Benjamín Franklin nació en Boston el 17 de enero de 1706.
Su padre fue Josiah Franklin y su madre fue Abiah Folger. Decimoquinto hermano de un total de diecisiete, Benjamín Franklin fue un importante político, científico e inventor estadounidense. Cursó únicamente los estudios elementales, los cuales abandonó a la edad de diez años; a los doce comenzó a trabajar como impresor en una empresa propiedad de John Franklin, uno de sus hermanos. En 1723, después de haber tenido problemas con su hermano, escapó hacia Filadelfia, donde consiguió un trabajo en una tipografía durante dos años. Más tarde trabajó por su cuenta como tipógrafo y editor. Más tarde fundó un periódico conocido como La Gaceta de Pensilvania, que publicó entre los años 1728 y 1748, y en 1732 emprendió la edición del Almanaque del pobre Richard (1732- 1757). Con la publicación del Almanaque, un tipo de anuario misceláneo frecuente en la época que incluía el santoral, horóscopos, consejos médicos y previsiones meteorológicas, se abrió en su vida un período de prosperidad. Junto a las secciones habituales, Franklin tuvo el acierto de incluir además toda clase de máximas, proverbios, sentencias y frases célebres, extraídas de distintos lugares; en ocasiones, aplicando su genio y experiencia a la conducta humana, llegó a inventarlas él mismo, con tanta fortuna que acabaron pasando al acervo popular. A partir de 1747 se dedicó principalmente al estudio de los fenómenos eléctricos. De sus esfuerzos nace su obra científica más destacada, Experimentos y observaciones sobre electricidad. Presentó la teoría del fluido único (ésta afirmaba que cualquier fenómeno eléctrico era causado por un fluido eléctrico, la "electricidad positiva", mientras que la ausencia del mismo podía considerarse "electricidad negativa") para explicar los dos tipos de electricidad atmosférica a partir de la observación del comportamiento de las varillas de ámbar o del conductor eléctrico, entre otros. En 1752 llevó a cabo en Filadelfia su famoso experimento con la cometa. Ató una cometa con esqueleto de metal a un hilo de seda, en cuyo extremo llevaba una llave también metálica. Haciéndola volar un día de tormenta, confirmó que la llave se cargaba de electricidad, demostrando así que las nubes están cargadas de electricidad y los rayos son descargas eléctricas. Gracias a esto, un año mas tarde creó el Pararrayos. Además, inventó el llamado horno de Franklin o chimenea de Pensilvania (1744), artilugio metálico y más seguro que las tradicionales chimeneas; las lentes bifocales, para su propio uso; un humidificador para estufas y chimeneas; uno de los primeros catéteres urinarios flexibles, para tratar los cálculos urinarios de su hermano John; el cuentakilómetros, en su etapa de trabajo en la Oficina Postal; las aletas de nadador, la armónica de cristal, etc. La época de más intensa actividad política de Benjamin Franklin se inició en 1757. Previamente, convertido ya en uno de los más importantes personajes públicos de Filadelfia, había sido elegido miembro de la Asamblea legislativa; llevó a buen fin el tratado con los indios rebeldes, encontró un sistema racional para la limpieza de las calles y promovió numerosas iniciativas y mejoras. Debido a su prestigio, se le escogió en diciembre de ese año para efectuar una gira por Europa (1776- 1785) en busca de apoyo para la causa independentista. Contribuye al fin de la Guerra de Independencia, con la firma del Tratado de París (1783). A partir de ahí, contribuyó a la redacción de la Constitución estadounidense (1787). En 1785 fue elegido gobernador de Pensilvania y se dedicó de pleno a la construcción de la nación norteamericana. Una vez que terminó la guerra, participó en las conversaciones para concluir el tratado de paz que pondría fin al conflicto y fue miembro de la convención encargada de la redacción de la Constitución estadounidense en 1787. Benjamin Franklin falleció en Filadelfia a los 84 años de edad. Había permanecido activo prácticamente toda su vida; sólo dos años antes había decidido retirarse de la vida pública y completar su Autobiografía. Una de las razones que lo llevaron a la longevidad fue su profundo conocimiento de los temas relativos a la salud. Daba largas caminatas en cuanto tenía ocasión, era un ejemplo de moderación en la mesa y, en contra de muchos prejuicios acatados por sus contemporáneos, tenía hábitos que resultaban insólitos para el americano medio, como la costumbre, considerada extravagante y perniciosa, de dormir con las ventanas abiertas de par en par.