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Enrique Ponce y Ramsés Ruiz salen por

la puerta grande en la corrida goyesca


Nacional
24 Feb 2019 - 10:12 PM
Miguel Jaramillo Ángel - @migjaramillo
Tarde de pintura, opera y tauromaquia. El artista francés Loren Pallatier
engalanó el ruedo de la plaza de toros La Santamaría de Bogotá. El cantante
colombiano Valeriano Lanchas deleitó con la ópera. Ponce cortó tres orejas y
toreó con gusto. Ramsés Ruiz obtuvo dos y Sebastián Castella una.
Hace más de tres décadas no se celebraba una corrida goyesca en Bogotá.Fiesta del toro
Tarde gris y lluviosa previo al inicio de la corrida. El agua no fue
impedimento para que los cerca de 11.000 espectadores vivieran un momento
único en La Santamaría con la interpretación del cantante de ópera
colombiano Valeriano Lanchas, encargado de abrir el festejo goyesco. 

Todas las tablas del redondel de la plaza lucieron los retablos que el viernes,
22 de febrero, pintaron toreros y novilleros y que fueron materia prima para
que el artista francés Loren Pallatier interviniera y convirtiera La Santamaría
en un espacio en el que se fusionó la ópera, la pintura y la tauromaquia.

Gran faena 
Fosforero, de 500 kilos, fue el primer toro del encierro de la ganadería de
Ernesto Gutiérrez Arango y le correspondió al torero español Enrique Ponce,
quién toreó elegante, despacio y estuvo muy a gusto con la embestida de un
animal que siguió los vuelos de su capote, con el que se dobló por el pitón
derecho e izquierdo. Puyazo justo y en buen sitio.
Ponce quitó por chicuelinas templadas. El astado demostró falta de fuerza y se
distrajo pronto. Buenos pares de banderillas de la cuadra del español,
puntualmente el primero de Gustavo García el 'Jeringa' y el segundo y tercero
de Ricardo Santana, quien recibió una fuerte ovación.

Comenzó Ponce la faena con mucha suavidad, toreando con la mano derecha
a media altura y consintiendo la embestida dulce de Fosforero. Con la
izquierda regaló una tanda en la que barrió la arena con la muleta.

Molinete y toreo en redondo con la derecha, pasándosela con facilidad a su


mano izquierda para hacer más largos los muletazos. Repitió la fórmula en
dos ocasiones, llamando la atención del toro al doblar y desdoblar el pico de la
muleta.

Por el pitón derecho dibujó dos poncianas, pase firma del torero en el que
flexionó su rodilla derecha, que le sirvió de eje para dar dos circulares muy
lentos.
Pinchó arriba. En el segundo intento, recibiendo al toro, dejó la espada
completa en lo alto del morrillo. Dos orejas para Ponce y vuelta al ruedo para
Fosforero, aplaudido en el arrastre.
Cerrajero, de 506 kilos, le correspondió a Sebastián Castella. El toro remató
en el burladero de salida y metió la cara en el capote del francés, untándose el
hocico de arena pero sin terminar de embestir con profundidad.

Justo de fuerza el toro. Recibió una vara corta. Castella pasó el capote por su
espalda y citó de lejos para ejecutar una serie de gaoneras en las que con
facilidad cambió el andar del toro al citarlo por el pitón contrario. 

Pitos en banderillas para la cuadra del francés. Castella no brindó y empezó la


faena toreando al natural. La segunda tanda la construyó con la mano derecha,
con temple. En el mismo lugar, y con los pies aplomados en la arena, le dio
una tanda de derechazos que remató con elegancia toreando al natural.

Con muchos recursos se pasó la muleta de una mano a la otra en la cara de


Cerrajero, para darle un par de tandas de calidad en las que el toro se fue a
tablas. 

Cerca a las rayas del ruedo ejecutó dos circulares invertidos y se lo


cambió por la espalda a centímetros de su traje goyesco aguamarina y luto.
Pidió a la banda que cesara el pasodoble para entrar a matar. Espada tendida al
lado derecha. Oreja para Castella que fue cuestionada por algunos aficionados.
El torero colombiano Ramsés Ruiz recibió a Barrilito, tercero de la tarde, de
508 kilos, con verónicas de tanteo y una rebolera. Embestida de calidad del
toro en los delantales con los que lo llevó hasta el caballo
La calidad del toro continuó en la línea que mostró en el capote, humillando y
encelado en la muleta de Ramsés, que con la mano derecha dio tres series en
las que le faltó profundidad. 

Por el pitón izquierdo el toro acudió con nobleza. Molinetes con la


derecha. Ramsés recortó la trayectoria y le dio tres muletazos enrozcando la
embestida del toro a su cintura. Remató con manoletinas.

Entró a matar decidido, estocada entera y una oreja para Ramsés. Palmas para
Barrilito en el arrastre.
Forjar el toreo
El cuarto de la tarde, Presumido, de 510 kilos, apenas se vio en un par de
verónicas de Enrique Ponce. El toro fue picado poco en el caballo.
Silencio en la plaza e incertidumbre ante un ejemplar  que no definían su
embestida. De los tendidos bajó el grito "Ponce es un poema" y el torero le
robó pases a Presumido, al que le faltó transmisión. 

Por el pitón izquierdo el toro humillaba pero se quedaba corto. A punta de


técnica Ponce ejecutó una serie de pases. Molinetes ceñidos. Lo metió en la
muleta y alargó las embestidas del toro. Sonó el pasadoble y el público lo
acompañó con palmas.

Lo intentó hasta que le robó derechazos muy suaves a un toro que iba a la


muleta sin fiereza. Ponce ejecutó dos circulares invertidos a un ejemplar noble
pero apagado.

Rodilla derecha en tierra, la mirada de Ponce fija en Presumido y la del toro


en el torero. Cuatro pases en esa posición, por un pitón y por el otro, llenos de
elegancia. Sobó la muleta en los pitones.

Pinchó arriba, sin soltar, en el primer intento. Buscó el morrillo del animal en
el segundo y dejó el estoque completo. Una oreja más para Ponce. Cometó
tres en la tarde para salir por la puerta grande.

"Es un príncipe vestido de torero", se escuchó en el callejón. Rompió La


Santamaría en un aplauso sonoro que fue acompañado por los aficionados con
el grito: "torero, torero, torero".

Matices
Salió Castella al encuentro de Tabaquero, de 528 kilos, que provocó el tumbo
del caballo del picador Cayetano Romero.
Quite con el capote de Castella, cuatro chicuelinas, la segunda desplegando el
capote a centímetros del cuerpo y remató a una mano.
Muleta a la mano derecha, por detrás de sus piernas. Cuatro muletazos para
empezar su faena. En la segunda tanda el toro buscó las tablas. Sebastián sacó
al toro de ese terreno y, con la izquierda, de uno en uno, le robó algunos
pases. 

Se rajó Tabaquero y por más voluntad que puso el francés no pudo mostrar su
tauromaquia. Silencio para el torero y pitos para el astado.

La otra puerta grande


Cerró la tarde Decano, de 510 kilos, negro como los otros cinco toros de
Ernesto Gutiérrez Arango, bien presentados, con sus matices, pero en
promedio con toreabilidad. Además, se consolidó como la ganadería más
importante de la temporada, con tardes exitosas en Cali, Manizales y Bogotá. 
Cuatro verónicas de Ramsés y una rebolera en el primer encuentro con el
capote. Embestida de calidad del toro. Bien picado por Adelmo Velásquez.
Quite por chicuelinas, la tercera la más torera.

Saludo de la cuadra del matador de toros bogotano tras los pares de


banderillas en los que expusieron mucho.

Empezó su faena Ramsés cambiando la trayectoria del toro por la espalda.


Con la derecha logró muletazos en los que Decano humilló pero le faltó
recorrido. Con la izquierda no lo lidió, el toro era menos por ese pitón.
Molinetes, pase de pecho enganchado. Lluvia en la plaza y faena venida a
menos. Decano pasó sin calidad por la muleta del torero.

Lo intentó Ramsés que, de uno en uno, exprimió lo poco que tenía el animal.


Estocada completa y una oreja, con la que selló su puerta grande y salió a
hombros al igual que el torero español Enrique Ponce.
Concluyeron así las temporadas taurinas en las plazas de primera categoría del
país. Luego de lo vivido en Cali entre el 26 y el 31 de diciembre del 2018, y la
Feria de Manizales entre el 6 y el 12 de enero. La de Bogotá se destacó por
su organización, la respuesta y comportamiento del público, con cerca de
30.000 espectadores en los festejos celebrados el 10, 17 y 24 de febrero

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