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COLEGIO DE CIENCIAS Y HUMANIDADES

PLANTEL NAUCALPAN

CUADERNO DE TRABAJO PARA FILOSOSFÍA I

Apegado a los Programas de Estudio Actualizados

Elaborado por

Paola María del Consuelo Cruz Sánchez

Joel Hernández Otañez

Nombre del alumo________________________________________

Grupo__________

Turno______________________

1
Sesiones 1 y 2 APRENDIZAJE:
El estudiante:
1. Definiciones etimológica y real de filosofía Identifica aspectos básicos de la
filosofía, con la finalidad de que
La filosofía, como su etimología (φιλο-σοφóς) lo designa, refiere aprecie el valor de las actitudes
filosóficas para la formación de sí
al apego de algunos al saber. Narra Cicerón en sus Cuestiones mismo (CCH, 2018).
Tusculanas, que fue Pitágoras quien le dio el nombre. Al ser
interrogado sobre su quehacer por el tirano León, quien le
consideraba sabio, el también matemático contestó que no era TEMA:
Noción de filosofía, origen y
tal, sino sólo un amante del saber, un aspirante a sabio. León
especificidad
quedó asombrado por la respuesta y continuó con sus
inquisiciones. Preguntó entonces, cuáles eran las cualidades de N

los filósofos; Pitágoras los describió como aquellos que han


venido a este mundo a contemplar y examinar con pasión la
SUBTEMA:
realidad sin ningún deseo de lucro (Cicerón, 2009). Características y objeto de estudio
de la filosofía.
• El pasaje versa de la siguiente manera: “A todos aquellos que bajo
su guía se dedicaban con pasión a la contemplación de la naturaleza
eran considerados y llamados sabios y este título se extendió hasta
el tiempo de Pitágoras […]. Admiró León de su talento y de sus
palabras, le preguntó en qué arte confiaba por encima de todo, a lo
que él respondió que no conocía ningún arte en particular, sino que DEFINICIÓN ETIMOLÓGICA :
él era un “filósofo”” (Cuestiones Tusculanas, Libro V, capítulos 7 a Del griego antiguo φιλοσοφία <
11). φιλεῖν fileîn, «amar» y σοφία sofía
Texto de: Cruz, P. (2017). El saber filosófico desde la inquietud de sí. México «sabiduría», amor a la sabiduría;
¿Cuándo piensas en la palabra filosofía, en qué piensas? trans. en latín como philosophĭa

¿Cuál es la utilidad de la Filosofía?


PITÁGORAS DE SAMOS LE
DIO EL NOMBRE A ESTE
¿Por qué razones consideras debes estudiarla en el bachillerato?
QUEHACER DEL
PENSAMIENTO.

¿Cómo te imaginas a un filósofo o filósofa?


EL PITAGORISMO FUE UN MOVIMIENTO
FILOSÓFICO / RELIGIOSO DE
MEDIADOS DEL SIGLO VI A. C.
FUNDADO POR PITÁGORAS DE SAMOS,
Redacta unas breves conclusiones: SIENDO ÉSTA LA RAZÓN POR LA CUAL
SUS SEGUIDORES RECIBÍAN EL
NOMBRE PITAGÓRICOS. ESTOS
FORMABAN LA ESCUELA PITAGÓRICA,
SECTA CONFORMADA POR
ASTRÓLOGOS, MÚSICOS,
1. Busca una definición de filosofía.
MATEMÁTICOS Y FILÓSOFOS, Y CUYA
2. Lee acerca de Aristóteles y rescata 3 datos que te parezcan importantes, CREENCIA MÁS DESTACADA ERA QUE
además de su fecha de nacimiento y muerte. TODAS LAS COSAS SON, EN ESENCIA,
NÚMEROS
https://es.wikipedia.org/wiki/ 2
Pitag%C3%B3ricos
2.Definición real de filosofía

Lee los siguientes pasajes del capítulo primero y segundo del texto llamado
Metafísica de Aristóteles:

LIBRO I
Capítulo 1
Todos los hombres desean por naturaleza saber. Así lo indica el amor a los Párrafo 1:
sentidos; pues, al margen de su utilidad, son amados a causa de sí mismos, y el
que más de todos, el de la vista. En efecto, no sólo para obrar, sino también cuando 1.Explica la frase “Todos los hombres
no pensamos hacer nada, preferimos la vista, por decirlo así, a todos los otros. Y tienen, por naturaleza, el deseo de saber”.
la causa en que, de los sentidos, éste es el que nos hace conocer más, y nos
muestra muchas diferencias. Por naturaleza, los animales nacen dotados de 2. Da dos ejemplos de conocimientos
sensación; pero ésta no engendra en algunos la memoria, mientras que en otros obtenidos por cada uno de los sentidos:
sí. Y por uso de éstos son más prudentes y más aptos para aprender que los que
no pueden recordar; son prudentes sin aprender los incapaces de oír los sonidos 3. De acuerdo con Aristóteles, ¿por qué la
(como la abeja y otros animales semejantes, si los hay); aprenden, en cambio, los vista es nuestro sentido favorito?
que, además de memoria, tienen este sentido. Los demás animales viven con
imágenes y recuerdos, y participan poco de la experiencia. Pero el género humano 4. ¿Cuál es el papel de la memoria en el
dispone del arte y del razonamiento. Y del recuerdo nace para los hombres la aprendizaje?
experiencia, pues muchos recuerdos de la misma cosa llegan a constituir una
experiencia. Y la experiencia parece, en cierto modo, semejante a la ciencia y al 5. De acuerdo con el texto, ¿qué diferencia
arte, pero la ciencia y el arte llegan a los hombres a través de la experiencia. Pues al hombre de los animales?
la experiencia hizo el arte como dice Polo, y la inexperiencia el azar.
6. ¿Cómo se conforma una experiencia?
[…]Creemos, sin embargo, que el saber y el entender pertenecen más al
arte que a la experiencia, y consideramos más sabios a los conocedores del arte Párrafo 2.
que a los expertos, pensando que la sabiduría corresponde en todos al saber. Y
7. ¿Cuál es la diferencia entre ser experto o
esto, porque unos saben la causa, y los otros no. Pues los expertos saben el qué,
pero no el porqué. Aquellos, en cambio, conocen el porqué y la causa. Por eso a técnico en algo y conocer ese algo?
los jefes de obras los consideramos en cada caso más valiosos, y pensamos que
8. Da 3 ejemplos de saberes por técnica y
entienden más y son más sabios que los simples operarios, porque saben las
causas de lo que se está haciendo; éstos, en cambio, como algunos seres por ciencia
inanimados, hacen sí, pero hacen sin saber lo que hacen, del mismo modo que 9. ¿Cuál es la diferencia entre un sabio y un
quema el fuego. Los seres inanimados hacen estas operaciones por cierto impulso
ignorante?
natural, y los operarios, por costumbre. Así, pues, no consideramos a los jefes de
obras más sabios por su habilidad práctica, sino por su dominio de la teoría y su 10. Enlista los saberes que hasta aquí ha
conocimiento de las causas. En definitiva, lo que distingue al sabio del ignorante
mencionado Aristóteles:
es el poder enseñar, y por esto consideramos que el arte es más ciencia que la
experiencia, pues aquellos pueden y éstos no pueden enseñar.

Aristóteles, Métafísica. Disponible en:


http://www.mercaba.org/Filosofia/HT/metafisica.PDF

3
LIBRO I
Capítulo 2. Características del filósofo y del quehacer filosófico

Y puesto que buscamos esta ciencia, lo que debiéramos indagar es de qué causas y principios es ciencia la Sabiduría. Si tenemos en
cuanta el concepto que nos formamos del sabio, es probable que el camino quede más despejado. Pensamos, en primer lugar, que el
sabio lo sabe todo en la medida de lo posible, sin tener la ciencia de cada cosa en particular. También consideramos sabio al que puede
conocer las cosas difíciles y no de fácil acceso para la inteligencia humana (pues el sentir es común a todos, y, por tanto, fácil y nada
sabio). Además, al que conoce con más exactitud y es más capaz de enseñar las causas, lo consideramos más sabio en cualquier
ciencia. Y, entre las ciencias, pensamos que es más Sabiduría la que se elige por sí misma y por saber, que la que se busca a causa
de sus resultados, y que la destinada a mandar es más Sabiduría que la subordinada. Pues no debe el sabio recibir órdenes, sino, y no
es él el que ha de obedecer a otro, sino que ha de obedecerle a él el menos sabio. Tales son, por su calidad y su número, las ideas que
tenemos acerca de la Sabiduría y de los sabios. Y de éstas, el saberlo todo pertenece necesariamente al que posee en sumo grado la
Ciencia universal (pues éste conoce de algún modo todo lo sujeto a ella). Y, generalmente, el conocimiento más difícil para los hombres
es el de las cosas más universales (pues son las más alejadas de los sentidos). Por otra parte, las ciencias son tanto más exactas
cuanto más directamente se ocupan de los primeros principios (pues las que se basan en menos principios son más exactas que las
que proceden por adición; la Aritmética, por ejemplo, es más exacta que la Geometría). Además, la ciencia que considera las causas es
también más capaz de enseñar (pues enseñan verdaderamente los que dicen las causas acerca de cada cosa). Y el conocer y el saber
buscados por sí mismos se dan principalmente en la ciencia que versa sobre lo más escible (pues el que elige el saber por el saber
preferirá a cualquier otra la ciencia más ciencia, y ésta es la que versa sobre lo más escible). Y lo más escible son los primeros principios
y las causas (pues mediante ellos y a partir de ellos se conocen las demás cosas, no ellos a través de lo que les está sujeto). Y es la
más digna de mandar entre las ciencias, y superior a la subordinada, ala que conoce el fin por el que debe hacerse cada cosa. Y este
fin es el bien de cada una, y, en definitiva, el bien supremo en la naturaleza toda. Por todo lo dicho, corresponde a la misma Ciencia el
nombre que se busca. Pues es preciso que ésta sea especulativa de los primeros principios y causas. En efecto, el bien y el fin por el
que se hace algo son una de las causas. Que no se trata de una ciencia productiva, es evidente ya por los que primero filosofaron. Pues
los hombres comienzan y comenzaros siempre a filosofar movidos por la admiración; al principio, admirados ante los fenómenos
sorprendentes más comunes; luego, avanzando poco a poco y planteándose problemas mayores, como los cambios de la luna y los
relativos al sol y a las estrellas, y la generación del universo. Pero el que se plantea un problema o se admira, reconoce su ignorancia.
(Por eso también el que ama los mitos es en cierto modo filósofo; pues el mito se compone de elementos maravillosos). De suerte que,
si filosofaron para huir de la ignorancia, es claro que buscaban el saber en vista del conocimiento, y no por alguna utilidad. Y así lo
atestigua lo ocurrido. Pues esta disciplina comenzó a buscarse cuando ya existían casi todas las cosas necesarias y las relativas al
descanso y al ornato de la vida. Es, pues, evidente que no la buscamos por ninguna utilidad, sino que, así como llamamos hombre libre
al que es para sí mismo y no para otro, así consideramos a ésta como la única ciencia libre, pues ésta sola es para sí misma.

Aristóteles, Métafísica. Disponible en: http://www.mercaba.org/Filosofia/HT/metafisica.PDF

Con base en los párrafos anteriores, completa el siguiente glosario.

Concepto Definición
Filosofía

Asombro

Causa
4
Experiencia

Mito

Arte

Cuatro causas aristotélicas


Evidentemente es preciso adquirir la ciencia de las causas primeras, puesto que decimos que se sabe, cuando creemos
que se conoce la causa primera. Se distinguen cuatro causas. La primera es la esencia, la forma propia de cada cosa,
porque lo que hace que una cosa sea, está toda entera en la noción de aquello que ella es; y la razón de ser primera es,
por tanto, una causa y un principio. La segunda es la materia, el sujeto; la tercera el principio del movimiento; la cuarta,
que corresponde a la precedente, es la causa final de las otras, el bien, porque el bien es el fin de toda producción.
(Aristóteles, Metafísica, libro 1, 3).

Existen cuatro causas del ser: la causa formal, la causa material, la causa eficiente y la causa final. De acuerdo con el párrafo anterior,
define cada una.

C. Formal

C. Material

C. Eficiente

C. Final

Enumera las cuatro causas de ti mismo.

5
Sesiones 4, 5, 6 Y 7

APRENDIZAJE:
El estudiante:
Identifica aspectos básicos de la
filosofía, con la finalidad de que
aprecie el valor de las actitudes
filosóficas para la formación de sí
mismo (CCH, 2018).

3.PENSAMIENTO FILOSÓFICO FRENTE AL MITO Y LA RELIGIÓN

TEMA: Busca una definición de mito y anótala aquí:


Noción de filosofía, origen y
especificidad.

Escribe tres conceptos con los que relaciones la palabra mito:


SUBTEMA:
El pensamiento filosófico frente a la
magia, el mito, la religión y la
ciencia. Investiga qué tipos de mitos hay y da un ejemplo de cada uno:

Un mito (del griego μῦθος, mythos,


«relato», trama)

Consideras que todas las preguntas tienen respuesta, sí, no, por qué.

Consideras que hay más de una respuesta a una misma pregunta, sí, no, por qué.

6
Lee atentamente los capítulos 1 y 2 del mito de la creación bíblico.

Génesis 1-2 Reina-Valera 1960 (RVR1960)


Disponible en: https://www.biblegateway.com/passage/?search=G%C3%A9nesis+1-2&version=RVR1960
Capítulo 1
1 En el principio creó Dios los cielos y la tierra.
2 Y la tierra estaba desordenada y vacía, y las tinieblas estaban sobre la faz del abismo, y el Espíritu de Dios se movía sobre la faz de las aguas.
3 Y dijo Dios: Sea la luz; y fue la luz.
4 Y vio Dios que la luz era buena; y separó Dios la luz de las tinieblas.
5 Y llamó Dios a la luz Día, y a las tinieblas llamó Noche. Y fue la tarde y la mañana un día.
6 Luego dijo Dios: Haya expansión en medio de las aguas, y separe las aguas de las aguas.
7 E hizo Dios la expansión, y separó las aguas que estaban debajo de la expansión, de las aguas que estaban sobre la expansión. Y fue así.
8 Y llamó Dios a la expansión Cielos. Y fue la tarde y la mañana el día segundo.
9 Dijo también Dios: Júntense las aguas que están debajo de los cielos en un lugar, y descúbrase lo seco. Y fue así.
10 Y llamó Dios a lo seco Tierra, y a la reunión de las aguas llamó Mares. Y vio Dios que era bueno.
11 Después dijo Dios: Produzca la tierra hierba verde, hierba que dé semilla; árbol de fruto que dé fruto según su género, que su semilla esté en él,
sobre la tierra. Y fue así.
12 Produjo, pues, la tierra hierba verde, hierba que da semilla según su naturaleza, y árbol que da fruto, cuya semilla está en él, según su género. Y
vio Dios que era bueno.
13 Y fue la tarde y la mañana el día tercero.
14 Dijo luego Dios: Haya lumbreras en la expansión de los cielos para separar el día de la noche; y sirvan de señales para las estaciones, para días
y años,
15 y sean por lumbreras en la expansión de los cielos para alumbrar sobre la tierra. Y fue así.
16 E hizo Dios las dos grandes lumbreras; la lumbrera mayor para que señorease en el día, y la lumbrera menor para que señorease en la noche;
hizo también las estrellas.
17 Y las puso Dios en la expansión de los cielos para alumbrar sobre la tierra,
18 y para señorear en el día y en la noche, y para separar la luz de las tinieblas. Y vio Dios que era bueno.
19 Y fue la tarde y la mañana el día cuarto.
20 Dijo Dios: Produzcan las aguas seres vivientes, y aves que vuelen sobre la tierra, en la abierta expansión de los cielos.
21 Y creó Dios los grandes monstruos marinos, y todo ser viviente que se mueve, que las aguas produjeron según su género, y toda ave alada según
su especie. Y vio Dios que era bueno.
22 Y Dios los bendijo, diciendo: Fructificad y multiplicaos, y llenad las aguas en los mares, y multiplíquense las aves en la tierra.
23 Y fue la tarde y la mañana el día quinto.
24 Luego dijo Dios: Produzca la tierra seres vivientes según su género, bestias y serpientes y animales de la tierra según su especie. Y fue así.
25 E hizo Dios animales de la tierra según su género, y ganado según su género, y todo animal que se arrastra sobre la tierra según su especie. Y
vio Dios que era bueno.
26 Entonces dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza; y señoree en los peces del mar, en las aves de los
cielos, en las bestias, en toda la tierra, y en todo animal que se arrastra sobre la tierra.
27 Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó.
28 Y los bendijo Dios, y les dijo: Fructificad y multiplicaos; llenad la tierra, y sojuzgadla, y señoread en los peces del mar, en las aves de los cielos, y
en todas las bestias que se mueven sobre la tierra.
29 Y dijo Dios: He aquí que os he dado toda planta que da semilla, que está sobre toda la tierra, y todo árbol en que hay fruto y que da semilla; os
serán para comer.
30 Y a toda bestia de la tierra, y a todas las aves de los cielos, y a todo lo que se arrastra sobre la tierra, en que hay vida, toda planta verde les será
para comer. Y fue así.
31 Y vio Dios todo lo que había hecho, y he aquí que era bueno en gran manera. Y fue la tarde y la mañana el día sexto.
7
Busca tres datos de la vida de Platón
Lee con atención lo siguiente: que te parezcan interesantes, además
de su fecha de nacimiento y muerte y
Génesis 1-2 Reina-Valera 1960 (RVR1960) anótalos aquí.
Disponible en: https://www.biblegateway.com/passage/?search=G%C3%A9nesis+1-
2&version=RVR1960
Capítulo 2
1Fueron, pues, acabados los cielos y la tierra, y todo el ejército de ellos.
2 Y acabó Dios en el día séptimo la obra que hizo; y reposó el día séptimo de toda la obra que hizo.
3 Y bendijo Dios al día séptimo, y lo santificó, porque en él reposó de toda la obra que había hecho en la creación.
El hombre en el huerto del Edén
4 Estos son los orígenes de los cielos y de la tierra cuando fueron creados, el día que Jehová Dios hizo la tierra y los cielos,
5 y toda planta del campo antes que fuese en la tierra, y toda hierba del campo antes que naciese; porque Jehová Dios aún no había
hecho llover sobre la tierra, ni había hombre para que labrase la tierra,
6 sino que subía de la tierra un vapor, el cual regaba toda la faz de la tierra.
7 Entonces Jehová Dios formó al hombre del polvo de la tierra, y sopló en su nariz aliento de vida, y fue el hombre un ser viviente.
8 Y Jehová Dios plantó un huerto en Edén, al oriente; y puso allí al hombre que había formado.
9 Y Jehová Dios hizo nacer de la tierra todo árbol delicioso a la vista, y bueno para comer; también el árbol de vida en medio del huerto,
y el árbol de la ciencia del bien y del mal.
10 Y salía de Edén un río para regar el huerto, y de allí se repartía en cuatro brazos.
11 El nombre del uno era Pisón; éste es el que rodea toda la tierra de Havila, donde hay oro;
12 y el oro de aquella tierra es bueno; hay allí también bedelio y ónice.
13 El nombre del segundo río es Gihón; éste es el que rodea toda la tierra de Cus.
14 Y el nombre del tercer río es Hidekel; éste es el que va al oriente de Asiria. Y el cuarto río es el Eufrates.
15 Tomó, pues, Jehová Dios al hombre, y lo puso en el huerto de Edén, para que lo labrara y lo guardase.
16 Y mandó Jehová Dios al hombre, diciendo: De todo árbol del huerto podrás comer;
17 mas del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás; porque el día que de él comieres, ciertamente morirás.
18 Y dijo Jehová Dios: No es bueno que el hombre esté solo; le haré ayuda idónea para él.
19 Jehová Dios formó, pues, de la tierra toda bestia del campo, y toda ave de los cielos, y las trajo a Adán para que viese cómo las
había de llamar; y todo lo que Adán llamó a los animales vivientes, ese es su nombre.
20 Y puso Adán nombre a toda bestia y ave de los cielos y a todo ganado del campo; mas para Adán no se halló ayuda idónea para él.
21 Entonces Jehová Dios hizo caer sueño profundo sobre Adán, y mientras éste dormía, tomó una de sus costillas, y cerró la carne en
su lugar.
22 Y de la costilla que Jehová Dios tomó del hombre, hizo una mujer, y la trajo al hombre.
23 Dijo entonces Adán: Esto es ahora hueso de mis huesos y carne de mi carne; ésta será llamada Varona,[a] porque del varón[b] fue
tomada.
24 Por tanto, dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y serán una sola carne.
25 Y estaban ambos desnudos, Adán y su mujer, y no se avergonzaban.

4.APROXIMACIONES AL MITO FILOSÓFICO

Lee con cuidado los siguientes pasajes del diálogo El Banquete de Platón
(Platón, Obras completas, edición de Patricio de Azcárate, tomo 5, Madrid 1871)

Discurso de Aristófanes

1. «Figúraseme, que hasta ahora los hombres han ignorado enteramente el poder del Amor; porque si lo conociesen, le
levantarían templos y altares magníficos, y le ofrecerían suntuosos sacrificios, y nada de esto se hace, aunque sería muy

8
conveniente; porque entre todos los dioses él es el que derrama más beneficios sobre los
hombres, como que es su protector y su médico, y, los cura de los males que impiden al
género humano llegar a la cumbre de la felicidad. Voy a intentar darles a conocer el poder
del Amor, y queda a vuestro cargo enseñar a los demás lo que aprendáis de mí. Pero es
preciso comenzar por decir cuál es la naturaleza del hombre, y las modificaciones que ha
sufrido. En otro tiempo la naturaleza humana era muy diferente de lo que es hoy. Primero
había tres clases de hombres: los dos sexos que hoy existen, y uno tercero compuesto de
estos dos, el cual ha desaparecido conservándose sólo el nombre.
2. Este animal formaba una especie particular, y se llamaba andrógino, porque reunía el sexo
masculino y el femenino; pero ya no existe y su nombre está en descrédito. En segundo lugar,
todos los hombres tenían formas redondas, la espalda y los costados colocados en círculo,
cuatro brazos, cuatro piernas, dos fisonomías, unidas a un cuello circular y perfectamente
semejantes, una sola cabeza, que reunía estos dos semblantes opuestos entre sí, dos orejas,
dos órganos de la generación, y todo lo demás en esta misma proporción. Marchaban rectos
como nosotros, y sin tener necesidad de volverse para tomar el camino que querían. Cuando
deseaban caminar ligeros, se apoyaban sucesivamente sobre sus ocho miembros, y
avanzaban con rapidez mediante un movimiento circular, como los que hacen la rueda con
los pies al aire.
Platón(en griego antiguo:
3. La diferencia, que se encuentra entre estas tres especies de hombres, nace de la que hay
Πλάτων, Plátōn; Atenas o entre sus principios. El sol produce el sexo masculino, la tierra el femenino, y la luna el
Egina,2 c. 427-347 a. C.) fue compuesto de ambos, que participa de la tierra y del sol. De estos principios recibieron su
un filósofo griego seguidor forma y su manera de moverse, que es esférica. Los cuerpos eran robustos y vigorosos y de
de Sócrates y maestro de corazón animoso, y por esto concibieron la atrevida idea de escalar el cielo, y combatir con
Aristóteles. En 387 fundó la
los dioses, como dice Homero de Efialtes y de Oto. Júpiter examinó con los dioses el partido
que debía tomarse. El negocio no carecía de dificultad; los dioses no querían anonadar a los
Academia, institución que
hombres como en otro tiempo a los gigantes, fulminando contra ellos sus rayos, porque
continuaría su marcha a lo entonces desaparecerían el culto y los sacrificios que los hombres les ofrecían; pero, por otra
largo de más de novecientos parte, no podían sufrir semejante insolencia.
años y a la que Aristóteles 4. En fin, después de largas reflexiones, Júpiter se expresó en estos términos: Creo haber
acudiría desde Estagira a encontrado un medio de conservar los hombres y hacerlos más circunspectos, y consiste en
estudiar filosofía alrededor disminuir sus fuerzas. Los separaré en dos; así se harán débiles y tendremos otra ventaja,
que será la de aumentar el número de los que nos sirvan; marcharán rectos sosteniéndose
del 367, compartiendo, de
en dos piernas sólo, y si después de este castigo conservan su impía audacia y no quieren
este modo, unos veinte años permanecer en reposo, los dividiré de nuevo, y se verán precisados a marchar sobre un solo
de amistad y trabajo con su pie, como los que bailan sobre odres en la fiesta de Caco.
maestro. 5. Después de esta declaración, el dios hizo la separación que acababa de resolver, y la hizo
https://es.wikipedia.org/wiki/P lo mismo que cuando se cortan huevos para salarlos, o como cuando con un cabello se los
lat%C3%B3n divide en dos partes iguales. En seguida mandó Apolo que curase las heridas y colocase el
semblante y la mitad del cuello del lado donde se había hecho la separación, a fin de que la
Aristófanes (en griego vista de este castigo los hiciese más modestos. Apolo puso el semblante del lado indicado, y
Ἀριστοφάνης; Atenas, reuniendo los cortes de la piel sobre lo que hoy se llama vientre, los cosió a manera de una
444 a. C.-385 a. C.) fue un
bolsa que se cierra, no dejando más que una abertura en el centro, que se llama ombligo. En
cuanto a los otros pliegues, que eran numerosos, los pulió, y arregló el pecho con un
comediógrafo griego. Las
instrumento semejante a aquel de que se sirven los zapateros para suavizar la piel de los
nubes fue presentada en el zapatos sobre la horma, y sólo dejó algunos pliegues sobre el vientre y el ombligo, como en
423 a. C. Aristófanes no logró recuerdo del antiguo castigo.
ganar el primer lugar, jamás
se resignó y la reescribió 6. Hecha esta división, cada mitad hacia esfuerzos para encontrar la otra mitad de que había
entre los años 420 y 417.
sido separada; y cuando se encontraban ambas, se abrazaban y se unían, llevadas del deseo
de entrar en su antigua unida, con un ardor tal, que abrazadas perecían de hambre é inacción,
Aristófanes la consideraba su
no queriendo hacer nada la una sin la otra. Cuando la una de las dos mitades pereda, la que
obra más fina de entre sus sobrevivía buscaba otra, a la que se unía de nuevo, ya fuese la mitad de una mujer entera,
comedias. En Las nubes lo que ahora llamamos una mujer, ya fuese una mitad de hombre; y de esta manera la raza
aparece la primera referencia iba extinguiéndose. Júpiter, movido a compasión, imagina otro expediente: pone delante los
histórica sobre Sócrates.
9
https://es.wikipedia.org/wiki
/Las_nubes
órganos de la generación, por que antes estaban detrás, y se concebía y se derramaba el semen, no el uno en el otro, sino en tierra
como las cigarras. Júpiter puso los órganos en la parte anterior y de esta manera la concepción se hace mediante la unión del varón y
la hembra. Entonces, si se verificaba la unión del hombre v la mujer, el fruto de la misma eran los hijos; y si el varón se unía al varón, la
saciedad los separaba bien pronto y los restituía a sus trabajos y demás cuidados de la vida. De aquí procede el amor que tenemos
naturalmente los unos a los otros; él nos recuerda nuestra naturaleza primitiva y hace esfuerzos para reunir las dos mitades y para
restablecernos en nuestra antigua perfección.
7. Cada uno de nosotros no es más que una mitad de hombre, que ha sido separada de su todo, como se divide una hoja en dos. Estas
mitades buscan siempre sus mitades. Los hombres que provienen de la separación de estos seres compuestos, que se llaman
andróginos, aman las mujeres; y la mayor parte de los adúlteros pertenecen a esta especie, así como también las mujeres que aman a
los hombres y violan las leyes del himeneo. Pero a las mujeres, que provienen de la separación de las mujeres primitivas, no llaman la
atención los hombres y se inclinan más a las mujeres; a esta especie pertenecen las tribades.
8. Del mismo modo los hombres, que provienen de la separación de los hombres primitivos, buscan el sexo masculino. Mientras son
jóvenes aman a los hombres; se complacen en dormir con ellos y estar en sus brazos; son los primeros entre los adolescentes y los
adultos, como que son de una naturaleza mucho más varonil. Sin razón se les echa en cara que viven sin pudor, porque no es la falta
de éste lo que les hace obrar así, sino que dotados de alma fuerte, valor varonil y carácter viril, buscan sus semejantes; y lo prueba que
con el tiempo son más aptos que los demás para servir al Estado. Hechos hombres a su vez aman los jóvenes, y si se casan y tienen
familia, no es porque la naturaleza los incline a ello, sino porque la ley los obliga. Lo que prefieren es pasar la vida los unos con los otros
en el celibato.
9. El único objeto de los hombres de este carácter, amen a sean amados, es reunirse a quienes se les asemeja. Cuando el que ama a
los jóvenes o a cualquier otro llega a encontrar su mitad, la simpatía, la amistad, el amor los une de una manera tan maravillosa, que no
quieren en ningún concepto separarse ni por un momento. Estos mismos hombres, que pasan toda la vida juntos, no pueden decir lo
que quieren el uno del otro, porque si encuentran tanto gusto en vivir de esta suerte, no es de creer que sea la causa de esto el placer
de los sentidos. Evidentemente su alma desea otra cosa, que ella no puede expresar, pero que adivina y da a entender. Y si cuando
están el uno en brazos del otro, Vulcano se apareciese con los instrumentos de su arte, y les dijese: ¡Oh hombres I ¿qué es lo que os
exigís recíprocamente?» y si viéndoles perplejos, continuase interpelándoles de esta manera: «lo que quieres, ¿no es estar de tal
manera unidos, que ni de día» ni de noche estéis el uno sin el otro? Si es esto lo» que deseáis, voy a fundiros y mezclaros de tal manera,
que no seréis ya dos personas, sino una sola; y que mientras viváis, viváis una vida común como una sola persona, y que cuando hayáis
muerto, en la muerte misma» os reunáis de manera que no seáis dos personas sino »una sola.
10. Ved ahora si es esto lo que deseáis, y si esto DOS puede hacer completamente felices.» Es bien seguro, que si Vulcano les dirigiera
este discurso, ninguno de ellos negarla, ni responderla, que deseaba otra cosa, persuadido de que el dios acababa de expresar lo que
en todos los momentos estaba en el fondo de su alma; esto es, el deseo de estar unido y confundido con el objeto amado, hasta no
formar más que un solo ser con él. La causa de esto es que nuestra naturaleza primitiva era una, y que éramos un todo completo, y se
da el nombre de amor al deseo y prosecución de este antiguo estado. Primitivamente, como he dicho, nosotros éramos uno; pero
después en castigo de nuestra iniquidad nos separó Júpiter, como los arcadios lo fueron por los lacedemonios. Debemos procurar no
cometer ninguna falta contra los dioses, por temor de exponernos a una segunda división, y no ser como las figuras presentadas de
perfil en los bajo relieves, que no tienen más que medio semblante, o como los dados cortados en dos.
11. Es preciso que todos nos exhortemos mutuamente a honrar a los dioses, para evitar un nuevo castigo, y volver a nuestra unidad
primitiva bajo los auspicios y la dirección del Amor. Que nadie se ponga en guerra con el Amor, porque ponerse en guerra con él es
atraerse el odio de los dioses. Tratemos, pues, de merecer la benevolencia y el favor de este dios, y nos proporcionará la otra mitad de
nosotros mismos, felicidad que alcanzan muy pocos. Que Erixímaco no critique estas últimas palabras, como si hicieran alusión a
Pausanias y á Agatón, porque quizá estos son de este pequeño número, y pertenecen ambos a la naturaleza masculina. Sea lo que
quiera, estoy seguro de que todos seremos dichosos, hombres y mujeres, si, gracias al Amor, encontramos cada uno nuestra mitad, y
si volvemos a la unidad de nuestra naturaleza primitiva.
12. Ahora bien, si este antiguo estado era el mejor, necesariamente tiene que ser también mejor el que más se le aproxime en este
mundo, que es el de poseer a la persona que se ama según se desea. Si debemos alabar al dios que nos procura esta felicidad,
alabemos al Amor, que no sólo nos sirve mucho en esta vida, procurándonos lo que nos conviene, sino también porque nos da poderosos
motivos para esperar, que si cumplimos fielmente con los deberes para con los dioses, nos restituirá él a nuestra primera naturaleza
después de esta vida, curará nuestras debilidades y nos dará la felicidad en toda su pureza. He aquí, Erixímaco, mi discurso sobre el
Amor. Difiere del tuyo, pero te conjuro a que no te burles, para que podamos oír los de los otros dos, porque aún no han hablado Agatón
y Sócrates.»
Versión disponible en: http://www.filosofia.org/cla/pla/img/azf05285.pdf

Con base en el fragmento anterior, responde las siguientes preguntas.

10
Dibuja a los andróginos

Contesta las siguientes preguntas

Párrafo 1
¿Qué es el amor y por qué, según Aristófanes, es el mejor de los dioses?

Párrafos 2-3
¿Cuántos tipos de seres había y cómo eran?

Dibuja al andrógino

¿Cuál fue el atrevimiento que tuvieron estos seres?

¿Por qué razón los dioses no los destruyeron?

Párrafo 4
¿Qué resolución tomaron los dioses respecto a ellos?

Párrafo 5
¿Qué marca en el cuerpo nos indica que estos seres existieron?

Párrafo 6
¿Qué sucedió después de que los cortaron?

11
Párrafos 7-8
¿En qué consiste la nueva condición?

En el mito, ¿cómo se explica la homosexualidad?

Párrafos 9-10
En este contexto, ¿qué significa la media naranja?

¿Cuáles son las ventajas de hallar la otra mitad?

Párrafo 11-12
¿Cuál es el papel del Eros en la construcción de la felicidad de los hombres y las mujeres?

Basándote en el mito, define el amor.

Tabla comparativa de los mitos

Hasta aquí has revisado dos mitos, el de la creación en el Génesis bíblico y el mito de los “andróginos” de Platón, ahora
intenta completar esta visión comparativa.

Similitudes Diferencias
Condición de lo humano

Concepción de la sexualidad

12
Roles de lo femenino y masculino

Finalmente, ¿qué le explicarías a un niño o una niña usando el mito de los andróginos?
_______________________________________________________________________________________________
FRAGMENTOS de HERÁCLITO

Filósofo presocrático (540 – 480 a. C.).

Lee e interpreta los siguientes fragmentos

1. “LA verdadera naturaleza gusta ocultarse”


2. “Si uno no espera lo inesperado, no lo encontrará, pues es difícil de escudriñar y alcanzar.”
3. El soberano, cuyo oráculo es el que está en Delfos, no dice ni oculta, sino da señales.”
4. “Me indagué a mí mismo”.
5. “Límites al alma no conseguirás hallarle, sea cual fuere el camino que recorras. ¡Tan profunda es la razón que tiene!”.
6. “Para los que están despiertos, el orden del mundo es uno y común, mientras para que cada uno de los que duermen
se vuelve hacia uno propio.”
7. “Conexiones, totalidades no-totalidades: convergente-divergente, consonante-disonante, de todas las cosas una
sola, y de una sola, todas.”
8. “No escuchándome a mí, sino a la razón, sabio es reconocer que todas las cosas son una.”
9. “Las cosas frías se calientan, lo caliente se enfría, lo húmedo se seca, lo árido se humedece.”
10. “A quienes penetran en los mismos ríos aguas diferentes y diferentes les corren por encima.”

1.__________________________________________________________________________________________
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2___________________________________________________________________________________________
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13
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Plantea una pregunta filosófica que se derive de cada fragmento.

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2__________________________________________________________________
3__________________________________________________________________
4___________________________________________________________________
5_________________________________________________________________
6__________________________________________________________________
7__________________________________________________________________
8_________________________________________________________________
9________________________________________________________________
10________________________________________________________________

Ejemplifica cada fragmento con algún pasaje de la vida cotidiana

14
APRENDIZAJE:
El estudiante: “EL HILO DE ARIADNA O DEL TRÁNSITO
Identifica aspectos básicos de la filosofía, con la finalidad de
que aprecie el valor de las actitudes filosóficas para la POR EL CCH”
formación de sí mismo (CCH, 2018).

TEMA:
Noción de filosofía, origen y especificidad.

SUBTEMA:
El pensamiento filosófico frente a la magia, el mito, la
Ariadna abandonada por Teseo, obra de Angélica Kauffmann,
religión y la ciencia.
1782.

1. Lee con atención el siguiente mito:

TESEO Y EL HILO DE ARIADNA

En compensación por la muerte de Androgeo, Minos ordenó que los atenienses enviaran siete muchachos y siete doncellas
cada nueve años —es decir a la terminación de cada Gran Año— al Laberinto de Creta, donde esperaba el Minotauro para
devorarlos. Este Minotauro, que se llamaba Asterio, o Asterión, era el monstruo con cabeza de toro que Pasífae había tenido
con el toro blanco. Poco después de la llegada de Teseo a Atenas venció la fecha del tributo por tercera vez, y sintió tanta
lástima por los padres cuyos hijos podían ser elegidos por sorteo que él mismo se ofreció como una de las víctimas, a pesar
de las fervorosas tentativas que hizo Egeo para disuadirle. Pero algunos dicen que le tocó ir por sorteo. Según otros, el rey
Minos fue personalmente con una gran flota a elegir las víctimas, y su mirada recayó en Teseo, quien, aunque era natural
de Trecén y no de Atenas, se ofreció voluntariamente a ir, con la condición de que si vencía al Minotauro sin armas se
anularía el tributo.
En las dos ocasiones anteriores el barco que conducía las catorce víctimas llevaba velas negras, pero Teseo confiaba en
que los dioses le ayudarían, y por tanto Egeo le dio una vela blanca para que la izase a su regreso en señal de buen éxito;
aunque algunos dicen que era una vela roja, teñida con jugo de coscoja.
Una vez realizado el sorteo en el Tribunal de Justicia, Teseo llevó a sus compañeros al Delfinio, donde hizo por ellos a Apolo
la ofrenda de un ramo de olivo sagrado, coronado con una banderola de lana blanca. Las catorce madres llevaron provisiones
para el viaje y relataron a sus hijos fábulas y cuentos heroicos para animarlos. Pero Teseo reemplazó a dos de las doncellas
con un par de muchachos afeminados que poseían un valor y una presencia de ánimo extraordinarios. Ordenó a éstos que
tomaran baños calientes, evitaran los rayos del sol, se perfumasen el cabello y el cuerpo con ungüentos y se ejercitasen en
hablar, hacer gestos y caminar como las mujeres. Así podía engañar a Minos haciéndolos pasar por doncellas […].
El oráculo de Delfos había aconsejado a Teseo que llevara a Afrodita como guía y compañera en el viaje. En consecuencia,
le ofreció un sacrificio en la playa, y he aquí que la víctima, una cabra, se convirtió al morir en macho cabrío. Este prodigio
mereció a Afrodita el título de Epitragia.
Teseo se hizo a la mar el día 6 del mes Muniquión [abril]. Cuando la nave llegó a Creta algunos días después, Minos bajó al
puerto para contar las víctimas.
Afrodita había acompañado ciertamente a Teseo pues, […] la hija de Minos, Ariadna, se enamoró de él a primera vista. «Te
ayudaré a matar a mi hermanastro, el Minotauro —le prometió en secreto— si puedo volver a Atenas contigo como tu
15
esposa.» Teseo aceptó de buena gana ese ofrecimiento y le prometió casarse con ella.
Ahora bien, Dédalo, (arquitecto del laberinto donde estaba el Minotauro encerrado), antes
de salir de Creta, había dado a Ariadna un ovillo de hilo mágico y le dio instrucciones sobre https://www.google.com.mx/search?q=mito
la manera de entrar y salir del Laberinto. Debía abrir la puerta de entrada y atar al dintel el otauro&source=lnms&tbm=isch&sa=X&ved
extremo suelto del hilo; el ovillo iría desenredándose y disminuyendo a medida que wju1uyWzMDVAhWHzIMKHcGNBDQQ_AU
w=1366&bih=651
avanzase, tortuosamente y dando muchas vueltas, hacia el recinto más recóndito donde se
alojaba el Minotauro. Ariadna entregó ese ovillo a Teseo y le dijo que siguiera el hilo hasta
que llegara a donde dormía el monstruo, al que debía asir por el cabello y sacrificar a
Posidón. Luego podría volver siguiendo el hilo, que iría enrollando y formando de nuevo el Enlista los personajes:
ovillo.
Esa misma noche Teseo hizo lo que se le había dicho, pero es motivo de mucha discusión
si mató al Minotauro con una espada que le dio Ariadna, o con sus manos desarmadas, o
con su célebre clava. En un friso esculpido de Amicle aparece el Minotauro atado y
conducido en triunfo por Teseo a Atenas, pero ésta no es la fábula que se acepta
generalmente.
m. Cuando Teseo salió del Laberinto, salpicado con sangre, Ariadna le abrazó
apasionadamente y condujo al puerto a todo el grupo ateniense. Pues, entretanto, los dos
muchachos de aspecto afeminado habían matado a los guardias del alojamiento de las
mujeres y puesto en libertad a las víctimas doncellas. Todos ellos embarcaron sigilosamente
en su nave, en la que les esperaban Nausítoo y Féax, y se apresuraron a alejarse remando.
Pero aunque Teseo había desfondado previamente los cascos de varias naves cretenses
para impedir la persecución, se dio la alarma y se vio obligado a librar un combate naval en
el puerto antes de escapar, afortunadamente sin pérdidas, a cubierto de la oscuridad.
Algunos días más tarde, después de desembarcar en la isla llamada entonces Día y ahora
Naxos, Teseo dejó a Ariadna dormida en la playa y se hizo nuevamente a la mar. El motivo
por el que actuó así será siempre un misterio. Algunos dicen que la abandonó en favor de
una nueva amante, Eglé, hija de Panopeo; otros dicen que mientras le detenían en Día
vientos contrarios reflexionó sobre el escándalo que causaría en Atenas la llegada de
Ariadna. Y no faltan quienes afirman que Dioniso se le apareció a Teseo en un sueño y le
exigió amenazadoramente que le entregase a Ariadna, y que cuando despertó Teseo y vio
que la flota de Dioniso se disponía a atacar Dia, levó anclas presa de un terror súbito, y un
hechizo de Dioniso le hizo olvidar su promesa a Ariadna e incluso su existencia misma.
Sea cual fuere la verdad, los sacerdotes de Dioniso en Atenas afirman que cuando Ariadna
se encontró en la costa desierta irrumpió en amargos lamentos, recordando cómo había
temblado mientras Teseo se disponía a dar muerte a su monstruoso hermanastro; cómo
había hecho votos silenciosos por su buen éxito; y cómo, por el amor que le tenía, había
abandonado a sus padres y su patria. Invocó al universo entero para que la vengase y el
Padre Zeus asintió con un movimiento de cabeza. Luego, amable y bondadosamente,
Dioniso, con su alegre séquito de sátiros y ménades, acudió en socorro de Ariadna. Se casó
en seguida con ella y le puso en la cabeza la corona de Tetis, y ella le dio muchos hijos.

Graves, R. (2011): Los mitos griegos. Volúmen 2. Madrid: Alianza Editorial.

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2. Contesta las siguientes preguntas:

a) Si fueras alguno de los personajes del mito ¿cuál serías y por qué?

b) ¿En algún momento la escuela, alguna asignatura, etc., se han vuelto laberínticos? Explica la situación.

3. Siguiendo esta definición, interpreta el significa de este mito y redacta un párrafo de 200 a 300 palabras , dónde
aclares cómo has salido de situaciones difíciles en la escuela y quién ha sido para ti Ariadna y qué o quién ha fungido
como el hilo.

17
Sesiones 8 y 9

Estética de la existencia, cuidado de sí y tecnologías del yo (CCH, 2018).

Plotino, (1985): Enéadas III y IV. Madrid: Editorial Gredos. pp. 490-499.
Disponible en:
http://blogs.fad.unam.mx/asignatura/adriana_raggi/wp-content/uploads/2014/12/Plotino-En%C3%A9adas-III-IV.pdf

Si cada uno de nosotros es inmortal, o se corrompe i todo él o unas partes de él van camino de la desintegración y corrupción
mientras que otras, las que son él mismo, perduran por siempre, es posible averiguarlo estudiándolo de acuerdo con la
naturaleza del siguiente modo. Efectivamente, el hombre no puede ser algo sim- ple, sino que en él hay un alma, pero posee,
además, un cuerpo, sea que nos sirva de instrumento, sea que esté vinculado a nosotros de otro modo. En todo caso, demos
por válida esta división y consideremos la naturaleza y esencia de cada uno de los componentes. Pues bien, es claro a la
luz de la razón que el cuerpo, puesto que también él es compuesto, no puede ser permanente. Además, la percepción es
testigo de que el cuerpo se disuelve y se desmorona y es susceptible de destrucciones de toda clase, puesto que cada uno
de sus ingre- dientes se va por su lado y uno destruye a otro, se transforma en otro y deshace a otro, principalmente cuando
el alma, que los hace amigos, no está presente en sus masas. Pero es que además, aun cuando cada ingrediente se aísle
y se individualice, no por eso es uno, pues es susceptible de disolverse en forma y materia, que son constitutivos
indispensables aun de los cuerpos simples.

¿POR QUÉ EL ALMA NO SE DESTRUYE?

¿QUÉ ES EL CUERPO Y QUÉ ES EL ALMA?

Es más, puesto que, al ser cuerpos, poseen magnitud y se fraccionan y se desmenuzan, también por este concepto
estarán sometidos a corrupción. Así que, si el cuerpo forma parte de nosotros, no somos inmortales del todo; y si es un
instrumento, entonces, puesto que nos fue dado por algún tiempo, él mismo tenía que ser temporal por naturaleza. En cambio,
la parte más importante de nosotros es también el hombre mismo, ya que esa parte ' tiene rango o de forma con relación al
cuerpo como materia o de usuario con relación al cuerpo como instrumento. Pero en uno y otro caso el alma es el hombre
mismo.

¿EN QUÉ SENTIDO SOMOS INMORTALES?

¿Cuál es, pues, la naturaleza de esa parte? '. Si es un cuerpo, habrá que descomponerlo ineludiblemente, pues
precisamente todo cuerpo es compuesto. Y si resulta que no es un cuerpo, sino de una naturaleza distinta, también habrá
que examinar dicha naturaleza, bien con el mismo método, bien con otro '. Mas lo primero que hay que examinar es en qué
hay que descomponer ese cuerpo que llaman arma. Porque como la vida está necesariamente presente en el alma, síguese
forzosamente que si ese cuerpo que es el alma consta de dos o más cuerpos, entonces o cada uno de los dos o cada uno
de ellos posee una vida connatural, o el uno la posee y el otro no, o ninguno de los dos o ninguno de ellos lo la posee.
Suponiendo, pues, que la vida sea inherente a uno solo de ellos, este mismo será el alma. Pues bien ¿qué cuerpo puede
haber que posea vida por sí mismo? Porque el fuego, el aire, el agua y la tierra son de por sí inanimados, y cualquiera de
ellos en que esté presen- te el alma vive con una vida que le es adventicia; por otra parte, otros cuerpos además de los
dichos no los hay, y precisamente quienes opinan que hay además elementos distintos de aquéllos afirman que son cuerpos
y no almas ni poseedores de vida. Ahora bien, si ninguno de ellos posee vida, es absurdo suponer que su asociación haya
18
producido vida. Mas si se supone que cada uno posee vida, entonces basta uno solo. Mejor dicho, es imposible que la
aglomeración de unos cuerpos produzca vida y que los seres carentes de inteligencia engrendren inteligencia.

¿POR QUÉ RAZONES EL CUERPO NO TIENE VIDA EN SÍ MISMO?

Tampoco irán a decir que esos cuerpos se originan por haberse combinado de cualquier modo. Luego se requiere
que exista el principio que los ordene y la causa de la combinación. Así que ésta es la que tendría rango de alma. Porque,
ningún cuerpo, no ya uno compuesto, sino ni siquiera uno simple, puede darse entre los seres a no ser que exista un alma
en el universo supuesto que es una razón la que adviniendo sobre la materia produce un cuerpo y que, por otra parte, una
razón no puede provenir de ningún principio más que del alma. Pero si alguno dijera que no es así, sino que hay átomos o
indivisibles que, al asociarse, producen el alma en virtud de su unión y de su comunidad de afecciones, el hecho mismo de
que los átomos se yuxtapongan pero no se compenetren del todo refutaría este aserto, porque de cuerpos impasibles y que
no pueden aunarse, no se origina algo que sea uno ni algo que esté en simpatía consigo mismo. El alma, en cambio, está
en simpatía consigo misma. Por otra parte, de cosas in- divisibles no puede originarse un cuerpo ni una magnitud.

¿CUÁLES SON LAS DIFERENCIAS ENTRE ALMA Y CUERPO?

Asimismo, si suponen que el cuerpo 'O es simple y que cuanto en él es material no posee vida de suyo por- que la
materia carece de cualidad ", pero que lo que en él tiene rango de forma confiere la vida, entonces lo o sostienen que esa
forma es una sustancia, en cuyo caso el alma no será ya el conjunto de ambos elementos, sino uno de los dos y éste no
será ya cuerpo, pues no constará también él de materia -si no, lo descompondríamos de nuevo de la misma manera-, o
sostienen que esa forma es una afección de la materia y no una sustancia, en cuyo caso tendrán que decirnos de dónde le
vino a la materia esa afección y de dónde la vida, pues cierto es que la materia no puede estructurar- se a sí misma ni se
infunde alma a sí misma. Luego tiene que existir algún principio que sea el suministrador de la vida, sea que se la suministre
a la materia, sea que se la suministre a uno cualquiera de los cuerpos, y que esté fuera y más allá de toda la naturaleza
corpórea. Efectivamente, ni siquiera existiría cuerpo alguno si no existiera una potencia psíquica. Porque el cuerpo fluye, y
su naturaleza se cifra en el movimiento; y así, las cosas perecerían rapidísimamente si todas fueran cuerpos, aun cuando
sólo a uno de ellos se le impusiese el nombre de alma, porque ésta padecería las mismas afecciones que los demás cuerpos
al no haber para ellos más que una sola materia. Mejor dicho, ni siquiera se originarían las cosas, sino que todas se
detendrían en la materia al no haber quien la estructurara. Y bien pue- de ser que ni siquiera existiese en absoluto la materia.

MENCIONA 3 CARACTERÍSTICAS DEL ALMA Y DESCRÍBELAS

Además, todo este universo se disolvería si uno lo confiara a la fuerza cohesiva de un cuerpo dando a éste rango
de alma tan sólo de nombre, pues no es más que aire y hálito sumamente dispersable y posee una unidad que no le viene
de sí mismo. Porque como todos los cuerpos se fraccionan, si uno adjudicase este universo a cualquiera de ellos, ¿cómo
negar que lo convertiría en un ser que carecería de inteligencia y se movería a la ventura? Porque ¿qué orden puede haber
en un hálito necesitado de un orden venido del alma? ¿Qué razón o qué inteligencia? En cambio, en habiendo alma, todas
estas cualidades están al servicio de ella para la constitución del cosmos y de cada viviente, habiendo potencias que,
proviniendo una de un viviente y otra de otro, contribuyen al bien del conjunto. Pero si el alma no estuviese presente en el
conjunto, éste no sería nada; mucho menos estaría en orden.

19
¿CÓMO DESCRIBE PLOTINO EL ALMA SUPERIOR?

Pero son ellos mismos los que, guiados por la verdad, atestiguan que tiene que haber alguna clase de alma anterior
a los cuerpos y superior a éstos cuando establecen que ese hálito está dotado de inteligencia y es aun fuego intelectivo,
como si la porción superior de la realidad no pudiera sin fuego y sin hálito contar se en el número de los seres, sino que
buscase un lugar donde asentarse, cuando lo que debieran buscar es dónde asentarán los cuerpos dando por supuesto que
esto deben estar asentados en las potencias del alma. Pero bien, si suponen que la vida y el alma no son nada distinto del
hálito, ¿en qué consiste ese cierto esta tan repetido por ellos en el que se refugian por- que se ven forzados a postular una
naturaleza operativa distinta de los cuerpos? Si, pues, no todo hálito es alma porque hay un sinfín de hálitos inanimados,
sino que sostienen que el alma es aun hálito en cierto estado, entonces habrán de sostener que ese acierto estado* y esa
disposición. O es una entidad real o no es nada real la. Ahora bien, si no es nada real, sólo el hálito será real, y ese cierto
estado, no será más que un nombre. Y esto implicará para ellos la admisión de que el alma y dios no son otra cosa que la
materia y que todas las cosas no son más que nombres mientras que sólo la materia es real. Pero si esa «disposición» es
una entidad real y distinta del sustrato y de la materia, existente en la materia, eso sí, pero inmaterial en sí misma porque no
consta a su vez de materia, entonces será una determinada razón y no un cuerpo y será una naturaleza distinta.

¿CUÁL ES LA PRUEBA DE LA EXISTENCIA DE DIOS?

Pero, además, que es imposible que el alma sea un cuerpo cualquiera, se deduce con no menor claridad de las
consideraciones siguientes. Un cuerpo es, en efecto, caliente o frío, duro o blando, líquido o sólido, negro o blanco y todas
las cualidades que son propias de los cuerpos e inherentes unas a unos y otras a otros. Y si es sólo caliente, calienta; si sólo
frío, enfriará; el ligero aligerará con su advenimiento y su presencia; el pesado engravecerá, el negro ennegrecerá y el blanco
blanqueará. Pues no es propio del fuego el enfriar ni de lo frío el calentar. El alma, en cambio, sí produce efectos distintos
en animales distintos; pero además, efectos contrarios en un mismo animal, haciendo a unas partes sólidas, a otras líquidas,
a unas densas y a otras raras, negras o blancas, ligeras o pesadas. Sin embargo, debiera producir un solo efecto en
correspondencia con sus otras cualidades somáticas y, en particular, con el color. Pero, de hecho, produce multitud de
efectos. ¿Y cómo es que produce una variedad de movimientos en vez de uno solo, cuando a cada cuerpo le corresponde
un solo movimiento? Si respondieren que unos son causados por decisiones y otros por razones (seminales), la respuesta
es correcta, pero la decisión no es propia de un cuerpo, ni lo son las razones, al menos si son variadas, pues el cuerpo es
uno solo y simple y no tiene parte en semejante razón, sino sólo en tanta cuanta le ha sido dada por quien hizo que fuese
caliente o frío.
Y la potencia de hacer crecer a su tiempo y hasta alcanzar una dimensión determinada ¿de dónde puede venirle al
cuerpo mismo, cuando lo que le corresponde al cuerpo es crecer pero sin tener parte él mismo en lo la potencia de hacer
crecer excepto en la medida en que haya sido tomado en la masa material como adjunto y auxiliar de quien por medio de él
efectúa el crecimiento. Porque, además, si el alma fuera causa del crecimiento siendo ella cuerpo, sería preciso que también
ella creciese, obviamente por agregación de un cuerpo similar, si es verdad que el alma ha de coextenderse con el cuerpo
que crece por ella. Además, lo agregado o será alma o será un cuerpo inanimado. Si es alma, ¿de dónde y cómo se
introduce? ¿Cómo se agrega? Pero si lo agregado es inanimado, ¿cómo se hará animado lo inanimado? ¿Cómo congeniará
y se unificará con lo anterior? Y esta nueva alma ¿cómo compartirá las mismas opiniones que la primera en vez de ser
desconocedora, como alma extraña, de las opiniones de la otra? Y si, al igual que el resto de nuestra masa, va a haber
alguna parte que se escurra de ella y alguna otra que se le aña- da y no va a haber nada que permanezca idéntico, entonces,
¿cómo se darán en nosotros los recuerdos, como el reconocimiento de cosas que nos son familiares, si en ningún momento
nos valemos de la misma alma?

¿CUÁLES SON LAS FUNCIONES DEL ALMA EN EL CUERPO? ENUMÉRALAS Y EXPLÍCALAS.

¿CÓMO EXPLICA PLOTINO QUE EL ALMA NO ES EL CUERPO Y QUE NO ES MATERIAL?

20
Asimismo, si el alma es cuerpo y si la naturaleza de un cuerpo que se divide en muchas partes pide que cada una
de las partes no sea la misma cosa que el todo, entonces, si la magnitud de una dimensión determinada es alma, la que sea
de menor dimensión no será alma, del mismo modo que todo lo que es de cierta cuantidad trueca por otro su ser anterior en
virtud de la sustracción. En cambio, si alguno de los seres dota- dos de magnitud se mantiene idéntico en cualidad tras haber
disminuido en masa, entonces, aunque sea distinto en cuanto cuerpo y en cuanto dotado de cuantidad, no obstante puede
preservar su identidad en cualidad, que es distinta de la cuantidad. ¿Qué dirán, pues, los que sostienen que el alma es un
cuerpo? Y, en primer lugar, con respecto a cada parte del alma que está en un mismo cuerpo, dirán que cada una es un
alma de la misma índole que el alma entera? ¿Y volverán a decir que también lo es la parte de la parte? Entonces, la magnitud
no contribuyó en nada a la esencia del alma. Sin embargo, debiera haber contribuido precisamente por ser de una cuantidad
particular. Además, el alma está entera en muchas partes, y ésta es una propiedad que no puede darse en un cuerpo: la de
que una misma cosa esté entera en muchas partes y la de que la parte sea idéntica al todo. Pero si negaren que cada una
de las partes sea un alma, entonces el alma constará, según ellos, de partes inanimadas. Más todavía, la magnitud de cada
alma estará determinada, y en cualquiera de las dos direcciones en que varíe sea que disminuya, sea que aumente, dejará
de ser alma. Ahora bien, siempre que de un mismo coito y de un mismo esperma nacen mellizos y aun muchísimas crías -
como sucede en los otros animales al repartirse el esperma por muchos sitios-, en que, por cierto, cada cría es un todo, ¿no
enseña esto a los que quieran entenderlo que, si hay un ser en que la parte es idéntica al todo, ese ser sobrepasa en su
propia esencia a lo dotado de cuantidad y que él mismo debe por fuerza estar exento de cuantidad? Porque así es como
podrá permanecer idéntico aunque se le sustraiga lo dotado de cuantidad, por razón de que a él nada le importan la cuantidad
y la so masa, puesto que su esencia es una cosa distinta. La conclusión es que el alma y las razones son cosas exentas de
cuantidad.

¿POR QUÉ EL ALMA NO TIENE CANTIDAD?

Completa el siguiente cuadro

Características de los átomos Características del alma

21
1. SOBRE LA “INQUIETUD DE SÍ” O EL “CUIDADO DE SÍ”

Responde brevemente las siguientes preguntas:


¿Qué piensas cuando alguien menciona el “cuidado de sí mismo”?

Michel Foucault (1926-1984)


Historiador de las ideas, psicólogo, Piensas que el cuidado puede ser una categoría filosófica, sí, no, por
teórico social y filósofo francés. Fue qué:
profesor en varias universidades
francesas y estadounidenses y
catedrático de Historia de los sistemas
de pensamiento en el Collège de France
(1970-1984).

Aprendizajes Averigua 3 datos sobre los principios délficos en la cultura griega:


Comprende elementos
fundamentales de la condición
humana, a partir de las áreas o
disciplinas filosóficas, con la finalidad
de valorar los alcances de éstas en
diversos ámbitos.

Temática

La concepción de sí mismo, la vida


buena y el arte de vivir.
Encuentra una definición de “pitonisa”
Subtema

Estética de la existencia, cuidado de


sí, y tecnologías del yo (CCH, 2016:
20-21).

Si fueras a un oráculo, ¿qué preguntas le harías?

Curso de 1982, que Michel Foucault


dedicó la noción de "inquietud de sí”.

22
Lee los siguientes fragmentos de la clase uno del seminario Hermenéutica del sujeto de Michel Foucault

Foucault, M. (2012): Hermenéutica del sujeto. México: FCE. pp. 16-19, 28-30.

Entonces, querría tomar como punto de partida una noción sobre la que ya creo haberles dicho algunas palabras el año
pasado. Me refiere a la noción de “inquietud de sí mismo”. Con esta expresión intento traducir, mal que bien, una noción
griega muy compleja y rica, también muy frecuente, y que tiene una prolongada vigencia en toda la cultura griega: la de
epimeleia heautou, que los latinos traducen, desde luego, con todo el desabrimiento que se denunció a menudo, o que en
todo caso se señaló, por algo así como la cura sui. Epimeleia heautou es la inquietud de sí mismo, el hecho de ocuparse de
sí mismo, preocuparse por sí mismo, etcétera. Ustedes me dirán que es sin duda un poco paradójico y un tanto sofisticado
elegir, para estudiar las relaciones entre sujeto y verdad, esta noción de epimeleia heautou, a la cual la historiografía de la
filosofía no atribuyó hasta hoy una importancia excesiva […]. Siendo que la historia de la filosofía -y más ampliamente aún,
en la historia del pensamiento occidental- todo nos indica que gnothi seauton (conócete a ti mismo) es sin duda la fórmula
fundadora de la cuestión de las relaciones entre sujeto y verdad […]. Lo que se prescribía con esta fórmula no era el
autoconocimiento, ni moral ni como principio de una relación con los dioses. [Veamos la siguiente interpretación:]

Ustedes conocen los tres principios délficos. El meden agan (“de nada en
exceso”) no pretendía en absoluto designar, formular un principio general de
ética y mensura en la conducta humana. Meden agan quiere decir: tú, que Contesta las siguientes
vienes a consultar, no hagas entonces demasiadas preguntas, sólo haz las preguntas:
preguntas útiles, reduce a lo necesario las preguntas que quieres hacer. El
segundo precepto, el de las eggue (las cauciones), querría decir exactamente
¿Qué noción griega toma
esto: cuando vengas a consultar a los dioses, no hagas votos, no te Foucault como punto de
comprometas con cosas, obligaciones que no puedes honrar. En cuanto al partida?
gnothi seauton, significaría: en el momento en que vengas a hacer preguntas
al oráculo, examina bien en ti mismo las que vas a hacer, las que quieres Según Foucault, qué noción
hacer; y puesto que debes reducir al máximo la cantidad de tus preguntas y resultó más importante que
no plantear demasiadas, presta atención en ti mismo a lo que necesitas saber la inquietud de sí

[…]. Esos tres preceptos délficos serían imperativos generales de prudencia:


“de nada en exceso en los pedidos, las esperanzas, ninguna demasía, Enlista los tres preceptos
délficos y explica cada uno.
tampoco, en la manera de comportarse; en cuanto a las “cauciones”, era un
precepto que prevenía a los consultantes contra los riesgos de la generosidad
excesiva; y con respecto al “conócete a ti mismo”, sería el principio [según el ¿Cuáles son las tres
características de la
cual] hay que recordar sin cesar que, después de todo, uno no es más un epimeleia heauton?
mortal y no dios, y por lo tanto no debe presumir demasiado de su fuerza ni
enfrentarse con las potencias que son de la divinidad […].
¿Qué es la Filosofía para
En primer lugar, nos encontramos con que el concepto equivale a una actitud Foucault?

general, a un determinado modo de enfrentarse al mundo, a un determinado


modo de comportarse, de establecer relaciones con los otros. La épiméleia ¿Cuál es la relación entre
implica todo esto, es una actitud, una actitud en relación con uno mismo, con filosofía y espiritualidad?

los otros, y con el mundo.


¿Cuáles son las cuatro
características de la
23
espiritualidad y en qué
consisten?
En segundo lugar, la épiméleia heautou es una determinada forma de atención, de mirada. Preocuparse por uno mismo
implica que uno reconvierta su mirada y la desplace desde el exterior, desde el mundo, y desde los otros, hacia sí mismo.
La preocupación por uno mismo implica una cierta forma de vigilancia sobre lo que uno piensa y sobre lo que acontece en
el pensamiento.

En tercer lugar, la épiméleia designa también un determinado modo de actuar, una forma de comportarse que se ejerce
sobre uno mismo, a través de la cual uno se hace cargo de sí mismo, se modifica, se purifica, se transforma o se transfigura.
De aquí se derivan toda una serie de prácticas basadas a su vez en toda una serie de ejercicios que van a jugar en la historia
de la cultura, de la filosofía, de la moral, y de la espiritualidad occidentales un papel muy relevante. Entre estas prácticas se
encuentran, por ejemplo, la técnica de la meditación, la técnica de la memorización del pasado, la técnica del examen de
conciencia, la técnica de verificación de las representaciones a medida que éstas se hacen presentes en la mente. La noción
de épiméleia implica, por último, un corpus que define una manera de ser, una actitud, formas de reflexión de un tipo
determinado de tal modo que, dadas sus características específicas, convierten a esta noción en un fenómeno de capital
importancia, no sólo en la historia de las representaciones, sino también en la historia misma de la subjetividad, o, si se
prefiere, en la historia de las prácticas de la subjetividad.

Filosofía y espiritualidad

Llamamos filosofía a esta peculiar forma de pensamiento que se plantea la pregunta no sólo, por supuesto, por lo que es
verdadero y lo que es falso, sino también por aquello que hace que exista y que pueda existir lo verdadero y lo falso.
Llamamos filosofía a una forma de pensamiento que se plantea la cuestión de cuáles son las mediaciones que permiten al
sujeto tener acceso a la verdad. Filosofía es una forma de pensamiento que intenta determinar las condiciones y los límites
del acceso del sujeto a la verdad. Si denominamos a todo esto filosofía creo que se podría denominar espiritualidad a la
búsqueda, a la práctica, a las experiencias a través de las cuales el sujeto realiza sobre sí mismo las transformaciones
necesarias para tener acceso a la verdad. Denominaremos por tanto espiritualidad al conjunto de estas búsquedas, prácticas
y experiencias entre las cuales se encuentran las purificaciones, la ascesis, las renuncias, las conversiones de la mirada, las
modificaciones de la existencia que constituyen, no para el conocimiento sino para el sujeto, para el ser mismo del sujeto, el
precio a pagar para tener acceso a la verdad.

Se podrían señalar tres características de la espiritualidad así entendida:

En primer lugar, la verdad no le es concedida al sujeto de pleno derecho, sino que por el contrario el sujeto debe, para
acceder a la verdad, transformarse a sí mismo en algo distinto. El propio ser del sujeto está por tanto en juego ya que el
precio de la verdad es la conversión del sujeto.

En segundo lugar, no puede existir la verdad sin una conversión o sin una transformación del sujeto. Esta transformación se
realiza a través del impulso del eros, del amor -movimiento a través del cual el sujeto se ve desgajado de su estatuto-, y por
medio del trabajo que el sujeto realiza sobre sí mismo para convertirse en un sujeto capaz de lograr la verdad mediante un
movimiento de ascesis.

En tercer lugar, el acceso a la verdad produce un efecto de retomo de la verdad sobre el sujeto. La verdad es lo que ilumina
al sujeto. Para la espiritualidad; la verdad no es en efecto simplemente aquello que le es dado al sujeto para recompensarle
en cierto modo por el acto de conocimiento y para completar este acto de conocimiento. La verdad es lo que ilumina al sujeto,
lo que le proporciona la tranquilidad de espíritu. En suma, existe en la verdad, en el acceso a la verdad, algo que perfecciona
al sujeto, que perfecciona el ser mismo del sujeto o lo transfigura. Para la espiritualidad un acto de conocimiento en sí mismo
24
y por sí mismo nunca puede llegar a dar acceso a la verdad si no está preparado, acompañado, duplicado, realizado mediante
una cierta transformación del sujeto; no del individuo sino del sujeto mismo en su ser de sujeto. La gnosis es en suma lo que
tiende siempre a transferir, a trasladar al propio acto de conocimiento, las condiciones, las formas y los efectos de la
experiencia espiritual.

Redacta un párrafo de 80 a 100 palabras explicando qué significa la “inquietud de sí”.

25
SESIONES 12 y 13
En estas sesiones podrás aproximarte a la Edad Media a partir de uno de sus filósofos: San Agustín.

"Es, pues, necesario llegar al verbo humano, al verbo del animal racional, al verbo imagen de Dios, no nacido de EI, sino hecho a su imagen, que no
es sonido prolaticio ni imaginable como sonido, el cual es menester pertenezca a un idioma cualquiera, sino que es anterior a todos los signos que Ie
representan y es engendrado por la ciencia, que permanece en el ánimo, cuando esta ciencia, tal cual es, se expresa en una palabra interior. Muy
parecida a la visi6n de la ciencia es la visión del pensamiento. Porque, cuando se expresa por medio de un sonido mediante un signo corpóreo, no
se representa ya como es, sino tal como se ve y se oye por los sentidos del cuerpo" (San Agustín, De la Trinidad:1. XV, c. 11, n. 20: 871)

Averigua 3 datos de la vida de San Agustín y de su texto Las Confesiones

LA EDAD MEDIA, MEDIEVO O MEDIOEVO ES EL PERÍODO HISTÓRICO DE LA CIVILIZACIÓN OCCIDENTAL COMPRENDIDO ENTRE EL SIGLO V Y EL XV.
CONVENCIONALMENTE, SU INICIO ES SITUADO EN EL AÑO 476 CON LA CAÍDA DEL IMPERIO ROMANO DE OCCIDENTE Y SU FIN EN 1492 CON EL
DESCUBRIMIENTO DE AMÉRICA,1 O EN 1453 CON LA CAÍDA DEL IMPERIO BIZANTINO, FECHA QUE TIENE LA SINGULARIDAD DE COINCIDIR CON LA
INVENCIÓN DE LA IMPRENTA —PUBLICACIÓN DE LA BIBLIA DE GUTENBERG— Y CON EL FIN DE LA GUERRA DE LOS CIEN AÑOS.

https://es.wikipedia.org/wiki/edad_media

Aprendizaje

Comprende elementos fundamentales de la condición humana, a partir de las áreas o disciplinas filosóficas, con la finalidad de valorar los alcances de
éstas en diversos ámbitos.

Tema

El ser que construye y articula el conocimiento.

Subtema

Distinción entre conocimiento y creencias (CCH, 2016).

Agustín de Hipona, conocido también como san Agustín o, en latín, Aurelius


Augustinus Hipponensis (Tagaste, 13 de noviembre de 354-Hippo Regius, 28 de
agosto de 430), es un santo, padre y doctor de la Iglesia católica.

El «Doctor de la Gracia» fue el máximo pensador del cristianismo del primer milenio
y según Antonio Livi uno de los más grandes genios de la humanidad. Autor
prolífico, dedicó gran parte de su vida a escribir sobre filosofía y teología, siendo
Confesiones y La ciudad de Dios sus obras más destacadas.

https://es.wikipedia.org/wiki/Agust%C3%ADn_de_Hipona

26
Lee los siguientes fragmentos del libro primero de las Confesiones de San Agustín y contesta las preguntas que se
encuentran abajo del mismo. Agustín, (1983): Confesiones. Madrid: Sarpe. pp. 26-41.

II,2. Pero, ¿cómo invocaré yo a mi Dios, a mi Dios y mi Señor?, puesto que, en efecto, cuando lo invoco, lo llamo [que venga]
dentro de mí mismo (quoniam utique in me ipsum eum vocabo, cum invocabo eum) ¿Y qué lugar hay en mí adonde venga
mi Dios a mí?, ¿a dónde podría venir Dios en mí, el Dios que ha hecho el cielo y la tierra? ¿Es verdad, Señor, que hay algo
en mí que pueda abarcarte? ¿Acaso te abarca el cielo y la tierra, que tú has creado, y dentro de los cuales me creaste
también a mí? ¿O es tal vez que, porque nada de cuanto es puede ser sin ti, te abarca todo lo que es? Pues si yo existo
efectivamente, ¿por qué pido que vengas a mí, cuando yo no existiría si tú no estuvieses en mí? No he estado aún en el
infierno, mas también allí estás tú. Pues si descendiere a los infiernos, allí estás tú. Nada sería yo, Dios mío, nada sería yo
en absoluto si tú no estuvieses en mí; pero, ¿no sería mejor decir que yo no existiría en modo alguno si no estuviese en ti,
de quien, por quien y en quien son todas las cosas? Así es, Señor, así es. Pues, ¿adónde te invoco estando yo en ti, o de
dónde has de venir a mí, o a que parte del cielo y de la tierra me habré de alejar para que desde allí venga mi Dios a mí, él,
que ha dicho: Yo lleno el cielo y la tierra?
III,3. ¿Te abarcan, acaso, el cielo y la tierra por el hecho de que los llenas? ¿O es, más bien, que los llenas y aún sobra por
no poderte abrazar? ¿Y dónde habrás de echar eso que sobra de ti, una vez lleno el cielo y la tierra? ¿Pero es que tienes tú,
acaso, necesidad de ser contenido en algún lugar, tú que contienes todas las cosas, puesto que las que llenas las llenas
conteniéndolas? Porque no son los vasos llenos de ti los que te hacen estable, ya que, aunque se quiebren, tú no te has de
derramar; y si se dice que te derramas sobre nosotros, no es cayendo tú, sino levantándonos a nosotros; ni es esparciéndote
tú, sino recogiéndonos a nosotros. Pero las cosas todas que llenas, ¿las llenas todas con todo tu ser o, tal vez, por no poderte
contener totalmente todas, contienen una parte de ti? ¿Y esta parte tuya la contienen todas y al mismo tiempo o, más bien,
cada una la suya, mayor las mayores y menor las menores? Pero ¿es que hay en ti alguna parte mayor y alguna menor?
¿Acaso no estás todo en todas partes, sin que haya cosa alguna que te contenga totalmente?
IV,4. Pues ¿qué es entonces mi Dios? ¿Qué, repito, sino el Señor Dios? ¿Y qué Señor hay fuera del Señor o qué Dios fuera
de nuestro Dios? Sumo, óptimo, poderosísimo, omnipotensísimo, misericordiosísimo y justísimo; secretísimo y presentísimo,
hermosísimo y fortísimo, estable e incomprensible, inmutable, mudando todas las cosas; nunca nuevo y nunca viejo;
renuevas todas las cosas y conduces a la vejez a los soberbios, y no lo saben; siempre obrando y siempre en reposo; siempre
recogiendo y nunca necesitado; siempre sosteniendo, llenando y protegiendo; siempre creando, nutriendo y perfeccionando;
siempre buscando y nunca falto de nada. Amas y no sientes pasión; tienes celos y estás seguro; te arrepientes y no sientes
dolor; te aíras y estás tranquilo; cambias de acciones, pero no de plan; recibes lo que encuentras y nunca has perdido nada;
nunca estás pobre y te gozas con las ganancias; no eres avaro y exiges intereses. Te ofrecemos de más para hacerte nuestro
deudor; pero ¿quién es el que tiene algo que no sea tuyo? Pagas deudas sin deber nada a nadie y perdonando deudas, sin
perder nada con ello? ¿Y qué es cuanto hemos dicho, Dios mío, vida mía, dulzura mía santa, o qué es lo que puede decir
alguien cuando habla de ti? (aut quid dicit aliquis, cum de te dicit?) Al contrario, ¡ay de los que se callan acerca de ti!, porque
no son más que mudos charlatanes.
XV. Escucha, Señor, mi oración, a fin de que no desfallezca mi alma bajo tu disciplina ni me canse en confesar tus
misericordias, con las cuales me sacaste de mis pésimos caminos, para serme más dulce que todas las dulzuras que seguí,
y así te ame fortísimamente, y estreche tu mano con todo mi corazón, y me libres de toda tentación hasta el fin. He aquí,
Señor, que tú eres mi rey y mi Dios; ponga a tu servicio todo lo útil que aprendí de niño y para tu servicio sea cuanto hablo,
escribo, leo y cuento, pues cuando aprendí aquellas vanidades, tú eras el que me dabas la verdadera ciencia, y me has
perdonado ya los pecados de deleite cometidos en tales vanidades. Muchas palabras útiles aprendí en ellas, es verdad; pero
también se pueden aprender en las cosas que no son vanas, y éste es el camino seguro por el que debían caminar lo niños.

XVIII. Pero ¿qué milagro que yo me dejara arrastrar de las vanidades y me alejara de ti, Dios mío, cuando me proponían
como modelos que imitar a unos hombres que si, al contar alguna de sus acciones no malas, si lo exponían con algún
barbarismo o solecismo, eran reprendidos y se llenaban de confusión; en cambio, cuando narraban sus deshonestidades
con palabras castizas y apropiadas, de modo elocuente y elegante, eran alabados y se hinchaban de gloria? Tú ves, Señor,
estas cosas y callas longánime, lleno de misericordia, y veraz. Pero ¿callarás para siempre? Pues saca ahora de este

27
espantoso abismo al alma que te busca, y tiene sed de tus deleites, y te dice de corazón: Busqué, Señor, tu rostro; tu rostro,
Señor, buscaré, pues está lejos de tu rostro quien anda en pasiones tenebrosas, porque no es con los pies del cuerpo ni
recorriendo distancias como nos acercamos o alejamos de ti. ¿Acaso aquel tu hijo menor buscó caballos, o carros, o naves,
o voló con alas visibles, o hubo de mover las rodillas para irse a aquella región lejana donde disipó lo que le habías dado, oh
padre dulce en dárselo y más dulce aún en recibirle andrajoso? Así, pues, estar en afecto libidinoso es lo mismo que estarlo
en tenebroso y lo mismo que estar lejos de tu rostro.

Preguntas:

II. ¿Cómo prueba San Agustín que Dios está en él y él en Dios?


¿Qué significa que Dios “tenga” al hombre? Esta pertenencia es material, sí, no, por qué.

III. ¿Cómo es que Dios está en todo, pero no todo es Dios?

IV. Clasifica los atributos de Dios en a) lógicos y b) morales. (3 de cada uno)

XV. ¿Cuál es el error más común del pensamiento humano?

XVI. ¿Por qué, según San Agustín, ni un animal venenoso podría ser considerado malo?

XVII. Da dos ejemplos de acciones que nos separan de Dios.

Tarea:

Investiga acerca del a época histórica conocida como Renacimiento (3 datos importantes)

Averigua tres datos del filósofo francés René Descartes, además de su fecha de nacimiento y muerto.

28
Descartes o de la diferencia entre creencia y conocimiento

DATOS GENERALES

Filosofía I Introducción al pensamiento filosófico y la argumentación


Unidad I: La filosofía y su relación con el ser humano
El estudiante:
PROPÓSITO(S)
• cuestionará sus creencias y conocimientos, a partir de la diferenciación entre estos dos modos
del pensar, en su lectura de la segunda meditación de Descartes (1999).
• Comprende elementos fundamentales de la condición humana, a partir de las áreas o
APRENDIZAJE(S)
disciplinas filosóficas, con la finalidad de valorar los alcances de éstas en diversos ámbitos (p.
18).
TEMÁTICA(S) • El ser que construye y articula el conocimiento

Responde las siguientes preguntas:


1. ¿Creer y conocer son lo mismo? Sí, no, por qué.

2. ¿Cómo distingues una creencia de un conocimiento?

3. ¿Estás despierto o crees que estás despierto? Argumenta.

4. Da un ejemplo de algo que creas y uno de algo que conozcas.

29
René Descartes escribió un texto llamado Meditaciones metafísicas en las que se demuestra la
existencia de Dios y la inmortalidad del alma, mayormente conocida como Meditaciones metafísicas Sesiones 14 y 15
únicamente. Este texto cuenta con seis reflexiones, nosotros leeremos la segunda, en ella
claramente se aprecia el método cartesiano, que diera pie a la concepción de la ciencia moderna. Aprendizaje

Lee atentamente la segunda meditación cartesiana y completa el cuadro de la parte final. Comprende elementos
fundamentales de la
Meditación segunda condición humana, a partir
de las áreas o disciplinas
De la naturaleza del espíritu humano; y que es más fácil de conocer que el cuerpo
filosóficas, con la finalidad
1.Mi meditación de ayer ha llenado mi espíritu de tantas dudas, que ya no está en mi mano de valorar los alcances de
olvidarlas. Y, sin embargo, no veo en qué manera podré resolverlas; y, como si de repente hubiera éstas en diversos ámbitos.
caído en aguas muy profundas, tan turbado me hallo que ni puedo apoyar mis pies en el fondo ni
nadar para sostenerme en la superficie. Haré un esfuerzo, pese a todo, y tomaré de nuevo la misma Tema
vía que ayer, alejándome de todo aquello en que pueda imaginar la más mínima duda, del mismo
modo que si supiera que es completamente falso; y seguiré siempre por ese camino, hasta haber El ser que construye y
encontrado algo cierto, o al menos, si otra cosa no puedo, hasta saber de cierto que nada cierto hay
articula el conocimiento.
en el mundo.
2.Arquímedes, para trasladar la tierra de lugar, sólo pedía un punto de apoyo firme e inmóvil; así yo
Subtema
también tendré derecho a concebir grandes esperanzas, si por ventura hallo tan sólo una cosa que
sea cierta e indubitable.
Distinción entre
3.Así pues, supongo que todo lo que veo es falso; estoy persuadido de que nada de cuanto mi
mendaz memoria me representa ha existido jamás; pienso que carezco de sentidos; creo que conocimiento y creencias
cuerpo, figura, extensión, movimiento, lugar, no son sino quimeras de mi espíritu. ¿Qué podré, (CCH, 2018).
entonces, tener por verdadero? Acaso esto solo: que nada cierto hay en el mundo. Pero ¿qué sé yo
si no habrá otra cosa, distinta de las que acabo de reputar inciertas, y que sea absolutamente
indudable? ¿No habrá un Dios, o algún otro poder, que me ponga en el espíritu estos pensamientos?
Ello no es necesario: tal vez soy capaz de producirlos por mí mismo. Y yo mismo, al menos, ¿no
soy algo? Ya he negado que yo tenga sentidos ni cuerpo. Con todo, titubeo, pues ¿qué se sigue de
eso? ¿Soy tan dependiente del cuerpo y de los sentidos que, sin ellos, no puedo ser?
4.Ya estoy persuadido de que nada hay en el mundo; ni cielo, ni tierra, ni espíritus, ni cuerpos, ¿y
no estoy asimismo persuadido de que yo tampoco existo? Pues no: si yo estoy persuadido de algo,
o meramente si pienso algo, es porque yo soy. Cierto que hay no sé qué engañador todopoderoso
y astutísimo, que emplea toda su industria en burlarme. Pero entonces no cabe duda de que, si me
engaña, es que yo soy; y, engáñeme cuanto quiera, nunca podrá hacer que yo no sea nada,
mientras yo esté pensando que soy algo. De manera que, tras pensarlo bien y examinarlo todo
cuidadosamente, resulta que es preciso concluir y dar como cosa cierta que esta proposición: que
si “pienso, luego [entonces] existo”, proposición que es necesariamente verdadera, cuantas veces RENÉ DESCARTES (La
la pronuncio o la concibo en mi espíritu. Haye en Touraine, Turena,
5.Ahora bien, ya sé con certeza que soy, pero aún no sé con claridad qué soy; de suerte que, en 31 de marzo de 1596-
adelante, preciso del mayor cuidado para no confundir imprudentemente otra cosa conmigo, y así
no enturbiar ese conocimiento, que sostengo ser más cierto y evidente que todos los que he tenido Estocolmo, Suecia, 11 de
antes. febrero de 1650)
6.Por ello, examinaré de nuevo lo que yo creía ser, antes de incidir en estos pensamientos, y quitaré
de mis antiguas opiniones todo lo que puede combatirse mediante las razones que acabo de alegar, Filósofo, matemático y
de suerte que no quede más que lo enteramente indudable. Así pues, ¿qué es lo que antes yo creía físico francés, considerado
ser? Un hombre, sin duda. Pero ¿qué es un hombre? ¿Diré, acaso, que un animal racional? No por
como el padre de la
cierto: pues habría luego que averiguar qué es animal y qué es racional, y así una única cuestión
nos llevaría insensiblemente a infinidad de otras cuestiones más difíciles y embarazosas, y no geometría analítica y de la
quisiera malgastar en tales sutilezas el poco tiempo y ocio que me restan. Entonces, me detendré filosofía moderna.
aquí a considerar más bien los pensamientos que antes nacían espontáneos en mi espíritu,
inspirados por mi sola naturaleza, cuando me aplicaba a considerar mi ser. Me fijaba, primero, en https://es.wikipedia.org/wiki
que yo tenía un rostro, manos, brazos, y toda esa máquina de huesos y carne, tal y como aparece /Ren%C3%A9_Descartes
en un cadáver, a la que designaba con el nombre de cuerpo. Tras eso, reparaba en que me nutría,
y andaba, y sentía, y pensaba, y refería todas esas acciones al alma; pero no me paraba a pensar
en qué era alma, o bien, si lo hacía, imaginaba que era algo extremadamente raro y sutil, como un
viento, una llama o un delicado éter, difundido por mis otras partes más groseras.

30
7.En lo tocante al cuerpo, no dudaba en absoluto de su naturaleza, pues pensaba conocerla muy distintamente, y, de querer explicarla según las
nociones que entonces tenía, la hubiera descrito así: entiendo por cuerpo todo aquello que puede estar delimitado por una figura, estar situado en un
lugar y llenar un espacio, de suerte que todo otro cuerpo quede excluido; todo aquello que puede ser sentido por el tacto, la vista, el oído, el gusto o
el olfato; que puede moverse de distintos modos, no por sí mismo, sino por alguna otra cosa que lo toca y cuya impresión recibe; pues no creía yo
que fuera atribuible a la naturaleza corpórea la potencia de moverse, sentir y pensar: al contrario, me asombraba al ver que tales facultades se
hallaban en algunos cuerpos.
8.Pues bien, ¿qué soy yo, ahora que supongo haber alguien extremadamente poderoso y, si es lícito decirlo así, maligno y astuto, que emplea todas
sus fuerzas e industria en engañarme? ¿Acaso puedo estar seguro de poseer el más mínimo de esos atributos que acabo de referir a la naturaleza
corpórea? Me paro a pensar en ello con atención, paso revista una y otra vez, en mi espíritu, a esas cosas, y no hallo ninguna de la que pueda decir
que está en mí. No es necesario que me entretenga en recontarlas. Pasemos, pues, a los atributos del alma, y veamos si hay alguno que esté en mí.
Los primeros son nutrirme y andar; pero, si es cierto que no tengo cuerpo, es cierto entonces también que no puedo andar ni nutrirme. Un tercero es
sentir, pero no puede uno sentir sin cuerpo, aparte de que yo he creído sentir en sueños muchas cosas y, al despertar, me he dado cuenta de que no
las había sentido realmente. Un cuarto es pensar: y aquí sí hallo que el pensamiento es un atributo que me pertenece, siendo el único que no puede
separarse de mí. Yo soy, yo existo; eso es cierto, pero ¿cuánto tiempo? Todo el tiempo que estoy pensando: pues quizá ocurriese que, si yo cesara
de pensar, cesaría al mismo tiempo de existir. No admito ahora nada que no sea necesariamente verdadero: así, pues, hablando con precisión, no
soy más que una cosa que piensa, es decir, un espíritu, un entendimiento o una razón, términos cuyo significado me era antes desconocido.
9.Soy, entonces, una cosa verdadera, y verdaderamente existente. Mas, ¿qué cosa? Ya lo he dicho: una cosa que piensa. ¿Y qué más? Excitaré aún
mi imaginación, a fin de averiguar si no soy algo más. No soy esta reunión de miembros llamada cuerpo humano; no soy un aire sutil y penetrante,
difundido por todos esos miembros; no soy un viento, un soplo, un vapor, ni nada de cuanto pueda fingir e imaginar, puesto que ya he dicho que todo
eso no era nada. Y, sin modificar ese supuesto, hallo que no dejo de estar cierto de que soy algo.
10. Pero acaso suceda que esas mismas cosas que supongo ser, puesto que no las conozco, no sean en efecto diferentes de mí, a quien conozco.
Nada sé del caso: de eso no disputo ahora, y sólo puedo juzgar de las cosas que conozco: ya sé que soy, y eso sabido, busco saber qué soy. Pues
bien: es certísimo que ese conocimiento de mí mismo, hablando con precisión, no puede depender de cosas cuya existencia aún me es desconocida,
ni por consiguiente, y con mayor razón, de ninguna de las que son fingidas e inventadas por la imaginación. E incluso esos términos de “fingir” e
“imaginar” me advierten de mi error: pues en efecto, yo haría algo ficticio, si imaginase ser alguna cosa, pues “imaginar” no es sino contemplar la
figura o “imagen” de una cosa corpórea. Ahora bien: ya sé de cierto que soy y que, a la vez, puede ocurrir que todas esas imágenes y, en general,
todas las cosas referidas a la naturaleza del cuerpo, no sean más que sueños y quimeras. Y, en consecuencia, veo claramente que decir “excitaré mi
imaginación para saber más distintamente qué soy”, es tan poco razonable como decir “ahora estoy despierto, y percibo algo real y verdadero, pero
como no lo percibo aún con bastante claridad, voy a dormirme adrede para que mis sueños me lo representen con mayor verdad y evidencia”. Así
pues, sé con certeza que nada de lo que puedo comprender por medio de la imaginación pertenece al conocimiento que tengo de mí mismo, y que
es preciso apartar el espíritu de esa manera de concebir, para que pueda conocer con distinción su propia naturaleza.
11. ¿Qué soy, entonces? Una cosa que piensa. Y ¿qué es una cosa que piensa? Es una cosa que duda, que entiende, que afirma, que niega, que
quiere, que no quiere, que imagina también, y que siente. Sin duda no es poco, si todo eso pertenece a mi naturaleza. ¿Y por qué no habría de
pertenecerle? ¿Acaso no soy yo el mismo que duda casi de todo, que entiende, sin embargo, ciertas cosas, que afirma ser ésas solas las verdaderas,
que niega todas las demás, que quiere conocer otras, que no quiere ser engañado, que imagina muchas cosas —aun contra su voluntad— y que
siente también otras muchas, por mediación de los órganos de su cuerpo? ¿Hay algo de esto que no sea tan verdadero como es cierto que soy, que
existo, aun en el caso de que estuviera siempre dormido, y de que quien me ha dado el ser empleara todas sus fuerzas en burlarme? ¿Hay alguno
de esos atributos que pueda distinguirse en mi pensamiento, o que pueda estimarse separado de sí mismo? Pues es de suyo tan evidente que soy
yo quien duda, entiende y desea, que no hace falta añadir aquí nada para explicarlo. Y también es cierto que tengo la potestad de imaginar: pues
aunque pueda ocurrir (como he supuesto más arriba) que las cosas que imagino no sean verdaderas, con todo, ese poder de imaginar no deja de
estar realmente en mí, y forma parte de mi pensamiento. Por último, también soy yo el mismo que siente, es decir, que recibe y conoce las cosas
como a través de los órganos de los sentidos, puesto que, en efecto, veo la luz, oigo el ruido, siento el calor. Se me dirá, empero, que esas apariencias
son falsas, y que estoy durmiendo. Concedo que así sea: de todas formas, es al menos muy cierto que me parece ver, oír, sentir calor, y eso es
propiamente lo que en mí se llama sentir, y, así precisamente considerado, no es otra cosa que “pensar”. Por donde empiezo a conocer qué soy, con
algo más de claridad y distinción que antes.
12. Sin embargo, no puedo dejar de creer que las cosas corpóreas, cuyas imágenes forma mi pensamiento y que los sentidos examinan, son mejor
conocidas que esa otra parte, no sé bien cuál, de mí mismo que no es objeto de la imaginación: aunque desde luego es raro que yo conozca más
clara y fácilmente cosas que advierto dudosas y alejadas de mí, que otras verdaderas, ciertas y pertenecientes a mi propia naturaleza. Mas ya veo
qué ocurre: mi espíritu se complace en extraviarse, y aun no puede mantenerse en los justos límites de la verdad. Soltémosle, pues, la rienda una
vez más, a fin de poder luego, tirando de ella suave y oportunamente, contenerlo y guiarlo con más facilidad.
13. Empecemos por considerar las cosas que, comúnmente, creemos comprender con mayor distinción, a saber: los cuerpos que tocamos y vemos.
No me refiero a los cuerpos en general, pues tales nociones generales suelen ser un tanto confusas, sino a un cuerpo particular. Tomemos, por
ejemplo, este pedazo de cera que acaba de ser sacado de la colmena: aún no ha perdido la dulzura de la miel que contenía; conserva todavía algo
de olor de las flores con que ha sido elaborado; su color, su figura, su magnitud son bien perceptibles; es duro, frío, fácilmente manejable, y, si lo
golpeáis, producirá un sonido. En fin, se encuentran en él todas las cosas que permiten conocer distintamente un cuerpo. Mas he aquí que, mientras
estoy hablando, es acercado al fuego. Lo que restaba de sabor se exhala: el olor se desvanece; el color cambia, la figura se pierde, la magnitud
aumenta, se hace líquido, se calienta, apenas se le puede tocar y, si lo golpeamos, ya no producirá sonido alguno. Tras cambios tales, ¿permanece
la misma cera? Hay que confesar que sí: nadie lo negará. Pero entonces, ¿qué es lo que conocíamos con tanta distinción en aquel pedazo de cera?
Ciertamente, no puede ser nada de lo que alcanzábamos por medio de los sentidos, puesto que han cambiado todas las cosas que percibíamos por

31
el gusto, el olfato, la vista, el tacto o el oído; y, sin embargo, sigue siendo la misma cera. Tal vez sea lo que ahora pienso, a saber: que la cera no era
ni esa dulzura de miel, ni ese agradable olor a flores, ni esa blancura, ni esa figura, ni ese sonido, sino tan sólo un cuerpo que un poco antes se me
aparecía bajo esas formas, y ahora bajo otras distintas. Ahora bien, al concebirla precisamente así, ¿qué es lo que imagino? Fijémonos bien, y
apartando todas las cosas que no pertenecen a la cera, veamos qué resta. Ciertamente, nada más que algo extenso, flexible y cambiante. Ahora bien,
¿qué quiere decir flexible y cambiante? ¿No será que imagino que esa cera, de una figura redonda puede pasar a otra cuadrada, y de ésa a otra
triangular? No: no es eso, puesto que la concibo capaz de sufrir una infinidad de cambios semejantes, y esa infinitud no podría ser recorrida por mi
imaginación: por consiguiente, esa concepción que tengo de la cera no es obra de la facultad de imaginar. Y esa extensión, ¿qué es? ¿No será algo
igualmente desconocido, pues que aumenta al ir derritiéndose la cera, resulta ser mayor cuando está enteramente fundida, y mucho mayor cuando
el calor se incrementa más aún? Y yo no concebiría de un modo claro y conforme a la verdad lo que es la cera, si no pensase que es capaz de
experimentar más variaciones según la extensión, de todas las que yo haya podido imaginar. Debo, pues, convenir en que yo no puedo concebir lo
que es esa cera por medio de la imaginación, y sí sólo por medio del entendimiento: me refiero a ese trozo de cera en particular, pues en cuanto a la
cera en general, ello resulta aún más evidente. Pues bien, ¿qué es esa cera, sólo concebible por medio del entendimiento? Sin duda, es la misma
que veo, toco e imagino; la misma que desde el principio juzgaba yo conocer. Pero lo que se trata aquí de notar es que su percepción, o la acción por
cuyo medio la percibimos, no es una visión, un tacto o una imaginación, y no lo ha sido nunca, aunque así lo pareciera antes, sino sólo una inspección
del espíritu, la cual puede ser imperfecta y confusa, como lo era antes, o bien clara y distinta, como lo es ahora, según atienda menos o más a las
cosas que están en ella y de las que consta.
14. No es muy de extrañar, sin embargo, que me engañe, supuesto que mi espíritu es harto débil y se inclina insensiblemente al error. Pues aunque
estoy considerando ahora esto en mi fuero interno y sin hablar, con todo vengo a tropezar con las palabras, y están a punto de engañarme los términos
del lenguaje corriente; pues nosotros decimos que vemos la misma cera, si está presente, y no que pensamos que es la misma en virtud de tener los
mismos color y figura: lo que casi me fuerza a concluir que conozco la cera por la visión de los ojos, y no por la sola inspección del espíritu. Mas he
aquí que, desde la ventana, veo pasar unos hombres por la calle: y digo que veo hombres, como cuando digo que veo cera; sin embargo, lo que en
realidad veo son sombreros y capas, que muy bien podrían ocultar meros autómatas, movidos por resortes. Sin embargo, pienso que son hombres,
y de este modo comprendo mediante la facultad de juzgar que reside en mi espíritu, lo que creía ver con los ojos.
15. Pero un hombre que intenta conocer mejor que el vulgo, debe avergonzarse de hallar motivos de duda en las maneras de hablar propias del vulgo.
Por eso prefiero seguir adelante y considerar si, cuando yo percibía al principio la cera y creía conocerla mediante los sentidos externos, o al menos
mediante el sentido común —según lo llaman—, es decir, por medio de la potencia imaginativa, la concebía con mayor evidencia y perfección que
ahora, tras haber examinado con mayor exactitud lo que ella es, y en qué manera puede ser conocida. Pero sería ridículo dudar siquiera de ello, pues
¿qué habría de distinto y evidente en aquella percepción primera, que cualquier animal no pudiera percibir? En cambio, cuando hago distinción entre
la cera y sus formas externas, y, como si la hubiese despojado de sus vestiduras, la considero desnuda, entonces, aunque aún pueda haber algún
error en mi juicio, es cierto que una tal concepción no puede darse sino en un espíritu humano.
16. Y, en fin, ¿qué diré de ese espíritu, es decir, de mí mismo, puesto que hasta ahora nada, sino espíritu, reconozco en mí? Yo, que parezco concebir
con tanta claridad y distinción este trozo de cera, ¿acaso no me conozco a mí mismo, no sólo con más verdad y certeza, sino con mayores distinción
y claridad? Pues si juzgo que existe la cera porque la veo, con mucha más evidencia se sigue, del hecho de verla, que existo yo mismo. En efecto:
pudiera ser que lo que yo veo no fuese cera, o que ni tan siquiera tenga yo ojos para ver cosa alguna; pero lo que no puede ser es que, cuando veo
o pienso que veo (no hago distinción entre ambas cosas), ese yo, que tal piensa, no sea nada. Igualmente, si por tocar la cera juzgo que existe, se
seguirá lo mismo, a saber, que existo yo; y si lo juzgo porque me persuade de ello mi imaginación, o por cualquier otra causa, resultará la misma
conclusión. Y lo que he notado aquí de la cera es lícito aplicarlo a todas las demás cosas que están fuera de mí.
17. Pues bien, si el conocimiento de la cera parece ser más claro y distinto después de llegar a él, no sólo por la vista o el tacto, sino por muchas más
causas, ¿con cuánta mayor evidencia, distinción y claridad no me conoceré a mí mismo, puesto que todas las razones que sirven para conocer y
concebir la naturaleza de la cera, o de cualquier otro cuerpo, prueban aún mejor la naturaleza de mi espíritu? Pero es que, además, hay tantas otras
cosas en el espíritu mismo, útiles para conocer la naturaleza, que las que, como éstas, dependen del cuerpo, apenas si merecen ser nombradas.
18. Pero he aquí que, por mí mismo y muy naturalmente, he llegado adonde pretendía. En efecto: sabiendo yo ahora que los cuerpos no son
propiamente concebidos sino por el solo entendimiento, y no por la imaginación ni por los sentidos, y que no los conocemos por verlos o tocarlos,
sino sólo porque los concebimos en el pensamiento, sé entonces con plena claridad que nada me es más fácil de conocer que mi espíritu. Mas,
siendo casi imposible deshacerse con prontitud de una opinión antigua y arraigada, bueno será que me detenga un tanto en este lugar, a fin de que,
alargando mi meditación, consiga imprimir más profundamente en mi memoria este nuevo conocimiento.

Párrafo Pregunta
1 ¿Cómo plantea Descartes el asunto a tratar?

2 ¿Cuál es la interpretación de Descartes del principio de Arquímedes?

32
3-4 Enlista los pasos que propone Descartes para poder encontrar un punto firme en el conocimiento

4 ¿Cuál es el conocimiento indudable que halla Descartes sobre el cual puede edificar cualquier otro?

5-6 ¿Por qué razones Descartes comienza a cuestionarse sobre su propio ser?

7 Da la definición de cuerpo y describe su naturaleza

8 Da dos razones por las cuales Descartes se siente engañado y no sabe qué es

9 ¿A qué conclusión llega en este párrafo?

10 ¿Qué pasos sigue para resolver sus dudas?

11 Menciona dos características de la “cosa que piensa”

12 Enlista las razones por las cuales Descartes duda del mundo

33
13-14 ¿Cómo y por qué el ejemplo de la cera justifica la propuesta cartesiana?

15-18 ¿Cómo el filósofo se da cuenta de que él no se hizo a sí mismo?

¿Cómo recupera la idea de Dios y la viablilidad del mundo?

Redacta un párrafo explicando ¿cuál es la diferencia entre creer y conocer?

34
A continuación leeremos un texto del filósofo alemán Immanuel Kant, titulado
Respuesta a la pregunta ¿Qué es la Ilustración?, el cual fue publicado en 1784 en
la revista alemana Berlinische Montschritt. Esta última convocó a contestar dicho
Sesiones 16 y 17
cuestionamiento en el marco de la discusión en torno a la necesidad de casarse
Aprendizaje
por la Iglesia siendo hombres y mujeres ilustrados. Si se vive en una era de
Comprende elementos fundamentales
Ilustración donde una de sus banderas es la “laicidad”, ¿por qué habría que
de la condición humana, a partir de las
casarse por la Iglesia? Es en este contexto en el que Kant redacta su breve escrito. áreas o disciplinas filosóficas, con la
Kant publicó diversos artículos en esta revista, entre ellos: Idea de una historia finalidad de valorar los alcances de
éstas en diversos ámbitos.
universal en el sentido cosmopolita (1785), Determinación del concepto de raza
Tema
humana (1786), Sobre el uso de los principios teológicos en la filosofía (1788).
El ser de la praxis política.
Cruz, P. (2016): La formación cívica y ética: una asignatura pendiente del Estado mexicano. Un
Subtema
debate pedagógico-filosófico. Doctorado, UNAM, México. p. 30.
Concepciones sobre la ciudadanía:
Antes de empezar, responde los siguientes cuestionamientos con tus propias derechos y obligaciones (CCH, 2018).
ideas:
Immanuel Kant (Königsberg, Prusia,
¿Qué entiendes por minoría de edad? 22 de abril de 1724- 12 de febrero de
1804)

¿Qué entiendes por mayoría de edad y qué ideas asocias con ella?

Define “ilustración”. https://www.bing.com/images/search?


view=detailV2&ccid=PVNtlZg1&id=86C
A8B350BDA6C3FC383AF428D02B0982
A330264&thid=OIP.PVNtlZg1QkL6bzL
bSXNkRwDQEs&q=kant&simid=60798
7991486727715&selectedIndex=233&aj
Define “dignidad humana”. axhist=0

35
Lee atentamente los siguientes párrafos y contesta los cuestionamientos que se hallan debajo

Respuesta a la pregunta ¿Qué es la Ilustración?

La ilustración es la salida del hombre de su autoculpable minoría de edad. La minoría de edad significa la incapacidad de servirse de su propio
entendimiento, sin la guía de otro. Uno mismo es culpable de esta minoría de edad cuando la causa de ella no reside en la carencia de entendimiento,
sino en la falta de decisión y valor para servirse por sí mismo de él sin la guía de otro. ¡Sapere aude! ¡Ten valor de servirte de tu propio entendimiento!
He aquí el lema de la ilustración.

¿Qué es la Ilustración?

¿Cómo define Kant la minoría de edad?

¿Por qué el hombre es culpable de su minoría de edad?

¿Cuál es el único caso en el que el hombre o la mujer no son culpables de su minoría de edad?

¿Por qué el entendimiento y el valor deben ir juntos?

La pereza y la cobardía con las causas de que una gran parte de los hombres permanezca, gustosamente, en minoría de edad a lo largo de la vida,
a pesar de que hace ya tiempo la naturaleza los liberó de dirección ajena (naturaliter majorennes): y por eso es tan fácil para otros erigirse en sus
tutores. ¡Es tan cómodo ser menor de edad! Si tengo un libro que piensa por mí, un director espiritual que reemplaza mi conciencia moral, un médico
que me prescribe la dieta, etc., entonces no necesito esforzarme. Si puedo pagar, no tengo necesidad de pensar: otro asumirá por mi tan fastidiosa
tarea. Aquellos tutores que tan bondadosamente han tomado sobre sí la tarea de supervisión se encargan ya de que el paso hacia la mayoría de
edad, además de ser difícil, sea considerado peligrosos para la mayoría de los hombres (y entre ellos todo el bello sexo). Después de haber
entontecido a sus animales domésticos, y procurar cuidadosamente que estas pacíficas criaturas no puedan atreverse a dar un paso sin las andaderas
en que han sido encerrados, les muestran el peligro que les amenaza si intentan caminar solos. Lo cierto es que este peligro no es tan grande, pues
ellos aprenderían a caminar solo después de cuantas caídas: sin embargo, un ejemplo de tal naturaleza les asusta y, por lo general, les hace desistir
de todo intento.

De acuerdo con Kant, ¿cuáles son las dos causas de que el hombre permanezca en la minoría de edad?

Da un ejemplo de cada causa

¿Cuál es el papel de los tutores y por qué es tan común que los demás nos digan qué hacer?

Explica los tres ejemplos kantianos

¿Quién es el bello sexo y por qué razones a éste le cuesta más trabajo arribar a la mayoría de edad?

Por tanto, es difícil para todo individuo lograr salir de esa minoría de edad, casi convertida ya en naturaleza suya. Incluso le ha tomado afición y se
siente realmente incapaz de valerse de su propio entendimiento, porque nunca se le ha dejado hacer dicho ensayo. Principios y formulas, instrumentos
mecánicos de uso racional -o más bien abuso- de sus dotes naturales, son los grilletes de una permanente minoría de edad. Quien se desprendiera
de ellos apenas daría un salto inseguro para salvar la más pequeña zanja, porque no está habituado a tales movimientos libres. Por eso, pocos son
los que, por esfuerzo del propio espíritu, han conseguido salir de esa minoría de edad y proseguir, sin embargo, con paso seguro.

Piensa en una situación en la que no has querido salir de la minoría de edad y descríbela.

Pero, en cambio, es posible que el público se ilustre a sí mismo, algo que es casi inevitable si se le deja en libertad. Ciertamente, siempre se
encontrarán algunos hombres que piensen por sí mismos, incluso entre los establecidos tutores de la gran masa, los cuales, después de haberse
autoliberado del yugo de la minoría de edad, difundirán a su alrededor el espíritu de una estimación racional del propio valor y de la vocación de todo
hombre a pensar por sí mismo. Pero aquí se ha de señalar algo especial: aquel público que anteriormente había sido sometido a este yugo por ellos
obliga más tarde, a los propios tutores a someterse al mismo yugo; y esto es algo que sucede cuando el público es incitado a ello por algunos de sus
tutores incapaces de cualquier Ilustración. Por eso es tan perjudicial inculcar prejuicios, pues al final terminan vengándose de sus mismos
predecesores y autores. De ahí que el público pueda alcanzar sólo lentamente la Ilustración. Quizá mediante una revolución sea posible derrocar el

36
despotismo, pero nunca se consigue la verdadera reforma del modo de pensar, sino que tanto los nuevos como los viejos prejuicios servirán de
riendas para la mayor parte de la masa carente de pensamiento.

¿Cuál es la relación entre libertad e ilustración?

¿Qué entiendes por “estimación racional del propio valor de la vocación”?

¿Cuál es la vocación de todo hombre y mujer, según Kant?

¿Cuál es la critica que formula Kant a tutores y maestros?

¿Qué es un prejuicio y por qué éstos terminan atentando contra nosotros?

Pero para esta Ilustración únicamente se requiere libertad, y, por cierto, la menos perjudicial entre todas las que llevan ese nombre, a saber, la libertad
de hacer siempre y en todo lugar uso público de la propia razón. Mas escucho exclamar por doquier: ¡No razonéis! El oficial dice: ¡No razones,
adiéstrate! El funcionario de hacienda: ¡No razones, paga! El sacerdote: ¡No razones, ten fe! (Sólo un único señor en el mundo dice razonad todo lo
que queráis, pero obedeced.) Por todas partes encontramos limitaciones de la libertad. Pero ¿qué limitación impide la Ilustración? Y, por el contrario,
¿cuál la fomenta? Mi respuesta es la siguiente: el uso público de la razón debe ser siempre libre; sólo este uso pueda traer Ilustración entre los
hombres. En cambio, el uso privado de la misma debe ser a menudo estrechamente limitado, sin que ello obstaculice, especialmente, el progreso de
la Ilustración. Entiendo por uso público de la propia razón aquél que a alguien hace de ella en cuanto docto (Gelehrter) ante el gran público del mundo
de los lectores.

¿Qué critica hace Kant al Estado y a la Iglesia?

¿En qué consiste el uso público de la razón y cómo contribuye a una formación ilustrada?

Llamo uso privado de la misma a la utilización que le es permitido hacer de un determinado puesto civil o función pública. Ahora bien, en algunos
asuntos que transcurren en favor del interés público se necesita cierto mecanismo, léase unanimidad artificial en virtud del cual algunos miembros
del estado tienen que comportarse pasivamente, para que el gobierno los guíe hacia fines públicos o, al menos, que impida la destrucción de estos
fines. En tal caso, no está permitido razonar, sino que se tienen que obedecer, en tanto que esta parte de la máquina es considerada como miembro
de la totalidad de un Estado o, incluso, de la sociedad cosmopolita y, al mismo tiempo, en calidad de docto que, mediante escritos, se dirige a un
público usando verdaderamente su entendimiento, puede razonar, por supuesto, sin que por ello se vean afectados los asuntos en los que es utilizado,
en parte, como miembro pasivo. Así, por ejemplo, sería muy perturbador si un oficial que recibe una orden de sus superiores quisiere argumentar en
voz alta durante el servicio acerca de la pertinencia o utilidad de al orden; él tiene que obedecer. Sin embargo, no se le puede prohibir con justicia
hacer observaciones, en cuanto docto, acerca de los defectos del servicio militar y exponerlos ante el juicio de su público. El ciudadano no se puede
negar a pagar los impuestos que le son asignados; incluso una mínima crítica a tal carga, en el momento en que debe pagarla, puede ser castigada
como escándalo (pues podría dar ocasión de desacatos generalizados). Por el contrario, él mismo no actuará en contra del deber de un ciudadano
si, como docto, manifiesta públicamente su pensamiento contra la inconveniencia o injusticia de tales impuestos. Del mismo modo, un sacerdote está
obligado a enseñar a sus catecúmenos y a su comunidad según el símbolo de la iglesia a la que sirve, puesto que ha sido admitido en ella bajo esa
condición. Pero, como docto, tiene plena libertad e, incluso, el deber de comunicar al público sus bienintencionados pensamientos, cuidadosamente
examinados, acerca de los defectos de ese símbolo, así como hacer propuestas para el mejoramiento de las instituciones de la religión y de la iglesia.
Tampoco aquí hay nada que pudiera ser un cargo de conciencia, pues lo que enseña la virtud de su puesto como encargado de los asuntos de la
iglesia lo presenta como algo que no puede enseñar según prescripciones y en nombre de otro. Dirá: nuestra iglesia enseña esto o aquello, éstas son
las razones fundamentales de las que se vale. En tal caso, extraerá toda la utilidad práctica para su comunidad de principios que él mismo no aceptará
con plena convicción; a cuya exposición, del mismo modo, puede comprometerse, pues no es imposible que en ellos se encuentre escondida alguna
verdad que, al menos, en todos los casos no se halle nada contradictorio con la religión íntima. Si él creyera encontrar esto último en la verdad, no
podría en conciencia ejercer su cargo; tendría que renunciar. Así pues, el uso que un predicador hace de su razón ante su comunidad es meramente
privado, puesto que esta comunidad, por amplia que sea, siempre es una reunión familiar. Y con respecto a la misma él, como sacerdote, no es libre,
ni tampoco le está permitido serlo, puesto que ejecuta un encargo ajeno. En cambio, como docto que habla mediante escritos al público propiamente
dicho, es decir, al mundo; el sacerdote, en el uso público de su razón, gozaría de una libertad ilimitada para servirse de ella y para hablar en nombre
propio. En efecto, pretender que los tutores del pueblo (en asuntos espirituales) sean otra vez menores de edad constituye un despropósito que
desemboca en la eternización de insensateces.

¿En qué consiste el uso privado de la razón?

Explica los tres ejemplos que da Kant para elucidar el uso privado de la razón.

Consideras que las personas que te guían son mayores de edad, sí, no y por qué.

37
[…] En lo que concierne a su propia persona, un hombre puede eludir la Ilustración, pero sólo por un cierto tiempo en aquellas materias que está
obligado a saber, pues renunciar a ella, aunque sea en pro de su persona, y con mayor razón todavía para la posteridad, significa violar y pisotear los
sagrados derechos de la humanidad. Pero, si a un pueblo no le está permitido decidir por y para sí mismo, menos aún lo podrá hacer un monarca en
nombre de aquél, pues su autoridad legisladora descansa, precisamente, en que reúne la voluntad de todo el pueblo en la suya propia. Si no pretende
otra cosa que no sea que toda real o presunta mejora sea compatible con el orden ciudadano, no podrá menos que permitir a sus súbditos que actúen
por sí mismos en lo que consideran necesario para la salvación de sus almas. Esto no le concierne al monarca; sí, en cambio, el evitar que unos y
otros se entorpezcan violentamente en el trabajo para su promoción y destino según todas sus capacidades. El monarca agravia su propia majestad
su se mezcla en estas cosas, en tanto que somete a su inspección gubernamental los escritos con que los súbditos intentan poner en claro sus
opiniones, a no ser que lo hiciera convencido de que su opinión es superior, en todo caso se expone al reproche Caesar no est supra Grammaticos,
o bien que rebaje su poder supremo hasta el punto de que ampare dentro de su Estado el despotismo espiritual de algunos tiranos contra el resto de
los súbitos.

¿Qué significa, según Kant, renunciar a ilustrarse?

Consideras que México es un país que propicie la ilustración, sí, no, por qué.

¿Cómo juzgaría Kant a nuestros gobernantes?

Si nos preguntamos si vivimos ahora en una época ilustrada, la respuesta es no, pero sí en una época de Ilustración. Todavía falta mucho para que
los hombres, tal como están las cosas, considerados en su conjunto, puedan ser capaces o estén en situación de servirse bien y con seguridad de
su propio entendimiento sin la guía de otro en materia de religión. Sin embargo, es ahora cuando se les ha abierto el espacio para trabajar libremente
en este empeño, y percibimos inequívocas señales de que disminuyen continuamente los obstáculos para una Ilustración general, o para la salida de
la autoculpable minoría de edad. Desde este punto de vista, nuestra época es el tiempo de la Ilustración o el siglo de Federico.

¿Vivimos en una época ilustrada, sí, no, por qué?

[…] Pero sólo quien por ilustrado no teme a las sombras y, al mismo tiempo, dispone de numeroso y disciplinado ejército, que garantiza a los
ciudadanos una tranquilidad pública, puede decir lo que ningún Estado libre se atreve a decir: ¡Razonad todo lo que queráis y sobre lo que queráis,
pero obedeced! Se muestra aquí un extraño e inesperado curso de las cosas humanas, pues sucede que, si lo consideramos con detenimiento y en
general, entonces caso todo en él es paradójico. Un mayor grado de libertad ciudadana parece ser ventajosa para la libertad del espíritu del pueblo
y, sin embargo, le fija barreras infranqueables. En cambio, un grado menos de libertad le procura el ámbito necesario para desarrollarse con arreglo
a todas sus facultades. Una vez que la naturaleza, bajo esta dura cáscara, ha desarrollado la semilla que cuida con extrema ternura, es decir, la
inclinación y vocación al libre pensar; este hecho repercute gradualmente sobre el sentir del pueblo (con lo cual éste se va haciendo cada vez más
capaz de la libertad de actuar) y, finalmente, hasta llegar a invadir a los principios del gobierno, que se encuentra ya posible tratar al hombre, que es
algo más que una máquina, conforme a su dignidad.

De acuerdo con el texto, ¿cómo sería un gobernante ilustrado?

¿Por qué obedecer y ser libre no es una contradicción?

38
Sesiones 18 y 19

Aprendizaje

Comprende elementos
fundamentales de la
condición humana, a partir
Busca una definición de enajenación y alienación.
de las áreas o disciplinas.

Tema

El ser de la praxis política.


Karl Marx (1818-1883) fue un filósofo alemán y un reconocido militante del Subtema
Partido Comunista. En conjunto con Friedrich Engels redactó el Manifiesto del
Democracia, justicia,
Partido Comunista, publicado en Londres el 21 de febrero de 1848, uno de los imparcialidad y
documentos con más influencia en la historia del pensamiento universal. compensación de las
desigualdades o desventajas
Asimismo, Marx ha sido uno de los pensadores más citados y uno de los más sociales (CCH, 2016: 20-21).
malinterpretados. Como afirma Erich Fromm, refiriéndose su trabajo: “no hay
límites para el malentendimiento y la deformación de las teorías.” (Fromm,
Karl Marx
2009:13)1
(5 de mayo de 1818- 14 de
Marx fue un ávido escritor, a la edad de 24 años ya coordinaba un marzo 1883).

periódico, la Gaceta Renana. Mediante un esfuerzo constante se convirtió en un Filósofo prusiano de origen
judío. Padre del socialismo
muy recocido filósofo, consagrándose con su obra el Capital. En 1844 se
científico y del comunismo.
publicaron los trabajos que escribió de abril a agosto de ese año, conocidos como
los Manuscritos económico-filosóficos. Nos ocuparemos en este momento del
Manuscritos económico-
manuscrito titulado El poder del Dinero. filosóficos de 1844

Cruz, P. (2016): Marx y su concepción del dinero, en Puso 113. Disponible en: También son conocidos
como “Cuadernos de Paris”.
¡Error! Referencia de hipervínculo no válida. Constituyen el primer
esbozo de la teoría crítica
del filósofo. Hace en ellos
Contesta los siguientes cuestionamientos antes de leer El poder del Dinero una crítica a los principios de
Adam Smith y del filósofo,
también alemán, Hegel.
Da una definición propia de dinero

¿Cuál consideras es la función del dinero?

1
Fromm, E. (2009): Marx y su concepto del hombre. Breviarios. México: FCE.
39
El poder del dinero

Karl, Marx. (2014): Manuscritos económico filosóficos. México: FCE. Breviarios.

Si las sensaciones, pasiones, etc., del hombre son no sólo determinaciones antropológicas en sentido estricto, sino verdaderamente afirmaciones
ontológicas del ser (naturaleza) y si sólo se afirman realmente por el hecho de que su objeto es sensible para ellas, entonces es claro:

1) Que el modo de su afirmación no es en absoluto uno y el mismo, sino que, más bien, el diverso modo de la afirmación constituye la peculiaridad
de su existencia, de su vida; el modo en que el objeto es para ellas el modo peculiar de su goce.
2) Allí en donde la afirmación sensible es supresión directa del objeto en su forma independiente (comer, beber, elaborar el objeto, etc.), es ésta la
afirmación del objeto.
3) En cuanto el hombre es humano, en cuanto es humana su sensación, etc., la afirmación del objeto por otro es igualmente su propio goce.
4) Sólo mediante la industria desarrollada, esto es, por la mediación de la propiedad privada, se constituye la esencia ontológica de la pasión humana,
tanto en su totalidad como en su humanidad; la misma ciencia del hombre es, pues, un producto de la autoafirmación práctica del hombre.
5) El sentido de la propiedad privada —desembarazada de su enajenación— es la existencia de los objetos esenciales para el hombre, tanto como
objeto de goce cuanto como objeto de actividad.

En el párrafo anterior Marx plantea a hombres y mujeres como deseantes, y otorga 5 características al modo de desear. Explica cada una.

El dinero, en cuanto posee la propiedad de comprarlo todo, en cuanto posee la propiedad de apropiarse todos los objetos es, pues, el objeto por
excelencia. La universalidad de su cualidad es la omnipotencia de su esencia; vale, pues, como ser omnipotente..., el dinero es el alcahuete entre la
necesidad y el objeto, entre la vida y los medios de vida del hombre. Pero lo que me sirve de mediador para mi vida, me sirve de mediador también
para la existencia de los otros hombres para mí. Eso es para mí el otro hombre. El dinero es objeto por excelencia.

¿Qué significa que el dinero sea “el objeto por excelencia”?

¿Por qué el dinero es omnipotente?

¿Qué significa que sea “el alcahuete entre la necesidad y el objeto”?

¿Qué quiere explicarnos Marx con su cita de Goethe y Shakespeare?

Lo que mediante el dinero es para mí, lo que puedo pagar, es decir, lo que el dinero puede comprar, eso soy yo, el poseedor del dinero mismo. Mi
fuerza es tan grande como lo sea la fuerza del dinero. Las cualidades del dinero son mis —de su poseedor— cualidades y fuerzas esenciales. Lo que
soy y lo que puedo no están determinados en modo alguno por mi individualidad. Soy feo, pero puedo comprarme la mujer más bella. Luego no soy
feo, pues el efecto de la fealdad, su fuerza ahuyentadora, es aniquilada por el dinero. Según mi individualidad soy tullido, pero el dinero me procura
veinticuatro pies, luego no soy tullido; soy un hombre malo y sin honor, sin conciencia y sin ingenio, pero se honra al dinero, luego también a su
poseedor. El dinero es el bien supremo, luego es bueno su poseedor; el dinero me evita, además, la molestia de ser deshonesto, luego se presume
que soy honesto; soy estúpido, pero el dinero es el verdadero espíritu de todas las cosas, ¿cómo podría carecer de ingenio su poseedor? El puede,
por lo demás, comprarse gentes ingeniosas, ¿y no es quien tiene poder sobre las personas inteligentes más talentoso que el talentoso? ¿Es que no
poseo yo, que mediante el dinero puedo todo lo que el corazón humano ansia, todos los poderes humanos? ¿Acaso no transforma mi dinero todas
mis carencias en su contrario?

¿Qué entiendes por “lo que puedo pagar […] eso soy yo”?

¿Qué sucede cuando alguien no posee dinero, según el argumento de Marx?

¿Por qué el dinero es el bien supremo?

Da un ejemplo de alguna cualidad que te haya agregado el poseer dinero.

Si el dinero es el vínculo que me liga a la vida humana, que liga a la sociedad, que me liga con la naturaleza y con el hombre, ¿no es el dinero el
vínculo de todos los vínculos? ¿No puede él atar y desatar todas las ataduras? ¿No es también por esto el medio general de separación? Es la
verdadera moneda divisoria, así como el verdadero medio de unión, la fuerza galvanoquímica de la sociedad.

40
Explica cada una de estas propiedades del dinero y da un ejemplo.

La inversión y confusión de todas las cualidades humanas y naturales, la conjugación de las imposibilidades; la fuerza divina del dinero radica en su
esencia en tanto que esencia genérica extrañada, enajenante y autoenajenante del hombre. Es el poder enajenado de la humanidad.
Lo que como hombre no puedo, lo que no pueden mis fuerzas individuales, lo puedo mediante el dinero. El dinero convierte así cada una de estas
fuerzas esenciales en lo que en sí no son, es decir, en su contrario. Si ansío un manjar o quiero tomar la posta porque no soy suficientemente fuerte
para hacer el camino a pie, el dinero me procura el manjar y la posta, es decir, transustancia mis deseos, que son meras representaciones; los traduce
de su existencia pensada, representada, querida; a su existencia sensible, real; de la representación a la vida, del ser representado al ser real. El
dinero es, al hacer esta mediación, la verdadera fuerza creadora.

Enumera otras cuatro características del dinero.

Es cierto que la demanda existe también para aquel que no tiene dinero alguno, pero su demanda es un puro ente de ficción que no tiene sobre mí,
sobre un tercero, sobre los otros, ningún efecto, ninguna existencia; que, por tanto, sigue siendo para mí mismo irreal sin objeto. La diferencia entre
la demanda efectiva basada en el dinero y la demanda sin efecto basada en mi necesidad, mi pasión, mi deseo, etc., es la diferencia entre el ser y el
pensar, entre la pura representación que existe en mí y la representación tal como es para mí en tanto que objeto real fuera de mí. Si no tengo dinero
alguno para viajar, no tengo ninguna necesidad (esto es, ninguna necesidad real y realizable) de viajar. Si tengo vocación para estudiar, pero no
dinero para ello, no tengo ninguna vocación (esto es, ninguna vocación efectiva, verdadera) para estudiar. Por el contrario, si realmente no tengo
vocación alguna para estudiar, pero tengo la voluntad y el dinero, tengo para ello una efectiva vocación. El dinero en cuanto medio y poder del
universales (exteriores, no derivados del hombre en cuanto hombre ni de la sociedad humana en cuanto sociedad) para hacer de la representación
realidad y de la realidad una pura representación, transforma igualmente las reales; fuerzas esenciales humanas y naturales en puras
representaciones abstractas y por ello en imperfecciones, en dolorosas quimeras, así como, por otra parte, transforma las imperfecciones y quimeras
reales, las fuerzas esenciales realmente impotentes, que sólo existen en la imaginación del individuo, en fuerzas esenciales reales y poder real. Según
esta determinación, es el dinero la inversión universal de las individualidades, que transforma en su contrario, y a cuyas propiedades agrega
propiedades contradictorias.

¿Por qué razones el deseo de un desposeído es una ficción?

Como tal potencia inversora, el dinero actúa también contra el individuo y contra los vínculos sociales, etc., que se dicen esenciales. Transforma la
fidelidad en infidelidad, el amor en odio, el odio en amor, la virtud en vicio, el vicio en virtud, el siervo en señor, el señor en siervo, la estupidez en
entendimiento, el entendimiento en estupidez.
Como el dinero, en cuanto concepto existente y activo del valor, confunde y cambia todas las cosas, es la confusión y el trueque universal de todo,
es decir, el mundo invertido, la confusión y el trueque de todas las cualidades naturales y humanas.
Aunque sea. cobarde, es valiente quien puede comprar la valentía. Como el dinero no se cambia por una cualidad determinada, ni por una cosa o
una fuerza esencial humana determinadas, sino por la totalidad del mundo objetivo natural y humano, desde el punto de vista de su poseedor puede
cambiar cualquier propiedad por cualquier otra propiedad y cualquier otro objeto, incluso los contradictorios. Es la fraternización de las imposibilidades;
obliga a besarse a aquello que se contradice.

Explica en qué consiste el poder inversor del dinero

¿Por qué razón el dinero hermana los opuestos?

¿Qué consecuencias nefastas se siguen de este poder inversor del dinero y da dos ejemplos?

Si suponemos al hombre como hombre y a su relación con el mundo como una relación humana, sólo se puede cambiar amor por amor, confianza
por confianza, etc. Si se quiere gozar del arte hasta ser un hombre artísticamente educado; si se quiere ejercer influjo sobre otro hombre, hay que ser
un hombre que actúe sobre los otros de modo realmente estimulante e incitante. Cada una de las relaciones con el hombre —y con la naturaleza—
ha de ser una exteriorización determinada de la vida individual real que se corresponda con el objeto de la voluntad. Si amas sin despertar amor, esto
es, si tu amor, en cuanto amor, no produce amor recíproco, si mediante una exteriorización vital como hombre amante no te conviertes en hombre
amado, tu amor es impotente, una desgracia.

¿Cuál es la salida que otorga Marx al poder devastador del dinero?

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TAREA: Sesiones 20, 21 y 22
Busca una definición de apología.
Aprendizaje
Averigua quién fue Sócrates y cómo murió.
Argumenta, delibera, dialoga, debate y
Busca una definición de “mayéutica”
comprende la importancia de tomar
Busca ¿qué es la cicuta? decisiones justificadas
En este apartado te acercarás a un método de argumentación, conocido como “mayéutica”, el cual razonablemente.
es identificado como el modo de filosofar de Sócrates; filósofo griego, quien fuera maestro del célebre
Platón. Tema
Sócrates no escribió texto alguno, de modo que lo que sabemos de él, lo conocemos gracias al
registro de sus alumnos, como Jenofonte o Platón, a por sus contemporáneos, como Aristófanes. Usos de la argumentación.
Leeremos algunos pasajes de la Apología, diálogo escrito por Platón, quién utilizará la figura de su
maestro como personaje principal de casi todos sus escritos a excepción de uno. Subtema

Antes de iniciar, da respuesta a los siguientes cuestionamientos: Método socrático (mayéutica),


aristotélico (nueva retórica) (CCH,
1. ¿Es importante para ti la verdad, sí, no, por qué?
2016: 28-29).

2. Alguna vez has sufrido algún daño en defensa de la verdad. Narra brevemente:

3. ¿Estarías dispuesto a morir por defender alguna causa que consideres justa y verdadera?
¿Cuál sería?

4. Consideras que, en una sociedad como la nuestra, la verdad podría ser una solución, sí,
no, por qué.

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5. ¿Cuál es la relación entre justicia y verdad?

Apología de Sócrates

Platón, Apología (fragmentos).

Yo no sé, atenienses, la impresión que habrá hecho en vosotros el discurso de mis acusadores. Con respecto a mí, confieso que me he desconocido
a mí mismo; tan persuasiva ha sido su manera de decir. Sin embargo, puedo asegurarlo, no han dicho una sola palabra que sea verdad.
Pero de todas sus calumnias, la que más me ha sorprendido es la prevención que os han hecho de que estéis muy en guardia para no ser seducidos
por mi elocuencia. Porque el no haber temido el mentir vergonzoso que yo les voy a dar en este momento, haciendo ver que no soy elocuente, es el
colmo de la impudencia, a menos que no llamen elocuente al que dice la verdad. Si es esto lo que pretenden, confieso que soy un gran orador; pero
no lo soy a su manera; porque, repito, no han dicho ni una sola palabra verdadera, y vosotros vais a saber de mi boca la pura verdad, no ¡por Júpiter
en una arenga vestida de sentencias brillantes y palabras escogidas, como son los discursos de mis acusadores, sino en un lenguaje sencillo y
espontáneo; porque descanso en la confianza de que digo la verdad, y ninguno de vosotros debe esperar otra cosa de mí. No sería propio de mi
edad, venir, atenienses, ante vosotros como un joven que hubiese preparado un discurso.
Por esta razón, la única gracia, atenienses, que os pido es que cuando veáis que en mi defensa emplee términos y maneras comunes, los mismos
de que me he servido cuantas veces he conversado con vosotros en la plaza pública, en las casas de contratación y en los demás sitios en que me
habéis visto, no os sorprendáis, ni os irritéis contra mí; porque es esta la primera vez en mi vida que comparezco ante un tribunal de justicia, aunque
cuento más de setenta años.

¿En qué situación se encuentra Sócrates?

De acuerdo con Sócrates, existen dos tipos de oradores, ¿cuáles son?

¿Qué importancia tiene la edad de Sócrates en su defensa?

[…] Es justo que comience por responder a mis primeros acusadores, y por refutar las primeras acusaciones, antes de llegar a las últimas que se han
suscitado contra mí. Porque tengo muchos acusadores cerca de vosotros hace muchos años, los cuales nada han dicho que no sea falso. Temo más
a estos que a Anito y sus cómplices, aunque sean estos últimos muy elocuentes; pero son aquellos mucho más temibles, por cuanto, compañeros
vuestros en su mayor parte desde la infancia, os han dado de mí muy malas noticias, y os han dicho, que hay un cierto Sócrates, hombre sabio que
indaga lo que pasa en los cielos y en las entrañas de la tierra y que sabe convertir en buena, una mala causa.

¿Cuáles son los dos tipos de acusadores?

Los que han sembrado estos falsos rumores son mis más peligrosos acusadores, porque prestándoles oídos, llegan los demás a persuadirse que los
hombres que se consagran a tales indagaciones no creen en la existencia de los dioses. Por otra parte, estos acusadores son en gran número, y
hace mucho tiempo que están metidos en esta trama. Os han prevenido contra mí en una edad, que ordinariamente es muy crédula, porque erais
niños la mayor parte o muy jóvenes cuando me acusaban ante vosotros en plena libertad, sin que el acusado les contradijese; y lo más injusto es que
no me es permitido conocer ni nombrar a mis acusadores, a excepción de un cierto autor de comedias. Todos aquellos que por envidia o por malicia
os han inoculado todas estas falsedades, y los que, persuadidos ellos mismos, han persuadido a otros, quedan ocultos sin que pueda yo llamarlos
ante vosotros ni refutarlos; y por consiguiente, para defenderme, es preciso que yo me bata, como suele decirse, con una sombra, y que ataque y me
defienda sin que ningún adversario aparezca.

¿Por qué sus actuales acusadores mienten?

¿Qué piensa Sócrates sobre sus acusadores?

Remontémonos, pues, al primer origen de la acusación sobre la que he sido tan desacreditado y que ha dado a Melito confianza para arrastrarme
ante el tribunal. ¿Qué decían mis primeros acusadores? Porque es preciso presentar en forma su acusación, como si apareciese escrita y con los
juramentos recibidos. «Sócrates es un impío; por una curiosidad criminal quiere penetrar lo que pasa en los cielos y en la tierra, convierte en buena
una mala causa, y enseña a los demás sus doctrinas.
He aquí la acusación; ya la has visto en la comedia de Aristófanes, en la que se representa un cierto Sócrates, que dice, que se pasea por los aires
y otras extravagancias semejantes, que yo ignoro absolutamente; y esto no lo digo, porque desprecie esta clase de conocimientos; si entre vosotros

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hay alguno entendido en ellos (que Melito no me formule nuevos cargos por esta concesión), sino que es sólo para haceros ver, que yo jamás me he
mezclado en tales ciencias, pudiendo poner por testigos a la mayor parte de vosotros.
Los que habéis conversado conmigo, y que estáis aquí en gran número, os conjuro á que declaréis, si jamás me oísteis hablar de semejante clase
de ciencias ni de cerca ni de lejos; y por esto conoceréis ciertamente, que en todos esos rumores que se han levantado contra mí. no hay ni una sola
palabra de verdad; y si alguna vez habéis oído, que yo me dedicaba a la enseñanza, y que exigía salario, es también otra falsedad

¿Cuál es la primera y la segunda acusación?

Los que habéis conversado conmigo, y que estáis aquí en gran número, os conjuro á que declaréis, si jamás me oísteis hablar de semejante clase
de ciencias ni de cerca ni de lejos; y por esto conoceréis ciertamente, que en todos esos rumores que se han levantado contra mí. no hay ni una sola
palabra de verdad; y si alguna vez habéis oído, que yo me dedicaba a la enseñanza, y que exigía salario, es también otra falsedad. No es porque no
tenga por muy bueno el poder instruir a los hombres, como hacen Gorgias de Leoncio, Prodico de Ceos é Hippias de Elea. Estos grandes personajes
tienen el maravilloso talento, donde quiera que vayan, de persuadir ¿los jóvenes a que se unan a ellos, y abandonen sus conciudadanos, cuando
podrían estos ser sus maestros sin costarles un óbolo.
[…] Por lo que a mí toca, atenienses, me llenaría de orgullo y me tendría por afortunado, si tuviese esta cualidad, pero desgraciadamente no la tengo.
Alguno de vosotros ¡que dirá quizá:—pero Sócrates, ¿qué es lo que haces? ¿De dónde nacen estas calumnias que se han propalado contra ti?
Porque si te has limitado a hacer lo mismo que hacen los demás ciudadanos, jamás debieron esparcirse tales rumores. Dinos, pues, el hecho de
verdad, para que no formemos un juicio temerario. Esta objeción me parece justa. Voy a explicaros lo que tanto me ha desacreditado y ha hecho mi
nombre tan famoso. Escuchadme, pues. Quizá algunos de entre vosotros creerán que yo no hablo seriamente, pero estad persuadidos de que no os
diré más que la verdad.
La reputación que yo haya podido adquirir, no tiene otro origen que una cierta sabiduría que existe en mí. ¿Cuál es esta sabiduría? Quizá es una
sabiduría puramente humana, y corro el riesgo de no ser en otro concepto sabio, al paso que los hombres de que acabo de hablaros, son sabios, de
una sabiduría mucho más que humana.
Nada tengo que deciros de esta última sabiduría, porque no la conozco, y todos los que me la imputan, mienten, y sólo intentan calumniarme. No os
incomodéis, atenienses, si al parecer os hablo de mí mismo demasiado ventajosamente; nada diré que proceda de mí, sino que lo atestiguaré con
una autoridad digna de confianza. Por testigo de mi sabiduría os daré al mismo Dios de Belfos, que os dirá si la tengo, y en qué consiste. Todos
conocéis a Querefon, mi compañero en la infancia, como lo fue de la mayor parte de vosotros, y que fue desterrado con vosotros, y con vosotros
volvió. Ya sabéis qué hombre era Querefon, y cuan ardiente era en cuanto emprendía. Un dia, habiendo partido para Delfos, tuvo el atrevimiento de
preguntar al oráculo (os suplico que no os irritéis de lo que voy a decir), si había en el mundo un hombre más sabio que yo; la Pythia le respondió,
que no habia ninguno. Querefon ha muerto, pero su hermano, que está presente, podrá dar fe de ello. Tened presente, atenienses, porque os refiero
todas estas cosas; pues es únicamente para haceros ver de dónde proceden esos falsos rumores, que han corrido contra mí.
Cuando supe la respuesta del oráculo, dije para mí; ¿Qué quiere decir el Dios? ¿Qué sentido ocultan estas palabras? Porque yo sé sobradamente
que en mí no existe semejante sabiduría, ni pequeña, ni grande. ¿Qué quiere, pues, decir, al declararme el más sabio de los hombres? Porque él no
miente. La Divinidad no puede mentir. Dudé largo tiempo del sentido del oráculo, hasta que por último, después de gran trabajo, me propuse hacer la
prueba siguiente: —Fui a casa de uno de nuestros conciudadanos, que pasa por uno de los más sabios de la ciudad. Yo creía, que allí mejor que en
otra parte, encontrarla materiales para rebatir al oráculo, y presentarle un hombre más sabio que yo, por más que me hubiere declarado el más sabio
de los hombres. Examinando pues este hombre, de quien, baste deciros, que era uno de nuestros grandes políticos, sin necesidad de descubrir su
nombre, y conversando con él, me encontré, con que todo el mundo le creía sabio, que él mismo se tenía por tal, y que en realidad no lo era. Después
de este descubrimiento me esforcé en hacerle ver que de ninguna manera era lo que él creía ser, y he aquí ya lo que me hizo odioso a este hombre
y a los amigos suyos que asistieron a la conversación.
[…] Es preciso que acabe de daros cuenta de todas mis tentativas, como otros tantos trabajos que emprendí para conocer el sentido del oráculo.
Me pregunté, pues, a mí mismo, como si hablará por el oráculo, si querría más tal como soy sin la habilidad de estas gentes, e igualmente su
ignorancia, o bien tener la una y la otra y ser como ellos < y me respondí á raí mismo y al oráculo , que era mejor para mí ser como soy. De esta
indagación, atenienses, han nacida contra mí todos estos odios y estas enemistades peligros, que han producido todas las calumnias que sabéis, y
me han hecho adquirir el nombre de sabio; por< todos los que me escuchan creen que yo sé todas las cosas y descubro la ignorancia de los demás.
Me parece, atenienses, que sólo Dios es el verdadero sabio, y que estor ha querido decir por su oráculo, haciendo entender que toda la sabiduría
humana so es gran cosa, o por mejor decir, que no es nada; y si el oráculo ha nombrado a Sócrates, sin duda se ha valido de mi nombre como un
ejemplo, y como si dijese a todos los hombres: «el más sabio entre vosotros es aquel que reconoce, como Sócrates, que no sabe nada»

¿Cuál es el argumento de Sócrates en contra de la primera acusación?

Pasemos ahora a los últimos, y tratemos de responder a Melito, este hombre de bien, tan llevado, si hemos de creerle, por el amor a la patria.
Repitamos esta última acusación, como hemos enunciado la primera. Hela aquí, poco más o menos: Sócrates es culpable, porque corrompe a los
jóvenes, porque no cree en los dioses del Estado, y porque en lugar de éstos pone divinidades nuevas bajo el nombre de demonios.
He aquí la acusación. La examinaremos punto por punto. Dice que soy culpable porque corrompo la juventud; y yo, atenienses, digo que el culpable
es Melito, en cuanto, burlándose de las cosas serias, tiene la particular complacencia de arrastrar a otros ante el tribunal, queriendo figurar que se
desvela mucho por cosas por las que jamás ha hecho ni el más pequeño sacrificio, y voy a probároslo.
Ven acá, Melito, dime: ¿ha habido nada que te haya preocupado más que el hacer los jóvenes lo más virtuosos posible?

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¿Cuál es la tercera acusación?

Pues bien; di a los jueces cuál será el hombre que mejorará la condición de los jóvenes. Porque no puede dudarse que tú lo sabes, puesto que tanto
te preocupa esta idea. En efecto, puesto que has encontrado al que los corrompe, y hasta le has denunciado ante los jueces, es preciso que digas
quién los hará mejores. Habla; veamos quién es. Lo ves ahora, Melito; tú callas; estás perplejo, y no sabes qué responder. ¿Y no te parece esto
vergonzoso? ¿No es una prueba cierta de que jamás ha sido objeto de tu cuidado la educación de la juventud? Pero, repito, excelente Melito, ¿quién
es el que puede hacer mejores a los jóvenes?
MELITO.
Las leyes.
SÓCRATES. Melito, no es eso lo que pregunto. Yo te pregunto quién es el hombre; porque es claro que la primera cosa que este hombre debe saber
son las leyes.
MELITO. Son, Sócrates, los jueces aquí reunidos.
SÓCRATES.
¡Cómo, Melito! ¿Estos jueces son capaces de instruir a los jóvenes y hacerlos mejores?
MELITO.
Sí, ciertamente.
SÓCRATES. ¿Pero son todos estos jueces, o hay entre ellos unos que pueden y otros que no pueden?
MELITO.
Todos pueden. '
SÓCRATES. Perfectamente, ¡por Juno! nos has dado un buen número de buenos preceptores. Pero pasemos adelante. Estos oyentes que nos
escuchan, ¿pueden también hacer los jóvenes mejores, ó no pueden?
MELITO. Pueden. *
SÓCRATES.
¿Y los senadores?
MELITO. Los senadores lo mismo.
SÓCRATES. Pero, mi querido Melito, todos los que vienen a las asambleas del pueblo ¿corrompen igualmente é. los jóvenes o son capaces de
hacerlos mejores?
MELITO.
Todos son capaces.
SÓCBATBS. Se sigue de aquí, que todos los atenienses pueden hacer los jóvenes mejores, menos yo; sólo yo los corrompo; ¿no es esto lo que
dices?
MELITO.
Lo mismo.
SÓCRATES. Verdaderamente, ¡buena desgracia es la mía! Pero continúa respondiéndome. ¿Te parece que sucederá lo mismo con los caballos?
¿Pueden todos los hombres hacerlos mejores, y que sólo uno tenga el secreto de echarlos a perder? ¿O es todo lo contrario lo que sucede? ¿Es uno
solo hay un cierto número de picadores que puedan hacerlos mejores? ¿Y el resto de los hombres, si se sirven de ellos, no los echan a perder? ¿No
sucede esto mismo con todos los animales? Sí, sin duda; ya convengáis en ello Anito y tú no convengáis. Porque sería una gran fortuna y gran ventaja
para la juventud, que sólo hubiese un hombre capaz de corromperla, y que todos los demás la pusiesen en buen camino. Pero tú has probado
suficientemente, Melito, que la educación de la juventud no es cosa que te haya quitado el sueño, y tus discursos acreditan claramente, que jamás te
has ocupado de lo mismo que motiva tu acusación contra mí. Por otra parte, te suplico ¡por Júpiter! Melito, me respondas a esto.—Cuál es mejor,
¿habitar con hombres de bien o habitar con picaros? Respóndeme, amigo mío; porque mi pregunta no puede ofrecer dificultad. ¿No es cierto que los
picaros causan siempre mal a los que los tratan, y que los hombres de bien producen a los mismos un efecto contrario?
MELITO.
Sin duda.
SÓCRATES. Hay alguno que prefiera recibir daño de aquellos con quienes trata a recibir utilidad. Respóndeme, porque la ley manda que me
respondas. ¿Hay alguno que quiera más recibir mal que bien?
MELITO.
No, no hay nadie.
SÓCRATES. Pero veamos; cuando me acusas de corromper la juventud y de hacerla más mala, ¿sostienes que lo hago con >conocimiento ó sin
quererlo?
MELITO.
Con conocimiento.
SÓCRATES. Tú eres joven y yo anciano. ¿Es posible que tu sabiduría supere tanto a la mía, que sabiendo tú que el roce con los malos causa mal, y
el roce con los buenos causa bien, me supongas tan ignorante, que no sepa que si convierto en malos los que me rodean, me expongo a recibir mal,*
y que a pesar de esto insista y persista, queriéndolo y sabiéndolo? En este punto, Melito, y no te creo ni pienso que haya en el mundo quien pueda
creerte. Una de dos, o yo no corrompo a los jóvenes, o si los corrompo lo hago sin saberlo y a pesar mio, y de cualquiera manera que sea eres un
calumniador. Si corrompo a la juventud a pesar mio, la ley no permite citar a nadie ante el tribunal por faltas involuntarias, sino que lo que quiere es,
que se llama aparte a los que las cometen, que se los reprenda, y que se los instruya; porque es bien seguro, que estando instruido cesaría de hacer
lo que hago a pesar mio. Pero tú, con intención, lejos de verme e instruirme, me arrastras ante este tribunal, donde la ley quiere que se cite a los que

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merecen castigos, pero no a los que sólo tienen necesidad de prevenciones. Así, atenienses, he aquí una prueba evidente, como os decía antes, de
que Melito jamás ha tenido cuidado de estas cosas, jamás ha pensado en ellas. Sin embargo, responde aún, y dinos cómo corrompo a los jóvenes.
¿Es según tu denuncia, enseñándoles a no reconocer los dioses que reconoce la patria, y enseñándoles además a rendir culto, bajo el nombre de
demonios, a otras divinidades? ¿No es esto lo que dices?
MELITO.
Sí, es lo mismo.
SÓCRATES. Melito, en nombre de esos mismos dioses de que ahora se trata, explícate de una manera un poco más clara, por mí y por estos jueces,
porque no acabo de comprender, si me acusas de enseñar que hay muchos dioses, (y en este caso, si creo que hay dioses, no soy ateo, y falta la
materia para que sea yo culpable) o si estos dioses no son del Estado. ¿Es esto de lo que me acusas? ¿O bien me acusas de que no admito ningún
Dios, y que enseño a los demás á que no reconozcan ninguno?
MELITO. Te acuso de no reconocer ningún Dios.
SÓCRATES. iOh maravilloso Melitol ¿por qué dices eso? ¡Qué! ¿Yo no creo como los demás hombres que el sol y la luna son dioses?
MELITO. No ipor Júpiter! atenienses, no lo cree, porque dice que el sol es una piedra y la lona una tierra.
SÓCRATES. ¿Pero tú acusas á Anaxágoras, mi querido Melito? Desprecias los jueces, porque los crees harto ignorantes, puesto que te imaginas
que no saben que los libros de Anaxágoras y de Clazomenes están llenos de aserciones de esta especie. Por lo demás, ¿qué necesidad tendrían los
jóvenes de aprender de mí cosas que podían ir a oír todos los días a la Orquesta, por un dracma a lo más? iMagnífica ocasión se les presentaba para
burlarse de Sócrates, si Sócrates se atribuyese doctrinas que no son suyas y tan extrañas y absurdas por otra parte! Pero dime en nombre de Júpiter,
¿pretendes que yo no reconozco ningún Dios?
MELITO. Sí, ¡por Júpiter 1 tú no reconoces ninguno.
SÓCRATES. Dices, Melito, cosas increíbles, ni estás tampoco de acuerdo contigo mismo. A mi entender parece, atenienses, que Melito es un
insolente, que no ha intentado esta acusación sino para insultarme, con toda la audacia de un imberbe, porque justamente sólo ha venido aquí para
tentarme y proponerme un enigma, diciéndose a sí mismo:—Veamos, si Sócrates, este hombre que pasa por tan sabio, reconoce que me burlo y que
digo cosas que se contradicen, o si consigo engañar, no sólo a él, sino a todos los presentes. Efectivamente se contradice en su acusación, porque
es como si dijera: — Sócrates es culpable en cuanto no reconoce dioses y en cuanto los reconoce.—Y no es esto burlarse? Así lo juzgo yo. Seguidme,
pues, atenienses, os lo suplico, y como os dije al principio, no os irritéis contra mí, si os hablo a mi manera ordinaria. Respóndeme, Melito. ¿Hay
alguno en el mundo que crea que hay cosas humanas y que no hay hombres? Jueces, mandad que responda, y que no haga tanto ruido. ¿Hay quien
crea que hay reglas para enseñar a los caballos, y que no hay caballos? ¿Qué hay tocadores de flauta, y que no hay aires de flauta? No hay nadie,
excelente Melito. Yo responderé por ti si no quieres responder. Pero dime: ¿hay alguno que crea en cosas propias de los demonios, y que, sin
embargo, crea que no hay demonios?
MELITO.
No, sin duda.
SÓCRATES. ¡Qué trabajo ha costado arrancarte esta confesión! Al cabo respondes, pero es preciso que los jueces te fuercen a oírlo. ¿Dices que
reconozco y enseño cosas propias de los demonios? Ya sean viejas o nuevas, siempre es cierto por tu voto propio, que yo creo en cosas tocantes a
los demonios, y así lo has jurado en tu acusación. Si -creo en cosas demoniacas, necesariamente creo en los demonios; ¿no es así? Sí, sin duda;
porque tomo tu silencio por un consentimiento. ¿Y estos demonios no estamos convencidos de que son dioses o hijos de -dioses? ¿Es así, sí o no?
MELITO.
Sí.
SÓCRATES. Por consiguiente, puesto que yo creo en los demonios, según tu misma confesión, y que los demonios son dioses, he aquí la prueba de
lo que yo decía, de que nos proponías enigmas para divertirte a mis expensas, diciendo que no creo en los dioses, y que, sin embargo, creo en los
dioses, puesto que creo en los demonios. Y si los demonios son hijos de los dioses, hijos bastardos,' si se quiere, puesto que se dice que han sido
habidos de ninfas o de otros seres mortales, ¿quién es el hombre que' pueda creer que hay hijos de dioses, y que no hay dioses? Esto es tan absurdo
como creer que hay mulos nacidos de caballos y asnos. Así, Melito, no puede menos de que hayas intentado esta acusación contra mí, por sólo
probarme, y a falta de pretexto legítimo, por arrastrarme ante - el tribunal; porque a nadie que tenga sentido común puedes persuadir jamás de que
el hombre que cree que hay cosas concernientes a los dioses y a los demonios, pueda creer, sin embargo, que no hay ni demonios, ni dioses, ni
héroes; esto es absolutamente imposible. Pero no tengo necesidad de extenderme más en mi defensa, atenienses, y lo que acabo de decir basta
para hacer ver que no soy culpable, y que la acusación de Melito carece de fundamento. Estad persuadidos, atenienses, de lo que os dije en un
principio; de que me he atraído muchos odios, que esta es la verdad, y que lo que me perderá, si sucumbo, no será ni Melito ni Ánito, será este odio,
esta envidia del pueblo que hace víctimas a tantos hombres de bien, y que harán perecer en lo sucesivo a muchos más; porque no hay que esperar
que se satisfagan con el sacrificio sólo de mi persona.

¿Cuál es la defensa de Sócrates?

¿Cómo explicas la argumentación mayéutica, después de leer el diálogo que Sócrates tuvo con Melito?

Esta es la razón, jueces míos, para que nunca perdáis las esperanzas aún después de la tumba, fundados en esta verdad; que no hay ningún mal
para el hombre de bien, ni durante su vida, ni después de su muerte; y que los dioses tienen siempre cuidado de cuanto tiene relación con él; porque
lo que en este momento me sucede a mí no es obra del azar, y estoy convencido de que el mejor partido para mí es morir desde luego y libertarme
así de todos los disgustos de esta vida. He aquí por qué la voz divina nada me ha dicho en este día. No tengo ningún resentimiento contra mis
acusadores, ni contra los que me han condenado, aun cuando no haya sido su intención hacerme un bien, sino por el contrario hacerme un mal, lo

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que sería un motivo para quejarme de ellos. Pero sólo una gracia tengo que pedirles.
Cuando mis hijos sean mayores, os suplico los hostiguéis, los atormentéis, como yo
os he atormentado a vosotros, si veis que prefieren las riquezas a la virtud, y que se
Sesiones 23 y 24 creen algo cuando no son nada; no dejéis de sacarlos a la vergüenza, si no se aplican
á. lo que deben aplicarse, y creen ser lo que no son; porque así es como yo he obrado
con vosotros. Si me concedéis esta gracia, lo mismo yo que mis hijos no podremos
menos de alabar vuestra justicia. Pero ya es tiempo de que nos retiremos de aquí,
Aprendizaje
yo para morir, vosotros para vivir. ¿Entre vosotros y yo, quién lleva la mejor parte?
Conoce y aplica diversos métodos de Esto es lo que nadie sabe, excepto Dios.
evaluación de argumentos. Distingue
los falaces de los no falaces, los ¿Qué refiere Sócrates sobre la relación verdad-justicia-bien?
convincentes, persuasivos, y
engañosos, para la construcción de sus
juicios, en el ejercicio de su
razonamiento práctico.

Tema

Identificación, análisis, producción y


evaluación de argumentos.

Subtema Da una definición de falacia

Argumentos engañosos o falaces


(CCH, 2016: 28-29).

Investiga qué tipos de falacias hay y coloca una definición de cada una

Piensa un ejemplo para cada tipo de falacia

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Errores de la argumentación

Filosofía I Unidad
PENSAMIENTO CRÍTICO,
ARGUMENTACIÓN, DIÁLOGO Y
DELIBERACIÓN
Tema Subtema:
Identificación, análisis, producción y Argumentos engañosos o falaces
evaluación de argumentos
Aprendizajes
Argumenta, delibera, dialoga, debate y comprende la importancia de tomar decisiones
(CCH, 2018: 28).

1. Presentación

A continuación leerás acerca de algunos errores en la argumentación conocidos como falacias,


argumentos que parecen válidos y no lo son. Esto significa que podemos tener enunciados que sean
verdaderos y obtener de ellos conclusiones que parecen acertadas, pero no tienen congruencia lógica.
El texto que leerás proviene de la Enciclopedia de Conocimientos Fundamentales FILOSOFÍA de la
UNAM, el cual fue coordinado por la filósofa Elisabetta Di Castro Stringher.
El escrito define por falacia a los:
[…] argumentos en donde no hay relación de consecuencia y por lo tanto las premisas no
implican la conclusión o la conclusión no se deriva pertinentemente de las premisas. Siendo
argumentos incorrectos e inválidos, las falacias nos sorprenden y persuaden porque parecen
argumentaciones válidas y correctas. Uno de los aspectos importantes de las falacias consiste
en su poder persuasivo, -sea que nos "parezcan" verdaderas por las influencias del contexto, el
mal uso del lenguaje o el mover nuestros prejuicios, pasiones o emociones-, lo cual hace que
las aceptemos como válidas o correctas, aun cuando no lo sean. La apariencia de validez se
debe a que las falacias presentan un esquema de premisas y conclusión.2

2
Enciclopedia de Conocimientos Fundamentales FILOSOFÍA, de la UNAM. Coordinado por Elisabetta Di Castro Stringher.
Disponible en:
http://www.conocimientosfundamentales.unam.mx/vol2/filosofia/anexo/t03/0303.html

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2. Bibliografía recomendada para alumnos

UNAM, Enciclopedia de Conocimientos Fundamentales FILOSOFÍA. Coordinado por Elisabetta Di


Castro Stringher. Disponible en:

http://www.conocimientosfundamentales.unam.mx/vol2/filosofia/anexo/t03/0303.html

3. Texto a trabajar

Lee los siguientes fragmentos con atención. En él encontrarás una referencia a las falacias más
comunes.

Existen dos grupos de falacias: las formales, en donde se ubican las de Afirmación del consecuente
y Negación del antecedente; y las informales que se dividen en falacias de atinencia y
de ambigüedad.

Las falacias de atinencia son aquellas cuya incorrección o invalidez está en que la conexión entre las
premisas y conclusión no es lógicamente adecuada, no es pertinente, y la conclusión no se sigue o
infiere de las premisas. Al fallar ese aspecto se constituye en un error del razonamiento y, por lo tanto,
de la argumentación.

Por su parte, las falacias de ambigüedad se cometen por un mal uso o abuso del lenguaje,
particularmente de algunos términos que constituyen las proposiciones dentro del argumento, tanto en
las premisas como en la conclusión. La falta de claridad en el lenguaje es lo que les vale el nombre de
falacias de ambigüedad.

Algunas Falacias Informales de Atinencia


a) Falacia ad hominem (contra la persona)
La argumentación falaz ad hominem resulta de pretender convencer o persuadir de la falsedad de la
conclusión del otro y de su argumentación, atacando a la persona portadora del argumento (por su
forma de ser, de pensar o vestir) más que al argumento mismo. Por ejemplo:

Las demandas de los grupos étnicos en el discurso zapatista expresado por el Delegado
Cero (Subcomandante Marcos) son falsas; quien se esconde tras una capucha y no da la cara debe
tener un pasado que no le conviene sea conocido. ¡Ni siquiera es indígena!
49
b) Falacia ad verecundiam (por autoridad)
Esta falacia se caracteriza por tratar de fundamentar una conclusión sobre la autoridad, fama,
reconocimiento o calidad de experto que alguien pueda tener en algún área o campo, en lugar de
ofrecer razones. Por ejemplo:

Respecto a mis conclusiones no puedo estar equivocado. Si así fuera ya podemos ir quitando de la
historia de la ciencia los aportes de Heisenberg, Einstein y Hawking

c) Falacia ad baculum (por la fuerza)


En esta forma falaz de argumentación en vez de brindar razones que sirvan de premisas a la
conclusión, se intercambian por amenazas o por apelación a la fuerza, con el fin de sostener (imponer)
una posición. Por ejemplo:

Nuestra posición ante los recientes conflictos que se viven en la ciudad es la siguiente: "Somos
respetuosos del derecho que tienen los ciudadanos de expresarse libremente; pero igualmente del
respeto al orden de Estado de derecho. No nos temblará la mano para defenderlo".

d) Falacia ad populum (por el pueblo)


Se incurre en esta falacia para lograr que se acepte una conclusión apelando a las emociones del
pueblo o de la mayoría, quienes independientemente de las razones aducidas (o sin ellas) se
persuaden de aceptarla. Por ejemplo:

"Expropiamos la industria petrolera como un acto patriótico que apoya todo el pueblo venezolano y
que ya reclamaba de antaño."

e) Falacia ad misericordiam (por piedad)


Se comete esta falacia cuando al argumentar utilizamos todo tipo de marrullerías que muevan el
consentimiento del otro a aceptar nuestra conclusión, más que por razones, "tocando" su sensibilidad
y piedad. Por ejemplo:

¡Ayúdeme! Soy sordomudo. Solicito su cooperación voluntaria. Los sordomudos también somos
personas y merecemos respeto. Su ayuda me permitirá dar de comer a mis hijos. ¡Que Dios lo bendiga.
Por su cooperación, muchas gracias!

50
a) Causa Falsa

En esta argumentación falaz se concluye que algo ha ocurrido por la presencia de ciertos hechos o
premisas que se dieron cuando sucedió lo que se sostiene o indirectamente después. Es decir, se
toma como causa, antecedente o premisa de algún efecto o conclusión, elementos sólo relacionados
paralelamente, pero no directamente. Por ejemplo:

En el desarrollo de la Revolución Mexicana existían diversas ideas de un grupo llamado el Ateneo de


la Juventud opositor a la ideología del régimen. Seguramente las ideas del Ateneo fueron la ideología
que animó la Revolución.

4. Actividad didáctica

1. Responde las siguientes preguntas:


• ¿Qué se entiende por falacia?

• ¿Cómo podemos diferenciar un argumento falaz de un argumento válido?

2. Identifica qué tipo de falacia se ejemplifica en los siguientes enunciados:


Tipo de falacia

Maneja mal, seguramente es mujer

Si haces eso me voy a sentir muy mal

El viernes me enfermé, el sábado se murió mi


perro, todo porque el jueves se me cayó el
salero

Deberíamos comprar este producto para


adelgazar, todo mundo dice que es buenísimo

51
“Recomendado por las mamás de los
doctores”

3. Busca un anuncio publicitario que ejemplifique cada una de las falacias antes
mencionadas:

Reactivos:

ELIGE LA MEJOR RESPUESTA:

1. Se entiende por argumento engañoso:


a) Un poema
b) Una falacia
c) Un silogismo
d) Una exclamación

2. Identificar los errores de argumentación es útil porque:


a) Nos facilita hablar en público
b) Nos alerta de ser engañados
c) Nos ayuda a descubrir razonamientos inválidos
d) Todas las anteriores

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3. Las falacias pueden ser clasificadas en:
a) Falsas y verdaderas
b) Formales e informales
c) Correctas e incorrectas
d) Ambigüedad y atinencia

4. Es una Falacia ad misericordiam


a) Ayudaron a muchos heridos en el desastre.

b) El gobierno ha subido el salario mínimo.

c) ¡Apoyemos a los huérfanos porque sufren!

d) Comencemos las campañas de donación.

5. Es una Falacia de causa falsa


a) La materia ocupa un lugar en el espacio.
b) Los animales sienten dolor, por eso no deben ser maltratados.
c) Hay democracia, por lo tanto, somos ciudadanos comprometidos.
d) Los contratos están hechos para ser aplicados. Los trabajadores lo saben.

6. Es una Falacia ad populum.


a) La nicotina es dañina y los fumadores lo recienten.
b) La película ha sido vista por muchos. Debe ser buena.
c) La población exige justicia en contra de sus mandatarios.
d) El noticiero no explica sino describe sucesos. No pienso verlo.

7. Es una Falacia ad verecundiam

a) La nobleza implica distinción social.

b) Olvida lo que te dijo tu pareja. ¡Resiste!

c) Salgamos a votar el día de las elecciones

d) Ya lo dijo el presidente: ¡No estamos en crisis!

53
8. Es una Falacia ad baculum

a) Si sufres, entonces, pide ayuda.

b) No debes generar violencia.

c) No hables de la ley sin comprenderla.

d) Si no votas por nosotros no habrá progreso.

54
Evaluación diagnóstica

Contesta las siguientes preguntas:


1. Cuando escuchas la palabra filosofía, ¿en qué piensas?

2. ¿Cuáles son las labores sociales de un filósofo o una filósofa?

3. ¿Cuál es la utilidad de la filosofía?

4. ¿Por qué razones consideras que la filosofía es una asignatura obligatoria para el bachillerato
del CCH?

5. ¿Qué estudiarás? ¿Qué consideras que esta asignatura aportará a tu formación?

Compara tus respuestas con la evaluación inicial, ¿existen diferencias?, ¿cuáles son?

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Rúbrica para Evaluar el Ensayo
Criterio Suficiente Bueno Excelente Total
5-6 7-8 9-10
En la introducción, el estudiante indica el El estudiante presenta el El estudiante presenta el El estudiante presenta el
problema a tratar, así como el orden en qué problema con poca claridad tema del ensayo con tema del ensayo y
fundamentará sus ideas en su texto. puntualidad describe cómo lo abordará

En el desarrollo, el estudiante presenta de Las ideas son presentadas La estructura del ensayo La estructura del ensayo
manera ordenada sus ideas. con deficiencia y poco es congruente con los es congruente con los
orden. objetivos del mismo. objetivos del mismo. Las
ideas tienen una secuencia
lógica fácilmente
identificable.
En el desarrollo, el estudiante argumenta con Las ideas en el texto son En el ensayo se explican En el ensayo se explican
suficiencia las tesis que desea probar. descriptivas y poco las tesis a tratar. las tesis a tratar y se
fundamentadas. establecen relaciones
claras entre las ideas.
El estudiante usa apropiadamente las El estudiante usa de manera El estudiante usa El estudiante usa
referencias bibliográficas. somera las fuentes pertinentemente la pertinentemente la
bibliográficas. información de las fuentes. información de las fuentes.
Y añade explicaciones
suficientes a las mismas.

El estudiante cierra su texto de manera clara y No es claro el cierre en el El estudiante sintetiza de El estudiante hace una
añade posibilidades al mismo. texto. manera precisa sus ideas. breve reflexión de lo
aprendido a partir de la
redacción del ensayo.

La intención de la redacción del ensayo es que el estudiante “[…] conozca, interprete y aplique conceptos y
principios provenientes de diversas tradiciones éticas para construir posturas razonables y sensibles frente a
problemas y dilemas morales, mismos que posibiliten la valoración de las acciones y contribuyan a la deliberación
práctica, que incluye la toma de decisiones reflexivas, autónomas y responsables” (CCH, 2016: 36). Ello con la
finalidad de que identifique las problemáticas éticas, así como la relación y responsabilidad de este saber filosófico
con la realidad contemporánea.
Para facilitar su evaluación, proponemos al docente la siguiente rúbrica, la cual contempla los elementos
mínimos que la redacción debe contener.

Cruz, P. (2017): Rubrica para paquete didáctico de Filosofía II.

56
Pasos para la redacción del ensayo

La redacción del ensayo tiene como intención, como su nombre lo indica, que ensayes, practiques o
pongas en marcha una idea. Para ello es necesario que identifiques la noción que pretendes exponer,
cuáles ideas contribuyen a su exposición y en qué orden deben ser presentadas. Para facilitarte dicho
trabajo, te propongo seguir el siguiente protocolo; después redactar tu escrito te será mucho más
sencillo.
Los trabajos escritos suelen contar con tres apartados, a saber: una introducción o
presentación, el desarrollo y su conclusión.

INTRODUCCIÓN
Completa el siguiente cuadro
¿Qué idea, noción, concepto
quieres trabajar?

¿Cómo expondrás tal noción? Elige 4 ideas secundarias que contribuyan a la


exposición de la idea central:
1.

2.

3.

4.

¿Por qué tal idea te resulta


importante? ¿Qué te llevó a
escoger tal noción?

¿Qué fuentes de consulta


utilizarás?

¿cómo esta información se puede convertir en un párrafo? Mira el siguiente ejemplo:

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La intención de este ensayo es explicar la noción de …
Para lograrlo, primero: …, segundo, etc.
Todo lo anterior con la finalidad de… Ello, basado en el texto…

DESARROLLO
El desarrollo tiene como intención que expliques aquello que prometiste harías en la introducción. Las
cuatro ideas secundarias que elegiste para exponer la principal deben dar como resultado al menos
cuatro párrafos. Recuerda que cada uno debe versar sobre una idea únicamente, cuando tal noción
esté agotada puedes pasar al siguiente párrafo.

NOTAS FINALES
La intención de este apartado es que recuperes las ideas centrales de tu texto, asimismo, que anuncies
algunas posibilidades del mismo para el futuro. Es importante reiteres cuáles fueron los beneficios de
redactar un texto argumentativo.

Usar citación APA:

http://bibliotecas.unam.mx/index.php/desarrollo-de-habilidades-informativas/como-hacer-citas-y-
referencias-en-formato-apa

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