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LOS BUENOS HÁBITOS EN LA SEGURIDAD

Los buenos hábitos son importantes en nuestras vidas. Por ejemplo, si usted maneja un automóvil y
hay un aviso de pare, siempre en el mismo lugar, usted lo obedece sin pensarlo. Mete el freno, saca
la mano, se asegura que el camino esté libre y entonces dobla. Y usted hace estas cosas
automáticamente, lo hace decenas, cientos de veces cada día. No hay necesidad de que usted se
detenga y se diga a sí mismo: estacione el auto, cierre la puerta, etc., usted hace todas estas cosas
sin pensarlo, porque es un hábito. Nosotros podemos adquirir el hábito de estar seguros en
cualquier clase de trabajo. La seguridad se convierte en algo que se puede hacer sin detenerse a
pensar acerca de ella. Por ejemplo, si adquirimos el hábito de levantar un peso con los fuertes
músculos de las piernas, el hábito no permitirá que se haga esto con los débiles músculos de la
espalda... Pero no olvidemos que mientras hay seguridad en los buenos hábitos, también hay peligro
en los malos hábitos. Tomen como ejemplo la persona que tiene la costumbre de bajar del auto del
lado del tráfico, este hábito puede causarle un grave accidente. Para establecer un buen hábito hay
3 pasos simples:

1.-Se empieza el trabajo correctamente. Se aprende el buen hábito de la seguridad del trabajo.

2.-Se practica el hábito correcto. Se mantiene haciendo el trabajo correctamente, apropiadamente


y con seguridad, cada vez que lo ejecute.

3.-Finalmente, no se deja perder el hábito.


USEMOS LA HERRAMIENTA ADECUADA

Desde tiempos prehistóricos las herramientas de mano han existido. El hombre de las cavernas
empezó a utilizarlas para sobrevivir. Le ayudaron a cortar leña, con la cual avivaban el fuego que
utilizaban para cocinar y abrigarse, así como para fabricar los utensilios más rudimentarios.

Siendo el uso de estos elementos tan antiguo y tan popularizado, es increíble que en la actualidad
aún sigan ocurriendo accidentes con lesiones debido a su uso incorrecto. Las herramientas se usan
en los más diversos lugares, no sólo en el trabajo sino también, en los sitios de recreación. Podemos
decir, sin temor a equivocarnos, que es casi imposible que exista un ser humano que en algún
momento de su vida no haya tenido o tenga que usar una herramienta.

¿Cómo es posible entonces que éstas se sigan usando mal y que todavía el hombre no haya
aprendido que debe usar siempre la herramienta adecuada? Todos los trabajadores deben prestar
especial atención a este problema, ya que por ser tan corriente muchas veces se lo ignora.

En toda oportunidad, los trabajadores deberán estar atentos cuando usen una herramienta, ya sea
en el lugar de trabajo o fuera de él, a fin de que lo hagan en la forma correcta.

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