a Dios por el amor
que te tiene desde antes de crear el mundo. Pídele que te ayude a vivir en continua alabanza por la abundante gracia
que derramó sobre ti.
 
— Revisa en tu interior si algún mandato de tu padre o de tu madre fue una fuerza determinante que te ha condicionado
hasta este día. Mientras le pides dirección y auxilio al Señor, abandona todo estigma de rechazo. Disponte a pensar de ti
mismo según lo que Dios dice de ti. Mantente firme en el Señor y en el poder de su fuerza (Ef 6.10). 
 
— Escribe el título «Porque Dios me ama...» en el extremo superior de una hoja. Detalla, a continuación, algunas
maneras en que tu Padre te contempla o te trata. Por ejemplo, no me abandonará jamás (Jos 1.5), no lleva la cuenta de
mis pecados (Is 43.25), hace que todas las cosas ayuden para mi bien (Ro 8.28), me disciplina (Heb 12.6), etc. Lee estas
verdades cada mañana y cada noche. Evalúa cómo vas creciendo en dependencia de su amor.
UN PASO MÁS
Piensa en alguna persona de tu entorno que esté lidiando con sentimientos de orfandad o abandono. Intercede por su
vida. Busca diversas oportunidades para estar cerca. Compártele las maravillosas verdades bíblicas del amor de Dios
que has aprendido en este estudio.
Capítulo 4: Padre, Papá, y Papito

ANTES DE COMENZAR
Idea principal: La paternidad de Dios es perfecta, pues atiende todas las necesidades de sus hijos adoptivos: les imparte
autoridad, les brinda valoración y reconocimiento sanos, y los cubre con su amor tierno.

Objetivos:
— Comprender que Dios nos diseñó en amor antes de la fundación del mundo, y en el tiempo indicado hizo que
fuésemos concebidos en el mundo natural.
— Distinguir en qué aspecto de nuestra relación con Dios debemos crecer, es decir, como Padre, como Papá o como
Papito.
— Afianzar cada día al Padre como nuestra referencia de vida.
APERTURA
¿Cuál creen que es la herida primaria de un niño que ha sufrido la separación de sus padres biológicos? ¿Qué
proceso interno deberá afrontar si él es adoptado?
 
Consideren la experiencia primera del abandono y sus consecuencias. Hablen de la necesidad vital del niño de
reconstruir su identidad. Al principio, él se preguntará: «¿De quién soy hijo?». A medida que los padres biológicos dejen
de ser su referencia de vida, el niño establecerá lazos con el nuevo vínculo familiar. Estos debilitarán sus sentimientos de
orfandad y de abandono.
 
¿Qué cambio radical debe producirse en tu interior sabiendo que Dios es tu verdadero Padre?
 
«Antes de crear todas las cosas, Dios pensó en ti en amor».
REPASO Y ESTUDIO
Lee Efesios 1.3. ¿Cómo son las bendiciones que Dios nos ha dado? (Espirituales). ¿De qué lugar proceden? (Del
cielo). ¿Quién ha hecho posible que recibamos semejantes bendiciones? (Cristo). ¿Qué palabras o acciones
surgen de ti inmediatamente después de conocer estas verdades?
 
«Dios te diseñó en el pasado en el mundo espiritual. Luego, en el tiempo establecido, él determinó que tu padre y tu
madre te concibieran en el mundo natural».
 
¡Tienes vida porque Dios quiso crearte! Lee Salmos 138.8. ¿Para qué te trajo Dios a este mundo? (Para llevar a cabo
los planes que tiene para tu vida).
 
Ten en cuenta que es «su» propósito el que se cumplirá. ¿Cómo puedes evidenciar que estás alineado con los
propósitos de Dios y no con tus proyectos personales? ¿Qué rasgos distintivos manifiestan que vives en
función de los planes de Dios?
 
En el video, Carlos nos conduce al ejemplo de Jesús niño. Lee Lucas 2.49-51. ¿Qué revela el versículo 49 sobre la
identidad y la misión de Jesús? El versículo 51 dice que Jesús regresó con sus padres a Nazaret, y «estaba
sujeto a ellos». ¿Por qué crees que Lucas añade este dato? (Porque la relación con su Padre no abolía el deber de
Jesús para con sus padres terrenales. Su obediencia al quinto mandamiento (Éx 20.12) fue parte de su obediencia
perfecta a la ley que él mantuvo para nuestro beneficio).
 
¿Qué consecuencia tuvo en la vida de Jesús su relación única con Dios? ¿De qué modo se aplica esta verdad a
ti como hijo de Dios? (ver Juan 14.31).
 
Carlos dice que «todos necesitamos un padre, un papá y un papito».
 
Repasa brevemente las características del padre terrenal que menciona Carlos: el padre es la figura de autoridad y
provisión; el papá es quien brinda estima y aprobación; el papito es quien expresa sanamente el amor físico, por medio
de actividades lúdicas y recreativas.
 
Del mismo modo, el hijo de Dios necesita al Padre celestial, al Papá y al Papito. Veamos, primero, que en Dios tienes un
Padre.
 
Jesús nos dejó un modelo de oración. Lee Mateo 6.9. ¿A quién debes dirigir tus oraciones? (Al Padre). ¿Qué te
comunica la fórmula inicial: «Padre nuestro»? (Denota la autoridad, calidez e intimidad del cuidado de Dios). ¿Qué te
sugiere «en los cielos»? (Nos recuerda que Dios gobierna soberanamente sobre todas las cosas desde su morada).
 
¿Cuál debe ser tu primer enfoque al acercarte al Padre? (Santificar el nombre de Dios, es decir, tratarlo con el más
alto honor porque él es santo). ¿Qué lugar de autoridad le has asignado al Padre sobre los asuntos de tu andar
diario?
 
¿Qué características descubres de Dios Padre en los siguientes pasajes?
 
Salmos 32.8 (Da dirección a la vida: me enseña el camino en que debo andar).
Filipenses 4.19 (Es proveedor: suple todas mis necesidades).
Hebreos 12.5-6 (Imparte disciplina: me reprende porque me ama).
Mateo 6.13 (Es protector: me libra del mal).
 
Aunque no tuvieras un padre que respaldara su paternidad con una autoridad amorosa, ¿en qué momento crítico
de la vida pudiste experimentar la perfecta paternidad de Dios?
 
Comparte una experiencia de tu vida o de algún otro creyente con el grupo. Esto podría ser tanto una bendición como un
estímulo para aprender a confiar en el Padre.
 
Carlos menciona que en Dios también tienes un Papá, que te da valoración y te revela quién eres.
 
Lee Gálatas 2.20. ¿Por qué el Padre te mira con complacencia? (Porque Cristo vive en mí). Aun siendo una
«persona crucificada», ¿cómo es posible que obtengas la fuerza para seguir viviendo? (Porque vivo en la fe del
Hijo de Dios).
 
Lee Colosenses 2.10. ¿Por qué no es necesario que sigas mendigando un poco de aprobación y valoración
humanas?(Porque en Cristo estamos completos). ¿Crees que hay algún recurso celestial que no esté disponible
para el creyente? ¿Por qué?
 
Por último, Carlos agrega que también tienes un Papito. Porque has recibido el Espíritu de Dios cuando él te adoptó
como su propio hijo, ahora puedes llamarlo: Abba, es decir, Papito (Ro 8.15).
 
Lee Sofonías 3.17. ¿Cómo describirías el amor de Dios según este texto? (Dios no se deleita en sus hijos de una
manera fría y distante, sino con una celebración desbordante de alegría. Por amor guardará silencio, como una madre
arrobada que contempla a su hijo en el cual se complace).
 
¿Qué palabra usarías para definir el amor de Dios por ti? (Por ejemplo, gracia, entrega, salvación, etc.). ¿De qué
maneras reflejas el amor de Dios a los demás?
 
«Mientras tus padres biológicos sigan siendo tu referencia de vida, seguirás sintiéndote huérfano y abandonado. Por eso,
es preciso que cambies de referencia». Si no lo has hecho aún, ¡adopta hoy mismo a Dios como tu Padre!
APLICACIÓN
— Alaba a Dios cada mañana por el gran amor con que te amó. Porque te pensó en la eternidad pasada, y te colocó en
la tierra en su tiempo establecido, y se hizo cargo de ti siempre, y te dio la salvación, y te llevará de regreso con él.
¿Cuántos motivos más tienes? ¡No te canses de bendecir a tu amado Padre celestial!
 
— Busca los siguientes pasajes de la Biblia: Efesios 1.3, Isaías 43.1, Efesios 1.4, Romanos 8.38-39, Efesios 1.6, Juan
8.31-32, Efesios 2.4. Anota, al menos, siete regalos que Dios te ha hecho en Cristo. Menciona cada verdad que has
descubierto. Predícale cada una de ellas a tu alma; por ejemplo, «Yo soy amado por Dios». Repítelas cada día de esta
semana. Afírmate sobre el «espíritu de adopción» que te conduce a la verdadera libertad.
 
— Decide vivir de acuerdo con «sus» propósitos, no para «tus» propósitos: deléitate en Dios cada día, guarda su
palabra, comparte el evangelio de Cristo, da al necesitado, ayuda a tu hermano en la fe. Pídele al Padre que te haga un
reflejo de su amor.

UN PASO MÁS
Ora a Dios por tus padres durante esta semana. Proponte bendecirlos de una manera concreta. Acuerda una cita. Si
ellos aún no han experimentado el amor de Dios, predícales a Cristo. Si ellos son hijos del Padre igual que tú,
compárteles lo que estás aprendiendo en este estudio.

Capítulo 5: Temor y paternidad

ANTES DE COMENZAR
Idea principal: El temor deriva de nuestra separación del Padre, la cual siempre nos genera sentimientos de soledad.

Objetivos:                                                                                                           
— Reconocer el origen bíblico de todos los temores.
— Enfrentar las ansiedades y los temores sabiendo que tenemos un Padre celestial que es omnisciente, omnipresente y
omnipotente.
— Cultivar diariamente una relación profunda e íntima con Dios como Padre para vencer el temor.
APERTURA
«¿Qué me está sucediendo?», se pregunta Helena. «¿Será que realmente soy una hija de Dios?». Ella ha caminado con
Cristo casi veinte años, pero a menudo ha caído en depresión. La sola idea de que no es cristiana la aterroriza. Quiere
amar a Dios, pero, en realidad, le teme. Se consume con pensamientos sobre el castigo y sobre cómo ha decepcionado
a Dios tantas veces. Sus depresiones van en aumento, y ha llegado a dudar de su salvación.
 
Helena cree en Jesús como su Salvador personal y es una miembro activa de su iglesia local. Su mayor ansiedad es que
Dios ya no extenderá su perdón para sus constantes debilidades diarias. ¿Cómo puede resolver Helena su situación?
¿Qué debería hacer?
 
«La ansiedad es un sentimiento que sobreviene cuando algún aspecto de nuestra vida está fuera de la paternidad de
Dios». 
REPASO Y ESTUDIO
Lee Génesis 3.1-10. ¿Cuál es la primera emoción dolorosa que se menciona en la Biblia? (El miedo, v. 10). ¿Por
qué sobrevino este sentimiento a Adán y a Eva? (Porque comieron el fruto prohibido por Dios, v. 6). ¿Qué nos dice el
pasaje sobre la razón del miedo de ellos? (El pecado quedó patente por su nuevo conocimiento del mal de la
desnudez. Ante el llamado de Dios, Adán respondió con el lenguaje del temor y de la tristeza, pero no con confesión).
 
«El pecado es la separación entre nosotros y Dios como Padre. Tal distanciamiento de la paternidad de Dios nos
produce miedo».
 
Desde una perspectiva psicológica, la ansiedad es un sentimiento de temor por tener la percepción de que va a
acontecer algo malo. Pero el pensamiento espiritual, aunque también es racional, incluye la dimensión de la fe.
 
Lee Salmos 77.1-4. Describe la situación que atravesaba Asaf. (Está encerrado en la melancolía de su angustia. No
tiene consuelo. Se queja delante de Dios. No puede dormir. Está quebrantado y sin hablar). ¿Qué hacía Asaf de día y
de noche? (Buscaba al Señor y oraba toda la noche).
 
¿Qué tiende a quitarte el sueño? ¿Cómo puedes hacer uso espiritual de esta oportunidad?
 
Lee Salmos 77.10-14. ¿Qué determinación tomó Asaf? (Comenzó a recordar los tiempos en que Dios empleaba su
poder para fortalecerlo y protegerlo. Meditó en las obras maravillosas de Dios para redimir a su pueblo). Si eres
creyente, tu historia personal también abunda en recursos para meditar en la misericordiosa providencia de Dios
y en su gracia. ¿Cómo puedes hacer uso de estas cosas para encontrar fuerza y consuelo?
 
En el video, Carlos explica que «la ansiedad siempre viene de la mano de la soledad; así que toda vez que nuestra alma
es tomada por un sentimiento de soledad, vamos a tener miedo y ansiedad».
 
Lee Juan 14.16-18. Según la promesa de Jesús, ¿qué Compañía le sería dada al creyente luego de su partida al
cielo? (El Espíritu de verdad). ¿Por cuánto tiempo? (Para siempre). ¿Por qué lo conocemos nosotros? (Porque
mora en el creyente).
 Relaciona el versículo 18 con Romanos 8.9. ¿Cuál es nuestra seguridad para saber que no estamos solos? (Jesús
prometió no dejarnos huérfanos. El Espíritu de Dios mora en los creyentes). ¿En qué ocasión fue palpable la
presencia de Dios contigo?
 
Si la ansiedad es recurrente, deberemos movilizarnos para saber cuál es el fundamento de nuestra vida. El miedo está
ligado a un concepto equivocado en nuestra mente.
 
Lee Isaías 41.10. ¿De qué puedes temer si el Señor te dice: «te sustentaré»? ¿Cómo necesitas aplicar estas
promesas hoy? ¿Cómo demuestra esto a los no creyentes lo bueno que es ser cristiano?
 
¿Alguna vez le entregaste tus deudas y tus bienes al Señor, por ejemplo, pero igualmente te asaltaron temores
asociados con la falta de dinero o con la pérdida del empleo? Aun siendo creyente, ¿por qué crees que
sobrevinieron las ansiedades?
 
Conversen sobre la falta de confianza en Dios frente a esta u otras situaciones difíciles de la vida. Enfatiza que cuando
nuestros ojos dejan de focalizarse en el Padre y en el Hijo, de inmediato somos llenos de inseguridad y de temor.
 
Carlos dice que «hay pensamientos muy enraizados, repetidos en nuestra infancia, que hacen que no podamos ver la
vida de otra manera». Por eso, en toda área de la vida donde predomina la fortaleza mental de ciertas ideas
preconcebidas, aparece el miedo.
 
Lee 2 Corintios 10.4-5. ¿De qué manera puedes hacerle frente a los pensamientos de temor que dominan tu
mente? ¿Por qué no serás defraudado?
 
¿Estás discipulando tu mente con los pensamientos de Dios? ¿Qué argumentos o especulaciones deberías
capturar para hacer que obedezcan a Cristo?
 
Quien teme, no ha sido perfeccionado en el amor del Padre; porque «el perfecto amor echa fuera el temor» (1 Jn 4.18).
 
¿Qué aspectos del amor de Dios encuentras en los siguientes pasajes? ¿Cuáles deberían ser tus respuestas al
Padre?
Salmo 28.7 (Dios es escudo y fortaleza, mi ayuda / Mi corazón debe confiar y gozarse en él, debo alabarlo).
Salmo 34.4 (Dios oye a sus hijos y los libra del temor / Yo debo buscarlo).
Salmo 42.11 (Dios es salvación para el alma abatida / Yo debo esperar en él).
Salmo 56.3-4, 9 (Dios está por mí / Yo debo confiar en él cuando temo, debo alabar su palabra).
2 Corintios 12.9 (Dios extiende su gracia constantemente / Mis flaquezas terrenales permitirán que el poder de Cristo
pueda actuar a través de mí).
 
Carlos finaliza animándonos a desarrollar una relación profunda e íntima con Dios. El contacto con el Padre alejará la
ansiedad. «Mas el que oyere, habitará confiadamente y vivirá tranquilo, sin temor del mal» (Proverbios 1.33).
APLICACIÓN
— Anota todos los temores que puedes tener. Observa cuál es el origen de ellos; por ejemplo, necesidad de protección,
de provisión, de aprobación, etc. Mientras comienzas a evaluar tus temores, pídele a Dios esta semana que te revele los
modos en que estás buscando seguridad. Lee Juan 14.27 y 2 Timoteo 1.7. Ora al Padre, para que él transforme tu mente
a fin de que él sea tu única seguridad. Confía cada día en su poder y en los recursos que él te ha dado para vencer el
temor.
 
— Reflexiona si tienes una inclinación o pasión vehemente hacia algo o hacia alguien: por ejemplo, una actividad, el
celular, una persona, un animal, alguna comida, alguna ropa, etc. Analiza cuál pudiera ser la causa de tu compulsión.
Decide que la ansiedad que se esconde tras ella será la oportunidad para volverte a Dios. Practica cada día el mandato
de 1 Pedro 5.7. Cree lo que Dios te promete en este texto. Trabaja en tu interior para que Dios sea la compulsión de tu
vida.
 
— Convierte noches de insomnio en oportunidades para la oración, para la meditación en las Escrituras y para la
intercesión vigorosa. Cristo buscó fervientemente a Dios a través de la oración cuando su alma estaba muy turbada (Mr
14.33-40). ¡Imita a tu Maestro!
UN PASO MÁS¿Qué responsabilidades estás descuidando por el temor? Para y piensa: «¿Está Dios en control de la
situación que estoy viviendo?». Si estás seguro de su presencia contigo, ¿cómo vencería el amor esos temores? ¿Qué
medidas tienes que tomar para vencer el mal con el bien? Sé específico sobre las tareas que debes realizar. Esfuérzate
esta semana por seguir tu objetivo.
 Capítulo 6: Adora al Padre y sé sano
ANTES DE COMENZAR
Idea principal: La adoración personal a Dios internaliza más y más su paternidad en nuestras vidas y sana nuestro
mundo interior.

Objetivos:
— Saber que todo hijo de Dios tiene acceso al trono celestial en todo momento.
— Descubrir nuestra necesidad de adorar a Dios: aunque es digno de recibir nuestra adoración, él no la necesita; en
cambio, nosotros sí necesitamos expresársela.
— Adorar diariamente a Dios, reconociendo sus atributos, tanto para profundizar nuestra relación paterno-filial como para
disfrutar toda bendición espiritual.
APERTURA
Cuando piensas en adoración, ¿cuál es la primera idea que viene a tu mente?
 
Muchos creyentes definen la adoración solo como el tiempo de alabanza que viven en sus iglesias. ¿Por qué
este es un concepto erróneo?
 
¿Qué crees que espera el Padre de tu adoración?
 
«La clave para internalizar más y más la paternidad de Dios en nuestra vida es la adoración personal y diaria».
VÍDEO
Reproduce el video del capítulo 6: Adora al Padre y sé sano (9 minutos).
REPASO Y ESTUDIO
Carlos inicia el video diciendo que «la raíz de todas las problemáticas humanas encuentra su origen en la carencia de
una paternidad sana. Ese vacío solo puede ser llenado por la paternidad de Dios». ¿De qué maneras intentas
internalizar cada vez más la paternidad de Dios en tu vida?
 
Solo mediante la adoración personal y diaria con Dios Padre es posible cultivar la relación paterno-filial que libera y sana.
 
Lee Juan 4.23-24. Jesús dijo que Dios busca adoradores. ¿Qué características tienen tales adoradores?
 
¿Qué tipo de actividad es la adoración? (Espiritual). ¿Qué Persona la faculta? (El Espíritu Santo que obra en el
creyente).
 
¿Qué quiere decir que tenemos que adorar «en espíritu y en verdad»? («En espíritu»: revela la actitud correcta del
corazón y de la mente al adorar; «en verdad»: de acuerdo con las Escrituras reveladas y centrada en Cristo).
 
¿Experimentas una adoración genuina y satisfactoria? ¿Cuánto tiempo del día Dios es tu pensamiento?
 
Carlos menciona que hay «una puerta abierta en el cielo», desde donde se oye una voz, diciéndote: «Sube acá». Dios
está sentado sobre el trono principal (Ap 4.1-2). ¿Estás llevando aquí en la tierra una vida cristiana de cielos
abiertos? Si no es así, ¿qué te impide hoy aceptar la invitación de Dios?
 
Lee Hebreos 12.22-24. ¿A qué lugar tienen acceso los hijos de Dios? (A la Jerusalén celestial, es decir, al
cielo). ¿Qué seres se enumeran en la escena celestial? (A incontables miles de ángeles, a la congregación de los
primogénitos de Dios, a Dios mismo, a los espíritus de los justos, a Jesús).
 
Lee Hebreos 10.19-20, 22. ¿Por qué podemos entrar a la presencia de Dios? ¿Has percibido alguna vez un fuerte
sentido de la presencia de Dios? ¿Puedes describirlo? ¿Qué factores contibuyeron para que esto sucediera?
 
Carlos explica que aunque Dios merece ser adorado, él no necesita nuestra adoración. Él la recibe y se goza, pero no la
necesita. Somos tú y yo los que necesitamos dársela, pues, al hacerlo, vamos internalizando cada día más nuestra
relación paterno-filial.
 
Lee Salmos 103.1-5. David le ordena a su alma que bendiga a Dios. ¿Qué bendiciones otorga Dios a sus
hijos? (Perdón, sanidad, protección, favores, provisión). ¿Estás gozando de ellas? ¿Adora tu alma al Señor por
tantos beneficios?
 Lee los versículos 13 y 17. ¿Qué tipo de Padre es Dios? (Uno que se compadece de sus hijos, y les mostrará
siempre su misericordia y su justicia). ¿En qué aspecto de tu vida has visto la compasión de Dios? ¿En qué ocasión
fuiste testigo de la misericordia o la justicia de Dios sobre los que le temen?
 
El Rey celestial otorga bienestar espiritual a sus hijos adoptivos. Lee Efesios 3.16-17. ¿Qué pide Pablo en oración a
Dios en el versículo 16? (Fortaleza interior para los creyentes a través del Espíritu). ¿Cómo definirías los recursos
que proceden de Dios? (Inagotables y gloriosos). ¿Sobre qué fundamento debe descansar tu fe? (Sobre el amor de
Dios).
 
¿Hay ansiedades, culpas, inseguridades, temores o sentimientos de desvalorización que Dios no puede remover
de tu vida? ¿Qué verdad espiritual, expuesta en la oración de Pablo, puede reformatear tu mundo interior?
 
«El cielo está abierto. Sube, en el Espíritu, y recibe el abrazo de Dios. Hazlo ahora. No te demores más. No postergues
tu sanidad. Adora al Padre».
APLICACIÓN
— Evalúa si hay suficiente adoración genuina en una semana típica de tu vida. Si no es así, identifica los
obstáculos.Medita en Salmos 63.1-3 cada mañana de esta semana. Pídele a Dios que remueva todo impedimento para
adorarlo. No pierdas la oportunidad de acercarte a él cada día, ni aun en tus momentos de tristeza. Adora a Dios en todo
tiempo. Confía en su poder para sanar tus heridas más profundas.
 
— Recuerda que Dios no necesita tu adoración, ¡pero tú sí la necesitas! Inspira a tu alma, para que capte las verdades
bíblicas: escucha sermones centrados en Dios, entona himnos y cánticos espirituales, ora según las palabras de los
Salmos, lee las Escrituras. Crece diariamente en tu adoración, porque el Dios santo «habita entre las alabanzas de su
pueblo».
 
— Establece un tiempo de encuentro con algún participante de tu grupo. Compartan sus aprendizajes a lo largo de la
serie Paternidad de Dios. Agradezcan por las enseñanzas que les han permitido crecer en la fe. Intercedan mutuamente
por las áreas o situaciones de sus vidas que aún necesitan ser tratadas por Dios.
UN PASO MÁS
Gózate en Dios. «No permitas que tu adoración vaya en declive hacia una mera obligación. No permitas que los paisajes,
la poesía y la música acerca de tu relación con Dios se marchite y muera. Tú tienes una capacidad de gozarte que
apenas te imaginas. Dios puede despertarla, sin importar cuán adormecida haya estado. Ora pidiendo su poder avivador.
Abre tus ojos a su gloria (Sal 19.1). La tienes alrededor de ti, ¡disfrútala!» (John Piper).

LAPATERNIDADDEDIOS

Dios, habiendo hablado hace mucho tiempo, en muchas ocasiones y de muchas maneras a los padres por los profetas.

Hebreos 1:1

INTRODUCCIÓN

 La Biblia enseña que el ser humano es un ser tripartito, formado por espíritu, alma y cuerpo (1 Ts. 5:23), por lo tanto el

creyente tiene un Padre del espíritu que es Dios (He. 12:9); un padre del cuerpo, es decir, el padre biológico y un padre

del alma, que es el ministro que lo cubre (Ti. 1:4; 1 Jn. 2:1; 2:12; He. 13:17).
 

Dios delegó a los padres biológicos la tarea de preparar el corazón y la mente de los hijos, instruyéndolos en disciplina y

el temor de Dios, pero la mayoría de los padres biológicos han fallado en esa tarea, de ahí la razón por la que Dios

provee a los padres del alma, ministros que cubren y sustentan congregaciones, para restaurar la imagen paterna

distorsionada, para manifestar la imagen paterna del Padre.

Los discípulos del Señor tuvieron el privilegio de gozar de la paternidad de su alma a través del Señor Jesucristo, pero al

mismo tiempo eran enseñados a amar, conocer, orar y creer en el Padre celestial, por eso Jesús dijo:  “Voy a mi Padre y

a vuestro Padre” (Jn. 20:17).

 DESARROLLO

Los diccionarios definen la palabra paternidad como un “estado o calidad de padre” (MS Encarta), y padre es aquel

“varón que ha engendrado” (Carozzi). La palabra engendrar viene de la raíz griega gennao  que metafóricamente se

utiliza del acto de gracia de Dios al conferir sobre aquellos que creen la naturaleza y la disposición de “niños”,

impartiéndoles la vida espiritual (Jn. 3:3,5,7; 1 Jn. 2:29; 3:9); para denotar a la persona que por medio de la predicación

del evangelio viene a ser el instrumento humano en la impartición de la vida espiritual (1 Co. 4:15; Strong 1080,

Diccionario Vine); esto viene a confirmar que Dios toma la iniciativa de impartir su paternidad, por gracia, sobre quienes

se acercan a Él por medio de Jesucristo.

 Una de las primeras cosas que Dios enseña es que Él es el verdadero Padre y que no somos huérfanos. A partir del

momento de la conversión, comenzamos a disfrutar de los beneficios. Veamos algunos de los beneficios de la

paternidad:

 LA REVELACIÓN DE QUE SOMOS HIJOS DE DIOS, Romanos 8:15, Gálatas 4:6. Este es el primer beneficio que

adquirimos, un espíritu de adopción, por medio del cual podemos acercarnos a Dios y llamarle papito (Abba Padre), y es

el Espíritu Santo quien da testimonio de que somos hijos (Ro. 8:16). Dios nos revela esta verdad desde el nuevo

nacimiento, ya que desea que nuestra relación sea de Padre a hijo y no una relación lejana, por eso Jesús nos enseñó a

dirigir nuestra oración al Padre (Mt. 6:9; 18:19). Además Jesucristo dijo que Él prepararía lugar para para nosotros (Jn.

14:2), porque el Padre nos da una casa, una morada eterna (Jn. 8:35).

1.         IDENTIDAD, ESTIMA PROPIA Y SEGURIDAD. 1 Juan 3:1, Juan 1:12. Nuestro nombre nos da identidad y

sentido de pertenencia a una familia. La Biblia indica que del Padre recibe nombre toda familia en el cielo y en la tierra

(Ef. 3:15). En el sentido natural los hijos son el reflejo de sus padres; por eso el Señor les dijo a los fariseos que si ellos

hubieran sido hijos de Abraham, las obras de Abraham habrían hecho. Nosotros como hijos de Dios también debemos

hacer las obras que El hace.


 2.         EL AMOR DEL PADRE, Juan 16:27. El amor del Padre nos da seguridad y confianza, por eso la Escritura dice

que el perfecto amor echa fuera el temor (1 Jn. 4:18).

 3.         PROVISIÓN PARA LAS NECESIDADES, Mateo 6:8. Dios provee para el cuerpo, alma y espíritu. La Biblia dice

que quien no provee para los suyos es peor que un infiel y ha negado la fe (1 Ti. 5:8). Dios sabe cual es nuestra

necesidad, y desea que busquemos el reino de Dios y su justicia, y le pidamos conforme a su voluntad (Mt. 6:33). El

Señor hizo la comparación del cuidado de los padres terrenales con el cuidado del Padre celestial, diciendo que si

nosotros siendo malos damos buenas dádivas a nuestros hijos, cuánto más Dios a los suyos (Mt. 7:11), nos provee

trabajo, salud, paz, amor, sustento diario, etc.

 4.         DERECHO A HERENCIA, Romanos 8:17, Gálatas 4:7, Colosenses 1:12. En cualquier momento podemos

disfrutar desde la herencia; pero para ello debemos, pues la Biblia dice “el heredero mientras es niño, en nada difiere del

esclavo, aunque sea el dueño de todo”  (Gá. 4:1). y para que no vivamos como el hijo pródigo que desperdició la herencia

(Lc. 15:12-13).

 5.         TRABAJO EN SU VIÑA, Mateo 21:28. El Padre nos capacita para trabajar en su obra porque nos hadado de

sus dones.

 6.         DISCIPLINA, Hebreos 12:7. La Biblia enseña que Dios es padre de misericordia, consolación (2 Co. 1:3), y

disciplina. La disciplina es una manifestación de amor. Disciplina viene del término griego paideuo, y se refiere al acto

de instruir a niños y enseñar y luego corregir, lo que destaca el amor de Dios, quien primero instruye, si el cristiano no

sigue la instrucción, luego aplica corrección, buscando que el corazón del creyente se presente contrito y humillado.

Cuando el hijo pródigo regresó a la casa, el padre sintió compasión por él, corrió, se echó sobre su cuello y lo besó. Este

es un privilegio solo para los hijos.

 7.         PROTECCIÓN, Juan 17:11. El Padre nos guarda mientras estamos en el mundo porque prometió nunca

dejarnos, ni desampararnos (He. 13:5). Una de las promesas que el Señor hizo fue que enviaría al otro Consolador para

que estuviera con nosotros para siempre (Jn. 14:16, 18).

 8.         VESTIDURAS, Lucas 15:22. El Padre nos viste con los cinco ministerios, y también nos da el vestido literal

(Mateo 6:31-32).

 9.         NUEVO LENGUAJE, Mateo 26:73. Cuando venimos a Cristo, Dios nos da un nuevo lenguaje espiritual (Mr.

16:17). Ese lenguaje no lo entiende el enemigo, pero Dios sí, por eso dice la Escritura que cuando hablamos en lenguas,

hablamos misterios (1 Co. 14:2).

 10.        ALIMENTO, Juan 6:32. Jesucristo dio su cuerpo para que todo el que comiera de ese pan viviera eternamente

(Jn. 6:51, 58), porque Él era el pan que bajó del cielo (Jn. 6:51); también nos da el pan de su Palabra (Mt. 6:11), porque

no solo de pan literal vivirá el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios (Mt. 4:4).

 CONCLUSIÓN
 Ser hijos de Dios es un privilegio muy grande que nos inspira a honrar a nuestro Padre con nuestra forma de vida.

Seamos agradecidos y busquemos llevar mucho fruto para Él porque de esa manera será glorificado (Jn. 15:8).

 
Tipos de paternidad
La familia es la fuente más importante de transmisión y enseñanza de valores, hábitos y reglas sociales. Un niñ@
aprende, se desarrolla y crece con los modelos que obtiene en casa.

La familia es la fuente más importante de transmisión y enseñanza de valores, hábitos y reglas sociales. Un niñ@
aprende, se desarrolla y crece con los modelos que obtiene en casa. Es por esta razón que debemos transmitirles todo lo
necesario para que sientan seguridad, amor, aceptación y sepan ser autónomos e independientes a lo largo de sus
vidas. Los padres son ejemplo, no con palabras sino con actos.

En términos generales estos son los diferentes tipos de paternidad que se encuentran:

1. El autoritario:

-Pone límites “solo porque sí”, sin explicación alguna.

-Es rígido y no sabe comunicarse, solo da órdenes.

-No valora las cualidades de cada hijo.

-Solo le importa la obediencia y la autoridad.

-Su disciplina se basa en el castigo.

-Tiene necesidad de afirmar y demostrar su poder.

Estos hijos suelen tener una autoestima baja, ser reservados, retraídos, tímidos y muy pasivos. No saben tomar
decisiones porque se les enseña que ellos no pueden opinar y que es la autoridad la que tiene la última palabra. Al
crecer pueden crear la misma manera de ser de sus padres, una personalidad tirana y autoritaria frente a los demás.
Además tienden a ser impulsivos y muy irritables porque es el ejemplo que ven en casa. En ese tipo de paternidad
existen muchas reglas, poco amor y poco afecto.

 2. El permisivo:

-Es muy cariñoso pero no sabe poner límites.

-No tiene autoridad.

-Dice que sí todo el tiempo y deja que sus hijos manden sobre él.

Estos hijos suelen ser muy impulsivos, caprichosos y hacen lo que quieren sin medir ni responsabilizarse de las
consecuencias porque están acostumbrados a tenerlo todo inmediatamente y como ellos lo digan. Pueden manifestar
comportamientos agresivos si no logran lo que desean. Estos padres los tratan de igual a igual, buscan su aprobación
todo el tiempo y por lo tanto no ocupan el lugar que les corresponde. Suelen tener hijos inmaduros, alegres y vitales, con
alta autoestima pero poca competencia social.
 

3. El sobreprotector
-Todo lo pone nervioso, vive con miedo.

-Vive preocupado

-Protege a sus hijos quitándoles su autonomía.

Estos hijos son por lo tanto temerosos, inseguros, pasivos, dependientes, egoístas y con poca tolerancia a la frustración.
El miedo también se transmite y este es lo que logra con tanta sobreprotección: todo les asusta y no se creen capaces de
hacer nada porque todo lo hacen por ellos. Se acostumbran a tener alguien tan pendiente todo el tiempo que se
convierten obsesivamente en el centro de atención.

4. El democrático:

-Existe un alto nivel de comunicación asertiva y afecto.

-Es exigente y cariñoso.

-Pone reglas claras y bien explicadas.

-Utiliza estímulos y no castigos.

-Escucha la opinión de sus hijos.

Estos hijos tienen las competencias sociales y las habilidades necesarias para relacionarse con su entorno. Respetan los
derechos propios y de los demás y saben hasta dónde llegan sus límites. Suelen ser responsables e independientes a la
hora de tomar decisiones y de afrontar la vida. Este hijo tiene un adecuado nivel de autoestima y sabe que pueden
confiar en sus padres para todo y a lo largo de su vida.

No es fácil ser padres, pero SIEMPRE tenemos que hacer lo mejor que podemos con lo mejor que tenemos. Hacerlo
sobre todo con mucho amor.

También podría gustarte