Está en la página 1de 1
instalarfan esa cuestién en Ia cultura de sus respectivos paises, y Ia preocupacién por la existencia y las modalidades de una nacionalidad serfa de allf en més pre- dominante en el debate cultural. Sin embargo, a excepcién de Brasil, el resto de los pueblos iberoamericanos posefa un serio obstéculo para reunir las condiciones cexigidas por aquel principio. ¥ testimoniarfan, pero en esto también como Brasil, que en realidad sus respectivas nacionalidades, y su figura en el respectivo imagi- nario, es un producto, no un fundamento, de la historia del surgimiento de los Es- tados nacionales. El obstéculo, paradéjicamente, no era el de no poseer rasgos definidos de homogeneidad cultural sino el de compartirlos de un extremo al otro del continente. Si el principio de las nacionalidades hubiera debido aplicarse no podia ser de otra forma que en una sola naci6n hispanoamericana. Esto, aclaro, no sig- nifiea que considere factible tal proyecto y lamente su no concrecién.*® Pues tal ‘como lo vefan ya los primeros lideres de la Independencia, una nacién hisparoa- ‘mericana era imposible por razones précticas, concernientes principalmente a Ia enorme extensién del territorio, a irregularidad de Ta demografia y al estadc de las comunicaciones. ESTADO NACIONAL Y FORMAS DE REPRESENTACION POLITICA ‘Si abandonamos entonces la obsesién por Ia cuestién de la nacionalidad, se hacen ‘més comprensibles las pautas que guiaban Ia conducta politica de los pueblos ibecoa- ‘mericanos. Cémo proteger la autonomia dentro de la asociacién politica a constiuir, ccémo ingresar a ella con libre consentimiento ~preservando la calidad de persona ‘moral que conferfa un estatuto de igualdad a todas las partes, independientemente de ‘su poderfo real-, c6mo armonizar la soberanfa de las partes con la del Estado a eri- ait, eran todas cuestiones centrales que absorbian el interés de esa gente. Entre elas, Ta cuestién de la representacidn politica, indisolublemente anexa a la de la soberania, ‘constituitfa permanente terreno de disputa. Entre la calidad del diputado como apo- derado, que al antiguo estilo de la diputacién a Cortes castellanas perduraria como expresién de los pueblos soberanos hasta bien entrado el siglo x1x, y la de dipuiado de la nacién, que las tendencias centralizadoras intentaron imponet temprana ¢ in- fructuosamente, la figura del agente diplomdtico, corespondiente a la calidad de pueblos independientes y soberanos, se impondria, por ejemplo, en el caso de las Ila- ‘5 véaze una clara percepeidn de esto en un discurso del canénigo Juan Inacio Gon ene sen del congreso eonsituyente de 1824-1827, qv comeatamos en aust libro Cludaes, provincia, Estad... ob. itp. 218. Fragmento del discus en p. 519. "Esta postura puede verficare en fos tabjos de Riau Solr, especialmente Idea yewstn ‘nacional latinoamericanas, México, Siglo Visine, 1980, 162 ‘madas provineias argentinas que terminarian por suscribir el Pacto Federal [con oer Por ‘ederal [confede- En el otro extremo del continente, el ya citado Ider centralista mexicano Fi 7 st 10 Fray Servando Teresa de Mier, en ocasién del Congreso constituyente de 1823, impugna- ‘ba el mandato imperativo y proponta considerar a los diputados como representantes, de ta nacién: ‘AI pubs ea de conc, o obese Sus pts son ns mands que hemos venido agua tanta costa y de tan lrgasdistancias para presenta el bi ete de nuestros amos. Para tan bajo encargo sobraban lacayos en las provincas © procuradotes © corredores en México. Y, consiguientemente, sostenia que La sober side seamen en niin, yn putin ach mas le ss pts se ctbye nein pr as provi pre ua ve vee, Ya no son bs ele, tas pecamente dl te rv no de tae act. Escun aioma ecncidde nnos plies an ead Sl sera seprsente” Logar el consenimiento ncesrio para erescidn de un Estado nacional implica ba de echo que los diptaos de as parts concurrent lat consttuctonal ete sen Ta alta de putados et macion y abandnaran Te angun add do brocuradres oa ecieme de agents diplomatic que conalidae su inependcn Gia soberana. Cuando la maduracgn deo facoespopsios al exto de agela a iva lo fzo poste come en el caso arenino, equine indlapenabe fs sac ls dipatados al Congreso consttuyene de 1853 rovsiran es allay abandon ranla de ser apoderads dens pueblos. Enel Acuerdo de San Nicola de 1853, pe tio al Congreso constayente del ao sguente, se eliminé el manda npr Idan la signfcava resolcin qu tanseibinos BI Congreso sancionard a Consttucién Nacional a mayoria de suftagios: y como para lograr este objeto seria un embarazo insuperable que los Diputados rajeran ins- truceiones especiales que restingiran sus poderes, queda canvenido que laeleccién se ars sin condicin ni resticei6n alguna, fiando a la concienca, al saber yal pax trotismo de los Diputados et sancionar con su voto lo que creyesen mas justo y con. veniente, sujetindose a lo que la mayoriaresuelva sin protestas ni reclamos, Lagu de agente doco fe eid port C td porct Congres de Vien y cobs disin a a e {ancl Sarees oma deepal pet, ses nt ta "Cons se epeenacin en genesis el Ess atin, 8101852 en Hd abt ed), Pores thes hrs ob la dada plicaen Ame Laaea penta ic ea Reyes Hero. cpp. 3889 408 163

También podría gustarte