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EL NINO Y Se ees del jugar en la constitucion temprana Ricardo Rodulfo Paidés Psicologia Profunda naserie de nuevas hipotesis -fandamentalmente articuladas a través de la practica psicoanalitica con nifos de patologia grave- sobre las funciones mas tempranas del jugar en la constitucion del psiquismo, Dichas funciones no se inician con el célebre juego del carretel (fortjda) como en la concepcidn clasica. En cambio, la importancia de este juego se ve reestructurada y remitida a operaciones aun mas tempranas que permiten al bebé construir su cuerpo a nivel simbélico a través de una miriada de jugares durante el primer afto de vida Avsu vez, el adolescente retoma todas y cada una de aquellas operaciones en su propio nivel de desarrollo psiquico y en una nueva direccién, que en lo esencial apunta a que el deseo inconsciente, eje del jugar, invista el campo del trabajo, de lo contrario abandonado a la mera adaptacion. Desde el mirador de la clinica psicoanalitica, que es también un taller, innumerables materiales de la vida cotidiana (concernientes, por ejemplo, a la formacion de habitos, ast como ulteriores situaciones de aprendizaje) reciben una luz distinta. Esto vuelve al texto convecante para otros especialistas en ciencias humanas ademas del psicoanalista: pediatras, educadores, etc., como asimismo.a los padres. Una revision critica y un balance exhaustivo de los usos y direcciones de la teoria del significante con las relaciones con las problemiaticas de la nifez y de la adolescencia van teniendo su lugar en el curso de las nuevas ideas expuestas Ricardo Rodulfo trabaja como psicoanalista a partir de 1966. Desde 1986 es Profesor Titular de Clinica con Niftos y Adolescentes en la Facultad de Psicologia de la Universidad de Buenos Aires, Ha publicado tres volimenes-en diversas coauterias -entre ellos, Clitrioa psicomnalitica con nifios y adolescentes, con lio, como asimismo ni ner” jpublicaciones os, institucionales y 1SBW'990-12-4193-5 1] o7a9501'241 356 Ricardo Rodulfo EL NINO Y EL SIGNIFICANTE Un estudio sobre las funciones del jugar en la constitucién temprana Prélogo de Maria Lucila Pelernto a PAIDOS Cubierta de Gustavo Maeri 4a, reimpresion, 1996 Impreso en Ia Argentina - Printed in Argentina Queda hecho el depdsito que previene Ia ley 11,923 © Copyright de todas las ediciones en castellano by Editorial Paidés SAICF Defensa 599, Buenos Aires Ediciones Paidés Ibérica 5.A; Mariano Cubi 92, Barcelona Editorial Paidés Mexicana S.A. Rubén Dario 118, México D.F. La reprodutciéa total o parcial de este libro, en cualquier forma que sea, idéatica 0 modificada, eserita «maquina, por el sisteina “multigraph”. mimedgrafo, impreso, por fotocopia, fotoduplicacién, etc., no avtorizada por los editores. viola derechos reservados. Cuslquier utilizacién debe ser previamente solicitada. ISBN 950-12-4133-5 INDICE Prologo de la Dra, Maria Lucila Pelento .......ccccseeseoc 1M Intreduccién s 15 1, LA PREGUNTA POR EL NINO Y LA CLINICA PSICOANALITICA «...cocseseeeecresae 17 2. {DONDE VIVEN LOS NINCS? 36 3, SIGNIFICANTE DEL SUJETO/ SIGNIFICANTE DEL SUPERYO: LAS OPOSICIONES, LAS AMBIGUEDADES 55 4. IMPLICANCIAS Y FUNCIONES DE LA FALIZACION TEMPRANA |.) .cccssecsecsensersecee 76 3, BL NINO Y SUS DESTINOS: FALO, SINTOMA, FANTASMA .... 88 6. SOBRE EL AGUIERO ......sssvetsasiserszies 7. LAS TESIS SOBRE EL JUGAR (1); MAS ACA DEL JUEGO DEL CARRETEL .......-..00:. 120 8, LAS TESIS SOBRE EL JUGAR (11): EL ESPACIO DE LAS DISTANCIAS ABOLIDAS .... 138 9. LAS TESIS SOBRE EL JUGAR (II): LA DESAPARICION SIMBOLIZADA ......cscccccceee 184 10. LAS TESIS SOBRE EL IJUGAR (IV): PEQUENOS COMIENZOS DE GRANDES PATOLOGIAS ......,-0:. 11, LAS TESIS SOBRE EL JUGAR ( TRANSICIONALIDADES ..... 182 12. DONDE EL JUGAR ERA, EL TRABAJAR DEBE ADVENIR .. . 198 13. LAS CONDICIONES DE UNA METAMORPOSIS -...ccs0ccicsaisiciveweew 215 NOTAS wiaccnracuaoneunistuilalieanscrane BIR AGRADECIMIENTOS Se puede oscilar entre una variante cldsica y una‘mds con- temporinea en cuantoa los “agradecimientos”: la segunda los sabe con un “ombligo” que se dispersa en lo desconocido; la primera aconseja sensatamente acotarlos un poco. En ese tren, ¥ apoyandose en inciertos jirones de frases y lugares a un tiempo méviles y repetitives, como también en otros que han sido y son posibilitaciones, es ineludible una célida deuda con mi esposa Marisa Redulfo; circunstancias concretas renuevan aqui el socorrido cliché que reza “sin cuyo...”, etc. etc. La sefiora Laura Pound trabajé largas horas para hacer legible un manuscrito que al parecer no lo era tanto y la sefora Silvia Goicoa la ayudé en esto y otros detalles con prolijidad y Ppaciencia. Por su parte, la sefiora Irma Ruiz Aused, de la Editorial Paidés, aporté sugerencias realmente valiosas: incli- narse por escribir “falizar”, en reemplazo del usual galicismo “falicizar”’, como asi también la bella expresion “demasia” en lugar de “plus”. Por tiltimo, mi reconocimiento especial al Dr. Ratil Mejia, padrino de tesis, tan discreto y amable como alentador. Enumerar estas circunstancias excede la conven- cién formal; quien escribe hace su propia experiencia sobre la necesariedad de los apuntalamientos. ADVERTENCIA DEL AUTOR A lo largo del texto, Jas comillas dobles enmarcan dichos textuales de pacientes o pequefias citas, también textuales, de otros autores. En cambio, las comillas simples puntian gires relativamente: tipicos, genéricos, 0 ciertos efectos de entona- cid, por ejemplo irénica. A Marisa PROLOGO No siempre la publicacién de un texto‘encuentra su lugar y su tiempo apropiados. Lag raras y bienvenidas ocasiones en que ese encuentro se produce, revelan que ¢l autor pudo captar con lucidez un momento erftico, aquel Kairos de los antiguos, y formular su respuesta personal. En la historia de nuestra disciplina —el psicoandlisis— algunas de esas circunstancias eriticas se vinculan con el movimiento al que parecen estar sujetas las teorias. Como se observa una y otra vez, el advenimiento de una nueva teorfa conmueve los cimientos de Conceptos hasta ese momento vigentes, Sin embargo, muy ripidamente los nuevos concep- tos se emblematizan, perdiendo su caracter revulsivo y crea- dor, Este circuito, casi inexorable, no obliga a resignarse a sus efectos. Por el contrario, exige una lucha para correrse del deslumbramiento que produce lo nuevo, asi como de Ja trivia- lizaci6n a la que conduce su transformacién en emblema. Eneste texto, justamente, Ricardo Rodulfo toma ladecision de revisar algunos de los efectos. de un momento revoluciona- Tio y eritico: el que se inicié en nuestro pais con laintroducci6n de la teorfa del significante, uno de los elementos cruciales de la conceptualizacién lacaniana. Acompafado por la profunda conviccién de que en el Ambito cientifico los conceptos son herramientas para pensar, y no mandatos @ seguir ni idolos a sacralizar, revisa en este texto las consecuencias de una lectura “demasiado lineal” de i la teorfa del significante en la prdctica con los nifios y adoles- centes. Esta reflexién erftica de un tipo de lectura, que condujo segiin el autora “pasivizar al sujeto” desdibujando su diferen- cia, lo lleva @ desplegar sus propias hipotesis. Hipdtesis que €nsu Conjunto permiten ir aprehendiendo “las cuestiones fun- damentales” de este autor (P. Aulagnier, 1984), Asumiendo como idea rectora que el “nifio no reeibe pasivamente significantes ya hechos sino que recibe un ma- terial significante que activamente extrae y procesa”, resigni- fica, investiga cuidadosamente las fuentes de ese material sig- nificante, sus posibles destinos, asf como las operaciones esenciales que realiza el bebé. ‘ En la investigacion deesas fuentes ocupa un lugar primor- dial el concepto de “mito”, concepto que sufrid en nuestro medio —bueno es recordarlo— vicisitudes particulares. Enarbolado en un primer momento para sefialar el terreno no explorado por Klein, fue, conel correr del tiempo, relegado a otras formas de terapia 0 wivializado y vaciado de compleji- dad, o simplemente olvidado o desestimado, La fulgurante definicidn del mito come archivo que evoca el autor, su propia idea del mito familiar como lugar, su conceptualizacién como “puiiado de significantes dispuestos de cierta manera”, el modelo que propone a pantir del término “collage”, ladenuncia acerca de los efectos clinicos negatives a los que conduce mantener la disociacién cuerpo/mito, etc.; todos estos elementos vivifican notablemente este concepto. “ Ona consideracién que introduce, siguiendo una inspira- cidn de R. y R. Lefort, es aquella que se refiere a dos tipos de funcionamiento diferente del significante: como significan- tes del supery6 0 como significantes del yo. Siguiendo el en- cadenamiento de sus reflexiones, se puede apreciar la fuerza que esta diferenciaci6n posee para producir inteligencia sobre diversos hechos; tanto los que hacen a la préctica como a otra indole de problemas —tales como los de la produccién yla ensefianza del psicoandlisis—. _ Al detallado estudio sobre fuente y destino del material significante, le sigue en esta investigacion una cuestion capi- 12 tal: lade la funcién o funciones que hacen posible la extraccién y tramitacidn de significantes y sus efectos. El desarrollo de estacuestion —a mi entender, fundamental— abarca y extien- deel significado de la pregunta que D. Winnicott formuld, con sencillez, en 1945, sobre cudndo comienzan a suceder las cosas importantes y cudles son las funciones que ponen en marcha esos procesos estructurantes esenciales. Las articula- ciones que propone R. Rodulfo ofrecen una respuesta precisa y detallada: esas “cosas importantes” suceden antes y desde el nacimiento, y el playing winnicottiano es ese eje de transfor- maciones que permite la estructuracin del psiquismo. La definicién del juego como “agujerear” (agujero cuyos efectos imaginarios describié notablemente Klein), la discri- minacion de funciones en el jugar anteriores al fort-da, la puntualizacién de las invariantes estructurales a las que dan lugar, su confluencia en la construccién de Ja categoria de cuerpo, su resignificacién en la adolescencia asi como las relaciones entre juego y trabajo, constituyen un inapreciable aporte (entendiendo por “aporte” un lugar de encuentro —sea de acuerdo, o cuestionamiento, o desacuerdo— que puede ofrecer un material tedrico). Antes de darle la palabra al autor haré dos tiltimas conside- raciones: ante todo, deseo sefialar que el fino entramado de conceptos que el autor analiza a lo largo de este texto, permite advertir su capacidad para recibir y trabajar lo que D. Winni- cott, en su carta de 1952, bautizé como “los gestos creadores” de otros autores. Soportando la tensién que el contacto vivo con estos “otros gestos” produce, R. Rodulfo pudo elaborar y asumir su propia posicién, Toma de posicién que, a mi criterio, lo aleja del peligro de oficializar una torre de Babel. Por el contrario, lo condujo a plasmar hipotesis coherentes, pronun- cidndose en una serie de cruciales problemas. Entre ellos uno central, como es el referidoal debate entre historia oestructura, suscitado en las ciencias del hombre bajo la presién del estructuralismo, Coincidiendo en este punto con autores como A. Green (o M. Duchetenelcampoantropoldgico), R. Rodulfo se define presentando clementes tedricos que, a su juicio, 13, Wy permiten salirdel encierro generado por la oposicidn historias estructura. Por tiltimo, se puede advertir que “las cuestiones funda- mentales” que este autor plantea ~aquellas que P, Aulagnier deseribié como “el punto conjugado de fascinacion y resis- tencia que singulariza la relacién de un autor con la teorfa analitica’— no giran sobre simismas. Estdn. en cambio, fuer- lemente apoyadas en una biisqueda de inteligibilidadde aque- llas condiciones psicopatolégicas que,desbordandoel campo. de las neurosis, muestran, con mayor @ menor rigor, log efectos de fallos en la estructuracién psiquica. Maria Lucila Pelento 4 | INTRODUCCION Este libro ha sido amasido con los materiales de un largo seminario dictado por mi durante 1985 en la Facultad de Psicologia de la Universided de Buenos Aires como profesor, a la sazon adjunto e interino-de la Catedra de Clinica de Nifios y Adolescentes, de la que desde 1986 soy titular concursado, Mas alld de esa coyuntura, al reunir unos cuantos afios de in- vestigacién y ahondamiento en desarrollos tedricos persona- les, es también mi tesis de doctorado presentadaen la Univer- sidad del Salvador. El texto fue reescrito en su totalidad y Ja situacién de seminario —su “fondo Tepresentativo” segtin la excelente ¢xpresién de Aulagnier—que implica tanto pregun- tas y asociaciones como desyios y necesarias digresiones quedo incorporada a su estructura bajo una modalidad estilfs.- ticadiferente. La puntuaciénde este itinerario, cuyocomienzo reales la practica clinica del psicoandlisis, acaso valga la pena; de Ia primera transeripcién oral a la segunda en letra, dicho material recibe no sélo las determinaciones de la elaboracién secundaria (que la elaboracién secundaria misma se esfuerza por velar, apelando a lo que Barthes denominaba “indices de realidad”), sino también la oportunidad de entraren escenasde escritura que implican espacios de teflexién diferentes y precisos, espacios que no se limitan a “poner en palabras": ponen a prueba, De entre los muchos caminos que en general siempre abre todo libro, y que dependen de encuentros y transferencias Particulares, en éste remarcaria al menos tres. En primer 15 término retoma el tema del desarrollo de algunas ideas y hallazgos clinicos expuestos en otro libro, particularmente en cuanto a Ja naturaleza del jugar’. Por otra parte el texto aborda, no sé con qué fortuna, teméticas y puntos de vista quizd un poco nuevos, por ejemplo lo que concierne a una concepcién no impresionista de 1a adolescencia. Last but nor least {y para el autor es esto lo que tiene més resonancia respecto de la posicidn tedrica?’, el texto prepara el terreno para un balance histérico que es también un ajuste de cuentas con la teorfa del significante y su incidencia en la ardua investigacidn analitica sobre la constitucién subjetiva. Aqui esta introduccidn se acota, en el horizonte de otro libro. Ricardo Rodulfo, noviembre de 1988 ' Clinica psicounalitica con nihos y adolescentes: una introduccidn, Marisa Rodulfo y Ricardo Redulfo, Editorial Lugar, Buenos Aires, 1986. # Sabre el concepto de posicidn consititese "Mitopoliticas IIL Yo deseo, i deseas... todos deseamos a Schreber padre (linea y pusicidn en psicoanslisie)”, R. Rodulfo, Actualidad Psicoldgica, Buenos Aires, aposto de 1987, 16 = . chico en cuestién, poniendo de relieve que se entiende por 1, LA PREGUNTA POR EL NINO Y LA CLINICA PSICOANALITICA Si volvemos a reflexionar sobre la clinica con nifios y adolescentes, es ahora esencial reconsiderar la cuestin de los: significantes entelaciéna qué lle gamos a entender por nifioen psicoandlisis. Aparentemente, es muy facil sefialar qué es un nino, pero desde el punto de vista del psicoanalista, allf comienzan los problemas. Si nos situamos €n un plano obser- vacional o conductista, el nifio aparece como una Care entidad p o-de los autores mds creatiyos en este campg problematizé tal evidenciaa través a no existen”’. Lo importante de esto €s que lleva a un cuestionamiento radical en nuestra praxis con Tespecto a lo que aparece tan dado por sentado como ser (de) nino, Cuando se cree saberlo sin mas trimite y ocurre-que un niflo ‘de verdad’ es traido ala consulta, no se nos ocurre mirar mas alld de él, echar un vistazo a sus costados, por ejemplo (hay 2 gente alli); de ahf los tests u otras formas de acopio de datos a EP fin de escudrifiar cémo siente, cémo piensa, cémo fantasea el “‘nifio’ algo que empieza y termina en las fronteras de su cuerpo, la célebre entidad psicoffsica, Sucede que este método es el origen de muchos errores, como inventarle una enferme- t dad al nifio, inventarle una patologia para tratarlo, sin Pplantear. Se qué pasa alli donde el chico vive, o qué pasa con la excucl ey 17 Po, a donde concurre. No es nada lar psiCoanalftica- aL! mente lo que por lo comin se designa al decir ‘nifio’, Exige 4) z movilizaruna serie de conceptos, dar no pocos rodeos, resul- psicoanillisis a lo que fue Ja infancia, a tematicas como por tando finalmente que las cosas clinicas no coinciden del todo ejemplo, las fantasfas tempranas, los traumas precoces, interés con las ideas previas que se tenfan. en fin por retroceder tanto como se pueda, Si se considera la historia del psicoandlisis, una de las Esto es suficientemente conocido y ademds conserva toda primeras cosas que se ponenenel candelero respecto del nifio su importancia y toda su validez; el psicoandlisis sigue invo- enel siglo XIXes su sexualidad, pero en manos del psicoan- lucrado en esas cuestiones, pero su gravitacién ha quedado lisis el temade la sexualidad del nifio (lo hizo netar Foucault) reposi¢ionada en un segundo movimiento mas amplio, donde s se convierte en. un cuestionamiento de la sexualidad del adul- nuestra disciplina se interesa particularmente en ciertas pato- s to, Es un viraje muy importante en cuyo centro o epicentro logfas (verbigracia, las psicosis). Este segundo viraje se va Gee podemos ubicar la época en que Freud publica los Tres ensa- produciendo lentamente a partir de la década de 1950 y esta ‘ qT, yas. Sobre una teoria sexual, fe estrechamente relacionado con el desplazamiento de la clinica [9s mas alld de las neurosis (fuertemente “mds allie ”))\a las mérgenes ambiguas y fronterizas, a los trastomos narcisistas, éud Te otorga (primeros anos de vida que luego sucumben esquizofrenias, adicciones, etc, Invroduciré un pequeiio ejem- ala amnesia), sino la prehistoria en direccion a las generacio- Plo: $e trata de un paciente que :mpieza su andlisis en los ores (padres, abuelos, ec, Ultimosafios dela adolesceneia, Elproblemacentralquelotrae — lo -especialmente a partir del momentoen que al al tratamie: ng celoupiayyue lo atormenta, habiendo “> = Dei psicoandlisis le concierne la problemitica de las psicosis fases en las que llega a évitar todo contacto de su novia y él. con un sentido amplio, ode los trastornos narcisistasen uns el exterior: salidas, amigos, ir aun cine. El punto no son sélo mis amplio aun. La historia del chico deja de ser un recuento las complicaciones practicas, considerando el estado animico de todo lo que él puede fantasear'o no, lo cual conduce por si que se desencadena, en el que queda atrapado por una creencia solo a toda la problematica de la prehistoria, esto es, lo que lo enceguecedordiella searreglano para agradarle sino para otro, \ precede, los modosy gradientes de lo ocurrido delerminantes que en algtin momento ubica al azar entre la multitud. El para ese nifio, antes de que propiamente exista. segundo paso es una requisicién absoluta de la mirada de su Esta serie de rodeos se dirige a alertar sobre el peligro que novia. Y siempre encuentra (inventa) algiin soporte, momen- implica tomar al nifio en el sentido mas estrecho y cotidiano, to electivo en el cual se encama la suposicion de queella mira a la manera tradicional de las pruebas psicolégicas: a qué con deseo al que nunca es él. Uno de los problemas mds edad el chico dio tal paso, c6mo rinde en tal esfera, medicién dificiles que abordamos en la clinica es como se encue tra a desu cociente intelectual, develamiento de sus fantasias pro- quien se necesita para autodestruirse, para desplegar sus sinto- , _yectivas. Noes que todo esto deba ser masivamente rechaza- Mas 0 para enconifar Cler ‘lent GH ae ope »/¢4e,0 do.a prior, sino que ser muy insuficiente, en particular en ims een ee '\__aquellos casos donde nos enfrentamos a una paiologia grave, | ~~ Porotro lado, el paciente repara (de manera discontinua) en — truirradicalmente el crecimiento, eldesarro- loabsurdo de:sus suposiciones, pero la needs ee llo, el advenimiento de ese sujet: P era 0 sobre todo en el momento que Jo captura su fantasmatiea; S a absoluta, llega a tener caracterisicas de una construccién “ry delirante en el sentido de resistir toda duda, toda eritica o fe distanciamiento, toda diferencia entre él y su creencia. Hay Cc todo un plano de andlisis en el que no avanza mayormente y \\ Hay dos movimientos en ‘Uno se popularizé @ fy, mucho, se volvio su representacion vulgar: es el retorno del 18 19 que concierne a lo relacionadocon laimagen de la mujer, ode Su novia; por otra parte, durante un tiempo nada significative Se produce para que se esclarezca la cuestion. Elegt este fragmento porque las claves principales caen del lado de la prehistoria. En un momento dado me di cuenta queen su familia, que constituia lo que 4 primera vista parecia un hogar comin y corriente, sin embargo se podfan descubrir perfiles menos genéricos, como por ¢jemplo un episodio. psicdtico Posparto de la madre, una depresion intensisima. ylarga. Esta madre, que aparece €n principio con la fisonomfa de una ama de casa convencional, sélo se arregla en el sentido que habitualmente consideramos “femenino’ es decir sdlo delata Clertodeseode gustar, de querer estar linda, cuando se trata de salira la calle; contrasta su apariencia deslucida dentro de la casa, lo cual por lo demas ocurre Ja mayoria del tempo, en tanto que cuando tiene que dejar su hogar hay un especial cuidado para nada, porque en general se trata de hacer alguna compra. Descubrimos alli un aspecto muy importante en relacién con lo erético: la madre no juega esta imagen con el padre, sino en el Ambito de una mirada andnima, fantasmitica, El paciente rememora, con respecto al padre, sus aventuras extraconyugales, de las cuales la madre invariablemente se entera, ya que su marido trabajacerea ylas vive no lejos de ese lugar. Vale decir, todo queda en el mismo barrio, no hay wu -intento de doble vida. Punto de confluencia: el padre ylal & madre aparecen unidos por un factor comtin, la sexualidad _—esta en Ja calle, fuera dela pareja. Hasta que avanzé en su anilisis el paciente crea que cuando Ia. madre se enteraba habia conmocion verdadera, pero en realidad no ocurria nada de €s0, aunque se gritara mucho, En esta familia, lo revolucionario, lo Cuestionante, lo que alterarfa el equilibrio narcisista hubiera sido que la sexua- lidad estuviese adentra de la casa y en la pareja, no que se la emplazara afuera, actuadao fantaseada, pues estoes lo permi- tido, lo que estd aprobado, y ningtin cimicnto se quiebra por tal situacidn, El paciente recuerda un relato, teprimido, olvidado por él, Bi anes Cass ¥ que retomado en ese momento gana importancia. En la casa A habfa otre ‘personaje qu cobra mds relevancia e: el decurso de su relafo: la abuela materna, En el discurso del!” paciente aparece pri REAM “pacifica anciana’; poce a-poco, durante-el curso de! andlisis esa imagen toma un viraje de ciento ochenta grados. ¥ esto cuando el adolescente advierte que el poder reside. del lado de la‘abuela mente, que las pareja: abuela y lama la'pareja que formacién de algo: parecido’ a una pareja entre ellos, por ejemplo, algtin geste Carifioso o que insintie sexualidad, eso queda cercenado porque alguna intervencién sinnosa de la abuela provoca una pelea. Asi va captando que hay un orden de cosas, una serie de funciones yde equilibrios que descono- cia. El hecho de que la sexualidad esté en Ja calle, mantiene a la madre en la érbita de la abuela; no hay que olvidar que la madre es una Mujer que sufrid. una depresién de magnitud con le-consigniente internacién, | llevindete le'un largo aflo volver a | Se Cargo de sus hijos = Snaijenineers ieee a Dadas estas condiciones —el muchacho recuerda—, gu madre le conté que, en los primeros afios de su vida matrimo- nial, ella habia comenzado @ perder sus inhibiciones ya descubrir el placer, pero un dia deié la puerta entreabierta ya / la maiiana siguiente la abuela — que vivia con ellos desde el _ principio; esto ocurrié antes de que el paciente naciera— le | | que esto constituyé toda una interferencia, y que esa interven-| ~cién nunea habia sido superada. Perret Disponiendo ya de estas Piezas, el paciente se da cuenta, practicamente por si mismo, Que sus accesos celotipicos res- ponden a una ley familiar, esto es, que la sexualidad s6lo. pue- dedurse en lacalle y no entre los miemibrorde te ve comosa novia Vel, por ejemplo, esemismo andes dene terminard la creencia de que la mirada de su novia nunca se dirijaa él con deseo ¥; Por otra parte, todo lo que tenga que ver _ ‘é €n ella con lo erdtico, solo se podrd complementar con ese’ 21 publico andénimo que esté en la calle y no‘con-el paciente.? A partir de ahi empieza a desinflarse todo este aparatejo delirante de la celotipia, a ser mds infrecuente, mas débil, mas breve, con crecientes posibilidades de critica, no en el sentido de querer contenerse mediante un esfuerzo de voluntad, sino de que algo pueda caer, dejar de ser una invasion masiva en su psiquismo. Tal posibilidad se da, observemos, al analizar una pieza de Ja prehistoria donde el paciente como entidad psicofisica no existe; los que cuentan son la pareja de los padres, los inicios de su vida sexual, la vieja relacién que suelda la madre a la j abuela, todo loque, pordeterminadas razones que llevaria muy 8 distinto suponer “que se encontrar: Ta clave de la celoupia en una fantasia inmanente al sujeto, producto auténomo de su inconsciente. Y no porque se pueda desestimar la validez de este registro, en el que el psicoaniilisis esta irrevocablemente comprometido. Que hemos descubierto un orden fantasmatico inconsciente, que aparece en suefios y en miiltiples formaciones, es una verdad que atin resiste. Se trata de lo que rebasa, de lo que va mas alld, de lo que nos baste con rastrear en el imaginario del paciente para descifrar la clave cuando hay que reconstruir material de otras generaciones. En otras palabras, podrfamos decir que se da, desde el punto de vista del psicoandlisis, ¢l itinerario de un significante, algo significante que se repite bajo transformaciones de generacién en generacién, “rojo Fadiin”.. “Otro caso es una madre que viene a la-consulta por su thuchache drogadicto, menor de edad, con antecedentes poli- ciales y penales, Después de ahondar en toda la sintomatolo- gia del muchacho, esto es, qué drogas toma, indole de los epi- sodios delictivos, inventario de la reprimendas, como al pasar la madre dice: “ varones de la familia siempre ticnen problemas ovan 1 pesos”. Por esta via surge un material que concierne a un tio del paciente, segundo hijo varén, y a un tio abuelo, de otra rama de Ja familia, pero también segundo hijo varén: todos ellos habjan estado presos por los mas diversos delitos. En estos casos es necesario 22 pa su calor una frase pesa con el peso significante: “Jos segundos hijos varonesde la familia siempre yan presos”. Entender el concepto de significante en psicoanilisis sin diferirlodel de la lingit iea es incurrir en un error grosero. EL iodues is hecrmare nies del queestd con y del que esta sin. Efecto de poder, basta el guardapolyo para que, en cierto tipo de casos, surja.algo, con la librea del discurso Amo, de lo que calificamos como sometimiento; es un ejemplo al fin banal, pero que subraya acerca de qué es un significante come fenémeno que no se reduce al terreno de las palabras. © Una frase come, “los segundos hijos varones siempre | a 3 - problemas” es signi s sienificante, printero.en ln teil es Tepite. No todo lo que un paciente dice es significante, per rene de Moliére ono, todas somos y desde pequefios u poce burros ine Bara. aile. ale, Aer Eneste ene tal condicién 3e cimpliments alasclaras: sin duda se puede enlazar a este muchacho con su tio-y con su tio abuelo, no por el contenido de la detencién, de diversa indole en cada uno (no es que se haya heredado una tendencia alas drogas), sino porel aserto. de que el segundo va preso. Es importante, ademas, tener en cuenta la ambigiiedad de la frase, porque si no ahogamos sus resonancias plantea a la escucha analitica la cuestién de su estatuto: ¢la madre nos esta descri- biendo, informando, unestado de cosas: ‘mire qué casualidad, los segundos varones de la familia fueron presos’? {Se duele por eso? {0 se esta haciendo portavoz de una ley en el registro de loinconsciente en esa familia, de un imperative ‘anda preso, si sos el segundo’, imperativo que vehiculiza un mal deseo pa- ra ese Sujeto, que tiene que ver con que fracase, y aun con que se destruya? La frase traspone su mero valor de informacién como elemento de anamnesis psiquidtrica, o como elemento de una entrevista psicolégica pautada. 23 op Esta es ademas una frase que, al igual que en el mito, se da en wn ticmpo activamente presente, lo cual le otorga una legalidad (y en ocasiones una fatalidad) problemitica. Por otra parte, es revelador escuchar, después del muchacho, céme todo indicio de esperanza queda abolido, como en él lo ineluctable llega a extremos absolutos, lo cual es una compli- cacién muy seria desde el punto de vista de lo que se puede hacer en un anilisis, Para que algo sea significante se tiene que repetir. Es mas, elsignificante noreconoce la propiedad privada,no es que sea de alguien; cruza, circula, atraviesa generaciones, traspasa lo individual, lo grupal y lo social; no es pertenencia de algtin miembro de una familia; en todo caso es el problema que interpela a cada uno. A veces los analistas nos olvidamos que existen significantes mas felices paradesignara alguien, pero cuando aun hijo le cae sobre la cabeza un significante como ste, una de las cuestiones que sin excepcidn se planteanes en ué términos se entablari relacid el, sea bajo una ciega qu téninos segntab lan plain con lasea bajo une clegs bot icién o —si en la vida de ese sujeto desde nino algo 2 AGP yp teplica—sea en formade una batalla por cambiar la direccién chase Bae eae ec mos como repeticién en tanto diferencia. De primar siempre Ja mis obtusa reiteracién, la capitulacidn ante lo mismo sin posibilidad de desvio alguno, en absoluto podriamos cumplir con aquello que Freud propuso como meta: hacer algo tera- péutice por un paciente. Lo que se juega entonces en una frase como la de Jos segundos hijos varones es intersubjetivo, no- mera ni necesa- tiamente invencidn imaginaria de alguien en particular. Una vez que algo es introducido con la funcidn de significante se produce un poco al menos de /o nuevo, es decir, algo con cierto valor distintivo. Y he aquf un segundo criterio: cuando de su introd icciGn algo nuevo sé traza. Hay ui modelo muy desarrollado que me parece optimo para dilucidar la cuestin, y es el que da Lacan, el modelo de la carretera, * A partir de la existencia de una carretera principal u 4 CN subraya todo lo que se ird amontonando en torne a esa autopista: estaciones de servicio, bares, pequefias poblaciones, casas solitarias construidas a la vera del camino. También es posible plantear la cuestion del significante en el terreno de Ja intervencidn psicoanalitica, ya que general- mente decimos muchas cosas y pasa como en esos juegos donde dames mas veces en la herradura que en el clavo. Peto hay ciertas intervenciones que demuestran tener una inciden- cia significante, porque después deellas algo no queda exac- tamente igual. En general hablamos de ello cuando contamos nuestra’ experiencias terapéuticas, en términos de nuestros maravillosos triunfos, dejando de lado todas las veces en que la cosa no funcion6 tan bien, lo cual es una lastima porque no ayuda en Ja transmision del psicoanalisis el ejercicio de la omnipotencia. Existe otra forma de reconocer cl Signiteanis y reside en qu no yiene con un significado abrochado indisoluble- mente, sino que arrastra ere de Significacion que son imponderables; es decir, no vale porque designe inequivoca- mente cierto significado, sino por las significaciones que se wan genérando; de manera andloga a la fisién nuclear en tanto encadenamiento de desencadenamientos tan inevitables como impreévisibles. _Un adolescente se sentia especialmente en el terreno sexual, Le preocupaba que hubie- se pasado la época en que, segun él, ya tendria que haber accedido al encuentro con los genitales femeninos, encuentro siempre diferido. En el andlisis, cobré mucho valor una frase que histéricamente aparect: a de tias y abuelas cuando él era pequeiié; “qué lindo que sos” Lo interesante es que a partir de esta cae ee indose cuenta que ‘posa’ continuamente como carilindo, reconoce una provoca- cién inconsciente para que se lo digan y se las compone para que en la actualidad lo sigan repitiendo incluso a sus espaldas. Por ejemplo, una vez que se cruzé con otra paciente en el consultorio, ésta me dird al acostarse en el divan: “|Queé lindo muchacho es el que acaba de salir!” Empieza a advertir que ese ser “lindo” pesa como una lapida sobre él, desoculta un 25 cado a fuego por la pasividad, 3c Via eel uw 3 ‘Ky nte de feminizacién en el adjetivo que lo intoxica solapadamente. Digamos que se descubre un trabajo signifi- cante, en donde, por ejemplo, una de las tansformaciones inconscientes es ‘qué fracasado y qué impotente que sos’, ‘qué estéril que sos’, ‘qué poco viril que sos’. La insistencia repetitiva con que en Ja familia s¢ Io sostiene como “el lindo” através del tiempo locondena al estatuto de una bellaestatua, “chiche’ de Jas mujeres. Asf, era muy comin que se volviera el objeto predilecto de cierto tipo de histérica interesada en rehuir la genitalidad. En consecuencia, la complementacién eta perfecta, y en su inconsciente seinscribin como impaten- cia. Guo Sconces oes te See Ota de las ramificaciones qué se desprenden del ser “lindo” y que él piscoandlisis revela, es la imposibilidad de soportar y llevar adelante cualquier tipo de proceso (volvere- mos sobre esto mds adelante), Obsérvese que seria bien distinto si se dijeta ‘qué lindo que yas a ser’, abriendo la dimensién de un trabajo a realizar en la perspectiva, concep- tualmente hablando, del ideal de) Handoel ira ser, 4 que.nunca se acaba de se pen nan hn 0 yasem - consumado, pevulece la instancia del yo ideal x El muchacho tratara entonces de revertir esa situacién, , Pero para aprender algo, por ejemplo, va a tener que pasa pri 4 ecisivo de asumir la posicion de saber, De este modo pretende tocar un instrumento, pero le es tandisplaciente la fase inicial que a poco le deja. Era, de paso, ,., una de las razones por las cuales habia consultado: que todo. “s__ Jo abandonaba, no soportando la temporalidad de cualquier 4 * adquisicién. Ocurre que para ser lindo no tiene, en cambio, que efectuar trabajo alguno; ya loes, le dice la frase, y por eso mismo anula cualquier realizacién histdrica. Este paciente continué su anilisis siendo adulto y una de sus luchas mds arduas gird en torno a la paternidad, Una fra- Se esencial en su andlisis lo. constituyd la busqueda activ: afearse. Se las fue arreglando para romper con el estigma de ser “lindo”, dejdindose la barba, volwiéndose temporaria- mente muy desprolijo, ete., todo lo cual prologaba cambios de Importancia. 26 Por supuesto, recurrimos a cierta ficcién expositiva, donde enun angulode corte detenminada frase resalta especialmente cumpliendo asi las condiciones para ser significante; perodebe sernos claro que nna sola frase no resuelye todo un andlisis, Al natar el Caso, Ta puntuamos, armando una escena de escritura que tendré una correlacién aproximada con la realidad del tratamiento analitico. Por lo demds, a estos nudos que destacan en una cadena asociativa nos cuidamos de honrarlo: oon las i de caus’ prima; én psicoandlisis siemp conviene ser mas que cauto al respecto, yno es nada infrecuen: te tropezar con un uso mmecdnica de la teorfa del significante, Todo lo que puede decirse es que una frase asi indica donde cierto régimen deseante tamular cbica aun sujeto y donde asu jurno ¢1 se _perpettia, pues no seria justo suponerle a un significante un poder que no deje-alternativas. Es como decir que debemos remitirnos a las series comple- tientarias, articuliindolas a 1a dimension de esponianeidad. EL Sujeto no es una maquinilla que feacclona ce suene un sig- nificante u otro; por eso mismo alguien se psicotiza en ciertas_~ condiciones, mientras otro resiste ponerse en ese camino aun ~ siendo aquéllas peores. De manera que no debemos apresurar- nos a suponerle un poder automético y omnimodo al sig cante, Siempre hace falta esforzarse para alejar del psicoandlisis todo esquema causal lineal, En la multiplicidad de senderos del inconsciente jamds existe un solo itinerario posible y la expe- /, tiencianos obliga adefender el principio de lamultipli muchas veces por qué un sujeto forjd la que le encontramos, cuando nada parece impedir que, en otro, un “qué lindo que 808” pase y caiga sin dejar rastro significante alguno. Cuando concebimos Ja precedencia del significante o la prehistona como una fatalidad, el psicoandlisis se devora a si mismo, porque, de ser asi, gpara qué watar a-alguien? Si no hubiera margen para el acontecimiento, si imperase una estructura inmévil, desapareceria lo histérico.como tal y con élel registro dindmico; por lo tanto, no habria cmo pensar lo nuevo. La limitacién mds seria de un planteo ‘estructuralista’ —mias que eonultiplicidades 72~ respuestas. De hecho, queda fuertemente wo 2 estructural— es reducir el acontecimiento al plano del hecho estructurado. Para sortear estas simplificaciones metodol6- gieas, no olvidarse de las series Somnpreemenlatias s funda- mental, s6lo que, tal cual las formulara Freu i Roy no nos bastan. Por lo pronto, a minima, conviene incorporar resuel- rae la prehistoria del sujeto a los factores constituciona- es. Junto a ellas el concepto de sobredetenminacid y el de — Tepeticion y diferencia, nos auxilian Para no perder de vista % que, una vez que hemos establecido el peso significante de una frase como la analizada, lo importante es qué hace él, Sujeto con ella: jJa deja tal cual esté?, zintroduce algtin Fetoque, desvia su direccién? Toda la dindmica de la cural & ‘avita en foro a esto, op En el caso de otro paciente adolescente emerge un motivo fundamental, Ja frase que funciona como una contrasefia entre la madre y él cuando vuelve de dar examen: “ite sac. diez? se simula Ser un pregunta, pero el anilisis demuestra su cardcter de afirmacién, de certidumbre. Més aun, el muchacho, finalmente, se da cuenta que para él alli se dive algo del deseo de Ia madre. Para considerar el orden de las transformaciones del signi- fican te digamos que esa frase ha side sumamente provechosa paral, no tanto por colocarlo en nifio modelo como por estar ena base de sublimaciones exitosas yde intereses intelectua- les muy consistentes. Pero ahora, saliendo de la adolescencia, comienza a pelearse con ella, a completaria dé un modo que antes no lo hacia: ‘te sacaste diez para mi y sdlo para mi’, punto en que su talento potencial queda en peligro de verse alienado como regalo a la madre y nada mas, vehiculizando la frase toda la dimensién incestiosa, colmando a la madre con ese maravilloso obsequio que es el nifio del diez. Por eso durante su andlisis empieza a escucharla en su contracara; si se queda adherido por mas tiempo a la satisfac- ion narcisista que proporciona, sus diez’ siempre van a ser presentificacién del deseo materno (o sus sustituciones en un sinfin de condensaciones y desplazamientos), pero no los recuperard de otro modo y para él, He agufel pleno sentido de 28 I A ; produccién significante, mévil, diferidora. Esta restitucidn en andlisis del pzso del significante como exigencia de trabajo impulsa al paciente a encarar un rasireo histérico en cuanto.a sus relaciones desiderativas con la madre, permitiendo afiadir a esa frase puntos suspensivos en lugar de dejarlaen uninmovilismo fatalista. Obviamente, para que todo este proceso tenga validez, 2 aquella exigencia de trabajo (0 el - descubrimiento de ella donde antes s6lo habia unmandate) no; mopusta del analsta x fun often del proeseo-gue se a desarrolla durante el andlisis. Precisamente es sencial questa. elpaciente quien dé el paso. Ufmitevenc Se promnmecnest oy direecién, forzando el cuestionamiento porque tedricamente <<, go parezea valido, puede intensificar el costado imaginario de la e transferencia, por ejemplo, ubicandome en la serie materna y dedicando en adelante sus “diez” a mi. Pero si el cuestiona- miento va surgiendo en él y lo ayuco para que a esa pregunta no la pierda de vista, se reducen muchisimo aquellos riesgos. Debidoa esto, la construccién a que en ocasiones el analista se entrega tiene sus contracaras; en tanto el paciente no la acom- paiie acti no generaun verdadero efecto analitico sino lo ee Winner Nore efecto de adoctrinamiento. No es infrecuente Encontrarnos con pacientes én estas condiciones, que han pasado muchos afios en tratamiento y aprendieron a parafrasear a su modo la teorfa que les ensefié el analista (a veces desde nifios). En estos casos se exhibe un saber psicoa- nalitico muy minucioso sobre la historia, pero no nos asom- brarfi que sea un saber desprovisto de eficacia alguna ni que siga en pie hasta el mds insignificante de los sintomas. Desde el punto de vista conceptual, comespande decir que no hubo una intervencidn significante como tal. Creo posible sostener azealerditicaltndes propiagdel paoosndlsit iocrementan en la clinica con nifios y con adolescentes. “"Aunso el etieno princeps para reconocer un significans sea la insistencia repetitiva. Por ejemplo, ¢s comun qué € juego de un chico se teproduzca infatigablemente, sin que \ Jamis minima idea de qué significa eso, exeepiogue i arepeticiOn nos pone en la pista de un cierto nudo a descifrar. En Ja produccidn histérica de significaciones, ademis, hay 29 | wets repetitive : pict efectos en los que no sélo estd implicado el sujeto, y esto no tiene que ver dinicamente con palabras o frases: con igual frecuencia son determinades actos log que demuestran tener peso significante; apelandoa otro material, ‘los hombres dela familia se casan muy j6venes* puede ser el modo de resumir algo que se inscribe en el inconsciente no por ser undicho sino un procedimiento familiar repetido. Tal insercién del signifi- cante lo liga a los hechos mas comunes y corrientes de la vida: de modo que no pocos entre nuestros pequelios intereses y repulsiones resultan funcién del lugar al que nos empuja incesantemente cierta cadena. Es importante aclararlo, dado que al ser usual que desarrollemos ejemplificaciones clinicas que a menudo suponen patologia severa, és facil olvidar que el habitat significante es la cotidianeidad mas banal. Elsiguiente punto a precisares que e/ si paificante conduce iempre hacia alguna parte. Puede ser hacia un abismo o facia una Cumbre, pero cuando algo se gana ese nombre en la historia del ‘sujeto, es que lo inclina hacia determinados caminos preferenciales. Y éste es el tercercriterio: ef signifi- cante tiene-direceién, La frase “qué lindo que sos”, por ejemplo, llevaba a un lugar muy diferente que la “te sacaste diez”. Aquélla conduefa al paciente, a medida que las exigen- cias sociales aumentaban, a medida que iba dejando atrds su adolescencia, a un callején sin salida, bosa é5 ser el_nene lindo a los tres afios y otra muy difer los veinticinco; no és haciendo monerias, cabe suponer, la forma “como fos vamos a arreglar en la vida. El itinerario del signi- ficante lo extravia en la pasividad de lo escépico, lo cual no significa que no pueda salir de alli, la carretera se puede abandonar, hay diversos itinerarios alternativos activables, Silo pensamos bien, en el simple caso del guardapolvo en la atencidn hospitalaria son descifrables todos estos efectos. De examinar histéricamente las relaciones de poder médico/ paciente a lo largo de varios siglos, tal como se van configu- rando en la sociedad occidental a partir del 1600, encontra- mos las notas distintivas de lo que un elemento cualquiera debe poseer para justificar Hamarlo significante. En modo alguno esto implica que en Ja préctica clinica el significante 30 solo se hallara en boca del nifio que nog traen. Por lo tanto, cuando nos preguntamos qué es el nifio en psicoandlisis, localizamos ciertas cosas que denominamos significantes, las cuales tienen mucha relacién con la formacién dé ese nino; pero estas cosas no necesatiamente son producidas é i por él, ni dichas por él; en cambio, solemos encor n labios y en acciones de quienes lo rodean, Una mujer entra a la consulta con un nifio pequefio que luego Tesulté se Ser autista, “A Ta analista Te éxirana que pueda dejarlo-solo-en Ta Sala de espera, pensando que el chico diffcilmente podria sostenerse en esa situacién. Ante su inte- Togante, la madre contesta: “No hay problema, él se queda donde yo lo pongo”. Esta frase que sale de la boca de la madre le daa su hijo un estatuto de infrahumano, como-si fuera un mueble o un paraguas, Lo que caracteriza a un ser humano es que no se queda donde se le indica; esto lo observamos muy bien en los-chicos, sise les dice “quedate ahi” nonos sorprende su desobediencia y si acatan una orden demasiado rapido, pensamos que estan enfermos; pero cuando esto se muestra verdaderamente:repetitivo, lo mas Seguro es que nos aguard. fun caso grave. En nuestros términos, lo ma: i / puede suceder a alguien és que donde lo pusieron deter- } minados significantes de la prehistoria, incluso cuando esos | Signiicantes aparentemente suenen bien. : ™ Peto dSbomER TEUOSSICFUnpoEt PAE Tiender tuna sepun: da polarizacién reduecionista que dejamos en suspenso. Ya senalamos los problemas que trae darle tanto relieve a la prehistoria que la historia se desvanezea, lo que no dejara de pesar en nuestra intervencién como analistas con un lastre “musulmanista’ sobre lo terapéutico: las cartas decisivas ya estarian jugadas; por este camino acabamos escuchando y atendiendo sélo lo que viene de los padres, de los abuelos, y mas atrds aun, pero ya que no recibimos por lo general gente con una prosapia que justifique un arbol genealdgico, si tuviéramos que contar con saber lo que pasé-a los tatarabuelos en relacién con el significante, abandonarfamos el psicoanili- sis por imposible y nos dedicariamos a cualquier otra cosa, El reduccionismo inverse conduce a centrarse exclusiva- 31 mente en Ia fantasmatica que’el nitio produce, o_o. en gus procesos imaginarios. Atender a la denen ela fantasia de los juegos, del grafisme muy importante, pee unilateral si se prescinde’de las funcionés.simbolicas y woe relativo ala prehistoria. Melanic Klein no jgnora el hee! : que el chico depende de los padres, pero no lo incorpora a andlisis. A los efectos de lo que ella quiere investigar, que es. Ja fantasia infantil, deja congeladas Tas demas variables, por ejemplo, el campo de lo prehist6rico apenas lo toma = cuenta, Pero su proceder se justifica histéricamente en la medida en que sirvié para abrir camino por el que hasta ese momento nadie habia transitado. mee Es una limitacién demasiado repetida quedar anacronica- mente adherido a lo que en un momento historico sé a $i, por ejemplo, no inserlamos Jos deseubrimientos dle Mela- nic Klein en un contexto mucho mas amplio, si creemos. ane la fantasia basta para explicarlo todo, podemos llegar a pensar que una psicosis infantiles un proceso autogenerado. _ si fuera posible psicotizarse por puro devenit del imaginar. Enla clinica, larepeticionde este simplismo nos hace gitar en vano, constrefiidos porestrechez c! pistemoldgicaa tratar de producir mutaciones en el mundo interno de un pacientes excluyendo la consideracién de los discursos que oe Ja familia sobre un nifio, a quién viene a susttuir, que si ios hereda, ete; tantas dimensiones marginadas del anilisis ne pueden dejar de ocasionar impasses. Tien el efectocontrano, el inverso simétrico del que toma Ia prehistoria como _ factor causal, despoja de su peso a lavida imaginaria, y - Ge) asigna valoreinterésa todo loque va mis alladel ee eh lo lo que estérelacionado con Jas funciones y los mitos famiha- Tes. En el andlisis con nifos, uno de los aspectos mas difteul- tosos,enel sentidoen que genera masresistencia en el analista particularmente en los primeros tiempos, €s lo referente a los padres. Es comin encontrar en un terapeuta, por lo dems h4bil en su trabajo, evitar al miximo el contacto con aquéllos, incluirlos lo menos posible, lo cual no dejade acarrear serios inconvenientes, segun la ley de que lo que no se introduce de 32 derecho retorna a Ja larga o a la corta bajo la forma de acring out. Si no tomamoes en cuenta el discurso de los padres, sus transferencias frecuentemente malogran tratamientos que en otro plano andaban bien, Nunca es salteable, mds alld de los protocolos tecnobu- rocrdticos, escuchar y obrar conforme a lo especifico de cada situacion, Siendo sensible alas condiciones particulares, pron- tose aprende a establecer la diferenciaentre latransferenciaen esos padres con suficiente deseo puesto en investir como ser separable al hijo —lo que determina que toleren la situacién analitica sin que haya que ocuparse mayormente de ellos— y aquellos (sobre todo cuando estudiamos problemiéticas mids alld de las neurosis) en que esta capacidad casi noexiste, donde historia y prehistoria abundan en destructividad, en descos que tienen que ver con la muerte, con el fracaso y con Ja locura. Aqui no se puede dejar a los padres de lado; es tan importante trabajar con el chico como con elles y apostar a la produccién de algtin efecto analitico en el discurso familiar. No hay una regla fija para estes cosas, Puede ser que en algin mOMentG sea CONVENTENtE, por ejemplo, incorporar una entrevista con los padres, pero esto hay que decidirlo en cada caso; otras veces, durante un cierto periodo las entrevista con los padres se pueden desarrollar paralelamente a las sesiones con el chico; aun en no pocas ocasiones los padres se incluyen en lasesion. Es decir, no existe una receta técnica, y si hay algo que especifica a la clinica psicoanalitica, es la agudizacién de lodiferencial en cada caso. Lo dificil es justamente mantener esta flexibilidad,* lo cual no vale como salvoconducto para intervenir de modo antojadizo, sin respeto por la sobredetermi- nacidn, Sea lo que sea, nada hay peor que aquella exclusién a priori, porque es una comprabacién de hierro en psicoandlisis que lo que tratamos de sacarnos de encima acaba por aplastar- nos, Con tratamiento, dogma y todo. A su vez, si los padres piden una entrevista y el analista esta muy pegado a unacartilla de estipulaciones, piensa que no bien se la solicitan automiti- camente él] debe otorgarla, porque asf se lo ensefiaron, y no reflexiona que, a veces, ciertas demandas de los padres estin relacionadas conel deseo de vigilar, interferir, irrumpirenalgo 33. de su hijo que es privado. La asistencia inoportuna de los padres puede dar lugar a cierta retraccién, a un incremento de laresistencia enojosamente gestado por el analista, y proveca la interrupcin del material asociative que se estaba desple- gando. Compartimos con autores-como Lacan o Winnicott la profunda desconfianza que despierta la palabra ‘técnica’, que implica siempre una cierta estandarizacidn y tiende a coagu- larse en recetas y procedimientos prefabricados; todeanalista debe desconfiar de su sagacidad en cuanto a sortear aquel entrampamiento. Bachelard y su llamado auna “vigilancia” critica encuentran aqui su vigencia plena. 34 2. {DONDE VIVEN LOS NINOS? La pregunta acerca de qué es un nifio en psicoanilisis desemboca en una serie de cuestiones. Particularmente nos , detuyimos en la importancia de. lo que llamamos prehistoria 0, en otros términos, importancia de! mito familiar. Es preciso % aclarar que a partir de aqui, modizicamos y ampliames nues- tras preguntas clinicas, tomando en cuenta las mas basicas que sirven para situar.a un paciente. De esta mancra cambia toda la perspectiva de lo que podriamos llamar un diagnéstico en psicoandlisis, que es algo muy distinto de lo que podria ser, por ejemplo, el diagnéstico para un criterio psiquidtrico o psicolégico tradicional. Para empezar a situar al nifio que nos traen y a lo que lo rodea®, no procedemos, como tradicionalmente se hacia, are- alizar un inventario de sintomas, que se conoce como semio- logia. No es que despreciemos hacer un buen rastreo, una buena descripcién del campo y lovalizar lo que puede llamar- se sintoma, sino que eso'solo, par nosotros, a partir del mito familiar, del peso del mito familiar, nos resulta insuficiente. Allidonde otro preguntarfa: ;qué tiene el chico?, y siendo larespuesta: “no va bien en la escuela’, ‘se hace pis encima’, » ‘sufre terrores noctumos’, y luego procederfa a realizar el inventario de todo, nosotros introducimos otras preguntas, por ejemplo, una de las fundamentales bien podria ser: ‘cx! :dénde vive este chico? Esta no es una pregunta facil de contestar. Es un criterio importante determinar si un pequefio sigue viviendo atinen el 33 cuerpo de la madre o si ha ¢ definicién de lo que es un nifio en esa familia: algo que pe perman¢ce inmévil allf donde lo ponen, situacién con conse- cuencias muy particulares para ese niftoen especial, Pero, por lo general, lareglaes « uc ¢] mito familiaren un sde este punto de vista, es para qué se lo desea. La formn- andlisis Io extraémos de a trozos. No basta con las primeras lacion binaria (ser deseado/no ser deseado) admits mejoria; un entrevistas, alo sumo éstas nos permiten situaralgunos de sus apt ~ Ser humano de hecho es deseado para los mds diversos usos y aspectos y sintonizar algo de su tendencia dominante, En an ¥ esto cubre una gama asaz variada y variable, desde las posibi- cambio, es un concepto que altera profundamente la concep- lidades de productividad que se le brinden a alguien en su cién misma de las entrevistas iniciales 0 pteliminares: ya no desarrollo, hasta Propiciarle la psicosis 9 la muerte, es Cuestion dé procurarse informaciones como Jade saber a Entonces ésta tambignes una cuesticn nada facil de precisar qué edad empez6 a Caminar el nid, oa qué edad le salieron ¥ muy importante de situar. Una pregunta complementaria al _— los primeros dientes. Este tipo de datos 3616 nos interesard fespecto ¢s en cuanto al lugar que se le asigna aun chico en el/ resignificados én un contexto mucho més amplio. Es muy Unga \ diffcil comenzar el tratamiento de un nifio—personalmente lo iE tae of autociténdome, dirfa un pogo mis | desaconsejaria—, mds aun, pronunciarse porsiesnecesatig | bits : mos por mito familiar, qué se puede | ono su tratamiento sin tener una nocién aproximadia de los ( o h, Liao, Satactenizarlo por lo que un nifio tespita alli donde esté | rasgos principales del mito familiar en donde ese ests) vg colocado; mito familiar entonces homologable en su funcidn posicionado y como, Considero muy importante qu ledi-~ al aire, al oxfgeno, homologia que apunta mds.alo isomérfico quen a tal finalidad las entrevistas preliminares, He aqui un que a lo meramente andlogo. Lo que se respira en un lugar a ejemplo puntual, muy esquematico, muy tendencioso en el _ waves de una serie de practicas cotidianas que incluyen actos, sentido que lo he extraido muy al través. Los padres de un tee dichos, ideologemas, normas educativas, regulaciones del nifio de seis afios consultan, un poco a instancias del pediatra © % Cuerpo, que forman un Conjunto donde esta preserite el mito que dice que es hiperkinético; ademds, en la escuela se nat familiar. Para tomar un ejemplo, cuando uno ledice a una nifia muestra agresivo. El centro de gravedad de la entrevista se > - Es feo qué una nena haga eso’, no hace mis que poner en desplaza luego al estado de conflicto permanente. y nuclear : accion el mito familiar, un trozo de ese mito que en este caso entre los miembros de la pareja parental la cual incluso concierne a la diferencia sexual, califica la transferencia conmigo, porque casi lo primero que Lo importante es entender que ¢l mito familiar no es dicen és que uno queria consultar y el otro no, uno considera facilmente visualizable; no hemos de esperar ‘verio? desple- que el chico esta ‘diez puntos’ y el otro que el chico esté Barse ante nosotros como una unidad acabada, congmuente, cargado de problemas. De ahi, es muy importante mas que lista para ser examinada. En la practiea —y hace un poco al compilar una serie de datos, localizar un elemento, Este hijo saber de nuestra (area y al saber de nuestro trabajo—, el mito es concebido después de una separacion y testimonia la pos- familiar hay que sonsacarlo y deducirlo: suele pasar cierto terior reconciliacién de los padres, Ya durante el embarazo se- Hempo antes que se filtre algo que reconozcamos como parte ] arrepienten de ambas decisiones: la de reconciliarse y lade de él. A veces escuchamos frases, trozos mas 0 menos escla- tenerlo. Es unode esos casos, nada infrecuentes, en donde un recedores, El ejemplo del Capitulo anterior, en el cyal lamadre nifio ha sido destinado a unir una pareja que tambalea y, por decfa “este chico se queda donde yolo pongo’ pone de entrada ende, a un gran fracaso. Este nivel concierne al mito familiar Sobre la mesa algo del orden mitico, Constituye una trégica ! mds que a la historia a secas; nadie nos dice “estamos eno- 36 37 Jjados con él porque no sélo no nos Hevamos bien como pensdbamos Senet an tare y tenerlo, sinoque todo siguso tan mal como antes”. Nadie nos dice tal ¢ . cosa, puede reconstruir-§, ae Toma entonces el rigor de la enunciacién de una ley: todos los datos clasicos de una entrevista, todos los detalles disper- 508, Se. vuelven importantes sdlo si s¢ los aloja dentro del mito familiar; de lo contrario se convierten en un listado molesto con el ee no sabemos qué hacer: después de preguntar y anotar las Tespuestas, nos encontramos ante i inutilizable. apy Lévi-Strauss dice algo importante al respecto; es tan mala - carencia de datos sobre algo que uno quiere estudiar, como ¢l abarrotamiento porque sf, el exceso de datos sin eriterio de seleceisn y¥.de ubicacion hos paraliza, Es un inforninio carac- teristico en las instituciones ordenar al psicdlogo que haga entrevistas muy Dautadas, fests, €tc., y que redacte un informe que luego nadie lee, y si lolee nadasaca en limpio porque falta gules organizador, o lugar donde poner esa masa de informa- cion, Tampoco hay que entender el mito familiar como algo mas 2 Menos congruent y unitario, algo mas o menos sistematiza- loy armonico, Es.mejor concebirlo como una red o haz de pequeiios Mitos, Tio en singular y en términos del proceso secundario, y asi hacer el recorrido de sus incongruencias. contradicciones, lagunas y disociaciones; definitivamente, no cre — una unidad armoniosa de tendencia tnica, en la cual con frecuencia se incurre, cayendo en una visi : simplista del concepto. ee _ La importancia del mito familiar nos leva a distinguir dos niveles sobre los que discurriremos alo largo de este volumen: ji nivel de logue llamaré proceso y el nivel. de Jo.que llamaré uncién, Cui ecimoOs “nifio’ en psicoandlisis implicamos bre todo cuando se trata de un i pequefio— eee de la construccién misma del sujeto. Tomamos o tocamos ambos niveles a la vez: no sélo todo lo relacionado con aquellos procesos, por ejemplo su trama de fantasias (lo que unos autores designan su mundo interno, y lo que otros 38 prefieren lamar su imaginario), sino todo lo relative alas funcionés en las que se apuntala para advenir sujeto, por ejemplo, funcién materna, funcién paterna, las funciones que mentan alos implicados en aquel advenimiento, las funciones que cumplen los hermanos y los miembros de otra genera- cidn, como los abuelos’. = El psicoandlisis dio un paso adelante el dia en el que algunos psicoanalistas empezaron a pensar sin abandonar su propio lugar donde estaban parados para hacerlo’, Este nivel pricticamente ausente en los trabajos de Melanie Klein, en cambio aparece con toda su relevancia en autores como Winnicott, los Lefert, Dolto, y en gerieral en muchos de los que se agrupan en tornode Lacanapartirde ladécada de 1950, y también, con todo derecho, en otros psicoanalistas como Sami-Aliy Balint, Actualmente, ya no pensamos que analizar a un nifio es reunirse con él, conocer sus fantasfas, tratar: de captar $u inconsciente y punto. No porque ello ne importe, sino porque resta incomplete si no afiadimos en donde estd | implantado, dénde vive, en qué mito vive, qué mito respira y qué significa, en ese lugar, ser madre y padre. J Sin esos recaudos el tratamiento suele desembocar en un final abrupto, porque si descuidamos esa dimensién, los padres desde lo real pueden derribar el andlisis con alguna actuacién, no por culpa de ellos, sino de nuestra omision. Se trata de una decisién tedrica capital para el curso de nuestra prdctica, particularmente cuando atravesamos la diferencia entre el campo de las neurosis y ‘o que lo sobrepasa’. Cuanto mas avanzamos en el terreno de una psicosis temprana, por ejemplo, mas insuficiente nos resulta confinarnos al nivel de lo que el nifio produce, porque estd tanto mas frdgil y masiva- mente adherido al lugar donde vive, mientras que la neurosis tiene una autonomfa relativa considerablemente mayor. Po- 4, demos tratar a un neurdtico adulto sin conocer jamds a su fa s mas, no la debemos conocer sise trata de un adulto ode un adolescente tardio, porque no haria mas que interferir ene] andlisis: no nos interesa, es una variable que podemos despreciar. ‘Tratdndose de autismo, psicosis u otros trastornos narcisis~ 39, < mitimosla funa muestra vulgarde la vida “a Yes, factores obstruyan su labor, Por ejemplo, volviendo al nitio ad Vols que sé queda donde I _ S1 UNO quiere intentar alzo con €l, aunque mas no ie ve se Cora tn poco Téspecto a donde lo teimn-no 16 Ineo Tespecto a donde iM, 916 Tog ae ayendo a los padres, reuniéndose solamente con él, aten: be oa cOmo juega (ademas lO jueBa), éscuchando cuando aon (ademis no habla), Indefectiblemente tendré que hacer Ig (para un psicoanalista, supone algo de interpretacién) coy dres, o los padres. sf oe El capitulo anterior introduce ln COncepto que configura un e oe eee de enteric por ejemplo, el acuerdo de 4, 1A cercania de una fecha ritualo la inn} i Hee ola inminenciadeuna _ Talesloque distingue elplanodel Significante del plano del Signo, la formacién de una cadena: a nosotros nos interesa esa cadena L€n tanto gue inconsciente. Tasgo diferencial del significante €s su particularrelacién cone] Sujeto. Conocemos una definicién de sujeto devenida ‘clasica’, esto es, ef Sujetoes Jo que representa un significante para otro significante. Re- cotidiana: si escribo OG un libro, me critican, me preguntan o me interpelan como autor para incerporarme mal o bien a una. cierta inter- textualidad. Asi se relacionan dos significantes entre si: uno hp es el de mi nombre y apellido. En la medida en que é representa todo lo que se sabe de mi, es queen esa condicién seme introduce en la maquina literaria. Pero, ;ante quién me_ representa ¢s¢.apellido? Me representa para otro signit que es la red intertextual psicoanalit i renciacione: s. Enseguida advertimos que el signifi- canté és algo mas que un mero titulo, una mera palabra, todo ese Conjunto de reglamentos tacitos, de citas, de estilos, de slogans, de redundancias, de decisiones politicas, de forma- ciones mis sintomiticas que conceptuales, en fin, de disposi- ciones que conforman una prictica especifica de la letracomo la del psicoandlisis. Enla clinica esto se presenta de una manera més compleja, porque tiene que ver con la transferencia pero el punto que es imperioso destacar antes de perderse en los detalles de un material cualquiera, es el siguiente. Para poder ser, en el sentido en que cabe hablar en psicoandlisis, pata encontrar cierta posibilidad de implantacién en la vida humana, ld tinica oportunidad que tiene un sujeto es asirse aun significante. Para poder vivir no basta con las proteinas en el orden simb6lico, es necesario adscribirse aunque mas no sea a un poco de significante. Es instructivo asociaresta ley inapelable a una tipica historia, recurrente en ‘material de sicusis, ae nos cuenta de un recién nacido que no fue anotado cnet | gistro Civil sino mucho tiempo después de su nacimiento y vivid asi dias sin Sa 7 in estar inscripto en ninguna parte; ite algo esencial sobre Ta Megada al re c¢ Lesperado, Con un Mm aun, COMO és en muchos de estos casos elextravio irreversible de la fecha real de nacimiento, nimba- da por un velo de duda y de confusién. -La tarea originaria de un bebé cuando viene. al mundo es ntrar significantes que lo represenien, porque no » tratarde 1 lo encuentra todo hecho. Si bastasen para representarlo su 41 hombre y apellido, no tendriamos campo para trabajar. Hemos confrontado brevemente dos ejemplos: “qué lindo que sos’ y “te sacaste diez’. Hy licito decir que esas frases son significantes que representan a ambos sujetos. E] “qué lindo que sos” lorepresenta, por mucho tiempo(por supuesto que no es lo tnico que lorepresenta), y genera todo tipo de efectos. Lo mismo él “te sacaste diez”. Lejos de ser entes pasivos, s6lo preocupados por obtener satisfacciones orales, como én algu- na época el psicoandlisis pintd a los bebés, la tarea eminente: mente activa que todo ser humano debe emprender, para la que necesita ayuda porque solo no puede consumarla, es encontrar significantes que lo representen ante y dentro del discurso familiar, en el seno del mito familiar, o sea del campodeseante familiar, En las neurosis i tes que lorepresenten, ése no es ¢l problema; en las . psicosis los busca /y tiene que luchar con los que tienden a destruirlay —~ <)_, Esa primera tarea es de upo extractivo: ha de arrancar tps ~ significantes que lo representen. A veces vemos no quiere Ievar algo de la sesidn, algo que ha hecho: eso puede tenermuchas significaciones, renunciamosde antemano como psicoanalistas 4 encontrar una sola. Una posible y de mucha trascendencia transferencial es que esté en juego que lo que ha »paproducido junto con su analista tenga el valor de representarlo como sujeto, algo de lo cual él pueda aferrarse para vivir, Conse guir-un lugar para vivir depende de los significantes que uno encuentra. Un nifio le ha pedido a la analista que Jo dibuj y se lleva el dibujo. Cuego los padres le cuentan a ella que | ha puesto en sitio visible en su dormitorio. Para él se trata efe tivamente de un trazo que lo redefine, que le da lugar prop _es decir, un Tugar donde se pueda realmente plantear la cues 8 —— So ete podria realizar el mismo movimiento por ‘ ‘actos, haciendo referencia a un: i6n fe- =42 _cunda dela que se llev6al, te. Diferencia clinica apreciable a respetar, dan po a que el nino desarrolle nuevos medios simbdlicos. En todo caso, sf es importante poner una palabra que subraye la accién, un ‘esto lo hiciste acd’, marcar el trabajo con un sentido que él ha encontrado y 42 que-es pensable como una fantasia de nacimiento en la trans- ferencia. Durante un episodio de tipo garanoico. un adolescente = teorizaa su manera, Entre otras cosas, reprochaa su madre no haber “agarrado ala ida” al padr: —éste se habia suicidado muchos" aos antes, cuando él paciente era bastante pe- quefiio—. Segtin surecriminacién. su madre no le dio-al padre nada que le sirviese como punto de anclaje a la existencia, abundando en recriminaciones respecto de la frialdad y la escasa disponibilidad amorosa de aquélla. Pero lo que el muchacho enfatiza es el cardcter de significante (antes que otros modos de lo material) que debe tener algo para que-sea posible asirse de él, como en el caso de un ‘te quiero’, o ‘alguien me quiere’, o ‘soy querido por alguien’. Si algo de este orden, no aparece bajo ningena forma, la gestidn de un sitio es imposible, Constituye un problema tedrico ir mas alla de lo que estas férmulas connotan del amor como sentimiento y percatarse de las complejas operaciones involucradas. El poeta Michaux escribe: “El amor es la ocupacion del espacio”. Para nosotros, analistas, es una expresién de enome densidad conceptual. un espacio fisico todo ocupar un lugar en cual la vida, de entrada, pier pero para que esto se cumph preciso que alguien done lugar. Cuando, por ejemplo, hablamos de abortar un hijo no : nos referimos.a la dimension literal; no pocas veces descubri-~ mos abortos metaféricos con los que se rehtisa aquel don. Ahora bien, si el espacio es una caracterfstica esencial del deseo, el siguiente paso es sefialar que la instrumentacién concreta,el Generalt ji misién del psicoandlisis necesi- tamos insistir en el hecho de que el deseo es lo que circula en toda cadena o composicién significante y hace que ésta nos interese, ya que no nos interesa la cadena simbélica de una computadora, por ejemplo, salvo que nuestro tema sea el deseo del cientifico. Hay que insistir en ello: cuando escribi- 43 mos ‘cadena simbélica’ damos por sentado que pensamos en cadenas, a Su turno encadenadas por el deseo. __EI bebé tiene que trabajar ¥ aun luchar para adquirir significantes. Las funciones, Paventales y otras, deben auxi- liarlo, brindéndole las condiciones minimas, pero no. pueden tegalarselos hechos; mejor dicho, si hubiera imposicidn de significantes, sino se le permitiera hallarlos, fallarfa lo esen- cial, Lo mismo sucede en el tratamiento analitico, El Ssujeto acude en busea de significantes que lo representen © tras clertos. cambios en log significantes que lo representan, o frecuentemente deshacerse de alguno. Es para ello que se Tequiere nuestra ayuda, el andlisis no Jo puede hacer ¢| solo, Intervenimos primeramente favoreciendo condiciones para que é1 logre advenir al encuentro del si ghificante o ican su telaciGn con él, pero si se los damos hechos, nuestra intervencién no serfa psicoanalitica sino un adoctrinamiento Con ‘contenidos’ psicoanaliticos. Se trata de un recentramiento histérico concebir el psico- andlisis antes que nada como donador de jugar, y nocomo.una maquina hermenéutica. Esta interpretacion sélo funciona si se hace en cierto lugar que se ha creado; de locontrario ono sirve i ve Como ocurre con las interpretaciones llamadas salva- Dicho de otra forma, estudiamos los modos y I: ici nes a través de los cuales el bebé va ee pacers S al respecto, que anatémicamente lo tenga solo induce a fe Desde el punto de vista simbélico es una mentira, no es suyo, est muy lejos de poder asun- irlo, a lo sumo vale decir ne dispone de la potencialidad de tenerlo, de apropidrselo : lo largo de un complicado devenir historico-estructural para cumplir el cual lo ayudan no tanto el instinto Sonne Tee —— parentales. __.7ebemos tomar en cuenta la eventualidad a diferencia entre una situacidn neurética y oe que un sujeto no encuentre condiciones propiciatorias para la produccién de significantes que lo reprecenten, y que en su Wee EU ah de manera splasans significant del = ee a sustitucion dé lo esperable en Le a 44 Suge K i oats ol al f - Un nifio de quien ain no se dice que tenga una evolucion psicética (aunque se la tema) es traido a la consulta. Poco a \J> poco, el motivo que se impone conduce’a la-pareja parental, Los padres estin separados desde hace varios afies, pero la separacién noes mas que una ficcion, porque estan unidos por el odio, No tarda en descubrirse (tras los buenos modales del comienzo) un estado de perpetta guerra entre ellos, guerra que se Hlevaa cabo de mil formas, segiin el viejo adagio de que enel amory en estas cosas todo esta permitido. Esta situacién alcanza unnivel que excede largamente las coyunturas trivia- les y tempestuosas asociadas por lo general a una separaciGn. En cambio, adopta un cardcter masivo y con picos de-convic- cidn tan delirante que es irresistible la evocaci6n de lo que Aulagnier formula en cuanto condiciones de formacion de una paranoia. Esta guerra mis fria 0 mas caliente, pero siempre constante, requiere la presencia de un testigo parali- zado, que es casualmente el hijo. Qué podemos encontrar de los significantes en este nifio? Dos muestras al respecto nos devuelven a la tematicadel superys, perono en esa dimension ligada a la disolucién del complejo de Edipo; antes bien, ese nivel del superyé descubierto en psicoandlisis al estudiar la reaccidn terapéutica negativa, el suicidio, ¢l masoquismo moral; ese nivel que Melanie Klein llamaba del superyo sddico, y Fairbairn, premoral. Ui na funcién destructiva, no _una funcién de regulador- normative. SN _ Primera muestra:-el nifio se lama Luci no. AL-respecto nos "ae una age Lets yen su lugar advino ‘Lucia no’. Broma muy instructiva para detectar cémo se lo nomina, con un término que lo niega. Aqui la nominacién es una trampa; sdlo nos dice que él no es laesperada, noes la de- seada, En ese sentido, noes un significante que pueda servirle para vivir; no podemos decir que lorepresente sino que repre- senta instancias maternas y paternas hostiles hacia el hijo. __Segunda muestra: sutopa, La ropa es un modo de signifi- carse, Cuando el chico hace miltiples juegos con ella, cuando descubre que se pone y se saca, entabla una relaci6n muy particular y muy intima a la vez con eso que-es €] y no es él. No sélo el psicoandlisis intuye que la ropa no es algo ‘exter- 45 no’, que en ciertas condiciones forma parte de nuestro cuerpo, como ocurre con la casa-y con otras cosas; no hay un limite tan preciso como podria malentenderse. Pues bien, entre otros servicios, la ropa sirve también para significarse en determina- dos momentos, por ejemplo, para significarse comode un sexo determinado. Pero la experiencia de Luciano es muy distinta: cuando él llega a casa desu padre (los dias que le corresponde ira verlo) debe quitarse toda la ropa que trae de casa de su madre ¥ vestirse con laque aquél le hacompradopara estar alli. Y viceversa. Por lo tanto, él nodice ‘mi’ ropa, sino “esta ropa esdemi papa”, “esta ropa es de mi mami”. Probablemente, ni siquiera Necesitemos de demasiada sutileza psicoanalitica para sacar cuentas de qué tipo de marca deja este proceder sobre el cuerpo, porque, en definitiva, su cherpoestd partidoen dos, es el cuerpo de papa y el cuerpode mamd. Y es un acabado exponente de significante del superyd, es una configuracidn muy diversa de la que examinamos gravitando en torno al “qué lindo que sos", caso en el cual la ropa formaba parte de esa presunta belleza. Brelo que hace a Luciano, significa el teciproco odio entre los padres; el cuerpo del hijo.es un campo de batalla. Lo que viene a subrayar es el odio que lo engendrd, el odio bajo el cual nacié, él odio que es su causa; significa esa Particién sobre su cuerpo, por Io tanto no es un significante apto para representarlo como sujeto. Clinicamente es notorio. que en ningiin momento Luciano subjetiva lo que lleva puesto como propio y, a partirde alli, ya no puede por desgracia asombramos que inconscientemente Su cuerpo esté afectado por idéntico reparto. Asi pasa las Sesiones armando interminables peleas entre dos bandos, mientras él se coloca alternativamenté de uno y de otro lado, sin diferenciarse. Hay una edad (alrededor del segundo afiode vida) en la que un miho comienza a repetir no solo lo que él dice de motu Proprio, sino lo que le dijeron en cardcter de érdenes: por ejemplo, toma algo que le esté prohibido tomar, diciendo simultineamente “no toque”, “no tocar”. Es un exponente de un significante del superyé que al ser muy comin suele desplegarse libre de patologfa; esto se verifiea porque el nifio 46 ¥ wh puede tocar igual, Junto al significante del superyd en ascenso ahi esta, no obstante, la posibilidad de que-el nifio mantenga: su deseo y toque. Por lo menos hay un conflicto entre obedecer o no. En todo nifio hay un cierto equilibrio entre estos dos tipos de significantes. El pequefio repite la orden como si fuera el Otro, dice “no se toca” especularmente, sin hacer el cambio, habla las pala- bras del Otro entendido no en una posicién cualquiera y no en posicidn de semejante, Owo definido o reconocido por un: poder, en tanto lugar de la orden. lugar de la Ley. Durante el segundo aiiode vida es sabido que los nifios atraviesan loque se llama periodo de negativismo, en si saludable, periodo en el cual diferencian cierto uso del ne. Asi, cudndo se les pregunta“ ,querés talcosa?”, replican “no”,aun cuando luego acepten, El “no” es su documento de identidad. Aconteci- miento decisivo por su efecto separador, el nifio abandona el cuerpo de los otros y se muda a otro territorio. Eneste proceso, el “no” en el que insiste, que se opone a toda demanda, no es el mismo “no” del “nose toca" que va notando que no lo re- presenta, mientras que se identifica en cuerpo y alma a ‘su’ na, verdadero ‘caballito de batalla’ (o dicho con mayor empaque, motive generador de su diferenciacién subjetiva). Aquel “no se toca” representa, en cambio, un incipiente supery®, super- y6 todavia en voz alta; no est4 internalizado en el sentido de “conciencia moral” (Freud). Del equilibrio entre estos moti- vos depende cierta estabilizacién temprana del sujeto. El padre de Schreber subrayaba en uno de sus escritos pedagdgicos la importancia de abolir desde el momento mas temprano toda dimensién de autonomia en el sujeto, intervi- niendo ya durante la lactancia, a fin de aplastar los minimos conatos de espontaneidad. El padre de Schreber era un peda- gogo que algunos consideran como precursor del nazismo, no sin raz6n porque hay ciertas cosas qué anticipa; pero nadie podria diseutirle que fue un hombre muy licido en su para- noia. Es notable la precisién, la seguridad, el rigor con los que va al grano; es preciso que el nifio renuncie de entrada y sin medias tintas a toda iniciativa propia. El aparato y los castigos que con ese propésito. moviliza conforman una maquina a7 &y i ‘ maestra de significantes del superyé que aparecen para muti- especie de balance tras un afio de tratamiento. Al despedirse, lar cualquier posibilidad de palabra propia en un sujeto y que me comenta lo bien que se siente, lo contentoque esta y lo.util este singular pedagogonos ha ayudado aconceptualizar. Si asi que le result6 el andlisis. Esas expresiones fueron el predmbu- \ lo queremos, ya que la insistencia repetitiva es fundamental lo de anes violenta caida en depresién, con Ia que Hego a la \. « para la aprehensién de un concepto, podemos plantearlo,enj|) sesién siguiente; la sintesis fue que “todo es un desastre”. términos de fiecién: alguien llega al mundo, :Qué significan- Desastre que tiene ala vez lacondiciénde serenumerado, (La tes hay allf.disponibles? Es un poco como cuando uno accede enumerabilidad de lo catastréfico es un rasgo notable de las auna situacién nueva cualquiera, aunque esté mas crecido que formaciones depresivas.) Momento oportuno para que mi un bebé. Lo usual en un caso asf es preguntar por las reglas del intervencion destaque ef hecho de que el bienestar no puede Juego (sobre todo las realmente vigentes en el lugar en cues- ano debe perdurar, E] punto de corte lo constituye precisa- tin). ¢Cémo se debe proceder aqui para conseguir sitio, y sitio mente la puesta en palabras, decir el decir del “sentirse bien’, aceptable? En nuestro caso, ;qué hay que hacer para lograr ser enunciacién que anuncia la cafda, la adelanta como su heral- deseado en esa familia? ;Qué, para ocupar algtin puesto en el do. Z deseo del Otro? No existe cuestién més primordial ni que se Le sefialo lanecesidad que parece regir este ciclo; subrayo formule mds temprano en el nivel en que cada edad lo puede que por razones.que desconocemos hay algo que debe discon- preguntar: ;qué hay aqui para situarme, que me sirva para mi unuarse en él—cosa que apunto en la medida que constituye propia apropiacién? Hay, por ejemplo, “qué lindo que sos”; ami juicio el fendmeno central en la depresi6n—. La depre- bien, esto sirve, se toma, el problema ulterior es quedar sién es la enfermedad de la continuidad, nada mis esencial demasiado prendido a ese dicho, como veremos luego. Lo que su quiebra. A continuacion asocia que él toca la guitarra cierto es que las mis diversas cosas resultan material aprove- y en realidad se da cuenta que lo hace bien, por lo menos, bien chable, “todo puede servir”!?, al nivel de amateur. Pero cuando le piden que lo haga siempre Retomemos esta consigna del deseo, esta consigna edipica responde igual : “soy un desastre”, la diferencia con una a entre madre e hijo adolescente: el andlisis no deja dudas en verdadera muletilla es la conviccién con que lo dice. FR cuanto a que “te sacaste diez” asegura cierto lugar. Ademds de {De donde salen este “soy un desastre” y estaconviccién? & Jas muchas buénas notas que en efecto cosecha, la frase lo Teataaisea resnanie.uns escen4 pil gue iocabs en ba covina dp ort, representa, él es ese “te sacaste diez”, y no solamente porque , sucasa-y escuchd Ja voz de la abuela burlandose de él y de su’ Se presente ante los otros como uno de los mejores alli donde instrumento. Un recuerdo de tantos, sin mayor valor afectivo, esta, Este paciente, no obstante, consulta por algo que en ~~én $i mismo, hasta que en andlisis, lo vuelve importante el _Principiorecuerda una ceio al ia con Miitices paranoicos, en hecho de enhebrarlo. Esto abre espacio a una serie en la que permanente biisqueda de yaluras “objetivas’, acechando_ suabnelaestd en posiciénridiculizadora y descalificante, yen adGndé van las miradas is spasada la cual se donde ademas quien recibe permanentemente el epiteto-de levanté una compleja formacién depresiva con ciclos silencio- “qué desastre” de sus labios es la madre del paciente: recor- Sos pero constantes. En ese nivel, cobra creciente importancia demos que afios atrés hab{a tenido una crisis depresiva pos- la figura de una abuela del muchacho, hasta que damos con un _parto muy severa,.con internacion. Este “qué desastre” Ta ~ ‘fragmento significativo de naturaleza muy distinta de la del “te paraliza, segrin confiesa al hijo: “Mir vos lo que me pasa, sacaste diez’, fragmento que en realidad no pertenece exacta- cuando no est la abuela, puedi én”. Serefiere a mente a sus fantasmas o recuerdos, sino que proviene de la que se las arregla con la casa, l¢ alcanza el tiempo, fluye mas prehistoria, via su abuela. Habia dedicado una sesién a una tranquila en lo que hace, La presencia de su propia madre 48 49 modifica radicalmente las cosas. Vale la pena subrayar el peso que cobra la alternancia presente/ausente en Ja regulacién de su autoestima. _ Cuando a su turno el paciente retoma el “soy un desastre”, _transforma el “sos un desastre” anterior como si esa esquirla proveniente del discurso de la abuela pasara a.activarse en él contra sf mismo. Es as{ obligadoa resignificar con ese término iodo cuanto hace, y hasta a producir desastres en pequefia escala (variable acorde a la gravedad de cada caso) en los que aquella resignificacién encuentra a la vez su apoyatura y su cumplimiento. Obra maestra del significante del superyé que se contrapone (cuando no. neutraliza directamente) al “te sacaste diez”, ignificante del supery6 tiene su propia vos designar come goce del Otto, Pe les. A uno ofrece acceso un caso como el de Luciano, con la imago fuerte o marcada de los padres ensafidndose sobre el cuerpo del nifo en su furiosa contienda. En el paciente que ahora examinamos, los tiempos del goce se manifiestan mediante perfodos de eclipse de sus actos como Sujeto (con derecho al) de deseo. Quienes lo radean (sus com- pafieros de deporte, por ejemplo) se asombran.de sus bruscos virajes, de cémo desaparece, sobre todo, pasando de ser un jugador valioso para su equipo’a una condicién de lentitud torpe 0. de des-presencia en la que se dirfa que, mas que jugar mal, no juega para ningun equipo... pieza del significante de aplastamiento por excelencia. Aqui el sujetodel goce se diluye notoriamente, se impersonaliza (pues seria del todo insuficien- te remitirlo a la imago de la abuela. Esta imago es pertinente, pero debe ser acotada si pretendemos la cura, si pretendemos liberar al paciente de sus aboliciones:.. lo ‘abuelizable’ en- cuentra limites muy concretos de eficacia), Hay que llegar en cl psi isis al nivel del goce de la frase: la frase fonma de acto) que no pertenece a-nadi a. Nivel absolutamente esencial. Yo diria que justamente goza en la medida misma en que no pertenece a nadie. Se ha soltado, tomo Alien por corredores sin nombre. En el tono y la posicién oracular del “en esta familia los wa Cy 50 Hose segundos hijos varones siempre van presos” se marca mejor todaviaesta peligrosa desubjetivacién que atraviesa como si nada las generaciones, despreciando su diferencia. Notemos cémo ‘desapropia’ al muchacho de su vida, si queremos mantener en alto (y.creo que es inherente:a la ética del psico- andlisis) el concepto de vida en el orden simbdélico camo potencialidad para el sujeto de hallar (o sea, construir, en la formulacién paraddjica de nuestra disciplina) sus diferencias. Vivir no come otra cosa que diferir. A esto se oponen los significantes del supery6, asi como mas 0 menos ayudan los skgnificantes del sujeto, _ 5 Coronaré este capitulo con un fragmento clinico de cierto desarrollo y muy conveniente, no solo por destacar de nuevo la gravitacion de lo constitucional en el sentido-de la prehis- toria y del mito familiar, sino por algo més. Es el materialde ( < 2 eg una embarazada, tiempo de forja del cuerpo imaginado, ver- ro alojamiento extrauterino cel sujeto temprano y donde, trarse con elementos significan- fos de: todo ipo alli condensadk En una sesiGn, la paciente habla de algo que le preocupa desde su embarazo (que ademés la tom< por sorpresa). Es una paciente que tiene situaciones de tipo depresive y paranoide importantes, con predominio de los primeros. Ahora lo que le afecta es la desaparicion de su deseo sexual. Formar pareja fue cosa que le-cosié mucho trabajo, y durante un largo tiempo con una singularidad: vive con un hombre, lo saben por supuesto sus amigos, reciben gente en su casa como cualquier pareja, pero en cambio ninguno de sus familiares conoce su situacién. Se ha montado asf una doble vida muy curiosa, fuertemente asociada (y en términos causales) porel enérgico rechazo que hace la madre de la paciente del hombre al que est unida. Este rechazo va muy lejos. Por ejemplo la madre, aunque la paciente se ha casado hace varios aflos, publica- mente la define como soltera, Cuando alguien Ilamaa su casa y¥ pregunta por la hija (alguien que ignora que ya no vive alli), Ja madre responde que ha salido y volverd tarde o que esta durmiendo. Hay pues una abolicién radical de laexistencia de

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