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R-Julio-03
3 Páginas

EL DINERO EN LA CASA
Los señores de Morales rinden visita a sus hermanos, Ernesto y
Beatriz. Suelen hacerlo los viernes por la tarde, después de la
liquidación de cuentas y el pago a las destajistas. Es un buen momento
para relajarse de la tensión de la semana y poder comentar las
incidencias del negocio.

Hacía 50 años que el padre de los hermanos Morales fundara la


empresa, un taller de confecciones destinado originalmente a hacer
ropa para trabajadores, y ahora con una gran proliferación de artículos:
gabardinas de caballero, camisas, ropa interior, etc. Fallecido el padre,
los tres hijos varones se habían hecho cargo del negocio y después de
Caso elaborado por el Departamento
un bache económico habían logrado remontarlo y hacer que la “vaca”
de Investigación del Instituto de
diera leche para las tres familias. Con mucho esfuerzo y entrega, por
Ciencias de la Educación de la
supuesto, Ernesto, por ejemplo, después de la jornada de trabajo, que
Universidad de Navarra, España.
siempre se prolonga, aún tiene que hacer entregas y llevar paquetes
Este caso se ha elaborado para de labor a las casas de varias operarias, que trabajan a domicilio y
servir de base de discusión; no cobran por prenda confeccionada.
pretende ilustrar la gestión
adecuada o inadecuada de una
situación determinada. Esto hace que normalmente llegue tarde a casa. Menos los viernes. El
sábado volverá a ser un día duro.

Su mujer, Beatriz, suele quejarse de que no ve a su marido. Este tema,


más el de los hijos, casi siempre aflora en la tertulia de los viernes.
Pero poco es lo que se avanza para resolverlo.

Si Ernesto se queja de cansancio, Beatriz se brinda a ayudarle. Pero a


continuación:

Derechos Reservados. ©, 1998


Editado en Club Unión, A.C.
Mar Mediterráneo 183 11400 México, D.F.
Autorizado para uso exclusivo del ICAMI.
Prohibida su reproducción total o parcial.
A condición que no sea llevar paquetes... esfuerzo, los envía a buenos colegios y les da una
paga semanal para Berta (40) y quincenal para
¡Pues es lo único que me interesa que hagas!
Juan Carlos (110). Con ese dinero pueden hacer lo
que quieran, porque los padres se hacer cargo de
La columna de Beatriz... ¡Siempre esa disculpa! Y su vestimenta y del material escolar. Más de una
luego, vez, además, Berta reclama y obtiene algunos
pesos para golosinas o para el autobús, durante la
semana. Así resulta que, al final de los siete días,
¿Por qué no acudes a Juan Carlos? –dice Valentín, tiene intocada la “paga” que va a engrosar su
el hermano. ahorro particular.

Juan Carlos es el hijo mayor de Ernesto y Beatriz. Los niños tienen dos clases de ahorro: el de la
Cuenta ahora 13 años; es estudiante de 1° de libreta, con cantidades de $15,000, la niña y
Secundaria, según los tests y la opinión de sus $17,000 Juan Carlos, y el dinero en mano,
padres, es muy inteligente. Al menos, es el ojito procedente del dinero semanal no gastado o de
derecho de Ernesto. Tanto más cuanto que sólo regalos en monedas de los abuelos y tíos. Juan
hay dos niños, él y Berta, 10 años. Carlos declara tener 1,300 por este último
concepto, que destina para comprarse una moto.
“El resto es intocable”, confiesa.
En alguna ocasión Juan Carlos ha hecho entrega.
Cinco, diez pesos, y a veces quince, ha sido el
producto de una hora de rodar por las calles con la Bueno, para la moto y para otras cosas. Por
bicicleta, llevando los encargos. Hasta que Ernesto ejemplo, el otro día apareció en el colegio con
se negó. cinco paquetes de palomitas, que repartió entre sus
compañeros. A su profesor le pareció un gesto
infantil, y a sus padres un derroche para llamar la
Es un dinero ganado demasiado fácilmente. Yo atención entre sus compañeros. Porque Juan
quiero que mi hijo aprenda lo duro que es trabajar. Carlos tiene pocos amigos.

Beatriz, que no lo ve mal y en este aspecto Berta, que declara ahorrar para arreglar la bicicleta
discrepa de su marido, interviene y suaviza: y comprarse unos lentes para la alberca, dice
también que gasta el dinero en “limosnas,
diversiones, regalos, meriendas y en invitar a mis
Pues ponlo en el taller, a ordenar piezas de tela... amigas golosinas”. Pero el año pasado al acabar 3°
Tampoco. En este taller no trabajará mi hijo. de primaria, se compró una bicicleta, con el
Bastante lo he hecho yo desde muy joven. permiso de sus padres. Juan Carlos le decía:

No seas tonta y no te la compres, que el año que


(Ernesto tiene ahora 43 años y lleva más de 20 viene te la regalarán.
años en el taller).

Ha habido día en que Juan Carlos ha gastado


Ernesto no quiere tampoco que sus hijos se hasta 200 en una tarde. Esto les ha hecho pensar a
percaten de las dificultades que supone tener un sus padres que quizá era demasiado dinero.
dinero invertido del que apenas pueden distraerse Ernesto tiene a veces la impresión de que le timan
$12,000 mensuales para la casa. Así que, con sus hijos, reclamándole la “semana” varias veces.
Como tiene tan mala memoria...

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Es que los padres tienen también sus más lo que cuesta su educación. Pero no saben
preocupaciones. Ernesto con su taller y Beatriz qué hacer para lograrlo. Descartada por el padre la
como auxiliar de laboratorio, que la retuvo idea de incorporarlo al taller en vacaciones, o en
trabajando la jornada completa durante los seis horas extra –la madre sigue discrepando- se le ha
últimos años, hasta que desde las últimas ocurrido meterlo el año próximo como obrero en
Navidades lo dejó, un poco angustiada por el una fábrica. Pero la edad del chico, y el lenguaje de
abandono que su ausencia producía a su hogar y a los demás, y lo que allí aprendería de malo... Juan
su familia. Gracias a su sueldo pudieron hacerse Carlos, por su parte, fluctúa entre querer estudiar o
del departamento en que viven, pero ella prefiere trabajar; aunque no pone demasiado entusiasmo
arreglarse con menos dinero y que sus hijos la en ninguna de las dos afirmaciones. De momento,
encuentren en casa a su regreso del colegio. el año que viene repetirá curso en otro colegio.
Gracias a Dios, hay una empleada del hogar, que
con la presencia de la señora en la casa ha de ir
devolviendo algunas de las prerrogativas que Berta, cariñosa en casa e indisciplinada en el
anteriormente se había atribuido. colegio, presenta menos problemas por ahora con
los estudios. Pero si los padres deciden tomar
alguna medida en relación con Juan Carlos y su
Ahora Beatriz tiene más tiempo para pensar en la modo de apreciar el dinero, posiblemente estas
educación de los niños. Últimamente vienen medidas afectarán también a Berta.
celebrando reuniones de familia, donde se
distribuyen encargos para todos y se controla su
cumplimiento, de tal modo que, si no se cumplen, ¿Cuáles podían ser?
hay que pagar multas. La compra de pan y la leche
para Juan Caros, el hacer la cama para Berta,
fumar menos para Beatriz y limpiar el coche para
Ernesto son uno de los dos o tres encargos que
tiene cada uno tiene. Resulta que es el padre quien
más multas debe pagar. Con el dinero recaudado
se costean los refrescos de la reunión, turnándose
los cajeros. Si alguna vez falta dinero, la diferencia
ha de ser aportada por el cajero de turno.

Pero las multas no deben de ser un aliciente


decisivo. Beatriz cree que para Juan Carlos es más
atractiva la bicicleta, de tal modo que sin ella se
niega a hacer los recados. Reconoce que acude a
ese truco, pero que de todos modos debe obligarle,
porque por sí mismo Juan Caros no tiene voluntad
para ofrecerse.

Este es uno de los principales problemas que


tienen planteados Ernesto y Beatriz la poca
voluntad y constancia es el esfuerzo de Juan
Carlos. Las reprobadas que cosecha, a pesar de la
cuota alta del colegio –que él conoce.-, hacen
pensar a los padres que este chico debería valorar

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