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PORTADA

Un rey para
tiempos inciertos
Tradición, pompa y
grandes expecta-
tivas. Este últi- AÑO 4
mo sábado 6 de
mayo, el Rey N 355
O
Carlos III, quien
LIMA
sustituye a la fa-
DE MA 07
llecida Reina Isa-
bel II (su madre), YO
oficializó su papel
como nuevo conduc-
tor de la Corona Británica,
en un difícil contexto de crisis bélica entre Ru-
sia y Ucrania. La ceremonia fue en la Abadía
de Westminster, frente a 2.200 invitados, entre
ellos sus hijos Guillermo, el príncipe de Gales,
y Enrique, el duque de Sussex. El toque de
modernidad se expuso en varios frentes. Por
ejemplo, no usó el típico traje real sino su uni-
forme de gala de La Marina y pese a ser feligrés
del protestantismo selló las buenas relaciones
invitando a otros líderes religiosos como el ar-
zobispo anglicano de York, a la moderadora
de las iglesias libres de Escocia, entre otros. El
hombre de 74 años, que estuvo acompañado
por la reina Camila, formalizó de esta forma su
asunción al trono, que ya lo venía dirigiendo
desde septiembre de 2022.

El Rey y su familia

El momento político

Carlos III toma el rol protagónico de la mo-


narquía británica —en democracia— a los 74
años, una larga distancia tomando en cuenta
los 27 años que tenía su predecesora, Elizabe-
th II (Reina Isabel), cuando asumió la Corona
el 2 de junio de 1953.

Su madre asumió en una época enmarcada por


una justificada sensación de sosiego. Habían
pasado ocho años desde la Segunda Guerra
Mundial. Además, tenía como principal mentor
al entonces primer ministro Winston Churchill,
quien fue un eje en el desarrollo económico y
en las relaciones bilaterales del Reino Unido
en el siglo XX.

La reina Isabel II y Churchill

En el caso del nuevo monarca, primogénito de


la fallecida reina, el panorama es distinto. Se
embarca en medio de una tensión internacio-
nal por el asedio que viene ejecutando —con
una amenaza nuclear anclada— por más de un
año el Kremlin, liderado por el autócrata Vladi-
mir Putin, contra Ucrania, que lo encabeza el
presidente Volodimir Zelensky. Asimismo, re-
cibe a un país convulsionado por los estragos
del Brexit que hoy los tiene estacionados en
una encrucijada económica que se traduce en
distintos hechos.

Uno de estos es la falta de alimentos frescos


en los supermercados. Provocado, entre otros
motivos, por la escasa producción después
que varios invernaderos quedarán inoperati-
vos por el alto costo del gas y la electricidad.
Esto, como era de esperarse, empujó a la ciu-
dadanía al racionamiento y, en muchos casos,
a caminatas maratónicas para encontrar los
productos y a precios accesibles. Por otra par-
te, hay una crisis en la compra y alquiler de
inmuebles, lo cual trastoca al mercado inmobi-
liario, importante frente pecuniario para la isla.
Esto porque los bancos aumentaron el costo
de los préstamos por la inflación. Y esto son
solo algunos botones.

El papel

En teoría, todas las dificultades mencionadas


deben ser resueltas por el actual primer minis-
tro Rishi Sunak, quien acaba de recibir un duro
golpe al perder 672 escaños para el Partido
Conservador en las elecciones municipales
británicas.

Rishi Sunak

El papel del Rey Carlos III es, sin embargo, tan


igual de importante. No solo es el representan-
te de la nación en actos y ceremonias oficia-
les, tanto a nivel nacional como internacional.
No es solo el jefe de las Fuerzas Armadas. El
monarca es el puente con la ciudadanía como,
en su momento, lo fue la Reina Isabel II, quien
evidenció la relevancia de la Corona cuando
fue televisada su asunción al trono. En este
caso, se debe repetir la misma operación: se
debe restaurar el espíritu de valentía y espe-
ranza, para renovar la unidad nacional. Y de
esto ya dio pie durante su discurso. Hizo hin-
capié en la importancia de la transparencia y la
rendición de cuentas, y se comprometió a tra-
bajar para mejorar la calidad de vida de todos
los británicos. Esta cercanía con la ciudadanía
puede ser una herramienta valiosa para la re-
solución de los conflictos políticos y sociales
que aquejan al país.

“Todo lo que hasta aquí he prometido, lo cum-


pliré con ayuda de Dios”, fueron parte de las
palabras que dijo el Rey Carlos III en su co-
ronación. Luego al unísono hubo un “Salve al
rey” entre todos los presentes y finalmente es-
tallaron los cañones que oficializaron la asun-
ción. La Corona debe encontrar lo más pronto
posible un norte en medio de esta encrucijada
internacional.
OPINA
Fernando Rospigliosi
Analista Político

Policía
municipal

Como lo había advertido, la ley que aprobó el


Congreso para entregar “armas no letales” a
los serenos, abría la puerta para el siguiente
paso, la creación de policías municipales, es
decir, la fundación de unos dos mil cuerpos
policiales muchos de los cuales estarán con-
trolados por el narcotráfico, la minería ilegal,
el crimen organizado, los socialistas del siglo
XXI y cualquier delincuente que se apodere de
un gobierno local o regional.

Curiosamente, quien ha presentado el proyec-


to de ley 4863 el 3 de mayo, para establecer la
policía municipal (PM) es la congresista Digna
Calle, de Podemos, la misma que pasaba me-
ses en Miami y desde allí fingía cumplir con
sus labores parlamentarias. Ella pertenece al
partido que encabeza el procesado José Luna
Gálvez, que se enfrentó -con su candidato Da-
niel Urresti- al actual alcalde Rafael López Alia-
ga, que se ha convertido en el principal defen-
sor de la instauración de la PM.

Así, Podemos y Renovación Popular resultan


ahora aliados en una política que contribuiría
a desintegrar el país, que es precisamente lo
que buscan los comunistas, los socialistas del
siglo XXI.

Peor todavía, el teniente alcalde de Lima, Ren-


zo Reggiardo, el principal impulsor de esta de-
lirante idea, amenaza con crear esa PM a tra-
vés de una ordenanza, es decir de una norma
edil de menor rango. En realidad, la PM ni si-
quiera podría ser establecida por una ley, re-
quería cambios constitucionales.

Pero dada la manifiesta irresponsabilidad, ig-


norancia e incompetencia que demuestran to-
dos los días muchos de los actuales congre-
sistas –que probablemente serán superados
en estulticia por los que vengan luego-, no hay
que descartar esa posibilidad. Al contrario, hay
que considerarla como probable.

Como he venido previniendo insistentemente


en estas páginas, esa nefasta propuesta de
descuartizar el país con dos mil cuerpos po-
liciales debe ser re-
chazada. Lo que hay
que hacer es exigir al >>
Gobierno que cum-
pla con su deber, En síntesis, es
respaldando, equi- indispensable
pando y capacitando que el Congreso
a la Policía Nacional rechace ese
para que enfren- disparatado
te con eficacia a la proyecto para
delincuencia. (“Dos crear la PM, no
mil cuerpos policia-
les”, 2/4/23; “Dos
insista en la
serenos baleados”,
ley de armar
16/4/23; “Rumbo al al serenazgo y
desastre”, 23/4/23; ayude a combatir
“Delincuencia impa- la delincuencia
rable”, 30/4/23). aprobando la ley
que devuelve a la
La ley que entrega a Policía Nacional
los serenazgos “ar- la investigación
mas no letales” ha
preliminar.
sido observada, en
una correcta deci-
sión, por el Gobierno. Lo adecuado sería aho-
ra que aquellos congresistas que por desco-
nocimiento o descuido fueron sorprendidos y
votaron para aprobarla, no insistan en el error
y la archiven.

El autor de ese despropósito fue el congresista


de Perú Libre Américo Gonza, sindicado como
uno de los “Niños”, que también es el creador
de la ley que aumenta las penas de cárcel por
difamación, ampliamente considerada como
una amenaza para la libertad de expresión y el
periodismo independiente. Según “El Comer-
cio”, “Américo Gonza es, probablemente, el
congresista más cercano al expresidente Pe-
dro Castillo y a su familia. El perulibrista- quien,
de acuerdo al Ministerio Público- es uno de
los cabecillas de la organización criminal que
cobró sobornos a altos oficiales de la Policía
Nacional para ascenderlos- hasta, hace poco,
decía poner ´las manos al fuego´ por el hoy
detenido profesor. Y tiene una amistad con los
sobrinos del exmandatario, al punto que con-
trató a los amigos de estos como trabajadores
de su despacho en el Parlamento.” (31/12/22).

Ese es el personaje que guía, como corderitos


al matadero, a la mayoría de congresistas que
han aprobado sus proyectos del serenazgo y
difamación.

En síntesis, es indispensable que el Congreso


rechace ese disparatado proyecto para crear la
PM, no insista en la ley de armar al serenazgo
y ayude a combatir la delincuencia aprobando
la ley que devuelve a la Policía Nacional la in-
vestigación preliminar.
OPINA
Dardo López Dolz
Ex viceministro del Interior. Invitado
del CIPP.

Migrar no
es un derecho

Para que los países de iberoamérica recupere-


mos la senda del desarrollo en libertad y genui-
na democracia, un primer paso para nada irre-
levante es desterrar la mutación del lenguaje
que ha ido introduciendo el totalitarismo para
engañar a una población que acaba adoptan-
do y repitiendo palabras carentes de respaldo
en la realidad, o incluso opuestas a la compro-
bación científica.

Las últimas semanas, en respaldo al ataque


asimétrico migratorio desde Chile (similar al
perpetrado contra Chile vispera de los desma-
nes y al que actualmente sufre la frontera sur
de lso Estados Unidos), todos los operadores
abiertos y encubiertos del Foro de Sao Paulo
vienen invocando un supuesto “derecho a mi-
grar”, que no reconoce la doctrina jurídica se-
ria, ni ninguna legislación, incluída la peruana
y que curiosamente está bastante lejos de los
principios rectores de la política migratoria de
los gobiernos de China, Rusia e Irán, gestores
reales del Foro.

El derecho y la ra-
zón no otorgan a >>
ningún ciudadano
de un país supuesto El gobierno, que
derecho a estable- tardó sospecho-
cerse en otro país sa o negligen-
distinto. Cada Esta- temente dema-
do soberano tiene siados días en
la potestad de esta- reaccionar, no
blecer normas, res- debe ceder per-
tricciones y prohibi- mitiendo el in-
ciones al ingreso de greso forzado
extranjeros o a su con palabras y
permanencia indefi- gestos amena-
nida en su territorio. zantes que pocas
dudas dejan so-
En el caso de la fron- bre los quehace-
tera sur peruana, un res de los vocife-
grupo de venezola- rantes tirapiedras
nos (refugiados hu- de la frontera.
manitarios unos, en-
viados por Chavez y Maduro como infiltrados
otros), junto con algunos colombianos y unos
pocos haitianos pugna violentamente por in-
gresar irregularmente al Perú.

En el pasado, advertí sin éxito en diversas pu-


blicaciones y entrevistas acerca de la inminen-
cia de la utilización sistemática de la migración
como arma política desestabilizadora en la re-
gión, en una repetición de la estrategia des-
plegada originalmente en Siria. Es por tanto
importante recordar que el éxodo venezolano
fue causado deliberadamente por su gobier-
no, pionero del Socialismo del Siglo XXI, y que
tanto el gobierno de Evo Morales en Bolivia,
que facilitó el acceso masivo a Chile, como el
gobierno de Boric, que hoy los empuja hacia
su frontera más pequeña, son aliados expre-
sos del gobierno venezolano causante de la
debacle humanitaria.

Claro que corresponde a los gobiernos vene-


zolano y chileno (o a sus padrinos Cuba, Ru-
sia, China e Irán) proveer los vuelos para repa-
triar a los que deseen hacerlo y corresponde
al gobierno de Boric la responsabilidad por in-
cumplir deberes humanitarios que le impiden
expulsar a aquellos que ya admitió como re-
fugiados, salvo que hayan delinquido (lo que
haría absolutamente desaconsejable que se
les permita ingresar al Perú). Pero pedir a go-
biernos del Foro de Sao Paulo que actúen de
buena fe es pedirle peras al olmo.

No es un secreto que, escondidos entre los


dos millones de refugiados venezolanos en el
Perú, ingresaron muchos delincuentes (algu-
nos sospechosamente recién liberados de car-
celes venezolanas a mitad de condena, en apa-
rente replica ampliada de la maniobra catrista
del puerto de Mariel) y operadores de sabotaje
que han generado niveles de violencia y salva-
jismo antes no conocidos en la actividad delin-
cuencial común y aquella delincuencia que se
esconde tras actos y objetivos políticos. Pero
toca a la inteligencia peruana separar la paja
del trigo, evitando la estigmatización de todos
los migrantes venezolanos y para ello debería
captar recursos entre los migrantes.

Desde el inicio de la migración propuse ante


oídos sordos priorizar restringirla a refugiados
que pudieran acreditar título profesional o téc-
nico, facilitando la homologación de sus gra-
dos condicionado al envío a regiones del país
con déficit de dichos servicios, de modo que
a la par que se colaboraba con la solución del
problema humanitario, se solucionaban caren-
cias preexistentes en la sociedad peruana, sin
generar el rechazo que suele producir la per-
cepción de la llegada de competidores “más
baratos” y no se engrosaba el ya problemático
mundo informal (cuyas fronteras con la ilegali-
dad son porosas) ni se sobrecargaba el siste-
ma asistencial ya deficiente. Hoy, comprobado
el daño anticipado, reitero mi propuesta.

Dudo que exigir pasaporte aporte mucho a un


selección inteligente. Si bien permitiría quizás
facilitar la identificación, al ser el propio gobier-
no chavista quien lo otorga, restringe peligro-
samene su universo a aquellos que puedan
obtenerlo por favor gubernamental por coinci-
dencias políticas o por “estímulos” dinerarios.

El gobierno, que tardó sospechosa o negligen-


temente demasiados días en reaccionar, no
debe ceder permitiendo el ingreso forzado con
palabras y gestos amenazantes que pocas du-
das dejan sobre los quehaceres de los vocife-
rantes tirapiedras de la frontera. La integridad
y seguridad del territorio patrio son tarea irre-
nunciable del Estado encargada por definición
a sus fuerzas armadas, abandonar su defensa
equivaldría a dar la razón a quienes buscan su
disolución.
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OPINA
Víctor Andrés Belaunde
Gutiérrez
Abogado y analista internacional

Nuestras fronteras
y los migrantes

Mi abuelo (Victor Andrés Belaunde DC) ini-


ció su carrera diplomática en lo que enton-
ces se llamaba el Archivo de Límites. En los
albores del siglo pasado, nuestras fronteras
estaban aún sujetas a controversias. Uno de
sus primeros encargos profesionales fue el de
asistente de don Víctor M. Maurtua, cuando
en 1904 lo designan Ministro Plenipotencia-
rio para la defensa de los límites con Bolivia,
asunto sometido al arbitraje del Rey de Espa-
ña. Posteriormente, intervino decisivamente
en la delimitación fronteriza tanto con Colom-
bia como con el Ecuador. Con Chile la cosa
fue distinta pues el retorno de Tacna al Perú
se produjo durante el oncenio de Leguía, pe-
ríodo durante el cual estuvo desterrado.

Sin embargo, quiso el destino que fuera su


nieto, José Antonio García Belaunde, como
Canciller de la República, quien complete el
trabajo que inició de joven, lo que se logró
cuando la Corte Internacional de Justicia de
La Haya fijó la frontera marítima entre Perú y
Chile.

Evoco estos pasajes de la historia porque hoy,


en pleno siglo XXI, sobre nuestras fronteras y
soberanía penden amenazas, algunas nove-
dosas, otras no tanto.

La más evidente y que se manifiesta con ma-


yor crudeza es la pretensión de Evo Morales
de absorber Puno y la costa sur del Perú. Su
proyecto es genuinamente fascista, está in-
ventando una identidad étnico-nacional aima-
ra, para construir sobre ella un nuevo Estado
que abarque Bolivia, el sur del Perú y el norte
de Chile.

Dentro de la visión de Morales, este Estado


se sostendría sobre la base de lo que hoy son
economías oscuras como la minería ilegal del
oro y el narcotráfico. Busca apoyo geopolíti-
co en Rusia, Irán y eventualmente China, en-
vueltas en sus propias competencias hege-
mónicas con los Estados Unidos.

Morales ha infiltrado en el Perú sus temidos


Ponchos Rojos, milicias armadas que forman
parte del aparato represor e intimidatorio del
MAS en Bolivia, quienes podrían ser los ver-
daderos responsables de las muertes ocurri-
das en el sur y que la izquierda quiere atribuir
al gobierno legítimo de la señora Boluarte.

De otro lado, en
la frontera con >>
Chile se ha sus-
citado una situa-
La defensa de
ción tan delicada
nuestras fronteras
como peligrosa. ya no sólo es física
De forma poco y jurídica, ahora es
clara se presen- multidimensional.
tó un contingente
de migrantes (alrededor de 150, pero no hay
datos exactos al respecto) venezolanos, co-
lombianos y haitianos, reclamando ingresar a
territorio peruano.

Las circunstancias de su ilegal pretensión,


hacen inevitable preguntarse sobre un posi-
ble direccionamiento, no necesariamente del
gobierno chileno propiamente dicho, pero sí
de ciertos elementos deseosos de embarrar
la cancha y desestabilizar a los presidentes
Boric y Boluarte.

Sería bastante extraño que el canciller chile-


no, señor Van Klaveren, diplomático de distin-
guida trayectoria y prestigio, luego de corre-
gir las posiciones erráticas de su predecesora
sobre la legitimidad de nuestro gobierno, pro-
picie un conflicto con el Perú, que además
podría provocar muertes entre los migrantes
involucrados, dadas las duras condiciones en
la zona de frontera. En ese sentido, debemos
saludar el manejo prudente de la Cancillería,
lo que debe ayudar a una silenciosa desacti-
vación de este delicado problema.

En este caso se trata de una amenaza “de


nueva generación” o híbrida, para usar un
término de moda. No se busca un despoja-
miento territorial como el que pretende Mo-
rales, sino generar una crisis transfronteriza
que eventualmente sobrepase la capacidad
de los Estados involucrados, y genere zonas
grises y vacíos de poder.

Evidentemente, ciento cincuenta migrantes


son insuficientes para ello, pero, si pueden
ser un globo de ensayo, un tanteo del terre-
no. Tomemos nota también de cómo estos
migrantes gritaban “asesinos” a nuestros po-
licías, actitud que no corresponde a quienes
buscan ayuda humanitaria de otro país y los
asemeja a los activistas de Perú Libre.

Finalmente, me quiero referir a una tercera


amenaza, pretendidamente jurídica a nuestra
soberanía, que más que modificar las fronte-
ras, persigue su irrelevancia. Por ejemplo, te-
nemos la audacia de entidades como la CIDH
(Comisión y Corte) que pretenden convertirse
en árbitros supremos de la legalidad de los
países americanos.

El Sistema Interamericano de Defensa de los


Derechos Humanos, pensado en un inicio
como un último recurso o medida de emer-
gencia frente a crueldades o abusos flagran-
tes, se ha convertido en un mecanismo de
imposición de políticas de Estado e influencia
en la lucha política partidaria dentro de los
países miembros. Así importa menos lo que
decidan las autoridades electas que el deseo
de los funcionarios que integran estos orga-
nismos.

Otro ejemplo lo constituye el Acuerdo de Es-


cazú del cual el Perú no forma parte gracias
a la mayoría democrática del Congreso. Este
acuerdo, so pretexto de proteger el medio am-
biente, despoja en la práctica a los Estados
miembros de poder jurisdiccional sobre ac-
tividades económicas que se realizan en su
territorio. Así, las fronteras devienen en irrele-
vantes, pues las cosas las deciden una casta
de funcionarios que se autoeligen y perpetuán
en sus cargos.

La defensa de nuestras fronteras ya no sólo


es física y jurídica, ahora es multidimensional.
OPINA
Carlos Alberto Montaner
Periodista, escritor y columnista de El
Nacional

Mi última columna

Me jubilo sin júbilo alguno. Me retiro del “co-


lumnismo”. Mis columnas, durante años, las
distribuyó mi colaboradora más estrecha, Lu-
cía Guerra. He cumplido 80 años. Padezco
Parálisis Supranuclear Progresiva. El nombre
lo dice todo.

Es una enfermedad rara del cerebro. Me la


diagnosticaron en el hospital “Gregorio Mara-
ñón” -uno de los mejores de España- tras una
resonancia magnética. Tres personas por cada
100.000 la padecen. No es contagiosa, ni here-
dada. No hay cura para ella. No se sabe cómo
comienza ni por qué se origina. Es de la fami-
lia del “parkinsonismo”, pero sin temblores. De
ahí la confusión en el diagnóstico. Se caracte-
riza por impedirme conversar bien y leer, más
allá de los titulares (Linda, mi mujer, y nuestra
hija, Gina, me leen los diarios), no así escribir
todo lo “bien” que me ha permitido llevar más
de medio siglo escribiendo -entre otras cosas-
una columna “sindicada” a la semana. He es-
crito miles de columnas y debo a mis artículos
todo lo que he hecho posteriormente.

Este PSP que ahora me afecta se caracteriza


(como el otro, el de los comunistas cubanos),
por el “habla lenta o arrastrada” que hizo que
dejara los comentarios en CNN en Español
(donde tanto compartí con Andrés Oppenhei-
mer, Camilo Egaña y otros notables periodis-
tas), pese a los esfuerzos por retenerme que
hizo mi amiga Cynthia Hudson, presidente de
la cadena. O en veinte estaciones de radio,
comenzando por El zol de la mañana, bajo la
dirección del matrimonio dominicano Espaillat,
Montse y Antonio, siguiendo con La hora de la
verdad en RCN de Bogotá, en un espacio diri-
gido por Fernando Londoño, hasta la modestí-
sima emisora por Internet que orienta Orlando
Gutiérrez hacia Cuba, y tiene uno de sus más
sólidos baluartes en Julio Estorino. Además,
durante años mis comentarios llegaron a Cuba
por medio de Radio Martí. Gracias por tolerar-
me en sus filas.

Al periodista cubano Carlos Castañeda lo vi lle-


gar a Puerto Rico a finales de los sesenta con
un trabajo que a mí me parecía muy difícil: le-
vantar El día de Pon-
ce hasta que compi-
tiera con El Mundo de >>
San Juan. Si yo hubie-
ra sabido los planes
El canal 41
de Carlos con cierta de NY vio la
antelación me habría rentabilidad
quedado a librar esa política, o actuó
batalla, pero ya te- por temor, bajo
nía hasta los boletos la indicación de
para España. Había la gerencia. Lo
sido aceptado en la cierto es que
Universidad Complu- Al Sharpton,
tense de Madrid para
hacer el doctorado. Mi
ministro baptista,
familia y yo nos em- fue a pedir mi
barcábamos en una cabeza al canal,
nueva aventura euro- sin haber oído mi
pea. comentario en
español, y Blaya
Era el primer semes- me defendió con
tre de 1970. Castañe- total firmeza.
da mudó El Día para
San Juan, le cambió
el nombre, le llamó El Nuevo Día e hizo un
tabloide con grandes titulares, fotos ad hoc y
grandes caricaturas. Pronto se quedó solo en
el terreno. El Mundo cerró. De aquel lance an-
tes de instalarme en Madrid guardo un con-
sejo que fue muy importante en mi vida profe-
sional: “Busca en New York a Joaquín Maurín
-me dijo Castañeda-. Es un exiliado español.
Dile que tú quieres escribir columnas para su
agencia ALA (American Literary Agency). Ahí
están los mejores de la lengua, entre otros,
Germán Arciniegas y Pablo Neruda”. Lo hice.
Maurín me pidió una muestra. Se la di. Cuan-
do la encontré reproducida en 156 diarios me
juré cuidar mis columnas. Y así he hecho des-
de entonces.

Joaquín Blaya me llamó a Madrid. Era un chi-


leno, presidente de Univisión. Luego lo sería
de Telemundo. Me pidió un comentario a la se-
mana y dejó que yo escogiera el tema. Sería,
claro, de actualidad. La promesa de Maurín
se había cumplido. ALA le daba difusión a mis
ideas y éstas me abrían otros campos como
la TV, mucho mejor pagados que la prensa
plana. Pero Blaya demostró que era un eje-
cutivo de altísima calidad. En una oportuni-
dad en que me dieron un minuto para explicar
una hipótesis de un cura antropólogo, profesor
de una universidad de NY, sobre el programa
del Welfare, diseñado fundamentalmente por
hombres, y su impacto en mujeres de bajos re-
cursos. Sin duda, un tema polémico. El canal
41 de NY vio la rentabilidad política, o actuó
por temor, bajo la indicación de la gerencia.
Lo cierto es que Al Sharpton, ministro baptista,
fue a pedir mi cabeza al canal, sin haber oído
mi comentario en español, y Blaya me defen-
dió con total firmeza.

Cuando The Miami Herald parió un pliego en


español creyeron que sería un fenómeno pasa-
jero. Pero luego comprobaron que aumentaba
el perímetro del castellano. Como el mundi-
llo de los editores de diarios es muy reduci-
do, se hablaba con mucho respeto de Carlos
Castañeda y de la hazaña que había realiza-
do en Puerto Rico. Lo llamaron y de ahí na-
ció El Nuevo Herald en la primera parte de los
ochenta. Allí comparecieron Roberto Suárez,
Gustavo Pupo Mayo, Sam Verdeja, Armando
González, Roberto Fabricio y el gran Carlos
Verdecia, exdirector de El Nuevo Herald.

Creo que fue Pupo Mayo. Me ofrecieron la di-


rección de El Nuevo. No la acepté. No quería
desplazarme de España. Me ofrecieron dirigir
la página de “Opiniones”. Puse dos condicio-
nes para que no aceptaran: sólo estaría pre-
sente la primera semana del mes. Las otras
tres las pasaría en España. (A fin de cuentas,
inauguré el trabajo a distancia que se populari-
zó durante la pandemia). La segunda condición
era que fueran mis adjuntos Araceli Perdomo,
de cuya integridad se contaban cosas muy po-
sitivas en la redacción, y Andrés Hernández
Alende, para no cometer errores ni injusticias.
Al extremo que, andando el tiempo, tras mi re-
nuncia, Araceli y Andrés me sustituyeron en el
cargo. A lo largo del tiempo El Nuevo Herald
ha sido mi casa.

He tenido la oportunidad de escribir en los me-


jores periódicos de América Latina, de España
y de Estados Unidos. En los últimos tiempos
mi columna semanal ha aparecido en El Libe-
ro, el mejor periódico digital de Chile, y en El
Independiente, un excelente diario digital que
sacan Casimiro García-Abadillo, Victoria Prie-
go (dos grandes veteranos del periodismo es-
pañol) y -en la parte internacional- Ana Alonso.
Esos dos diarios completan el cuadro del ám-
bito de la lengua en el que he tenido el privile-
gio de dar la batalla de y por la libertad. Al final
de mis memorias, Sin ir más lejos, publicadas
por Silvia Matute en Debate, editora también
de Penguin-Random House, en español, cité
al filósofo Julián Marías por su humilde frase.
Hoy lo vuelvo a hacer: “Hice lo que pude”.

* Artículo publicado en el Diario El Nacio-


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