mampostería, que se “ponen con las manos”) hay una regla simple: cuando se fabrican los ladrillos cerámicos son “cocidos” en hornos a la intemperie o industriales; en cambio los bloques de H° son elaborados en frio, sin cocer. También puede aplicarse a los pisos: cuando decimos “baldosa” es un elemento cocido (cerámicas, gres, porcelanato, azulejo), mientras que el “mosaico” está elaborado en frio.
Aislaciones térmicas: Sabemos que la cámara de aire en un muro
doble es para mejorar su aislación térmica, ya que el aire es el aislante térmico por excelencia. Imagínense la Tierra sin atmosfera (aire): el calor de los rayos solares arrasaría la superficie.
En cambio, el aire no es aislante acústico: el sonido se propaga en el
aire, no en el vacío.
También vimos que para materializar la cámara de aire a veces se
colocan placas de poliestireno expandido para que no caiga material sobrante en la cámara y la rellene o produzca un “puente térmico”, ya que las dos caras internas de la cámara no se deben contactar, deben estar “aisladas” por el aire, y el poliestireno expandido es aire en un 95% de su masa.
Muchas veces se llama “Telgopor” al poliestireno expandido: es un
claro ejemplo de lexicalización de una antigua marca de un producto, como cuando decimos “Curita” al apósito protector.
Capas Aisladoras: Cuando falla la capa aisladora horizontal, el agua
asciende por capilaridad hasta 1,00 m / 1,20 m de altura. La capa aisladora se puede reparar de varias maneras, pero en general son soluciones “temporales”, algunas más duraderas que otras. A veces resulta efectiva la combinación de 2 o más soluciones, por ej. Inyección de productos y picado de revoque a más de 1,00 m de altura, aplicando revoque hidrófugo (o capa aisladora vertical).
Recuerden que cuando un muro (o cualquier material) se humedece
pierde capacidad de aislación térmica porque el agua es conductora de la temperatura; es así como un muro mojado transmite la temperatura de su cara más caliente a la más fría: pierde calor el ambiente y sentimos frio.
Fraguado del H°: El fraguado del H° (hormigón) o de los morteros de
cemento es el proceso de endurecimiento inicial, cuando el agua ya hizo reaccionar al cemento: es un estado de no vuelta atrás, si lo disgregamos ya no se vuelve a unir. Se produce en las primeras horas después del mezclado, y hasta que el agua se evapore, el hormigón es frágil.
En los primeros 3 a 4 días podemos desencofrar laterales de vigas y
columnas, y partes que no estén sometidas a esfuerzos de flexión. El hormigón adquiere una resistencia a la flexión aceptable entre los 21 y 28 días, término en que podemos ir retirando los apoyos verticales del encofrado.
Instalaciones Sanitarias:
Les daremos algunos datos sobre pendientes de cañerías de
desagües cloacales y pluviales:
En los textos de lectura no están específicamente indicadas:
solamente aparecen referencias en los planos sanitarios, ya que en la gráfica de cañerías cloacales, junto con el diámetro de la cañería, se indica la pendiente de ese tramo en particular. En el caso de los desagües pluviales verán que sí se menciona la pendiente reglamentaria.
Por ello, recordaremos que las pendientes para desagües cloacales
internos (domiciliarios) de diámetro 0,100 m o 110 mm (nominal 4”) , de cualquier tipo de material, son:
Mínima 1:60, o sea 1 cm cada 60 cm (ó 1,66 cm cada m)
Máxima: 1:20, o sea 1 cm cada 20 cm (ó 5 cm cada m)
Para las redes urbanas de desagües cloacales o colectoras externas,
la pendiente varía según el diámetro de la cañería, por ejemplo, para una colectora cloacal de 200 mm, la pendiente es del 3 ‰ (3 x mil, o sea 3 mm cada 1 m).
La pendiente para los desagües pluviales internos es una constante
de 1:100, o sea 1 cm cada 1 m, para caños de cualquier material y diámetro (en general de 3” y 4”).
Respecto de la superficie aproximada que puede desaguar un embudo
pluvial de 4” en una cubierta plana es de, aproximadamente, entre 80 y 100 m2. Aunque los cambios en el clima y la aparición cada vez más frecuente de lluvias de tipo tropical han cambiado estos valores por la insuficiencia de drenaje; por ello se están adoptando valores de entre 50 y 80 m2 para cada embudo de 100 mm de diámetro (4”). Durante el ejercicio profesional nos encontraremos con situaciones en que no contamos con suficiente información, entonces tenemos que salir a la búsqueda de ella. Lo primero que podemos hacer es consultar a un profesional para que nos guie en la búsqueda de textos, documentos, páginas fiables de Internet, etc. Si nos lanzamos sin saber qué buscamos, caeremos fácilmente en errores que tomaremos como ciertos, y lo transmitiremos a nuestros clientes como verdades, generando un descredito innecesario.