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Asesinato de Luis Vigoreaux

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Hijo de don Enrique Vigoreaux, mayordomo de la Fajardo Sugar Company, Luis nació en el pueblo de Ceiba el 12
de abril de 1929. Su padre falleció a temprana edad, lo que llevó a su progenitora, doña Eulalia, a dirigir una familia
de ocho hijos que vivían en el barrio Esperanza de Ceiba. Mas al cumplir Luis los 14 años su familia se trasladó a
Río Piedras, donde el entonces preadolescente Luis no tardó en encontrar su afinidad con el arte.

Mientras cursaba estudios en el tercer año de Escuela Superior Vila Mayo, comenzó a trabajar como locutor en un
programa que se ofrecía por la emisora WIAC, titulado "Alma estudiantil". En aquellos días el gerente de la emisora
era don Tomás Muñiz, padre del productor y actor, Tommy Muñiz. Luis comenzó entonces a dar sus primeros pasos
en la locución, aprovechando que en aquella época de la II Guerra Mundial, los profesionales del micrófono habían
sido reclutados por el ejército y había escasez de locutores.

En esos primeros años de labor radial, Luis se desempeñó en cuanta faceta estuvo a su alcance. Fue locutor,
animador y hasta musicalizador. Se desempeñó igualmente como locutor comercial para la firma Sello Rojo;
compañía con la que estuvo ligado por espacio de casi tres décadas. Pero en toda su labor en la radio, hubo una
faceta que despertó en él gran interés: la comedia.

En esa etapa dorada de la radio, Luis llegó a fungir como locutor de uno de los programas de moda, la comedia "El
Gran Hotel" que protagonizaba Ramón Ortiz del Rivero "Diplo". Este último estaba en todo su apogeo y su paso de
comedia junto a José Luis Torregrosa, lo mantenía en uno de los sitiales cimeros de la popularidad nacional.

Luis Vigoreaux se unió al comediante José Miguel Agrelot para hacer su propio acto de comedia. Y en las
temporadas de 1954 y 1955 triunfaron juntos en los teatros latinos de los Estados Unidos. La aceptación ganada por
ambos los llevó a gestar un programa radial titulado "Torito and Company", en el cual Luis interpretaba el personaje
de Don Toribio.

En momentos en que se asomaba la televisión en Puerto Rico, "Torito and Company" no tuvo la suerte de hacer su
transición a la pantalla chica. Sin embargo, Luis tuvo una entrada acertada al nuevo medio de comunicación
desempeñándose como locutor del programa "El Show Libby's" que amenizaba la Orquesta Siboney, dirigida por el
maestro Pepito Torres.

En medio de su quehacer televisivo conoció en 1958 a la actriz Lydia Echevarría de quien se enamoró perdidamente.
Luego de disolver ambos sus lazos conyugales con sus respectivos cónyuges, Luis y Lydia contrajeron nupcias el 10
de febrero de 1960.

Luis Vigoreaux animaba entonces el programa "El tren de la alegría" que transmitía Telemundo. La producción no
duró mucho tiempo en el aire y Luis pidió a la empresa que le permitiera realizar un programa junto al actor Mario
Pabón. El proyecto en cuestión se tituló "La hora cero". Pero justo cuando el espacio comenzaba a tomar fuerza,
Telemundo lo sacó del aire, llevando a Luis a establecerse con la competencia: Wapa Televisión.

En el Canal 4, Vigoreaux y Pabón se unieron a Paquito Cordero para crear un espacio de melodramas. Manuel G.
Piñera les escribió entonces "La cruz de Mamá Dolores" que protagonizaron Lydia Echevarría y Mona Marti. El
actor principal fue un exiliado recién llegado de Cuba de nombre Carlos Alberto Badía. La A.P.A.T.E. los piqueteó
por contratar talento extranjero lo que malogró el proyecto delineado por Vigoreaux, Pabón y Cordero.
Paradójicamente Telemundo contrató posteriormente a Badías y lo puso a protagonizar, sin que la A.P.A.T.E.
procediera de igual manera contra la empresa.

Más no todo fue frustrante en esta etapa para Luis Vigoreaux. Con "La hora cero" en el aire, el programa de
variedades evolucionó hasta convertirse en 1963 en "Luis Vigoreaux presenta". En momentos en que la televisión
nacional era dominada por productores como Tommy Muñiz, Paquito Cordero, Tony Chiroldy y, en otras instancias,
figuras como Gaspar Pumarejo y Myrta Silva, Luis Vigoreaux, junto a su esposa Lydia Echevarría, lograron
convertir su programa en uno de los espacios más finos de la televisión boricua.
En "Luis Vigoreaux presenta" desfilaron talentos como Olga Guillot, José Feliciano, Celia Cruz y Marco Antonio
Muñiz. Pero al finalizar la década del 60, su compañía productora atravesó cambios internos que lo llevaron a
desarrollar una nueva dinámica en la industria.

En 1970 Luis Vigoreaux empezó a desarrollar una programación distinta para el fin de semana. Comenzó con el
programa de juegos "Sube nene sube" que se transmitía los viernes en la noche. El espacio, del cual El Gran Combo
cantaba el tema que le daba título, inició sus transmisiones desde Plaza Las Américas. Y ante el éxito rotundo del
mismo, la alta gerencia de Wapa televisión le pidió entonces una nueva propuesta para transmitirse los sábados.
Alterando la fórmula de "Sube nene sube", Luis se ideó "Pa'rriba, papi, pa'rriba".
Y justo cuando la comisión federal de las comunicaciones prohibió los anuncios de cigarrillo en la televisión, la
salida del aire de las carreras de caballo desde el Hipódromo y los carreras en patines del "roller derby", pusieron en
bandeja de plata una nueva oportunidad para Vigoreaux, quien creó entonces el programa familiar de la tarde, "Dale
que dale en domingo".

Desde su programación de fin de semana, Luis Vigoreaux y Lydia Echevarría reafirmaron la imagen de pareja ideal
de la televisión boricua. Ambos se dedicaron en cuerpo y alma a la empresa de producciones CVC que crearon. Y,
durante años, compartieron también la labor de animar el telemaratón de la distrofia muscular.

Sin embargo, los cambios sucedidos en la industria televisiva de Puerto Rico a finales de la década del 70, llevaron a
Luis Vigoreaux y su empresa a dar un salto al Canal 11 de la Telecadena Pérez Perry. Vigoreaux compró entonces el
teatro New San Juan en Santurce, y desde allí comenzó a transmitir su nueva programación en el 11.

Mas esta vez la suerte, no acompañó a Vigoreaux en su empresa. Con el bolsillo sumamente afectado, Luis tuvo que
salir del aire y comenzar de nuevo. En medio de la vorágine, su matrimonio comenzó a hacerse pedazos. Su
separación y eventual proceso de divorcio de la actriz Lydia Echevarría fue comidilla constante de las revistas de
farándula. Mas cuando el productor llegó a aceptar un nuevo romance con una joven actriz de nombre Nydia
Castillo.

Separado de Lydia, Luis se encausó nuevamente en el arte. Sus producciones televisivas volvieron a ocupar el
espacio del mediodía en su antiguo hogar de Wapa Televisión. En 1980, Luis formó parte de la obra musical "La
verdadera historia de Pedro Navaja" en la que interpretó el personaje de Rafael Mackema. Dos años más tarde
trabajó en la obra "Angeles caídos" que dirigió José Gilberto Molinary. Y en la radio se mantuvo en el aire en un
programa matutino "Buenos días" que transmitía la emisora WBMJ.

En la mañana del lunes 17 de enero de 1983, Luis Vigoreaux no llegó a trabajar ni a la emisora radial ni al Canal 4
como era su rutina. La aparición de un auto Mercedez Benz, completamente quemado, en un paraje solitario, y con
un cadáver calcinado en su baúl, aterrorizó al país al confirmarse que Luis Vigoreaux había sido asesinado.

Una ola de luto y pesar se apoderó de Puerto Rico en aquel enero de 1983. Su féretro fue acompañado por cientos de
personas hasta el cementerio de Isla Verde. Pero la añorada paz para su espíritu no se llegó a concretar.

A la tragedia de este drama, se sumó entonces el prolongado proceso judicial que, en un caso insólito en la historia
de la judicatura puertorriqueña, juzgó a una misma persona en dos ocasiones. Tras un controvertible proceso, su
viuda, Lydia Echevarría fue encontrada culpable como autora intelectual del suceso.

El dedo acusador de la justicia tronchó el desarrollo intenso que su carrera como actriz había adquirido, luego de su
separación de Luis Vigoreaux. Lejos de la sociedad, Lydia fue sentenciada a cumplir cadena perpetua de cárcel.
Pero a través del tiempo su drama no dejó de ocupar portadas de revistas y mil especulaciones.

En enero de 2000, el gobernador Pedro Rosselló indultó a Echevarría luego de 14 años de cárcel. Su liberación
desató nuevamente las pasiones de un drama donde la actriz siempre ha proclamado su inocencia.
Asesinato en PR de Luis Vigoreaux

Por El Nacional abril 14, 2019

Asesinato en PR de Luis Vigoreaux

Luis Vigoreaux, considerado el más aclamado animador y productor de la televisión de Puerto Rico, fue brutalmente
asesinado y quemado vivo en el baúl de su moderno carro Mercedes Benz, a mediados de enero del año 1983, hace
36 años. De inmediato comenzaron las especulaciones sobre el verdadero móvil del horrendo crimen.

Al poco tiempo, su viuda, la exquisita actriz de teatro y de telenovelas, Lydia Echevarría, fue señalada por el rumor
público entre los sospechosos.

La pareja llevaba más de veinte años de matrimonio, pero Luis había iniciado el proceso de divorcio para casarse
con la modelo y joven actriz Nidia Castillo.

Tres años después de la muerte de Vigoreaux, un jurado halló a Lydia culpable del crimen.

El comunicador dominicano, Nelson Castillo, residente desde hace años en Puerto Rico, y quien ha trabajado para
diferentes medios en Nueva York y en la isla del encanto, aborda la historia de estas dos vidas marcadas por la
tragedia y expone todos los incidentes relativos al proceso judicial que se prolongó por varios meses.

También recoge una amplia entrevista con Lydia, que se

le consideró la más famosa prisionera de las cárceles puertorriqueñas.

En la década de los años 50 las radionovelas estaban en todo su apogeo. En San Juan, WAKAQ-Radio El Mundo,
era una cantera de artistas. Diariamente, de 8 de la mañana a 6 de la tarde, decenas de actores y actrices se dedicaban
a hacer las delicias de los radioescuchas con sus apasionados y románticos diálogos, que cautivaban a los
puertorriqueños y también a los pueblos de la región Este, donde las frecuencias boricuas entraban de manera nítida.

En ese marco de trabajo se conocieron Lydia y Luis. Ella, una aventajada actriz que siendo adolescente obtuvo
permiso especial para formar parte del Teatro Rodante de la Universidad de Puerto Rico; y él, un convincente
narrador de las peripecias que se sucedían en las radionovelas, que captaban la atención de la generalidad de los
puertorriqueños. Para la ocasión la Echevarría tenía formado su hogar con Fernando Cruz, con quien contrajo
matrimonio en el año 1952. En tanto, la vida de Vigoreaux estaba unidad a Rosaura Lorenzana.

Ambos tenían hijos en sus respectivas relaciones.

Además de estas circunstancias, los matrimonios Cruz-Echevarría y Vigoreaux-Lorenzana mantenían estrechos


lazos de amistad, como ocurría con otras parejas en las que algunos de los cónyuges formaban parte del ambiente
artístico. Pero Luis no cesó en su propósito de conquista, y a principios de 1956,

Lidia se divorciaba con el objetivo ulterior de contraer matrimonio con el joven locutor, ya convertido en un experto
animador de TV.

Establecido el triángulo con la actriz, Vigoreaux no se decidía a romper su unión con Rosaura, que agobiada por los
problemas, radicó la demanda y obtuvo el divorcio por la causa de adulterio.
Años después, en 1960, Lydia y Luis unían sus vidas legalmente, y desde ese momento se establecieron como pareja
profesional.

El ascenso artístico de ambos comenzó en los programas “La hora cero, que transmitía Telemundo. Otros programas
que producían eran Luis Vigoreaux presenta, Sube, negra, sube, Dale que dale en domingo y otros. Ellos tenían dos
hijas: Glendaly y Vanessa, a las que también el publico admiraba por sus habilidades artísticas, además de la fama y
dinero que les rodeaban.

A mediados de 1973, Nidia Castillo entra a trabajar en el programa Pa´ arriba, papi pa´ arriba y la joven modelo muy
pronto ganó la confianza del matrimonio, y en más de una oportunidad pernoctó en su residencia.

Glendaly y Vanessa le tomaron gran cariño, por lo que Lidia, una mujer sumamente celosa, la miraba con simpatía.

Tres años más adelante, Vigoreaux inicia una intensa aventura de conquistar a Nidia para de nuevo enmarcar su vida
en un triángulo amoroso.

No es hasta el año 1980 cuando la Echevarría toma total conocimiento de la situación, pero ya era tarde.

La floreciente carrera artística desarrollada junto a su esposo había caído en un punto mínimo. Prácticamente
estaban en la ruina.

Luis fracasó al trasladar sus programas de WAPA-Televisión, para meses después regresar a esta planta, pero en
calidad de simple empleado. En 1981, Lydia y Luis se separan. La primera gran crisis sobrevino un año antes.

A partir de entonces una serie de acontecimientos tiraron por tierra todo lo que de ejemplar pudo tener ese
matrimonio, y en agosto del mismo año, la veterana actriz radicó una demanda contra su esposo por intento de
asesinato, alegando que le arrojó encima su automóvil Mercedes Benz.

No sería éste el único altercado que atraería la atención pública. Se produjeron muchos otros, alguno de ellos
teniendo a su rival Nidia Castillo de coprotagonista.

Cuando Vigoreaux fue asesinado la noche de enero de 1983, la noticia consumió a Puerto Rico y muchos ojos
acusadores se posaron sobre su viuda, que fue condenada a 208 años de cárcel, y en pleno tribunal Vanessa, una de
las hijas de la pareja manifestó: “Lo que comenzó como un teatro, tenía que terminar igual”.

Glendaly, la otra hija, se suicidó de un disparo en la sien, luego de despedir a su esposo con un beso. Dejó escrita
una nota donde pedía que si lograba sobrevivir no hicieran ningún esfuerzo por salvarla.

https://elnacional.com.do/asesinato-en-pr-de-luis-vigoreaux/

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